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DOMUND 2003 - CÓMO SE REZA EL ROSARIO

MISIONERO
Cómo se reza el ROSARIO MISIONERO

1. Se comienza con la Señal de la Cruz.

2. Se reza el Acto de contrición o


alguna otra oración de Perdón.

3. Dependiendo del día de la semana,


se rezarán los misterios que
corresponda, ofreciendo un misterio
por cada continente:

4. Se reza 1 Padrenuestro y 3
Avemarías por el propio país, para que
Dios suscite espíritus generosos y
entregados a la evangelización y por
todos los que aún no conocen a Cristo,
para que pronto lleguen a encontrarse
con El.

5. Puede rezarse la siguiente Oración:

"Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos
los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final
de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia
de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo,
para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola
familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén."

6. Se reza una Salve a la Virgen María.


7. Se finaliza con la Señal de la Cruz.

Al terminar el Rosario Misionero, se ha rodeado el mundo entero, abrazando a


todos los continentes y a todos los hombres en una gran oración universal.

ROSARIO MISIONERO I

MISTERIOS GOZOSOS
Lunes y Sábados

Primer Misterio - ÁFRICA

En el primer misterio gozoso contemplamos la anunciación del ángel a María y la


encarnación del Hijo de Dios.

Pidamos para que la Santísima Virgen siga acompañando la labor de todos los
misioneros en África, para que así como el Verbo se encarnó en la humanidad, el
mensaje del Evangelio siga inculturándose en tierras africanas y para que surjan grandes
evangelizadores entre los mismos africanos.

Segundo Misterio - AMÉRICA

En el segundo misterio gozoso contemplamos la visita de María a su prima Isabel y la


santificación del precursor Juan Bautista en el seno de su madre.

En este misterio queremos pedir para que la Virgen María siga visitando nuestros
pueblos de América para socorrer nuestras necesidades; pero sobre todo para traemos a
su hijo Jesús que es camino, verdad y vida.

Tercer Misterio - EUROPA

En el tercer misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén y el anuncio


de la salvación a los pastores y a los reyes magos.

En este misterio pidamos para que la Iglesia europea, que tradicionalmente ha sido
evangelizadora, recupere su vitalidad y para que se mantenga abierta a la generación y al
intercambio con las iglesias jóvenes.

Cuarto Misterio - OCEANÍA


En el cuarto misterio gozoso recordamos cuando Maria y José, al cumplir los cuarenta
días del nacimiento del niño Jesús, le llevaron al templo para presentarle al Padre
celestial.

En este misterio pidamos por todos los ancianos y ancianas de Oceanía y del mundo,
para que haya quien, esté cerca de ellos y los ayude en sus necesidades. Pero sobre todo
le pedimos a la Santísima Virgen que ella misma los alivie en los achaques y molestias de
la edad y les consiga de Dios poder llegar a conocer a su Hijo Jesús, para su completa y
eterna salvación.

Quinto Misterio - ASIA

En el quinto misterio gozoso contemplamos a Jesús adolescente de 12 años que subió al


templo con sus padres.

Los grandes pueblos de Asia en su prudencia y sabiduría humanos quieren señales


extraordinarias que acrediten el mensaje evangélico proclamado por los misioneros. Por
otra parte ellos son muy respetuosos y amantes de la naturaleza. Pidamos para que la
Madre del verdadero Dios conceda mucha sabiduría a los mensajeros de su Evangelio en
Asia. y en la belleza y armonía encuentren caminos que de esas hermosuras conduzcan
hacia Jesucristo, Aquél a quien Dios nos envió como único salvador.

MISTERIOS LUMINOSOS
Jueves

Primer Misterio - ÁFRICA

En el primer misterio luminoso contemplamos el bautismo de Jesucristo en el río


Jordán.

Pidamos por el pueblo Africano, para que al igual que en el Jordán, escuche la voz de
Dios que también a él le dice, en medio del sufrimiento provocado por el hambre, las
continuas guerras y las desigualdades raciales, "Este es mi hijo muy amado", y para que
surjan grandes evangelizadores entre los mismos africanos.

Segundo Misterio - AMÉRICA

En el segundo misterio luminoso contemplamos el comienzo de los signos milagrosos de


Jesús en las bodas de Caná.
Pedimos por nuestro pueblo Americano, para que Jesús se nos siga manifestando como
lo hizo en las bodas de Caná, y para que nosotros sepamos obedecer el consejo de María
que nos dice: "Hagan lo que El les diga".

Tercer Misterio - EUROPA

En el tercer misterio luminoso contemplamos la Predicación con la cual Jesús anuncia la


llegada del Reino de Dios e invita a la conversión.

En este misterio pidamos a Dios que suscite en la Iglesia europea valientes misioneros
que prediquen y anuncien el Reino de Dios, invitando a la conversión, como lo hizo
Jesucristo.

Cuarto Misterio - OCEANÍA

En el cuarto misterio luminoso contemplamos la Transfiguración de Jesús que, según la


tradición tuvo lugar en el Monte Tabor.

Pidamos en este misterio para que a todos los hombres de Oceanía se manifieste la
gloria de Jesucristo para que lleguen a contemplar su rostro y a encontrarse
personalmente con El y a exclamar como Pedro: ¡Señor, qué bien estamos aquí!

Quinto Misterio - ASIA

En el quinto misterio luminoso contemplamos la institución de la Eucaristía, en la cual


Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino,
dando testimonio de su amor por la humanidad "hasta el extremo".

Pidamos en este misterio a Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual,
que también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y
niños que padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más poblado
del mundo.

MISTERIOS DOLOROSOS
Martes y Viernes

Primer Misterio - ÁFRICA

En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto
de los Olivos.
Pidamos al Señor por el pueblo africano, que hoy también sufre "suda sangre", víctima
de los conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que sepa
hacer de su sufrimiento una oblación agradable al Señor. Hoy nos toca a nosotros
acercamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto; nos toca a nosotros prolongar la
oración de Jesús, y recoger las gotas de su sangre ofreciéndolas a Dios-Padre por el
continente africano. Y nuestra oración y ofrenda tendrán más eficacia si sabremos unir
nuestros sacrificios, nuestras penas y sufrimientos al sudor de sangre de Jesús para la
evangelización de África.

Segundo Misterio - AMÉRICA

En el segundo misterio doloroso contemplamos la flagelación de Jesús.

En este misterio pidamos que María de Guadalupe nos alcance de su Hijo la gracia de
ser solidarios con nuestros hermanos indígenas que, marginados en las sierras o en las
ciudades, luchan todavía hoy por la vida, por la tierra, por su dignidad y por la justicia.

Tercer Misterio - EUROPA

En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de burlas y


humillado con una corona de espinas y una caña por cetro.

En este misterio pidamos a Cristo, rey del universo y redentor nuestro, que por la
intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, reavive la Fe de los pueblos europeos,
para que en Europa y en el mundo entero se extienda el reino de Dios, reino de justicia,
de amor y de paz.

