Robando Tu Futuro
1 Reyes 21
Introducción
El año era 1887, y un hombre, con el
nombre de Emanuel Nenger, estaba en un
pequeño almacén del barrio para comprar
un poco de comida. Le entregó a la
señora, la propietaria de ese almacén, un
billete de veinte pesos. Ella había estado
envolviendo legumbres verdes, justo
antes de su llegada, y sus dedos húmedos,
cuando tomó el billete de veinte dólares,
mancharon la tinta. ¿Puede ser? Ella miró
a Emanuel y pensó: “No, conozco a éste
hombre desde hace años. De ninguna
manera me daría un billete falso.”
Entonces, la dueña le dio a Emanuel el
vuelto y él dejo el negocio. Pero veinte
dólares, en 1887, era muchísimo dinero,
por lo tanto decidió comunicarse con las
autoridades. Ella les entregó el billete y
finalmente era falsificado. Procuraron una
orden de allanamiento y fueron a la casa
de Emanuel. Recorrieron la casa y,
finalmente, subieron al ático. Allí
encontraron el mobiliario para hacer
billetes de veinte dólares.
Ahora, necesitas comprender que esto
era, por supuesto, antes de los días de la
tecnología computarizada y tampoco
estaba disponible la impresora para una
persona común y corriente. Emanuel,
quien era un gran artista, usó como
mobiliario, un atril de artista, pintura y
pinceles. Él había estado pintando
esmeradamente, pincelada tras pincelada,
billetes de veinte dólares. Emanuel fue
arrestado, condenado y pasó el resto de
sus mejores años en la cárcel.
La ironía fue, que en ese mismo ático
estaban tres de sus hermosos retratos, los
cuales fueron subastados a fin de cubrir
los gastos legales. Los vendieron por
16.000 dólares, lo cual es más de 5.000
dólares por retrato. Cuando se le preguntó
a Emanuel sobre esto, pareció que fue
justo ahí que la luz amaneció en su
corazón de que había pasado la misma
cantidad de tiempo pintando un billete de
veinte dólares, mientras que tenía un
retrato de 5.000 dólares.
Emanuel Nenger fue un ladrón. En el
análisis final, sin embargo, se estaba
robando a sí mismo. Se estaba robando su
propio futuro.
Esta mañana, quiero presentar a un
hombre que ya hemos estudiado
indirectamente, cuando estudiamos la
vida de Elías, mientras nos abríamos
camino a través de los libros de los Reyes
y Crónicas. Es un ladrón cuyo nombre es
Acab. Y, sinceramente, la completa
estupidez de sus acciones, mientras las
descubramos, deben ser vistas bajo la luz
de la realidad que éste hombre era el rey
de un imperio. Pero, él matará a fin de
poder robar un viñedo de veinte dólares.
Que tontería.
El evento trágico ocurre en 1 Reyes,
capítulo 21. Antes de comenzar nuestro
estudio, sin embargo, quiero advertirte
que no terminaremos nuestra exposición
hasta que hayamos dado un gran salto de
lo que sucedió entonces, a lo que está
sucediendo en la actualidad.
Nuestro Dios creador nos conoce tan
bien que, de todas las miles de cosas que
Él podría ordenarnos a no hacer, Él
seleccionó diez. Y de esas, dos de ellas
tienen que ver con los “monstruos” que
llamamos, codicia, y su hermano al que
llamamos, robo. La codicia comienza en
el corazón; el robo es el corazón
activando las manos.
Ahora, parte de nuestro desafío de hoy
es ser insensibilizados por una cultura que
se da a la codicia. Madison Avenue,
depende de nuestra codicia si no, no sería
tan exitosa. Entonces, con lo que
desafortunadamente, hacemos
impunemente, a pesar de que sea
socialmente aceptable, no lo es
bíblicamente.
Me gusta el dibujo animado con el que
me topé, el New Yorker, el cual parece
retratar bastante bien nuestro estado
actual. Pinta a dos políticos limpios y
bien afeitados, sentados en una celda.
Uno le dice al otro: “Desde el principio,
pensé que nuestro nivel de corrupción
estaba bien con los patrones de la
comunidad.”
Puede ser, pero los patrones de la
comunidad actual no son los patrones de
la comunidad cristiana. Y esta palabra, la
Biblia, es pensada por Dios, para crear
una cultura, no para ser adaptada a
nuestra cultura. Y lo que esta palabra
dice, a veces va diametralmente en
oposición a lo que nuestra cultura dice.
