Trabajo final Formación Ciudadana

Realizado por:

Luisa María Echeverri Gómez

1. Tomar una problemática social y plantearle una solución, así sea utópica.

La problemática que me gustaría retomar es la discriminación, ya sea por la raza, el género,

la etnia, la discapacidad, entre otras. Considero que somos una sociedad altamente
discriminatoria, siempre estamos buscando diferencias, formas de hacer sentir mal a los que
nos rodean o simplemente juzgando a los demás por apariencias físicas, ideologías, etc. Es
por ello que creo que para lograr una verdadera tolerancia debemos comenzar por aceptar al
otro, y no es sólo entender esto como un simple discurso en el que se admite que respetamos
lo que el otro es, sino que por el contrario es un discurso que trasciende a la práctica.

Los prejuicios nos ponen una barrera con la otra persona, ya que en la mayoría de los casos
juzgamos sólo por lo que vemos, dejándonos llevar por aquellas concepciones tradicionales
que son heredadas de nuestra cultura, por ejemplo, que el que se viste todo de negro tiene
pensamientos suicidas, que la persona que tiene discapacidad por ende tiene deficiencia
cognitiva, entre otros pensamientos que invisibilizan lo que el otro es, pues queda por delante
lo que nosotros pensamos y aseguramos que es.

El que invisibilicemos al otro o lo juzguemos por lo que aparenta ser acarrea problemas
sociales como lo es la falta de empleo, la escaza igualdad de oportunidades para todos, el
rechazo por parte de grupos sociales, etc. Cuestiones que realmente afectan a muchas
personas, pues es claro que todos poseemos pensamientos divergentes y que, en esa medida,
no todos poseemos las mismas características físicas, biológicas, genéticas, culturales,
políticas, en fin, innumerables particularidades que finalmente todos deberíamos aceptar,
pues son inherentes a nuestra identidad.

Es así como pienso que el problema de la discriminación seria resulto si todas las personas
entendiéramos que, no es hablar de igualdad en general, pues este concepto nos propone que
todos somos iguales, y no es así, todos somos diferentes y eso es lo que nos hace únicos, sino
que debemos hablar de equidad como un término que hace referencia a la justicia y a la ética,
y en este sentido es importante que no veamos al otro como un ser diferente, porque nosotros
somos diferentes.

Abolir todas las concepciones discriminatorias implicaría que ya no se juzgara tanto por la
apariencia para acceder a ofertas de empleo, o se castigara a estudiantes simplemente por no
llevar las uñas de un color “apropiado”, o en el aula de clase se trabajaría cualquier temática
sin excluir a un niño por ser indígena, afrodescendiente o tener cualquier discapacidad, entre
otras situaciones tan sencillas que harían una gran diferencia si las personas pensáramos un
poco más diferente, pues como dije anteriormente no es sólo aceptar al otro como es, sino
respetarlo, darle la oportunidad de manifestar lo que piensa y opina y aun así no tildarlo ni
etiquetarlo con apodos ofensivos o con pensamientos e ideas que nos provoque ese alguien.

En conclusión, para poder avanzar hacia practicas más equitativas en la sociedad y menos
discriminatorias, es necesario que, no todas las personas pensemos igual, sino que
comprendamos que pensar, actuar, vestir, ser diferente es precisamente la esencia de la
humanidad y que asimismo debemos entender que el respeto forma una parte vital en el logro
de unas buenas relaciones de convivencia dentro de la sociedad.