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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CHINÀ

INGENIERÍA EN AGRONOMÍA

ASIGNATURA:
NUTRICION VEGETAL.

MAESTRA:
MONICA BEATRIZ LÓPEZ HERNÁNDEZ

ALUMNOS:
LÓPEZ RUIZ ANDRÉS.
MEDINA JIMENEZ CAROLINA.
HERNANDEZ LOPEZ ELMER.

RESUMEN DE LOS TEMAS EXPUESTOS EN CLASES (UNIDAD 7, 8, 9, 10 Y 12)

Grupo: 5 BA

Fecha de entrega: 14 de noviembre del 2018


UNIDAD 7
Diagnóstico de la fertilidad del suelo

En la fertilidad del suelo depende en gran medida de la oportunidad y precisión


con que se aplique un programa de diagnóstico del estado nutrimental. En el caso
de los cultivos anuales este diagnóstico hace midiendo en el suelo su potencial
para abastecer de nutrimentos a las plantas; en el caso de los cultivos
permanentes, el diagnóstico comprende la observación del estado nutrimental de
la planta.

La fertilidad del suelo es un concepto amplio que no necesariamente significa lo


mismo para todas las personas. La versión moderna más aceptada incluye tres
tipos de fertilidad: la química, la física y la biológica. Un enfoque acuerdo del
diagnóstico involucra a los tres tipos, aunque por lo general se privilegia solo el
primero.

7.2. Muestreo de suelos para estudios de fertilidad

El muestreo es el primer paso en el análisis químico de suelos o plantas. La


obtención de muestras representativas es de vital importancia para generar
información confiable. Se sabe que el suelo es un cuerpo heterogéneo en sus
sentidos horizontal.

Hoy existen programas computacionales que con su ayuda permiten seleccionar


puntos al azar sobre un terreno, que son identificados por un geoposicionador, lo
que asegura un muestreo totalmente al azar. En tales circunstancias no es posible
probar la precisión de los resultados obtenidos. A pesar de los inconvenientes
señalados, éste es el único procedimiento que tiene reales posibilidades de
aplicación en programas rutinarios de muestreo de suelos para estudiar su
fertilidad

Muestreo sistemático. Este tipo de colección de muestras se usa para mejorar la


cobertura del muestreo en una población; provee observaciones igualmente
espaciadas, lo cual da una idea de la distribución espacial de la variabilidad de
una característica química.

Muestreo a criterio del investigador. Este esquema hace uso del conocimiento
que el investigador tiene del medio para elegir los sitios donde obtener la muestra.

7.3. Análisis químico de suelos

Se analizará el caso de aquellas pruebas cuyos resultados sirven para establecer


una idea general de los posibles problemas relacionados con la fertilidad del suelo
y el suministro de nutrimentos.

Las características químicas asociadas con la fertilidad. Estas características


químicas no miden de manera específica la concentración disponible de ningún
elemento esencial para el crecimiento de la planta, sino que miden características
del suelo que de alguna manera influyen en la disponibilidad de esos elementos.
Por ejemplo, la medición de la reacción del suelo (pH) permite inferir acerca de la
probable disponibilidad de micronutrientes y de P, la cantidad de carbonato de Ca
o de Al intercambiable presente en el suelo; el porcentaje de materia orgánica,
permite hacer inferencias acerca de la disponibilidad de N, S y P del suelo.

Índices de disponibilidad nutrimental. Un indicador de disponibilidad nutrimental


puede ser cualquier fracción de un elemento que es posible extraer desde el
suelo, empleando un solvente específico, como una solución química o una resma
de intercambio iónico. Ya sea por procedimientos empíricos tradicionales o
modernos, como se discute más adelante en esta sección. La medición de lo
extraído puede hacerse por diferentes procedimientos clásicos (químicos) o
modernos (físicos) y no deben afectar los resultados. Ya sea por procedimientos
empíricos tradicionales o modernos, como se discute más adelante en esta
sección. La medición de lo extraído puede hacerse por diferentes procedimientos
clásicos (químicos) o modernos (físicos) y no deben afectar los resultados. La
naturaleza de la solución química depende del tipo de nutrimento y no existe una
solución universal para todos ellos. Si la cantidad disuelta se relaciona con lo que
un cultivo puede absorber, a esta fracción se le llama disponible. No se debe
confundir una fracción extractable con una disponible. La fracción disponible es un
valor que se relaciona con la cantidad de nutrimento a la que la planta puede tener
acceso y absorber. La cantidad de un nutrimento que la planta absorbe es sólo
una fracción de lo que está disponible en el suelo, ya que el sistema radical de
ésta no explora el total del volumen de poros llenos con la solución de suelo, sino
sólo una fracción. Por eso no se puede hacer igual la fracción medida y llamada
disponible, con el contenido total de esa fracción que existe en el suelo, esto es,
no se puede inferir fácilmente la cantidad real de un nutrimento a disposición de
planta, a partir de la medición de la fracción extractable. Si el valor de la fracción
extractable es relativamente bajo, indica que mientras más bajo habrá una muy
probable respuesta a la aplicación de fertilizantes (sólo si es que no hay otros
Factores limitativos de la producción) y viceversa.

Fracción intercambiable. Fracción intercambiable, como su nombre lo indica, es


aquella porción de ciertos nutrimentos que están adsorbidos en la superficie de los
coloides del suelo (arcillas y humus) y pueden ser fácilmente intercambiados por
otros. En la mayoría de los suelos de las regiones templadas los nutrimentos
intercambiables son los cationes básicos.
Análisis rápido de campo. Una alternativa al análisis tradicional de suelo en
laboratorio, es el empleo de la técnica del análisis rápido que se practica en el
campo. El desarrollo de la tecnología ha permitido contar con instrumentos
sensibles que se pueden transportar al sitio de cultivo. Sin embargo, la mayoría de
ellos requiere que el nutrimento sea colocado en forma soluble mediante el uso de
soluciones extractantes. Para que el resultado de estos ensayos tenga un
verdadero significado agronómico, la fracción del nutrimento que se extrae debe
relacionarse con lo que la planta puede absorber. Infortunadamente esta condición
no siempre se cumple y es común que se cometan errores graves por no
comprender la teoría detrás de estas técnicas.

7.4. Recomendaciones de fertilización

Extrapolación de recomendaciones. Es la metodología más general y, por


consiguiente, la menos precisa de todas las empleadas para formular
recomendaciones de fertilización. Es preciso analizar la información generada
para circunstancias similares (cultivo, clima, suelo, manejo) a la del lugar hacia
donde se desea aplicarla. El empleo de la extrapolación se justifica cuando existe
urgencia de
hacer recomendaciones y no se cuenta con ninguna información local o ésta es
escasa. Se puede alcanzar un éxito de las mismas cuando tiene similaridad en el
tipo de suelo y condiciones de manejo, pero la extrapolación no considera el
efecto residual de la fertilización previa.

Lo ideal es conocer la clasificación del suelo. La taxonomía de suelos es


adecuada para este propósito porque considera el régimen de humedad y térmico
del suelo, en los niveles más bajos.
Recomendación media regional Esta recomendación resulta del promedio de las
dosis óptimas económicas de cierto número de experimentos realizados en la
región. Es un criterio
ampliamente usado en varios países y se ha generado un gran número de
recomendaciones regionales. En algunos casos se han aplicado en agrosistemas
particulares. El problema fundamental de las recomendaciones de medias
regionales es que la dosis que se recomienda no necesariamente proviene de
resultados experimentales obtenidos en suelos, climas y manejos similares al
lugar donde se desea aplicar fertilizantes.

Recomendaciones específicas para agrosistemas. Las recomendaciones


específicas para agrosistemas parten de reconocer que la variación de los factores
de suelo, clima y manejo que existen normalmente en una región, y que modifican
la respuesta del cultivo a los factores tecnológicos, pueden ser estratificadas en
unidades relativamente homogéneas, denominadas agrosistemas o
agroecosistemas, dentro de las cuales se supone que las respuestas del cultivo a
los factores tecnológicos son similares y consecuentemente se puede dar una
recomendación única.

Funciones generalizadas de producción. Las recomendaciones con la


metodología de funciones generalizadas de producción se pueden obtener para un
nivel de parcela individual (Laird, 1977). Ésta se genera, como en el caso de
metodología de agrosistemas, con base en experimentación de campo que
permite medir la respuesta del cultivo a los factores tecnológicos. No son utilizadas
frecuentemente por el alto costo que significa su generación.

Recomendaciones basadas en análisis de suelo. Las recomendaciones con


base en los resultados del análisis químico son frecuentes en los países
desarrollados con un largo historial de investigación que las soportan. Para que
funcione efectivamente se precisa contar con datos
analíticos de buena calidad. Es posible derivar una recomendación de fertilización
más exacta a partir del valor del análisis de suelo, el cual se emplea como un
indicador de suministro y junto con otros datos (cultivo, rendimiento máximo
alcanzable y porcentaje de suficiencia, tasa de incremento de rendimiento al
aplicarle fertilizante, método de aplicación, manejo de los residuos del cultivo
anterior, aporte de N y S de la materia orgánica del sudo, uso de estiércol, entre
otros) que sirven para estimar la demanda nutrimental y la eficiencia del
fertilizante, se genera una estimación de la dosis de fertilización. Este
procedimiento se detalla a continuación.

