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Acta Bioethica

Organización Panamericana de la Salud


bioetica@chi.ops-oms.org
ISSN (Versión impresa): 0717-5906
ISSN (Versión en línea): 1726-569X
CHILE

2002
Pedro Morandé Court
BIOETICA Y ORGANIZACION FUNCIONAL DE LA SOCIEDAD
Acta Bioethica, año/vol. VIII, número 001
Organización Panamericana de la Salud
Santiago, Chile
pp. 101-110

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx
Acta Bioética 2002; año VIII, n° 1

BIOETICA Y ORGANIZACION FUNCIONAL


DE LA SOCIEDAD

Pedro Morandé Court*

Resumen: El intercambio interdisciplinario de la bioética, difícil y laborioso, es el objeto de este articulo. Reflexiona,
en particular, sobre dos temáticas. En primer lugar, respecto de la eventual novedad y creatividad de la bioética desde
el punto de vista del pensamiento. Esta reflexión se desarrolla esencialmente en el ámbito de la filosofía, a través de
una pregunta que orienta el análisis: ¿qué agrega la bioética al tradicional debate ético que se ha producido en el seno
de todas las culturas? En segundo lugar, por medio de un enfoque de tipo sociológico, sobre el espacio que ocupa la
bioética en una sociedad multifuncional. En esta perspectiva, este texto se interroga sobre la posibilidad de desarrollar
un concepto de bioética que abarque el conjunto de la sociedad, es decir, que genere la misma legitimidad y estima en
todos los sectores funcionalmente diferenciados.
Palabras clave: Bioética, sociedad, debate ético, ontología simbólica, biotecnología

BIOETHICS AND SOCIETY’S FUNCTIONAL ORGANIZATION

Abstract: Bioethics’ interdisciplinary interchange, difficult and arduous, is this article’s aim. First of all in relation to
bioethics’ fortuitous novelty and creativity from the mind’s point of view. Essentially this reflection develops within
philosophy’s field, through a question that guides its analysis: what does bioethics add to the traditional ethical
debate that has taken place in the midst of all cultures? In second place, through a sociological type of view, on the
space that bioethics occupies in a multifunctional society. In this perspective, this text questions itself on the possibility
of developing a bioethics concept that involves the whole society, that is, that it generates the same legitimacy and
esteem in all sectors functionally differenciated.
Keywords: Bioethics, society, ethical debate, symbolic onthology, biothecnology

BIOÉTICA E ORGANIZAÇÃO FUNCIONAL DA SOCIEDADE

Resumo: O intercambio interdisciplinar da Bioética, difícil e laborioso, é o objeto desse artigo. Em particular, faz
reflexão sobre duas temáticas. Em primeiro lugar, aborda a eventual novidade e criatividade da Bioética sob o ponto
de vista do pensamento. Esta reflexão desenvolve-se essencialmente no âmbito da filosofia, através de uma questão:
o que acrescenta a Bioética ao tradicional debate ético que tem ocorrido no seio de todas as culturas? Em segundo
lugar, busca-se identificar o enfoque sociológico considerando o espaço que ocupa a Bioética numa sociedade
multifuncional. Nesta perspectiva, este artigo propõe questionar a possibilidade de desenvolver um conceito de Bioética
que alcance o conjunto de toda a sociedade, ou seja, que gere a mesma legitimidade e estima em todos os setores
funcionalmente diferenciados.
Palavras chave: Bioética, sociedade, debate ético, ontologia simbólica, biotecnologia

*
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Correspondencia: pmorande@puc.cl

