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La Aldea Global de McLuhan

en un contexto actual

Ihiruye Rebolledo

C.I: 16656695
Introducción

En el siglo XXI, las tecnologías llegaron a niveles anteriormente

considerados imposibles por la raza humana. Solo algunos podían predecir el

escenario que un poco más adelante se descubriría en ese camino. A finales

de la década de los sesenta, el filósofo Marshall McLuhan (originario de

Canadá), pudo percibir que las tecnologías humanas estaban enfocadas en la

electrónica (sobre todo basada en la comunicación y la información). Así pues,

dedujo que en un futuro, llegaríamos a una aldea global, donde las

comunicaciones se lograrían de manera instantánea y eso daría como

resultado una unión social global donde las barreras entre clases, razas,

culturas de por sí terminarían y con un comportamiento parecido al de una

aldea.

Es importante resaltar que al pensar en una aldea, nos viene a la cabeza

una pequeña población en un sector geográfico diminuto. Obviamente cuando

McLuhan usaba esta palabra en el término (Aldea Global), insinúa el hecho de

que las distancian se acortarían tremendamente y habría un interés o

conocimiento por los vecinos o similares que vivirían en el otro lado del planeta.

En el desarrollo de este ensayo podremos analizar un poco la posición

actual de este fenómeno (La Aldea Global), haremos un breve paneo sobre la

situación global sobre las Tecnologías de Información Comunicaciones y

veremos algunas de las posiciones que se tienen al respecto.


¿Qué es la Aldea Global?

Ciertamente las distancias se han acortado, lo que implica que el tiempo

se ha alargado. Y es que la tecnología ha hecho mucho más pequeño al

mundo desde las distancias recorridas hasta el proceso de comunicación. La

mejora del sistema de transporte: los trenes eléctricos, los nuevos aviones y el

perfeccionamiento de los automóviles han hecho de los viajes un proceso

ligero.

Es curioso ver como personas (que vivieron la década de los sesenta y

la década actual) han vivido un cambio tan radical (en cuanto las distancias)

que actualmente pueden quejarse y hasta desesperarse por un retraso de una

hora en un viaje de 12 o menos, cuando anteriormente tomaban 24 horas o

más para completar el mismo. De igual manera pasa con las comunicaciones,

actualmente los teléfonos (ahora celulares) se han convertido en una

necesidad (cuando antes eran visto como lujos) y hasta los niños “deben”

tenerlos para mantener un contacto constante con ellos. Desde el correo postal

(donde pasaban días y hasta algunos semanas para llegar a su destinatario),

pasando por el fax (donde aún se usaban recursos materiales como el papel y

se debía contar con un receptor que programara la línea para recibirlo) hasta

llegar al internet (donde la información está ya guardada y protegida en bancos

de datos de extrema capacidad de memoria y donde ya no se necesitan de

computadoras o ni siquiera laptops porque se puede hacer por celular desde

cualquier espacio con señal) la comunicación se ha convertido en un proceso

global, necesario y dinámico que está de manera implícita en nuestra sociedad.


Y es que ese cambio, que aún se está dando, está transformando el

mundo entero en todos los sentidos. El “efecto mariposa” es visible y ahora es

comprensible cómo el simple hecho de poder movilizar un barco petrolero

desde medio oriente a América en solo 30 días influye en el desarrollo del

sistema global. Lo irónico es que siempre se espera más, los 30 segundos que

debíamos esperar para que cargara una página de internet son una eternidad

comparado con los 5 segundos de ahora, y hoy día 15 segundos representan

una eternidad y hasta una ofensa por parte de la compañía al usuario.

Ahora, el hecho de tener estas ventajas existentes y en proceso de

mejorar y evolucionar, no implica que tengamos un comportamiento como

“aldea global”. Aún, con estas tecnologías, decir que el humano ha adquirido un

comportamiento comunitario global es sobrestimar los hechos actuales.

¿Existe entonces “la aldea global”?

Ya sabiendo de manera concreta que es indiscutible que el

mundo se ha achicado para nosotros los humanos, la pregunta es si ese hecho

es producto de una conciencia única y global. Lo primero que debemos

entender es que hoy día los resultados del desarrollo de la comunicación son

debidos a las grandes inversiones que hacen grupos privados, esto significa

que prevalecen intereses dentro de su producción y distribución. Como entes

privados controlan, no solo la distribución de estas tecnologías sino también su

producción.