Entonces, vamos a darle un duro vistazo a
Acab, pero vamos a darle una mirada más
dura a nuestras propias vidas a través del
espejo de la Palabra.
Ahora, por diez años o más, Elías no se
había cruzado con Acab. Ninguna palabra
había venido de parte de Dios para Elías
como para confrontar a Acab por sus
actividades o por su pecado. Y por estos
últimos siete, u ocho, o tal vez diez años,
Elías ha estado involucrado junto a
Eliseo, su camarada, en el desarrollo de
las escuelas de los profetas.
Escucharemos más tarde, a alguno de sus
graduados que hablaron por el Señor.
La Ira Corriente de Acab
Acab había estado involucrado en las
guerras contra los sirios. Miraremos eso
en otra oportunidad, y algunas verdades
sobre esas guerras, mientras las
estudiamos. Por lo tanto, Acab recién
había regresado, y es en ese contexto que
nos encontramos para éste estudio. Está
fresco por la victoria de su segunda
campaña; es exitoso; está orgulloso.
Mira en 1 Reyes, capítulo 21,
versículos 1 y 2ª:
Pasadas estas cosas, aconteció que
Nabot de Jezreel tenía allí una viña
junto al palacio de Acab rey de
Samaria. Y Acab habló a Nabot,
diciendo: Dame tu viña para un
huerto de legumbres, porque está
cercana a mi casa…
¿Entiendes ésta escena? Acab se toma
un breve tiempo para sus vacaciones. Tal
vez se ha ganado unas semanas.
Entonces, se dirige a su palacio de
invierno, un lugar que era más placentero
que la localidad norteña de Samaria.
Mientras está ahí, observa, al lado del
palacio, a éste hermoso y rico viñedo. El
texto nos dice que él lo quería para poder
convertirlo en una huerta. Quería poseer
ese hermoso viñedo, llenos de frutas
hermosas y maduras y plantaciones tales
como frutales, arvejas, etc. Yo pensaba
que Acab era misterioso, ¡pero esto me
saca todas las dudas! Continuemos con la
última parte del versículo 2:
… y yo te daré por ella otra viña
mejor que esta…
En otras palabras, tenía otra propiedad
para usar.
… o si mejor te pareciere, te pagaré
su valor en dinero.
Dicho de otra manera: “Nabot, no voy
a hacer lo que hacen los otros reyes. Ellos
son duros e insensibles. Ellos solo quitan
las tierras violentamente de tus manos.
Yo no, yo soy un caballero. Te daré
dinero por ella, sólo pon el precio, o te
daré una extensión de tierra mayor que
ésta. ¿Qué dices?”
Ahora, si Nabot hubiese sido guiado
por el mismo principio de vida que el
nuestro, que desafortunadamente, nos
gobierna de vez en vez, él hubiese dicho:
“¡Esta es una puesta acumulada! ¡Puedo
poner el número! Puedo obtener un
viñedo mayor. ¿Qué más puedo querer?”
Si Nabot hubiese sido como nosotros, a
veces, su respuesta hubiera sido: “Sí”,
casi inmediatamente, mientras pensaba:
“¡Qué negocio!”
Mira el versículo 3, sin embargo:
Y Nabot respondió a Acab:
Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti
la heredad de mis padres.
Ahora, esta respuesta no quiere decir
que Nabot se siente sentimental sobre la
tierra que ha sido de su familia por
generaciones. ¿Notaste sus palabras:
‘Guárdeme Jehová…’? Esto podría ser
interpretado como: “tendría una
maldición de parte del Señor si vendo la
heredad de mis padres.”
Las palabras de Nabot nos dan una
pista sobre la clase de hombre que era
Nabot. Él era, evidentemente, un hombre
piadoso. Sin lugar a dudas, estaba
retrocediendo, mentalmente, a la Ley, la
cual, en Números, capítulo 27, les dice a
los judíos no cambien sus tierras por
mejores precios. Hacer eso sería una
afrenta al pacto de Dios, el cual Él dio al
pueblo en relación con su tierra. Nabot
también está, probablemente, contando
con el hecho de que antes de eso, en
Éxodo, se nos dice que ni aún el rey tiene
el derecho de forzar a un hombre judío
fuera de su propiedad. En otras palabras,
Nabot le esta recordando a Acab que Dios
no aprobaría la venta.
Imagina cuántos de nosotros verían una
oportunidad así con la pregunta: “Señor
¿te haría feliz? ¿Lo apruebas?”