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La constitución de la bioética como una habría que reconocer, al menos, que las poten-
semántica social relevante en los últimos 25 cialidades de desarrollo en el ámbito
años no se ha producido ciertamente por la biotecnológico y de las ciencias de la vida afec-
irrupción de alguna novedad epistemológica ta a la sociedad entera y no de modo uniforme
propia de los paradigmas éticos vigentes, sino e igualitario entre los distintos países del mun-
más bien como resultado del entusiasmo y del do o entre los subgrupos de una sociedad, sino
temor suscitados por los sorprendentes avan- de forma diferenciada, según las propias con-
ces de la biotecnología y de las ciencias de la veniencias, intereses estratégicos y posibilida-
vida. La proyección de estos nuevos saberes y des de aplicación de estos nuevos saberes e in-
tecnologías no sólo abarca el campo de la me- formaciones a su desarrollo respectivo. En este
dicina y de la asistencia sanitaria, sino también sentido, pareciera que la sociedad está aún muy
el ámbito de la seguridad, del derecho, del co- lejos de constituir adecuadamente un debate
mercio, de los modelos de desarrollo preciso acerca de la naturaleza y objetivos de
socioeconómicos y de los equilibrios medio- la bioética, teniendo en cuenta, pero al mismo
ambientales. Desde este punto de vista, la ex- tiempo diferenciando también, las variables
presión bioética resulta bastante equívoca. Su geoestratégicas, políticas, económicas y demo-
ámbito más específico ha sido hasta ahora el gráficas involucradas en ella. Sin embargo, si
relativo a la ontogénesis del individuo huma- no se dan pasos importantes en esta dirección,
no, los límites de su manipulación biogenética, se corre el riesgo de aumentar aún más la con-
la interrupción de su gestación (aborto) o la fusión al formular con el lenguaje propio de
anticipación deliberada de su término natural los valores éticos absolutos e irrenunciables,
(eutanasia). Siendo estos problemas ya en sí aspectos referidos más bien a opciones técni-
mismos suficientemente complejos, la discu- co-racionales relativas al desarrollo estratégi-
sión pública de los mismos suele estar ligada co de los países, con el resultado ya bastante
no sólo a la existencia de casos clínicos parti- extendido de relativizar el plano de los valores
culares o excepcionales, sino también a la adop- morales para justificar prácticas comerciales,
ción de determinadas opciones legislativas, de comunicacionales o de intereses profesionales.
estrategias para las políticas públicas y de prio-
ridades de inversión, tanto en el plano nacio- El Documento de Consulta de la Comi-
nal como internacional. No hay casuística que sión de las Comunidades Europeas titulado
pueda funcionar en este caso y nunca habrá «Hacia una visión estratégica de las ciencias
tampoco suficiente información científicamen- de la vida y la biotecnología»(1) dado a cono-
te comprobada tratándose de la prevención de cer recientemente en su versión final, es un cla-
riesgos difíciles de estimar. Ante una situación ro ejemplo del amplio espectro de problemas
objetivamente desconocida tienden a y oportunidades que suscita para la sociedad
acentuarse las posiciones que, por una parte, el desarrollo científico y tecnológico del cono-
abogan por la prudencia aconsejada por el be- cimiento de la vida. El documento tiene el mé-
neficio de la duda y, por otra, abogan por el rito de reconocer la importancia estratégica que
desarrollo sin limitación de la innovación tec- tiene para las sociedades el dominio de este
nológica, confundiendo, en el extremo lo que ámbito del saber. No obstante, no todos los di-
es lícito hacer con lo que es técnicamente fac- lemas y opciones que tienen implicancias éti-
tible de obtener. cas en este plano corresponden a lo que hasta
ahora ha sido usualmente considerado como
Habiéndose consolidado el uso de la ex- bioética. Si el término se ampliara para incluir
presión «bioética», no obstante su ambigüedad, todas sus implicancias sociales en las distintas

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esferas ya mencionadas, se corre el riesgo de tonomía y de su responsabilidad, que lo hace


