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V. Lacntrevista inicial con los padres

Cuando los padres deciden consultarnos sobre ' el problema o enfer-


medad de un -hij o les Pldc;·'una" eñirevIsta;
aavirneriaoles"que el' hijo no
- debe estar p reserite;-peri:f sí informado de--Ia"'consnlta.
~ lUiñquesú~gerlmo-s Ía conveniencia"de' verlos a ambos, lo frecuente es
qu'e acuda la madre, excepcionalmente el padre y muy p~s veces los dos.
En algun os casos muy especiales un familiar, amigo o institutriz han venido
en representación de los padres. Cualquiera de estas posibles situaciones
• es, en sí misma, reveladora del funcionamiento del grupo familiar en la
relación con el hijo.
Gu~Q!l.I)_ , 1~__~rureyiatL.es.,_CoJL.J1_mp~Rª!!f.~~.L,cy'i.4_a","~U1JJ.s ,,~e no m ostrar
.. prefurencias, aunque inevitablemente se producir~., ~ mayor entendirn¡ep-~o
COnUDO de dIos. Ese elltendimie:nto debe servir para la mejor comprensión
• del problema y no para crear un ·nuevo conflicto.
, Para forma rnos un j uido aproximado sobre las relaciones del grupo
familiar y en especial de la pareja, nos apoyaremo~ en la impresión que
tengamos al reconsiderar todos l os datos consignados en I~ entrevista. Esta
no debe parecerse a un interrogatorio, en el cual se sientan enjuiciados.
P or el co ntrario , hay que tender a aliviarles la angustia y la culpa que la
enfermedad o conflicto de un hi jo despiertan y para eso debemos asumir
des de el primer momento el papel de terapeutas del hijo y hacernos cargo
del problema o del síntoma.
Los datos que nos dan los padres suelen ser inexactos, deformadus
o muy s uperficiales, pues no suelen tener un conocimiento cabal de la situa-
ción y durante la entrevista olvidan parte de lo que s8".bían debido a la
angustia que ·és ta les provoca. Suelen vivirla com o un enjuiciamiento.
Además, no pueden, en un tiempo tan limitado , establecer una relación tal
con el terapeuta -hasta entonces persona desconocida- , que les permita
profundizar en sus problemas.
~~~; ~íii~;,~c~o~n~~v~eniente finalizar la entrevista sin haber I~Kr.a~_C?.
los ill .~ . . conocer 811les-ae-veral niño:
.JI. }.-iriQiiY~?e -"li -c·óns.l!!!ii. . .pilsto!ia d.t!J...niÍÍo~ . c) cómo se ~es_arr_oUa... un ,
día de .....ij...vlda .di.riJ!, un domingo o feri!,,~o.. y .eLdía.desu .c lI!D\!.ka¡¡o~, y
d) cómo , es .1a, _rela~ión :,de i~;·· P~4~!!~L -~_nJtt ,~!J~~L ~I}_ ~J!~-, h.üº~._.L._~'?..?._ el" ·
medio familiar inmediato. ..- -.
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76 ARMINDA ABERASTURY
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE l':iNOS 7
Es necesario que esta entrevista sea dirigida y limitada de acuerdo abierto con deseo de abortar e intentos realizados, 'O si lo aceptaron COl
con un !lIan previo, porque ~~ no ser así los padres, aunque consciente- alegría.
men~e VIenen .a ha.blar del Ihl) 0, tienen la tendencl.a a escapar del tema
~s pregunto luego eÓill9 ~vQlw;~i()J}ª!"9r.Losll~senti:mi.eIl~os, si lo ace¡::
medIante confIdencIas sobre ellos mismos. La entrevista que hemos acor- taron', se sintieron felices 'O se ilusionaron, porqüe-~aesde que un niño e
dado es para que ~·os ?ablen del hijo y de su relación con él y no debernos concebido todo lo que acontece es importante en su evolución posteri'OI
abandon~r este cn:eno durante todo el curso del tratamiento. Como ya Todos los estudios actuales ponen su énfasis en la relación de la madr
hemos dIcho, necesItamos obtener los datos de mayor interés en un tiempo con el hijo y es un hecho comprobado que el rechazo emocional de };
limitado, que fluctúa entre una y tres horas. madre, Sea al sexo de su hijo como a la idea de tenerlo deja huella
La ordenación anteriormente referida fue elegida por mí después de profundas en el psiquismo de éste. Por ejemplo, el niño que na.ce con t
probar muchas otras y trataré de fundamentarla.
misión de ~n~.~.~J.?.!1: _ J?<:t~ejaeII trance . ,desepa:rarse, lleva el sello de.est,
-yst~.erz?~. Er Tracaso determinará en él una gran desconfianza en si. misrol
a} M Olivo de la consulta
i~~ii~s~eapacidad para realizarse en la vida 1.
Si he resuelto interrogar primero sobre el motivo de la consulta es - La respuesta que brinda la madre a cómo sobrellevó su embarazo no
por~~esGult~ ..~~iar~aS·difícil·patiilos·· padres es. h~!~r'de--1o-qu.e-~~ indica cuál fue la iniciación de la vida del hijo. No esperG que la res
anda bIen ,en )' .eoIl el hlJ'o. La resisteaeia-a ha:cer-1o"nÓ es consciente; -ésta puesta sea un fiel reflej o de la verdad, pero, en cambio, lo que lo
ya la han v~nci.do .cuando decidieron consultarnos. Para ayudarlos, padres nos dicen confrontado ~on el material 'Ofrecido por el niño, ser!