Esto literalmente significa que hoy día las tecnologías que se investigan

son esas que más convienen a la industria y no las más necesarias para el

desarrollo humano y que las mismas (las tecnologías que se investigan) son
distribuidas según los intereses de las corporaciones; claro está que el interés

principal de una corporación es el incrementar sus ingresos y esto sólo se

traduce en que el acceso a dichas tecnologías de comunicaciones están en

manos de las personas o comunidades que puedan financiarlas. Ahora,

saquemos cuentas, si eso es verdad y si también es verdad que el 1% de las

personas tiene un aproximado de un 40% de las riquezas globales (si no es

que más) y la mitad más pobre es dueña de solo un 1% de las mismas (2010,

Centro de Noticias ONU), nos vemos en la pregunta, entonces ¿es que todos

pueden disfrutar de estos beneficios, de este nuevo mundo?

Obviamente no hay una libre distribución de las TIC (Tecnologías de

Comunicación) y por tanto no hay un uso equilibrado de manera global.

También debemos comentar el hecho de que en las corporaciones

productoras de tecnologías de la comunicación existen cadenas de intereses

que no solo se refieren a la tecnología en sí, nos obligamos a recordar que las

TIC también representan el arma estratégica para las formas de consumo

contemporáneas. La cultura del consumo solo ve beneficiosos resultados

gracias a la efectividad de la publicidad y el márquetin, y por supuesto, esto a

través de “medios de comunicación masivos” (audiovisuales principalmente),

los cuales gracias a el desarrollo de las TIC llega cada día con mayor fuerza a

las masas, convirtiéndose en servicios indispensables para prácticamente toda

industria y mercado, concentrando mucho más el poder (ya que las inversiones

principales vienen del sector privado) y siendo usadas mayormente con fines

de lucro. Ejemplo de esto ha sido la competencia reiterada a la hora de escoger

los sistemas de almacenamiento y distribución de datos, y vemos como el

debate es candente a la hora de escoger entre competencias y como aquellos


formatos que no fueron escogidos quedan en el olvido y son desaparecidos del

mercado y de cualquier forma de producción.

El ejemplo más reciente fue la gran carrera para quedar como el

ganador definitivo de los últimos formatos de soporte y almacenamiento

audiovisual. Donde la competencia por el HD DVD y el Blu-ray fue la final

disputada. La final de esta competencia se desató en el “International

Consumer Electronics Show” del 2008 y por supuesto que quien decretó al

ganador fueron las grandes empresas de entretenimiento y tecnología del

mundo (Warner, Sony, Wal-Mart, Microsoft, Estudios Universal, Paramount,

etc.). Esta vez podríamos decir que el criterio para decidir entre ambas

tecnologías fue meramente comercial e industrial.

También podríamos recordar escenas pasadas como por ejemplo la

disputa de hace ya décadas, por el mismo título. Aunque esa vez sí que había

una diferencia de calidad que lamentablemente no llegó a influir en la decisión

final (la disputa entre BETA –de Sony- y VHS – de diversas compañías-).

Saliendo del ejemplo de soporte de formato audiovisual, podemos

también nombrar otras disputas o estrategias famosas para controlar las

tecnologías de las comunicaciones: Las nuevas versiones de Windows ( el que

no las tiene pierde compatibilidad con programas y hasta virus son diseñados

para obligarte a tener el programa original), la actualización constante de

programas antivirus (el que no tenga un programa con esta función que se

actualice está expuesto a perder su equipo e información debido a las

amenazas de virus en PCs), la caducación de los celulares (cada día son más

desechables con el fin de buscar la venta constante de los mismos), y muchas


hechos más que garantizan el consumo constante y fluido de los productos

prestadores y facilitadores de las TIC.

Entonces, ¿es que acaso hay de verdad un libre uso de las tecnologías

de comunicaciones? Por el momento podemos asegurar que no lo hay y al no

haberlo significa que aún, esas áreas geográficas que sufren de problemas

económicos y no tienen (ni los gobiernos ni los ciudadanos) para invertir en las

TIC, están excluidas de este mundo, y su única participación en el mismo es

por medio de la visión o interpretación de aquellos que tienen el acceso a las

maravillas de la comunicación electrónica.

Las TIC y su debate político

Aunque es difícil aceptar que actualmente existe una “aldea

global” gracias a las tecnologías de información y comunicación, es

indispensable comentar que estamos en un camino a ella. Diversas causas son

las responsables de tal proceso y quizás la principal son el facilitamiento al

acceso de dichas tecnologías y las políticas fomentadas por distintas

instituciones. La razón de los intentos institucionales por llevar estas

tecnologías al alcance de toda la población es principalmente por los beneficios

sociales que se logran a través de las mismas.