Recomendaciones basadas en el funcionamiento del sistema de producción.


Para su aplicación se requiere contar con un profundo conocimiento de la manera
como funciona un sistema de producción (Etcheverset at, 1991; Rodríguez, 1990;
Rodríguez et aL, 2001).El análisis de suelo (un indicador de disponibilidad) es
transformado mediante la aplicación de coeficientes empíricos en un valor que
representa la oferta real de un nutrimento, es decir, la cantidad de kilogramos de
un nutrimento que puede ser absorbido desde el suelo por los diferentes cultivos
por cada unidad de nutrimento extraído
UNIDAD 8
Corrección de deficiencias nutrimentales en el suelo.

Comúnmente los suelos agrícolas contienen cantidades insuficientes de uno o


más elementos esenciales para la nutrición adecuada de los cultivos, lo cual hace
necesario agregarlos directamente en forma de abonos orgánicos o de fertilizantes
químicos. También puede ocurrir que un determinado nutrimento se encuentre
presente en el suelo, pero en una forma no disponible, es decir, no hidrosoluble o
intercambiable. En tal caso pueden adoptarse medidas indirectas como son
modificar el pH o el potencial redox del medio edáfico. Una práctica muy
recomendable y eficaz de incrementar el contenido de nutrimentos en el suelo es
mediante adiciones de materia orgánica y crean- do condiciones favorables a su
mineralización. Como ya se revisó en el Capítulo 4., la reducción de la relación
C:N en el material orgánico favorece la disponibilidad del N. Por su parte, la
disponibilidad de P es afectada Fuertemente por el pH del suelo, de tal suerte que
el enca- lado de suelos ácidos o la adición de agentes acidificantes a suelos
calcáreos y alcalinos, llevándolos a un pH cercano a neutralidad, mejora
sustancialmente su disponibilidad. Esta última práctica también favorece la
disponibilidad de micronutrimentos como el Fe, Mg, Cu y ZII, cuya hidrosolubilidad
se incrementa en un medio ácido. Otras técnicas indirectas pueden ser el uso de
inoculantes con bacterias fijadoras de N atmosférico en leguminosas u el uso de
micorrizas en especies vegetales con sistema radical poco efectivo para la
absorción de nutrimentos de baja movilidad en el suelo, como el P y el Zn. A
continuación se describirán los diferentes materiales fertilizantes usados para
proporcionar cada uno de los nutrimentos vegetales, los criterios para su selección
y las medidas aplicables para mejorar su eficiencia agronómica. El capítulo se
abocará principalmente a la corrección de deficiencias de N, P, K y algunos
nutrimentos secundarios como Ca, Mg y S.

Fertilizantes nitrogenados
Los fertilizantes nitrogenados pueden clasificarse en orgánicos naturales y
químicos. Estos últimos a su vez pueden dividirse en naturales y sintéticos.

. Fuentes orgánicas naturales de nitrógeno En esta categoría se encuentran los


siguientes materiales:

Excrementos. Guanos marinos, guanos de murciélagos, gallinaza, estiércoles de


ganado mayor y menor.

Compostas. Se obtienen por fermentación de diferentes materiales orgánicos


como estiércoles, desechos de rastros, residuos vegetales y basuras.

Abonos verdes. Son cultivos establecidos con el propósito de incorporarse al suelo


para elevar su contenido de nitrógeno y su fertilidad en general. Comúnmente se
trata de leguminosas de los géneros Trifolium, Melilotus y Stizolobium, entre otros.

Fertilizantes fosfatados

Los fertilizantes fosfatados nacieron en 1840 cuando Liebig trató huesos con
H2SO4. En la actualidad la principal materia prima en la síntesis de los fertilizantes
fosfatados es la roca fosfórica o apatita, siendo la más común la fluorapatita
[Ca.,(PO4)21, • CaF,. La roca fosfórica usada en la síntesis de fertilizantes en
México proviene en su mayor parte de Florida, EUA y de Marruecos.

Las mayores reservas mexicanas de roca fosfórica se encuentran en Baja


California Sur. Aunque desde 1914 se sabía de la existencia de estos depósitos,
no fue hasta 1974 que se inició una exploración exhaustiva, encontrándose
yacimientos en San Juan de la Costa, Santo Do- mingo, San Hilario, Santa Rita,
Tembabiche, La Purísima, San José de Castro y San Roque. En enero de 1980, la
empresa REFOMEX S.A. inició la explotación del yacimiento de San Juan de la
Costa, que a partir de ese mismo año produjo 730 000 t atio4 de concentrado con
31 % de P20, (Harris, 1981). En 1992 desapareció RO- FOMEX y sus activos
fueron adquiridos por la empresa FERT1NAL, misma que continuó la extracción y
beneficio de roca fosfórica en San Juan de la Costa, hasta 2001, año en que
suspendió operaciones por los daños de un ciclón a la planta de beneficio,
además del surgimiento de problemas financieros y laborales (Anónimo, 2002).
Las reservas de fertilizantes fosfatados de este depósito,

Fertilizantes potásicos

La mayoría de los suelos de México se encuentran bien abastecidos de este


nutrimento, bien sea por estar ubicados en zonas áridas que no favorecen su
lixiviación o bien por estar influenciados por actividad volcánica que depositó en
ellos cenizas ricas en K. No obstante, se han

encontrado respuestas esporádicas a fertilizantes potásicos en ensayos


establecidos en las diferentes zonas agrícolas del país. En México se localizaron
779 reportes sobre diferentes ensayos de invernadero y campo realizados entre
1954)' 1988, principalmente en cultivos de maíz (53 %), trigo (17 %), sorgo (6 %),
papa (4 Wo) y algodón (4%); el 16% restante compendió nueve diferentes cultivos
incluyendo arroz y otros cereales (3 %), jitomate, otras hortalizas y frutales (4 %),
soya, frijol, pastos y alfalfa (9 %). En el 89.6 'Yo de los casos no se encontró
respuesta del cultivo a la aplicación de K; en el 7.7 % de los ensayos hubo un
incremento de rendimiento y en el restante 2.7 % de los casos, la fertilización
potásica abatió los rendimientos. La fertilización potásica es una práctica usual
con los cultivos de tabaco, tomate, café y caña de azúcar.. Las hortalizas y
ornamentales bajo manejo intensivo requieren altas dosis de K para un buen
rendimiento y calidad.

El incremento en el uso de fertilizantes nitrogenados y fosfatados, así como la


siembra de cultivos más exigentes, ha hecho necesaria la fertilización potásica en
terrenos tradicionalmente considerados como bien abastecidos de este nutrimento
en varios países como La India, Inglaterra e Israel (Roy, 1978).

Lt palabra potasa es derivada del término potash, nombre dado a una sal
constituida principalmente de ISC03, derivada de las cenizas producto de la
calcinación de madera en bosques de los Estados Unidos, que era usada en Ja
industria y corno fertilizante en Inglaterra. En la actualidad se usan como
fertilizantes potásicos el KCI (0-0-60), procedente de yacimientos naturales y
salmueras, y IS504 (0-0-50) obtenido por reacción del KCI con H2SO4. En estas
sales el IC se encuentra en forma hidrosoluble. Más recientemente se dispone de
KNO3 (13-0-44) y KH2PO4 (0-52-35) sintéticos, con amplio uso en fertirrigación.

Los fertilizantes potásicos más usados en México son el KCI, que contiene 60 %
de 1C20; el KNO3 con 44 Wo K20 muy usado en fertirrigación, los complejos
triple 15 y triple 17 ye! ISS04, éste último con un contenido de 50 % de K20, todos
ellos completamente hidrosolubles. En 2003 se consumieron, en México, 261 000 t
de KCI, 25 000 t de KNO3, 260 000 t de complejos y 45 000 t de K2SO4, todo de
importación. La empresa A y Wilson Troy de Pajaritos, Veracruz, ha iniciado la
producción de KH2PO4 con análisis 0-52-35 (Araiza, 2004).

Cabe mencionar también el fosfato amónico magnésico potásico (MagAmp.), que


aunque en baja concentración (7-40-6 + 12 Wo MgO), contiene algo de K y tiene
un limitado uso en México, principalmente en jardinería, como fertilizante de lenta
liberación.

Proveedores de nutrimentos secundarios

Los elementos Ca, Mg y S son conocidos como nutrimentos secundarios porque


su adición al suelo generalmente no se debe a que se encuentren en cantidades
insuficientes, sino a la necesidad de corregir otro tipo de problemas. Así, el
encalado de suelos ácidos es una práctica mediante la cual se adicionan
materiales cálcicos y magnésicos con el propósito principal de corregir la excesiva
acidez, inactivar el Al y controlar la fijación del P, aunque paralelamente se
incrementa la disponibilidad de Ca y Mg. Por otra parte, las adiciones de S
elemental, ácido sulfúrico o yeso a suelos sódicos es la práctica normal para la
rehabilitación de dichos suelos. También es común la adición de S, ácido sulfúrico
o sulfatos ácidos a suelos alcalinos y calcáreos para abatir el pH y favorecer la
disponibilidad de micronutrimentos tales como Fe, Mn y Zn.

A continuación se presentarán los temas de encalado de suelos ácidos y la


aplicación de S y sulfatos, abarcando los objetivos y los materiales a utilizar.

