Haz que nuestras oraciones, visitas y eucaristías nos lleven a ser mejores discípulos
tuyos. Que los prodigios que acompañaron los comienzos de tu devoción también se
realicen entre nosotros.
Si una humilde mujer dio todos sus ahorros para liberar a un pobre hombre, llevado a
la cárcel por una deuda, así nosotros estemos dispuestos a la solidaridad y al servicio
de nuestros hermanos, haz que nosotros crezcamos en humanidad y espíritu cristiano;
si la imagen, ya deteriorada y echada al fuego, no fue consumida por las llamas, haz
que nosotros no seamos consumidos por el odio y el egoísmo, la violencia y la
irresponsabilidad.
Amigo Jesús, mi querido Señor de los Milagros, hoy quiero encontrarme contigo,
quiero que entres en mi corazón, que cambies mí vida, que cures mi alma, que sanes
toda mi persona. Yo te acepto, como mi único Señor y salvador, y confieso con mi
boca que estás vivo, que resucitaste de entre los muertos y estás sentado a la derecha
del Padre celestial.
Gracias, Señor, porque hoy he vuelto a nacer. Te pido por mi familia, por los que amo;
bendícelos. Gracias, gracias, Jesús. Gracias.
Amén.
Que tu Espíritu santificador nos haga partícipes del triunfo sobre el mal y testigos de la
novedad de vida en el amor.
Misericordioso Jesús crucificado, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias. Que
seamos protegidos con tu bendición constante, en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Señor Cristo de los Milagros, intercede ante tu Padre en favor de las necesidades que
hoy bendice nuestro trabajo, nuestro hogar y dános valor para enfrentarnos a nuestros
problemas. Líbranos de todos los males de cuerpo y alma, aumenta nuestra fé, y
enciende nuestra caridad. Dános esperanza en las luchas de la vida otórganos la paz
interior y exterior. Amén.
(5 Padre Nuestro en recuerdo de las 5 llagas del Crucificado).
Señor de los Milagros; te ruego, que me guíes en el día a día, dame sabiduría para
entender, dame fortaleza para seguir tu camino, dame el don de la palabra y con ella
poder expresar tu mensaje. Te pido Señor, por todos los hermanos en la Fe en ti, por
todos los enfermos del mundo, por todos los niños que sufren. Te pedimos tanto,
Señor, pero tú nos escuchas y nos ayudas. Gracias Señor.
Amantísimo Señor de los Milagros, te rogamos por todas las personas que sufren
alguna discapacidad, porque los ayudes a afrontar el día a día. Por sus familias; que
tengan paciencia y fuerza de corazón y cuerpo. Por todos ellos, Señor, te rogamos.
ORACIÓN
Estas dentro de mí
Para darme y conservarme el ser,
Estas delante de mí para guiarme,
Estas detrás de mí para defenderme.
Estas debajo de mí para sostenerme
Estas sobre mí para bendecirme,
Estas a mi lado para acompañarme,
Estas siempre conmigo para inspirarme,
Para fortalecerme, para trabajar conmigo.
Y que mi oración,
Sencilla, humilde y sincera,
Sea Señor para gloria y alabanza tuya.
Amigo Jesús, mi querido Señor de los Milagros, hoy quiero encontrarme contigo,
quiero que entres en mi corazón, que cambies mí vida, que cures mi alma, que sanes
toda mi persona. Yo te acepto, como mi único Señor y salvador, y confieso con mi
boca que estás vivo, que resucitaste de entre los muertos y estás sentado a la derecha
del Padre celestial.
Yo creo en mi corazón que tú eres Dios, que sólo tú eres mi Señor. Te entrego lo que
soy, lo que fui, y lo que quiero llegar a ser. Y estoy seguro que nada ni nadie, ni hoy ni
nunca me podrá separar de ti porque me amas, porque nadie me ama como Tú.
Gracias, Señor, porque hoy he vuelto a nacer. Te pido por mi familia, por los que amo;
bendícelos. Gracias, gracias, Jesús. Gracias.