Los derechos por los que se rige el sistema internacional son

principalmente los derechos humanos. En los mismos se garantiza el derecho

de la educación (que podría entrar en el campo de la tecnología de la

comunicación) y el derecho a ser informado o “acceso a la información” (en el

que existen varios parámetros que regulan para garantizar un uso adecuado

del mismo). Pero así hayan parámetros que traten de regular, no hay
instituciones que actúen para hacerlos respetar (y siendo claros, con la

experiencia que el planeta ha tenido en cuanto las instituciones globales y su

aplicación para garantizar el respeto a los acuerdos establecidos, no sería un

gran cambio una que esté especializada en el tema).

Una de las grandes complejidades en este asunto se debe a que aún

cuando hay derechos consagrados en las organizaciones internacionales

(específicamente la ONU y sus asociados) es que si bien hablamos de

comunicación (lo cual ya implica un emisor y un receptor) los derechos sólo

pueden “proteger la libertad de alguien de hacer o tener algo” más no “obligar a

alguien a dar uso o aprovechar algo”. Entonces, tratar de fomentar el derecho a

comunicar es una idea algo truncada pues aunque se pudiera dar acceso a las

comunicaciones con el fin de facilitar la expresión, no se garantiza que a esa

persona tenga receptores. Pero bien, lo fundamental acá es aclarar que si

existe un interés por prevalecer un mundo donde la comunicación es un

derecho fundamental, al menos el derecho a tener acceso a la información y a

ser informado sobre los elementos fundamentales de la sociedad. Claro está

que para poder lograr estos objetivos de manera efectiva se necesitan las TIC,

la comunicación electrónica.

Como dijimos anteriormente, las corporaciones o compañías privadas

generalmente controlan la comunicación electrónica y esto no solo ha generado

grandes monopolios e imperios económicos sino también ha sido una manera

de garantizar el poder de muchas élites en gobiernos alrededor de todo el

mundo. Por tanto las tecnologías de comunicación se han convertido desde un

arma para controlar las masas hasta la manera más eficiente de contrarrestar

todo tipo de control social.


A causa de la fuerza de las TIC como herramienta para el control del

poder, en muchos países del mundo, la disputa por la regulación de los mismos

se da de maneras variadas por todo el mundo. Países distintos discuten: el

acceso a internet (o a algunos programas, o páginas web, o formas de

comunicación de prensa y/o personales), las “maneras adecuadas” de

transmitir programación de TV (si deben tener responsabilidades sociales,

cuáles imágenes mostrar y cuáles no, las formas de propaganda, etc),

publicación de material escrito, y demás debates, todos dependiendo, claro

está, de las situaciones específicas de cada cual. Pero la verdad es que aún el

tema de las TIC (gracias a la velocidad con que se desarrolla y crece) es un

tema en boga, y desde el monitoreo de la información en servicios privados

como internet o llamadas telefónicas en EEUU, hasta los límites y condiciones

que deben tener medios de comunicación masivos como el caso de Venezuela,

lo cierto es que hoy día se comprende sobre la importancia de la comunicación

electrónica para la estabilidad social de un país y hasta quizás del mundo, es

decir también en su importancia para el desarrollo de la humanidad.

El debate, aunque en distintos matices, es prácticamente el mismo en

todo el mundo: El Estado Vs las Empresas privadas. Ejemplo claro lo podemos

ver es situaciones como en intento por parte de algunos gobiernos en EEUU

donde se busca hacer unas plataformas de internet para el uso público y libre

de dicha herramienta. Ciudades como Filadelfia y San francisco han librado

una batalla desde al 2005 para tratar de lograr una plataforma de red

inalámbrica de uso público, estás batallas se han librado gracias a las

compañías privadas que argumentan que tendrían pérdidas (ya quienes fueron

los que desde un principio invirtieron en la infraestructura –cableado banda


ancha subterráneo, antenas Wi-Fi, entre otras-) y que su negocio mermaría a

causa de estos sistemas. Se han creado cabildos para la discusión y

actualmente, después de 5 años, aún se tiene como un tema de debate

inconcluso. Una vez más debemos tomar en cuenta que en este ejemplo se

ilustra la injusticia de la diferencia de clases, ya que cuando nos enteramos que

la mayoría de los hogares con acceso a internet rápido y efectivo son aquellos

que tienen un ingreso económico alto y que solo un 34% de las familias con

ingresos bajos gozan del servicio (2005, BBC news).