El encalado La solución a los principales problemas de los suelos ácidos se


obtiene mediante el encalado. Específicainente el encalado del suelo tiene uno o
varios de los siguientes objetivos:

1 Inactivar al intercambiable y en solución.

2 Reducir la fijación de P.

3 Contrarrestar la toxicidad de Mn.

4 Corregir deficiencias de Ca, Mg o Mo.

5 Mejorar la actividad microbiológica.

6 Elevar la capacidad de intercambio catiónico.

Efectos del encalado sobre los suelos y cultivos Las adiciones de cal a los suelos
minerales ácidos, elevan el pH de los mismos y neutralizan el Al intercambiable.
Incrementando el rendimiento de los cultivos, especialmente de aquellos
susceptibles a la acidez del suelo.

En suelos ácidos, el efecto de la fertilización fosfatada se mejora cuando el suelo


recibe también un material de encalado, se aprecia que el rendimiento de materia
seca de Stylosanthes guianeruis fertilizado con P, se duplicó cuando además
recibió mejoradores a base de Mg, Ca, Si o la combinación de los tres. Sin
embargo, el fertilizante fosfatado jamás debe mezclarse con la cal porque revierte
el P a formas no aprovechables. Lo que debe hacerse es aplicar primeramente la
cal al voleo, mezclarla con el suelo mediante barbecho y/o rastreo y dejarla actuar
el tiempo suficiente sobre la acidez del mismo, antes de aplicar el superfosfato de
calcio, el cual debe ir preferentemente granulado y en banda o mateado, para
reducir su superficie de contacto con el suelo y minimizar su fijación.

. Corrección de deficiencias de micronutrimentos en el suelo

Se reconocen como micronutrimentos esenciales al desarrollo vegetal, los ocho


elementos siguientes: B, CI, Cu, Fe, Mn, Mo, Ni y Zn. Las técnicas de corrección
de deficiencias en el suelo pueden ser directas o indirectas. Las técnicas directas
consisten en agregar al suelo un compuesto hidrosoluble, ionizable o quelatado,
conteniendo el elemento deficiente. Las técnicas indirectas consisten en modificar
las propiedades del suelo, para hacer disponibles las formas inactivas del
demento, presentes en ese medios.

Las cantidades de micronutrimentos requeridas por los cultivos son inferiores a las
de los demás nutrimentos. Por ello es que se adoptan medidas especiales para
lograr una distribución uniforme de ellos en el terreno. Además, concentraciones
excesivas de B y Mo, pueden resultar tóxicas a los organismos vivos.

Dentro de las técnicas directas de corrección de deficiencias de micronutrimentos


en el suelo, se tiene la adición de estos a los fertilizantes comunes, como
molibdatos al fosfato diamónico y al superfosfato triple durante su granulación.
También se pueden preparar mezclas secas de boratos o molibdatos con los
fertilizantes y para evitar el problema de su segregación se pueden usar aceites
que actúen como adherentes. Cuando los fertilizantes se aplican en forma líquida,
los micronutrimentos pueden agregarse a las soluciones o suspensiones de
fertilizantes. Las soluciones fertilizantes a base de polifosfatos tienen una
capacidad de disolución de sulfatos de metales pesa- dos diez veces superior a
las elaboradas con ortofosfatos.

. Técnicas correctivas indirectas Las deficiencias de metales pesados,


especialmente Fe y Mn en suelos calcáreos y alcalinos, pueden corregirse en
buena medida a través del abatimiento del pH del suelo, mediante la adición de
fertilizantes de reacción ácida, como el sulfato de amonio, o de productos
acidificantes como el S elemental, el ácido sulfúrico y los polisulfuros de Ca y de
amonio. Claro Cortés et al (2002) encontraron mayor desarrollo y absorción de
Fe, Mn y Zn al fertilizar plantas de maíz con sulfato de amonio y superfosfato
simple, que al hacerlo con urea y superfosfato triple.

La disminución del potencial redox (óxido-reducción) del suelo mediante


inundación o adición de materia orgánica es una forma efectiva de pasar las
formas oxidadas de Fe y Mn (férricas y mangánicas) insolubles, a formas
reducidas aprovechables (ferrosas y manganosas). Longoda (1973) logró elevar el
rendimiento de sorgo en 64 % y duplicar el contenido de Fe en el follaje mediante
inundación y adición de 0.2 % de materia orgánica a un suelo de Zacarepec.
Morelos, con pH de 8.1 y con 8.3 % de CaCO3. Estos resultados superaron a los
obtenidos con la adición de Fe-EDDHA al suelo.

Las plantas que tienen la capacidad de acidificar la rizosfera mediante la excreción


de ácidos orgánicos, son también más efectivas en la absorción de aquellos
elementos cuya solubilidad se aumenta en medio ácido.

Un análisis sobre las aplicaciones de ácidos orgánicos, como el ácido cítrico, ha


sido publicada por Trejo-Téllez eral. (2012). En esta categoría se tiene a las
leguminosas fijadoras de N atmosférico y a las plantas sujetas a nutrición
amoniacal. Por otra parte, las micorrizas ayudan en la absorción de Zn, elemento
cuya movilidad es muy baja en el suelo, porque actúan como prolongación del
sistema radical de la planta.
UNIDAD 9
FERTILIZACION FOLIAR

La absorción foliar se define como el paso de sustancias a través de las hojas.


Este fenómeno fue descrito por primera vez por Mariotte en 1676. En 1789 Forsyth
inició aplicaciones foliares con fines de fertilización, adicionando vía las hojas una
mezcla de estiércol, cenizas de madera, cal y orina (Swietlik y Faust, 1984). En
1844 Griss publicó el primer artículo referente a la aspersión foliar de soluciones
de sulfato ferroso para corregir clorosis férrica (Hanway, 1988). Hacia 1877 Bóhm
reportó que las sales minerales disueltas eran absorbidas por la superficie de la
hoja y utilizadas en el metabolismo vegetal. En los comienzos del siglo pasado,
Hiltner probó experimentalmente la absorción de sustancias por la hoja empleando
plantas de Sinapsis alba, las cuales mantuvo en soluciones carentes de potasio, el
nutrimento fue suministrado vía foliar en un grupo de plantas; las cuales, a
diferencia del tratamiento testigo que no recibió potasio, presentaron floración y
formación de frutos. En 1916, Johnson asperjó plantas cloróticas de Aplanas
comosus con una solución de sulfato ferroso y las plantas se tornaron verdes en
pocas semanas. Además de fertilizantes, herbicidas y productos fitosanitarios son
también asperjados al follaje con éxito (Franke, 1986). En los años 50 del siglo
pasado se iniciaron los estudios sobre mecanismos de absorción foliar empleando
radioisótopos (Swietlik y Faust, 1984).

En la actualidad se ha incrementado el uso de los fertilizantes foliares en la


agricultura comercial, ya que es una técnica que provee los nutrimentos que
requiere el cultivo como suplemento a la fertilización al suelo. Son muchas las
ventajas que se han encontrado en esta técnica. A lo largo del capítulo se
presentará la estructura de la hoja y los principios en los que se basa la absorción
Foliar; y se hará un análisis de los factores del ambiente, de la planta y de la
solución que deben considerarse para tener éxito en la fertilización foliar. Al final
se consideran aspectos prácticos de esta técnica de nutrición y algunas limitantes
de la misma.
La hoja como órgano de absorción

La planta posee órganos con funciones específicas. La raíz, por ejemplo, tiene
como funciones principales el anclaje y la absorción de agua y nutrimentos. Las
hojas son órganos vegetativos, generalmente aplanados, situados lateralmente
sobre el tallo, encargados de la fotosíntesis y del intercambio gaseoso. Desde una
perspectiva evolutiva, las hojas parecen derivar del entrecruzamiento y fusión de
algunas ramas, las cuales se modificaron para acumular energía solar y convertirla
en carbohidratos, y por ello su anatomía interna difiere de manera significativa de
la de los tallos.

Las raíces y los tallos de las plantas terrestres son órganos funcionalmente
separados, aunque dependientes. El tallo recibe los nutrimentos a partir de la raíz
y en sentido contrario, los metabolitos son translocados a la raíz, vía rallo. Esta
diferenciación no es válida en las plantas acuáticas, ya que éstas crecen inmersas
en un medio capaz de proporcionarles todos los factores de crecimiento; agua,
nutrimentos, CO, y luz difusa, y todas las partes del vegetal son capaces de
realizar las dos funciones básicas, esto es, absorción de nutrimentos y
fotosíntesis. No es pues de extrañar que las hojas de las plantas terrestres
conserven parte de esta capacidad ancestral de absorción de elementos nutritivos.

La raíz, a diferencia de la hoja, no presenta cutícula, lo cual la hace casi


permeable. En la hoja independientemente de las deposiciones de cutícula se dan
mecanismos de acceso para los nutrimentos. La Figura 9,1. Muestra las rutas de
absorción y transporte tanto en hoja como en raíz.