Ahora, continuemos con el versículo 4:
Y vino Acab a su casa triste y
enojado, por la palabra que Nabot de
Jezreel le había respondido,
diciendo: No te daré la heredad de
mis padres. Y se acostó en su cama, y
volvió su rostro, y no comió.
No podía tener su juguete, entonces se
encerró en su dormitorio, se desplomó
sobre su cama, giró su cabeza hacia la
pared y dijo: “No voy a comer.”
Trataré de no hacer ninguna aplicación
para los que están escuchando esto.
¿Puedes imaginarte que estando rodeado
por un reino, aún, sobre una pequeña
huerta, se pierde en la desesperación y
dentro de una rabieta y el malhumor? Los
ojos del hombre nunca se satisfacen. No
nos cuesta mucho llegar a éste punto. Has
pensado alguna vez: “Señor, si hiciera tal
vez, doscientos dólares más por mes, eso
sería lo que necesitaría.”, pero cuando lo
tienes, ¿estás satisfecho?
El Complot Confabulado de
Jezabel
Bueno, Jezabel escuchó que no estaba
comiendo su cena, entonces vino a verlo.
En el versículo 5, ella le hace una
pequeña agradable visita:
Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo:
¿Por qué está tan decaído tu espíritu,
y no comes?
Esto nos da una interesante
insinuación. Acab se había encaprichado
antes. En realidad, si miras al capítulo
previo, tiene una pequeña rabieta
también. Sin embargo, nunca antes había
interferido con su apetito. Este hombre
podía comer aún cuando estaba
deprimido. Pero esta vez está mal.
“Acab”, está realmente preguntando,
“¿qué es lo que te tiene tan mal que ni
siquiera quieres comer? Debe ser serio.”
Continuemos con el versículo 6:
El respondió: Porque hablé con
Nabot de Jezreel, y le dije que me
diera su viña por dinero, o que si
más quería, le daría otra viña por
ella; y él respondió: Yo no te daré mi
viña.
Dicho de otra manera: “Ese mezquino
Señor Nabot”.
No me sorprende, ya que he estudiado
a ésta pareja, que Jezabel usara los
pantalones reales en ésta familia. Imagina
cuánto ella debe de haber despreciado a
éste hombre débil, inmaduro y egoísta,
que era el Rey de Israel y aún así, está
encaprichado en su cama. Mira el
versículo 7ª:
Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú
ahora rey sobre Israel?...
Esto es, en decir verdad, un escarnio.
Revela la actitud de Jezabel para con
Acab. En otras palabras, ella está
diciendo: “¿Es así como se supone que se
comporte el rey de Israel?”
Un comentarista, que leí, parafraseó el
escarnio de Jezabel de ésta manera:
¿Es esta la manera de actuar de un
rey? ¿Qué eres, un hombre o un
ratón? Componte. Levántate de la
cama, vuelve a trabajar, y yo te daré
tu pequeño e insignificante viñedo.
Entonces, Jezabel idea ella misma un
complot. Creo que ideó su complot,
damas y caballeros, para rescatar la
reputación de su inmaduro esposo. Pasa
con mucha frecuencia en la actualidad,
que una mujer sienta que ella debe llevar
el liderazgo; que ella debe estar en la
primera línea; que ella debe bloquear para
rescatar la reputación de su inmaduro
esposo. Esto es lo que pasa aquí, aún
cuando son el rey y la reina.
Jezabel va a comprometerse en cuatro
actividades ilegales. Se va a involucrar en
la falsificación, testigos falsos, perjuicio y
asesinato. Comprende, antes de que
entremos en ésta ola de crímenes, que
estos actos serán los actos a través de los
cuales, Dios tronará desde el cielo, y en
efecto, dirá: “¡Es suficiente!”
Vayamos a la trama. Leamos desde el
versículo 8 al 10:
Entonces ella escribió cartas en
nombre de Acab, y las selló con su
anillo, y las envió a los ancianos y a
los principales que moraban en la
ciudad con Nabot. Y las cartas que
escribió decían así: Proclamad
ayuno, y poned a Nabot delante del
pueblo; y poned a dos hombres
perversos delante de él, que
atestigüen contra él y digan: Tú has
blasfemado a Dios y al rey. Y
entonces sacadlo, y apedreadlo para
que muera.
¡Guau! ¿Nos puede sorprender que
Jezabel, por el resto de la historia
humana, se transforme en la caricatura, en
la representación de todo lo que es
perverso? ¿Queda alguna duda de por
qué, aún hasta hoy, ningún papá ni
ninguna mamá le quieren poner a sus
hijas Jezabel?
