INGENIERÍA EN AGRONOMÍA
ASIGNATURA:
NUTRICION VEGETAL.
MAESTRA:
MONICA BEATRIZ LÓPEZ HERNÁNDEZ
ALUMNOS:
LÓPEZ RUIZ ANDRÉS.
MEDINA JIMENEZ CAROLINA.
HERNANDEZ LOPEZ ELMER.
Grupo: 5 BA
Muestreo a criterio del investigador. Este esquema hace uso del conocimiento
que el investigador tiene del medio para elegir los sitios donde obtener la muestra.
Fertilizantes nitrogenados
Los fertilizantes nitrogenados pueden clasificarse en orgánicos naturales y
químicos. Estos últimos a su vez pueden dividirse en naturales y sintéticos.
Fertilizantes fosfatados
Los fertilizantes fosfatados nacieron en 1840 cuando Liebig trató huesos con
H2SO4. En la actualidad la principal materia prima en la síntesis de los fertilizantes
fosfatados es la roca fosfórica o apatita, siendo la más común la fluorapatita
[Ca.,(PO4)21, • CaF,. La roca fosfórica usada en la síntesis de fertilizantes en
México proviene en su mayor parte de Florida, EUA y de Marruecos.
Fertilizantes potásicos
Lt palabra potasa es derivada del término potash, nombre dado a una sal
constituida principalmente de ISC03, derivada de las cenizas producto de la
calcinación de madera en bosques de los Estados Unidos, que era usada en Ja
industria y corno fertilizante en Inglaterra. En la actualidad se usan como
fertilizantes potásicos el KCI (0-0-60), procedente de yacimientos naturales y
salmueras, y IS504 (0-0-50) obtenido por reacción del KCI con H2SO4. En estas
sales el IC se encuentra en forma hidrosoluble. Más recientemente se dispone de
KNO3 (13-0-44) y KH2PO4 (0-52-35) sintéticos, con amplio uso en fertirrigación.
Los fertilizantes potásicos más usados en México son el KCI, que contiene 60 %
de 1C20; el KNO3 con 44 Wo K20 muy usado en fertirrigación, los complejos
triple 15 y triple 17 ye! ISS04, éste último con un contenido de 50 % de K20, todos
ellos completamente hidrosolubles. En 2003 se consumieron, en México, 261 000 t
de KCI, 25 000 t de KNO3, 260 000 t de complejos y 45 000 t de K2SO4, todo de
importación. La empresa A y Wilson Troy de Pajaritos, Veracruz, ha iniciado la
producción de KH2PO4 con análisis 0-52-35 (Araiza, 2004).
2 Reducir la fijación de P.
Efectos del encalado sobre los suelos y cultivos Las adiciones de cal a los suelos
minerales ácidos, elevan el pH de los mismos y neutralizan el Al intercambiable.
Incrementando el rendimiento de los cultivos, especialmente de aquellos
susceptibles a la acidez del suelo.
Las cantidades de micronutrimentos requeridas por los cultivos son inferiores a las
de los demás nutrimentos. Por ello es que se adoptan medidas especiales para
lograr una distribución uniforme de ellos en el terreno. Además, concentraciones
excesivas de B y Mo, pueden resultar tóxicas a los organismos vivos.
La planta posee órganos con funciones específicas. La raíz, por ejemplo, tiene
como funciones principales el anclaje y la absorción de agua y nutrimentos. Las
hojas son órganos vegetativos, generalmente aplanados, situados lateralmente
sobre el tallo, encargados de la fotosíntesis y del intercambio gaseoso. Desde una
perspectiva evolutiva, las hojas parecen derivar del entrecruzamiento y fusión de
algunas ramas, las cuales se modificaron para acumular energía solar y convertirla
en carbohidratos, y por ello su anatomía interna difiere de manera significativa de
la de los tallos.
Las raíces y los tallos de las plantas terrestres son órganos funcionalmente
separados, aunque dependientes. El tallo recibe los nutrimentos a partir de la raíz
y en sentido contrario, los metabolitos son translocados a la raíz, vía rallo. Esta
diferenciación no es válida en las plantas acuáticas, ya que éstas crecen inmersas
en un medio capaz de proporcionarles todos los factores de crecimiento; agua,
nutrimentos, CO, y luz difusa, y todas las partes del vegetal son capaces de
realizar las dos funciones básicas, esto es, absorción de nutrimentos y
fotosíntesis. No es pues de extrañar que las hojas de las plantas terrestres
conserven parte de esta capacidad ancestral de absorción de elementos nutritivos.