Señor de los Milagros, Hijo del Padre, fuente de luz y de fe, que vienes a sacudir
nuestra dormida esperanza, que nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos
corazones, que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos por las
angustias del mundo.
Óyenos Señor de los Milagros, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos
seguirte, donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan. Nuestros corazones quieren
pertenecerte, por siempre. Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte
sonreír junto a Tu Madre.
Envíanos Tus Angeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial. Danos el
consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos agradables nuestro
arrepentimiento por tanto error cometido.
Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en nosotros,
para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.
Padre misericordioso del cielo, nos ponemos en tus manos para iniciar esta
peregrinación. Dígnate protegernos constantemente, así como acompañaste a tu
pueblo Israel en la travesía del desierto.
Sea tu Espíritu Santo el que nos guíe por los caminos del bien y nos ayude a
prepararnos espiritualmente para esta visita al santuario de tu Hijo, el Cristo de los
Milagros.
María, madre de los peregrinos, ven con nosotros al caminar. Amén.
Bondadoso Señor de los Milagros, que estás siempre dispuesto para recibir la visita de
tus amigos y devotos, escucha nuestra ferviente plegaria.
Nos hemos puesto en camino porque queremos que toda nuestra vida sea un avanzar
constante hacia Ti. Tú eres la meta de nuestra peregrinación.
Traemos en el alma muchas penas y necesitamos que nos concedas audiencia. Has
dicho que hemos de insistir como el amigo inoportuno o como la viuda que reclamaba
justicia (Lucas 11,6; 18,3).
Mira con benevolencia nuestra insistente oración y concédenos cuanto te pedimos con
fe. Que todo cuanto hagamos y digamos a lo largo de nuestra peregrinación sea para
la mayor gloria del Padre Dios y para nuestro provecho personal. Amén.
Señor Jesús, amigo fiel y seguro, ha llegado el momento del regreso al hogar. Estas
horas vividas en tu santuario nos han servido para reavivar nuestra fe y para fortalecer
nuestra confianza en tu poder y en tu misericordia.
Nos sentimos como Zaqueo, aquel hombre de Jericó que tuvo la suerte de encontrarse
contigo. También a nosotros nos dices: 'Hoy quiero hospedarme en tu casa', porque
de ahora en adelante nada nos podrá separar.
Sí, ven con nosotros a nuestro hogar, a nuestros trabajos, a nuestro vecindario.
Porque estamos contigo, por eso queremos compartir lo nuestro con los más
necesitados, los más pobres, los que siguen siendo la prolongación de tu presencia en
este mundo.
Ven con nosotros y que nuestra casa sea desde ahora tu propia casa. Ven, que
queremos que te sientas allí como en Betania, donde una familia amiga te brindaba
cariño y compañía. Que así sea. Amén.
Hemos venido hasta este santuario de Buga para responder a la invitación que tu Hijo
nos ha hecho:
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré de sus
cargas. Porque sólo Él es la palabra de vida eterna y sólo El puede dar respuesta a las
preguntas angustiosas de la existencia.
Padre de bondad, concédenos la gracia de que esta peregrinación sea para nosotros
fuente de gozo y de vida nueva. Que encontremos alguien que nos diga: En el nombre
de Jesucristo, levántate y anda y nos podamos alzar de nuestra opresión y de
nuestras tristezas. Y entremos en tu templo alabando tu ternura para con los humildes.
Amadísirno Señor de los Milagros, hasta tu presencia hemos llegado para confiarte
nuestros problemas y nuestras dolencias.
Con la misma fe de la mujer que se acercó para tocar el borde de tu manto y que fue
curada porque creyó, así nosotros nos postramos ante ti y te decimos desde el fondo
del alma: "Señor, si quieres puedes curarnos". Tú sigues obrando maravillas y
sanando los enfermos, porque Tú has asumido nuestras debilidades y cargado
nuestros sufrimientos. Concédenos, pues, la gracia que hemos venido a implorarte.