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Frederick Winslow Taylor

Frederick Winslow Taylor (nació 20 de marzo de 1856 y falleció 21 de marzo de 1915) fue un ingeniero mecánico y
economista estadounidense, promotor de la organización científica del trabajo y es considerado el padre de la
Administración Científica. En 1878 efectuó sus primeras observaciones sobre la industria del trabajo en la industria
del acero. A ellas les siguieron una serie de estudios analíticos sobre tiempos de ejecución y remuneración del trabajo. Sus
principales puntos, fueron determinar científicamente trabajo estándar, crear una revolución mental y un trabajador
funcional a través de diversos conceptos que se intuyen a partir de un trabajo suyo publicado en 1903 llamado Shop
Management.
Taylor desde su adolescencia comenzó a perder la vista, además, su cuerpo era de complexión débil y no podía participar
de los juegos que los otros organizaban como el béisbol y el tenis. Dedicó su vida a concebir cómo mejorar el rendimiento
del esfuerzo físico derrochado por los jugadores mediante un diseño más adecuado de los instrumentos por ellos
utilizados.
Teoría de Taylor
Antes de las propuestas de Taylor, los trabajadores eran responsables de planear y ejecutar sus labores. A ellos se les
encomendaba la producción y se les daba la "libertad" de realizar sus tareas de la forma que ellos creían era la correcta.
"encargados y jefes de taller saben mejor que nadie que sus propios conocimientos y destreza personal están muy por
debajo de los conocimientos y destreza combinados de todos los hombres que están bajo su mando, incluso los gerentes
con más experiencia dejan a cargo de sus obreros el problema de seleccionar la mejor forma y la más económica de
realizar el trabajo".
Existe una diferencia muy particular entre la teoría de Taylor y Henry Fayol que resulto adyacente hacia la conyugal
del sistema opresor de Estados Unidos, en el uso del tiempo, ya que Fayol se enfoca más en la estructura general de
la organización, mientras que Taylor se enfocaba más en el métodoy herramientas del trabajo para una mejor eficacia.
Otra diferencia entre Taylor y Fayol es el área de la pirámide de la organización que estudiaban, una es el nivel operario
que es el área de estudio de Taylor mientras que Fayol se dedicó al estudio del área superior de la organización, como él
decía "el artede gobernar".
Principios de la Industria del trabajo
A continuación se presentan los principios contemplados en este trabajo:
 Estudio de tiempos.
 Estudio de Movimientos.
 Estandarización de herramientas.
 Departamento de planificación de ventas.
 Principio de administración por excepción.
 Tarjeta de enseñanzas para los trabajadores.
 Reglas de cálculo para el corte del metal y el acero.
 Métodos de determinación de costos.
 Selección de empleados por tareas.
 Incentivos si se termina el trabajo a tiempo.
Las personas que administran la producción deben adquirir nuevas responsabilidades Según la gerencia:
Elaboran una ciencia para la ejecución de cada una de las operaciones del trabajo, la cual sustituye al
viejo modelo empírico: Seleccionan científicamente a los trabajadores, les adiestran, les enseñan y les forman, mientras
que en el pasado cada trabajador elegía su propio trabajo y aprendía por sí mismo como podía mejorar, el trabajo y
la responsabilidad se reparten casi por igual entre la gerencia y los obreros.
El estudio del trabajo se hace consultando al trabajador, sino en asociación con él.
Gestión científica
El deseo de Taylor en aplicar su venerado "scientific management", iba en la noble dirección de conseguir la máxima
prosperidad del empresario, así como la máxima prosperidad para el trabajador, aun así, después contradice esta
afirmación diciendo que ha visto como los trabajadores que empiezan a tener aumentos en su sueldo en más de un 60% se
convierten en "tomadores de trago" y empiezan a disminuir su producción y, así, su calidad de vida; de ahí que el 60% en
el aumento de sueldo sea para él, el tope máximo a pagarle a quien califique como un trabajador tipo buey.
Para él, el hombre es, por naturaleza, perezoso e intenta escudarse en ello para realizar lentamente su trabajo haciendo
creer al empresario que está dando lo mejor de sí. Para ello era necesario dividir entre quienes piensan las mejores
maneras de hacer el trabajo y quienes tienen las fortalezas físicas para ejecutarlo, a los primeros se les daba la
responsabilidad de adiestrar a los segundos hasta obtener de ellos el mayor rendimiento que su cuerpo