Morfología de la hoja
La hoja o lámina foliar tiene dos caras: la adaxial (superior o haz) dirigida hacia el
ápice, y la cara abaxial (inferior o envés) dirigida hacia la base del tallo. El haz y el
envés pueden tener el mismo color y a este tipo de hoja se le llama concolora, y
cuando presentan variación en el color, generalmente el haz es de color verde
más oscuro, se denomina hoja discolora.
9.3.1. Cutícula
La cutícula es una capa protectora no celular que cubre la epidermis. Es la primera
barrera existente entre la planta y el ambiente, su función es dar protección a la
planta contra daños mecánicos,
radiación ultravioleta o penetración
de xenobióticos y patógenos.
Regula la absorción y transpiración
del agua y de varios solanos
(Schlinherr, 2000; Schreiber, 2001).
Investigaciones bioquímicos y
genéticas han revelado que la
cutícula es más que una estructura superficial, ya que probablemente está
involucrada en la delimitación de órganos durante el desarrollo de la planta (Sieber
ti al., 2000). La estructura principal de la cutícula de plantas terrestres se muestra
en las largas, predominantemente lineales con funcionalidades diferentes
(alcanos, alcoholes, ácidos orgánicos), excretadas por las células epidermales.
Las ceras pueden ser encontradas en la cutícula y la capa cutinizada (ceras
intracuticulares).
9.3.2. Epidermis
Es la capa más externa de células que se presenta tanto en la parte inferior como
en la superior (epidermis inferior y epidermis superior, respectivamente). Se
encuentra usualmente cubierta por la cutícula. La mayoría de las hojas tienen
solamente una capa de células en la epidermis; sin embargo, las xerófitas pueden
tener tres o más capas. En la epidermis se encuentran localizados los estomas,
los ectodesmos y los tricomas, estructuras todas ellas importantes en la absorción
foliar.
Los estonias están formados por un par
de células altamente especializadas, las
células guarda. El poro puede ser abierto
y cerrado activamente para controlar el
intercambio gaseoso entre la planta y su
ambiente. De esta manera, los estomas
actúan como puertas de entrada del CO,
y otras sustancias y de salida de O, y
vapor de agua. En la Figura 9.7. Se
muestra el diagrama de un estoma abierto.
La mayoría de las plantas herbáceas tienen estomas tanto en el lado abaxial como
en el adaxial de sus hojas. Las hojas que muestran proporciones similares de
estomas en ambas superficies se denominan anfiestomáticas, en las que
predominan los estomas en el haz (superficie adaxial) se denominan
hiperestomáticas, mientras que las que tienen mayor número de estomas en el
envés se llaman hipoestomáticas.
9.3.3. Mesófilo
Esta estructura se encuentra localizada entre la epidermis externa y la interna y se
divide en dos capas:
- Parénquima en empalizada. Es la capa superior de células en posición
vertical o perpendicular y constituye el tejido de asimilación. Posee más
cloroplastos que las células del mesófilo esponjoso.
- Mesófilo esponjoso. Muestra células redondeadas (irregulares) y están
arregladas de una manera no compacta, lo que propicia espacios
intercelulares grandes que son importantes para el movimiento de bióxido
de carbono durante el proceso fotosintético.
9.4. Rutas y mecanismos de penetración foliar
Los conceptos relacionados con los procesos involucrados en la absorción foliar
han cambiado desde el inicio de su estudio hasta nuestros tiempos. Se han
enfocado en la existencia y la función de los ectodesmos (Franke, 1967),
absorción estomacal (Middleton y Sanderson, 1965; Eichert et al., 1998), y en la
relevancia de las regiones periestomatales (Maier-Maercker, 1979; Schiánherr y
Bukovac, 1978). Inicialmente sólo se aceptaba la absorción a nivel cuticular. La
mayoría de los estudios que sostenían esta afirmación fueron realizados en
láminas foliares enteras (Dybing y Currier, 1961), en cutículas aisladas sin
estomas o bien usando bandas epidermales (ES: epidermal strips) (Eichert et al,
1998), y discos de hojas (Schonherr y Bukovac, 1978; Hoad et al, 1997; Chamel a
al., 1997). A continuación se hará un análisis de cada uno de estos procesos y
rutas.