El movimiento y translocación Fuera de las hojas después de la fertilización foliar


dependen del movimiento del nutrimento en el floema y xilema. Los iones móviles
en el floema, tales como K, P, N y Mg se distribuyen dentro de la hoja de manera
acropétala (por el xilema) y basipétalo (por el floema) y un alto porcentaje del
nutrimento absorbido puede transportarse fuera de la hoja hacia otras partes de la
planta que los demanden. Iones cuyo movimiento es limitado en el floema (Cu, Fe
y Mn) se distribuyen principalmente en forma acropétala dentro de la hoja sin una
translocación considerable fuera de la hoja. En el caso del B, la movilidad dentro
de la planta depende en gran medida del genotipo de la planta. De ahí que este
factor tenga importantes consecuencias en la eficiencia de la fertilización foliar
(Melgar, 2004).

Morfología de la hoja

La hoja o lámina foliar tiene dos caras: la adaxial (superior o haz) dirigida hacia el
ápice, y la cara abaxial (inferior o envés) dirigida hacia la base del tallo. El haz y el
envés pueden tener el mismo color y a este tipo de hoja se le llama concolora, y
cuando presentan variación en el color, generalmente el haz es de color verde
más oscuro, se denomina hoja discolora.

El aspecto de la lámina foliar depende de su forma (lanceolada, Hastada,


romboidal, elíptica, oblonga, triangular, Acicular, linear, reniforme, entre otras), del
grado de división de la misma (hoja simple o compuesta), del tipo de margen
(entero, aserrado, doblemente aserrado, lobulado, dentado), del tipo del ápice de
la lámina foliar (acuminado, truncado, redondeado, obtuso), de la base de la
lámina foliar (redondeada, cordada, cuneada, aguda, hastada, peltada, sagitada) y
del tipo de nervaduras. Hay tres tipos de éstas últimas:
la reticulada que presenta una nervadura principal y muchas secundarias,
terciarias, y más; la paralela que es típica de las monocotilecIóneas; y la
palminervia en donde las nervaduras salen
desde el centro hacia fuera como si fueran
dedos. La estructura que une a la lámina
foliar y al tallo se llama pecíolo y a la hoja
que carece de ésta, se le denomina hoja
sésil. Las hojas pueden
Tener apéndices ubicado a ambos lados del pecíolo, conocidos como estípulas.
Las hojas presentan una base foliar o vaina, que es un ensanchamiento en la base
de éstas que rodea al tallo. La vaina se encuentra especialmente desarrollada en
monocotiledóneas, como las gramíneas, y Menos desarrollada en dicotiledóneas.

9.3. Anatomía de la lámina foliar


La hoja es uno de los órganos de las plantas más variable en su forma, estructura
y función. No obstante, en cortes transversales de hojas de plantas superiores se
observan de manera consistente los siguientes constituyentes: cutícula (superior e
inferior); epidermis (superior e inferior); haces vasculares (xilema y floema),
mesófilo (parénquima en empalizada y parénquima esponjoso), y estomas.

9.3.1. Cutícula
La cutícula es una capa protectora no celular que cubre la epidermis. Es la primera
barrera existente entre la planta y el ambiente, su función es dar protección a la
planta contra daños mecánicos,
radiación ultravioleta o penetración
de xenobióticos y patógenos.
Regula la absorción y transpiración
del agua y de varios solanos
(Schlinherr, 2000; Schreiber, 2001).
Investigaciones bioquímicos y
genéticas han revelado que la
cutícula es más que una estructura superficial, ya que probablemente está
involucrada en la delimitación de órganos durante el desarrollo de la planta (Sieber
ti al., 2000). La estructura principal de la cutícula de plantas terrestres se muestra
en las largas, predominantemente lineales con funcionalidades diferentes
(alcanos, alcoholes, ácidos orgánicos), excretadas por las células epidermales.
Las ceras pueden ser encontradas en la cutícula y la capa cutinizada (ceras
intracuticulares).

La permeabilidad de la cutícula al agua y a compuestos orgánicos incrementa


entre 10 y 1000 veces con la extracción de las ceras. Lo anterior permite concluir
que la principal barrera para el transporte cuticular son estas últimas (Schónherr,
1976). La cutícula y la capa cutinizada tienen funciones diversas, la principal es
proteger a la hoja de la pérdida excesiva de agua por transpiración (Marschner,
2002).

La cutina es el componente estructural principal de la cutícula y está constituida


por ácidos grasos hidroxilados de cadena larga, principalmente de 16 y 18 átomos
de carbono (Figura 9.5.) los cuales se encuentran formando enlaces de tipo éster
entre sí o asociados con alcoholes (Kolattukudy, 2005). La composición y cantidad
de ceras en la cutícula varía entre los distintos grupos filogenéticos, e incluso
dentro de los mismos grupos, especies, individuos y por edad de la planta.
También depende de las condiciones ambientales a las cuales la planta está
expuesta. Por ejemplo, en plantas de clavel in vitro con alta humedad relativa,
disminuyó la cantidad de ceras en comparación con plantas creciendo con baja
humedad (Majada et al., 2001).

9.3.2. Epidermis
Es la capa más externa de células que se presenta tanto en la parte inferior como
en la superior (epidermis inferior y epidermis superior, respectivamente). Se
encuentra usualmente cubierta por la cutícula. La mayoría de las hojas tienen
solamente una capa de células en la epidermis; sin embargo, las xerófitas pueden
tener tres o más capas. En la epidermis se encuentran localizados los estomas,
los ectodesmos y los tricomas, estructuras todas ellas importantes en la absorción
foliar.
Los estonias están formados por un par
de células altamente especializadas, las
células guarda. El poro puede ser abierto
y cerrado activamente para controlar el
intercambio gaseoso entre la planta y su
ambiente. De esta manera, los estomas
actúan como puertas de entrada del CO,
y otras sustancias y de salida de O, y
vapor de agua. En la Figura 9.7. Se
muestra el diagrama de un estoma abierto.

La mayoría de las plantas herbáceas tienen estomas tanto en el lado abaxial como
en el adaxial de sus hojas. Las hojas que muestran proporciones similares de
estomas en ambas superficies se denominan anfiestomáticas, en las que
predominan los estomas en el haz (superficie adaxial) se denominan
hiperestomáticas, mientras que las que tienen mayor número de estomas en el
envés se llaman hipoestomáticas.

9.3.3. Mesófilo
Esta estructura se encuentra localizada entre la epidermis externa y la interna y se
divide en dos capas:
- Parénquima en empalizada. Es la capa superior de células en posición
vertical o perpendicular y constituye el tejido de asimilación. Posee más
cloroplastos que las células del mesófilo esponjoso.
- Mesófilo esponjoso. Muestra células redondeadas (irregulares) y están
arregladas de una manera no compacta, lo que propicia espacios
intercelulares grandes que son importantes para el movimiento de bióxido
de carbono durante el proceso fotosintético.
9.4. Rutas y mecanismos de penetración foliar
Los conceptos relacionados con los procesos involucrados en la absorción foliar
han cambiado desde el inicio de su estudio hasta nuestros tiempos. Se han
enfocado en la existencia y la función de los ectodesmos (Franke, 1967),
absorción estomacal (Middleton y Sanderson, 1965; Eichert et al., 1998), y en la
relevancia de las regiones periestomatales (Maier-Maercker, 1979; Schiánherr y
Bukovac, 1978). Inicialmente sólo se aceptaba la absorción a nivel cuticular. La
mayoría de los estudios que sostenían esta afirmación fueron realizados en
láminas foliares enteras (Dybing y Currier, 1961), en cutículas aisladas sin
estomas o bien usando bandas epidermales (ES: epidermal strips) (Eichert et al,
1998), y discos de hojas (Schonherr y Bukovac, 1978; Hoad et al, 1997; Chamel a
al., 1997). A continuación se hará un análisis de cada uno de estos procesos y
rutas.

9.4.1. Penetración a través de estomas


La cámara estomática no era considerada como una ruta de penetración foliar,
principalmente por los argumentos siguientes:

- Para que el proceso de absorción se dé tiene que haber un flujo de la gota


de agua, conteniendo nutrimentos, hacia el interior de la cavidad
estomática. Pero al comparar el espacio que existe entre las células de
cierre (20 mm) con el tamaño de una gota pequeña (80 mm), éste último es
mucho mayor, por tanto no existe flujo (Figura 9.9.).
- La absorción a través de la cámara estomática no puede darse a causa de
la gran tensión superficial (72 dina cm" a 25 °C) que tiene el agua, mayor
que la de cualquier otro líquido.
- La difusión de la fase líquida a la fase gaseosa no puede darse.
- Las cámaras estomáticas tienen cierto grado de cutinización y tanto repele
el agua.
9.4.2. Penetración a través de cutícula
En la fertilización foliar la cutícula es la estructura que primero entra en contacto
con la solución fertilizante, es decir, es la primera barrera para el proceso de
penetración foliar.

El modelo conceptual más simple que explica la penetración vía cutícula por una
molécula no cargada es el de membrana sorción-difusión. Las moléculas
permeadas son sorbidas en un lado de la membrana (exterior), difunden a través
de ella y son desorbidas en el otro lado (interior) (Vieth, 1991). Este modelo
explica perfectamente la permeabilidad de la cutícula a sustancias orgánicas
lipofílicas no electrolíticas (no cargada). En estos casos, la variación en la
permeabilidad cuticular entre dos componentes acuosos puede ser explicada en
mayor grado por diferencias en la solubilidad del permeante en la cutícula
(coeficiente de partición cutícula) agua), y en menor grado por la variación en el
tamaño de las moléculas, el cual afecta el coeficiente de difusión.