Cuarto Misterio - OCEANÍA

En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús condenado a muerte por Pilato y


su viaje al Calvario llevando en sus hombros el madero de la cruz.

En este misterio pidamos a la Dios que nos ayude a convertimos en "cireneos" de los
misioneros, especialmente de los que trabajan en Oceanía, sosteniéndoles con nuestra
oración y con nuestros sacrificios.

Quinto Misterio - ASIA

En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.


Pidamos a Dios que los pueblos de Asia, que mueren día a día por la injusticia, la
miseria, la violencia y la discriminación, se abran a la gracia de la salvación que brota de
la cruz donde está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero redentor de la humanidad.

MISTERIOS GLORIOSOS
Miércoles y Domingos

Primer Misterio - ÁFRICA

En el primer misterio glorioso contemplamos la resurrección de Jesús.

En este misterio pidamos para el pueblo africano, que vive situaciones de muerte día a
día, en la miseria, el hambre y en las continuas guerras entre las distintas etnias,
experimente la resurrección de Jesucristo, y resucite también con El a la vida de hijos de
Dios.

Segundo Misterio - AMÉRICA

En el segundo misterio glorioso contemplamos el mandato misionero de Jesús a los


Apóstoles y la ascensión al cielo del Señor.

En este misterio pidamos por la intercesión de María, que el señor llame a muchos
jóvenes de nuestro continente americano y los envíe por el mundo entero a anunciar la
Buena Nueva.

Tercer Misterio - EUROPA

En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles en el cenáculo.

En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen, una nueva efusión del Espíritu
sobre el Papa, los obispos y toda la Iglesia de este continente para que surja "una nueva
primavera de vida cristiana", el viejo continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu
de Pentecostés.

Cuarto Misterio - OCEANÍA

En el cuarto misterio glorioso contemplamos la asunción de la Santísima Virgen a los


cielos.
Los misioneros que trabajan en Oceanía, como los que trabajaron y trabajan en otros
continentes, saben con certeza que María, la Madre de Jesús y de los cristianos, subió al
cielo para poder acompañarlos y socorrerlos mejor en su labor evangelizadora. Pidamos,
pues, a ella que afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total
en su maternal protección. Y pidámosle también para que nuestros hermanos de
Oceanía, incluso los que habitan en las islas más pequeñas y remotas, puedan
experimentar el poder de su intercesión delante de Jesús, para que llegue para todos
ellos el día de la redención.

Quinto Misterio - ASIA

En el quinto misterio glorioso contemplamos la coronación de la Santísima Virgen como


reina del cielo y la tierra.

Pidamos a la Virgen María, reina del cielo y de la tierra, para que consiga con su
intercesión que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de Dios y que
todos ellos formen un día con nosotros el pueblo de la nueva y eterna alianza, sellada por
nuestro redentor en la sangre del Cordero, Cristo Nuestro Redentor.

Terminados los cinco misterios se reza un Padre Nuestro y se continúa con las siguientes
oraciones:

Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto,
en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, en
tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima
después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames en
el fuego de tu amor, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa
de Dios Espíritu Santo, Templo y Sagrario de la beatísima Trinidad, Virgen
concebida sin la culpa original.

Dios te salve reina y madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.


Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo
y llorando en éste valle de lágrimas, ea pues Señora y abogada nuestra, vuelve a
nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de éste destierro muéstranos a
Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce virgen
María! / Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de
alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

LETANÍAS MISIONERAS

Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad...


Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad...
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad...
Cristo, óyenos Cristo óyenos
Cristo, escúchanos Cristo escúchanos
Dios, Padre, que quieres que todos los hombres se salven Ten piedad de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, que sufriste muerte de
Ten piedad de nosotros
cruz por todos
Dios, Espíritu Santo que atraes a los hombres al
Ten piedad de nosotros
conocimiento de la verdad
Santa María, Reina de las Misiones Ruega por el mundo
San Pedro Ruega por el mundo
San Francisco Xavier Ruega por el mundo
Sta. Teresita del Niño Jesús Ruega por el mundo
San Marcos Ruega por África
San Agustín de Numidia Ruega por África
Venerable Carlos de Foucold Ruega por África
Santos Mártires de Uganda Ruega por África
Beata Clementina Anuarite Ruega por África
San Juan Diego Ruega por América
San Francisco Solano Ruega por América
Santa Rosa de Lima Ruega por América
San Martín de Porres Ruega por América
San Felipe de Jesús Ruega por América
Santo Toribio de Mogrovejo Ruega por América
San Pedro Claver Ruega por América
Beatos y Santos del Nuevo Mundo Rueguen por América
San Bonifacio de Alemania Ruega por Europa
San Agustín de Canterbury Ruega por Europa
San Patricio de Irlanda Ruega por Europa
San Remigio de Reims Ruega por Europa
San Leandro de Sevilla Ruega por Europa
San Christian Rey de Dinamarca Ruega por Europa
Beatos y Santos del Viejo Mundo Rueguen por Europa
Padre Damián de Hancy Ruega por Oceanía
San Pedro Chanel Ruega por Oceanía
Estrella del Mar Ruega por Oceanía
Beatos y Santos de las innumerables Islas Rueguen por Oceanía
San Andrés Ruega por Asia
Santo Tomás Ruega por Asia
San Juan de Brito Ruega por Asia
Beato Teófano Venerd Ruega por Asia
Beato Valentín Berreochoa Ruega por Asia
Santos Mártires de Corea Rueguen por Asia
Beatos y Santos Mártires de China y Japón Rueguen por Asia
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Escúchanos Señor
Ten misericordia de
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Nosotros

Por las intenciones del Romano Pontífice:


Padre nuestro...
Dios te Salve maría...
Gloria al Padre...

Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te
hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

María, Reina de las Misiones,


Ruega por nosotros

ROSARIO MISIONERO II

Señor, abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza.

Después de hacer la señal de la Cruz, nos reconocemos pecadores y le pedimos perdón al


Señor respondiendo a cada invocación: ¡Perdónanos Señor, hemos pecado!

Por tu gran corazón, Señor, olvida mis pecados.


