Anda di halaman 1dari 35

1

La Terapia Familiar Sistémica Multicultural y la perspectiva de género


Mario Fausto Gómez Lamont

Universidad Nacional Autónoma de México

Comisión de Género UNAM FES Iztacala

A lo largo de este capítulo defenderé la idea de que la terapia sistémica no puede


pensarse de forma segregada de las ciencias sociales, pues, estas últimas son
sustantivas en el origen y despliegue político que impulsó el desarrollo de la terapia
familiar sistémica en los Estados Unidos y después en todo el continente
Latinoamericano. Revisaré especialmente la vulnerabilidad y las resistencias que
analiza el modelo multicultural en el contexto latinoamericano, el cual impacta a la
consulta de la terapia familiar sistémica. En este contexto, rebelde e independiente del
que surgen las reflexiones críticas al conservadurismo de la TFS norte americana, nos
obliga a tener una voz analítica y honesta ante las particularidades que distinguen a las
familias latinoamericanas que asisten a la consulta en esta modalidad terapéutica: la
feminización de la pobreza, el feminicidio, la migración masculina y femenina, la
homosexualidad femenina y masculina, la transexualidad, la soledad en la paternidad y
los procesos de virilidad son algunos de los temas pendientes para la TFS Multicultural
con perspectiva de género.

Quisiera iniciar con una confesión, como todo escrito está íntimamente ligado a
su autor y por ende a su simbología, a sus imaginarios y a su subjetividad, me siento
obligado a compartirles que la reflexión sobre la multiculturalidad, la vulnerabilidad y la
resistencia en la TFS, hace referencia a mi vida personal, como cisgénero, homosexual
y latinoamericano que trabaja para un cambio social desde la perspectiva de género en
una universidad pública en la Ciudad de México. Dejo en claro mis privilegios de clase
“mediero”, universitario, cisgénero, homosexual, caucásico y urbano. Estos privilegios
son de inicio cegueras epistemológicas, que muestran mi vulnerabilidad ante ustedes
lectores. Y habiendo dicho lo anterior, es punto de partida para comenzar la línea de
análisis que conduce al modelo de multiculturalidad en la TFS.

2
Antecedentes Históricos
La Terapia Familiar Sistémica, se distingue de otras formas de trabajo clínico por su
concepción holística e interaccional que permea su ontología, su epistemología y su
metodología. Además cuenta con un cuerpo de teorías y técnicas que estudian al
individuo en su contexto social, vinculándolo al campo clínico. Los autores, propusieron
que si se conocen los contextos de la familia conectados con el síntoma, se intentará
modificar la organización de la familia, pues, se parte de la idea de que cuando se
transforma la estructura de la familia, se modifican consecuentemente las posiciones
de sus miembros y como resultado se alteran las experiencias sintomáticas de cada
individuo del sistema, pues se considera que los individuos no son seres aislados, sino
que son integrantes activos y reactivos dentro de sus grupos sociales. El modelo
sistémico estudia al individuo en interacción dentro de grupos más amplios y parte de la
idea de que los grupos sociales se forman como individuos (diferentes) pero con
objetivos comunes, donde a pesar de ser distintos al integrarse en un sistema, forman
algo más que la suma de sus partes (Eguiluz, 2004).
La terapia sistémica estudia al ser humano en su contexto social y esta
intervención tuvo su origen y desarrollo después de la segunda mitad del siglo XX.
Supone que la información, actitudes y formas de percibir, son asimiladas por el
individuo y lo llevan a actuar de una u otra manera, en el contexto habitual; la familia es
vista como un grupo importante en este proceso. Es por ello que este enfoque encara
el proceso de Feedback entre las circunstancias y las personas implicadas, por ello se
recurre a técnicas que alteran el contexto inmediato, el cual, al ser modificado, lleva a
cambios en la experiencia de cada integrante.
Este tipo de Terapia Familiar se fundamenta de la Teoría General de los
Sistemas creada en 1925 por el biólogo austriaco Ludwing Von Bertalanffy (1954). Esta
teoría tiene como propósito, lograr una unificación del lenguaje a distintas disciplinas y
áreas de la ciencia, es decir, conseguir “isomorfismos” en el bagaje conceptual de las
áreas físico matemáticas, biológicas de la salud y sociales administrativas.
La teoría general de los sistemas de Bertalanffy (1954), surge en una época
donde el estudio clásico era atomista. El estudio de la unidad y la idea de tomar el
conjunto como un todo más que la suma de las partes, fue una mirada nueva. Para

3
Bertalanffy (1954) ninguna cualidad de los miembros nos va a explicar ese resultado,
esto hace que las cosas se empiecen a estudiar en una dinámica permanente de
elementos articulados.

Para Bertalanffy (op. cit.), en el campo experimental han aparecido propuestas


integradoras en contraste a la visión mecanicista, debido a que diversas ramas de la
física teórica moderna, proponen problemas no estudiados en relación con las nociones
de totalidad o sinergia, interacción dinámica y organización. Así, describe que este tipo
de cuestionamientos se manifestaron de igual forma en la psicología, donde el
conductismo clásico, solventaba en átomos el comportamiento tanto del ambiente
como del individuo, que al juntarse con lo cognitivo (que poseía las mismas dificultades
pero a diferencia de la materia observable como lo es la conducta, este era en los
procesos superiores como el lenguaje, la memoria y el pensamiento), dio un resultado
considerado como “más de lo mismo”. En tanto que la clásica psicología de la
asociación trataba de resolver fenómenos mentales en unidades elementales, tales
como las sensaciones y estimulaciones esenciales para la respuesta. La psicología de
la Gestalt reveló la existencia y la primacía de que todos los elementos integrantes del
fenómeno de la percepción, no son la suma de las unidades elementales y que su
característica principal es que se encuentran gobernadas por leyes dinámicas y no
monistas anatómicas.

La Teoría General de los Sistemas se basa en dos pilares básicos: aportes


semánticos y aportes metodológicos. Dentro de este marco teórico, Bertalanffy (1954)
explica que para poder definir a un sistema, es necesario que cuente con los siguientes
rubros:

· Orden.- Posición jerárquica de los elementos

· Organización.- Función de los elementos, que, dependiendo de su


posición jerárquica, estos elementos, tendrán cargos distintos.

· Interacción.- Intercambio de información entre los elementos que


cumplen una función y que se encuentran ubicados en posiciones
jerárquicas distintas.

4
· Integración.-Distinción de los elementos que conforman al sistema, en
otras palabras fronteras entre los elementos de un sistema y otro, con
ello lograr la identificación de las funciones y niveles jerárquicos de los
elementos que integran al sistema.

· Teleleología.- Finalidad, es decir, todo sistema cuenta con objetivos


claros, metas, logros y finalidades.

· Equifinalidad.- Concepto que describe que los elementos que


provengan de un mismo punto de partida, tendrán distintos puntos de
llegada (origen igual, final distinto).

· Equicausalidad.- Concepto que describe que elementos que tengan


puntos de llegada similares, no tienen un punto de partida similar
(origen distinto, igual final).

· Totalidad.- Importancia de considerar los integrantes del sistema como


conformadores primordiales para distinguir jerarquías, funciones y
fronteras. No es la suma de sus elementos, es la interacción de todos
los pertenecientes al sistema. La ausencia de uno, puede provocar la
creación de un sistema totalmente diferente.

· Sistema abierto.- Es un sistema que intercambia información con su


medio ambiente y mantiene niveles de entropía relativamente bajos.

· Sistema Cerrado.- Es un sistema que no intercambia información con


su medio ambiente y mantiene niveles de entropía altos.

· Entropía.-Medida del desorden en un sistema

· Entropía en la información.- Medida de incertidumbre en los mensajes


recibidos

· Comunicación.- Transmisión de señales mediante un código común al


emisor y al receptor.

5
· Información.- Comunicación o adquisición de conocimientos que
permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia
determinada

· Homeostasis.- Equilibrio dinámico de un sistema, unidad e identidad

· Morfogénesis.- Generación o creación de una nueva homeostasis

· Neguentropía.- Nivel de estabilidad de la retroalimentación negativa en


un sistema abierto.

· Conjunto.- Unidad de clasificación jerárquica de elementos.

La meta de la Teoría General de los Sistemas no es buscar analogías entre las


ciencias, sino tratar de evitar la superficialidad científica que ha estancado a las
ciencias. Para ello emplea como instrumento, modelos utilizables y transferibles entre
varios continentes científicos, toda vez que dicha extrapolación sea posible e integrable
a las respectivas disciplinas.

