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EL ANTICRISTO

FREDDERICK NIETZSCHE

Nietzsche comienza su obra hablando de algo que siempre ha estado presente para los
hombres a lo largo de la historia: la felicidad. La búsqueda para encontrarla, pero, ¿qué es
realmente lo que nosotros conocemos como felicidad? Fórmula de nuestra felicidad: un sí,
un no, una línea recta, una meta. La creencia sobre la felicidad para uno no es la misma para
todos, simplemente lo que es bueno para alguien puede no serlo para otro. El hombre obtiene
la felicidad en el fin que él se ha marcado que, casi siempre, tiene que ver con el poder. ¿Qué
es bueno? Todo lo que produce poder al hombre.

Se califica a los cristianos como “el animal enfermo del hombre”, ya que han idealizado su
propia existencia en un ser desconocido, han basado sus ideales en una doctrina no basada
en la realidad, y condena al cristianismo como factor de decadencia del hombre.

Se idealiza a un “superhombre”, el hombre ha creado una especie de “superhombre” juntando


todas las cualidades buenas y separando las malas y le ha dado forma para creer en ese ser
creado, darle la fuerza para basar nuestra vida y creencias en él y en l momento de fallarle
sentirnos como un pecador (para conseguir la máxima fortaleza espiritual), como si fuera
malo cuando, en realidad, el hombre no lo es y no ha hecho nada.

Existen valores decadentes para el crecimiento del hombre como tal, como es la compasión,
la moral, el “tú debes”; todo esto nos lleva a una forma de vida marcada, delimitada; nos
prohíbe formas de actuar, de pensar y esto solo lleva al hombre a la decadencia, no permite
que pensemos, que crezcamos y nos desarrollemos mentalmente. Siempre marcados por la
sombra de nuestras “creencias”. La compasión se opone al principio de la selección, no
merece ser una virtud. El principio de la selección menciona que los más fuertes serán los
más aptos para sobrevivir y el débil morirá. ¿Acaso existe la necesidad de sentirnos cobijados
por un ser superior para poder actuar?

Este sentir depresivo y contagioso obstaculiza a aquellos instintos que tienden a la


conservación y a la elevación del valor de la vida. Es un elemento multiplicador de la miseria,
conservador de todo lo miserable. La compasión es el instrumento de la decadencia y que
hace entregarse a Dios.
La existencia de sacerdotes dentro de las religiones es la representación mortal de ese ser
superior, ya que este es un ente imaginario al que confiamos nuestra “fe”, el sacerdote castiga
y adquiere la personalidad de ese Dios, nosotros obedecemos y confiamos. Pero no existe
diferencia entre él y nosotros, ambos somos seres de carne y hueso, con capacidad mental y
mismas habilidades; pero supuestamente él tiene contacto con aquél ser superior.

Virtudes establecidas por una religión: debes hacer, no debes hacer, debes ser, no debes ser;
las virtudes deben ser algo personal, algo desarrollado por nosotros mismos en relación
nuestra forma de vida, no un imperativo categórico a seguir que nos lleva de la sociedad
donde vivimos.

El hombre no deja de ser como el animal. A su manera cada animal es perfecto, está creado
a sus capacidades y razón de estar en la naturaleza. La única diferencia que hace al hombre
superior es la capacidad de pensar. Esto tal vez pueda parecer una ventaja a simple vista, pero
el pensar nos aleja cada vez más de nuestra felicidad. Los animales actúan por instinto, tienen
sed, beben agua; tienen hambre, atrapan a su presa; necesitan aparearse, lo hacen. Y así
cubren sus necesidades, no complican su existir pensando, y ellos así son felices. La moral y
la religión, en especial la cristiana, no tienen contacto con la realidad, ya que en ellas todo es
imaginario (Dios, alma, pecado, espíritu, interpretaciones de sentimientos).

El cristianismo es una religión que busca que actuemos para bien, basándonos en principios
irreales, no objetivos. Se le inculcan al hombre conceptos que nadie conoce realmente y que
cada quien interpreta de diferente manera; es una religión basada en lo imaginario, nadie
consta que existe un dios, que el humano tenga alma, que al actuar fuera de lo estipulado por
alguien se esté cometiendo un pecado. Como anteriormente mencioné, ¿Dónde está marcada
la línea que separa lo bueno de lo malo?, ¿Hasta dónde debo llegar? Mejor dicho, la pregunta
debería ser ¿Hasta dónde me permitirá mi contexto llegar?