Henri Fayol
Fue uno de los principales contribuyentes al enfoque clásico de la administración. Nació en Constantinopla , en el seno
de familia burguesa, vivió las consecuencias de la Revolución Industrial y más tarde, la Primera Guerra Mundial. Se
graduó en ingeniería de minas a los 19 años , en el año 1860, e ingresó a una empresa metalúrgica y carbonífera, donde
desarrolló toda su carrera.
Los principios de administración de Fayol.
Fayol dividió las operaciones industriales y comerciales en catorce grupos:
 1. División del trabajo: Induce a la especialización y por lo tanto promueve eficiencia.
 2. Autoridad y responsabilidad: Quien tiene el poder avalado por un cargo, tiene que responder por los resultados
de su gestión.
 3. Disciplina: Es sinónimo de respeto.
 4. Unidad de mando: Cada empleado tiene que responder a un solo jefe.
 5. Unidad de dirección: Todos los miembros de una organización deben trabajar en pos de los mismos objetivos.
 6. Subordinación del interés particular al general: Son prioritarios los intereses de la organización y luego los
personales.
 7. Remuneración del personal: La retribución por el trabajo debe ser acorde a las tareas desempeñadas y justa.
 8. Jerarquía: Representa la cadena de mando, quién manda a quién.
 9. Orden: Se puede sintetizar con la frase "un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar" .
 10. Equidad: Es sinónimo de justicia y trato igualitario para con todos los empleados.
 11. Estabilidad del personal: Se le debe dar al trabajador el tiempo suficiente para aprender y asimilar las tareas
encomendadas.
 12. Iniciativa: Se debe estimular y valorar los aportes efectuados por el personal que favorezcan a la empresa.
 13. Unión del personal: Se refiere a la armonía en los vínculos para que el clima laboral sea agradable.
 14. Centralización: Se refiere a la afluencia hacia la cabeza de mando quien tomara las decisiones. Cuanto más
grande sea la organización menor será la centralización.

Planteamientos esenciales de Max Weber


Max Weber: Sociólogo alemán nacido en 1864, en Erfurt, Turingia. Destaco en la elaboración de la teoría de
las estructuras de la autoridad, estudio derecho y paso gran parte de su vida laborando como profesor en las
Universidades de Friburgo y Heidelberg. Obtuvo una sólida formación en historia, literatura, psicología,
teología, filosofía y filología, su pensamiento alcanzo gran profundidad, la mayoría de sus trabajos están
escritos en inglés y traducidos a varios idiomas.
La figura y obra de Max Weber ha marcado, como quizá las de ningún otro autor, el modo de plantear los
problemas en las Ciencias Sociales y, sobre todo, en las teorías sobre la organización. Su construcción de una
Ciencia Social, y las categorías básicas que emplea en ella, se basan en ideas del Historismo y en las ideas
neokantianas, especialmente en la formulación de Heinrich Rickert.
Max Weber adentró su análisis en aquellas áreas de interés en que la economía y la sociología se relacionaban
para así poder interpretarlas motivaciones de la conducta. Fue el primer sociólogo que estudió las
organizaciones de acuerdo a modelos ideales de comportamiento y desarrolló un modelo burocrático, el cual
consideraba aplicable a las sociedades capitalistas como así también a las de tipo socialista. Considera a
la burocracia como el único medio para maximizar la eficiencia, el rendimiento de cualquier orden de
organizaciones. Se fundamenta en un concepto de autoridad legítima, a diferencia del concepto clásico de
autoridad de origen divino, ya que, considera que es una herramienta para imponer la voluntad de
una persona sobre el comportamiento de otras y que hay quienes pueden ejercerla y quienes no, por lo tanto
centró su atención en el poder y la legitimaciónde la autoridad.
Augusto Comte
(Auguste Comte; Montpellier, 1798 - París, 1857) Pensador francés, fundador del positivismo y de la sociología. Con la publicación de
su Curso de filosofía positiva(1830-1842), Augusto Comte apadrinó un nuevo movimiento cultural del que sería considerado iniciador y
máximo representante: el positivismo. Tal corriente dominaría buena parte del siglo XIX, en polémica y algunas veces en compromiso
con la tendencia filosófica antagonista, el idealismo.