El modelo conceptual más simple que explica la penetración vía cutícula por una
molécula no cargada es el de membrana sorción-difusión. Las moléculas
permeadas son sorbidas en un lado de la membrana (exterior), difunden a través
de ella y son desorbidas en el otro lado (interior) (Vieth, 1991). Este modelo
explica perfectamente la permeabilidad de la cutícula a sustancias orgánicas
lipofílicas no electrolíticas (no cargada). En estos casos, la variación en la
permeabilidad cuticular entre dos componentes acuosos puede ser explicada en
mayor grado por diferencias en la solubilidad del permeante en la cutícula
(coeficiente de partición cutícula) agua), y en menor grado por la variación en el
tamaño de las moléculas, el cual afecta el coeficiente de difusión.
Concentración de la solución
La concentración máxima tolerable de un nutrimento, en un fertilizante foliar en
particular, depende de la especie, el estado de desarrollo de la planta y su estatus
nutrimental (Witrwer y Teubner, 1959). La aplicación foliar de nutrimentos puede
originar concentraciones de sales en la hoja más altas que aquellas encontradas
en la solución del suelo. Por ello, el principal problema de las aspersiones foliares
es la sensibilidad de las hojas a altas concentraciones nutrimentales en la solución
a asperjar. Las sales a nivel foliar actúan de un modo corrosivo por que provocan
extracción de agua (acción osmótica), de tal forma que el tejido foliar puede ser
afectado por quemaduras (necrosis) con concentraciones altas del fertilizante
(Finck, 1985). La tolerancia a las concentraciones altas de la solución foliar es muy
variable entre especies. Cereales como trigo)' la avena, toleran soluciones de
hasta 10 % de urea (Epstein, 1962). Otras sales corno el sulfato de potasio, nitrato
de calcio, sulfato de manganeso, sulfato de zinc y quelatos de hierro son aplicados
en frutales a una concentración del %, mientras que el sulfato de cobre no debe
exceder una concentración máxima de 0.1 %.
Surfactantes
Un surfactante es un material que facilita e intensifica la emulsión, dispersión,
difusión, humectación o modifica otras propiedades de la superficie de los tejidos.
Los surfactantes, o agentes activos de superficie, son uno de los más grandes
grupos de coadyuvantes para la absorción foliar. Son generalmente moléculas
grandes consistentes en largas cadenas de hidrocarburos (colas) y grupos
solubles en agua (cabezas). El surfactante puede ser llamado hidrofílico (atracción
por el agua) o hidrofóbico (rechazo por el agua); o lipofílico (atracción por lípidos).
Luz
La luz estimula la apertura del estoma y la tasa metabólica, lo que conlleva la
liberación de energía disponible para la absorción activa (Currier y Dybing, 1959;
Rodríguez, 1989). Eichert y Burkhardt (2001) empleando la uranina (fluoresceína
base) como sustancia modelo de la absorción iónica vía estomas, aplicaron vía
foliar cloruro férrico y nitrato férrico a secciones de bandas epidermales de Sedum
telepbium, variando humedad relativa y la iluminación. La iluminación en
secciones foliares dio como resultado una apertura considerable de los estomas, y
al mantener las hojas en la oscuridad se promovió el cierre estomático. Ambos
estados del estoma fueron mantenidos después de retirar la epidermis y durante el
experimento, lo cual fue confirmado bajo el microscopio. Estomas abiertos y alta
humedad relativa promovieron la absorción de uranina. La absorción fue mayor
con la más alta humedad relativa sin considerar la apertura estomatal. Con alta
humedad relativa y estomas abiertos, la absorción fue de 247 pmol o de 2.5 % de
la dosis aplicada de uranina. Por otro lado, con los estomas cerrados y baja
humedad relativa la absorción fue de solamente 5 pmol (0.05 °A de la dosis
aplicada de uranina). La penetración promedio de la uranina a través de las
bandas epidermales de la sección abaxial fue de 3223 pmol, la cual es dos veces
mayor (relación 2.4) a la penetración a través del lado adaxial (1367 pmol). Esto
coincide con una relación similar (2.1) a la densidad estomatal, la cual fue de 84.1
rnm-2 en el lado abaxial y de 39.2 mm-2 en el lado adaxial (Figura 9.18A.).