perder la noción de cuál es el objeto sobre el capaz de comparecer como persona ante otras
que se quiere reflexionar. El expreso deseo de personas. En algunas ocasiones se ha acentua-
consultar además ampliamente a la población do la capacidad de su inteligencia para descu-
sobre los temas expuestos, que de la sola lec- brir en su misma naturaleza una ley moral pro-
tura del texto se aprecia su alta complejidad, pia de su condición, en otras, se ha acentuado
lleva a la dificultad adicional de abrir debate la capacidad de su voluntad para legislar ra-
sobre temas que no se comprenden suficiente- cionalmente, es decir, conforme al principio de
mente ni por los mismos especialistas, y con la universalidad de la razón, superando toda
cuánta mayor razón por el ciudadano corriente. determinación circunstancial o particular. Es-
tas ideas están en la base de nuestro moderno
Con el ánimo de contribuir al difícil in- Estado de Derecho y de la Declaración inter-
tercambio interdisciplinario de ideas sobre es- nacional sobre los Derechos Humanos de 1948,
tas importantes materias, quisiera abordar dos suscrita por la mayoría de los Estados, no obs-
puntos principales: en primer lugar, en un sen- tante sus diferencias culturales, étnicas,
tido más filosófico, cuál es la novedad que pre- lingüísticas o religiosas. Son el fundamento
senta la bioética desde el punto de vista del también del principio negativamente formula-
desarrollo del pensamiento y, en segundo lu-
do como «inmunidad de coacción» y positiva-
gar, en un sentido más sociológico, cuál po-
mente formulado como «libertad de concien-
dría ser el lugar de la bioética en el contexto de
cia», con el preciso conjunto de libertades que
una sociedad multifuncional.
de ella se derivan. Las mayores discusiones no
se han producido sobre estas ideas básicas, sino
1. ¿Qué agrega la bioética al tradicional
más bien sobre el modo de armonizar social-
debate ético que se ha producido en el seno de
mente los derechos de unos y otros, cuando por
todas las culturas? La respuesta a esta pregun-
diversas circunstancias éstos entran en conflicto
ta no parece evidente, puesto que la ética en-
o competencia de intereses. La regla de oro de
tendida como la reflexión acerca de la finali-
dad de los actos humanos y la finalidad de la la moral, presente en prácticamente todas las
vida misma incluye, por cierto, la reflexión culturas, es el principio de proporcionalidad y
sobre el valor y dignidad de cada vida humana reciprocidad que suele formularse, negativa-
que viene a la existencia y sobre la moralidad mente, con la fórmula «no hagas a otro lo que
o inmoralidad de los actos que sobre ella se no quieras que hagan contigo». Aplicada con
ejercen. Desde Aristóteles a Kant, con distin- prudencia o recta conciencia, con sabiduría en
tas terminologías y conceptualizaciones, el pen- relación a las circunstancias particulares de
samiento ha reconocido que el ser humano no cada situación, parece ser aún una norma ple-
sólo es «algo» sino «alguien», que participa de namente vigente y muy cercana al sentido co-
la inteligencia del ser, para usar el lenguaje clá- mún de las personas y de la sociedad.
sico, o que posee autoconciencia, para emplear
el lenguaje moderno. El rasgo esencial de am- La bioética nos ha hecho tomar concien-
bas formulaciones es que sólo él es capaz de cia, sin embargo, y en ocasiones de modo dra-
autoposeerse, de hacer-cada-vez-suya su pro- mático, que esta sólida construcción reflexiva
pia existencia, según dice la sugerente formu- de la ética descansa sobre ciertos presupuestos
lación de Heidegger. óntico-ontológicos. Particularmente, sobre el
hecho de que la vida y la muerte habían sido
Esta autoposesión de sí, que implica considerados como hechos «naturales» que
igualmente un saber de sí, es la base de su au- había que reconocer como dados y sobre los

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cuales no cabía propiamente una consideración Pero como el propio debate lo ha demos-
ética. La moralidad se pronunciaba acerca de trado, el problema de fondo tras estas
las condiciones para el desarrollo de la «vida formulaciones no es jurídico ni ético, aunque
buena», aquélla estimable y deseable para sí tenga consecuencias en estos planos, sino
mismo y los demás, pero no sobre la vida mis- ontológico: ¿en qué consiste la unidad esen-
ma o sobre la muerte. Ellas eran materia de in- cial de la entidad de lo humano como tal? Las
vestigación de las ciencias en cuanto a su des- ciencias empíricas no pueden tener respuesta
cripción objetiva y en cuanto a la especifica- para esta pregunta, puesto que trasciende toda
ción del momento de su acontecer. Incluso has- condición hipotética. Cualquier respuesta des-
ta el día de hoy le basta al ordenamiento jurí- de la ciencia será necesariamente condiciona-
dico un certificado de la matrona que ha asisti- da o bien, sobrepasando su competencia, caerá
do a la parturienta o de un médico que constata en un reduccionismo cientificista. Trasciende
el deceso. Podía, naturalmente, como en todo también la reflexión ética, puesto que, en el
testimonio, producirse el fraude deliberado o caso del embrión, no se cumplen las condicio-
la equivocación no intencional del testigo, pero nes habitualmente definidas para el reconoci-
para este proceder había criterios de juicio da- miento de un sujeto responsable de sus actos y
dos por el mismo cuerpo conceptual de la moral. no es posible, en consecuencia, esperar reci-
procidad. El caso de la discusión sobre la legi-
La novedad introducida por la timidad del aborto es emblemático. La ética
biotecnología y las ciencias de la vida, antes pregunta: ¿puede considerarse al embrión como
que ética es ontológica, en la medida en que un agresor injusto?, dado que reconoce el
puede manipularse el proceso mismo de la ge- derecho a la legítima defensa. Pero sabe, al
neración de lo humano, al menos dentro de cier- mismo tiempo, que las condiciones del em-
tos límites fijados por el propio avance del co- brión humano no son aquéllas en que habi-
nocimiento científico, de tal suerte que el na- tualmente tiene sentido formular esa pre-
cimiento y la muerte ya no pueden ser consi- gunta.
derados como acontecimientos independientes
y autónomos, sino que están sometidos tam- La bioética obliga, en consecuencia, a
bién, aunque sea sólo parcialmente, a distin- replantear el vínculo entre ética y ontología, el
ciones realizadas por el conocimiento y la so- que siempre ha existido, pero que, por diver-
ciedad. Ni el positivismo jurídico más extre- sas circunstancias y, particularmente, por el
mo del siglo XIX pensó alguna vez que la exis- desconocimiento del proceso mismo de la pro-
tencia humana y su fin natural debían ser de- creación humana en sus primeras fases, per-
terminados por la voluntad legislativa de los maneció oculto para la reflexión. Las posibili-
parlamentos o de la autoridad administrativa. dades tecnológicas de intervención social en
Aún el artículo primero de nuestro ordenamien- el surgimiento de la vida misma, han
to constitucional, como en forma equivalente desocultado este vínculo y obligan al pensa-
el de muchos otros países, señala que las «per- miento a hacer su aporte. Me parece que nin-
sonas nacen libres e iguales en dignidad y de- guna fórmula de consenso político, cultural o
rechos», dando por descontado que la volun- social, sea a nivel nacional o internacional, por
tad legislativa opera sólo después de constatar deseable y satisfactoria que pueda parecer, pue-
la existencia del nacido vivo y dando origen de llenar este vacío, puesto que los consensos
con ello a toda clase de conjeturas acerca del se producen en el ámbito de las opiniones o de
estatuto jurídico del embrión humano. los «puntos de vista» y de lo que se trata es