Como todos los grandes movimientos espirituales, el positivismo no se deja fácilmente encasillar en las etiquetas de una definición
estricta y precisa. En sentido muy lato, puede decirse que es una revalorización del espíritu naturalista y científico contra las
tendencias declarada y abiertamente metafísicas y religiosas del idealismo.

Biografía
Rompiendo con la tradición católica y monárquica de su familia, Augusto Comte se orientó durante la época de la Restauración hacia
el agnosticismo y las ideas revolucionarias. Después de una primera juventud cerrada y rebelde, ingresó en 1814 en la Escuela
Politécnica de París, donde, en contacto con las ciencias exactas y la ingeniería, se sintió atraído fuertemente, junto con muchos
compañeros de escuela, hacia aquella especie de "revolución de los técnicos" que iba predicando el Conde de Saint-Simon.

Disuelta la Escuela Politécnica por el gobierno reaccionario de 1816, Comte, contra la opinión de sus padres, permaneció en París
para completar sus estudios de forma autodidacta, ganándose el sustento con clases particulares de matemáticas, que durante casi
todo el resto de su vida fueron su fuente principal de ingresos. Desde 1817 se vinculó a Saint-Simon, para el cual trabajó de secretario
hasta su ruptura en 1824. Ese año un trabajo de Comte (Plan de los trabajos científicos necesarios para reorganizar la sociedad) fue
reprobado por su maestro.
El motivo de la discordia era mucho más profundo: Saint-Simon y Comte habían compartido durante largo tiempo el concepto de una
reorganización de la sociedad humana a través de la dirección de las ciencias positivas, y formaron conjuntamente el plan de renovar
por completo la cultura para elevarla al nivel de tales ciencias; pero Saint-Simon quería pasar de los planes científicos a la
organización práctica de aquel "sacerdocio" que habría de dirigir la nueva sociedad, en tanto que Comte no consideraba todavía
completos los desarrollos teóricos.

La publicación por su cuenta de aquella obra le granjeó la amistad y aprecio de numerosos historiadores, políticos y científicos
(François Guizot, Alexander von Humboldt, el duque Albert de Broglie), sintiéndose Comte estimulado para emprender su gran obra,
aquella enciclopedia de las ciencias positivas que sería luego el Curso de filosofía positiva (1830-1842). Mientras tanto, sin la
aprobación de sus padres, se había unido en matrimonio civil con una joven y cultísima dama de París, mujer de eminentes
cualidades intelectuales, enérgica y devota de su marido, pero quizá no tan tierna y sumisa como él hubiera deseado. Precisamente
por aquel tiempo (1826-1827) sufrió Comte su primer acceso de locura; los padres hubiesen querido recluirlo, pero su esposa supo
retenerlo junto a sí con gran energía y curarlo.
Ya repuesto, Comte concentró sus energías en el Curso de filosofía positiva (1830-1842). Habiendo apreciado, bajo la influencia de
Saint-Simon, la urgencia del problema social, Comte consagró su esfuerzo a concebir un modo de resolverlo, cerrando la crisis abierta
por la Revolución Francesa y sus consecuencias. Halló la respuesta en la ciencia, hacia la que estableció un verdadero culto: el
conocimiento objetivo que proporciona la ciencia debía aplicarse a la ordenación de los asuntos políticos, económicos y sociales,
superando las ideologías apoyadas en la imaginación, los intereses o los sentimientos.