Tres preguntas sobre el complot de
Jezabel
Dividamos su terrible complot
formulando y respondiendo tres
preguntas.
¿Por qué convocó Jezabel a un día de
ayuno nacional?
1. La primer pregunta es “¿Por qué
Jezabel envió cartas, en nombre
del rey, convocando a un día de
ayuno nacional?” “¿Por qué este
interés repentino en la actividad
religiosa?”
Debes comprender que, cuando una
nación era llamada a un ayuno, estaba
basado en la suposición de que alguien en
la tierra había pecado contra Dios. Dios
no podía bendecir a Su pueblo hasta que
el acusado fuese identificado y juzgado.
Entonces, ella está mandando el mensaje
que realmente insinúa que hay un pecador
en la tierra. Había uno, pero nosotros
sabemos quién era. Este era sólo un truco
religioso barato.
¿Por qué Jezabel alistó a dos testigos
para testificar falsamente?
2. La segunda pregunta es: “¿Por
qué Jezabel alistó a dos testigos
para testificar falsamente?”
 Ella se está guiando por el libro. La
Ley del Antiguo Testamento, según el
libro de Deuteronomio, decía que se
necesitaban dos testigos que corroboraran
la acusación de cada uno para que haya
cualquier testimonio de condenación
traído ante la corte de la ley. Ella se está
pegando al modelo del Antiguo
Testamento. Ella conocía su Biblia, y
podía hablarla.
¿Por qué usó Jezabel la acusación de
que Nabot blasfemó contra Dios y
contra el rey?
3. La tercera y última pregunta es:
“¿Por qué usó Jezabel la
acusación de que Nabot blasfemó
contra Dios y contra el rey, en vez
de decir que solamente blasfemó
contra Dios? ¿No es suficiente
blasfemar contra Dios?”
No, blasfemar sólo contra Dios no era
suficiente. Si Nabot había blasfemado
solamente contra Dios, lo podían haber
llevado fuera y apedreado hasta la muerte.
Ese no era su objetivo, sin embargo. Si él
sólo hubiese blasfemado contra Dios, la
tierra que le pertenecía, luego de su
muerte, pasaría inmediatamente a los
sacerdotes. La tierra sería “charam”; sería
dedicada a Dios, contra quien blasfemó
esta persona. Pero, la propiedad de un
traidor a la corona iba al rey como pago
de la deslealtad de éste hombre. Por lo
tanto, ella necesitaba que se supiese que
él había blasfemado contra Dios, lo cual
acabaría con su vida, y que había
blasfemado contra el rey, lo que le
aseguraría que, al morir, la propiedad
vaya al rey. ¡Ella es inteligente!
Entonces, el día llega, en el versículo
11:
Y los de su ciudad, los ancianos y los
principales que moraban en su
ciudad, hicieron como Jezabel les
mandó, conforme a lo escrito en las
cartas que ella les había enviado.
Jezabel está rodeada, principalmente,
de hombres débiles, que no se pararían
para decir lo que es correcto.
Continuemos con el versículo 12:
Y promulgaron ayuno, y pusieron a
Nabot delante del pueblo.
Luego, en el versículo 13, llegan los
testigos. Siempre me pregunté de dónde
sacan a estos hombres. De todas maneras,
los encuentran. Mira ese versículo:
Vinieron entonces dos hombres
perversos, y se sentaron delante de
él; y aquellos hombres perversos
atestiguaron contra Nabot delante
del pueblo, diciendo: Nabot ha
blasfemado a Dios y al rey. Y lo
llevaron fuera de la ciudad y lo
apedrearon, y murió.
2 Reyes, capítulo 9, versículo 26, dicho
sea de paso, nos informa que Nabot y su
esposa y sus hijos fueron todos
apedreados hasta morir.
Mira los versículos 14 y 15 de 1 Reyes,
capítulo 21:
Después enviaron a decir a Jezabel:
Nabot ha sido apedreado y ha
muerto.
Cuando Jezabel oyó que Nabot había
sido apedreado y muerto…
…ella se sentía culpable. Oh,
discúlpame, no es lo que dice
¿verdad?
…dijo a Acab: Levántate y toma la
viña de Nabot de Jezreel, que no te la
quiso dar por dinero; porque Nabot
no vive, sino que ha muerto.
