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Aspectos a tomar en cuenta:

1. Antes de invertir en un nuevo negocio debes tener claro el Flujo de Caja que
tendrá ese negocio a través del tiempo. Lo usual son proyecciones a doce meses.
Lo ideal son proyecciones a cinco años. En este flujo proyectas los ingresos y los
egresos de caja estimados para obtener el flujo neto de caja mensual, que
determinará tus necesidades de capital y la recuperación del dinero invertido.
2. Antes de invertir y de comenzar un nuevo negocio debes tener claro el capital
de inversión inicial: instalaciones, maquinaria, equipo, inventarios y capital de
trabajo. El capital incluye las necesidades de dinero para cubrir el crédito a los
clientes, las planillas de los trabajadores y los gastos de los primeros meses hasta
que la empresa alcance el punto de equilibrio.
3. El socio que pone el capital o dinero para las primeras compras debe tener claro
que ese dinero ya no es de él, pasa a ser propiedad de la empresa. No debe
esperar que se le devuelva, como se le devolvería un préstamo. A este socio se
le pagarán utilidades cuando la empresa las empiece a producir.
4. El socio que aporta una idea de negocios, pero no aporta trabajo ni dinero, debe
negociar con sus socios el valor de esa idea, de ese conocimiento y de ese
producto. De igual forma no debe esperar recibir a cambio una mensualidad por
ese conocimiento. Él recibirá utilidades cuando la empresa las empiece a
generar.
5. El socio que aporta trabajo NO puede esperar recibir un salario de acuerdo con
la profesión, la posición privilegiada de socio o por su presupuesto familiar
personal. Tampoco puede esperar un salario por ser “los ojos del dueño en la
empresa”. El socio que trabaja debe esperar un salario de acuerdo con el
puesto que desempeñe propiamente en la empresa. La mejor forma de estimar
ese salario, es saber cuál sería el salario que se pagaría a una persona capaz y
competente en el mercado para ocupar ese puesto. El socio que trabaja debe
cumplir las normas de horarios y desempeño de cualquier otro trabajador.
6. ¿Cómo paga las acciones el socio que trabaja? Generalmente el socio que
trabaja no tiene dinero para invertir o tiene poco. La cantidad de acciones que
desea adquirir las puede pagar de dos formas:
a. Dejando una parte de su salario, cada mes como pago de esas acciones.
b. No retirando utilidades cuando empiecen a girarse, hasta pagar el valor
de las acciones.
Pasos para establecer el porcentaje de acciones
La forma correcta de establecer el porcentaje de acciones en una nueva sociedad se
logra siguiendo este orden:
1. Calculen el capital de inversión inicial que será necesario para montar la empresa:
instalaciones, maquinaria, equipo, permisos, gastos legales, gastos de organización,
marcas, diseños, etc.
2. Establezcan un valor a la idea de negocios o al producto que estará aportando uno
de los socios a la empresa. Esta valoración es una actividad que debería realizar un
experto, pero lo socios pueden hacerlo estimando las ventas o las ganancias
potenciales. Valorar este aporte es tan importante como estimar la inversión inicial.
3. Definan el puesto que ocupará el socio que aportará trabajo. Definan las
obligaciones y responsabilidades de ese puesto, igual como si estuvieran
contratando a un particular. Luego establezcan el salario que ganará ese socio
mientras trabaje en la empresa.
4. Elaboren el Flujo de Caja proyectado a 12 meses o, mejor aún, a 5 años. En el mismo
muestren los ingresos y egresos que se estiman para la empresa. Siempre sugiero
al menos dos escenarios: uno optimista y otro más conservador.
5. Definan y escriban un acuerdo sobre la forma en que serán distribuidas las
utilidades cuando la empresa empiece a generarla. Cómo se distribuirán las
utilidades y cada cuándo debe hacerse.
6. Definan un capital social inicial y la cantidad de acciones u cuotas que lo
representarán. Un ejemplo: cien mil dólares es el capital social y estará
representado por 100 acciones de 1,000 dólares cada mes. Tomen en cuenta que
no siempre todo el aporte de capital inicial será aportado como capital social. Los
socios podrían acordar que una parte de ese aporte será devuelta a los socios.
