Antes de entrar en una clasificación de las diferentes clases de planificación minera que
se aplicarán en las empresas, debemos tratar de definir, si es posible, el concepto mismo
de planificación de una manera práctica y aplicable a los casos mineros.
La planificación deberá llevarse a cabo en función de las áreas en que se tendrán que
tomar las decisiones, son planificación operativa, planificación administrativa y
planificación estratégica.
Planificación operativa
Planificación administrativa
Es la que relaciona las entradas (inputs) de la empresa, los famosos “M” americanos
(men, materials, machines, money, management), estudiando sus necesidades y sus
distribuciones relativas para lograr el óptimo producto y el equilibrio y armonía entre
ellas, preparando los programas correspondientes de formación de personal,
abastecimiento o disponibilidad de materias primas, selección y mantenimiento
de procesos y maquinaria, financiación, resultados y tesorería, selección y captación de
personal directivo, investigación tecnológica y de mercado.
Planificación estratégica
La planificación estratégica tiene que ver más con el entorno -cambio de las condiciones
ambientales- en que se desarrolla la vida de la empresa, uno de los cuales es,
naturalmente, el tiempo. Una decisión estratégica a corto plazo puede ser parar una mina
por falta de rentabilidad en un mercado dado y en un momento determinado y otra es
volver a arrancarla cuando ha variado las condiciones del mercado.
La planificación debe ser una herramienta para tomar decisiones. Las etapas o pasos que
se deben seguir son básicamente:
Entre las alternativas posibles no se debe confundir lo que debe ser con lo que queremos
que sea, esto significa claramente no confundir el deseo con la realidad.
Dimensiones de la planificación. El concepto PIPOS
Phylosophy = Filosofía
Inputs = Entradas o Información
Process = Proceso
Outputs = Salidas o resultados
System = Sistema o control
La información sobre todas las fuerzas positivas o negativas, que actúan en el proceso,
tales como los mercados, competencia, tecnología, gobierno, fuerzas laborales, reservas,
costos, etc., representan la base para definir las oportunidades y resistencias (pros y
contras).
Esta base de datos debe combinarse con la información sobre los recursos y los medios
propios de la compañía, el conocimiento y la calidad del equipo directivo, de los datos de
la planta y de los suministradores de la maquinaria, así como de otros componentes que
determinan las fortalezas y las debilidades de la empresa.
En la tecnología minera los datos básicos son los sondeos espaciales y las evaluaciones
de cantidad y calidad, así como los costos reales de la actual explotación o de otras
similares.
El proceso de planificación puede ser llevado a cabo para las diferentes áreas o grupos de
decisión y también para muy diferentes horizontes de tiempo, especialmente cuando se
trata de grandes empresas o grupos financieros multinacionales, aun cuando al final se
consoliden los resultados globales.
Los resultados de este proceso deben ser unas decisiones, que en forma de planes o
programas constituyen las bases para actuar y así serán unas decisiones de hoy que
producirán los resultados que a la Dirección le gustaría obtener en el futuro.
Los resultados del proceso de planificación deben ser unos documentos formales, que
pueden tomar la forma de unos programas parciales o globales, que cubran unos plazos
cortos o largos y que pueden afectar a la compañía como un conjunto o a una parte de ella
como una división.