Por haber sido flojo en mis deberes, Señor, no me organizo.
Por haber hecho sufrir a los míos, por mi mal genio.
Por la falta de dominio de mí mismo.
Por haberte dejado tantas veces con la mano tendida.
Porque siempre que doy espero recibir.
Porque no ayudo a ser mejores a mis amigos.
Porque no he sabido tratar mi cuerpo como un templo del Espíritu Santo.
Porque no me he portado como hijo de Dios.
Por no haber querido ver en los demás a un hijo tuyo.
Porque no soy sincero conmigo mismo.
Por echarle la culpa a los demás.
Por desear que se fijen en mí, por vanidoso.
Por haberme dejado llevar de la venganza.
Porque no perdoné setenta veces siete.
Por no querer que los demás crezcan cuando yo no figuro.
Por destruir con mi lengua a los demás.
Por ser más fácil a condenar que a comprender.
Por el desordenado apego que tengo a mi dinero y a mis cosas.
Porque me gusta publicar mis cualidades.
Porque el orgullo, Señor, me ciega ante mis fallas.
Porque, a veces, me olvido que soy miembro de tu Cuerpo Místico.
Porque mi mal ejemplo desparrama lo que Tú, con dolor, has recogido.
Por mis pecados ocultos que perjudican a tu Iglesia.
Porque no he dado a cada quien lo que hoy necesita, como Tú quieres.
Por no haber sido constructor de personas en convivencia.
Porque siempre me he creído mejor que los demás.
Porque no me he preocupado de anunciar la Buena Nueva a los demás.

Oración

Soy pecador, Jesús, y, a pesar de todo, me llamas para ayudarte a salvar al


mundo. Te he fallado tantas veces, y todavía confías en mí. Dame un corazón
puro. Haz de mí un hombre nuevo. No retires de mí tu Santo Espíritu.
Devuélveme tu amistad.

Quiero dar a los demás: mi tiempo, mi alegría. Quiero tomar parte en las
penas y carencias de mis hermanos. Quiero fortificar a tu Iglesia construyendo
con ella a las personas en convivencia. Ilumina mi fe, para que de frutos de
justicia. Tú lo sabes todo. Tu sabes que te amo. Te lo pido por tu Madre
Inmaculada. Amén.

Dependiendo del día de la semana, se rezaran los Misterios correspondientes ofreciendo


un misterio por cada Continente en el siguiente orden:

Primer Misterio por África


Segundo Misterio por
América
Tercer Misterio por Europa
Cuarto Misterio por Oceanía
Quinto Misterio por Asia

Después de haber rezado un Padre Nuestro y 10 Ave María en cada misterio, se recita
una de éstas jaculatorias:

Jesús mío, perdona nuestros pecados. Líbranos a todos del Infierno. Lleva al Cielo a
toda la gente, en especial a la más necesitada de tu misericordia.

Señor, haz que cuando expiremos / nuestro espíritu entreguemos por tus manos al
Señor.

Por tu limpia concepción, Soberana Princesa / una muy grande pureza te pedimos
de corazón.

María, Madre de Gracia, Madre de misericordia / en la vida y en la muerte


ampáranos, Gran Señora.

Mi corazón en amarte se ocupe / y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.

Santa Ma. de Guadalupe, por tus apariciones / dale paz a mis pensares, remedio a
mis aflicciones.

Santa Ma. de Guadalupe, Madre de Dios, somos tus hijos del alma / no nos dejes de
tu mano ni en tormentas ni en la calma.

Santa Ma. de Guadalupe, te quedaste en el ayate / enséñanos a seguirte, imitarte y


siempre amarte.

Ma. de Guadalupe que has venido a remediar lamentos, miseria, pena y dolor /
Danos a todos tu amor, compasión, ayuda y defensa, y que hagamos esto mismo
con nuestros hermanos y hermanas.
Una vez rezados los cinco misterios se reza por las necesidades de nuestro
país, para que sea cada día más misionero, un Padre Nuestro y se continúa
con las siguientes oraciones:

Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto,
en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, en
tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima
después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames en
el fuego de tu amor, llena eres de gracia...

Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de
Dios Espíritu Santo, Templo y Sagrario de la beatísima Trinidad, Virgen concebida
sin la culpa original.

Dios te salve reina y madre de misericordia, vida, dulzura y


esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados
hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas, ea pues Señora y abogada nuestra, vuelve a nosotros esos
tus ojos misericordiosos y después de éste destierro muéstranos a
Jesús, fruto bendito de tu vientre. iOh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh
dulce virgen María! / Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para
que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de
Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Por estos misterios santos de que hemos hecho recuerdo, te pedimos


Santísima María, de la fe santa el aumento, la exaltación de la
Iglesia, del Papa el mejor acierto, de la nación mexicana la unión y el
feliz gobierno, que el gentil conozca a Dios, que el hereje vea sus
yerros y todos los pecadores tengamos arrepentimiento, que los
cautivos cristianos sean libres de cautiverio, goce puerto el
navegante y dé salud a los enfermos, que en el purgatorio logren las
ánimas refrigerio y que éste santo rosario tenga efecto tan completo
en toda la cristiandad que alcancemos por su medio el ir a alabar a
Dios en tu compañía en el cielo. Amén.
Oremos

Señor Dios, cuyo unigénito Hijo con su vida, muerte y resurrección nos
consiguió el premio de la salud eterna, danos a los que recordamos éstos
misterios del Santo Rosario imitar lo que contienen y alcanzar lo que
prometen por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Letanías de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad Señor, ten piedad


Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos
Dios, Padre Celestial Ten piedad de nosotros
Dios, Hijo, Redentor del mundo Ten piedad de nosotros
Dios, Espíritu Santo Ten piedad de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios Ten piedad de nosotros
Santa María Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios Ruega por nosotros
Santa Virgen de las vírgenes Ruega por nosotros
Madre de Cristo Ruega por nosotros
Madre de la Divina Gracia Ruega por nosotros
Madre purísima Ruega por nosotros
Madre castísima Ruega por nosotros
Madre y Virgen Ruega por nosotros
Madre inmaculada Ruega por nosotros
Madre amable Ruega por nosotros
Madre admirable Ruega por nosotros
Madre del buen consejo Ruega por nosotros
Madre del Creador Ruega por nosotros
Madre del Salvador Ruega por nosotros
Madre de misericordia Ruega por nosotros
Virgen prudentísima Ruega por nosotros
Virgen digna de veneración Ruega por nosotros
Virgen digna de alabanza Ruega por nosotros
Virgen poderosa Ruega por nosotros
Virgen clemente Ruega por nosotros
Virgen fiel Ruega por nosotros
Ideal de santidad Ruega por nosotros
Trono de sabiduría Ruega por nosotros
Causa de nuestra alegría Ruega por nosotros
Templo del Espíritu Santo Ruega por nosotros
Templo de la gloria Ruega por nosotros
Templo consagrado a Dios Ruega por nosotros
Obra maestra del Amor Ruega por nosotros
Gloria de la estirpe de David Ruega por nosotros
Roca inexpugnable Ruega por nosotros
Sagrario de la Santísima Trinidad Ruega por nosotros
Arca de la Nueva Alianza Ruega por nosotros
Puerta del cielo Ruega por nosotros
Estrella de la mañana Ruega por nosotros
Salud de los enfermos Ruega por nosotros
Refugio de los pecadores Ruega por nosotros
Consoladora de los afligidos Ruega por nosotros
Auxilio de los cristianos Ruega por nosotros
Reina de los ángeles Ruega por nosotros
Reina de los patriarcas Ruega por nosotros
Reina de los profetas Ruega por nosotros
Reina de los apóstoles Ruega por nosotros
Reina de los mártires Ruega por nosotros
Reina de los verdaderos cristianos Ruega por nosotros
Reina de las vírgenes Ruega por nosotros
Reina de todos los santos Ruega por nosotros
Reina concebida sin pecado original Ruega por nosotros
Reina elevada al cielo Ruega por nosotros
Reina del santísimo rosario Ruega por nosotros
Reina de las misiones Ruega por nosotros
Reina de la paz Ruega por nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del
perdónanos, Señor
mundo
Cordero de Dios que quitas el pecado del
escúchanos, Señor
mundo
Cordero de Dios que quitas el pecado del
ten piedad de nosotros
mundo

Oremos

Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies la súplicas


que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos los
peligros oh Virgen Gloriosa y Bendita. Ruega por nosotros Santa Madre de
Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas promesas de Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.