9.4.3. Penetración a través de ectodesmos


Anteriormente se consideró que los plasmodesmos se presentaban en el exterior
de las paredes epidermales. Sin embargo, cuando se observaron líneas con cierto
tinte éstos fueron llamados ectodesmos (Esau, 1977). Los ectodesmos, como ya
se mencionó, son estructuras finas en las paredes exteriores de las células
epidérmicas, las cuales se extienden desde la cutícula y hasta la pared celular, por
lo que representan una conexión casi directa del protoplasto con el medio exterior,
por tanto, estas estructuras se han involucrado en la penetración foliar. Los
ectodesmos abundan en el estoma, alrededor de las células guarda, sobre las
paredes anticlinales de las células epidérmicas y alrededor de los tricomas
glandulares localizados exactamente arriba de las nervaduras. La distribución
característica de los ectodesmos puede ser explicada porque los espacios
interfibrilares de estos sitios son de escaso diámetro, debido a factores mecánicos
corno presión o tensión, o que en estos sitios la excreción de sustancias ocurre
entre los protoplasto quizá por un proceso inverso a la pinocitosis.
Penetración a través de tricomas

Los tricomas no son considerados como una ruta independiente de absorción


foliar por la mayoría de los autores, a pesar de que se ha demostrado absorción
foliar a través de éstos. Los tricomas son estructuras unicelulares o multicelulares
de la epidermis. La etapa de desarrollo afecta significativamente la absorción
foliar. El incremento de la cutina aumenta con la edad de la hoja, por tanto la
absorción foliar por tricomas disminuye con la edad. El desarrollo cuticular es
menor en la base de los tricomas, lo cual coincide con las observaciones de que la
región basal de los tricomas es penetrada con mayor rapidez (Haynes y Goh,
1977; Schreiber, 2005).

9.5 Factores que afectan la absorción foliar.


La absorción foliar es afectada por un sinnúmero de factores individuales y la
interacción entre ellos, El grado de influencia de éstos es variable y en casos
extremos pueden anular la efectividad de las aspersiones foliares. Los factores
que afectan la absorción foliar se pueden clasificar en tres grupos: factores
referentes a la solución a asperjar, factores ambientales y factores referentes a la
especie vegetal.

9.5.1. Factores referentes a la solución a asperjar

El pH de la solución De manera general se considera que el valor óptimo de pH de


los fertilizantes foliares se encuentra en un intervalo de 3 a 5.5 (Kannan, 980). No
obstante, el valor de pH óptimo para la absorción foliar es dependiente del
nutrimento. Por otra parte. Neumann et al. (1983) reportaron que valores de pH
bajos (menores de 3.0) en las soluciones foliares causan daños al follaje, aún
cuando la concentración de sales en ésta sea baja.

Howard eral (2000), evaluaron el efecto de ajustar el pH a valores de 4 y 6 en


soluciones foliares conteniendo B y K, en forma individual y en forma conjunta en
el rendimiento de algodón. La solución foliar conteniendo B ajustada a un pH de 3,
ocasionó que el rendimiento total de algodón fuera estadísticamente superior a
aquél registrado cuando la solución tuvo un pH de 8.5. Cuando se asperjó vía
foliar el K, en soluciones foliares con valores de pH de 4, 6 y 9.5, no se observaron
diferencias estadísticas en el rendimiento total de algodón. Por otra parte, el
rendimiento en el primer corte se incrementó con las aspersiones foliares de la
solución de B + K a pH 4

Concentración de la solución
La concentración máxima tolerable de un nutrimento, en un fertilizante foliar en
particular, depende de la especie, el estado de desarrollo de la planta y su estatus
nutrimental (Witrwer y Teubner, 1959). La aplicación foliar de nutrimentos puede
originar concentraciones de sales en la hoja más altas que aquellas encontradas
en la solución del suelo. Por ello, el principal problema de las aspersiones foliares
es la sensibilidad de las hojas a altas concentraciones nutrimentales en la solución
a asperjar. Las sales a nivel foliar actúan de un modo corrosivo por que provocan
extracción de agua (acción osmótica), de tal forma que el tejido foliar puede ser
afectado por quemaduras (necrosis) con concentraciones altas del fertilizante
(Finck, 1985). La tolerancia a las concentraciones altas de la solución foliar es muy
variable entre especies. Cereales como trigo)' la avena, toleran soluciones de
hasta 10 % de urea (Epstein, 1962). Otras sales corno el sulfato de potasio, nitrato
de calcio, sulfato de manganeso, sulfato de zinc y quelatos de hierro son aplicados
en frutales a una concentración del %, mientras que el sulfato de cobre no debe
exceder una concentración máxima de 0.1 %.

Surfactantes
Un surfactante es un material que facilita e intensifica la emulsión, dispersión,
difusión, humectación o modifica otras propiedades de la superficie de los tejidos.
Los surfactantes, o agentes activos de superficie, son uno de los más grandes
grupos de coadyuvantes para la absorción foliar. Son generalmente moléculas
grandes consistentes en largas cadenas de hidrocarburos (colas) y grupos
solubles en agua (cabezas). El surfactante puede ser llamado hidrofílico (atracción
por el agua) o hidrofóbico (rechazo por el agua); o lipofílico (atracción por lípidos).

La adición de un surfactante al agua, reduce la energía de la fuerza de atracción


intermolecular entre ellas, permitiendo la formación y posterior disgregación de
gotas, causando que éstas se extiendan. Como las gotas se aplanan, el ángulo de
contacto en la superficie de la hoja incrementa. La disminución de la tensión
superficial o el minimizar los ángulos de contacto tendrá como resultado una
mayor superficie cubierta por las gotas (Cuproquim de México, 1998). los
surfactantes o tensoactivos son comúnmente empleados en las fórmulas de
pesticidas para mejorar las características físico-químicas de las soluciones a
asperjar y consecuentemente para incrementar la eficiencia en absorción de los
agroquimicos aplicados al follaje (Holloway y Stock, 1990).
Los surfactantes pueden afectar la tasa de penetración cuticular modificando la
difusividad en la cutícula y la fuerza de acarreo. Muchos ingredientes activos son
lipofilicos y pueden ser disueltos en ceras superficiales de muchas especies
durante el secado de las gotas. La disolución en las ceras superficiales no significa
que los compuestos sean necesariamente transportados a través de la cutícula,
pero los surfactantes pueden mejorar la tasa de penetración más allá de las ceras
superficiales al incrementar la movilidad y el transporte en la cutícula (Baur et al.,
1999). Un surfactance posee en su estructura química dos regiones claramente
definidas (Figura 9.16.). Una porción lipofilica (no polar) que es aun a la mayoría
de los compuestos orgánicos no solubles en agua. Esta porción corresponde a
una cadena de grupos hidrocarbonados de una longitud variable. La otra porción
es hidrofilica (polar), y está compuesta por una cadena de grupos de óxido de
etileno (CF12-CE12-0), los que tienen afinidad con el agua. Esta particularidad les
confiere la capacidad de crear puentes entre las soluciones acuosas y ceras
lipofílicas De esta manera, los surfactances reducen la tensión superficial entre el
líquido y la hoja, lo cual conduce a un incremento en la superficie de mojado.

9.5.2. Factores ambientales


Temperatura La temperatura influye en la velocidad y tasa de difusión de
sustancias lipofilicas e hidrofllicas al reducir la viscosidad de las moléculas en las
capas o micelas. La temperatura óptima para la absorción foliar se encuentra entre
16 y 20°C. Con temperaturas mayores a 30°C la absorción es nula, debido al
incremento en la transpiración de las hojas y la concentración de la solución
aplicada aumenta por la rápida evaporación (García y García, 1982). De la misma
manera, bajas temperaturas inhiben la incorporación de las soluciones foliares
(González y López, 1994). En el Cuadro 9.11. se muestra que el P es absorbido
en mayor cantidad a una temperatura de 21 "C, en comparación con 14 y 25°C
(Jytmg y Witrwer, 1964).

Luz
La luz estimula la apertura del estoma y la tasa metabólica, lo que conlleva la
liberación de energía disponible para la absorción activa (Currier y Dybing, 1959;
Rodríguez, 1989). Eichert y Burkhardt (2001) empleando la uranina (fluoresceína
base) como sustancia modelo de la absorción iónica vía estomas, aplicaron vía
foliar cloruro férrico y nitrato férrico a secciones de bandas epidermales de Sedum
telepbium, variando humedad relativa y la iluminación. La iluminación en
secciones foliares dio como resultado una apertura considerable de los estomas, y
al mantener las hojas en la oscuridad se promovió el cierre estomático. Ambos
estados del estoma fueron mantenidos después de retirar la epidermis y durante el
experimento, lo cual fue confirmado bajo el microscopio. Estomas abiertos y alta
humedad relativa promovieron la absorción de uranina. La absorción fue mayor
con la más alta humedad relativa sin considerar la apertura estomatal. Con alta
humedad relativa y estomas abiertos, la absorción fue de 247 pmol o de 2.5 % de
la dosis aplicada de uranina. Por otro lado, con los estomas cerrados y baja
humedad relativa la absorción fue de solamente 5 pmol (0.05 °A de la dosis
aplicada de uranina). La penetración promedio de la uranina a través de las
bandas epidermales de la sección abaxial fue de 3223 pmol, la cual es dos veces
mayor (relación 2.4) a la penetración a través del lado adaxial (1367 pmol). Esto
coincide con una relación similar (2.1) a la densidad estomatal, la cual fue de 84.1
rnm-2 en el lado abaxial y de 39.2 mm-2 en el lado adaxial (Figura 9.18A.).