Acab, el Rey sobre toda Israel, y la
Reina Jezabel habían limpiado a Nabot y
a su familia, que eran los dueños de un
pequeño viñedo, sobre la faz de la tierra,
sólo para hacer una pequeña huerta.
Parece como si la rectitud hubiese
recibido una paliza con esto, ¿no es así?
Podría parecer como si a Dios no le
importara.
La Valiente Declaración de
Elías
Necesitamos una vez más aprender una
lección de esto, damas y caballeros. La
injusticia no es vengada siempre de
inmediato. Sin embargo, Dios no es
ciego. Mira los versículos 17, 18 y 19, los
cuales nos dejan ver que Dios está
observando:
Entonces vino palabra de Jehová a
Elías tisbita, diciendo: Levántate,
desciende a encontrarte con Acab
rey de Israel, que está en Samaria;
he aquí él está en la viña de Nabot, a
la cual ha descendido para tomar
posesión de ella. Y le hablarás
diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No
mataste, y también has despojado? Y
volverás a hablarle, diciendo: Así ha
dicho Jehová: En el mismo lugar
donde lamieron los perros la sangre
de Nabot, los perros lamerán
también tu sangre, tu misma sangre.
¡Guau!
R.G. Lee, un viejo predicador que
ahora está en el cielo, predicó de éste
pasaje cientos de veces. Tituló su sermón:
“Paga el Día algún Día”. El factor
olvidado y pasado por alto, entre los
hombres perversos y las mujeres
perversas en una sociedad perversa, es el
factor llamado muerte. Tiene una manera
de igualar todo. Como se nos dice en
Hebreos, capítulo 9, versículo 27:
…está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio.
George Bernard Shaw, una vez se
quejó: “Las estadísticas son tristemente
impresionantes, una de cada una persona
muere.”
Walter Keiser, hijo, un teólogo,
escribió éstas palabras:
Dios sabía del trato injusto que se le
dio a Nabot. Aún así Él no pensó que
era lo mejor entregar a Nabot en
manos de sus falsos acusadores, ni le
ordenó a su gente que vengue la
muerte de Nabot, Dios lo sabía.
Y, por cierto, esta no sería la última vez
en que Dios no interferiría cuando una
persona inocente fuera condenada. Habrá,
un día en una corte futura, dos testigos
falsos que se pararán y dirán del inocente:
“Este hombre blasfemó contra Dios.”
Los ancianos, los líderes
representantes, también dirán: “Sí, ha
blasfemado contra Dios.”
Y, afuera, la multitud creciente, los
manifestantes, comenzarán a gritar:
“Crucifíquenlo.”
Hoy, para todos aquellos que continúan
rechazando a Jesucristo, como dijo un
autor: “Las ruedas trituran lentamente;
pero trituran extremadamente bien.”
Por lo tanto, el Señor dijo: “Elías, ve y
recuérdale a ese hombre perverso que el
día de la paga vendrá. Y quiero que le des
también un mensaje a Jezabel.”
Confrontación
Miremos el día de la paga, en el
versículo 20. No se pone mejor:
Y Acab dijo a Elías: ¿Me has
hallado, enemigo mío? El respondió:
Te he encontrado, porque te has
vendido a hacer lo malo delante de
Jehová.
Ahora, en este momento Acab está en
el viñedo, inspeccionando el jardín.
Quizás esté trazando las fuertes parras en
el pozo cuidado para el viñedo con sus
propias manos. Tal vez esté recogiendo
una uva o dos y esté saboreando el sabor
de la dulce fruta que fue cultivada por la
labor de un hombre trabajador. Fue ahí,
cuando de repente, salido de ningún lado,
aparece Elías. La conciencia culpable de
Acab en seguida se pone a la guardia y
dice: “Oh, ¿me has encontrado?”
Dicho de otra manera: “¿Cómo sabías
que estaba aquí, mi enemigo?”
 Acab culparía al faro por la tormenta.
Es como si Elías, el faro, tuviese que ver
con las aguas turbulentas de su vida que
ya había naufragado.
Elías ignora las críticas personales y las
palabras sarcásticas y dice: “Tengo un
mensaje para ti de parte de Dios. Esto no
proviene de mí; es de Dios.”
Condenación
Leamos desde el versículo 21 al 23,
Dios dice:
He aquí yo traigo mal sobre ti, y
barreré tu posteridad y destruiré
hasta el último varón de la casa de
Acab, tanto el siervo como el libre en
Israel. Y pondré tu casa como la casa
de Jeroboam hijo de Nabat, y como
la casa de Baasa hijo de Ahías, por
la rebelión con que me provocaste a
ira, y con que has hecho pecar a
Israel. De Jezabel también ha
hablado Jehová, diciendo: Los
perros comerán a Jezabel en el muro
de Jezreel.