ROSARIO MISIONERO GUADALUPANO

Le llamamos Rosario Misionero Guadalupano, porque en cada continente pone de


relieve algún elemento del acontecimiento y del mensaje que la Madre de Dios
transmitió a los pueblos de nuestro continente americano por medio de sus apariciones
al Santo Juan Diego en el Tepeyac, cerrito que actualmente ha quedado enclavado en el
corazón de la capital mexicana.

Ese acontecimiento marcó el alcance de la evangelización en nuestro continente. Pero no


debe ser un acontecimiento y un mensaje de "ayer", pasado para siempre a la historia.
Quiere y debe ser un acontecimiento siempre vivo y su mensaje debe ser siempre vigente
entre los pueblos americanos.

Santa María de Guadalupe estuvo presente en los


comienzos de nuestra evangelización . Estuvo presente
en el desarrollo de la misma: Sigue presente y cuida de
sus hijos en nuestros tiempos. A esta presencia suya se
atribuye la conservación de la fe, sobre todo en
América Latina.

Vale la pena, pues, aprovechar el rezo del santo


Rosario para hacer memoria y meditar su mensaje
maternal. Esto nos ayudará a conocerlo más a fondo, a
escucharlo con el corazón, a vivirlo concretamente y
experimentar esa presencia protectora y de intercesión
de la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra, Santa
María de Guadalupe.

La Santísima Virgen María fue la mujer preparada por


Dios para dar existencia humana al propio Hijo de
Dios, hecho hombre por la salvación de la entera
humanidad.

En la constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II se afirma que "María,


aceptando la palabra divina, fue hecha Madre de Jesús, y abrazando la voluntad salvífica
de Dios con generoso corazón, se consagró totalmente a sí misma, cual esclava del
Señor, a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo el misterio de la redención con Él y
bajo Él" (No. 56).
Esto significa que ella es la "Nueva Eva" que cooperó con el "Nuevo Adán" para que
naciera la humanidad nueva.

Es así como María concibió y dio a luz a Jesús en Belén, estuvo con El en las bodas de
Caná e intercedió de El, el primer milagro, estuvo firme a los pies de la cruz, oró con los
Apóstoles en el cenáculo. Y ahora, elevada a la gloria del cielo, sigue intercediendo por el
mundo, por la Iglesia, y por cada uno de nosotros.

Con el rezo del Rosario en su honor celebramos esa cooperación suya, confiamos en su
asistencia maternal, pedimos su intercesión delante de su Hijo Jesús.

Después de hacer la Señal de la Cruz se reza el Acto de Contrición.

MISTERIOS GOZOSOS
Lunes y Sábado

PRIMER MISTERIO GOZOSO ÁFRICA

En el primer misterio gozoso contemplamos la anunciación del ángel a María y la


encarnación del Hijo de Dios.

Ha llegado el momento tan esperado por la humanidad: "Al llegar la plenitud de los
tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer" (Ga 4,4).

María de Nazareth, la mujer preparada por Dios y anunciada por los profetas, conoce
por medio del ángel los designios de Dios y los acepta con un "sí" generoso y total. Ella
representa a toda la humanidad que recibe al Salvador tan esperado.

Al llegar la plenitud de los tiempos para nuestro continente americano, Cristo envió a su
propia Madre al Tepeyac de México. Leemos en el "Nican Mopohua" (narración original
del acontecimiento Guadalupano escrita en idioma náhuatl): "Diez años después de
tomada la ciudad de México, se suspendió la guerra y hubo paz entre los pueblos. Así
empezó a brotar la fe y el conocimiento del verdadero Dios por quien se vive".

El evento de Guadalupe y su mensaje, tal como los encontramos en la narración original,


aparecen inculturados, encarnados en la cultura y en la realidad de los mexicanos de
aquel tiempo. Desde entonces, como el Papa lo afirma: "América Latina, en Santa María
de Guadalupe, ofrece un gran ejemplo de evangelización perfectamente inculturada. En
efecto en la figura de María, desde el principio de la cristianización del Nuevo Mundo y a
la luz del evangelio de Jesús, se encarnaron auténticos valores culturales indígenas. En
el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac se resume el gran principio de la
inculturación" (Juan Pablo II).

En este misterio pidamos para que la Santísima Virgen siga acompañando


la labor de todos los misioneros en África, para que el mensaje del
Evangelio siga inculturándose en tierras africanas y para que surjan
grandes evangelizadores entre los mismos africanos.

SEGUNDO MISTERIO GOZOSO - AMÉRICA

En el segundo misterio gozoso contemplamos la visita de María a su prima Isabel y la


santificación del precursor Juan Bautista en el seno de su madre.

En la anunciación el ángel había dicho a Maria: "Isabel, tu pariente, ha concebido a un


hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril" (Lc, 36).

María deja de prisa el recogimiento de Nazareth y va a visitar a su pariente, llevando la


generosa ayuda de su caridad, pero sobre todo llevando a Jesús y comunicando a Isabel,
al esposo Zacarías y al niño Juan, aún antes de nacer, las gracias de la salvación.

Al iniciar la historia de la salvación en nuestro


continente americano, María nos visitó. Su visita
trajo a nuestros pueblos su presencia maternal
llena de ternura. La Virgen de Guadalupe se
presenta a Juan Diego, en primer lugar como la
Madre de Dios, y lo hace sirviéndose de los
conceptos de la teología náhuatl: es la madre de
Ometeotl, el único y verdadero Dios. En segundo
lugar se presenta como nuestra madre y le dice:
"Deseo vivamente que se me erija aquí un templo
para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión,
auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa
madre" (1 a. aparición).

Pero, lo más importante es que su visita nos trajo a


Jesús: en efecto la imagen que ella dejó grabada en
la tilma de Juan Diego muestra a una mujer
encinta: es la Virgen de la visitación, la misma que,
estando encinta llegó a la casa de Isabel y
comunicó el primer anuncio de la redención.