7. Luego deben sumar los aportes que cada socio estará haciendo a la empresa:
efectivo aportado, propiedad intelectual (ideas o productos), o trabajo en especie
(el salario que no retirará el socio que trabaje). Estas partidas se suman y se calcula
el porcentaje. Sucede con frecuencia que el socio que invierte capital resulta
“favorecido” con un porcentaje mayor y que el que trabaja con menos, porque no
puede dejar una suma muy alta de su salario. En este punto comienzan a surgir los
conflictos; pero es mejor ahora que después, cuando ya la empresa tenga muchos
años en marcha.
8. El porcentaje de los que tienen menos aporte se puede mejorar, acordando devolver
al socio que invierte capital una parte de su dinero, reconociendo una tasa de interés
como si fuera un préstamo. También se puede mejorar, generando en la empresa
una cuenta por cobrar a los socios, que luego pagarán de la forma en que se acuerde:
sea con un pago mensual o mediante retención de utilidades.
9. Elaboren un documento o acta en donde todos estos acuerdos queden por escrito.
Cuanto más detallado mejor. Todos firman el documento y cada uno se queda con
una copia. Algunos de estos acuerdos formarán luego parte de la constitución de la
sociedad, pero el documento original será como el estatuto de la sociedad.”
TIPOS DE SOCIOS
Socios trabajadores: este suele ser el escenario de los que empiezan intentando sacar
adelante la empresa poniendo su trabajo. En este caso, una opción es usar una
valoración de mercado, separando el sueldo del valor como socio, lo cual es totalmente
subjetivo. Imagina que la empresa tuviera que contratar a alguien por hacer esa labor,
¿cuánto le pagaríais? Es decir, si sois tres socios, uno hará de CEO, otro de responsable
de marketing y otro de administrativo, y los tres trabajaréis por igual, pues se calcula el
salario de mercado aproximado y de ahí puede salir un reparto. Pero esto puede
provocar suspicacias, y a veces lo que se decide es a partes iguales, yo lo he hecho en
alguna compañía, pero siempre con gente que conozco de hace mucho tiempo, que sé
cómo y cuánto trabaja, cuyo valor va más allá del tiempo dedicado y lo que importa es
la implicación emocional y estratégica.
Socios inversores, a quienes pedimos dinero y lo que buscan es rentabilidad del
proyecto. En este caso, la forma de reparto es sencilla. Una vez que se tiene clara la
valoración inicial de la sociedad, su porcentaje es el equivalente al porcentaje del capital
aportado en la ampliación de capital. Por ejemplo, si decimos que la sociedad vale
100.000€ y ponen 50.000€, tendrían un 33% (no un 50% como algunos piensan, ya que
es un dinero que entra en la sociedad, que ahora valdría 150.000€). Su única implicación
suele ser el facilitar algún contacto o cliente cuando se le solicite y hacer un seguimiento
del proyecto periódicamente para ver cómo evoluciona.
Socios asesores: son los que ponen conocimiento, contactos o algún otro tipo de valor
similar. Aquí es importante intentar cuantificar su aportación, en tiempo dedicado,
contactos generados y sobre todo “la vida útil”. Es decir, si es alguien que te interesa
durante toda la vida de la compañía, por ejemplo, por su visión estratégica o por la
imagen que da a la misma, te recomiendo que le tengas en un Consejo Asesor. En este
caso también suele ser bueno ir a valoraciones de mercado, y con los intangibles, pocas
fórmulas mágicas hay más allá de un porcentaje con el que ambos estéis a gusto. Por
ejemplo, si estás montando una empresa de raquetas de tenis y fichas a Rafa Nadal de
socio, el valor de usar su imagen es más o menos fácilmente cuantificable, pero el
tenerle además de asesor es intangible, y estará en tu habilidad encontrar ese equilibro.
Socios proveedores y colaboradores: en algunos casos, cuando aún no se tiene dinero
o se quiere involucrar a alguien de forma especial, se puede conseguir que acepte un
pago en acciones. Puede ser muy parecido al caso anterior, aunque habitualmente se
les requiere menor tiempo, son menos estratégicos o se necesita menor involucración
emocional. Aquí lo mejor es ir a la valoración de mercado, aunque la dificultad estriba
en que acepten la valoración de la compañía, así que también procura que sea lo más
objetiva posible.

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