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determinar lo efectivamente real del ente hu- ción de la diferencia ontológica: el ser es siem-
mano y su unidad esencial. pre ulterior a cualquier representación de la que
es capaz la subjetividad y, por tanto, el sentido
¿Puede el pensamiento moderno, naci- es irreductible a su objetivación. Sin embargo,
do del cartesianismo, llenar este vacío? Si se- éste se comunica y la forma de la comunica-
guimos el argumento de Heidegger, pareciera ción es el signo, o mejor, el símbolo. De aquí
que no, puesto que el cartesianismo desembo- nace el carácter originalmente simbólico del
ca precisamente en la transformación de la na- saber que no tiene como modalidad principal
turaleza como objeto de la técnica. Quisiera el concepto... Es típico del conocimiento sim-
citar a este respecto un iluminador párrafo de bólico interpelar a la libertad del sujeto que
su ensayo acerca de «La frase de Nietzsche conoce para poder interpretar el signo. Liber-
“Dios ha muerto”»: «Todo ente es ahora [se tad y razón están, por tanto, originalmente co-
refiere a la metafísica moderna] o lo efectiva- implicadas en el encuentro con el ser y en la
mente real, en cuanto objeto, o lo eficiente en conformidad con el significado que se entre-
cuanto objetivación en la que se forma la obje- ga... El punto más agudo de la dramática inter-
tividad del objeto. Representando, la pelación a la libertad se verificará precisamen-
objetivación dispone el objeto sobre el ego te al conocer a la persona, vértice ontológico
cogito. En este disponer se evidencia el ego en el cual el ser se dona: ese conocimiento apa-
como aquello que subyace a su propio hacer recerá siempre bajo la forma de un reconoci-
(el dis-poner poniendo-delante o re-presentan- miento». Y agrega sobre la relación entre on-
do), esto es, se evidencia como subiectum. El tología y ética: «La ética es una dimensión que
sujeto es sujeto para sí mismo. La esencia de está necesariamente presente siempre; no vie-
la conciencia es la autoconciencia. Por eso, todo ne después de un saber metafísico objetivo en
ente es o bien objeto del sujeto o bien sujeto el que la libertad no estaría implicada. Lo prác-
del sujeto. En todas partes, el ser de lo ente tico no se deduce de lo especulativo. La situa-
reside en el poner-se-ante-sí-mismo y, de esta ción original es, por su naturaleza, práctica: la
manera, imponer-se... El mundo se convierte verdad se dona en la acción. El saber de la per-
en objeto... Por haber sido querida a partir de sona está antes de la distinción entre especula-
la esencia del ser, la naturaleza aparece en to- tivo y práctico. El ser se manifiesta en el sím-
das partes como objeto de la técnica»(2). Si el bolo real de la persona, como verdadero y como
análisis de Heidegger es correcto, habría que bueno a la vez y exige ser libremente recono-
concluir que la entidad humana del embrión cido. La ética, que tiene su momento origina-
sólo podría determinarse en cuanto es objeto rio en la relación con la persona del otro, se
de la técnica, es decir, de la manipulación convierte en un lugar especialmente denso de
biotecnológica, no existiendo diferencia entre la ontología.»(3) Pienso que posiciones como
la vida humana y cualquier otro objeto de la las aquí consignadas, y que no pueden ser
técnica. Si la conclusión fuera correcta, no ha- exhaustivamente analizadas en este momento,
bría necesidad de elaborar ninguna bioética. constituyen un poderoso estímulo para el de-
bate interdisciplinario, puesto que ofrecen pis-
Desde el horizonte cristiano, por su par- tas de investigación y de elaboración concep-
te, comienza a desarrollarse recientemente una tual que permitan progresivamente superar el
ontología simbólica, de la cual Livio Melina déficit de la reflexión de la que, en cierta me-
es un connotado y calificado representante: «El dida, la misma bioética es un síntoma antes que
punto de partida de esta posición es la afirma- una respuesta.