La teoría Cibernética

Siguiendo un orden histórico, durante la segunda guerra mundial, aparece Norbert


Wiener (1948), quien fue el primero en rescatar el concepto de cibernética, como una
teoría de la comunicación, que incluyera una teoría del control de los sistemas
complejos como la tecnología en maquinaria militar (teledirigida) y los organismos vivos
(interconexión entre los distintos sistemas anatómicos y fisiológicos), analogía entre
seres humanos y las máquinas. El no se imaginaba, en ese momento, que iba a
empezar a revolucionar el mundo de la comunicación con estas ideas elaboradas en
términos de procesos de comunicación e información en circuitos cerrados.

Existe una metáfora que ilustra de forma adecuada a la cibernética, y esta


comienza con la siguiente anécdota histórica: “en la segunda guerra mundial, los
cañones estaban diseñados para blancos fijos, pero debido a que un avión era un
blanco móvil, esos cañones tuvieron que ser rediseñados. Por lo que, primero recogían

6
información de donde estaba el blanco y como el blanco se movía, tenían que corregir
la información, alimentarse con esa información y corregir la desviación”, idea que
posteriormente dio origen al concepto de retroalimentación.

La corrección de la información, es el mecanismo de la retroalimentación, o sea,


de la corrección sobre la marcha, a partir de la recolección de información, la metáfora
que tomamos prestada de la cibernética, es básicamente la retroalimentación,
entendiéndola como la reacción a la nueva información. En el diálogo, nosotros
reaccionamos a partir de los mensajes que recibimos, entonces a partir de esto se
trabaja con el concepto del estudio del circuito que se genera en este intercambio.

Este punto de vista, contempla a la familia como un sistema relacional, es decir,


que las relaciones entre las personas se les define como un proceso de diferenciación
en las normas del comportamiento individual resultante de la interacción acumulativa
entre individuos, estos procesos se distinguen por el hecho de que se desarrollan por
reacción mutua exponencialmente (Bateson, 2006). Estos procesos de reacción mutua
consisten en que un movimiento, por parte de un elemento del sistema, cambia el
campo perceptivo reactivo de otro elemento del sistema, este otro elemento del sistema
es obligado a hacer un movimiento compensatorio por la tensión producida por el
intercambio de información entre elementos y así es como se genera un ciclo circular
que va hacia el infinito de intercambios (Hoffman, 2010). Estos ciclos descritos con
anterioridad pueden dividirse en conductas comunicación llamadas simétricas y
complementarias. Los primeros dan a entender comportamientos intensificados entre
un elemento A y un elemento B del sistema, donde esencialmente son similares, como
en los casos de rivalidad o competencia entre cónyuges. Los complementarios son
caracterizados por conductas comunicación diferenciadas entre un elemento A y un
elemento B del sistema donde las acciones autogeneradoras serían distintas en los
ciclos de sumisión y dominio o dependencia y socorro.
Estas pautas en las relaciones se encuentran estructuradas, ya que toda
constancia es mantenida por pequeños cambios auto correctores que promueven el
statu quo del sistema relacional, pero ante el estrés creciente e insoportable, se

7
presentará un punto de quiebre (el síntoma), como forma para escapar y contrarrestar
el exceso por agresiones o disturbios del ciclo de retroalimentación, con el fin de
contener la tendencia a la diferenciación progresiva y llegar a un punto de equilibro.
Este límite provocará un cambio antes de que el sistema relacional se desplome
(Wiener, 1948).
Un ejemplo de lo anterior, cuando una pareja que vive violencia en su relación
puede suceder lo siguiente desde este modelo cibernético: El hombre dominante
aumentará su violencia sobre la mujer hasta que la reacción de sometimiento se vuelva
tan extrema que ya no estimule una reacción de dominio, porque se ha presentado un
trastorno de ansiedad notorio u otra enfermedad física o mental (cambio ante el estrés
insoportable), entonces necesitará de un servicio psiquiátrico, apoyo psicoterapéutico,
acompañamiento de la pareja entre otros servicios. Que cambiará a una nueva forma
de relación, cuidador y enferma. Entonces la mujer que presentaba una enfermedad y
que gracias al apoyo de diferentes macro sistemas, se volverá entonces cada vez más
auto afirmativa, que en este punto desencadenará una reacción de dominio por parte
del hombre, para que todo el ciclo se repita. Logrando así, que los síntomas de
ansiedad no desaparezcan, se mantengan crónicos como ciclos autocorrectivos y
homeostáticos del sistema familiar y conyugal (Hoffman. Op. cit.).

La cibernética a su vez, cuenta con los siguientes rubros:

· Es un estudio de los sistemas complejos que se adaptan a su medio

· Se centra en funciones de control y comunicación

· No constituye una teoría del cambio sino una teoría de la estabilidad

· Toma como principio fundamental la información como fuerza reguladora

· Existe la retroalimentación positiva.- generadora de cambio en un sistema


cerrado

· Existe la retroalimentación negativa.- generadora de estabilidad en un sistema


abierto

8
· La cibernética de primer orden.- hace referencia a un agente externo que regula
al sistema

· La cibernética de segundo orden.- hace referencia a un agente interno que


regula al sistema (Wiener, 1948).

La Cibernética de segundo orden coincide con la segunda etapa de la


cibernética, antes teníamos muchas explicaciones para el no cambio, para el cambio
uno, para todo ese tipo de cambio que sirve para conservar o mantener el problema.
Entonces se comienza a hacer más hincapié en el feed back positivo, en aquello que
lleva a la ruptura del equilibrio, que lleva a la desorganización del sistema para que se
vuelva a reorganizar. Hay una información que hace la diferencia, como decía Bateson
(1993) la diferencia que hace la diferencia. Hay una información que crea una pequeña
diferencia, una información que genera la posibilidad de tener una lectura diferente que
precipita una serie de asociaciones diferentes con analogías diferentes.

El feed back positivo es una buena manera de explicar el cambio 2, el cambio


donde ya el sistema no queda igual, a partir de algo que sucede en el grupo, el grupo
es otro grupo, hay una diferencia porque aprendieron algo, hubo una reorganización de
la manera de pensar y de actuar. La ruptura de ciertas secuencias de acciones
precipitan nuevas emociones. Una diferencia habla mucho del desequilibrio, de la
tendencia al desorden de los sistemas, aunque luego, todo sistema tiende a buscar un
nuevo equilibrio y así constantemente, esto lo conocemos como la termodinámica (Von
Bertalanffy, 1954).
Este feed back positivo no solo pone el acento en el aprendizaje, sino en algo
aun más profundo que es el fin del aprendizaje, aprenden a aprehender. Bateson
(op.cit.), llamaba a esto el deuteroaprendizaje, el aprendizaje del aprendizaje. Un grupo
en esta etapa, tiene la capacidad de producir aprendizaje, tiene la conciencia del
aprendizaje y puede escuchar a los demás como lo hacían los consultantes en el efecto
del grupo reflexivo, pueden escuchar diferencias y pueden tomar alguna de estas
diferencias y crear una diferencia en sí misma siendo esta una elección.

9
La Teoría del Doble Vínculo

En el contexto en el que se desarrolla esta teoría sucede algo histórico, Bertalanffy, Von
Foerster, Erickson, Bateson, Margaret Mead, se encuentran en las conferencias Macy,
en EE.UU y comienzan a dialogar entre ellos, por lo cual esta información comienza a
ser compartida, otra vez se vence el aislamiento y tienen una actitud curiosa con
respecto a lo que el otro trae y conoce, de manera que el conocimiento se amplía
(Eguiluz, 2004).

Uno de los grandes sintetizadores fue Gregory Bateson (2006), quien tenía una
gran formación en biología, pero en realidad se inclinaba por la antropología. En esa
época, había escuelas de antropología con una forma de abordar el conocimiento que
generaba mucha limitación, escribían una teoría sobre determinada población y esta
teoría debía funcionar como el lecho de Procusto, donde se hacía encajar lo que veían
en su teoría.

Bateson (1993), era una persona interesada en conocer de una manera distinta
lo que estudiaba. Uno de sus primeros viajes fue a las Islas Bali, donde se interesó por
los rituales, los códigos de comunicación, y se interesó en entender el por qué y el
para qué hacen lo que hacen estas tribus llamadas primitivas. Ahí se encuentra
casualmente con Margaret Mead, antropóloga sumamente prestigiosa interesada en el
estudio de los rituales de los Iatmul.

