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¿HAY SIGNIFICANTES, EN EL SENTIDO LACANIANO, ANTES

DE UN ANÁLISIS?

Aquí un fragmento de Marc Darmon, de un libro muy recomendable,


de él también tendremos mucha tela para cortar (los subrayados y
las llamadas a pie de página son míos):

(Darmon está hablando de un juego)

“Se trata de descubrir una palabra, mediante un número limitado de


preguntas que pueden ser respondidas sólo por sí o por no. Este
juego puede igualmente jugarse entre muchos jugadores. En tal
caso, quien pregunta debe interrogar, uno tras otro, a los miembros
de un grupo que han elegido entre ellos una palabra a descubrir. En
la variante del juego que nos interesa, el grupo en cuestión no elige
previamente ninguna palabra, lo que el jugador ignora [1]. Cada
uno responde a su turno por sí o por no, pensando en cada ocasión
en una palabra que vuelva coherente su respuesta con las
demás [2]. Al final del juego, el que pregunta puede dar
efectivamente con la palabra que su adversario tenía en mente. Por
supuesto, en esta variante se podrá constatar que el tiempo de las
respuestas por sí o por no durante el juego no se alarga
anormalmente respecto al juego precedente, pero resultaría
imposible diferenciar ambos juegos a partir de un informe escrito de
la partida. Al final, la palabra descubierta se impone con tanta
fuerza como si hubiera estado convenida desde el inicio, se trata del
punto de cruzamiento de la red significante trazada por las
diferentes preguntas [3].
Es interesante meditar acerca del juego en relación con el
psicoanálisis. (…) Una vez comenzado el juego, cada uno está
sometido a las determinaciones simbólicas que las preguntas y
respuesta han puesto en su lugar [4].Vemos igualmente que la
dimensión del diálogo[5], de la articulación de una palabra con otra,
es esencial para que se manifieste esta determinación significante
(…) “Este juego nos lleva a interrogarnos acerca del estatuto delos
significantes inconcientes: en efecto, ¿dónde están antes de ser
descubiertos y señalados como inconcientes?. ¿Están en el
inconciente como depositados en un lugar, o son producidos en un
momento de la cura en latransferencia?. La analogía del juego
puede ayudarnos a abordar esta pregunta difícil.
Los significantes inconscientes no parecen tomar su valor sino
en el momento privilegiado en que son descubiertos en la
transferencia. No sirve de nada comunicar al sujeto un supuesto
saber latente en el inconciente cuando no es el momento de
hacerlo. Tanto como aconsejar a un jugador en una partida de
ajedrez una jugada que no está en condiciones de hacer debido al
estado de la partida, o peor aún, levantar al rey del tablero sin
preocuparse por caer en “mate”. Nuestro ejemplo del juego
parece sugerir que en el inicio no hay nada, y que el
significante es una creación arbitraria del juego de preguntas y
respuestas. En efecto, si es la interpretación en la transferencia lo
que da consistencia a un significante que en su materialidad parece
imponerse como ya allí, entonces lo que está dado antes de la
interpretación es la estructura significante misma, es decir, la
estructura simbólica y un cierto estado del juego anterior al acto
analítico mismo. En efecto, cuando el análisis se inicia, el juego ha
comenzado hace ya tiempo y la estructura tejida entre el sujeto y su
Otro ha podido particularizar se completamente. Se trata del primer
juego de preguntas y respuestas entre el niño y los Otros que son
sus padres. El análisis interviene después sobre esta estructura,
una vez que los dados han sido arrojados, se trata de volver a jugar
con este reparto una nueva partida. Que ciertos significantes tales
como el nombre, por ejemplo, sean fundamentales en esta
estructura, es algo que podemos su poner con anterioridad[6], pero
tales significantes sólo tomarán su valor efectivo cuando sean
utilizados en la transferencia en un momento clave de la cura”.

(MarcDarmon, “Ensayos acerca de la topología lacaniana”, cap.


II, pag 89)

[1]Es decir que el jugador cree que hay un Otro sin barrar

[2]La palabra es elegida “libremente”… En verdad está determinada


por la red de preguntas y respuestas, es una “libertad” aparente
(esto se liga con la idea que Lacan planteará con La carta robada:
“el naipe obligado”)

[3] Entonces: las preguntas y sus respuestas ,producen


RETROACTIVAMENTE lo “reprimido que al fin salió a la luz”

[4] A esto Lacan lo llamará “el triunfo de la sintaxis”. Con ésta ya


no se puede decir cualquier cosa por más “libre” que sea la
asociación libre.

[5]Tomen aquí “diálogo” simplemente como “el va y viene de


palabras entre dos”. El autor no sostiene que en una sesión o
entrevista preliminar se trate estrictamente de un diálogo. Importa la
idea del “entre dos lugares”.

[6]Aquí planteo en lo que dice Darmon un agregado que me parece


muy importante: no se trata sólo de una limitación fruto de “los
tiempos del paciente” (sostener que el analista pueda llegar antes
que el paciente a un significante es un contrasentido en este
contexto). Sino que hasta que no sucede la interpretación
(recuerden: se la conoce por sus efectos de descubrimiento en el
que habla, ahí donde “Yo, fulano me representaba”) postular un
significante como estando previamente es una especulación
análoga a la que gira alrededor del sexo de los ángeles. Lo que
sí hay antes, tal como propone el autor, es “la estructura”,
entendiéndola como una concepción que nosotros
introducimos a la hora de escuchar y que es la que hace que
sea posible la experiencia analítica. Esto implica una diferencia
notable con la concepción freudiana donde el inconciente ya
está en el paciente y el posterior psicoanálisis lo que realiza es
hacerlo “manifestarse” e interpretarlo.

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