Humedad relativa
Una humedad relativa alta disminuye la tasa de evaporación de la solución
asperjada al follaje, además de favorecer la permeabilidad de la cutícula y
disminuir el daño por quemaduras (Stevens etal., 1988). El mejor momento para
realizar las aplicaciones foliares es por la mañana, cuando los estomas están
abiertos, la cutícula está hidratada por la humedad relativa alta y temperatura
media, lo que favorece el incremento del metabolismo de la hoja y la absorción
foliar (Wintey, 1999). Schtinherr (2001) reportó incrementos en la absorción de Ca
en hojas de pera con incrementos en la humedad relativa en un intervalo de 50 a
90%. Eichert y Burkhardt (2001) al incrementar la humedad relativa de 40 a 76 %
incrementaron aproximadamente cinco veces la cantidad de uranina absorbida por
hojas de s. telephium (Figura 9.18B.).
Viento
El efecto principal del viento en la absorción foliar radica en la remoción del
microclima húmedo que se forma alrededor de las superficies asperjadas, debido
a lo cual la película de solución se mantiene en contacto con aire de menor
humedad relativa, por lo que la evaporación de la solución es más rápida (Silva y
Rodríguez, 1995).
Superficie de la hoja
la absorción nutrimental es directamente proporcional a la superficie de la hoja que
es mojada por el fertilizante foliar (García y García, 1982). La superficie de
contacto debe ser lo más grande posible, por esta razón es que se adicionan
surfactantes a las soluciones que se aplican vía foliar. Adicionalmente, el lado
asperjado (adaxial o abaxial), la distribución y densidad estomática, el tipo y
densidad de tricornas, entre otros factores, tienen efectos en la eficiencia de la
absorción foliar. El envés de la hoja puede absorber de tres a cinco veces más
que el haz, debido a que presenta una cutícula más delgada, presenta una mayor
densidad de estomas y por su cercanía de los vasos hemáticos (Rodríguez eral..
1989).
Especie y variedad
Existen diferencias significativas en la respuesta a la fertilización foliar entre
especies yen muchos casos también entre variedades de la misma especie. Las
diferentes respuestas pueden reflejar la variación en la naturaleza química y
bioquímica de los órganos o también puede deberse en parte a diferencias
morfológicas. Beaudry y Kays (1988) menciona que es importante considerar las
características físicas de la planta, tales como grosor de la hoja, continuidad de la
cutícula, orientación de las hojas, densidad de estomas y tipo y densidad de
tricomas (Cuadro 9.13.). La orientación de las hojas y el ángulo de inserción de
éstas tienen efecto sobre la capacidad de retención de la formulación foliar
(Haynes ea' al., 1985). Un ejemplo claro de la variabilidad presente entre
variedades se presenta en el Cuadro 9.1., donde se muestra la diferencia
existente en densidad estornática en razas de frijol.
Etapa vegetativa
De acuerdo con Alexander (1986) existe una relación significativa entre la
capacidad de las hojas para absorber nutrimentos y la etapa de crecimiento de la
planta. Rodríguez (1997) evaluó la aplicación de un fertilizante foliar en tres
estados fenológicos (vegetativo, floración y maduración) en tomare cv. Río
Grande. A pesar de que no se obtuvieron diferencias estadísticas significativas, el
mayor número y peso de frutos se observó en las plantas asperjadas durante el
estado de maduración. Esta respuesta probablemente se encuentra relacionada
con la senescencia prematura de la raíz y con procesos de lignificación de los
tejidos de conducción que limitan el transporte de nutrimentos hacia los frutos en
crecimiento. Al inicio de la etapa vegetativa (plántula) es importante la nutrición,
sobre todo cuando se trata de hortalizas y ornamentales que requiere de
trasplante. Villegas et al. (2001), demostraron que la aplicación de miel de abeja a
2% vía Foliar incrementó la altura, área foliar y diámetro de tallo de plántulas de
tomate; las variables anteriores caracterizan el vigor para trasplante.
El utilizar una u otra formulación depende del objetivo de la aplicación y del tipo de
cultivo. A continuación se presentan algunas experiencias en donde se demuestra
el uso adecuado de diferentes fertilizantes foliares. En tomate de cáscara var.