En este misterio queremos pedir para que


Santa María de Guadalupe siga visitando
nuestros pueblos de América para socorrer
nuestras necesidades; pero sobre todo para
traemos a su hijo Jesús que es camino,
verdad y vida.

TERCER MISTERIO GOZOSO-EUROPA

En el tercer misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén y el anuncio


de la salvación a los pastores y a los reyes magos.

"Tanto amó Dios al mundo que mandó a su hijo único" (Jn 3,16).

"Se le cumplieron a María los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvieron en pañales y le acostó en un pesebre porque no tenían sitio en el
alojamiento" (Lc 2,6-7).

"El ángel les dijo a los pastores: Os anuncio una gran alegría... os ha nacido hoy un
salvador" (Lc 2, 10-11).

Jesús, el hijo de Dios, nace en la pobreza de un pesebre y se manifiesta a los pastores.

María de Guadalupe, la Madre de Dios, elige el Tepeyac, que forma parte de la periferia
donde habitaban los desplazados por la conquista, para manifestarse a Juan Diego, un
indio recién bautizado. Desde allí envía a su mensajero hacia el centro del poder civil y
religioso para hacer conocer su mensaje al obispo de México.

Convierte así al "evangelizado" Juan Diego en "evangelizador", de quien era oficialmente


portador del Evangelio. La Virgen le había dicho: "Oye, hijo mío, y ten entendido que
son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi
mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y
ayudes y con tu mediación se cumpla mí voluntad" (2a. aparición).

Fue de esta manera que el obispo Zumárraga y los demás misioneros tuvieron que
conocer la voluntad de la Madre de Dios por medio de aquel hombre que ellos mismos
habían evangelizado y bautizado.

En este misterio pidamos para que la Iglesia europea, que tradicionalmente


ha sido evangelizadora, recupere su vitalidad y para que se mantenga
abierta a la generación y al intercambio con las iglesias jóvenes.
Pidamos también para que de América Latina surja una gran muchedumbre
de misioneros y misioneras quienes, como Juan Diego, sepan llegar hasta
los antiguos evangelizadores para darles un renovado anuncio del evangelio
de Jesús.

CUARTO MISTERIO GOZOSO-OCEANÍA

En el cuarto misterio gozoso recordamos cuando María y José, al cumplir los cuarenta
días del nacimiento del niño Jesús, le llevaron al templo para presentarle al Padre
celestial.

Allí se encontraba Simeón a quien "le había sido revelado por el Espíritu Santo que no
vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor". Cuando vio al niño, movido por
el Espíritu de Dios, reconoció en él al Mesías esperado por la humanidad y enviado por
Dios como "luz para alumbrar las naciones" (Lc 2,26.32).

La profetisa Ana "como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba
del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén" (Lc 2,38).

Simeón esperaba ver al Cristo para poder morir en paz.

El día 12 de diciembre de 1531, Juan


Bernardino, tío de Juan Diego, que era muy
anciano, se encontraba en su casa muy
enfermo y esperando la llegada del ministro de
Dios. Quería recibir consolación y los auxilios
santos para reconciliarse con Dios y poder
morir en paz. Pero su hora no había llegado
todavía ya que cuando Juan Diego iba rumbo a
la ciudad a toda prisa a buscar a un sacerdote,
la Santísima Virgen se le hizo la encontradiza y
le animó diciendo: "No te aflija la enfermedad
de tu tío, que no morirá ahora de ella: está
seguro de que ya sanó". Y entonces sanó su tío
según después se supo. También le dijo la
Señora que, cuando fuera a ver al obispo, le
revelara lo que vio y de qué manera milagrosa
lo había sanado (4a. aparición).

En este misterio gozoso del rosario pediremos por todos los ancianos y
ancianas de Oceanía y del mundo, para que haya quien, como Juan Diego
con su tío, esté cerca de ellos y los ayude en sus necesidades. Pero sobre
todo le pedimos a la Santísima Virgen que ella misma los alivie en los
achaques y molestias de la edad y les consiga de Dios poder llegar a conocer
a su Hijo Jesús, para su completa y eterna salvación.

QUINTO MISTERIO GOZOSO - ASIA

En el quinto misterio gozoso contemplamos a Jesús adolescente de 12 años que subió al


templo con sus padres.

"Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo 12
años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el
niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres". Al no encontrarlo en la
caravana, María y José se volvieron a Jerusalén en su busca. "Y sucedió que al cabo de
tres días, lo encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles
y preguntándoles; todos los que le oían estaban estupefactos por su inteligencia y sus
respuestas" (Lc 2,41-43.46-47).

Juan Diego fue a la casa del obispo Zumárraga para contarle todo lo que había "visto,
admirado y oído" cumpliendo de esta manera la voluntad de la Virgen.

Como los maestros del templo de Jerusalén, al oír las preguntas y respuestas de ese
muchachillo de 12 años, "estaban estupefactos por su inteligencia" así le pasa al obispo,
el cual, ante la insistencia de Juan Diego, llevado en parte por la incredulidad y en parte
por la prudencia, le pidió que le trajera una señal para poder creer que era realmente la
Madre de Dios la que se le aparecía. La Santísima Virgen le dijo a Juan Diego que
subiera a la parte alta de la montaña y que recogiera las rosas que encontraría para
llevarlas como señal. Así lo hizo y cuando abrió su tilma delante del obispo, cayeron las
rosas y apareció la imagen de la Madre de Dios pintada sobre el rústico tejido de la
tilma.

Los grandes pueblos de Asia en su prudencia y sabiduría humanos quieren


señales extraordinarias que acrediten el mensaje evangélico proclamado
por los misioneros. Por otra parte ellos son muy respetuosos y amantes de
la naturaleza. Pidamos para que la Madre del verdadero Dios conceda
mucha sabiduría a los mensajeros de su Evangelio en Asia. Y encuentren
caminos que los lleven a Aquel que Dios nos envió como único salvador.

MISTERIOS DOLOROSOS
Martes y Viernes
PRIMER MISTERIO DOLOROSO

En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto
de los Olivos.

"Entonces Jesús salió y se fue, como era su costumbre, al cerro de los Olivos; y lo
siguieron también sus discípulos. Cuando llegaron al lugar, les dijo: "Orad para no caer
en tentación".

Después se alejó de ellos como a la distancia a la que uno tira una piedra, y doblando
las rodillas, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este calizo Sin embargo,
que no se haga mi voluntad sino la tuya".

Entonces se le apareció un ángel del cielo que venía a animarlo, y empezó a luchar
contra la muerte. Oraba con más insistencia y su sudor se convirtió en grandes gotas
de sangre, que caían hasta el suelo" (Lc 22,39-44).

En el silencio y la oscuridad de esa noche en el huerto de los Olivos Jesús presintió los
tormentos que caerían sobre El y pidió al Padre que alejara de El la prueba.

