Participante:
Mayelin D`oleo Cabrea.
Matricula:
17-2913.
Facilitador(a):
Ilusión García
Santiago de los Caballeros, Rep.Dom.
Formación de la pareja.
La pareja con hijos pequeños.
La familia con hijos en edad escolar y/o adolescentes.
La familia con hijos adultos.
La familia puede ser considerada como sistema social dentro de cual podemos
observar diversos indicadores de patología y salud. Tomando en cuenta al
individuo como ser social, cobra gran importancia el papel de la familia que
ofrece al sujeto un contexto racional de interacciones que a lo largo del ciclo
vital, le ofrece las condiciones para su desarrollo, crecimiento y asimilación de
la relación social quien le ofrecen las personas que lo cuidan, alimentan y
satisfacen sus necesidades emocionales y afectivas.
Como han planteado algunos autores: “en último término, nuestra seguridad
satisfacción personal, auto-estima, felicidad, dolor de cabeza o tristeza se
origina y declina en el inter-juego de la relación social” y añadirnos en la
relación familiar, ya que en la existencia de las relaciones personales y
familiares satisfactorias constituyen el marco propicio para un buen desarrollo
socio- emocional y por lo tanto de la salud mental.
La familia ejerce un papel crucial en el manejo de los cuidados del paciente con
una enfermedad crónica. Las limitaciones del niño tendrán un impacto en todo
el conjunto de la familia, esto modificará la interrelación establecida entre los
diferentes miembros, tanto en la pareja, como la relación que se establezca con
el niño enfermo o la interacción que se genere entre los hermanos. Y no sólo
afectará a las relaciones, sino también a la situación profesional de los padres.
Los diferentes miembros dispondrán de menos tiempo para realizar actividades
sociales y recreativas, es posible que se generen unas necesidades de
adaptación del domicilio, una mayor carga económica, aislamiento social,
modificación de los objetivos de la familia y como consecuencia de todo esto,
cambios a nivel emocional.
RESUMEN DE LA UNIDAD 3
El síndrome del malestar de la mujer es una serie que se está presentando con
altísima y creciente frecuencia en atención primaria. Son el trastorno mental
común que agrupan depresión, ansiedad y síndrome funcionales, como la
fibromialgia, la fatiga crónica, etc. Este tipo de trastorno está ejerciendo una
fuerte presión en las consultas y tienen común que no se conoce su causa, que
nos presenta causa medica fisiopatológica, sino que son síntomas siempre
subjetivos, que no tenemos métodos eficaces para tratarlo, por lo que son una
fuente de frustración para los profesionales y finalmente, son tratado
prácticamente siempre con antidepresivos y ansiolíticos.
Les llamamos síndrome del mal estar, porque trabajamos con el hecho de que
tiene su causa común en la forma de vida, las condiciones sociales y la forma
de que cada persona se toma la experiencia vivida, es decir, en todo aquello
que provoca el malestar y que no son causa biomédicas. También los hombres
padecen este tipo de trastorno, pero con bastante menos frecuencia que las
mujeres.
c. Labilidad emocional
g. Letargia, fatigabilidad
i. Hipersomnia o insomnio
C. Los síntomas no deben ser solo exacerbación de otro trastorno. Los criterios
A, B y C deben ser confirmados con auto-reporte prospectivo de dos o más
ciclos.
Tratamiento.
Terapia lumínica
“La exposición a una luz artificial de intensidad similar a la luz solar puede
aliviar la depresión de forma equiparable a la psicoterapia y la medicación.
Estrategia farmacológica
EL PUERPERIO:
Se conoce por puerperio, el período que transcurre desde el parto, hasta que
los órganos genitales y sus funciones recuperen su estado previo. Su duración
es variable según las características de la mujer, y las condiciones en las que
se desarrolla el parto, pero suelen atribuírsele unos 40 días. Es una etapa que
tiene riesgos y complicaciones frecuentes y propias, como fiebres, infecciones,
flebitis, anemia, etc. Tiene también características específicas entre las que
subrayo importantes reajustes hormonales que además de otras funciones
conllevan el establecimiento de la lactancia. Además es en este período
cuando la mujer se confronta a la tarea de la maternidad y la realización de las
funciones maternales solicitadas por su bebé.
Ello implica una serie de reajustes necesarios para poder ir adaptándose a los
cambios y modificaciones que van teniendo lugar no sólo en la vida de la mujer
y de su pareja, sino en ella misma, en el interior de su cuerpo y en lo más
profundo de su psiquismo.
La Psicosis puerperal.
Llamada también depresión del tercer día, o “Maternity Blues” por los
anglosajones, es bastante frecuente. De carácter banal, la sufren entre un 50%
y un 70% de las puérperas. Las manifestaciones de tipo depresivo aparecen el
tercer día. La mujer se siente cansada, apenada, llora, está muy sensible a
cualquier comentario, ansiosa, abatida, con dificultades para dormirse, tiene el
sentimiento de no ser capaz de atender a su hijo. Es un cuadro pasajero que
no comporta riesgos ni a corto ni a medio plazo, y remite en unas horas o en
tres o cuatro días.
Desde el punto de vista terapéutico, suele ser suficiente una actitud de apoyo
del entorno.
4. La Psicosis puerperal
Se trata de una entidad clínica que, como la anterior, plantea una situación
seria de alto riesgo.
Aparece bruscamente de manera más frecuente del tercer al décimo día
después del parto, pero puede aparecer hasta el sexto mes.