En las Islas de Bali trabajan y obtienen documentos muy valiosos que luego van
a dar ideas nuevas en un campo la psicología y la psiquiatría. Lo que observa es que
las madres crían a sus hijos de forma muy particular, les van dando respuestas
equívocas en cuanto a las reacciones emotivas, el chico busca algo y la madre se
retira, lo deja confundido, va generando una persona que va a tener poca conexión
emotiva, lo cual, para esa población, en ese contexto, no le genera grandes problemas.
Después, en Palo Alto, cuando observa detrás de cámaras con espejo de doble
visión (cámaras de gesell), a las familias con miembros psicóticos, empieza a
relacionar lo observado con lo estudiado en las Islas Bali. Al mismo tiempo, a través de

10
las conferencias Macy, se comienza a conectar con la cibernética, con la Teoría general
de los sistemas, siendo uno de los primeros que emplea el término “ecología de
mente”. Empieza a ver interdependencia entre los distintos organismos que viven en un
medio, comienza a pensar una mente relacionada con otras mentes y en el marco de
un contexto (Bateson 2006).

El contexto que está permanentemente presente en la epistemología y en la


práctica sistémica, o sea, el marco que le da significado a las conductas verbales y no
verbales. Una de las cosas que caracterizan a la terapia sistémica, sería que nosotros
tenemos que conocer mucho de los efectos del contexto, porque queremos generar
contextos de cambios, de aprendizaje (Ochoa, 2004).

Bateson sigue investigando y comienza a ver que estas tribus hacían rituales
con otras tribus donde realizaban simulacros de combate, a raíz de estos, evitaban
iniciar una guerra, y con ello quedaba a salvo el honor y la dignidad de ambas
comunidades. Empieza a entender fenómenos como la simetría y la
complementariedad, y comienza a interesarse casi exclusivamente en la comunicación,
ya sea entre animales o entre hombres, este proceso de aprendizaje lo va a
caracterizar toda la segunda parte de su vida y lo va a profundizar en su estancia en
Palo Alto, (Bateson, Jackson, Haley, Y Weaklan, 1956).

En la complementariedad los que interactúan están en una posición asimétrica,


es decir, hay uno que calla cuando el otro habla, uno grita cada vez más y el otro calla
cada vez más, eso sería una escalada complementaria. Uno se pone más activo y el
otro más pasivo, entonces se podría desembocar, en esta interacción, en una guerra,
una pelea, o tener relaciones sexuales. No está juzgando lo que pasa, sino que está
describiendo la interacción, esto es importante, los conceptos sistémicos no hablan de
cuestiones psicopatológicas, sino que hablan de una manera de interactuar que puede
o no ser funcional, de acuerdo a lo que esté sucediendo, al contexto, a las o a las
necesidades, por ejemplo: Un niño o una niña necesita tener una relación
complementaria con su padre, lo que no quita que el padre pueda tirarse al piso y jugar

11
con el niño o la niña, esto indica que, van a haber momentos de simetría entre
individuos de diferentes jerarquías, sin embargo, indica que no son elementos
estáticos, esta complementariedad y simetría se va a ir modificando con el tiempo.
La simetría son aquellos interlocutores que están en el mismo nivel, o sea sean
pares, pareja, amigos, lo que no quiere decir, que esta pareja, amigos, no tengan
momentos de complementariedad, uno asume una posición más activa sobre algo. Las
escaladas es cuando esta interacción toma una densidad tal, que desemboca en un
pico máximo de intensidad, que puede derivar en un acto amoroso o en una guerra.
Como por ejemplo: yo me armo porque el otro se arma - Trump contra Corea, yo
ejecuto una acción preventiva para evitar que pase determinada cosa, pero eso que
hago, provoca en el otro una acción equivalente, es decir un proceso de reacción
mutua.

Esta teoría creada por Gregory Bateson, trata de dar una explicación más al
fenómeno enigmático de la esquizofrenia, describiéndola desde un punto de vista
relacional y comunicacional, la cual se fundamenta en los principios de los Tipos
Lógicos de Russell, donde toma a consideración la clasificación y la interpretación de
los mensajes como los principios rectores de la comunicación. Proponiendo así, que un
sujeto que padezca esquizofrenia, en realidad ha sufrido un intrincado juego
comunicacional donde, los participantes son dos personajes o más, en una relación
intensa, con condicionantes castigantes o punitivas ante un mandato, poco después de
ello, un castigo que contradice al castigo anterior. Esto debe de ocurrir en una situación
repetitiva o crónica, donde el individuo no tenga posibilidad de escape (Bateson,
Jackson, Haley, y Weaklan, 1956).

Esta teoría contribuyó a la formulación de la teoría pragmática de la


comunicación humana, en la que se explica más detalladamente, cómo pueden existir
patologías dentro de la comunicación humana.

12
La Teoría de la Comunicación Humana

Siguiendo la línea de investigación heredada por Bateson, un grupo de investigadores y


seguidores de este singular personaje, deciden concluir un trabajo más completo al
respecto de la comunicación humana. Teniendo a consideración que el lenguaje es
toda forma de comunicar algo, el comunicar algo infiere al entendimiento del mensaje
transmitido por un emisor a un receptor que comparte el mismo código de
diferenciación en la información proporcionada. Este mensaje pertenece al orden de lo
sintáctico, que son las reglas de la comunicación gráfica, lo pragmático correspondiente
a la influencia de la comunicación en la conducta y lo semántico que vendría siendo los
significados que le son atribuidos a los conceptos proporcionados por el emisor y el
receptor (Watzlawick, Beavin, y Jackson, 1967).

Para la Real Academia de la Lengua Española la comunicación implica un trato


(interacción) así como una correspondencia entre dos o más personas, de igual forma
significan transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor.
Para Pierre Guiraud (2008), la comunicación lleva consigo un proceso semiótico, el
cual está constituido por diferentes funciones, las cuales se distinguen de la siguiente
forma:
· Función referencial.- El cual consiste en la evocación de un objeto sin que este se
encuentre presente (abstracción de una idea).
· Función emotiva.- Consiste en la influencia del acto gesticulador, fónico y corporal del
emisor que se hace presente de forma emotiva en el mensaje.
· Función connotativa.- Significa que el mensaje es interpretado de cierta forma por el
receptor al momento de descodificarlo.
· Funcion metalingüística.- define el sentido de los signos que corren el riesgo de no ser
comprendidos por el receptor.

Teniendo en cuenta estas definiciones aportadas por la Real Academia de la


Lengua y los elementos pertenecientes a la semiótica proporcionados por Pierre
Guiraud, se puede concluir de la siguiente manera:

13
La comunicación es una acción que es efectuada entre dos o más personas
conocidas como emisores y receptores, que en esta dinámica emiten información en un
mensaje que es fácilmente descodificado entre los interlocutores por poseer un código
en común, de igual forma, dicho mensaje contiene elementos que hacen referencia a
algo, que tiene un elemento emocional por parte del emisor y al llegar al receptor,
dependiendo de su relación con el emisor será la connotación proporcionada,
impidiendo o posibilitando comprender o confundir el mensaje.

Teniendo en cuenta los principios semióticos de la comunicación humana, es


necesario pasar a los axiomas básicos de la comunicación humana Esta es otra teoría
nombrada como « la teoría de la comunicación humana (Watzlawick, 1993).
• Toda conducta es comunicación, por lo tanto es imposible dejar de comunicar, no
existe la no conducta

• Lo comunicado se encuentra dividido en contenido y relación, donde el


contenido es lo que se dice con todas sus reglas fonológicas o gramáticas y la
relación es “a quien se lo dices”, concluyendo así que la segunda clasifica a la
primera

• Existe un nivel analógico y un nivel digital, donde lo analógico es un equivalente


semántico relacional pero no sintáctico del lenguaje no verbal, lo digital es un
elemento sintáctico pero no semántico relacional.

• La puntuación de la secuencia de hechos explica precisamente cómo todos los


individuos tienen la capacidad de construir imágenes de un objeto, en ese
sentido, alude a que ante un mismo evento u objeto, dos individuos pueden
tener la capacidad de construir imágenes de un mismo evento, de manera que
dos individuos pueden tener percepciones distintas de lo que está ocurriendo
entre ellos.

• La meta comunicación es un elemento que incluye el ideal de “comunicar sobre


lo comunicado” es decir, aclarar de toda confusión al mensaje emitido

14
• La comunicación es simétrica y complementaria, que posee elementos por
igualdades y por diferencias, las igualdades las ubicaremos como simetría que la
describiremos como escalada cuando ésta se exacerba y las diferencias serán
vistas como elementos conducta-comunicación complementarios y serán rígidos
cuando no exista posibilidad de cambiar de posición jerárquica up-down.