Rendidora se observaron efectos positivos de la fertilización foliar complementaria
al suelo en la calidad del fruto. El pH y los sólidos solubles
(°brix) en el jugo del fruto de plantas fertilizadas vía foliar fueron incrementados
9% y 14%, respectivamente, en comparación con los valores obtenidos en frutos
de plantas fertilizadas únicamente vía radical (Trejo-Téllez eral., 2007a).
En campo la aplicación de fertilizante foliar adicional a la fertilización al suelo (300
kg de triple 17 por ha) incrementó el rendimiento de tomate de cáscara hasta 14 t
ha' (50 % más que cuando se aplicó fertilizante solamente a la raíz) (Gómez eral.,
2006).
La fertilización foliar en cultivos agrícolas es una buena alternativa cuando existen
problemas de acidez, alcalinidad, fijación, inmovilización e incluso bajos niveles de
nutrimentos esenciales en el suelo (Eibritr, 1986). Por ejemplo, en suelos alcalinos
la solubilidad de los micronutrimentos disminuye, principalmente Fe, Mn, Cu y Zn
(Tamhane et al., 1979). Trejo-Téllez et aL (2003) asperjaron vía foliar una solución
conteniendo micronutrimentos al cultivo de pepino, que crecía en un suelo alcalino
(pH = 8.1) bajo condiciones de invernadero; en este ensayo los contenidos de
micronutrimentos en tejido foliar, principalmente Fe, Cu, Zn y Mn fueron
incrementados de manera considerable en comparación con el testigo (Cuadro
9.18.). Esta fórmula foliar asperjada al tomate variedad Floradade, también
creciendo en un suelo alcalino, incrementó la concentración de Cu en 53 % en
comparación con plantas fertilizadas únicamente al suelo, mientras que las de Zn
y Mn fueron mayores en 3 y7 veces, respectivamente (Trejo-Téllez eral., 2007W.
Estos resultados muestran claramente que la demanda de micronutrimentos
puede ser cubierta de manera eficiente mediante la aplicación de fertilizantes
foliares.
Los aminoácidos son utilizados para formar complejos o quelatos con minerales y
facilitar así su absorción en tejidos foliares. A partir de ello se han desarrollado
fertilizantes foliares tanto a base de aminoácidos como de polioles (azúcares-
alcoholes) (Fernández a al., 2013). La forma y magnitud en que los aminoácidos
son absorbidos por las células de las hojas y su función en el transporte y
movilización de minerales de la hoja al interior de la planta está aún en
investigación (Zhang et d, 2013). En algunos cultivos, los quelatos de aminoácidos
también llamados metalosatos son absorbidos y translocados de manera más
eficiente en comparación con sales inorgánicas o que los quelatos de EDTA. Por
ejemplo, las aplicaciones foliares de ZnSO4, ZnO, y metalosato de Zn incrementan
las concentraciones de Zn en hojas
de aguacate (Crowley et al., 1996). La aplicación exógena de fertilizantes a base
de glutamato en eventos de sequía, puede servir para detonar la biosíntesis de
glutamina y en consecuencia la producción de aminoácidos prorectantes como
prolina, debido a que los aminoácidos son absorbidos y translocados con relativa
facilidad en tejidos vegetales. Zhang a al (2013) mostraron que un fertilizante foliar
a base de glutamato mejoró la respuestas del pasto Agrostis stoloniféra en
periodos de sequía, incrementando de manera significativa la calidad, el contenido
de clorofila y la actividad de la enzima SOD. En melón, la aplicación foliar de
complejos de glicina y K incrementó las concentraciones de K en planta, la
cantidad de azúcares y de compuestos bioactivos como ácido ascórbico y G-
caroteno en fruto, además de que de esta forma no se detectaron efectos
&atóxicos en las hojas asperjadas con K, cuando la solución de aspersión tuvo
valores de pH entre 6.5 y 7.7 (Pían y Lester, 2009). Así también, se han reportado
que aplicaciones foliares de extractos de la planta marina Ascophyllum nodosum
incrementan la actividad antioxidante enclógena y la tolerancia al estrés
subsiguiente de varios tipos de pastos (Zhang y Ervin, 2004). Por otra parte, la
producción de nanofertilizantes, que han demostrado ser rápida y completamente
absorbidos por las plantas, representan una alternativa prometedora para la
fertilización foliar, dado que al ser mayor su eficiencia de absorción, esto se
traduce también en reducción de su aplicación y por tanto en el consumo de
fertilizantes.
