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Estilo de vida en adolescentes universitarios nuevo ingreso

Alejandra del Carmen Maciel-Vilchis1, María Antonieta Cuevas-Peñaloza2,


María de los Ángeles Monroy-Martínez3, Guadalupe Ortiz-Cabrera4.
1. Doctora en Alta Dirección, Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad
Autónoma del Estado de México. Paseo Tollocan S/N esquina Jesús Carranza,
Colonia Moderna de la Cruz. Toluca, Estado de México.
ale.carmen.maciel@gmail.com
2. Doctora en Alta Dirección, Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad
Autónoma del Estado de México. Paseo Tollocan S/N esquina Jesús Carranza,
Colonia Moderna de la Cruz. Toluca, Estado de México.
nenuco6104@hotmail.com
3. Maestra en Enfermería con Enfásis en Administración de los Servicios en
Enfermería. Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Autónoma del
Estado de México. Paseo Tollocan S/N esquina Jesús Carranza, Colonia Moderna
de la Cruz. Toluca, Estado de México. moma2009@hotmail.com
4. Pasante de la Licenciatura en Enfermería. Facultad de Enfermería y Obstetricia de
la Universidad Autónoma del Estado de México. Paseo Tollocan S/N esquina
Jesús Carranza, Colonia Moderna de la Cruz. Toluca, Estado de México. ortiz-
nurse93@hotmail.com

RESUMEN
Introducción. Dado el creciente índice de enfermedades crónicas no
transmisibles a nivel mundial, la investigación en salud ha buscado estudiar todos
los factores asociados a estas, el análisis de factores ambientales, económicos,
sociales, emocionales, conductuales y muchos más, ha permitido ver su carácter
multifactorial. Se sabe, que el estilo de vida es determinante para el
establecimiento de un buen estado de salud. Objetivo. Determinar el nivel de
estilo de vida en adolescentes universitarios de nuevo ingreso. Material y
método. Estudio cuantitativo, transversal descriptivo, se utilizó el cuestionario
PEPS-1 para evaluar el estilo de vida. Previo consentimiento informado, se
evaluaron 41 alumnos que cumplieron con los criterios de inclusión;
adolescentes de nuevo ingreso a la Licenciatura en Enfermería. Aspecto ético;
Declaración de Helsinki y Ley General de Salud. Resultados. La media de edad
fue 20 años, 78% fueron mujeres y 22% hombres. De acuerdo a la media del
índice global se determinaron los estilos de vida: 79.6% estilo de vida saludable,
36.0% estilo de vida regular y 2.4% estilo de vida no saludable del total de los
estudiantes encuestados. Conclusiones. Los resultados indican que en la
adolescencia los estilos de vida se encuentran en un nivel adecuado, y existe la
necesidad de la intervención de enfermería oportuna e intersectorialmente sobre
los factores protectores presentes entre los adolescentes, como estrategia para
fomentar comportamientos saludables en cada contexto, teniendo en cuenta las
posibilidades y desarrollos sociales, culturales y económicos, no solo de cada
país, sino también de cada región.
Palabras clave: Estilo de vida, Adolescentes, Universitarios.

Introducción.

La adolescencia es una etapa del ciclo vital caracterizada por profundos cambios a
nivel biológico, emocional e intelectual; es un periodo de consolidación de las
propias competencias frente al mundo, la autonomía, la realidad y el entorno
social, a través de un proceso de constante adaptación y ajustes entre sus
recursos personales y los intercambios con los otros (Betancorth, 2015).

Anteriormente, la mayoría de los problemas de salud tenían un diagnóstico


particular y una causa específica, las enfermedades eran estrictamente físicas y
no se tomaban en cuenta otros aspectos de la vida de las personas, por ejemplo:
las enfermedades infecciosas, sin embargo, en la actualidad las enfermedades
son multifactoriales y sus causas son inespecíficas, como lo son las enfermedades
crónico degenerativas, en cuyo caso, el tratamiento médico no es suficiente y se
deben buscar tratamientos multidisciplinarios para intervenir en todas las áreas de
la vida de las personas que padecen estas enfermedades (Sosa-Hernández A,
2016).
En las últimas décadas se han incluido factores “extrasanitarios” a enfermedades
que anteriormente se consideraba que eran provocadas por una única causa, lo
cual ha traído consigo una perspectiva teórica nueva desde la cual se estudian los
conceptos de salud y enfermedad, se tiene una perspectiva más holística al que
se incluyen diferentes dimensiones, como el bienestar, el ajuste psicosocial, la
calidad y el estilo de vida (EV), factores ambientales; entre otros.