La comunicación se desarrolla a partir de elementos lingüísticos que pueden ser


distorsionados y con ello provocar un conflicto entre los interlocutores. Existen otros
elementos indispensables dentro de la interacción conducta-comunicación. Dados los
axiomas de la comunicación humana, cabría explicar que cuando la diferencia es
exacerbada entre los mensajes y los meta mensajes sobre lo comunicado puede dar
como resultado procesos de reacción mutua edificados en estructuras rígidas o
patológicas, los cuales, Watzlawick (1993), ha particularizado principalmente en tres,
cuyo contenido es el siguiente:

· Tangencialización. Caracterizada principalmente en la descalificación de la


comunicación entre el emisor-receptor A que envía un mensaje a un emisor
receptor B, donde el segundo, rechaza lo emitido por A, al dar una conducta
comunicación de descalificación, por citar algún ejemplo, A puede mostrarse
entusiasmado al informarle a B sobre alguna compra en especial, B puede
mostrar el rechazo al manifestar algún desagrado por dicha compra.
· Mixtificación. Puede mostrarse caracterizada por la incongruencia entre la
conducta comunicación analógica con la digital, donde A puede nombrar alguna
emoción que no corresponde a su manifestación corporal.
· Paradoja. Cualidad de la conducta comunicación mostrada en mensajes que
pertenecen a dos niveles diferentes de clasificación, pero que aparentan ser uno
mismo. Como en la sentencia “haz lo que quieras”, obedecerla daría como
resultado, desobedecerla, por lo que es imposible cumplir lo sugerido.

15
Primera parte: Las Epistemologías del Sur.

El modelo sistémico puede considerarse como un producto de la creatividad humana y


por ende, no representativo de la realidad como tal, es sólo una aproximación. En ese
tenor, el o la terapeuta deberá ser cauteloso/a en sus supuestos y nunca pretender
tener una “verdad” objetiva o absoluta, por más atractiva que esta sea, sino ser
consciente de que el modelo le proporciona una lente y una lógica mediada por una
epistemología hegemónica y un posicionamiento personal, que invisibiliza las múltiples
intersecciones de la experiencia humana, es así como opera la invención de la
realidad. De ahí la importancia de tener en cuenta los contenidos culturales, históricos
e idiosincrásicos de las relaciones de los grupos humanos, entre ellos los familiares.

Un punto de partida para el enfoque multicultural con perspectiva de género es


comenzar por darle muerte a interpretaciones rígidas, clásicas y santificadas por los
grupos hegemónicos de la terapia sistémica (Barthes, 2002). Para comenzar, tenemos
que mirar a la teoría sistémica de Bertalanffy (1943) como ajena a los problemas
sociales, sacarla de la biología para posicionarla como un eje discursivo de los campos
sociales. Quienes han realizado una actualización de la teoría de los sistemas a la
sociología, han sido Parsons (1996) y Luhman (1998) que pocos terapeutas sistémicos
conocen (Gómez, en prensa). Para hacer de la teoría de sistemas una teoría sensible a
la multiculturalidad con una perspectiva de género, será fundamental retomar una
postura política, una postura crítica y analítica que busque construir y adaptar la teoría,
reconociendo sus debilidades conceptuales y ampliando sus abordajes.

Para comenzar, es fundamental reconocer que la categoría de análisis sistema


aparece dentro del campo de la biología, no de la sociología ni mucho menos la
psicología o la terapia, y que su impacto, para esa época y en ésa disciplina fue un acto
revolucionario. Más tarde, bajo la mano de von Bertalanffy (1943) se convirtió en un
paradigma o modelo global (por ende hegemónico) "capaz" de explicar las
conexiones entre las diferentes dimensiones de la realidad, tal como sistemas vivos o
biológicos. Desde esta posición, toda la “realidad” está compuesta de sistemas que
operan universalmente en todo el planeta: orden, organización, interacción e

16
integración son elementos clave para comprender a un sistema. Por lo tanto, esta
mirada de la realidad es, en principio, un razonamiento abstracto, lógico-matemático,
biológico y ahistórico: propiedades del pensamiento universalista que la categoría
sistema, en sus inicios, supone, puede explicar cualquier fenómeno.

Para Ochoa (2004) la teoría de los sistemas aplicada a la terapia identifica que:
Existe un orden, que asigna posiciones de poder, organización asigna funciones,
integración, que denomina la distinción entre los miembros que están dentro del
sistema a los que están afuera y por último interacción que define las formas en que se
establecen las dinámicas entre los miembros del grupo. Hasta este punto la teoría de
sistemas parece abarcar y ser general para la interpretación de todos los grupos
humanos que hacen familia, supone una suerte de una teoría conciliadora, que da
invisibilidad a las estructuras sociales que están presentes en la configuración de cada
familia y que no nombra las identidades de género, supone que existen, pero que no es
necesario nombradas (Gómez, 2015).

Sin embargo, hay que distinguir desde las epistemologías del sur los niveles de
contribución de la categoría de análisis sistema: esto quiere decir, mirar lo implícito y lo
explícito de un pensamiento global, hegemónico, lógico matemático y por lo tanto
masculino. Debido a que, las epistemologías del sur visibilizan el reclamo implícito
entre el sujeto pensante (el o la terapeuta) en relación con el o los sujetos de
conocimiento (las familias), que conducen a nuevos procesos de producción y de re-
elaboración de los conocimientos científicos con los no científicos, dejan en claro las
nuevas tensiones y dan visibilidad al cambio explícito de los diferentes tipos de
conocimiento a partir de las prácticas de las clases sociales y grupos humanos que han
sufrido, de manera progresiva y sistemática, la destrucción, opresión, debido al
capitalismo, el colonialismo, el sexismo y heterosexismo entre otras formas de
naturalización de la desigualdad, que justifican diversos procesos de precarización de
la vida. Esto quiere decir que la forma de pensar y re elaborar nuestra categoría
analítica sistema ya no es abstracta, ni matemática, mucho menos biológica o
ahistórica. El giro interpretativo opera en los estudios de la vida cotidiana de los grupos

17
humanos, no desde el proceso abstracto que hace el sujeto cognocente llámese
investigador o terapeuta, que define al sistema-de forma irónica- en aislado de los
procesos sociales, históricos y subjetivos de los sujetos de conocimiento.

En una teoría sistémica sensible a los procesos multiculturales desde el género,


se reconoce que el sistema familiar responde a un orden socio cultural de un género
binario: el masculino, que, en la cultura, el poder de mando lo tiene el varón, que
asigna una organización familiar basada en la división sexual del trabajo, donde las
mujeres realizan las prácticas de maternidad y los hombres, si así lo desean, actúan la
paternidad, además, el varón impone los deberes y responsabilidades a razón de la
generación de pertenencia de cada hombre y mujer del espacio doméstico, no es lo
mismo ser padre a ser hijo, aunque son varones, el primero posee el mando y el otro
no pero, el primero puede transferírselo al segundo en algún momento de la vida y sin
tomar en cuenta a las mujeres del sistema familiar. Otra forma de mirar esta
organización puede ser, reconociendo las identidades de hombres y mujeres en el
espacio familiar: el varón, padre de familia, heterosexual, mayor de 30 años, manda
sobre la mujer, esposa, ama de casa, heterosexual, a que responda sobre sus
“deberes” de cuidar y criar a los hijos e hijas bajo la norma de castidad hasta el
matrimonio, regla que tiene una excepción para los hombres, a quienes se les permite
el acceso sexual a todas las mujeres del espacio social, menos el familiar (más
adelante explicaré el tabú del incesto) y a las mujeres del espacio familiar se les retiene
y domestica su sexualidad, destinada sólo a la reproducción. Esta práctica conocida
como “hacer familia” (Salguero y Pérez, 2016) configura una manera de integrar
imaginariamente un sentido de pertenencia a un grupo socio-cultural: hombre y mujer,
mamá y papá, que procrean, es decir bajo una base heterosexual (origen de la
homofobia) y casados. Donde el hombre puede estar presente o no en la educación de
sus hijos. Y la mujer, por mandato de la naturaleza responde al “llamado” de la
maternidad. Si bien actualmente podemos ver un cambio con respecto a los valores
tradicionales del hacer familia, se reconoce que aún están presentes y no son
funcionales, ni para los terapeutas sistémicos ni para las familias.