Quizás los ejemplos más claros sobre este debate, en todos los planos

de las TIC debido a la comunicación electrónica se están dando en

Latinoamérica. Desde Argentina hasta México el debate sobre el tema ha

tomado gran importancia a niveles internos e internacionales. El auge de las

tecnologías de comunicación ha abierto centenares de posibilidades y los

Gobiernos han comprendido la importancia, tanto como herramienta así como

amenaza por parte de estas. Hoy día el tema principal es la Libertad de

Expresión y el epicentro del debate está dado sobre todo en el material que

transmiten los medios de comunicación masivos. Recordemos que si bien la

libertad de expresión no se concibe como controlada, si se rige bajo ciertos

parámetros de responsabilidad y justamente acá es donde se dispara el

debate: ¿Hay responsabilidades? ¿Cuáles son esas responsabilidades? ¿Qué

pasa si no se acatan las mismas? Pero más que iniciar el debate en este

ensayo, la idea es ilustrar lo complicado del tema y la verdad es que si bien se

pueden controlar los medios de comunicación masivos (lo que generaría un

inmenso debate) es casi imposible controlar de manera absoluta la utilización

de las TIC en su totalidad. Plataformas de internet (como Youtube, Facebook,


Twitter, Scribd, etc.) hacen de la comunicación una actividad incontrolada (solo

se usan ciertas formalidades internacionales como imágenes sexuales

explicitas, derechos de autor de aquellos que pueden financiar su protección

intelectual en los países anfitriones de estas empresas, entre otras) y deja a la

deriva la utilización de la misma.

Actualmente en Venezuela se ha generado un esfuerzo por hacer ver al

internet como un servicio de primera necesidad. La “herramienta

comunicacional virtual” ha aumentado considerablemente su nivel de

penetración social, hoy día más de un 30% de la población venezolana tiene

acceso fijo a internet (número que va ascendiendo a gran velocidad) y

ciertamente hay esfuerzos como los infocentros, la promoción de software

libres (que no se aplica ni en niveles de las instituciones gubernamentales), la

colocación de un satélite comunicacional no solo para Venezuela sino también

para el uso (si bien político) de la mayor parte de Latinoamérica, son iniciativas

que incentivan el uso de herramientas electrónicas comunicacionales. Ahora es

necesario añadir que si bien existen las iniciativas, falta mucho por hacerlas

efectivas. Ciertamente el problema principal en el caso nacional no es la falta

de acceso a las herramientas comunicacionales sino la educación que esto

amerita tanto en los difusores/emisores como en los indagadores/receptores.

Otro aspecto que vale la pena mencionar como fenómeno especial en

Venezuela es el gran uso de teléfonos móviles (celulares) en la población, los

equipos y servicios de telefonía celular son de fácil acceso para la población

venezolana y esto ha creado una nación prácticamente sin fronteras internas.

La comunicación telefónica se ha convertido en un canal que conecta a toda la

población a nivel nacional y esto ha hecho un efecto que genera cierta


independencia comunicacional (en cuanto a esperar la información por los

medios masivos) en la población en general.

De manera muy personal, estoy convencido que las TIC y/o

comunicación electrónica cada día estarán más unidas a la vida cotidiana de

toda la población y que el intento por controlarlas simplemente caducará y los

promotores de la idea de controlar estos sistemas (tanto el gobierno como las

entidades privadas) desistirán ante lo inevitable, lo que causará una diferencia

es el criterio que se use para la utilización de las mismas. Por tanto, junto a las

iniciativas para dar acceso a las TIC (como derecho fundamental) deben ir

íntimamente anexadas a sistemas de educación que garanticen tanto un

criterio o conciencia como formas de manejo y utilización que saquen provecho

digno de tales herramientas.


Conclusión

Si bien, vemos que aún las berraras sociales que se plantean en la

“Aldea Global” no se han derrumbado, si que vamos a un camino inevitable

para esta realidad.

Cierto es que el mundo sin fronteras es inevitable siempre y cuando

sigamos el camino tecnológico en el que estamos y que parece no parar nunca

más, lo que hace llegar a la conclusión que ni en nuestra imaginación podemos

visualizar el panorama se presentará en el futuro de este camino.

Cada día las comunicaciones electrónicas van alcanzando los lugares

más y más alejados, y con esto las personas habitantes de estos lugares se

están abriendo espacios en un mundo donde las distancias geográficas no son

lo definitorio para “ser”. La primera impresión que nos puede causar esta

deducción es que las grandes corporaciones son quienes están implantando su

percepción sobre la vida humana (o al menos la percepción que a ellos les

conviene para sus fines) pero el uso que se le da a estas herramientas es cada

día más diverso y intereses que antes podían verse como casualidades

culturales entre sociedades de países sumamente diferentes culturalmente y

alejados por tremendas distancias geográficas poco a poco se van

fortaleciendo y unificando en el mundo de la comunicación electrónica.

Iniciativas como Internet2 han mostrado el interés global por dar la

posición merecida a dichas tecnologías y aún cuando los intentos de neutralizar

esta iniciativa han sido promovidos por los grandes monstruos corporativos es

obvio que solo han logrado un atraso en el proceso de cambio. La aldea global

ya no es un mito, es solo cuestión de tiempo para que llegue lo inevitable.


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