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Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida (1874).

Friedrich Nietzsche

´Por lo demás, me es odioso todo aquello que únicamente me instruye,


pero sin acrecentar mi actividad o animarla de inmediato´ (37).
Esta consideración es intempestiva porque intento comprender algo
de lo que con razón se enorgullece este tiempo, su cultura histórica,
como algo perjudicial, como defecto y carencia de esta época (38-
39).

El animal, ser atado a la inmediatez del instante, viviendo en el eterno presente,


ignora lo que es el ayer y el hoy (Nietzsche, s.f.: 40): vive sin melancolía o hastío,
pues siempre olvida; en él los instantes surgen ininterrumpidamente para
desaparecer uno después de otro. Así vive el animal de manera no histórica.

Para el ser humano, observar tal dicha del animal se le hace duro: el hombre se
vanagloria de su humanidad frente a las "bestias", pero anhela celosamente la
felicidad de las mismas; él no puede aprender a olvidar tal y como olvidan los
animales, pues depende siempre del pasado. En el hombre, los instantes no se
suceden para desaparecer por completo: muchos de ellos vuelven, regresan
como fantasmas y perturban la calma del presente posterior. Tal pasado, se erige
como un gran peso y obstáculo en la marcha del ser humano.

La salud de los pueblos, de los individuos, más aún, la felicidad de los mismos
depende del establecimiento de unos límites a partir de los cuales se identifique
hasta qué punto el pasado ha de olvidarse para no convertirse "en sepulturero
del presente". Tales límites, ese grado de sentido histórico, sólo pueden ser
determinados en la medida en que se conozca el nivel de fuerza plástica que
posee una cultura, un hombre o un pueblo. Con la mencionada noción de fuerza
plástica se refiere Nietzsche a la capacidad de asimilar y transformar aquello
que no logramos olvidar; hace referencia a la facultad humana de transponer y
resignificar gracias a la cual puede mantenerse en pie en la lucha por la
existencia.

Más adelante, Nietzsche establece que "todo lo vivo sólo puede ser sano, fuerte
y productivo en el interior de un horizonte" (Nietzsche, s.f.: 44). Este horizonte
puede entenderse como aquella frontera límite que separa e identifica aquello
que un pueblo, un individuo o una cultura es capaz de abarcar, asimilar, dominar,
transformar en sangre... de aquello que no. Así, lo que excede tal capacidad
de fuerza plástica, hay que saberlo olvidar.

Capítulo 1.
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Tesis 1: La Historia ha de servir a la vida. Se necesita la Historia para vivir y
para actuar, no como excusa para aislarse de la vida y de la acción. Su estudio,
por tanto, no debe significar una ampliación de conocimientos. Es un error
pretender que la Historia se convierta en una ciencia pura al estilo de las
Matemáticas.

Tesis 2: El olvido es necesario. Un exceso de recuerdo produce en el sujeto


temor a enfrentarse a una nueva acción. La constante evocación de un suceso
resulta dañina para cualquier sujeto, pueblo o cultura.

Tesis 3: El recuerdo y el olvido han de estar en equilibrio. Un exceso de


olvido es también perjudicial ya que conduce al punto de vista suprahistórico
(Überhistorisch). Desde él toda acción resulta innecesaria porque cualquier
cambio es ilusorio; Desde el punto de vista suprahistórico, el pasado y el
presente son uno y lo mismo; la pluralidad esconde lo Igual; el cambio es sólo
aparente. Lo único en que los hombres suprahistóricos no se han puesto de
acuerdo, escribe Nietzsche, es en determinar si las consecuencias que se
derivan de esta actitud son la felicidad, la enseñanza, la resignación, la virtud o
la penitencia.

Tesis 4: El hombre histórico se sirve del olvido para construir un presente


que mire hacia el futuro. No se trata de un olvido que esconde traumas y que
sale a la luz en forma de conductas distorsionadas, sino que se trata de un olvido
activo. Un olvido que se caracteriza por el pensamiento y la reordenación de los
sucesos acontecidos, de manera que se siga conservando lo que sirve a la vida
y se deseche lo que la impide.

Capítulo 2 y Capítulo 3.
Tesis 1: Una sobredosis de la historia (Übermaß) resulta, como ya ha señalado
en el Capítulo 1, nociva.
Tesis 2: En tres aspectos pertenece la Historia al viviente. Pertenece a:
= los que sienten la necesidad de actuar y esforzarse (para alcanzar metas);
= los que gustan de conservar y venerar (admirar);
= los que sufren y están necesitados de liberación.

Cada una de estas relaciones con la Historia configuran tres clases de Historia:
la Historia monumental, la Historia anticuaria y la Historia crítica.

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La Historia monumental. La Historia pertenece a los activos y fuertes. A los que
combaten en una gran lucha.

Utilidad: El presente utiliza las consideraciones monumentales del pasado para


comprender que lo grande que el hombre hizo una vez, puede volverlo a hacer.

Perjuicio: Si las consideraciones de la Historia monumental tienen demasiada


importancia, conduce a los entusiastas al fanatismo. Si los egoístas inteligentes
y los villanos fanáticos se aprovechan de ese tipo de consideración de Historia
los reinos serán destruido, los príncipes asesinados y se originarán guerras y
revoluciones. Así pues, la Historia monumental no sirve de nada si se deja al
dominio de los inactivos convertidos en poderosos.

La grandeza genera envidia. Muchos utilizan la Historia Monumental para alabar


la grandeza de los artistas del pasado y despreciar la grandeza de los artistas
del presente.

La Historia Anticuaria. La Historia pertenece a los conservadores y a los que


veneran, a aquellos que con fidelidad y amor miran hacia atrás para agradecer
el Ser (Dasein) presente.

Utilidad: El uno se siente parte de un “nosotros” que le lleva a sentirse en el


espíritu de la casa, género y ciudad, en la que su vida se desarrolla. Eso le
permite a la población unir la patria con las virtudes de la patria y convertir a los
ciudadanos en sedentarios porque la visión de la Historia anticuaria les detiene
de luchar contra sí mismos y de ir a buscar algo mejor al extranjero.

Perjuicio: Se corre el peligro de momificar la Historia y de considerar que sólo


porque algo es viejo ha de ser inmortal. El único esfuerzo va encaminado a
conservar y no a crear, de modo que no se tiene ninguna consideración por lo
que se está haciendo ni por lo que está llegando a ser. Por esta razón el árbol
termina muriendo desde la copa hasta la raíz. La Historia Anticuaria en
cantidades desmedidas termina impidiendo el nacimiento de lo nuevo.

La Historia Crítica. Es la fuerza que se emplea para romper con el pasado ya


que cada época anterior es digna de ser criticada y sentenciada.

Utilidad: Permite vislumbrar la injusticia de mantener la existencia de unos


privilegios, de una casta y de una dinastía cuando tales elementos merecen su
desaparición.

Perjuicio: Existe el peligro de querer una ruptura completa con el pasado puesto
que nosotros mismos somos el producto de las equivocaciones y pecados de lo
anterior. Por mucho que lo condenemos, no podemos olvidar que procedemos
de ese pasado. Así pues, Nietzsche se aleja clara y radicalmente de
cualquier consideración posmoderna que defienda que la Historia es una
sucesión de momentos, ninguno de los cuales está en conexión con los
otros de modo que cada uno de ellos puede ser considerado
independientemente de cada uno de los otros.

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