18
Una perspectiva de género, en la teoría de los sistemas visibiliza estos
procesos, los configura, los cuestiona y los articula teórica- conceptual y los pone en la
práctica clínica para cambiar los roles de género que privan de libertad a las mujeres
sean indígenas, madres, casadas, solteras, homosexuales, transexuales, trabajadoras
sexuales, rurales, urbanas, profesionistas o no y a otros hombres, padres, casados,
solteros, homosexuales, transexuales, profesionistas, trabajadores sexuales, rurales,
urbanos. Reconocerlos hace la diferencia que hace la diferencia.

Ahora bien, en la terapia sistémica, la teoría cibernética de Winer es considerada


como un punto central epistemológico de este quehacer clínico (Eguiluz, 2004), sin
embargo, se oculta o se ignora cómo la teoría cibernética se transforma en una ciencia
del biopoder, debido que es más una teoría del control que del cambio, en la que se
originan prácticas tecnocientíficas para la regulación de la vida familiar como lo es la
terapia sistémica. Donde la nueva ciencia de la vida cotidiana produce de esta manera,
no sólo nuevos tipos de objetos discursivos, sino también nuevas e innovadoras formas
de dominación, regulación y control social.

La cibernética en la terapia sistémica en latinoamérica es entonces un producto


del capitalismo trasnacional, histórico, que dibuja y desdibuja rutas de la dominación
colonial. El manifiesto para cyborgs que elabora Donna Haraway (1991), analiza la
transmutación discursiva del organismo biológico funcional a un sistema cibernético
construido a partir de una imaginación militarizada de las redes de mando control -
comunicación y de inteligencia como metáfora disciplinar que construye nuevas
técnicas científicas en “pro” de la salud y que logra posicionarse, y mercadearse en las
áreas de la psicología terapéutica. Es importante reconocer los elementos geopolíticos
que configuran las disciplinas emergentes, con tal de analizar sus problemáticas teórico
y metodológicas al momento de aplicarlas a otro territorio, cuya situación es diferente al
contexto en el que se engendró dicha disciplina. Así el reconocimiento del avance
teórico de la biología, que tras varios años de funcionalismo, da un salto cuantitativo en
su epistemología, para configurarse como una ciencia de la comunicación y el control,
que hará uso de la teoría cibernética para explicar los procesos de intercambio de

19
información entre organismo y naturaleza. Por lo que es de menester conocer este
campo en dos dimensiones que se han ido visibilizando a lo largo de este escrito: 1)
Histórico crítico y 2) El tecnocientífico.

Esto nos lleva a la necesidad de una ruptura con la epistemología hegemónica


de la teoría general de los sistemas, que nos conduce a dejar de pensar en la categoría
sistema como un proceso lógico-matemático a pensar en un sistema como una
categoría conectada con los relatos socio culturales, políticos y personales. Y que su
impacto dentro de la psicoterapia, desde un enfoque socio clínico nos lleva a la
comprensión de lo que le ocurre a la familia es producto de un marco cultural, mediado
por la estructura social, que normaliza a las familias y derivado de ello, produce y
reproduce las identidades imaginarias, simbólicas y subjetivas de los individuos
sexuados que manifiestan un síntoma.

Segunda parte: El método Socio- clínico

Dentro de las metodologías críticas, la socio- clínica ha jugado un papel emancipador.


Esta metodología nació a principios de los años 80, fue consolidada por un grupo
académico interdisciplinario que no se identificaban totalmente con el núcleo duro de
disciplinas tales como el psicoanálisis, la psicología y la sociología. Estos profesionales
sin ánimos de quedar estancados en la unidad disciplinaria. Temían no poder ahondar
en la profundidad de los fenómenos políticos y sociales sin antes ser encapsulados por
los objetos de estudio de cada una de sus disciplinas de origen. De ahí que la
configuración de la sociología clínica sea una apertura a la creatividad y a la
imaginación interdisciplinaria en los ámbitos teóricos y metodológicos que antes se
percibían cerrados y coartados por los dispositivos disciplinarios de cada campo de
estudio (Taracena, Gaulejac, 2005).

Desde la socio clínica, se invita al y a la terapeuta a abandonar las divisiones


académicas/disciplinarias cuando éstas les impidan pensar, comprender, interpretar: lo
personal y lo político de cada una de las relaciones socioafectivas y senso perceptivas
entre los géneros, las orientaciones sexuales, las razas y las clases sociales. Se trata

20
de poner las disciplinas como la terapia familiar, la sociología, y la ciencia política al
servicio de los sujetos de conocimiento (las familias), y no a la inversa (Gómez, 2016).
En este sentido, la propuesta de la sociología clínica nos abre a una comprensión más
integradora de los relatos de vida en su dimensión simbólica, imaginaria y subjetiva
(Serret, 2004), vista en el devenir sujeto dentro de la novela familiar y social. Uno de
sus instrumentos por excelencia es el relato de vida como expresión de estas
dimensiones de la identidad, de los deseos y de las angustias inconscientes de la
sociedad a la cual pertenece su autor, y de la dinámica existencial que lo caracteriza.
De Gaulejac señaló: "Una verdadera ciencia de los relatos de vida debe permitir dar
cuenta de esta 'intersección', situándose en tres niveles: el de los hechos, el de sus
significados inconscientes y el de su expresión (senso-perceptiva) subjetiva” (Taracena,
Gaulejac, 2005).

La sociología clínica no hace referencia a una sociología que quiera curar a la


sociedad; en otras palabras, una sociedad no se cura. Uno, desde el lugar que ocupa
en la sociedad como terapeuta, puede ayudar a las personas, pero no hay que
confundir el nivel anecdótico de la persona del terapeuta y el nivel de las estructuras de
la sociedad en las que vive el individuo que viene a la consulta.

Las opciones metodológicas que ofrece la sociología clínica oscilan en


diferentes procesos de inducción del conocimiento. Un punto central son las historias
de vida, o historia personal que es un fiel producto de factores psicológicos, sociales,
ideológicos y culturales cuya interacción nos esforzamos por comprender. Taracena y
Gaulejac (2005), nos comparten que, la exploración de la historia de vida nos invita a
analizar la genealogía familiar, a entender la formación parental, con ello, comprender
la novela familiar que en el devenir sujeto, traerá elecciones y rupturas en la existencia
del sujeto de conocimiento.

Por lo tanto, la sociología clínica, es, sin embargo, una sociología que se
interesa en lo vivido, en las experiencias humanas, en lo sensorial desde lo sociológico,
es decir, que mediante la interpretación sistémica, la socio clínica da a conocer cómo
las experiencias no son individuales, sino que están condicionadas y conectadas desde

21
la estructura de la sociedad, en ese tenor, las experiencias están socialmente
significadas, por lo que el trabajo somático del individuo que viene a consulta, se mira
en coexistencia entre el sentir y los sentidos en relación con la experiencia en el
sistema social y por ende no deben de verse de forma separada. Se pudiera concluir
que la experiencia es una percepción del individuo, una actividad relacional de
aprehender el mundo y que a través de la narrativa de vida conocemos ese proceso
intersectado entre los niveles individuales, de la novela familiar y el sistema social
(Taracena, Gaulejac, 2005).

Tercera parte: El Giro Sensorial

La premisa fundamental para entender la incorporación de las sensaciones como uno


de los cuatro pilares de este complejo modelo, es reconocer que la senso-percepción
es socio cultural así como cualquier otro fenómeno físico: ver, escuchar, tocar, sentir y
oler, no solamente son fenómenos que aprendemos físicamente sino que vienen de
una transmisión de valores socio culturales. Dando por entendido que la percepción es
condicionada por la cultura. Las sensaciones ensimismas pueden estar conectadas con
asociaciones y valores en diferentes escalas de apreciación.

Las metáforas pueden ser usadas para evocar los referentes sensoriales dentro
de la narrativa, aunque no todas las culturas usan todos los sentidos, la vista para
algunas está conectada con la razón masculina o con la brujería femenina, el gusto
puede usarse como una metáfora de la distinción entre clases sociales y por ende
semilla de la discriminación o como descripción de una experiencia sexual o el olor
puede significar santidad o pecado, poder político o exclusión social. Juntas éstas
sensaciones significan y valoran el modelo de las sensaciones expuesto por la
sociedad y acordado por los miembros de esa sociedad que transforman o dan
“sentido” a las percepciones simbólicas, imaginarias y subjetivas de los individuos
(Sabido, 2016).

