(Autoridad en medio de la adoración y la alabanza)
2 Corintios 10: 7-8. “7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. 8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;
Autoridad: Facultad o derecho de mandar o gobernar a personas que están
subordinadas. Aptitud para hacerse obedecer o para influir sobre otras personas. Crédito de la persona cuya opinión sobre cierta materia o actividad es respetada y tenida en cuenta debido a su alto grado de conocimiento o dominio sobre las mismas. - Para que la autoridad pueda ser ejercida, deben cumplirse a cabalidad los principios que la rigen, así como también debe usarse un medio por el cual pueda ser manifiesta. Para la autoridad terrenal, se necesita tener una envestidura, así como una serie de conocimientos y solvencia moral. - Por otro lado, la autoridad espiritual tiene sus propios principios y medios. Estos principios son: a) Toda autoridad es dada por Dios. b) La autoridad de Dios es escogencia de Él, no un logro del hombre. c) Para poder ejercer autoridad, hay que estar sujeto a autoridad. d) Nadie puede ejercer autoridad sobre algo que no domina o desconoce. e) Sin santidad, no hay autoridad. - Para poder ejercer la autoridad espiritual a través del servicio al Señor, es necesario tomar una determinación. Éxodo 32: 26-29. - Una vez tomada la determinación, como levitas de Dios, tenemos una recompensa especial. Deuteronomio 10: 8-9. - Se necesita un orden para poder ejercer la autoridad. Nosotros como grupo de alabanza debemos comprender que somos miembros del Cuerpo de Cristo y Él es nuestra cabeza, pero también pasamos a ser como una extremidad, es decir, todos estamos conectados para poder funcionar correctamente y poder hacer que la Presencia de Dios se manifieste. - No hay lugar para el servicio individual en el ministerio y mucho menos para hacer las cosas como mejor nos parezca ya que para eso Dios ha instaurado líderes a través de los cuales nos da instrucciones. Levítico 10: 1-2. Al ser una parte del Cuerpo formada por varios miembros pequeños, no podemos atentar contra nosotros mismos ya que eso no es natural. - Aun si hay desacuerdo con los líderes, no se debe murmurar ya que eso aparta la Presencia de Dios. Números 12: 1-16. La obediencia a las autoridades delegadas por Dios es relativa (dependen de si lo que se instruye está acorde a La Palabra), la sumisión es ABSOLUTA (entiéndase sumisión como una actitud de corazón donde no se atenta contra la autoridad). - Una vez que adoramos con el entendimiento acerca de nuestra autoridad, suceden cosas grandes. 2 Crónicas 20: 21-30