¡Qué mensaje! “Acab, vos y Jazabel
creen que sólo se han robado un viñedo.
Que han matado a un campesino común y
corriente. Quiero que sepas que has
robado tu futuro.”
Jeremías, el autor de estos registros, un
profeta cuya sangre probablemente
hervía mientras narraba bajo inspiración,
esta historia, inserta un breve comentario
en el versículo 25:
(A la verdad ninguno fue como
Acab, que se vendió para hacer lo
malo ante los ojos de Jehová; porque
Jezabel su mujer lo incitaba.)
Esto es bastante llano, no hay error.
Confesión
Sin embargo, algo pasó en mi estudio
que me sorprendió. Es, sinceramente, un
shock. Ni siquiera estoy seguro de querer
ver ésta parte. Algo asombroso ocurre.
Mira el versículo 27:
Y sucedió que cuando Acab oyó estas
palabras, rasgó sus vestidos y puso
cilicio sobre su carne, ayunó, y
durmió en cilicio, y anduvo
humillado.
La palabra “humillado”, puede ser
interpretada como “blandamente” o
“descalzo”. Continuemos con los
versículos 28 y 29:
Entonces vino palabra de Jehová a
Elías tisbita, diciendo: ¿No has visto
cómo Acab se ha humillado delante
de mí? Pues por cuanto se ha
humillado delante de mí, no traeré el
mal en sus días; en los días de su
hijo traeré el mal sobre su casa.
Puedo Imaginarme a Elías diciendo:
“¿Podemos discutir esto?”
Para los ojos de Dios esto era
realmente verdadera humillación y
remordimiento. ¿Puedes, por un
momento, imaginar cuánto debió haber
enfurecido esto a Jezabel?
Probablemente, ella dijo algo como:
“Acab, ¿Qué es lo que estás haciendo?
¿Para qué te estas rasgando tus
vestiduras? ¿Por qué te entristeces; das el
mensaje a todos de que eres culpable?
¿Qué estás intentando hacer? Sí, matamos
a alguien. Sí, robamos el viñedo. Pero no
se lo digas a la nación.”
Sin embargo, él está revelando pública
y externamente que ha sido un pecado
mayor contra Dios.
Y, Dios respondió con gran
misericordia. También parece que Él
quiere que Elías aprenda algo; éste
profeta que es lo suficientemente valiente
como para mirar al rey y decir: “Los
perros van a lamer tu sangre.”
Un hombre débil no le dice eso a un
rey. Dios se lo hace notar: “Elías,
observaste la humillación. Elías, toma
nota, aún un viejo y perverso pecador
puede humillarse a sí mismo hasta este
nivel. Debes responder.”
 Ahora, más adelante, descubrimos que
Acab vuelve a sus viejas épocas.
Discutiremos eso en un próximo estudio,
cuando descubramos las violentas
muertes de ambos, de Acab y de Jeazabel.
Eso nos lleva, entonces, a la conclusión
que esto no fue arrepentimiento, sino
remordimiento.
Quiero hablar, por un momento, sobre
las diferencias entre remordimiento y
arrepentimiento.
Remordimiento Arrepentimiento
Vida-corta Cambio de vida
Involucra Involucra
básicamente las básicamente la
emociones voluntad, aunque
también abarca las
emociones
Toma resoluciones Toma resoluciones
vagas firmes
Exhibición externa Desarrollo interno y
cambio
A lo que quiero llegar con esto, es
aprender, como mi esposa y yo les
estamos enseñando a nuestros hijos, que,
si realmente te arrepientes de algo, pides
disculpas sin agregar la pequeña palabra
“pero” al final. No es: “Lo siento,
pero…”, es: “Lo siento.” Punto.
Hace poco me topé con algo, que
realmente me sorprendió. No debería
haber sido así, pero lo hizo. Es una línea
telefónica que alguna persona inteligente
ha arreglado para llamarla: “Señor
Disculpas”. Alguien, sabiendo que todos
experimentamos la culpa, ha hecho
negocio con esa culpa y, al mismo
tiempo, permite a una persona evitar el
procedimiento correcto para manejar esa
culpa. Todo lo que tienes que hacer es
llamar al número de esa línea telefónica
Sr. Disculpas y dejar tus disculpas a un
contestador automático. Si quieres,
puedes quedarte en línea y escuchar las
disculpas de las otras personas. Luego de
haber dado tus disculpas y haber
escuchado otras, cuelgas.
