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SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO

SEDE:
DECISION JESUS – IGLESIA BAUTISTA REFORMADA

TUTORES:
GABRIEL PRIETO
PABLO PRIETO

ESTUDIANTE:
ANTHONY MOLINA TORRES

MATERIA:
TEOLOGIA BIBLICA

TRABAJO FINAL
- TEOLOGIA BIBLICA -

SANTIAGO DE CALI
INTRODUCCION

Tristemente, la lectura del Antiguo Testamento no había tenido en mi vida Cristiana el Sabor

que debía tener: dulce, atrayente y de expectación, sino que por el contrario, se había

convertido para mí (muy seguramente por mi ignorancia) en una lectura que debía cumplir,

ya que a mi parecer era un deber cristiano el leerse por lo menos una vez al año la Biblia

de “tapa a tapa”, convirtiendo así la lectura de la palabra de Dios en una obligación o cargo

de conciencia poco provechosa, que terminaba al final del día con una alegoría

superficialmente provechosa y una amnesia selectiva de las historias que no entendía, las

ceremonias tan estructuradas y como no, las extensas genealogías que parecían no tener

sentido.

Pero como en todos los propósitos divinos, Dios siempre perfecciona y termina lo que

comienza, llevándome así al conocimiento de la Teología Bíblica, la cual ha motivado mi

vida a ver correctamente a Cristo a través del Antiguo Pacto, a ver ese hilo conductor que

tan esquivo me fue mientras aborde estas lecturas en mi ignorancia y que permite entrelazar

los planes de Dios y ver la progresividad de su plan de Redención que se manifiesta

plenamente en Jesucristo.

Por eso, por medio de este corto trabajo, me propongo a intentar mostrar como se cumplen

algunas promesas del Antiguo Testamento en ciertos pasajes correspondientes a los dos

primeros capítulos del Evangelio de Lucas, para que el Lector pueda comprender, que el

ver a Cristo en el Antiguo testamento no es tan complicado como a veces parece ser, sino

que este estudio solo necesita de paciencia, dedicación y buenas fuentes para abordar este

estudio.
Lo primero que debemos recordar es que las intenciones de Lucas al escribir el Evangelio

fueron Tres: Intentar ser Preciso por medio de dar un relato confiable sobre los comienzos

del Cristianismo, escribir en orden o exhaustivamente en el sentido de brindar un relato

completo y por último, el establecer una base cierta para dar seguridad a los lectores de

que los hechos ocurrieron como el los describía1. Teniendo esto claro (recordando también

que aunque Lucas no olvidó por completo a los Judíos, tenía la intención de escribir

mayormente a gentiles)2, podremos entender la forma como el escritor se esmeró por

mostrar a los gentiles en medio de estos pasajes, el cumplimiento de diversos textos del

Antiguo Testamento de una manera universal y como el Mesías traería libertad y

reconciliación no solo a los judíos, sino también a los gentiles.

Lucas 1: 39-56:

En esta unidad de pensamiento se puede notar que cuando María expresa su canto de

gratitud a Dios (específicamente en el V.55), ve en su experiencia con el Ángel Gabriel que

se ha manifestado en ella la promesa dada en Génesis 12:1-3, en el sentido de que la

misericordia de Dios mostrada hacia ella (al permitirle al dignísimo favor de llevar a su

vientre al Mesías) es el cumplimiento de la promesa del pacto hecha por Dios a los padres,

que sigue siendo para nosotros de Gran Valor (Gá. 3:9, 29)3.

En otras palabras, cuando María expreso la frase “como prometió a nuestros padres”, Lucas

tiene como objetivo hacer que nuestro pensamiento se remita hasta Abraham así como

sucedió con María (ya que Dios le dijo a este: “En ti serán benditas todas las familias de la

1
Thomas D. Lea, El Nuevo Testamento: Su Trasfondo Mensaje (El Paso, Texas: Mundo Hispano, 2000), p. 156
2
Thomas D. Lea, El Nuevo Testamento: Su Trasfondo Mensaje (El Paso, Texas: Mundo Hispano, 2000), p. 155
-156
3
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelios según San Lucas (Michigan: Libros
Desafío, 2002), p. 86
tierra”) para recordarnos que esta promesa se mantuvo en todo el antiguo testamento y

para decirnos también que María consideraba lo que estaba ocurriendo en ese momento

como una realización de la antigua promesa hecha a Abraham y a su descendencia por la

eternidad”, esto es “para siempre”4. Esta promesa y su cumplimiento, en el mismo sentido

que María, también se ve reflejada en la expresión de Zacarías en su canto (v. 73-74).

