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La dolarización no es la panacea - Opinión


Armando Ribas Setiembre 26, 2018.

Parece haberse planteado la conveniencia de dolarizar la economía argentina como una aparente
solución a la problemática de la inflación y la devaluación del peso. En ese sentido se ha
manifestado la brillante periodista de The Wall Street Journal Mary Anastasia O"Grady. Y al
respecto de la inflación de un 40% en el año y la caída del PBI escribió: "La pregunta que parece
estar en los labios de todo el mundo es: ¿Porqué está pasando esto otra vez, bajo un presidente que
se supone implica el cambio? La respuesta: Porque Argentina todavía tiene un banco central. Para
resolver el problema de una vez y para siempre, debe dolarizar".
Me voy a permitir discrepar con la solución propuesta por Mary Anastasia al problema que
correctamente plantea cuando dice: "En el 2016 y el 2017 el gobierno continuó gastando más alla
de sus medios y tomando préstamos en dólares en el mercado de capitales internacionales para
financiar el déficit".
Por tanto, no estoy de acuerdo en considerar que la dolarizacion implica la solución de la
problemática que enfrenta la economia argentina.
FEO FUTURO
Para comenzar me voy a referir a un artículo publicado en Foreign Affairs titulado Europe Ugly
Futuro (El Feo Futuro de Europa). En el texto, Andrew Moravcsic describe el error que significa el
tener una moneda común entre países que tienen politicas monetarias, fiscales y laborales distintas.
Y en función de ello expone como la comunidad del Euro ha significado a partir del 2007 que la
economía alemana ha crecido un 7% en tanto que las economías de Bélgica, Francia y Holanda
permanecieron estancadas y las de Finlandia, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal se han contraído más
que cuando se produjo la Gran Depresión. Y siguiendo con el tema se refiere a la "Argentina que en
1991 esperaba frenar la inflación pegando el peso al dolar, lo cual determinó una severa crisis
económica de la cual el país todavía no se ha completamente liberado". 
Perdón que me haya referido a esta larga observación, pero no puedo menos que compartir las
conclusiones al respecto del mantenimiento de una moneda común, cuando se tienen políticas
fiscales y monetarias distintas. Ya debieramos saber que la problemática argentina no es el tipo de
cambio sino el exceso de gasto público y el consiguiente déficit fiscal que se enfrenta y al que se
refirió Mary O"Grady.
En ese sentido voy a insistir en que la reciente devaluación del peso no es la causa de la crisis que
vive el país, sino por el contrario ha sido el resultado del desequilibrio creado por la revaluación del
peso, que de acuerdo a mis estimaciones en diciembre del 2017 alcanzaba al 42%. Las
consecuencias fueron los déficit comerciales que en el año 2017 alcanzó a u$s 8.400 millones y esa
tendencia todavía sigue en lo que va del año.
MAS INFLACION
De acuerdo a las últimas informaciones respecto a los precios en Argentina en los primeros nueve
meses del año la inflación alcanzó a un 29,3%. De acuerdo a mis estimaciones la relación con el
nivel de precios de Estados Unidos, basada en que en 2001 el peso estaba revaluado en un 45%, la
paridad cambiaria en septiembre alcanzaría a $ 31,82 por dolar. Por tanto, el peso en la actualidad
estaría devaluado en un 25%. Si el precio del dólar se mantiene y la inflación en el año alcanza al
42% el tipo de camio de paridad sería $ 34,72 por dólar y el peso estaría devaluado en un 16,7%.
La devaluación no es la causa de la inflación sino la consecuencia necesaria para evitar la
revaluación, que implica la pérdida de competitividad. De nuevo voy a citar a Friedman que
reconocío que el problema no era el déficit fiscal sino el nivel del gasto y escribió: "El total del
peso del impuesto es lo que el gobierno gasta y no esos recibos llamados impuestos. Sin
reducción del gasto, por tanto la reducción nominal de los impuestos meramente disimula más
que reducir el peso".
Qué sentido tiene mantener un nivel de gasto que supera el 50% del PBI y proponer un cambio en la
moneda. Es indudable que la problemática heredada por Macri a su llegada al poder era el nivel del
gasto público que el gobierno de los Kirchner lo había aumentado del 22% del PBI al 45% del PBI.
Por consiguiente la solución al desequilibrio heredado era la reduccion del gasto público que, tal
como lo reconoce Mary O"Grady, Macri en lugar de reducirlo lo incrementó. En 2016 lo aumentó
un 40% y de acuerdo a mi última estimación en el 2017 alcanzó al 52% del PBI.
Entonces voy a insistir en el hecho de que el problema no es la inflación sino el nivel del gasto. Si
bien Moravcsik se refirió a que la causa de la crisis europea ha sido el mantenimiento de una
moneda común, es un hecho que la causa origen de la crisis a la que se refirió ha sido el aumento
del gasto público. Y en ese sentido, Europa es un ejemplo de que se puede tener crisis sin inflación.
LA CURVA DE LAFFER
Siguiendo con la problemática planteada, Macri se refirió a que iba a aumentar los impuestos. Al
respecto debemos tener en cuenta la tesis de Laffer, según la cual la reducción de los impuestos
determina un incremento en la recaudación. Por tanto podemos concluir que cuando se aumentan
los impuestos se reduce la recaudación. Y este hecho está expuesto por George Gilder que escribió
que el incremento de los impuestos determina un incremento de los precios y consecuentemente cae
la inversión que a su vez determina la caida de la tasa de crecimiento económico. Esa realidad la
refleja la evolución de la economía argentina que se espera que en el año el PBI caiga un 2,5%.
No obstante esta situación el riesgo país bajó un 10%. Es decir que aparentemente se está
reconociendo la posibilidad de solucionar la crisis como consecuencia del acuerdo con el FMI y el
apoyo de Trump a Macri. 
Es un hecho que la supuesta tendencia de Cambiemos es superar la crisis que ha sufrido la
Argentina en los últimos 70 años restaurando la seguridad jurídica. O sea insisto han sido buenas las
intenciones pero lamentablemente hasta la fecha erróneas las implementaciones. No obstante, el
gobierno de acuerdo con el FMI no está dispuesto a establecer otra convertibilidad y por supuesto
tampoco la dolarización. 
Es imprescindible que se defina el proceso de reducción del gasto público como conditio sine qua
non de lograr los objetivos de reponer a la Argentina en el proyecto político que la llevó a los
primeros lugares del mundo en los primeros años del siglo XX.

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