El Sr. Disculpas obtiene más de cien
llamadas diarias. Lo siento, pero
llamando al Sr. Disculpas no se soluciona
nada. No va a restaurar tu relación. No va
a limpiar tu conciencia. Eres sólo uno
más y es todo.
Aplicación
Eso es suficiente sobre el anciano y
perverso rey y la reina, pero, ¿Qué hay de
nosotros? Eso es suficiente con lo que
sucedió entonces, pero ¿Qué hay de lo
que pasa hoy? Sabes que sólo me restan
unos minutos para lidiar con estas cosas,
por lo tanto, te debes sentir a salvo. Y,
además, nunca has robado un viñedo.
Me gusta la historia del niño pequeño
que dejó la iglesia un día, con su papá.
Estaban caminando y el pequeño le dio la
mano al predicador y dijo: “Pastor, ese
fue un gran mensaje. Hizo que el camino
de mi papá se desplomara.”
Bueno, mi intención no es desplomar
tu camino, sino que tu parar sea derecho.
Hoy estamos estudiando juntos, no con el
fin evangelístico, aún así, si hay alguien
escuchando y se encuentra sin Jesucristo,
no hay mayor deseo en mi corazón para
ti, que le entregues tu corazón a Él. Sin
embargo, de acuerdo con las claras
instrucciones de la Palabra, hoy estamos
estudiando juntos, para adorar a Dios con
el propósito de la edificación. Pero, aún
eso está un poco mezclado en nuestros
días. Edificación no significa que todos
nos sintamos cómodos; que sólo nos
sintamos genial y que cantemos canciones
alegres. La edificación no significa que a
veces nos sintamos mejor, no significa
que vivamos mejor. Sin embargo, a
veces, tenemos que herirnos a fin de
mejorar.
 Mientras sostenemos el espejo de la
Palabra, Dios intenta que tenga el mismo
efecto sobre ti que el espejo del baño
tiene sobre tu rostro. Esta mañana,
mientras te estabas vistiendo, te miraste al
espejo y no dijiste: “¿A quién le
importa?” Afortunadamente, ¡te
deslizaste en el trabajo de reparación de
emergencia! Pasaste una hora arreglando
lo que la almohada dañó durante la noche.
Algunos de nosotros no necesitamos una
hora – ¡con cinco minutos nos basta!
Algunos de ustedes pasan más tiempo en
frente del espejo y ¡eso está bien! De la
misma manera, cuando sostienes el espejo
de la Palabra sobre tu vida, no deberías
decir: “¿A quién le importa? Muy bien,
me veo a mí mismo, gran trabajo.” Su
intención es cambiarte.
Tres maneras de robar
Hay por lo menos tres maneras de robar.
¿Hay algún ladrón escuchándonos?
El robo directo
1. La primer manera que sugeriré es
el robo directo.
Déjame definir la palabra “robo”.
Robar es “tomar algo por ti mismo que le
pertenece a otra persona.” Puedes robar:
• Tiempo de tu empleado;
• Dinero, a través de sumas
abultadas;
• Impuestos del gobierno;
• Afecto de un hombre o de una
mujer casada;
• Respuestas del examen de otra
persona;
• Adoración a Dios, cuando se la
das a otra cosa.
Todos podemos ser ladrones.
Engaño
2. Hay una segunda manera en la
que podemos ser ladrones y es, a
través del engaño.
El engaño puede ser definido como
“extraviar o representar mal con el
propósito de una ganancia deshonesta.”
Eso, por cierto, es típico de los
inconversos. Romanos, capítulo 3, nos
dice que el no creyente engaña
constantemente.
Descubrimos, también, que el engaño
es la característica del falso maestro. El
falso maestro es un gran mentiroso. El,
no quiere nada más que obtener lo que tú
tienes y mentirá y engañará para
obtenerlo.
En Apocalipsis, capítulo 20, versículo
3, se nos dice que Satanás es referido
como el engañador de las naciones.
Santiago, capítulo 1, versículos 23 y
24, habla sobre un creyente desobediente
que mira al espejo de la Palabra y es
solamente un oidor y no un hacedor; se
auto-engaña y está despojado de la
madurez, el crecimiento y el regocijo que
deberían ser de él.