Nuestra respuesta como cristianos ente el cumplimiento de esta promesa debe ser igual a

la de María, es decir, debemos dar fruto de humildad y bajeza ante semejante manifestación

de amor, gracia y misericordia por parte de Dios ante una raza tan pecadora como la

nuestra, ya que Dios ha enviado un Salvador por medio del cual se nos transmite la

bendición dada a Abraham de ser benditos en su simiente, que es en Cristo Jesús. Y ahora,

podemos ver que somos acreedores de las promesas dadas a Abraham porque estamos

en cristo.

Lucas 1: 67-80:

En la segunda parte de este canto profético de Zacarías, se hace evidente una clara

armonía con Malaquías 3:1, ya que este sacerdote hace un resumen de la misión de su

hijo Juan mencionándolo como un antecesor del Mesías (v.76 -77) que prepararía los

caminos del Señor, del cual sabemos por la primer parte de este cantico, hace referencia

al Mesías que había llegado y estaba dentro del vientre de María. Precisamente, esta

argumentación es respaldada por las mismas palabras de Jesús cuando dice que Juan el

bautista es aquel profeta Elías que había de venir y que el pueblo de Israel estaba

esperando (Mt. 11:14).

4
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelios según San Lucas (Michigan: Libros
Desafío, 2002), p. 92
¿De qué manera Juan el bautista era precursor del Cristo y prepararía su camino? Bueno,

podríamos decir que al mirar la fuerte y dura predicación de Juan el bautista (pero que iba

acompañada con el llamado al arrepentimiento de los pecados), este preparaba el camino

para la llegada del Mesías puesto que estaba generando la necesidad de un Salvador a un

pueblo que se veía a si mismo como merecedor del favor de Dios por sus obras y

nacionalidad Judía.

Ya en los versículos 78-79 podemos ver la conexión que hace Zacarías (gracias a la

capacitación dada por Dios al hacerlo lleno con el Espíritu Santo) con Isaías 9:2-7, al

mencionar que aquel niño que estaba en el vientre de María era la Luz, la Salvación a un

pueblo que se hallaba en oscuridad, desesperanzado, depravado y apuntando a la ceguera

espiritual que tenían los judíos al rechazar posteriormente al Mesías. Bien lo expresa el

exegeta cuando dice “que Jesús, por medio de su presencia, su enseñanza, sus obras de

misericordia y poder, llenaría los corazones de sus seguidores con el gozo de la salvación.

Nunca más se iban languidecer en la tristeza y desesperación”.5

Tristemente vemos que el pueblo de Israel rechazo al Mesías, y aunque la luz vino a

alumbrar a Su pueblo, este lo rechazo por que amaron más la tinieblas en las que estaban

que la luz misma (Jn. 3:19), mostrando que en el plan secreto de Dios, el verdadero pueblo

de Israel era una nación que tenía entre sus habitantes algunos judíos con la inclusión del

pueblo gentil (Ro. 9: 6-8).

5
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelios según San Lucas (Michigan: Libros
Desafío, 2002), p. 106
También podemos ver el cumplimiento de 2 Samuel 7:11-16 en medio de este cantico a

Dios, en el sentido que Zacarías por medio de su proclamación (v. 69), puede identificar al

niño en el vientre de María con el Rey Salvador que vendría de la casa de David y que sería

su sucesor real con una dinastía que duraría para siempre.

Teniendo en cuenta esta promesa de Dios, podemos decir que “esta fue la base de la

esperanza del Mesías que le dio seguridad a las generaciones del pueblo de Dios que

vivieron en los últimos siglos del período del AT, y luego se cumplió en el nacimiento de

Jesucristo; de lo cual son testigos el NT entero y la iglesia cristiana”.6

Gracias al cumplimiento de estas dos promesas, como cristianos debemos tener una actitud

de asombro, firmeza y reverencia. Primero, porque vemos la fidelidad de Dios, que cumple

lo que promete ya que su palabra nunca cambia, porque envió a juan el bautista para

preparar el camino del ministerio de Jesús y al mismo tiempo nos envió aquella luz que nos

daría paz y nos libraría de nuestro yugo; gloria a Dios por tanto amor. Sin embargo, este

cumplimiento nos debe dejar un principio de suma importancia a los creyentes de todos los

tiempos, y este es, que la forma como debemos predicar ya ha sido establecida por Dios,

porque primero debemos predicar el pecado y la verdadera condición del hombre frente

para guiarlos al arrepentimiento y así preparar el camino para las buenas noticias en Cristo

Jesús. Esto es un principio olvidado en el cristianismo actual, en donde las prácticas

humanistas y motivacionales han reemplazado la predicación del pecado y arrepentimiento.

