Friedrich Nietzsche
Para el ser humano, observar tal dicha del animal se le hace duro: el hombre se
vanagloria de su humanidad frente a las "bestias", pero anhela celosamente la
felicidad de las mismas; él no puede aprender a olvidar tal y como olvidan los
animales, pues depende siempre del pasado. En el hombre, los instantes no se
suceden para desaparecer por completo: muchos de ellos vuelven, regresan
como fantasmas y perturban la calma del presente posterior. Tal pasado, se erige
como un gran peso y obstáculo en la marcha del ser humano.
La salud de los pueblos, de los individuos, más aún, la felicidad de los mismos
depende del establecimiento de unos límites a partir de los cuales se identifique
hasta qué punto el pasado ha de olvidarse para no convertirse "en sepulturero
del presente". Tales límites, ese grado de sentido histórico, sólo pueden ser
determinados en la medida en que se conozca el nivel de fuerza plástica que
posee una cultura, un hombre o un pueblo. Con la mencionada noción de fuerza
plástica se refiere Nietzsche a la capacidad de asimilar y transformar aquello
que no logramos olvidar; hace referencia a la facultad humana de transponer y
resignificar gracias a la cual puede mantenerse en pie en la lucha por la
existencia.
Más adelante, Nietzsche establece que "todo lo vivo sólo puede ser sano, fuerte
y productivo en el interior de un horizonte" (Nietzsche, s.f.: 44). Este horizonte
puede entenderse como aquella frontera límite que separa e identifica aquello
que un pueblo, un individuo o una cultura es capaz de abarcar, asimilar, dominar,
transformar en sangre... de aquello que no. Así, lo que excede tal capacidad
de fuerza plástica, hay que saberlo olvidar.
Capítulo 1.
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Tesis 1: La Historia ha de servir a la vida. Se necesita la Historia para vivir y
para actuar, no como excusa para aislarse de la vida y de la acción. Su estudio,
por tanto, no debe significar una ampliación de conocimientos. Es un error
pretender que la Historia se convierta en una ciencia pura al estilo de las
Matemáticas.
Capítulo 2 y Capítulo 3.
Tesis 1: Una sobredosis de la historia (Übermaß) resulta, como ya ha señalado
en el Capítulo 1, nociva.
Tesis 2: En tres aspectos pertenece la Historia al viviente. Pertenece a:
= los que sienten la necesidad de actuar y esforzarse (para alcanzar metas);
= los que gustan de conservar y venerar (admirar);
= los que sufren y están necesitados de liberación.
Cada una de estas relaciones con la Historia configuran tres clases de Historia:
la Historia monumental, la Historia anticuaria y la Historia crítica.
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La Historia monumental. La Historia pertenece a los activos y fuertes. A los que
combaten en una gran lucha.
Perjuicio: Existe el peligro de querer una ruptura completa con el pasado puesto
que nosotros mismos somos el producto de las equivocaciones y pecados de lo
anterior. Por mucho que lo condenemos, no podemos olvidar que procedemos
de ese pasado. Así pues, Nietzsche se aleja clara y radicalmente de
cualquier consideración posmoderna que defienda que la Historia es una
sucesión de momentos, ninguno de los cuales está en conexión con los
otros de modo que cada uno de ellos puede ser considerado
independientemente de cada uno de los otros.