Juan Diego y los de su raza fueron humillados por el conquistador, y vivían una
situación de opresión; eran los más pobres entre los pobres. El mensajero de Guadalupe
era consciente de todo esto y cuando se dio cuenta de que el obispo no le había creído,
pidió a la Virgen que no lo enviara nuevamente. Le dice: "Señora mía... mucho te suplico
que le des tu encargo a uno de los nobles más valiosos, los conocidos, estimados y
respetados". Y María le responde: "Aunque muchos son los mensajeros a quienes puedo
dar el encargo... es de todo punto preciso que con tu mediación se cumpla mi voluntad"
(2a. aparición). Después le animó para que fuera y cumpliera la misión que le había
dado.

Hoy nos toca a nosotros acercamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto; nos toca a
nosotros prolongar la oración de Jesús, y recoger las gotas de su sangre ofreciéndolas a
Dios-Padre por el continente Africano. Y nuestra oración y ofrenda tendrán más eficacia
si sabemos unir nuestros sacrificios, nuestras penas y sufrimientos al sudor de sangre de
Jesús para la evangelización de África.

SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO


En el segundo misterio doloroso contemplamos la flagelación de Jesús. "Cada fiesta, el
procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran. Tenían a
la sazón un preso famoso, llamado Barrabás. Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo
Pilato: "¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo?", pues
sabía que le habían entregado por envidia... Respondieron: ¡A Barrabás! Díseles
Pilato: "¿y qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?". y todos a una: <<
¡Crucifícalo!"... Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo
entregó para que fuera crucificado" (Mt27,1 5-18.21-22.26).

Jesús afrontó la humillación y el sufrimiento de la flagelación para reparar los tantos y


graves delitos que se cometen contra la dignidad de las personas.

La Virgen María vino a nosotros, con sus


apariciones en el Tepeyac, cuando la mano
pesada de los conquistadores azotaba y
humillaba la dignidad de nuestros antepasados.
Los trataban como esclavos, los maltrataban con
azotes, los asustaban y mataban con sus armas, y
se servían de ellos únicamente para sus intereses
ya sea en los trabajos pesados de las minas, ya
sea para labrar los campos de sus inmensas
posesiones.

La "Madre del verdadero Dios por quien se vive"


quiso que se le erigiera un templo en medio de
nosotros para "en él mostrar y dar todo mi amor,
compasión, auxilio y defensa... Para oír allí sus
lamentos, y remediar todas sus miserias, penas y
dolores" (la aparición). El mensaje de María de
Guadalupe es una "buena noticia" de amor y
consolación, pero también de rehabilitación y
redignificación de un pueblo humillado,
oprimido y marginado.

En este misterio pidamos que Santa María


de Guadalupe nos alcance de su Hijo la
gracia de ser solidarios con nuestros
hermanos indígenas que, marginados en las
sierras o en las ciudades, luchan todavía
hoy, como Juan Diego por la vida, por la
tierra, por su dignidad y por la justicia.

TERCER MISTERIO DOLOROSO

En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de burlas y


humillado con una corona de espinas y una caña por cetro.

"Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron
alrededor de El a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de
púrpura; y trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su
mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de El, le hacían burla diciendo:
"¡Salve, rey de los judíos!" . y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en
la cabeza" (Mt 27,27-30).

Jesús sufre y aguanta ese dolor físico y esa humillación moral para reparar todas las
ambiciones y delitos de aquellos que aprovechan el poder para dominar a los pueblos y
ejercer su gobierno no sólo olvidándose de Dios, sino incluso pisoteando la ley de Dios y
destruyendo el sentido religioso y la fe cristiana entre los ciudadanos.

Dios envió al mundo a su Hijo único para redimimos y nos dio a María como mediadora
entre El y nosotros. El Nican Mopohua aclara esto desde el principio. En varias de sus
expresiones, la Santa Virgen de Guadalupe utiliza grupos de tres palabras: quiere un
templo para «oír, remediar, y curar» sus «miserias, penas y dolores». El número tres, en
la teología indígena náhuatl, era símbolo de mediación entre el cielo y la tierra.

Para muchos latinoamericanos Santa María de Guadalupe ha sido desde siempre la


mediación más extraordinaria que Dios ha escogido para manifestar el amor que tiene a
sus hijos. Ha sido la escuela en donde muchas generaciones han aprendido que Dios es
padre y madre, que nunca se olvida de sus criaturas y que no esta de acuerdo al ver a
tantos de sus hijos pisoteados y condenados a sobrevivir en condiciones que de humano
no tiene ni el nombre.

En el rezo de este misterio pidamos a Cristo Rey del universo y redentor


nuestro, que por la intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe,
reavive la Fe de los pueblos europeos, para que Europa y en el mundo
entero se extienda el reino de Jesús, reino de justicia, de amor y de paz.

CUARTO MISTERIO DOLOROSO

En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús condenado a muerte por Pilato y


su camino al Calvario llevando en sus hombros el madero de la cruz.

"Tomaron pues a Jesús y El, cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado
Gólgota..." (Jn 19, 16-17).

"Cuando le llevaban echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo,
y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Le seguía una gran multitud
del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por Él" (Lc 23,26-27).

A lo largo del camino doloroso probablemente Jesús encontró a su Santísima Madre que
le acompaño hasta la cumbre, al lugar llamado Gólgota, que quiere decir «Calvario».

Simón de Cirene se ve forzado a cargar con la cruz de Jesús y, de este modo, aún contra
su gusto, realizó un gesto de solidaridad.

El «cirineo» no ayudó por iniciativa suya, así como Juan Diego no se convirtió en
mensajero de la Virgen por propia iniciativa. Fue la Madre de Dios que le pidió que fuera
su colaborador, su mensajero. Sabía que la tarea que le encomendaba no era fácil y lo
animaba a ser su «buen cirineo» diciéndole: "Ten por seguro que te lo agradeceré bien y
lo pagaré, porque te haré feliz y merecerás mucho que yo te recompense del trabajo y
fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo" (1a aparición). Y en otra ocasión le
decía: "Sábete, hijito mío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por
mí has emprendido" (3ª. Aparición).

Juan Diego asume su papel de <<buen cirineo>> de Santa María de Guadalupe y realiza
con entusiasmo y fidelidad todo lo que ella le pide sabe que cuenta con la confianza y
protección de su madre del cielo.
En este misterio pidamos a la Virgen de
Guadalupe que nos ayude a convertirnos en
"cirineos" de los misioneros, especialmente
de los que trabajan en Oceanía,
sosteniéndoles con nuestra oración y con
nuestros sacrificios.

QUINTO MISTERIO DOLOROSO

En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.

"Tomaron a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario... y
allí le crucificaron" (Jn 19,17-18).

"Así mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros
predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles; mas para los llamados lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios
y sabiduría de DIOS" (1 Co 1,22-24).

Poquísimas palabras para describir el crimen más grave y la muerte más injusta acaecida
en el mundo, y al mismo tiempo el acto de amor más grande con que Dios ha amado a la
humanidad: "El (Dios-Padre) no perdonó a su propio Hijo, antes bien le entregó por
todos nosotros" (Rm 8,32).