El estudio del estilo de vida ha cobrado relevancia en los últimos años, debido a
los crecientes índices de padecimientos crónicos, que se han encontrado a nivel
mundial, en donde el estilo de vida tiene un rol determinante.
Los estilos de vida se encuentran relacionados con la forma en que las personas
actúan en su vida cotidiana, y tienen su base en los diferentes hábitos y rutinas
que regulan el comportamiento. Para Pender, el estilo de vida puede considerarse
como un patrón multidimensional que la persona produce a lo largo de la vida, y
que se proyecta directamente en la salud (Pender NJ, 2002), por lo que está
asociado con aspectos psicosociales, económicos y culturales, que se pueden
evidenciar en las situaciones favorables o desfavorables presentadas, ya sea, por
el individuo, un grupo, una comunidad y/o por la sociedad (Fonseca Villamarín ME,
2007).
Estos estilos de vida, hacen referencia a una serie de actividades, rutinas
cotidianas o hábitos, como características de alimentación, horas de sueño o
descanso, consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas, actividad física y
vida sexual.
En el modelo de promoción de la salud de Nola Pender, el EV es definido como
un patrón multidimensional de acciones que la persona realiza a lo largo de la vida
y que se proyecta directamente en la salud, actualización del potencial humano a
través del comportamiento dirigido hacia la auto atención competente, tomando en
cuenta las relaciones satisfactorias con los demás, y ajustes que se realizan para
mantener la integridad física y la armonía con el ambientes, la salud, es una vida
en evolución (Pender, 2011).
El EV, en el modelo de Nola Pender, se compone de cinco factores principales:
 Nutrición: Implica la selección, conocimiento y consumo de alimentos
esenciales para el sustento, la salud y el bienestar,
 Actividad física: Hace referencia a la participación regular en actividades
físicas y deportivas. Lo cual incluye las actividades dentro de algún
programa planificado o la actividad que se realiza en la vida diaria.
 Responsabilidad en salud: Implica un sentido activo de responsabilidad por
el propio bienestar, la educación de uno mismo respecto a su propia salud,
la búsqueda de información y búsqueda de ayuda profesional en caso de
considerarse necesario.
 Auto actualización: Conciencia de capacidades para la toma de decisiones,
reconocimiento de las habilidades que se poseen para el autocuidado y la
actitud que se tiene para mejorarlas y actualización sobre la información
necesaria para el autocuidado de la salud.
 Relaciones sociales: Influencia de las relaciones sociales en la motivación
hacia las conductas de salud, la utilización de la comunicación para lograr
una sensación de intimidad y cercanía significativa.

Tanto el estilo de vida como la inteligencia emocional pueden tener un rol


determinante en el desarrollo de enfermedades mentales y físicas
respectivamente, sin embargo, pueden también tener un rol protector, es decir,
ayudar a prevenir enfermedades y padecimientos que repercutan en la calidad de
vida de las personas.

El estilo de vida, por ejemplo, se asocia con sobrepeso, enfermedades


cardiovasculares, diabetes mellitus, algunos tipos de cáncer, dislipidemias, entre
muchas otras ( OMS, 2003).

Al rededor del 30% del cáncer en el mundo se asocian con un estilo de vida
deficiente y se podrían prevenir con el cambio de éstos, evitando el consumo de
tabaco, tomando alimentos sanos, realizando actividad física regular y moderando
el consumo de alcohol por mencionar algunos (OMS, 2015).
La promoción de la salud y de estilos de vida, es parte de las funciones esenciales
de la salud pública, y los profesionales de enfermería encargados de promover la
salud en la sociedad, tienen la responsabilidad de prepararse académica, personal
y emocionalmente para favorecer la promoción de la salud integral en las
personas, identificando los estilos de vida de la población.

Objetivo

 Determinar el nivel de estilo de vida en adolescentes universitarios de


nuevo ingreso.

Método

Enfoque metodológico cuantitativo, de tipo transversal descriptivo, según su


análisis y alcance de resultados, se realizó en el 2017.
La línea de investigación Proceso de Enfermería en el área clínica .El universo
fueron estudiantes de nuevo ingreso hombres y mujeres de 19 a 25 años de edad,
en la Licenciatura en Enfermería de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la
Universidad Autónoma del Estado de México.
Muestra 43 estudiantes siendo esta, no probabilístico intencional por conveniencia.
Criterios de inclusión, estudiantes de nuevo ingreso a la licenciatura en enfermería
que aceptaron participar firmando el consentimiento informado.
Criterios de exclusión, estudiantes de otros periodos y que no aceptaron participar.
Técnica encuesta, instrumento Cuestionario de Perfil de Estilos Promotores de
Salud de Nola Pender (PEPS-I). Instrumento validado con un coeficiente alfa de
Cronbach de .902 para el índice de EV General.
Aspecto ético. Declaración de Helsinki y Ley General de Salud en México.
La información obtenida se analizó en el programa estadístico SPSS Versión 23,
distribuyendo datos presentándose en cuadros y gráficas.

Resultados
Los alumnos encuestados fueron estudiantes de nuevo ingreso a la Licenciatura
en Enfermería en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad
Autónoma del Estado de México, el 78% mujeres y 22% hombres con una edad
media de 20 años.

