1. Las y los usuarios primero. La nueva Ley debe ser un instrumento que genere
beneficios para las y los usuarios de todas las modalidades; acorde con la jerarquía
de la pirámide de la movilidad, es decir, priorizando a los grupos más vulnerables y
cuya infraestructura genera menor costo económico e impacto ambiental; Personas
con discapacidad, peatones, ciclistas, las y los usuarios y operadores del transporte
público y vehículos de emergencia, las y los usuarios y operadores del transporte de
carga y las y los usuarios de los vehículos particulares motorizados.
3. Visión sistémica. Vinculación con otras leyes desde una perspectiva metropolitana,
entre otras, las que regulan: el medio ambiente, el desarrollo urbano y la
administración pública.
5. Espacio público. Establecer las condiciones para que el espacio público cumpla la
función de contener y articular los servicios, equipamientos e infraestructura para la
movilidad eficiente, la convivencia y la habitabilidad.
6. Tecnología. Enfoque de movilidad como servicio (MaaS) como pieza clave del
sistema integral de transporte. Inteligencia basada en generación y uso de datos que
deben ser públicos, para hacer más eficiente el sistema.
13 de febrero, 2019
ORGANIZACIONES QUE POSTULAN EL DECÁLOGO:
13 de febrero, 2019