22
Es sorprendente leer cómo el campo de las sensaciones permanece en la
interpretación biológica sin posibilidad de abrir este lente de conocimiento a lo socio-
cultural. Las sensaciones por más que la psicobiología intente pregonar el sustrato
biológico, el cual no está en duda, ignoran que- las sensaciones- son reguladas por las
sociedades más que otros aspectos de la experiencia corpórea, desde comer hasta
envejecer (Sabido, 2016). Los códigos sociales determinan qué conducta sensorial es
permitida e indica cual debe de ser censurada en todo momento y para cualquiera
desde el orden género, bajo esa tesitura se indican las diferentes experiencias
sensoriales entre hombres y mujeres. Por decir un ejemplo, mirar fijamente a alguien
puede significar rudeza, adulación, o dominación, atributos de la masculinidad. La
mirada hacia bajo puede sugerir modestia, miedo, recato, contemplación o inatención,
características deseadas de la femineidad. Claro está que depende de las
circunstancias y la cultura.

Por eso la senso-percepción no es un solo aspecto de la experiencia narrativa,


sino que es la base de toda experiencia corporal en un sistema socio cultural
determinado. El sistema sexo género guía la experiencia de nuestros cuerpos en el
mundo, por lo tanto, guía nuestras percepciones, sensaciones y produce síntomas
diferenciados en la experiencia de ser hombre o mujer en una sociedad determinada.
Así la construcción socio cultural de las condiciones de la experiencia senso-perceptiva
y del entendimiento de nuestros cuerpos en el mundo es un nivel fundamental para
comprender nuestra existencia y la existencia de los sujetos de conocimiento (Sabido,
2016).

23
Cuarta parte: El sistema sexo género

Ya hemos revisado que la humanidad organiza e interpreta los códigos sensoriales en


códigos culturales, entre esta simbolización senso-perceptiva se encuentran las
conductas sexuales. Los estudios socio culturales sobre las conductas sexuales han
querido entender las maneras en que los seres humanos organizan a las sociedades y
construyen lenguajes condicionantes, que se convierten en códigos comunes en todos
los pueblos.

Uno de los conceptos clave para comprender el lenguaje universal de las


culturas es el que denominaremos “sistema sexo/género”. Este concepto es utilizado
por primera vez por Gayle Rubin en su artículo "El tráfico de mujeres: notas sobre la
economía política del sexo", publicado en 1975. Para Rubin, "un sistema sexo/género
es un conjunto de acuerdos por el cual la sociedad transforma la sexualidad biológica
en productos de la actividad humana y en las cuales estas necesidades sexuales
transformadas, son satisfechas" (Rubin, 1986: 44).

La propuesta del sistema sexo/género nace debido a la necesidad de re


significar la categoría sistema desde un planteamiento antropológico, político y social
con una perspectiva de Feminista, con el objetivo de dar a conocer la vulnerabilidad y
la resistencia de las mujeres y otros grupos humanos oprimidos por su condición
sexual. Para realizar lo anterior, Rubin (1986) analiza de cerca el sistema de
parentesco, propuesta del antropólogo Claude Levi Strauss (Rubin, 1986). Del cual
busca visibilizar el sistema de relaciones por las cuales las mujeres entran en un
proceso de domesticación en relación con los hombres.

Para conocer esta propuesta, Strauss (1998) considera que el sistema de


parentesco no es una lista de parientes o el árbol genealógico de la familia, sino que es
un sistema, configurado por las contradicciones entre lo genético y lo pactado
socialmente en un grupo humano determinado, es aquí donde cabe hacer la diferencia
entre la multiculturalidad y el multiculturalismo. El primero define las relaciones que se

24
establecen entre diversos grupos humanos ubicados en un mismo territorio y el
segundo refiere al respeto sistémico de las reglas establecidas entre cada uno de los
grupos, de diferentes tradiciones, valores y conductas. En ambas la figura del
matrimonio configurará reglas y valores diversos en cuanto a cómo deben de ser
consideradas las mujeres y los hombres. Para la multiculturalidad, el matrimonio figura
como una red de parentesco para el intercambio de vienes, servicios, solidaridad,
ritualidad y celebración entre los miembros de una comunidad y que son protegidos por
el estado. Para el multiculturalismo, el matrimonio girará entorno al respeto de las
configuraciones internas que cada grupo humano establezca para poder llevar acabo la
misión de “hacer familia”, que en otras palabras, significa obedecer a cada ley interna
de maternidad y paternidad, en tanto que da seguimiento a las normas sobre quién
puede casarse con quien, y qué deberes llevarán acabo desde la heterosexualidad con
fines reproductivos. En ese tenor, cabe reconocer que el multiculturalismo se guía por
las leyes internas de los grupos a diferencia de la multiculturalidad que respeta las
diferentes configuraciones culturales bajo el marco de los derechos humanos.

Los sistemas de parentesco (Strauss, 1998) y sus formas de abordarlo han


provocado discusiones entre varios sectores de académicos de la multiculturalidad y el
multiculturalismo que se dedican al estudio de la relatividad de la maternidad y la
paternidad en diferentes grupos humanos, pues entra en juego hablar del “tabú del
incesto”, el matrimonio entre primos “cruzados”, los términos de descendencia, las
relaciones de intimidad forzada, violación y abuso sexual como algo consensuado en la
ley interna del grupo o algo penado por el Estado. Para Rubin (1986), los pensadores
del Siglo XIX han definido la distancia entre lo biológico y lo cultural en el tema del tabú
del incesto, además observa que la configuración, del sistema de parentesco,
matrimonio y tabú del incesto son imposiciones de la organización cultural del sistema
sexo género que impacta directamente sobre los hechos de la procreación biológica.

Al tema le añade, la definición de los sistemas de parentesco de Strauss, que


declara la utilidad del intercambio de mujeres entre los hombres como parte de las
leyes internas de los grupos que definen el parentesco conforme al orden natural de la

25
sociedad humana. Este sistema del multiculturalismo de Strauss (1998) tiene una razón
de ser, que da sentido a la experiencia humana, sobre todo por dejar en claro las reglas
y tabúes matrimoniales en relación a la domesticación de las mujeres y de ahí que
deba de ser respetado.

En el acto matrimonial se llevan acabo y de forma previa, una serie de regalos


entre las familias que desean consolidar la unión de los dos clanes, entre estos regalos,
las mujeres fungen como parte de los intercambios y son vistas como "el más precioso
de los regalos”. El resultado del regalo de una mujer es que los participantes de este
lenguaje de competencia y rivalidad entre los “jefes de familia”o “tribu”. Pasan a ser
afines, y sus descendientes estarán relacionados por la sangre por que “el matrimonio
los conecta de forma permanente”. Sin embargo quedan claras dos situaciones, la
objetivación del cuerpo de las mujeres, la domesticación que condiciona su senso-
percepción y que los beneficiarios del producto de tal intercambio conocido como
matrimonio son los hombres.

El “intercambio de mujeres" como lo describe Rubin (1986) en efecto, es un


concepto que contribuye a la revisión de la vulnerabilidad y la resistencia de las
mujeres y otros grupos feminizados, que desde el multiculturalismo, se pregona el
respeto “sistémico” a este tipo de intercambios que anulan la dignidad humana de las
mujeres y otros sujetos de sexo, género y deseos no normativos al sistema sexo/
género (Gómez, 2016).

Esto nos lleva a reconocer que, todas las culturas presentan relativismos, pero el
relativismo del multiculturalismo, como postura de “respeto sistémico” absoluto de
valores culturales, es erróneo. Contra el multiculturalismo debemos proponer diálogos
interculturales sobre preocupaciones isomórficas, es decir, preocupaciones que atañen
al reconocimiento de la dignidad humana de las mujeres y de otros sujetos de sexo,
género y deseo no normativos al sistema sexo/género (Gómez, 2016). Debido a que
todas las culturas tienen concepciones de dignidad humana pero no todas ellas la
consideran como un derecho humano (De Sousa, 2010). Contra ese relativismo, que

26
entra en estado de excepción para algunas culturas, debemos reconocer que
absolutamente todas las las culturas están incompletas en su concepción de la
dignidad humana. Esta incompletud se deriva del hecho mismo de que existe una
multiculturalidad. Si cada cultura fuera tan completa como reclama ser, habría una
única cultura, surgiría la hegemónica. Y la idea de incompletud, entonces, puede
apreciarse mejor desde afuera, desde la perspectiva de otra cultura que sí rescate y
aplique el reconocimiento de la dignidad humana. Por lo que una de las tareas más
cruciales para Boaventura De Sousa (2010) es la construcción de una concepción
multicultural de los derechos humanos que eleve la conciencia de incompletud cultural
a su máximo posible. Pues, solo así es posible desarrollar un diálogo entre diferentes
culturas que sí apliquen los principios de la dignidad humana.