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Además de la clarificación del estatuto Deberán elaborarse aún las respuestas a


ontológico del embrión, un segundo aspecto estas preguntas. La ontología simbólica de la
sobre el que se ha mostrado la ambigüedad que hablábamos precedentemente podrá hacer
de la bioética se refiere a la necesidad de cla- también su aporte en esta dirección. Pero por
rificar cuál es la vida para la que, la bioética, ahora, no logro visualizar el fundamento de una
es una ética. ¿Tiene sentido extender el ámbi- ética aplicable a las relaciones del ser humano
to de la reflexión ética a otras formas de vida con los entes no humanos de la naturaleza que
que no sean la vida humana sin establecer, al no tenga como punto de referencia el fenóme-
menos, una distinción entre la vida humana y no humano como tal. Incluso el recurso al con-
las restantes formas de vida? Estas cepto mismo de ecología que, aparentemente,
interrogantes han sido introducidas por algu- está libre de presupuestos antropológicos, en
nos representantes de la así llamada «ecología verdad no lo está, puesto que la clausura ope-
profunda», que cuestiona el antropocentrismo racional que permite la distinción entre siste-
de la reflexión ética, que sería, a su juicio, ma y entorno o sistema y ambiente como una
infundado. Me parece que cualquiera sea la distinción de sentido, sólo puede producirse al
respuesta que se elabore para estas pregun- nivel de la auto referencia de la conciencia psi-
tas, la cuestión de fondo, como ya se señaló, cológica o al nivel de la auto referencia del sis-
es ontológica antes que ética, o afecta propia- tema de comunicación social. Los otros siste-
mente el vínculo e integración entre ambos mas auto referenciales que estudian habitual-
saberes. Un antropocentrismo fundado en el mente las llamadas ciencias naturales no ope-
subjetivismo que denunciaba Heidegger en el ran con una clausura operacional sobre la base
párrafo ya citado, termina evidentemente en de la selección del sentido y, por tanto, de la
la consideración de toda vida, incluida tam- observación de la distinción entre sistema y
bién la humana, como un objeto determinado medio ambiente.
por la técnica. Personalmente considero muy
razonable que ese tipo de antropocentrismo 2. El segundo asunto que quisiera abordar aquí,
se ponga en tela de juicio. La creciente con- esta vez desde una perspectiva sociológica, es
ciencia ecológica asumida por la humanidad la ubicación de la bioética en el seno de una
nos ha puesto en guardia sobre la manipula- sociedad funcionalmente diferenciada. El Do-
ción ilimitada de la naturaleza como mero cumento de Consulta ya mencionado de la
objeto. Pero la denuncia implícita en la pre- Unión Europea, tiene el gran mérito, a mi jui-
gunta no puede llevar a respuestas apresura- cio, de considerar el desarrollo estratégico de
das sobre lo que aún no se ha reflexionado la biotecnología y de las ciencias de la vida en
suficientemente. ¿Cuál es la relación entre un perspectiva que trasciende el ámbito de la
antropología y ontología? ¿Tiene la ontolo- salud y abarca el conjunto de las actividades
gía presupuestos antropológicos? ¿Cuál es el sociales para las cuales estas disciplinas adquie-
fundamento de la afirmación de Heidegger de ren creciente relevancia. Si se pudiera hablar
que el Dasein (el ser humano) es el único ser de un denominador común a todas estas áreas,
al que le va el ser en la pregunta por el ser? O habría que decir que es el tradicional concepto
en otra conocida fórmula usada por él mis- de desarrollo, entendido esencialmente como
mo: ¿Cuál es el fundamento de que la condi- desarrollo económico, aunque se ponga el acen-
ción óntica del Dasein (el ser humano) es to también en el desarrollo humano como for-
ontológica? ¿Se puede escapar de esta afir- ma de equilibrar los crecientes desequilibrios
mación o ir más allá de ella? en la distribución de las oportunidades, dado

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el diferencial de productividad de las mismas. ¿Puede ser efectiva en este plano la