Un pueblo que cree en sí mismo necesita de un Dios para proyectar en él el placer del hombre,
el sentimiento de poder, a quien hacer sacrificios... Así, entendemos la religión como un
modo de dar gracias a sí mismo, de dar gracias a Dios. Por lo general la gente más humilde,
la de menos educación, los pueblos más pobres suelen ser los más creyentes. Precisamente
ellos, los más débiles, son los que depositan toda su fe y muchas veces todo lo que tienen en
la religión, los más desprotegidos confían en que alguien los resguarda finalmente; aunque
ese alguien no les proporcione techo y comida, pero les brinda fuerza para sobrellevar su
situación. Tristemente así es en nuestro país. Puedo no tener para pagar mis deudas, pero
estoy en la iglesia pidiéndole a Dios que me ayude.

Hay un Dios, un ser elevado con poder superior al humano que cuida y protege a su pueblo
porque no quiere verlos sufrir. Hablo de un Dios de amor, un Dios de bien, pero para el caso
de la gente creyente ¿Qué pasa cuando tienen un accidente, ¿cuándo muere alguien, cuando
les roban, etc.? Se le atribuye muchas veces a Dios el que pasen estas cosas, “ya nos tocaba”,
“cuando te toca, te toca”, “por algo pasan las cosas”. Entonces ¿Por qué si es un Dios de
amor, éste permite que ellos sufran? Necesariamente tiene que ser un Dios de bien y de mal.
Donde la voluntad de poder cae, hay decadencia y Dios se convierte en el Dios de los débiles,
aunque ellos se llaman “los buenos”. Es la decadencia de Dios. El débil y el que sufre en la
realidad tiene fundamentos para cobijarse en una religión llena de conceptos irreales, no
comprobables, pero a él le harán sentir protegido.

La comparación entre budismo y cristianismo. Nietzsche dice que el budismo es la única


religión que dice “lucha contra el sufrimiento”, lo acepta, el budismo es positivista y realista.
Se fundamenta en conceptos reales, comprobables, no como el cristianismo.

En el budismo se hace hincapié en los sentimientos (dolor) y se posee una super


espiritualización. Sobre estas bases surge una depresión que se puede arreglar con la vida
libre y sin preocupaciones por sí mismos o por otros, entre otras cosas. No tiene esta religión
ningún imperativo categórico, ninguna oración ni ninguna coacción. Todas estas cosas son
medios para fortalecer la excitabilidad. Además, el budismo no critica a quienes no piensan
de esta. Por otra parte, Nietzsche piensa que esta religión es buena debido a que es “egoísta”,
se preocupa por uno mismo ya que uno es quien actúa, uno es quien sufre, uno es el culpable
de su malestar y nadie más. La meta del budismo es conseguir la calma espiritual, y se
consigue. Lo perfecto en el budismo, es lo natural.

El cristianismo, sin embargo, está siempre en contacto con el Todopoderoso, con Dios y lo
ve como algo perfecto e inalcanzable para el hombre. El cuerpo es despreciado. Además, hay
odio para los que no piensan del mismo modo. El cristianismo tiene siempre presentes
elementos bárbaros: sacrificio, beber sangre en la comunión, el desperdicio del espíritu y la
cultura, la tortura. El cristianismo se basa en el debilitamiento para la civilización. Además,
está catalogada como una religión de mentiras, promesas inconclusas obra bien y te irá bien,
llegarás al paraíso del señor, ¿dónde se encuentra ese lugar?

El budismo es una religión para razas que se han vuelto bondadosas y mansas que sienten
dolor fácilmente, es una reconducción a esas razas a la paz; es una religión para el cansancio
de la civilización. El budismo no promete, explica las cosas buenas que están en la realidad
y dice al hombre la manera más fácil de legar a ellas. El budismo dice lo que piensa: yo sufro.
El cristianismo ha tenido que inventar la figura del demonio para poder sufrir por algo y
culpar a alguien.

Explica las bases del cristianismo:

 Para que el amor sea posible, Dios tiene que ser una persona.
 Para que los instintos más bajos puedan hablar, Dios tiene que ser joven.
 Para el ardor de las mujeres, tiene que ser un santo hermoso.
 Para el de los hombres, aparece la figura de la virgen María.

La castidad favorece la vehemencia del instinto religioso. Hay que dar una esperanza a los
que sufren. El autor también habla de los judíos, dice que son el pueblo más notable de la
historia porque trazaron sus límites frente a todas las condiciones que le habían sido posibles.
Los judíos han cambiado de tal modo la historia que hasta hoy en día, los cristianos, pueden
tener un odio hacia ellos sin darse cuenta de que son la causa última de la consecuencia judía.

Volviendo con la religión, los escritos religiosos (evangelios, etc.) son para Nietzsche la
literatura más difícil de leer por su difícil comprensión. Además, dice de estos escritos son
imposibles demostrar con exactitud científica y, por ello, todos sus intentos de demostración
están condenados al fracaso.

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