Cuando llegaron los primeros misioneros a México y empezaron a predicar el gran


misterio del Hijo de Dios hecho hombre y muerto en una cruz, los habitantes de esas
tierras quienes tenían un gran concepto de la trascendencia del ser divino se quedaban
no sólo indiferentes, sino incluso escandalizados. Resultaba incomprensible para su
mentalidad y cultura admitir ese misterio de acercamiento de Dios al hombre y esa
humillación de la divinidad hasta la muerte del Hijo de Dios en la cruz. Eran, pues, muy
pocos los que aceptaban ser cristianos.

Cuando llegó Santa María de Guadalupe se acercó al indio Juan Diego, hablando su
idioma y tratándolo con sencillez y cariño. De esta manera, aún revelándose como "la
madre del verdadero Dios, del creador, del señor del cielo y la tierra", le hizo
comprender que el "Dios grande y lejano", en realidad se había hecho tan pequeño que
entró en su seno; y que estaba tan cerca de su pueblo que les había enviado a su propia
madre para quedarse con ellos. La llegada de María en el Tepeyac, abrió los corazones
del pueblo indígena a la aceptación del Cristo crucificado y allanó el camino a la obra
evangelizadora de los misioneros.

Pidamos a la Santísima Virgen María que repita esas maravillas entre los
pueblos de Asia, para que ellos también se abran a la gracia de la salvación
que brota de la cruz donde está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero
redentor de la humanidad.

MISTERIOS GLORIOSOS
Miércoles y Domingo
PRIMER MISTERIO GLORIOSO

En el primer misterio glorioso contemplamos la resurrección de Jesús.

"El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a
Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el
lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: ha resucitado de
entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis" (Mt 28,5-7).

La vida de Jesús y su obra redentora no se acaban con la tragedia del Calvario ni en la


oscuridad y el silencio del sepulcro. Al tercer día Jesús resucita, como lo había
anunciado. Con su resurrección empieza para la humanidad redimida una historia
nueva. La Virgen de Guadalupe vino a dar nueva vida y esperanza a un pueblo que
quería morir
y hasta olvidar que había existido.

Si alguna palabra puede resumir al mensaje de Guadalupe, es precisamente


ésta: nueva vida.

A un pueblo caído, dominado, esclavizado, María le entrega un mensaje de libertad, de


dignidad, y una razón de existir. María de Guadalupe pone su confianza en quienes no
confían ni siquiera las autoridades religiosas. Transforma a Juan Diego, lo recrea, de un
«pobre indio» en otro hombre, le da una nueva personalidad; ahora es su hijo y el
mensajero de su confianza.

No basta, sin embargo, la experiencia religiosa íntima. La reconstitución del nuevo


sujeto indio es tarea que el mismo indio tiene que llevar a cabo en su propio drama y en
su propia historia. Su rehabilitación no termina en el diálogo amoroso con María, sino
ante el obispo, a quien entrega las rosas «para que aparezca la verdad de mi palabra».

En este misterio pidamos para que la Santísima Virgen María, quien


transforma en mensajero suyo al indio Juan Diego, transforme también a
los africanos en mensajeros del Evangelio, para la venida del Reino de Jesús
en todo el mundo.

SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO

En el segundo misterio glorioso contemplamos el mandato misionero de Jesús a los


Apóstoles y la ascensión al cielo del Señor:

"Estando sus discípulos reunidos, Jesús les dijo: Id por todo el mundo y proclamad la
Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará... Con esto, el Señor
Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y
confirmando la Palabra con las señales que le acompañaban" (Mc 16,15.19-20).

Jesús ha terminado su misión sobre la tierra. Ahora les toca a sus discípulos continuar y
completar la obra de la salvación. Y es obedeciendo a este mandato del Señor que los
misioneros llegaron a nuestro continente a traernos la riqueza de la fe cristiana.

La Santísima Virgen de Guadalupe con cariño maternal muestra a Juan Diego sus
posibilidades, sus cualidades, le hace recuperar su dignidad y su valor, y le hace aceptar
como propio un papel que ha de cumplir con esmero, ser su embajador: «Ve allá al
palacio del obispo de México, y le dirás que yo te envío como mi mensajero».

El vidente del Tepeyac no se contentó con llevar el mensaje de la Madre de Dios al señor
obispo, sino que se transformó en un verdadero apóstol. Una vez construida e
inaugurada la ermita en el lugar de las apariciones, Juan Diego se quedó encargado de la
casa de oración. Allí él daba a conocer a los visitantes y peregrinos que venían los
acontecimientos del mes de diciembre de 1531. Además enseñaba a todos las verdades
de la fe cristiana y los mandamientos de la ley de Dios, con su palabra, con sus oraciones
y sobre todo con su testimonio de vida. Él fue el primer catequista indígena de América
Latina.

En este misterio pidamos por la intercesión de María de Guadalupe, y de su


mensajero, el santo Juan Diego, que el señor llame a muchos jóvenes de
nuestro continente americano y los envíe por el mundo entero a anunciar la
Buena Nueva.

TERCER MISTERIO GLORIOSO

En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles en el cenáculo.

"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar... Se les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada
uno de ellos, quedaron todos llenos del Espíritu Santo..." (Hch 2,1.3-4).

"Después de haber escuchado a Pedro y a los demás apóstoles, los que acogieron su
Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas tres mil almas" (Hch 2,41).

Pedro fue el primero quien abrió las puertas del cenáculo para anunciar con valentía a
Cristo muerto y resucitado. Más tarde la fuerza del Espíritu Santo cambió la vida de
«Saulo el perseguidor» en la de «Pablo el evangelizador». Y Pedro y Pablo llegaron a
Europa para anunciar el Evangelio. Sobre los cimientos de la predicación apostólica y el
testimonio de su martirio, la fe cristiana se afianzó y se extendió por todo el continente
europeo. Y Europa, antes centro del gran imperio romano, se transformó en centro de
irradiación del cristianismo.

Cuando la Santísima Virgen María se le apareció a


Juan Diego en el Tepeyac, los habitantes de México
estaban divididos. Existían innumerables tribus,
con costumbres, creencias, ritos e idiomas muy
diferentes entre ellos. Pero la llegada de la Madre
de Dios, su manera de acercarse al indio, de hablar
su idioma, de asumir su lenguaje y su cultura, de
quedarse entre ellos con su sagrada imagen
grabada en una tilma, fueron más eficaces que las
catequesis y los sermones de los misioneros. Poco a
poco, en el nombre de Santa María de Guadalupe,
México se hizo cristiano, y las varias tribus se
encontraron reunidas en la misma fe.