Pero en este contexto cabe preguntarse si es bioética si ella no incide ni en la formación ni
posible desarrollar un concepto de bioética en la operación de los códigos de los
que abarque al conjunto de la sociedad y subsistemas? Me parece que la respuesta sólo
que encuentre en todos los sectores puede ser negativa. En verdad, esto no vale sólo
funcionalmente diferenciados la misma legi- para la bioética, sino para el pensamiento re-
timidad y estima. flexivo en general, aunque cuesta entenderlo
por la influencia que hemos heredado del
La moderna teoría de los sistemas so- racionalismo que procede justamente de una
ciales que opera sobre la lógica de la observa- época en que aún no se había consolidado la
ción a través de la distinción entre sistema y diferenciación funcional de las más importan-
entorno, ha llegado a la conclusión de que la tes actividades sociales y existía bastante «re-
diferenciación funcional en subsistemas espe- dundancia» en el cumplimiento simultáneo de
cializados hace imposible que exista un punto estas funciones por parte de varios o muchos
de observación de la sociedad en su conjunto actores o instituciones sociales. Pero una vez
que pueda prescindir de las distinciones que que la propia evolución social renuncia a la «re-
han dado origen a los subsistemas dundancia» y constituye subsistemas auto re-
funcionalmente diferenciados. Así, el feridos en su operación, ya no se puede pensar
subsistema económico sólo puede observar to- que la realidad social sea la realización histó-
dos los componentes propios de su operación rica de modelos sociales de organización de la
y aquellos que le son relevantes en el medio vida común elaborados por mentes iluminadas
ambiente, desde la economía y, más y omniscientes o por construcciones intelec-
específicamente, desde la codificación binaria tuales colectivas, como las ideologías. Esto no
de su operación en el binomio pagar/no pagar. significa, evidentemente, que el pensamiento
Lo propio hace cada subsistema, como el de la no tenga ninguna influencia. No puede haber
ciencia, de la educación, de la política, etc. Si una operación de sentido (y toda comunicación
han alcanzado el nivel de la clausura operacio- lo es) que no disponga de un repertorio
nal, y son reconocibles por lo tanto como semántico adecuado que proporcione una
subsistemas diferenciados de su entorno, sólo sobreabundancia de referencias de sentido ul-
pueden interesarse por los objetos del mundo teriores. Sin embargo, existe una diferencia
a partir de las posibilidades que le permite su entre las distinciones con que se realizan las
código de operación. El desarrollo de la operaciones de los subsistemas sociales y que
biotecnología y de las ciencias de la vida, ten- proceden de su propia codificación interna y
drá en este plano tantas «lecturas» o modos de las distinciones propias de la reflexión, que
observación como existan subsistemas corresponden a una observación de segundo
funcionalmente diferenciados. La vida, en ge- orden, es decir, a una metaobservación u ob-
neral, y la vida humana, en particular, no esca- servación de observadores.
pa a esta multifuncionalidad de la observación,
de modo que no puede garantizarse ni a priori Me parece que sólo en este plano es po-
ni a posteriori que la valoración que alcance sible ubicar a la bioética en el seno de la socie-
una determinada tecnología o un conocimien- dad funcionalmente diferenciada. Siguiendo a
to en el subsistema económico y en el Luhmann(4), podríamos decir que éste es el
subsistema de la ciencia, por ejemplo, se co- plano que genéricamente reconocemos como
rrespondan o sean comparables. el ámbito de la cultura, puesto que la observa-