Estafa
3. Hay otra forma de robar, no sólo a
través del robo directo o del
engaño, pero también por medio
de la estafa.
Estafar significa: “retener algo de
alguien a quien verdaderamente le
pertenece.”
La Biblia habla sobre la retención:
• De la paga honesta a los
trabajadores honestos;
• El apoyo a los padres ancianos
que necesitan tu ayuda;
• La intimidad física con el esposo;
• Propiedades honestas de creyentes
que se han equivocado
financieramente.
¿Qué hay de un padre que retiene
tiempo de su hijo? Mientras puede ser
socialmente aceptable que te tomes un día
libre y lo pases en el campo de golf, o en
la cancha de tenis, o en alguna actividad
personal privada, puede no ser
espiritualmente aceptable; puede ser que
no sea más que una mamá o un papá
estafando el tiempo de un niño.
Piensa en los pequeños que son
entregados a otras personas para que los
críen y los cuiden. Hay veces que es una
situación desafortunada que debe ser así,
especialmente para una madre o para un
padre solo. Pero me temo que la mayoría
de la comunidad cristiana no es diferente
al mundo, y lo hacen para poder alcanzar
un estilo de vida que ellos decidieron que
debían tener. Están robando el futuro. ¿A
qué precio?
He estado en las salas de los hospitales
con personas que se han deslizado hacia
la eternidad. Esas son experiencias de las
que nunca me recupero. Nunca he oído, y
estoy seguro que no lo haré, que las
últimas palabras de un santo que diga
algo como: “Deseo que hubiese tenido
más dinero. Me hubiese gustado alcanzar
ese ascenso. Hubiese deseado que mi casa
hubiese sido la mejor.”
No. Escuché: “Deseo que hubiese dado
más de mí mismo a lo que realmente
importaba.”
Creo que Robert Stevenson quien
siempre hace mención de cuando su
atareado padre se hizo de un tiempo para
llevarlo a pescar. Ocurrió sólo una vez en
su niñez. Se referiría a ese evento como
uno de los días más felices de su infancia.
Años después, luego que su padre pasó a
la eternidad, encontró el diario de su
padre. Estaba pasando las hojas y
encontró la declaración de ese día
especial, el cual estaba marcado en su
memoria como el día más precioso de su
infancia. Para su dolor, leyó las palabras:
“Hoy fui de pesca con mi hijo….un día
perdido.”
Tres Verdades para Estudiar
Escucho algunas voces desde ese
viñedo. Están enseñando algunas
verdades profundas para que todos
nosotros volvamos a casa y estudiemos.
Se conciente
1. La primer voz dice esta verdad:
“Se conciente, el placer ganado
del pecado es solo una distracción
para la destrucción venidera. Estás
solo distraído.”
Estate alerta
2. La segunda voz dice está verdad:
“Estate alerta, no puedes sembrar
semillas de pecado y luego desear
una buena cosecha para el futuro.
Lo que una persona siembra, eso
cosecha.”
No nos gusta ese tipo de charlas hoy en
día. No estoy hablando del perdón. Dios
tiene la habilidad de transformar lo
escarlata en blanco nieve. Estoy hablando
de las consecuencias y de las
limitaciones, algunas de las cuales duran
para toda la vida.
Se discernidor
3. La tercera es, se discernidor,
asegúrate que las cosas que
persigues valgan realmente la
pena.
No te he dado las respuestas, he
formulado las preguntas. Pero, te diré que
cada marca de integridad que exhibes en
tu vida, cada vez que dices “No”, cada
vez que te paras por lo que es piadoso y
puro, cada vez que te niegas a engañar o a
mentir, cada vez que das en vez de tomar,
estás depositando un poco más en el
registro de tu vida que se marca
claramente como “vale la pena de ser
vivido”. Los beneficios son:
contentamiento, una conciencia limpia,
comunión con Dios.
Para cerrar, quiero que sepas, a modo
de aliento, que tanto como la iglesia del
Nuevo Testamento ha estado alrededor, el
creyente ha luchado con el egoísmo, la
codicia, la avaricia, y el robo. Pero
¿nunca se te vino a la mente que Dios está
comprometido a transformarte de ser una
persona que roba, ya sea tiempo, lealtad o
dinero, en una persona que comparta?
Cierra tu Biblia y sólo escucha,
mientras leo en Efesios, capítulo 4,
versículo 28:
El que hurtaba, no hurte más, sino
trabaje, haciendo con sus manos lo
que es bueno, para que tenga qué
compartir con el que padece
necesidad.