OPINIÓN:
I. Prehistoria
II. Antigüedad
En cuanto a las fuentes del derecho penal canónico, encontramos una profusa
cantidad de cánones o decretos, emanados de los concilios, y decretales o
epístolas papales, surgidas de las consultas hechas al papa, que, junto con
otras fuentes seculares como el Breviario de Alarico y el Código Teodosiano,
fueron recopilados a mediados del siglo XII en una obra que pasó a la historia
como el “Decreto de Graciano”, llamado así por el monje que la elaboró. Esta
compilación marcó el punto de partida del movimiento recopilador del derecho
canónico, que culminó en el siglo XV con el Corpus Iuri Canonici. Lo integraban
el propio Decreto de Graciano, las Decretales de Gregorio IX o Liber
Extra (1234), el Liber Sextus de Bonifacio VIII (1298),
las Clementinas o Liber Septimus (1314), las Extravagantes de Juan
XXII (1500) y lasExtravagantes comunes (1503).
El inicio del proceso recopilador del derecho canónico coincidió en el tiempo
con el descubrimiento, por parte de un jurista italiano llamado Irnerio, de un
manuscrito del Digesto, la obra más extensa de la compilación del emperador
Justiniano, en una biblioteca de Pisa. A raíz de este hallazgo, Irnerio fundó la
Escuela de los Glosadores (siglo XII) en la Universidad de Bolonia con el fin de
estudiar el derecho romano justinianeo, empleando para ello un método de
trabajo basado en la glosa, esto es, incorporar aclaraciones a los textos
estudiados. Los Glosadores fueron sucedidos por la Escuela de los
Postglosadores o Comentaristas (siglos XIII y XIV), que convirtieron las
construcciones jurídicas de los primeros en un derecho aplicable por los
tribunales de la época. Crearon un nuevo sistema jurídico integrado
principalmente por el derecho romano y canónico que, gracias al apoyo de los
reyes feudales, al impulso de su estudio en las universidades medievales y a la
aparición de la imprenta, logró una gran difusión hasta convertirse en el ius
commune o “derecho común”, durante varios siglos, de toda Europa. Sus
principales características podemos resumirlas de la siguiente forma:
o Protegía los intereses de los monarcas, nobleza y clero. Asimismo,
fundaba el tratamiento penal en la posición estamental de las personas.
o La instrucción del proceso era secreta, lo que se traducía en una falta de
garantías procesales.
o Arbitrio judicial sin marco legal, el juez tenía la facultad de aplicar las
leyes que juzgaba conveniente.
o La pena no era individualizada (alcanzaba a terceros) y excesivamente
cruel (pena de muerte, torturas y mutilaciones, trabajos forzados, etc.).
Llegados a este punto, damos por terminado este primer artículo de la serie
“Historia del Derecho Penal”. En la próxima entrada estudiaremos la época de
la Ilustración y las repercusiones que tuvo la Revolución francesa para el
conjunto de las naciones europeas. Asimismo, analizaremos el movimiento
codificador y el enfrentamiento que mantuvieron las diferentes escuelas del
pensamiento penal hasta llegar a la época actual.
DIFERENCIAS ENTRE FALTAS Y DELITOS:
La diferencia entre estas categorías reside en que los delitos son castigados con penas de
reclusión o con multas mientras que las faltas son sancionadas con penas de arresto y, en
su defecto, con multas. Las faltas son, generalmente, menos graves que los delitos y
pueden considerarse, en este sentido, como un delito menor. La constitución política de la
República de Guatemala artículos 6 y 11