CAPITULO III
Los certificados digitales deben ser emitidos por empresas que cumplan con los
requerimientos exigidos por la ley, cumpliendo con cada uno de los datos
solicitados por la ley de nuestro país, Aceptación de un certificado. Salvo
acuerdo entre las partes, se entiende que un suscriptor ha aceptado un
certificado cuando la entidad de certificación, a solicitud de éste o de una
persona en nombre de éste, lo ha guardado en un repositorio. Por mutuo
acuerdo o unilateral se puede revocar estos criticados cumpliendo con los
acuerdos que se acordaron en los contratos.
CAPITULO IV
Los suscriptores de las firmas digitales tienen deberes como recibir la firma
digital por parte de la entidad de certificación o generarla, utilizando un método
autorizado por ésta, suministrar la información que requiera la entidad de
certificación, mantener el control de la firma digital, solicitar oportunamente la
revocación de los certificados, tiene la responsabilidad se verificar si está bien
o mal el certificado y a la entidad que lo emite.
CAPITULO V
Las entidades emisoras de los certificados y firmas digitales son vigiladas por la
Superintendencia de Industria y Comercio, quien vela porque estas entidades
cumplan con lo que exigen la ley, e imponer las sanciones necesarias, para que
estas entidades siempre estén en pro de mejora, impondrá las sanciones
necesarias a aquellas entidades que no cumplen con los solicitado con la ley.
CAPITULO VI
Los certificados emitidos por entidades extrajeras tiene la misma validez que los
emitidos en la nación, siempre que una entidad de certificación verifique su
validez y que cumpla lo solicitado.
Las partes pueden realizar acuerdos para el envío de mensajes partes o
incompletos, se entiende que se acuerda entre las partes y tiene valides jurídica.