En la población de estudiantes la media estadística para el índice global de los


variables estilos de vida EV en hombres fue de 128.22, una media de 129.18 para
mujeres con una desviación estándar (D.E.) de 11.54 en hombres y 16.54 D.E. en
mujeres. De acuerdo a lo anterior las mujeres tienen mayor amplitud en
diferenciación de su estilo de vida con respecto a los hombres (Gráfica n° 1).

Las subescalas ; nutrición , ejercicio, responsabilidad en salud, manejo del estrés,


soporte interpersonal, auto actualización, que evalúa el cuestionario; muestran
una significancia homogénea, según la prueba de Leven para la igualdad de
varianzas por lo que se realiza la prueba T de Student con valor de .969, las
diferencias encontradas se deben al azar (cuadro n°1).

Grafica n° 1. Índice global de los estilos de vida

Fuente. Instrumento aplicado


Cuadro n°1. Comparación estilo de vida hombres y mujeres

Subescalas Media
Masculino Femenino
Nutrición 16.11 14.96
Ejercicio 10.55 11.0
Responsabilidad en 18.11 21.25
salud
Manejo del estrés 17.77 16.43
Soporte interpersonal 18.88 20.25
Auto actualización 45.77 44.87

Prueba T de
Student
Sexo N Media Sig.
Masculino 9 17.77 .969
Femenino 32 16.43
Fuente. Instrumento aplicado.

De acuerdo a la media del índice global se determinaron los estilos de vida siendo
un 79.6% estilo de vida saludable, 36.0% estilo de vida regular y el 2.4% estilo de
vida no saludable del total de los estudiantes encuestados (Gráfica n°2).

Grafica N° 2. Porcentaje del índice global de estilo de vida en hombres y


mujeres.
EV Saludable EV Regular EV no saludable

2%

31%

67%

Fuente. Instrumento aplicado

Conclusiones

Al analizar las puntuaciones obtenidas y comparándolas entre hombres y mujeres


notamos que existen diferencias en los puntajes totales de EV, teniendo en
general los hombres puntuaciones más altas, estas diferencias se presentan en
los factores nutrición y ejercicio.

A pesar de que la prueba T de Student arrojo datos homogéneos en las


subescalas (nutrición, ejercicio, responsabilidad en salud, manejo del estrés,
soporte interpersonal, auto actualización) los hombres tienen medias más altas
que las mujeres, siendo más notorio en la de nutrición y ejercicio.

Al hacer el análisis de la diferencia que se encontró entre hombres y mujeres


respecto al EV, en el que los hombres tienen un estilo de vida más saludable que
las mujeres, es importante mencionar que los resultados se apoyan en las cifras
de la ENSANUT (2012, ) en la que se encontró que en las mujeres, existe un
mayor índice de obesidad, de diabetes mellitus e hipertensión en la entidad, lo
cual, confirma, una vez más la estrecha relación entre el EV y estas enfermedades
crónicas no transmisibles.
Los resultados indican que en la adolescencia los estilos de vida se encuentran en
un nivel adecuado, y existe la necesidad de intervenir oportuna e
intersectorialmente sobre los factores protectores presentes entre los
adolescentes, como estrategia para fomentar comportamientos saludables en
cada contexto, teniendo en cuenta las posibilidades y desarrollos sociales,
culturales y económicos; no solo de cada país, sino también de cada región. Los
hallazgos también sugieren que se hace necesario diferenciar las intervenciones,
ya que las necesidades son diferentes según el sexo y la edad.

Referencias

Betancorth, C. V. (oct.-dic. 2015). Estilos de vida en adolescentes escolarizados.


Rev Cubana Pediatr.

Encuesta Nacional de Salud Y Nutrición [ENSANUT. (2012). Resultados por


entidad federativa, Durango. http://ensanut.insp.mx/informes/Durango-
OCT.pdf.

Fonseca Villamarín ME, M. H. (2007). Adolescencia, estilos de vida y promoción


de hábitos saludables en el ámbito escolar. Umbral Científico.

Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2003). Dieta, nutrición y prevención de


Enfermedades crónicas. Obtenido de
http://www.who.int/nutrition/publications/obesity/WHO_TRS_916_spa.pdf.

Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2015). 10 Datos sobre el cáncer.


Obtenido de http://www.who.int/features/factfiles/cancer/facts/es/
index9.html
Organización Mundial de la Salud. (2017). Desarrollo en la adolescencia.
Recuperado el 18 de agosto de 2017, de
http://www.who.int/maternal_child_adolescent/topics/adolescence/dev/es/

Pender NJ, M. C. (2002). Health promotion in nursing practice. Prentice Hall.

Pender, N. J. (2011). Heath Promotion Model Manual. Obtenido de


http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/.

Sampieri, R. (. (2006). Metodología de la investigación. Ed. Mc Graw Hill. México.

Sosa Hernández Ana, B. L. (2016). Análisis de la relación entre el estilo de vida y


la inteligencia emocional en estudiantes universitarios. Ciencia y
Humanismo en la Salud, 14-23.

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