6
D. A. Carson, G.J. Wenham, J.A. Motyer, R.T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno: Antiguo
Testamento (Texas: Mundo Hispano, 2003), p. 727 – 728.
Lucas 2:25-32

En este pasaje vemos como Simeón da acción de gracias a Dios por medio de un canto,

debido a la misericordia mostrada por Dios al permitirle ver al Mesías, a la Salvación misma

y tenerla entre sus brazos, como Dios mismo se lo había revelado por medio de Su Santo

Espíritu; si recordamos el objetivo de Lucas y a quien fue dirigido principalmente su

Evangelio, aquí podemos ver que esta alabanza de Simeón (específicamente en v. 31-32)

está en perfecta armonía con Isaías 42:5-7, ya que pregona que Jesús no solamente es

Salvador para Israel sino también para los gentiles y como dice el comentarista bíblico sobre

estos versículos: “hablan del carácter afable del Siervo y de su misión mundial” 7.

Este canto de Simeón es de suma importancia, debido a que muestra la realidad de la

llenura del Espíritu que este tenía, puesto que relaciona a aquel niño que tenía en sus

brazos directamente con el Siervo de Dios que se menciona en Isaías 42:5-7; aquí

claramente este hombre está proclamando abiertamente que este niño seria aquel pacto

que traería y personificaría la Salvación de Dios como Luz que ilumina y liberta en medio

de la oscuridad y esclavitud, no solamente al pueblo judío sino a los gentiles8, 9.

Ahora, viendo esta declaración de Simeón en el V. 32, vemos que la gloria ha sido dada es

a Israel (ya que la luz se le atribuye mayormente al pueblo gentil, debido a que de alguna

manera podemos decir que estaba en mayor oscuridad; aunque el Mesías traería también

luz a algunos judíos), y por esto debemos recordar que Dios había bendecido

especialmente a este pueblo por sobre todas las naciones de la tierra dándole el dignísimo

decoro de promulgar a todas las naciones al verdadero Dios, y además de esto, el honor

7
John MacArthur, La Biblia de estudio MacArthur (Nashville Tennessee: Grupo Nelson, 2012), p. 937.
8
John MacArthur, La Biblia de estudio MacArthur (Nashville Tennessee: Grupo Nelson, 2012), p. 937.
9
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelios según San Lucas (Michigan: Libros
Desafío, 2002), p. 134
de que el Cristo naciera de este pueblo. Es aquí donde vemos el cumplimiento de Isaías

49:5-7, ya que aquel niño que Simeón cargaba en sus brazos también era aquel Siervo que

tendría victoria en lo que el pueblo de Israel fallo, y esto es en el llevar a todo pueblo a los

pies del Verdadero Dios (Is. 42:6).

El gozo de Simeón y la verdad que le fue revelada por el Espíritu Santo de que este niño

que cargaba seria la Salvación, inmediatamente está trayendo a su mente y la nuestra que

el cumplimiento decisivo de la profecía del nuevo pacto revelada en Jeremías 31:31-34

tiene lugar en Jesucristo (1 Co.11:25; Heb. 8:7-13; 9:15). Esto significa que el pacto que

Dios ha establecido en Jeremías 31:31-34 no termina, ya que es cumplido por completo en

el pueblo que está “en Cristo” porque ha hecho un sacrificio por el pecado de una vez y

para siempre.10

Como en toda obra de Dios, nuestra actitud frente a su voluntad y cumplimiento de sus

promesas debe ser de completa humillación, asombro y gratitud, puesto que ¿Cómo no

podríamos ser agradecidos ante un plan de salvación que nos sacó de la oscuridad, nos

quitó la ceguera y nos libró de la esclavitud al pecado? ¿Cómo no agradecer y humillarse

ante un Dios que prefirió dar a su hijo como pago por los pecados de otros para no

castigarlos como se merecen? Damos gracias a Dios por que sus promesas cumplen su

propósito principal en nosotros lo creyentes, generando la actitud de hacerlo todo para Su

gloria.

10
D. A. Carson, G.J. Wenham, J.A. Motyer, R.T. France, Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno: Antiguo
Testamento (Texas: Mundo Hispano, 2003), p. 1563.
También estas promesas nos deben recordar que ahora tenemos en nuestros corazones la

Ley de Dios y hemos sido capacitados con el Espíritu Santo para cumplirla con gozo, no

para ganar méritos delante de Dios, sino para su gloria y en agradecimiento por una

Salvación tan grande.

BIBLIOGRAFIA

 Lea, Thomas D. El Nuevo Testamento: Su Trasfondo Mensaje. El Paso, Texas: Mundo

Hispano, 2000.

 Hendriksen, William. Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Lucas.

Michigan: Libros Desafío, 2002.

 Carson, D. A. Wenham, G.J. Motyer, J.A. France, R.T. Nuevo Comentario Bíblico Siglo

Veintiuno: Antiguo Testamento. Texas: Mundo Hispano, 2003.

 MacArthur, John. La Biblia de estudio MacArthur. Nashville Tennessee: Grupo Nelson,

2012.

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