Contra la libertad de pensamiento, origen de la anarquía moral que atribuía a la Revolución, no oponía el dogma religioso o los
principios de la tradición, sino la «ciencia positiva» que, al atenerse a los hechos tal como son, proporcionaba según Comte el único
punto de apoyo sobre el que se podría edificar un futuro de «orden y progreso». Contrario al individualismo y a la democracia,
confiaba en un mundo regido por el saber, en el que productores y banqueros ejercerían una especie de dictadura. Tales ideas,
fundamento del pensamiento positivista, tendrían un gran éxito en los países occidentales desde mediados del siglo XIX,
proporcionando un credo laico para el mundo del capitalismo liberal y de la industria triunfante.
Sin embargo, Comte vivió una vida desgraciada: el exceso de trabajo agravó sus trastornos psicológicos, y acabaría provocando un
intento de suicidio y el abandono de su mujer. Su rebeldía y su intransigencia, por otra parte, le impidieron insertarse en el mundo
académico. Al tiempo que redactaba el Curso de filosofía positiva, Augusto Comte fundó con antiguos compañeros de la Escuela
Politécnica la Asociación Politécnica, destinada a la difusión de las ideas positivistas, y, a pesar de la enorme fama conseguida, no
logró nunca una sólida posición oficial; llegó a enseñar en la Escuela Politécnica desde 1832, pero no pudo obtener cátedra en ella, y
fue expulsado en 1844.
Esta vida agitada, la constante concentración mental, el empeoramiento de las relaciones con su esposa, que terminaron con la
separación (1842), y finalmente un nuevo amor senil y compartido sólo a medias por Clotilde Devaux, originaron hacia 1845 una
nueva crisis mental, cuyos efectos se advierten en sus últimas obras, el Sistema de política positiva (1851-1854) y el Catecismo
Positivista(1852). Esta última, en la que expuso el evangelio de la nueva religión positivista de la humanidad, ofrece matices
desconcertantes en muchos aspectos y en su lenguaje.

Para fomentar el nuevo espíritu positivista había fundado también, en 1845, una especie de cenáculo en el que se reunían amigos y
discípulos, pero este heraldo de la filosofía científica contemporánea había perdido por entonces todo contacto con la ciencia viva de
su tiempo, concentrado sólo en sus meditaciones subjetivas. Sólo la ayuda económica de algunos admiradores (como Émile Littré o
John Stuart Mill) lo salvó de la miseria. Con todo, lo mejor de su pensamiento, reflejado en el célebre Curso de filosofía positiva (1830-
1842), estaba destinado a ejercer una gran influencia sobre las más diversas ramas del conocimiento (filosofía, medicina, historia,
sociología) y sobre corrientes políticas diversas (incluyendo el pensamiento reaccionario de Charles Maurras).
El positivismo
Augusto Comte tomó el término positivismo del que había sido su maestro, Saint-Simon, responsable de su acuñación a partir de la
expresión “ciencia positiva”, aparecida en el siglo XVIII. En la historia de la filosofía, se designa con esta palabra la corriente de
pensamiento iniciada por Comte; surgida en Francia en la primera mitad del siglo XIX, pronto se desarrollaría en todos los países
occidentales durante el resto de la centuria.