Humedad relativa
Una humedad relativa alta disminuye la tasa de evaporación de la solución
asperjada al follaje, además de favorecer la permeabilidad de la cutícula y
disminuir el daño por quemaduras (Stevens etal., 1988). El mejor momento para
realizar las aplicaciones foliares es por la mañana, cuando los estomas están
abiertos, la cutícula está hidratada por la humedad relativa alta y temperatura
media, lo que favorece el incremento del metabolismo de la hoja y la absorción
foliar (Wintey, 1999). Schtinherr (2001) reportó incrementos en la absorción de Ca
en hojas de pera con incrementos en la humedad relativa en un intervalo de 50 a
90%. Eichert y Burkhardt (2001) al incrementar la humedad relativa de 40 a 76 %
incrementaron aproximadamente cinco veces la cantidad de uranina absorbida por
hojas de s. telephium (Figura 9.18B.).

Viento
El efecto principal del viento en la absorción foliar radica en la remoción del
microclima húmedo que se forma alrededor de las superficies asperjadas, debido
a lo cual la película de solución se mantiene en contacto con aire de menor
humedad relativa, por lo que la evaporación de la solución es más rápida (Silva y
Rodríguez, 1995).

9.5.3. Factores referentes a la especie vegetal


Ceras cuticulares y epicuticulares El espesor de la capa cuticular difiere entre las
distintas especies de plantas (Marschner, 2002). La variación en la permeabilidad
al agua observada entre diferentes especies y órganos, en función del grosor y
composición de la cutícula, ha generado especulaciones. De acuerdo a la primera
ley de Fick, diferencias en la permeabilidad cuticular deben estar relacionadas
directamente con el grosor de la capa cuticular. Esta explicación es la ofrecida por
la mayoría de los libros de fisiología vegetal y ecología cuando discuten la
adaptación de plantas xerófitas a su hábitat. Sin embargo, diversos estudios
realizados en membranas cuticulares sin estomas, bajo condiciones controladas,
no han encontrado relación positiva entre la permeabilidad al agua y el grosor de
la cutícula.
Edad de la hoja

Las tasas de absorción foliar de la mayoría de los nutrimentos en hojas jóvenes


son mayores a las de hojas viejas. La absorción nutrimental baja en hojas basalts
(viejas) ha sido atribuida a una disminución en la actividad metabólica y a la baja
cantidad de ectodesmos en la superficie de la hoja (Fisher y Walker, 1955). Sin
embargo, la absorción limitada de nutrimentos en función de la edad de la hoja se
encuentra relacionada con factores ambientales que incrementan las ceras
epicuticulares. La variación en el contenido de ceras epicuticulares en función de
la edad de la hoja en puerro (Album porrum L.) se presenta en la Figura 9.21. El
puerro es una monocotiledóneas que expande su hoja en forma simple y lineal a
partir de la base de la misma (en contraste con dicotiledóneas, la cual expande
sus hojas en todas las direcciones del plano de la hoja), por lo que acla segmento
de la hoja tiene una edad diferente. Se observó que desde la base de la hoja, y
hasta aproximadamente 7 cm de longitud, la cantidad de ceras Rae muy baja. A
partir de los 7 y 9 cm la cantidad de ceras se incrementó significativamente
(aproximadamente 30 veces). Este incremento continuó a lo largo de la longitud
foliar, y en los segmentos VI y VII la cantidad de ceras por área foliar fue muy
similar.

Superficie de la hoja
la absorción nutrimental es directamente proporcional a la superficie de la hoja que
es mojada por el fertilizante foliar (García y García, 1982). La superficie de
contacto debe ser lo más grande posible, por esta razón es que se adicionan
surfactantes a las soluciones que se aplican vía foliar. Adicionalmente, el lado
asperjado (adaxial o abaxial), la distribución y densidad estomática, el tipo y
densidad de tricornas, entre otros factores, tienen efectos en la eficiencia de la
absorción foliar. El envés de la hoja puede absorber de tres a cinco veces más
que el haz, debido a que presenta una cutícula más delgada, presenta una mayor
densidad de estomas y por su cercanía de los vasos hemáticos (Rodríguez eral..
1989).
Especie y variedad
Existen diferencias significativas en la respuesta a la fertilización foliar entre
especies yen muchos casos también entre variedades de la misma especie. Las
diferentes respuestas pueden reflejar la variación en la naturaleza química y
bioquímica de los órganos o también puede deberse en parte a diferencias
morfológicas. Beaudry y Kays (1988) menciona que es importante considerar las
características físicas de la planta, tales como grosor de la hoja, continuidad de la
cutícula, orientación de las hojas, densidad de estomas y tipo y densidad de
tricomas (Cuadro 9.13.). La orientación de las hojas y el ángulo de inserción de
éstas tienen efecto sobre la capacidad de retención de la formulación foliar
(Haynes ea' al., 1985). Un ejemplo claro de la variabilidad presente entre
variedades se presenta en el Cuadro 9.1., donde se muestra la diferencia
existente en densidad estornática en razas de frijol.

Entre especies se encuentran diferencias en la respuesta a la aplicación de


fertilizantes foliares, como es el caso de plántulas de tomate y chile a las que en
almácigos se les hizo aplicación foliar de miel de abeja a 2 % cada 10 días hasta
el trasplante. En ambas especies se observó unarespuesta favorable a la
fertilización foliar, mayor en las plántulas de tomate, ya que el incremento en altura
fuehasta de 78 % en comparación con el chile que aumentó un 58 %. El diámetro
de tallo aumentó entre 50 y 70 % en ambas especies. Esta variable es importante
en el vigor que se requiere para el trasplante (Cuadro 9.14.). Las ventajas del
manejo de la fertilización foliar en almácigo es obtener plántulas más resistentes al
trasplante(Enríquez, 2000). Plantas de tomate, brócoli y pepino sembradas en
suelo alcalino fueron fertilizadas al suelo (NPK) de manera correspondiente a cada
cultivo, y adicionalmente se hicieron aplicaciones foliares de micronutrimentos
dado que las plantas los requerían por las condiciones de pH del suelo. La
respuesta de los tres cultivares fue diferente a pesar de estar en las mismas
condiciones ambientales y suelo (Cuadro 9.15.). Respuestas positivas a la
aspersión foliar con micronutrimentos son observadas en tomate y brócoli. En
pepino no se presentó esa respuesta (Trejo- Téllez, 2000).
En árboles frutales, la respuesta a la aplicación foliar ha sido inconsistente, y los
principales factores a los que se atribuye esto son dos. Primero no se tiene control
en la fecha de aplicación foliar como una función de la demanda nutrimental por
parte de los árboles, la capacidad que tiene el suelo de suministrar los nutrimentos
y el almacenaje dentro del árbol; segundo la cantidad de aplicaciones foliares que
se requieren considerando la retención de la superficie de la hoja, la absorción y
movilidad de los nutrimentos en la planta.

Etapa vegetativa
De acuerdo con Alexander (1986) existe una relación significativa entre la
capacidad de las hojas para absorber nutrimentos y la etapa de crecimiento de la
planta. Rodríguez (1997) evaluó la aplicación de un fertilizante foliar en tres
estados fenológicos (vegetativo, floración y maduración) en tomare cv. Río
Grande. A pesar de que no se obtuvieron diferencias estadísticas significativas, el
mayor número y peso de frutos se observó en las plantas asperjadas durante el
estado de maduración. Esta respuesta probablemente se encuentra relacionada
con la senescencia prematura de la raíz y con procesos de lignificación de los
tejidos de conducción que limitan el transporte de nutrimentos hacia los frutos en
crecimiento. Al inicio de la etapa vegetativa (plántula) es importante la nutrición,
sobre todo cuando se trata de hortalizas y ornamentales que requiere de
trasplante. Villegas et al. (2001), demostraron que la aplicación de miel de abeja a
2% vía Foliar incrementó la altura, área foliar y diámetro de tallo de plántulas de
tomate; las variables anteriores caracterizan el vigor para trasplante.

Estatus nutrimental de la planta


Plantas con un óptimo abastecimiento nutrimental no absorben la misma cantidad
de nutrimentos que aquellas que presentan deficiencias nutrimentales. Plantas de
tomate que fueron regadas con solución Steiner al 50 y I00 % fueron
complementadas con la fertilización foliar de nitrato de potasio y fosfato de
amonio. Independientemente de la formulación foliar utilizada, la aplicación
de fertilizantes foliares a plantas abastecidas con el 100 % de la nutrición
recomendada vía raíz, presentaron menor producción de tomate que aquellos
tratamientos en donde la solución a la raíz era del 50 % (Hidalgo a al., 1998). En
ambos casos se incrementaron los sólidos soluble (a Brix), es decir, la calidad del
fruto.
Naseri a al. (2002) reportan una relación negativa entre la tasa de absorción de B
en hojas de manzano y el contenido foliar de este elemento. En cebada se
demostró que la absorción de P en plantas que mostraban en sus hojas
deficiencia nutrimental de este elemento fue del doble en comparación con plantas
bien abastecidas con P vía radical.