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ción de segundo grado permite fundamental- ra operacional de los subsistemas sociales, sino
mente dos cosas: en primer lugar, la en el nivel de la observación de observadores,
autobservación que se estructura en la concien- tendríamos que reconocer que esta visión uni-
cia a partir de la diferenciación entre identi- taria de lo humano que toda ética necesita, no
dad-diferencia, es decir, entre auto referencia puede ser considerada como dada de antema-
y hetero referencia y, en segundo lugar, descu- no por la clausura operacional de la sociedad,
brir el punto ciego presente en toda observa- puesto que ya vimos que los subsistemas fun-
ción, debido al hecho de que, al trazar una di- cionales son autónomos, sino que debe ser
ferencia, ningún observador puede situarse si- culturalmente construida a partir de la compa-
multáneamente a los dos lados de lo diferen- ración de los puntos de vista que, observados
ciado. Al descubrir el punto ciego de otros se por otros observadores, descubren el punto cie-
adquiere conciencia del punto ciego propio y, go de la observación.
de esta manera, de la necesidad de hacer com-
paraciones entre los distintos puntos de vista Algunos han interpretado este aporte de
que retroalimenten la percepción de la identi- las ciencias sociales errada o precipitadamen-
dad y diferencia. te como valoración de la diversidad o, en algu-
nos casos, como una suerte de derecho a la di-
¿Qué conclusión es posible sacar de la versidad. ¿Pero cómo podría suponerse una va-
aplicación de esta distinción? Toda ética, como loración común de la diversidad y no diversa?
también la bioética, requiere una visión unita- ¿Cómo distinguir entre la valoración de la di-
ria de lo humano capaz de trascender los códi- versidad y la indiferencia al destino de aquél
gos parciales con que operan los distintos clasificado como diverso, precisamente porque
subsistemas sociales. Tal visión unitaria la ha se valora la diversidad? Los impactantes suce-
buscado el pensamiento en la correspondencia sos recientes (11 de septiembre de 2001) que
entre su propia unidad interna, su saber de sí, han conmocionado al mundo muestran hasta
es decir, aquella sabiduría que precede y anti- qué punto estamos sumidos en la confusión res-
cipa el saber de cualquier cosa, y la realidad pecto a una visión unitaria de lo humano. Des-
observada, analizada, experimentada o vivida, de el punto de vista sociológico, al menos, no
según el énfasis puesto por las distintas corrien- podemos presuponer automatismos sociales de
tes filosóficas. En relación con la ética, esta difusión del pensamiento ni volver a la tesis de
correspondencia se daría por la coincidencia y la mano invisible o de la hegeliana «astucia de
mutua pertenencia de la verdad y la bondad, y la razón». Nada parece sustituir al diálogo
se han buscado a lo largo de los siglos distin- intercultural, interreligioso, interdisciplinario.
tos fundamentos para justificar esta unidad. A Pero al mismo tiempo, el diálogo puede ser «de
nivel de una conciencia individual que piensa, sordos» o «de ciegos», como se prefiera, si se
parece razonable aceptar esta intuición esen- pierde la conciencia de que toda observación
cial de la unidad del pensamiento y su corres- procede de una distinción que tiene dos lados
pondencia con la realidad, como una experien- de los que uno sólo se ve, al menos que se ob-
cia elemental irreductible e indeducible. De ello serve el observar y se haga así manifiesta la
hablamos en el punto precedente en relación estructura latente del mismo acto de hacer una
con el vínculo necesario entre bioética, antro- distinción. ¿Qué ven los políticos que los eco-
pología y ontología. Pero si tomamos en cuen- nomistas no pueden ver y viceversa? ¿Qué ven
ta la reflexión sociológica y su propuesta de los cientistas sociales que los médicos no pue-
ubicar la reflexión no en el plano de la clausu- den ver y viceversa? Si fuese posible proceder

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de este modo sería no sólo más plausible cons- mite la equivalencia funcional del hombre y
tituir horizontalmente un espacio unitario don- de la máquina en cuanto a la estructura de la
de se perciba la unidad de lo diferenciado, sino toma de decisiones en contextos así especifi-
que se comprendería mejor también la relación cados. Ambos se complementan y se potencian
entre la observación de primer orden y la de recíprocamente en cuanto se someten a crite-
segundo orden, es decir, aquélla que se especi- rios de optimización de los parámetros prede-
fica por la operación de los sistemas y aquélla terminados si retroalimentan como información
propia de la reflexión o de la autobservación. el resultado de sus propias operaciones y la alte-
ración de las condiciones de su medioambiente.
Esta clarificación me resulta personal- ¿Imitó la sociedad a las máquinas o las máqui-
mente muy valiosa para comprender la dife- nas a la sociedad? No sabría decir sino sólo
rencia entre tecnología y ética. Se escucha fre- que ambos funcionan con el mismo protocolo
cuentemente decir que una característica del en sus operaciones socialmente significativas.
mundo actual es que el desarrollo científico tec- Esto es lo que también se quiere decir con la
nológico no ha ido a la par del desarrollo de la expresión «emergencia de la sociedad de la in-
ética, que ha permanecido deficitario, como si formación». La tecnología no es así un con-
se tratara de dos actividades humanas que se junto inerme de máquinas y herramientas, sino
ubican en el mismo plano y que pueden dialo- un modo operativo de tomar decisiones que está
gar fácilmente entre sí. El supuesto implícito abierto a las decisiones subsiguientes por la ob-
suele ser que se espera que el pensamiento asu- servación de sus cambios de estado. Esto es
ma la función rectora y gobierne la sociedad y posible por la cuantificación de la información
que la tecnología sea el instrumento a su servi- a través de la teoría de la probabilidad y la es-
cio. Se omite considerar el hecho de que la re- tadística, la que permite ser acumulada en se-
volución tecnológica experimentada en los úl- cuencias de una extensión tal que ninguna inte-
timos cincuenta años ha sido posible precisa- ligencia humana podría por sí misma descifrar.
mente porque este supuesto implícito ya no tie-
ne vigencia. Sin embargo, quienes así lo perci- Evidentemente, la ética no puede operar
ben, suelen pensar que, por alguna razón no en este plano. No puede reducir la información
siempre clarificada, simplemente se ha inver- a cantidades ni puede tampoco suponer la
tido, es decir, que ahora la tecnología gobierna comparabilidad de las conductas personales o
y el pensamiento está a su servicio, sea para su reemplazo por equivalentes funcionales.
justificarla o para persuadir a la población que Menos todavía la bioética, al menos en lo que
consuma sus productos. Las distinciones he- se refiere al valor incomparable e inconmen-
chas en los párrafos precedentes, permiten com- surable de cada vida humana. En el plano ope-
prender que la naturaleza de la tecnología no rativo también es posible, dentro de ciertos lí-
es tecnológica y que no se avanza mucho en su mites, reducir la calidad a la cantidad como se
comprensión si se contrapone hombre y má- observa en lo que habitualmente se llama «ca-
quina. lidad de vida», pero que no es más que un eu-
femismo para el mejoramiento de los
La revolución social que está en la base parámetros cuantitativos. Pero este procedi-
del desarrollo tecnológico, es decir, la organi- miento no puede extenderse al ámbito en que
zación de la sociedad en subsistemas la razón reconoce el valor absoluto de la exis-
funcionalmente diferenciados de su entorno a tencia de cada persona. La ética pertenece
partir de su propia clausura operacional, per- inexorablemente al ámbito de la conciencia y