Aunque se entiende el positivismo como filosofía contrapuesta al idealismo y, en particular, a la figura de Hegel (1770-1831),
positivismo e idealismo hegeliano tienen puntos en común. Ambas corrientes parten de Kant (1724-1804), aunque desarrollan
aspectos distintos: el idealismo, la idea kantiana de la actividad creadora de la conciencia; el positivismo, la necesidad de partir de
datos y la negación de que el conocimiento metafísico pueda superar al científico. Como Kant, Comte cree inalcanzable el objeto de la
metafísica porque el saber humano no puede ir más allá de la experiencia, y, al igual que Hegel, aborda la concepción de la historia
universal como un proceso unitario, evolutivo y enriquecedor.
A pesar de la constatación de tales puntos de acuerdo, en la configuración de la filosofía del positivismo influyeron también otras
corrientes varias, alejadas del idealismo: el empirismo inglés representado por John Locke (1632-1704) y David Hume (1711-1776), el
materialismo (como negación de las substancias espirituales y reconocimiento únicamente de la existencia de substancias corpóreas)
y el escepticismo del siglo XVIII francés.

La filosofía positivista
Inducido por el propósito de mostrar que la tendencia que sigue la filosofía es la de acabar siendo absorbida por la ciencia, Augusto
Comte enfocó su estudio hacia el conocimiento de los hechos y de la sociedad, prescindiendo de cualquier tipo de anteposición de
doctrina filosófica alguna. Así pues, convencido de que el objeto de la ciencia eran indudablemente el progreso y la paz, la metafísica
tradicional (a la que tildó de especulativa por recrearse en polémicas insolubles) fue el blanco de sus críticas, si bien no como defensa
de una postura filosófica o tesis elaborada, sino como una conclusión ineludible: el final de la metafísica era el resultado natural de la
madurez que iba alcanzando la humanidad en su proceso evolutivo.

El positivismo de Comte es un discurso complejo que comprende al menos una teoría sobre el conocimiento, una interpretación sobre
el sentido de la historia y una posición política ante la sociedad. En cuanto a lo primero, el positivismo afirma que, en sentido estricto,
el conocimiento lo es sólo de datos verificables o “hechos” (esto es, de fenómenos cuya regularidad puede ser contrastada al modo
de, por ejemplo, una ley física o química) y que todo conocimiento, además de cierto (indudable, exacto) y sistemático, ha de ser útil,
es decir, ha de traducirse no en teorías, sino en un aumento de la capacidad de control e intervención tecnológica sobre los
fenómenos.

Lo que caracteriza el advenimiento de una ciencia es el paso de una explicación teológica (las causas de los fenómenos son
atribuidas a divinidades), o bien metafísica (las causas de los fenómenos son abstracciones personificadas), a una explicación
positiva. Un saber positivo es un saber que instituye unas relaciones entre los hechos y renuncia a la explicación absoluta; no busca
las esencias ni las causas de las cosas sino las leyes que las gobiernan. La ciencia positiva aspira a saber únicamente aquello que es
posible saber; es una actitud de pensamiento que sustituye la pregunta "¿por qué?" por la pregunta "¿cómo?".

En cuanto a la historia, Augusto Comte considera que la humanidad progresa hacia el bienestar y la felicidad generales, poniendo el
desarrollo científico y tecnológico como motor y meta de ese proceso. Es la llamada ley de los tres estados, según la cual la
humanidad había ya pasado por dos etapas, denominadas por el propio Comte “teológica” y “metafísica”.
En la etapa teológica, los fenómenos naturales se explicaban por causas extrínsecas a la naturaleza e intervenciones sobrenaturales
(por ejemplo, dioses o seres mitológicos); en la etapa metafísica, las fuerzas sobrenaturales fueron sustituidas en la explicación por
esencias, causas o fuerzas inmanentes a la naturaleza pero ocultas, que sólo podían ser confiadas al pensamiento abstracto (por
ejemplo, el concepto de gravedad en física). La época contemporánea corresponde, a su entender, a una tercera etapa: la “científica”
o “positiva”. En el estado “positivo” acabarán por borrarse los vestigios de las etapas anteriores, y el pensamiento abstracto y
deductivista será sustituido por la comprobación experimental.