9.6. Algunas aplicaciones de la fertilización foliar.


La fertilización foliar se emplea comúnmente como una herramienta de
abastecimiento nutrimental complementaria a la fertilización tradicional al suelo.
Actualmente es aplicada con frecuencia en la agricultura moderna, debido a que
causa menor contaminación ambiental y ofrece la posibilidad de incrementar la
productividad y la calidad de las cosechas. La fertilización foliar es una realidad en
la nutrición de los cultivos, ya que utilizada convenientemente, optimiza la
capacidad productiva de las cosechas tanto de gramíneas, leguminosas,
hortalizas, plántulas de vivero, frutales y especies forestales. Es realmente un
apoyo o respaldo a la fertilización edáfica para sobrepasar los rendimientos sub-
óptimos (Trinidad y Aguilar, 2000). De acuerdo El-Fouly (2002) los fertilizantes
foliares se clasifican en:
- Formulaciones mono y multimacronutrimentales que contienen uno o más
macronutrimentos, respectivamente. En ocasiones se adicionan cantidades
muy bajas (no más de 2 %) de micronutrimentos; •
- Formulaciones mono y multimicronutrimentos, contienen uno o más
micronutrimentos en concentraciones por arriba del 2 % para quelatos y 5
% para otras sales.
- Formulaciones mixtas de macro y micronutrimentos.
La justificación para el uso de fertilizantes foliares puede ser obvia, si se considera
que es una manera práctica de proporcionar nutrimentos en casos urgentes de
deficiencias, que es efectiva si se !caliza bajo un adecuado diagnóstico y que
incrementa la productividad. Actualmente ante la gran diversidad de fertilizantes
foliares disponibles en el mercado surge la confusión de qué producto aplicar, en
qué momento y dosis, entre otras interrogantes. Estas confusiones conducen a un
inadecuado uso de los fertilizantes foliares y, por consecuencia a resultados no
satisfactorios que hacen dudar de su efectividad o necesidad de uso.

El utilizar una u otra formulación depende del objetivo de la aplicación y del tipo de
cultivo. A continuación se presentan algunas experiencias en donde se demuestra
el uso adecuado de diferentes fertilizantes foliares. En tomate de cáscara var.
Rendidora se observaron efectos positivos de la fertilización foliar complementaria
al suelo en la calidad del fruto. El pH y los sólidos solubles
(°brix) en el jugo del fruto de plantas fertilizadas vía foliar fueron incrementados
9% y 14%, respectivamente, en comparación con los valores obtenidos en frutos
de plantas fertilizadas únicamente vía radical (Trejo-Téllez eral., 2007a).
En campo la aplicación de fertilizante foliar adicional a la fertilización al suelo (300
kg de triple 17 por ha) incrementó el rendimiento de tomate de cáscara hasta 14 t
ha' (50 % más que cuando se aplicó fertilizante solamente a la raíz) (Gómez eral.,
2006).
La fertilización foliar en cultivos agrícolas es una buena alternativa cuando existen
problemas de acidez, alcalinidad, fijación, inmovilización e incluso bajos niveles de
nutrimentos esenciales en el suelo (Eibritr, 1986). Por ejemplo, en suelos alcalinos
la solubilidad de los micronutrimentos disminuye, principalmente Fe, Mn, Cu y Zn
(Tamhane et al., 1979). Trejo-Téllez et aL (2003) asperjaron vía foliar una solución
conteniendo micronutrimentos al cultivo de pepino, que crecía en un suelo alcalino
(pH = 8.1) bajo condiciones de invernadero; en este ensayo los contenidos de
micronutrimentos en tejido foliar, principalmente Fe, Cu, Zn y Mn fueron
incrementados de manera considerable en comparación con el testigo (Cuadro
9.18.). Esta fórmula foliar asperjada al tomate variedad Floradade, también
creciendo en un suelo alcalino, incrementó la concentración de Cu en 53 % en
comparación con plantas fertilizadas únicamente al suelo, mientras que las de Zn
y Mn fueron mayores en 3 y7 veces, respectivamente (Trejo-Téllez eral., 2007W.
Estos resultados muestran claramente que la demanda de micronutrimentos
puede ser cubierta de manera eficiente mediante la aplicación de fertilizantes
foliares.

Esta técnica de fertilización es exitosa en cultivos frutícolas perennes con sistemas


radicales profundos, dado que la fertilización tradicional se realiza en las capas
superficiales del suelo y por ello tiene poco efecto en la corrección rápida de
deficiencias nutrimentaks (Weinbaum et al., 2002). La fertilización foliar es
eficiente también cuando el sistema radical reduce su actividad de absorción
nutrimental. Otra aplicación práctica de la fertilización foliar es en el control de
patógenos. La aspersión foliar de silicio al 0.1 96 en árboles de mango cv. Haden
disminuyó la incidencia de escoba de bruja hasta un 54.19 % (Joseph, 2002). Si el
silicio se aplica en combinación con macro y micronutrimentos se favorece la
nutrición del cultivo y disminuye el índice de desbalance nutrimental como lo
muestra la Figura 9.22. Bajo estas condiciones se modifica la incidencia y
severidad de escoba de bruja en el mango producida por Fusarium subglutinans
(Joseph et al., 2002).

9.7. Innovaciones en la fertilización foliar


Tradicionalmente el mercado de la fertilización foliar fue dominado por compuestos
inorgánicos. Durante la década de 1980 se inició la oferta de una amplia gama de
productos conteniendo micronutrimentos quelatados y complejos como quelatos
sintéticos usando EDTA, glucoheptonatos, polioles, aminoácidos o lignosulfonatos
(Fernández et al,, 2013), y recientemente se introdujeron sustancias orgánicas.

Los aminoácidos son utilizados para formar complejos o quelatos con minerales y
facilitar así su absorción en tejidos foliares. A partir de ello se han desarrollado
fertilizantes foliares tanto a base de aminoácidos como de polioles (azúcares-
alcoholes) (Fernández a al., 2013). La forma y magnitud en que los aminoácidos
son absorbidos por las células de las hojas y su función en el transporte y
movilización de minerales de la hoja al interior de la planta está aún en
investigación (Zhang et d, 2013). En algunos cultivos, los quelatos de aminoácidos
también llamados metalosatos son absorbidos y translocados de manera más
eficiente en comparación con sales inorgánicas o que los quelatos de EDTA. Por
ejemplo, las aplicaciones foliares de ZnSO4, ZnO, y metalosato de Zn incrementan
las concentraciones de Zn en hojas
de aguacate (Crowley et al., 1996). La aplicación exógena de fertilizantes a base
de glutamato en eventos de sequía, puede servir para detonar la biosíntesis de
glutamina y en consecuencia la producción de aminoácidos prorectantes como
prolina, debido a que los aminoácidos son absorbidos y translocados con relativa
facilidad en tejidos vegetales. Zhang a al (2013) mostraron que un fertilizante foliar
a base de glutamato mejoró la respuestas del pasto Agrostis stoloniféra en
periodos de sequía, incrementando de manera significativa la calidad, el contenido
de clorofila y la actividad de la enzima SOD. En melón, la aplicación foliar de
complejos de glicina y K incrementó las concentraciones de K en planta, la
cantidad de azúcares y de compuestos bioactivos como ácido ascórbico y G-
caroteno en fruto, además de que de esta forma no se detectaron efectos
&atóxicos en las hojas asperjadas con K, cuando la solución de aspersión tuvo
valores de pH entre 6.5 y 7.7 (Pían y Lester, 2009). Así también, se han reportado
que aplicaciones foliares de extractos de la planta marina Ascophyllum nodosum
incrementan la actividad antioxidante enclógena y la tolerancia al estrés
subsiguiente de varios tipos de pastos (Zhang y Ervin, 2004). Por otra parte, la
producción de nanofertilizantes, que han demostrado ser rápida y completamente
absorbidos por las plantas, representan una alternativa prometedora para la
fertilización foliar, dado que al ser mayor su eficiencia de absorción, esto se
traduce también en reducción de su aplicación y por tanto en el consumo de
fertilizantes.
En Calendula officinahs, se reportó un efecto positivo de la concentración de nano-
hierro en la solución foliar asperjada, en el rendimiento de flor en la segunda
cosecha y en el rendimiento de aceites esenciales en el primer corte (Atnuamuha
a al., 2012). Con la aplicación de N al suelo en una dosis de 60 kg ha.-1 y de
nano-hierro vía foliar a una concentración de 2 g 1...1 en Sdanum melongena L.,
se obtuvieron los máximos rendimientos de fruto con valores de 34.63 y 38.03 ton
ha', respectivamente (Bozorgi, 2012). En el campo de los nano-fertilizantes, la
investigación generada todavía es incipiente, existiendo aún muchas evaluaciones
por realizar considerando diferentes nurrimentos y especies vegetales así como
diversas condiciones ambientales, entre otros factores. 9.8. Limitantes de la
fertilización foliar y recomendaciones
Dentro de las principales limitaciones de esta técnica se pueden señalar:
- Riesgo de firotaxicidad. Las especies vegetales son sensibles a las
aplicaciones foliares de formulaciones concentradas. Para cada nutrimento
existen valores límites de concentración.
- Dosis limitadas de macronutrimentos. El riesgo de fitotoxicidad sumado al
hecho que los macronutrimentos se requieren en cantidades mayores,
limita la nutrición foliar quedando restringida a complementar la fertilización
al suelo, o corregir deficiencias en casos particulares (Acosta, 1991).
- Requiere de buen desarrollo de follaje. Si éste tiene un desarrollo limitado,
la aplicación no será eficiente. Los mejores resultados se obtienen mientras
mayor sea el área foliar.
- Elevado costo. Para las aplicaciones foliares se requieren sales de alta
solubilidad, que frecuentemente son caras, a fin de evitar el taponamiento
de las boquillas y riesgos de fitotoxicidad.
- Las aplicaciones foliares en zonas con humedad relativa muy baja o muy
alta, la mayoría de las veces no tienen éxito, en el primer caso por la alta
velocidad de desecación de las gotas sobre la superficie de la hoja y en el
segundo por lixiviación de la formulación foliar.
- Tiene escaso efecto residual en los cultivos anuales, en particular afecta a
los micronutrimentos no móviles (por ejemplo el B) (Asad a al., 2003).
Los trabajos de fertilización deben ser avalados o soportados por un análisis
económico para conocer su rentabilidad, que sin duda dependerá del cultivo que
se está fertilizando (Trinidad y Aguilar, 2000).
En resumen, la fertilización foliar siempre debe ser considerada como un
complemento a la fertilización al suelo y no como un sustituto de ésta, ya que las
plantas, en general, satisfacen sus requerimientos nutrimentales, de elementos no
gaseosos, a través de sus raíces y las hojas solo pueden absorber cantidades
relativamente pequeñas de nutrimentos. Es importante tener en cuenta que todos
los órganos vegetales (ramas leñosas, tallos y frutos) son capaces de absorber
nutrimentos en solución, por lo que su aplicación a la parte aérea (follaje
principalmente) puede ser importante cuando por diversas razones su
disponibilidad en el suelo se encuentra limitada.