Por lo que en el área de los derechos humanos y la dignidad humana, el apoyo


social de una terapia sistémica multicultural con perspectiva de género, que busque las
reivindicaciones emancipadoras es primordial para el contexto latinoamericano.

La Teoría de la Comunicación Humana Revisitada

Uno de los pilares epistemológicos centrales para la Terapia Sistémica ha sido el


trabajo de Watzlawick, Beavin & Jackson (1967) que al analizar dentro del campo
terapéutico, las interacciones, patologías y paradojas en la comunicación, dieron a
conocer un planteamiento teórico fundamental para el modelo sistémico, el cual se ve
reflejado en la obra titulada: teoría de la comunicación humana. En este punto del
artículo, se recuperarán algunas líneas de trabajo de los autores ya mencionados
(teoría de la comunicación humana de Watzlawick, Beavin & Jackson 1967), desde la
sociología de los sentidos (Sabido, 2016), la cual posee dos niveles analíticos: el
interaccional y el individual disposicional. El primero permite observar el papel de los
sentidos en la mutua percepción que se llevan acabo en las interacciones. El segundo
posibilita observar cómo se construyen y aprenden formas de percepción. Daré
primordial importancia al papel que juega el sistema sexo género en ambos niveles
analíticos aplicados a la teoría de la comunicación humana.

27
Cuando la teoría de la comunicación humana establece en su primer axiona:
“toda conducta es comunicación”, nos habla necesariamente de una percepción
sensorial, donde es capaz de pensarse en la experiencia corporal en interacción con un
otro u otros, la cual por su naturaleza sensorial, comunica la forma en que
experimentamos nuestros cuerpos y el mundo a través de los sentidos (Sabido, 2016).
En ese tenor las autoras West y Zimmerman (1990) explican que la cultura patriarcal ha
producido y reproducido un condicionamiento perceptivo en los cuerpos sexuados,
basado en estereotipos de género, que a través de medios de comunicación y otras
instituciones disciplinares como la clínica y las escuelas, han taxonomizado conductas
sensoriales como propias de hombres como la vista, asociada al campo de la ciencia y
del gusto de las mujeres asociadas a la belleza, estas basadas supuestamente, en las
diferencias anatómicas.

Cuando en una sociedad se instituye el imaginario de la división sexual del


trabajo en el prototipo de familia y de pareja, a la vez, se construyen identidades
complementarias de género, que condicionan a la experiencia de los cuerpos sexuados
como hombres y mujeres en relación mutua como social.

Estos comportamientos repetitivos y signados por la marca de género, serán


vistos como complementos del axioma “toda conducta es comunicación” por lo tanto
nunca dejamos de comunicar y hacer genero”. Con hacer género nos referimos a un
proceso sensorial, relacional y corporal que simboliza a un determinado
comportamiento como afirmativo de “mujer” u “hombre”. Un comportamiento que se
enuncia sin ser nombrado. Por ejemplo: “Es de hombres comer picante”, significaría
que aquel que quisiera ser afirmado como “hombre" deberá de comer el picante. Este
acto será la acción simbólica que marcará “ser hombre” sin que sea necesario
mencionarlo, por citar otro ejemplo, “Una buena mujer no sale de noche”, implicaría
que, para ser una “buena mujer” los actos evitarían a toda costa romper con el mandato
inicial: nunca salir de noche.

Lo anterior indica que hacer género es un verbo, es decir, una conducta que
comunica y no un sustantivo que es pasivo, estático e inmovil. Además es un acto

28
repetitivo que moldea y troquela subjetividades, a la vez que va enunciando el transitar
de una persona en una sociedad que busca ser identificarlo o identificarla en su
experiencia corporal en el binomio hombre/mujer de una cultura específica.

Para West y Zimmerman (1990) comunicar la experiencia corporal de hacer


género es, para muchas personas, un logro, una propiedad subjetiva, perceptiva del
modelamiento del cuerpo, adquirida a partir de la repetición de una conducta
determinada por las identidades sociales, las cuales no se cuestionan, sólo se actúan.
Cabría mencionar, entonces que hacer género es un axioma que condiciona a los
demás axiomas de la comunicación humana.

Por otro lado, la feminidad y masculinidad son considerados “prototipos” de


expresión esencial de los cuerpos sexuados. Las expresiones de dichas conductas son
“actos convencionalizados y rutinarios que transmiten a los demás como los
consideramos”, esto quiere decir que producen y reproducen las percepciones
adecuadas según el sexo y el género asignado socialmente a los individuos.

Goffman (citado en West y Zimmerman (1990) piensa que: “si se definiera el


género como las correlaciones culturalmente establecidas del sexo, entonces la
demostración de género se refiere a las descripciones convencionalizadas de estas
correlaciones”. Esto confirma lo que Classen (1997) afirma “la percepción está mediada
culturalmente”, por lo tanto, la demostración del género comunica directamente las
interacciones de las percepciones y en lo individual disposicional, indica la
interiorización de las percepciones subjetivas que han sido mediadas culturalmente.

Hacer género consiste en manejar las respuestas perceptivas- reactivas de cada


situación para que, sin importar las particularidades individuales, el resultado sea visto
y visible en un contexto relacional como apropiado para el género o, como sea el caso,
inapropiado para el género, es decir, explicable. Por poner un ejemplo de este caso:
Los medios de comunicación difunden representaciones sobre “lo propio de las
mujeres” y “lo propio de los hombres” así como la arquitectura y la forma de habitar el
espacio público y el privado. Los hombres en puestos de dirección y las mujeres en el
confinamiento familiar. Los hombres deben de marcar territorio mediante la virilidad, las

29
mujeres deben de enunciar su amor a la familia y a los cuidados. Cualquiera que viole
esos mandatos, la sociedad los confinará en la burla y el menosprecio.

Hacer género significa crear diferencias entre niñas y niños, mujeres y hombres
con una base heterosexual, diferencias que no son naturales, esenciales o biológicas,
para a su vez, reforzar la “esencialidad" del género, para que no sea cuestionado ese
orden social. Por ejemplo la vestimenta, la forma de actuar, los gestos, tonos de voz y
maneras de caminar en el espacio público y privado, es ahí donde encontraremos al
género más como un verbo que como un simple acto.

La categoría sexual y el género son características manejadas de la conducta,


creadas en función del hecho de que otros no juzgaran y responderán de formas
particulares. El género de una persona no es solo un aspecto de lo que una persona
es, sino algo más fundamental, es lo que hace y lo que hace recurrentemente en
interacción con mujeres y otros hombres que afirmarán o descalificaran sus actos como
propios o no de la masculinidad.

La encarnación material de los roles de esposa y esposo y, como una derivación


de la conducta propia del ser mujer y del ser hombre. Lo que también se produce y
reproduce frecuentemente son los estatus dominante y subordinado de las categorías
sexuales.

Siguiendo la linea de investigación interaccional en la sociología de los sentidos,


la influencia del “textualismo” en el análisis antropológico que dio como resultado
pensar en el axioma “Toda comunicación es digital y analógica”- en especial digital,
nace como un paradigma, como un enfoque que interpreta la escritura y la posiciona de
forma relevante en los modelos narrativos de la terapia sistémica, esta valoración de
los medios narrativos sobre los del cuerpo serán criticados por distraer la atención
acerca del sentir de las culturas y evidentemente de los modelos racionalistas de los
sentidos del cuerpo como el de la vista y la escucha.

Estas críticas, buscan mirar más allá del estudio psicológico de la percepción de
la comunicación, busca en especial, resaltar la sociabilidad de la sensación y dejar en

30
claro que la percepción está mediada culturalmente (Howes, 2014). En ese sentido se
mira a la percepción como una actividad de aprehender el mundo.

En el caso de la teoría de la comunicación humana, al hacer referencia de la


“puntuación de la secuencia de hechos” (Watzlawick, Beavin & Jackson, 1967), puede
analizarse como uno de los axiomas que reconoce a los sentidos, no como receptores
pasivos, sino que funcionan como mediadores interactivos, que conectan las
percepciones corporales con el mundo y con otras personas, debido a que - y a la
necesidad de dejar de verla como una configuración matemática, tal y como la
expresan en su libro (Watzlawick, Beavin & Jackson, 1967)- cada puntuación es vista
como una percepción que informa no sólo de significados personales de un hecho, sino
que transmite y aporta valores sociales condicionados en el cuerpo del emisor del
mensaje. Estos significados y valores sensoriales plasmados en la puntuación de la
secuencia de hechos, forman parte de las interpretaciones que hacen los individuos,
del lugar que ocupan en la sociedad, llevando a la o el terapeuta a estudiar no sólo los
usos pragmáticos de los sentidos, sino también a la manera en que se infiere un valor
social a las distintas puntuaciones de las secuencias de hechos. Puntuaciones
marcadas por un orden de género.