Hasta hoy en día, el santuario de "La Villa" y la veneración y devoción a la "Morenita del
Tepeyac" constituyen el elemento que más une en un solo pueblo y una sola fe a los
habitantes de todo México.
En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen de Guadalupe, una
nueva efusión del Espíritu sobre el Papa, los obispos y toda la Iglesia de ese
continente para que surja "una nueva primavera de vida cristiana", el viejo
continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu de Pentecostés.

CUARTO MISTERIO GLORIOSO

En el cuarto misterio glorioso contemplamos la asunción de la Santísima Virgen a los


cielos.

El Concilio Vaticano II afirma: "La Virgen lnmaculada, terminado el curso de su vida


terrena, fue asunta a la gloria celestial en cuerpo y alma".

La Virgen María ha sido la "Nueva Eva" que se puso a lado de su Hijo Redentor, el
"Nuevo Adán", para dar inicio a una nueva humanidad. Era, pues, muy lógico que Jesús
se la llevara al cielo en alma y cuerpo para que disfrutara plena y definitivamente de los
beneficios de la redención.

La asunción de María al cielo no fue una "despedida" de sus hijos peregrinos en este
mundo. Al contrario: Jesús la quiso en el cielo para que desde allí pudiese darse cuenta
de las necesidades de todos sus hijos en la tierra y, estando junto a su Hijo-Dios, pudiese
interceder por nosotros, como lo hiciera un día en las bodas de Caná.

Prueba de ello son las numerosísimas apariciones de María en todos los rincones de
nuestro planeta. Con el pasar de los años se han multiplicado los santuarios, las capillas,
los altares y los nichos que sus hijos le han dedicado para recordar su presencia materna
entre nosotros y para agradecerle las gracias y los favores recibidos por su intercesión.

Ella está siempre junto a sus hijos, como lo dijo a Juan Diego en la cuarta aparición: "No
se turbe tu corazón... ¿No estoy aquí yo que soy tu madre? ¿No estás tú bajo mi sombra?
¿No soy yo tu salud? ¿No estás tú, por ventura, en mi regazo?". Son palabras muy
hermosas y alentadoras que ponen de manifiesto cuánto y cómo esta madre celestial se
preocupa por nosotros sus hijos.

Los misioneros que trabajan en Oceanía, como los que trabajaron y


trabajan en otros continentes, saben con certeza que María, la Madre de
Jesús y de los cristianos, subió al cielo para poder acompañarlos y
socorrerlos mejor en su labor evangelizadora. Pidamos, pues, a ella que
afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total en
su maternal protección. Y pidámosle también para que nuestros hermanos
de Oceanía, incluso los que habitan en las islas más pequeñas y remotas,
puedan experimentar el poder de su intercesión delante de Jesús, para que
llegue para todos ellos el día de la redención.

QUINTO MISTERIO GLORIOSO

En el quinto misterio glorioso contemplamos la coronación de la Santísima Virgen como


reina de cielo y tierra.

"Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo
los pies y en su cabeza una corona de doce estrellas" (Ap 12,1).

El Vaticano II afirma: "La Virgen inmaculada... fue asunta a la gloria celestial y


enaltecida por el Señor como reina del universo, para que se asemejara más plenamente
a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte".

Es hermoso para Jesús contemplar la belleza y la gloria de su madre. Pero es extasiante


también para nosotros contemplar la belleza y la gloria de María reina de cielo y tierra, y
saber que es también nuestra madre celestial.

En la narración de la primera aparición de la Madre de Dios a Juan Diego (9 de


diciembre de 1531) Leemos lo siguiente: "Al llegar Juan Diego junto al cerrillo llamado
Tepeyac amanecía, y oyó cantar arriba del cerrillo: semejaba canto de varios pájaros
preciosos, y parecía que el monte respondía... Estaba viendo hacia el oriente, arriba del
cerrillo, y así que cesó repentinamente y se hizo el silencio, oyó que le llamaban y le
decían: "Juanito, Juan Dieguito..." Cuando llegó a la cumbre, vio a una señora que
estaba allí de pie y que le dijo que se acercara. Su vestidura era radiante como el sol; el
risco en que posaba su planta flechado por los resplandores, semejaba una ajorca de
piedras preciosas, y relumbraba la tierra como el arco iris. Los mezquites, nopales y
otras diferentes hierbecillas parecían de esmeralda" (1a. aparición)

La armonía, la luz y la belleza de la creación anunciaban y celebraban la presencia de la


Reina, la Madre del verdadero Dios.

La Santísima Virgen María, reina del cielo y de la tierra, consiga con su


intercesión que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de
Dios y que todos ellos formen un día con nosotros el pueblo de la nueva y
eterna alianza, sellada por nuestro redentor en la sangre del Cordero,
Cristo nuestro redentor.

Letanía

Señor, ten piedad...


Cristo, ten piedad...
Señor, ten piedad...
Santa María de Guadalupe, mamá de nuestras naciones Ruega por nosotros
Mamá que nos vienes a revelar y a entregar al único Dios y
Ruega por nosotros
Señor
Mamá del Verdaderísimo Dios por Quien se vive Ruega por nosotros
Mamá de Quien está siempre cercano a todos Ruega por nosotros
Mamá del Creador de rostros y corazones Ruega por nosotros
Mamá del Dueño de los cielos y la Tierra Ruega por nosotros
Mamá que vienes a manifestar el Plan de Dios para que se haga Ruega por nosotros
Mamá de ternura inigualable para cada una de las gentes Ruega por nosotros
Mamá de trato tan cariñoso que cautivas a las personas Ruega por nosotros
Mamá de mirada compasiva y misericordiosa Ruega por nosotros
Mamá que respondes sin descanso a las llamadas Ruega por nosotros
Mamá que recibes a quienes te buscamos Ruega por nosotros
Mamá que despiertas infinita confianza Ruega por nosotros
Mamá que levantas al indígena de su postración Ruega por nosotros
Mamá que enseñas al jerarca a servir al Pueblo de Dios Ruega por nosotros
Mamá que engendras vida nueva en los Pueblos de Abya-Yala Ruega por nosotros
Tú, la perfecta y siempre Virgen, Santa María Enséñanos a amar
Tú, la que nos quieres a todos y a cada uno Enséñanos a amar
Tú, que nos das tu defensa y auxilio, amor y compasión Enséñanos a amar
Tú, que escuchas nuestros llantos y remedias las tristezas Enséñanos a amar
Tú, que curas nuestras penas, miserias y dolores Enséñanos a amar
Tú, que nos envías a vivir el amor a Dios y a nuestra gente Enséñanos a amar
Tú, que depositas en nosotros tu confianza Enséñanos a amar
Tú, que agradeces a tus fieles lo que hacemos por Tí Enséñanos a amar
Tú, que pides pongamos nuestra parte para hacer nuestra
Enséñanos a amar
misión

Oremos

Te pedimos Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de


alma y cuerpo; y por intercesión de Santa María de Guadalupe líbranos de las
tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.

Oración

Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos
los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final
de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia
de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo,
para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola
familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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