Por esa misma razón, la filosofía se convertirá en “positiva”, y su característica será que reconocerá que el verdadero saber humano
se halla en las ciencias (una matemática, física, química o biología desarrolladas ya de manera autónoma); tal filosofía, ajena a
cualquier intento de definir esencias, se dirigirá, en cambio, al establecimiento de los hechos y de las leyes que los regulan. En sus
últimos años, sin embargo, Comte estableció una síntesis subjetiva de sus planteamientos anteriores resumida en el concepto de
“religión de la humanidad”, duramente criticada por su discípulo Émile Littré por considerarla una vuelta al espíritu teológico.
Por último, el positivismo de Comte entiende los problemas sociales como desórdenes orgánicos del sistema y propone como solución
reformas (ejecutadas por el poder y a la fuerza, si es necesario) que integren funcionalmente a todos los miembros de la sociedad, a
la humanidad entera. Comte considera que el progreso social es paralelo al desarrollo de las ciencias positivas, advirtiendo en las
ciencias una relación inversamente proporcional entre el grado de complejidad y el ámbito de aplicación. Así, la primera ciencia serían
las matemáticas, aplicables a todos los campos, pero de complejidad reducida. Después vendrían la física, la química, etc., hasta
llegar a la ciencia más compleja de todas y cuyo único ámbito de aplicación sería la sociedad humana: la sociología. El objetivo último
de la sociología sería controlar el sistema social estableciendo de manera positiva y útil relaciones entre sus diversos fenómenos.
Aportes
Los aportes de Auguste Comte (1798–1857) en los campos de la sociología y la filosofía han sido muy
variadas y de gran importancia.
Concepto de sociología
La aportación más reconocida de Comte y la que está más ligada a su nombre es el uso, por primera vez
del término “Sociología” en 1824.
Gracias a su capacidad analítica y su cualidad de gran sintetizador, Comte pudo reunir todos los estudios
que había en su época sobre la sociedad y sobre los fenómenos sociales.
Estos estudios ya habían alcanzado cierta madurez y fue Comte quien logro asociarlos todos bajo el
mismo término.
Ideas de Comte para la organización social
Las aportaciones de Comte a la Sociología fueron más que solo compilar los estudios de su época y
cobijarlos bajo un mismo nombre.
Sus ideas de “ingeniería social” han sido muy importantes y ampliamente tratadas en el campo
sociológico.
Comte concibió los hechos sociales como hechos susceptibles de estudio científico y propuso una
sociedad organizada bajo principios basados en la ciencia y la racionalidad.
Esta perspectiva permitió el posterior desarrollo de muchas teorías sociológicas y filosóficas.
Fundación del positivismo
La obra más importante de Comte fue una serie de ensayos publicados en 6 volúmenes y que llevaban
por nombre: Filosofía positiva.
En ellos, Auguste Comte plasma las bases de una nueva filosofía. A esta nueva corriente de
pensamiento Comte la bautizó con el mismo nombre de su obra y posteriormente se le dio el nombre de
“positivismo”.
Desarrollo del positivismo y de su objeto
El aporte de Comte al positivismo no estuvo solo en acuñar el nombre y describirlo, sino buscar su
aplicación para mejora de las sociedades.
Gracias a las aportaciones de Comte en el campo se pudieron definir los objetos del positivismo:
 Proporcionar a las mentalidades individuales un sistema de creencias que unifiquen el espíritu
colectivo.
 Establecer reglas coordinadas sobre las creencias comunes del sistema de creencias.
 Determinar una organización política, aceptada por todos los hombre y que responda a sus
aspiraciones intelectuales y tendencias morales.
Las ideas de Comte han permitido posteriores desarrollos del positivismo, una filosofía aún vigente.
Otras ideas filosóficas
Las aportaciones filosóficas de Comte no se dieron solo en los temas del positivismo. La creación de su
filosofía positiva requirió que Comte abordara otros temas filosóficos relacionados, haciendo un
importante aporte al desarrollo histórico de los mismos.
Entre los temas filosóficos en que las ideas de Comte han sido ampliamente discutidas se cuentan los
conceptos de “ideología” y “utopía”, y su vinculación con la teoría de separación de lo espiritual lo
temporal.
Incluso el tema de las artes fue ampliamente tratado por Comte dentro de sus teorías filosóficas.
Los principios de contabilidad generalmente aceptados son un conjunto de reglas y normas que sirven de guía
contable para formular criterios referidos a la medición de patrimonio y a la información de los elementos patrimoniales y
económicos de una entidad. Los PCGA constituyen parámetros para que la confección de los estados financieros sea
sobre la base de métodos uniformes de técnica contable. Estos tienen como objetivo la uniformidad en la presentación
de las informaciones en los estados financiero, sin importar la nacionalidad de quien los estuvieres leyendo e
interpretando.
Esta compuesto por 14 principios que detallaremos a continuación:

1 – Principio de Equidad
El principio de equidad es sinónimo de imparcialidad y justicia, y tiene la condición de
postulado básico. Es una guía de orientación con el sentido de lo ético y justo, para la
evaluación contable de los hechos que constituyen el objeto de la contabilidad, y se
refiere a que la información contable debe prepararse con equidad respecto a terceros y a
la propia empresa, a efecto de que los estados financieros reflejen equitativamente los
intereses de las partes y que la información que brindan sea lo mas justa posible para los
usuarios interesados, sin favorecer o desfavorecer a nadie en particular.
2 – Principio de Ente
El principio de ente o principio de entidad establece el supuesto de que el patrimonio de la
empresa se independiza del patrimonio personal del propietario, considerado como un
tercero. Se efectúa una separación entre la propiedad (accionistas o socios o propietario) y
la administración (gerencia) como procedimiento indispensable de rendir cuenta por estos
últimos. El ente tiene una vida propia y es sujeto de derechos y obligaciones, distinto de
las personas que lo formaron.
Los propietarios son acreedores de las empresas que han formado y aunque tengan varias
empresas, cada una se trata como una entidad separada, por lo que el propietario es un
acreedor más de la entidad, al que contablemente se le representa con la cuenta capital.
3 – Principio de Bienes Económicos.
Los estados financieros se refieren siempre a bienes económicos, es decir bienes materiales
e inmateriales que posean valor económico y por ende susceptibles de ser valuados en
términos monetarios.
Cualquier activo, como caja, mercaderías, activos fijos en poder y/o uso de la entidad y sobre
el cual se ejerce derecho, sin estar acreditado necesariamente la propiedad de la misma,
mientras no entre en conflicto con tercetos que también reclaman la propiedad, están sujetos
a ser registrados en libros en vía de regulación, a través de un asiento de ajuste, tratamiento
que se hace extensivo a las diferencias en los costos de adquisición o registro en fecha
anterior.
4 – Principio de Moneda de Cuenta
Los estados financieros reflejan el patrimonio mediante un recurso que se emplea para
reducir todos sus componentes heterogéneos a una expresión que permita agruparlos y
compararlos fácilmente. Este recurso consiste en elegir una moneda de cuenta y valorizar
los elementos patrimoniales aplicando un precio a cada unidad. Generalmente se utiliza
como moneda de cuenta el dinero que tiene curso legal en el país dentro del cual
funciona el “ente” y en este caso el “precio” esta dado en unidades de dinero de curso
legal.
En aquellos casos donde la moneda utilizada no constituya un patrón estable de valor, en razón de las fluctuaciones que
experimente, no se altera la validez del principio que se sustenta, por cuanto es factible la corrección mediante la
aplicación de mecanismos apropiados de ajuste.
5 – Principio de Empresa en marcha
Se refiere a todo organismo económico cuya existencia personal tiene plena vigencia y
proyección futura. Este principio también conocido continuidad de la empresa se basa
en la presunción de que la empresa continuará sus operaciones por un tiempo indefinido
y no será liquidado en un futuro previsible, salvo que existan situaciones como:
significativas y continuas pérdidas, insolvencia, etc.
Una empresa en marcha agrega valor a los recursos que usa, estableciendo su ganancia
por diferencia entre el valor de venta y el costo de los recursos utilizados para generar los ingresos, mostrando en el
balance general los recurso no consumidos a su costo de adquisición, y no a su valor actual de mercado.