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Bioetica y organizacion funcional de la sociedad - P. Morandé

de la libertad humanas y si bien, como ha re- ferenciado de muchos subsistemas funciona-


conocido la tradición, puede interiorizarse de les. En algunos casos serán decisiones legisla-
tal modo que se vuelva un hábito del sujeto tivas, en otros, políticas asumidas por la admi-
virtuoso y prudente, ello no tiene una expre- nistración del Estado, en otros, inversiones pri-
sión equivalente en el plano social. Algunos vadas o públicas, nacionales o internacionales,
respetados autores hablan de un ethos o tam- en otros, programas de aprendizaje definidos a
bién de un «núcleo ético-mítico» en el seno de través de currículos escolares. Con la comple-
las culturas, pero se trata evidentemente de con- jidad de la sociedad actual y su organización
ceptos analógicos que no pueden considerar el funcional no me resulta verosímil que pueda
objeto que describen como una sumatoria de imponerse un criterio común en estas distintas
conciencias individuales o como una concien- esferas, constituidas también por puntos de
observación diferentes. La bioética no puede
cia colectiva bajo la hipótesis de que la socie-
constituirse en este nivel, puesto que para ello
dad es un sujeto. Si se considera en cambio el
requeriría que la vida fuese materia propia de
lugar del pensamiento como el de la observa-
la operación de un subsistema funcional, lo que
ción de segundo orden que es distinta de la ob-
es un absurdo puesto que está supuesta como
servación operacional de primer orden y, no
algo existente por todos y cada uno de los
obstante, relacionada con ella, pienso que se subsistemas funcionales. El aporte social que
obtiene una comprensión más realista del modo pueda hacer la bioética parece ser más bien el
de inserción de la bioética en la sociedad. de reconstruir reflexivamente y en forma cons-
tante la unidad de la diferencia que impone la
Las decisiones relativas al desarrollo de sociedad a la vida humana para organizar sus
la biotecnología y de las ciencias de la vida se operaciones. En esta perspectiva, me parece
tomarán seguramente en el futuro, como ha que la constitución interdisciplinaria de la
ocurrido también hasta ahora, en el ámbito di- bioética resulta esencial.

Referencias

1. Comisión de las Comunidades Europeas. Documento de Consulta: Hacia una visión estratégi-
ca de las ciencias de la vida y la biotecnología. [Sitio en Internet] Disponible en:
http://europa.eu.int/comm/biotechnology/pdf/doc_es.pdf Acceso en septiembre de 2002

2. Heidegger M. La frase de Nietzsche: Dios ha muerto. En Sendas Perdidas. Buenos Aires:


Losada; 1969.

3. Melina L. Reconocer la vida. Problemas epistemológicos de la bioética. En Scola A. ed. ¿Qué


es la vida? La bioética a debate. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile;
1999: 79-80.

4. Luhmann N. La cultura como concepto histórico. En: Teoría de los Sistemas Sociales Vol II
Universidad Iberoamericana / Universidad de los Lagos; 1999.

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