Dando continuidad al análisis de los axiomas, el siguiente pregona: “Los


intercambios comunicacionales que pueden ser simétricos (iguales y paralelos, donde
ambos pueden dirigir), o complementarios (donde uno dirige y el otro sigue); pueden
describirse como relaciones basadas en la igualdad o en la diferencia” (Rosales, 2003;
pp.47). Así, cada individuo proyecta sobre su cuerpo un saber compuesto, describe Le
Bretón (2002), semejante a un "traje". Cada hombre y cada mujer construye una visión
personal del cuerpo que arma y desarma desde lo dispuesto culturalmente desde el
orden de género. Elementos todos, siempre disponibles para configurar los gestos
socialmente admitidos, entre ellos, los configurados desde el binario heterosexual.

Para Le Breton (2002) estas interacciones simétricas y complementarias son


referencias del cuerpo contemporáneo, que se erige por condicionamientos sociales,
que construyen la relación entre quienes deben de dirigir, quiénes deben de seguir y

31
entre quienes se debe de competir, en este punto será indispensable recordar al
sistema sexo género (Rubín, 1986), que indicará claramente el poder de mando de los
hombres sobre el de las mujeres que deben de seguirlo (indicando la
complementariedad entre hombres y mujeres heterosexuales). Explica, de igual forma
la simetría y competencia entre los hombres.
Es así cómo los axiomas de la teoría de la comunicación humana hacen
referencia al cuerpo en la modernidad occidental, esta teoría representa sólo un
bosquejo sobre el que se ensayan y se erigen hipótesis que explican la influencia de la
ciencia, la sociedad y la ideología sobre los cuerpos sexuados (Le Breton, 2002). Es en
este sentido, como se explica la presencia del cuerpo dentro de las hipótesis
sistémicas, y este toma un papel fundamental, que nos indica que su presencia no es
aislable del orden de género o del multiculturalismo.

Conclusiones
Hacer terapia va más allá de la reproducción de un modelo y de idolatrar a algún autor,
es tener la responsabilidad de dialogar con alguien en un estado vulnerado, cuya
identidad gira entorno en un devenir sujeto, sujeto mujer o sujeto hombre, cuya cultura
los ha producido, sus sentidos, sus gustos, sus percepciones y que en su trayecto de
vida, es decir, en su proceso de transición para llegar a ser sujetos han pasado por una
serie de renuncias familiares y culturales.

Hablar de la multiculturalidad en la terapia sistémica, es hablar de la


construcción del individuo en su espacio familiar y social, implica asumir nuevas
responsabilidades analíticas de cada caso en particular, donde el o la terapeuta va
conformando una forma relación entre sujetos de conocimiento y sujeto cognocente, en
el cual, se participa en un proceso de aprendizaje constante, donde en el sistema
terapéutico se van creando historias de compromiso mutuo, de responsabilidad
compartida, lo cual va formando un sentido, el social, que conecta lo personal y lo
político entre la relación terapeuta consultante.

32
La responsabilidad multicultural oscila entre el reconocimiento y el respeto de las
reglas culturales entre los grupos en los que tiene contacto, sean estos urbanos o no,
sin embargo, es un emisario que visibiliza las discrepancias entre las nociones de
dignidad, voluntad y autonomía en cada grupo, pues, considera que los derechos
humanos son universales y en esa universalidad caben todas las mujeres, niñas,
ancianas, homosexuales, transexuales, bisexuales, indígenas, así como hombres
intesectados entre las identidades homosexuales, transexuales, bisexuales, indígenas,
migrantes, obreros entre otros.

Este artículo busca ampliar la mirada de las y los terapeutas, de mirar desde otro
lugar, desde el conocimiento situado, de nuestra realidad latinoamericana, de
reformular las hipótesis, de trasladarlas a hechos sociales contextuales y a dar un
sentido diferente a la terapia.

Referencias

Barthes, R. (2002). Variaciones sobre literatura, Buenos Aires: Paidós.

Bateson, G. (2006). Una unidad sagrada. Pasos ulteriores hacia una ecología de la
mente. Barcelona: Gedisa.

Bateson, G. Jackson, D., Haley, J., y Weaklan, J. (1956). Toward a theory of


schizophrenia. Behavioral Science, 1, 251-264.

Bateson, G. (2006). Espíritu y Naturaleza. Buenos Aires: Amorrortu. pp.25-70


Bertalanffy, L. (1954). General systems theory. New York: George Branzillier.
Classen, C. (1997). Foundations for an Anthropology of the Senses. International Social
Science Journal(153), 401-412.
De Sousa Santos, B. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Ediciones
Trilce.

Donna, H. (1991). "Manifiesto para ciborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a


finales del siglo XX", en Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la
naturaleza, Madrid: Cátedra.

33
Esteinou, R. (2006). Una primera reconstrucción de las fortalezas y desafíos de las
familias mexicanas en el siglo XXI. En R. Esteinou (Ed.), Fortalezas y desafíos
de las familias en dos contextos: Estados Unidos de América y México (pp.
75-110).
Eguiluz, L. (2007). La Teoría Sistémica. Alternativa para investigar el sistema familiar.
México: UNAM. UAT.
Eguiluz, L. (2004). Terapia Familiar, su uso hoy en día. México, Pax.

Gaulejac, V. Rodriguez, S. Taracena, E. (2005). Historia de Vida: Psicoanálisis y


Sociología Clínica. Universidad de Querétaro: México.

Gayle, R. (1986). El tráfico de mujeres: Notas sobre la "economía política" del


sexo. Nueva antropología, Vol. VIII, nº30, México 1986, entre otras colecciones.

González, M. (2011). Historias de vida desde la perspectiva de género. México: UNAM-


FES Iztacala.
Gómez, M. (2016). Bioética, feminismo y la dignidad de las “mujeres”: proceso social y
cambio de valores en las terapias familiares. Alternativas en Psicología. No. 36.
Noviembre: 61- 79

Gómez, M. (2016). Homofobia y Suicidio: 6 sesiones de intervención en crisis en


juventudes homosexuales. Revista Electrónica de Psicología Iztacala. UNAM.
19. No.1: 248- 265

Gómez, M. (2015). Hacia una terapia Familiar Feminista para Homosexuales. Revista
Electrónica de Psicología Iztacala. UNAM. 18. No. 6: 1599 - 1617

Gómez, M. (2014). Una habitación propia: Aportes del feminismo a la terapia de pareja.
Psico Terapia y Familia. Vol. 17, no.2: 48-68

González, M. (2011), Historias de vida desde la perspectiva de género. Bases teóricas


para generar una formación transformadora. México: UNAM FES Iztacala.

34
Guiraud, P. (2008). La Semiología. México: Siglo XXI Editores.
Hoffman, L. (2010). Fundamentos de la Terapia Familiar: Un Marco Conceptual Para el
Cambio de Sistemas. México: Fondo de Cultura Económica.
Howes, D. (2014). El creciente campo de los estudios sensoriales. RELACES(15),
10-26.

Le Breton, D. (2002). Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Nueva


Visión.
Lévi-Strauss, C. (1998). Las estructuras fundamentales del parentesco. Barcelona:
Editorial Paidós Ibérica.

Luhmann, N. (1998). Sistemas sociales: lineamientos para una teoría general (Vol. 15).
Anthropos Editorial, pág. 157

Rosales, C. (2003). Comunicación y Familia. En: Eguiluz. Dinámica de la Familia: Un


enfoque psicológico sistémico. México: Pax.

Salguero, A. Pérez, G. (2006). Dilemas y conflictos en el ejercicio de la maternidad y la


paternidad. UNAM FES Iztacala: México.

Sabido, O. (2016) “Cuerpo y sentidos: el análisis sociológico de la percepción” en


Debate feminista 26: 63-80

Ochoa, I. (2004). Enfoques en Terapia Familiar Sistémica. España: Herder.


Parsons, T.(1996). The theory of human behavior in its individual and social aspects.
The American Sociologist 27 (4): 13-2
Watzlawick, P., Beavin, J., y Jackson, D. (1967). Pracmatics of human communication.
New York: Norton.
West, C, Zimmerman, D. (1990). Doing gender. Gender and Society, Vol. 1, No. 2. pp.
125-151.
Wiener, N. (1948). Cibernetics. New York: Wiley.

35

Anda mungkin juga menyukai