La fertilización foliar es entonces recomendada cuando:


1. Hay deficiencias nutrimentales naturales en el suelo por el tipo de material
parental.
2. Se identifica alguna deficiencia nutrimental en el cultivo en desarrollo y es
esencial una recuperación rápida.
3. En un periodo de demanda excesiva de nutrimentos (crecimiento
vegetativo, fructificación), el suelo no es capaz de proporcionarlos con la
intensidad requerida.
4. Se presentan alteraciones en la raíz que limitan su capacidad de absorción:
sequía, ataque de patógenos, valores de pH extremos, inundación,
temperaturas demasiado altas o bajas, entre otros.
UNIDAD 10
Principios de la hidroponía y el fertirriego.

 La hidroponía o agricultura hidropónica es un método utilizado para


cultivar plantas usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola.

 Las raíces reciben una solución nutritiva y equilibrada disuelta en agua con
algunos de los elementos químicos esenciales para el desarrollo de las
plantas, que pueden crecer en una solución mineral únicamente.

Fertirrigación

La Fertirrigación es una técnica que permite la aplicación simultanea de agua y


fertilizantes a través del sistema de riego.
La técnica de la Fertirrigación requiere conocimientos básicos tales como:

 Las necesidades nutritivas de los cultivos

 Características del agua utilizada (pH, conductividad eléctrica, etc.)

 Saber operar con el cambio de unidades de UF (unidades fertilizantes) a


kilogramos de fertilizante.

Los cultivos hidropónicos en México.

 Los cultivos hidropónicos en el caso de la subirrigación, se desarrollaron en


Mesoamérica desde tiempos prehispánicos. En el lago de Xochimilco, en
México, se practicaba el cultivo de plantas en chinampas

 (estructuras conformadas de suelo del fondo de los lagos, en los que se


cultivaban diferentes especies vegetales), en donde se utilizó el principio
del riego por subirrigación o riego por capilaridad.

 Para las décadas de 1970 y 1980, el cultivo hidropónico en México se


sustentó principalmente en riego por subirrigación. La primera unidad de
cultivo hidropónico en México

 La primera unidad de cultivo hidropónico en México (Unidad de


Investigaciones Hidropónicas Tomad; UIHT) se construyó en Tlancualpicán,
municipio de Chiautla de Tapia, Puebla a finales de la década de 1970 y fue
inaugurada por el presidente de México en turno Lic. José López-Portillo, en
1982.

 El primer alumno que sistematizó conocimientos empleando esas


instalaciones fue Gustavo Adolfo Baca-Castillo, con la disertación doctoral
"Efecto de la solución nutritiva, la frecuencia de los riegos, el sustrato y la
densidad de siembra en cultivos hidropónicos al aire libre de pepino, melón
y jitomate

 Para 1990 las tendencias en las instalaciones hidropónicas fueron regidas


por la economía. Así, aparecieron sistemas hidropónicos que utilizaron
bancales más baratos con materiales como el ferrocemento, láminas de
asbesto, fibra de vidrio y plástico, entre otros.

 Para 1993 ya pocas investigaciones se realizaron empleando subirrigación.


En su lugar se utilizó el fertirriego combinado con la utilización de bolsas o
maceras de plástico y goteros individuales o cintila, con emisores
espaciados de acuerdo a las necesidades de arreglo topológico del cultivo.

Retrospectiva de los cultivos hidropónicos

 La hidroponía empezó a desarrollarse desde el momento en que se llevaron


a cabo los primeros estudios en fisiología vegetal (siglo XVII) y
específicamente de la nutrición vegetal, especialmente aquellos
relacionados con la esencialidad de los micronutrimentos.

 Los primeros experimentos en nutrición tuvieron como objetivo dilucidar la


fuente de incremento de peso en plantas. Uno de estos primeros ensayos
fue diseñado por Nicolás de Cusa en 1450.

 El primer intento cuantitativo para esclarecer como era que las plantas
ganaban peso lo llevó a cabo van Helmont (1577-1644
 Woodward realizó el primer registro de cultivo en solución sin sustrato
sólido alguno. En sus trabajos hizo crecer chícharos, papa y menta en agua
proveniente de manantial, ríos, conductos, agua de lluvia y agua destilada.
Woodward concluyó que el agua era un mero transportador de la materia
terrestre.

 De Saussure (1804) hizo el primer intento de experimentos controlados


mediante cultivo en solución, haciendo crecer Polygonum persicaria y
Bidens cannabina en agua destilada y en soluciones diluidas de diferentes
sales.

 Las primeras soluciones nutritivas que aún se utilizan, fueron las


desarrolladas por van der Crone (1904), Hoagland (1919) y Rothamsted
(Hewitt, 1966). En la solución de Crone, se incluyó fosfato ferroso que evitó
el problema de la deficiencia de Fe, frecuentemente presente en los
experimentos en cultivos en solución.

 Las contribuciones de la ISHS han sido importantes para el desarrollo de la


hidroponía y de temas afines.

 Actualmente tanto los trabajos experimentales como productivos se están


apoyando cada vez más en adelantos biotecnológicos y nanotecnológicos,
y los avances en innovación se combinan con nuevas estrategias de
producción como la aeroponia y la acuaponia.

Cultivos hidropónicos.
• Cultivo de plantas en soluciones acuosas, por lo general con algún soporte
de arena, grava, o algún otro material.

• En términos prácticos, la hidroponía consiste eh el cultivo de plantas sin


suelo

• Esta herramienta permite el estudio de las plantas en ausencia, presencia o


un nivel específico de abastecimiento de nutrimentos esenciales y de
elementos benéficos para las plantas.

• plantas. Por otro lado, se ha constituido en un atractivo sistema de


producción para el cultivo de plantas sin suelo a gran escala y con alta
productividad en espacio y tiempo a costos razonables.

Cultivos semi-hidropónicos

 En esta modalidad se emplean sustratos no inertes (turba, fibra de coco,


corteza de pino y otros sustratos orgánicos en mezclas con fertilizantes de
liberación controlada) que suministran una parre de los nutrimentos a la
planta y el abastecimiento mineral se complementa con la aplicación regular
de soluciones nutritivas.

 En México esta modalidad se usa ampliamente en la producción de plantas


ornamentales en maceta, utilizando generalmente mezclas de tierra de
monte, tezontle agrolita, como ocurre en los numerosos viveros del país.

 En este caso se busca reducir la frecuencia de la aplicación de fertilizantes


y de riegos, lo que resulta práctico para el cuidado posterior de las plantas
por los compradores finales.

Sistema Gericke

 El sistema Gericke (1929, 1937 y 1938) consistía en canales de concreto


sobre el suelo que inicialmente se cubrieron con cartón revestido con una
capa de asfalto y posteriormente los canales se construyen con hormigón y
se recubre con asfalto para impermeabilizados

 Las dimensiones correspondían a 0.6 m de ancho por 15 cm de alto y 10 m


de largo

 En la parte superior se acoplaba una malla metálica recubierta con pintura


asfáltica para evitar fitotoxicidad de los metales.

 El sistema Gericke se clasifica en los sistemas de cultivo en solución


porque en éste no se utiliza sustrato sólido alguno para ancla i las raíces
que crecen en los 15 cm de lámina de solución nutritiva.

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