6 – Principio de Valuación al Costo


El valor de costo (adquisición o producción) constituye el criterio principal y básico de la
valuación, que condiciona la formulación de los estados financieros llamados “de situacion”,
en correspondencia también con el concepto de “empresa en marcha”, razón por la cual
esta norma adquiere el carácter de principio.
Este principio implica que no debe adoptarse como criterio de valuación el “valor de
mercado”, entendiéndose como tal el “costo de reposición o de fabricación”. Sin embargo, el criterio de “valuación de
costo” ligado al de “empresa en marcha”, cuando esta última condición se interrumpe o desaparece, por esta empresa
en liquidación, incluso fusión, el criterio aplicable será el de “valor de mercado” o “valor de probable realización”, según
corresponda.

7 – Principio de Ejercicio
El principio de ejercicio (periodo) significa dividir la marcha de la empresa en periodos
uniformes de tiempo, a efectos de medir los resultados de la gestión y establecer la situación
financiera del ente y cumplir con las disposiciones legales y fiscales establecidas,
particularmente para determinar el impuesto a la renta y la distribución del resultado. En esta
información periódica también están interesados terceras personas, como es el caso de las
entidades bancarios y potenciales inversionistas.
8 – Principio de Devengado
Devengar significa reconocer y registrar en cuentas a determinada fecha eventos o
transacciones contabilizables. En la aplicación del principio de devengado se registran laos
ingresos y gastos en el periodo contable al que se refiere, a pesar de que el documento de
soporte tuviera fecha del siguiente ejercicio o que el desembolso pueda ser hecho todo o en
parte en el ejercicio siguiente. Este principio elimina la posibilidad de aplicar el criterio de lo
percibido para la atribución de resultados. Este último método se halla al margen de
los PCGA.

9 – Principio de Objetividad
Los cambios en los activos, pasivos y en la expresión contable del patrimonio neto,
deben reconocerse formalmente en los registros contables, tan pronto como sea
posible medirlos objetivamente y expresar esa medida en moneda de cuenta. La
objetividad en términos contables es una evidencia que respalda el registro de la
variación patrimonial.

10 – Realización
Los resultados económicos solo deben computarse cuando sean realizados, o sea
cuando la operación que los origina queda perfeccionada desde el punto de vista de
la legislación o practicas comerciales aplicables y se hayan ponderado fundamental
todos los riesgos inherentes a tal operación. Debe establecerse con carácter general
que el concepto realizado participa en el concepto devengado.

11 – Principio de Prudencia
Significa que cuando se deba elegir entre dos valores por un elemento de
activo, normalmente se debe optar por el más bajo, o bien que una operación
se contabilice de tal modo que la cuota del propietario sea menor. Este principio
general se puede expresar también diciendo: “contabilizar todas las pérdidas
cuando se conocen y las ganancias solamente cuando se hayan realzado”.

12- Principio de Uniformidad:


Este principio de contabilidad establece que una vez elaborado unos criterios para la
aplicación de los principios contables, estos deberán mantenerse siempre que no se
modifiquen las circunstancias que propiciaron dicha elección.

13 – Principio de Materialidad (Significación o Importancia Relativa)


Al considerar la correcta aplicación de los principios generales y de las normas
particulares debe necesariamente actuarse en sentido práctico. EL principio de
significación, también denominado materialidad, esta dirigido por dos aspecto
funcamentales de la contabilidad: Cuantificación o Medición del patrimonio
y Exposición de partidas de los estados financieros.

14 – Principio de Exposición
EL principio de exposición, también denominado revelación suficiente, implica
formular los estados financieros en forma comprensible para los usuarios. Tiene
relación directa con la presentación adecuada de los rubros contables que
agrupan los saldos de las cuentas, para una correcta interpretación de los
hechos registrados.

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