En Calendula officinahs, se reportó un efecto positivo de la concentración de nano-
hierro en la solución foliar asperjada, en el rendimiento de flor en la segunda
cosecha y en el rendimiento de aceites esenciales en el primer corte (Atnuamuha
a al., 2012). Con la aplicación de N al suelo en una dosis de 60 kg ha.-1 y de
nano-hierro vía foliar a una concentración de 2 g 1...1 en Sdanum melongena L.,
se obtuvieron los máximos rendimientos de fruto con valores de 34.63 y 38.03 ton
ha', respectivamente (Bozorgi, 2012). En el campo de los nano-fertilizantes, la
investigación generada todavía es incipiente, existiendo aún muchas evaluaciones
por realizar considerando diferentes nurrimentos y especies vegetales así como
diversas condiciones ambientales, entre otros factores. 9.8. Limitantes de la
fertilización foliar y recomendaciones
Dentro de las principales limitaciones de esta técnica se pueden señalar:
- Riesgo de firotaxicidad. Las especies vegetales son sensibles a las
aplicaciones foliares de formulaciones concentradas. Para cada nutrimento
existen valores límites de concentración.
- Dosis limitadas de macronutrimentos. El riesgo de fitotoxicidad sumado al
hecho que los macronutrimentos se requieren en cantidades mayores,
limita la nutrición foliar quedando restringida a complementar la fertilización
al suelo, o corregir deficiencias en casos particulares (Acosta, 1991).
- Requiere de buen desarrollo de follaje. Si éste tiene un desarrollo limitado,
la aplicación no será eficiente. Los mejores resultados se obtienen mientras
mayor sea el área foliar.
- Elevado costo. Para las aplicaciones foliares se requieren sales de alta
solubilidad, que frecuentemente son caras, a fin de evitar el taponamiento
de las boquillas y riesgos de fitotoxicidad.
- Las aplicaciones foliares en zonas con humedad relativa muy baja o muy
alta, la mayoría de las veces no tienen éxito, en el primer caso por la alta
velocidad de desecación de las gotas sobre la superficie de la hoja y en el
segundo por lixiviación de la formulación foliar.
- Tiene escaso efecto residual en los cultivos anuales, en particular afecta a
los micronutrimentos no móviles (por ejemplo el B) (Asad a al., 2003).
Los trabajos de fertilización deben ser avalados o soportados por un análisis
económico para conocer su rentabilidad, que sin duda dependerá del cultivo que
se está fertilizando (Trinidad y Aguilar, 2000).
En resumen, la fertilización foliar siempre debe ser considerada como un
complemento a la fertilización al suelo y no como un sustituto de ésta, ya que las
plantas, en general, satisfacen sus requerimientos nutrimentales, de elementos no
gaseosos, a través de sus raíces y las hojas solo pueden absorber cantidades
relativamente pequeñas de nutrimentos. Es importante tener en cuenta que todos
los órganos vegetales (ramas leñosas, tallos y frutos) son capaces de absorber
nutrimentos en solución, por lo que su aplicación a la parte aérea (follaje
principalmente) puede ser importante cuando por diversas razones su
disponibilidad en el suelo se encuentra limitada.
Las raíces reciben una solución nutritiva y equilibrada disuelta en agua con
algunos de los elementos químicos esenciales para el desarrollo de las
plantas, que pueden crecer en una solución mineral únicamente.
Fertirrigación
El primer intento cuantitativo para esclarecer como era que las plantas
ganaban peso lo llevó a cabo van Helmont (1577-1644
Woodward realizó el primer registro de cultivo en solución sin sustrato
sólido alguno. En sus trabajos hizo crecer chícharos, papa y menta en agua
proveniente de manantial, ríos, conductos, agua de lluvia y agua destilada.
Woodward concluyó que el agua era un mero transportador de la materia
terrestre.
Cultivos hidropónicos.
• Cultivo de plantas en soluciones acuosas, por lo general con algún soporte
de arena, grava, o algún otro material.
Cultivos semi-hidropónicos
Sistema Gericke