_.!!-atar__ ~e .-º.~§Q1~.rnur . _etmº~~.~_~~ angustia iniciaJ..yes IC4qlJe se . 1io·'g:{r···-a'· ",-•.• de gran utilidad en la investigación 2. En algun'Os casos hubo al principi4
hace~no~.carg,o.de lél enfermeda¡f _ ~:S.QllfIic~a' y'ál enfrentarnos con éste desde una ocultación consciente de hechos importantes; sin embarg'O, la mayorí¡
el pnmer m.oIn~p!o, _ :~it~á~donos como analís,l~' (d~l. hijo. de las veces se trata de olvidos, omisiones 'O def'Ormaciones de ' recuerdo
Deben sentIr que todo lo que recuerden sobre el motivo de la consulta por conflictos inconscientes. A veces este olvido fue tan llamativo e incom
'es importante para nosotros, y en 10 posible registraremos minuciosamente prensible que sólo la frecuencia de hechos similares -en mi experienci¡
las fechas de iniciacién, desarrollo, agravación o mej oría del síntoma y en la de otros analistas--, me permitió aceptar que no se trataba de U1
para l.uego confrontarlas con las que consignemos en el transcurso de la engaño consciente ni de una ocultación voluntaria' ~me refiero a casos el
entrevIsta. los cuales hubo abortos no mencionados, antes y después del nacimient4
Al sentirse aliviados recuerdan más correctamente los acontecimien. del paciente 3 _ o circunstancias de la vida familiar durante el embaraz,4
tos sobre los cuales los interrogaremos en la segunda parte. Sin embargo, completamente olvidadas 4.
debemos a~eptar que con frecuencia ocurren olvidos totales o parciales Aunque en realidad muchos niños no son deseados por sus padre
de hechos Importantes, que meses después nos comunica el niño estando -por lo menos en el momento de la concepción-, la respuesta que obte
en trat~mi.ent? Tam.b~én )~~~~__ -=~.~~mpre que P~:.;J~~~i!?!,~,!__ .~~I . ,hij9 nemos en l?- mavoría de los casos es que fueron deseados, y si aceptan e
haya dIsm.lDlU?() sufICIentemente la angustia qlle .:r:t10tivó el olvido,___ .podrán rechazo 1'0 atribuy~il al otro cónyuge. Similares dificultades se presenta1
.:e~~r,dar loas circunstancias desencadenan tes reprIm:íOas~ -eYf'la- entrevista cuando interrogamos sobre el embarazo y parto. Es casi la norma que el
I l l l C 1 3 I . · " ·-- --- --- --_._~ -- les antpcedentes consignados en Ja primera entrevista leamos: "Hijo desea
No obstante esta inevitable limitación los datos obtenidos son valiosos do, embarazo y partos normales", y es en cambio muy poco frecuente qw
no sólo para el estudio del caso, sino ta~bién porque pueden ayudarnos estos dat-os se man~~ngan en l a historia reconstruida.
a comprender la etiología de las neurosis infantiles, capacitándonos así para Por ejemplo, nos consultaron por una niña de dos años y medio ;
una tarea de profilaxis. quien se le había diagnosticado una epilepsia primero y luego una aligo
La c'Omparación de l'Os datos obtenidos durante el análisis del niño frenia. En los antecedentes aparecía como hija deseada de un matrimoni4
Can los suministrados por los padres en la entrevista inicial es de suma bien avenido; tenía una hermana de tres meses y la madre no record4
imp'Ortancia para valorar en profundidad las relaciones con el ' hij o. dificultades ni antes ni durante el embarazo.

b) Historia del niño 1 Esto se comprobó en todos los casos en que se analizaron niños nacidos par.
~umplir tal misión.
M_~_~~~resa_ sa~e~_l~" ~e~~.~esta emocio~a! .. ___en especial de la madre- 2 ef. capítulo XIII.
8 Cf. capítulo XIV.
ante el anunclO-de"I- erh5-arazo, si, fue'd-eseado ó accidental, si hubo rechazo
4 Cf. capítulo XIH.
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Al parecer, la mna nació ue un parto normal y tuvo un desarrollo inconsciente . todo _~§tá .. grabado~ ·· No debemos, pues, desconcertarnos si al
sin trastornos hasta los 9 meses, edad en que sufrió un desmayo mientras lóterrogatoilo··sobre el parto suelen respondernos solamente si fue largo o
la madre la bañaba. Recordó ésta que quiso reclinar hacia atrás la cabe- corto. CQnyj~~_p!.e.z!!!!.t.!l.!'.. si f~.e a término, inducido, si se ~io anestesia,
cita para lavársela y en ese momento la niña perdió el conocimiento. A los __ ~u.~ _~~.~t?ión . tenía. la .madre con la °
·pariera parl~ro, . si en el momento
13 meses se presentó la primera convulsión. Relató la madre que en aquella ~el parto conoelan bien el proceso, si estaban dormidas o despiertas, acom·
oportunidad llevaba en brazos a su hija y también cargaba con varios pañada~ ó solas. Estas~ preguntas abren a· v.eces nuevos .c aminos al recuerdo
paquetes. Al caerse uno de ellos, dej ó a la niña en el suelo: ésta súbita- siemp·r~ que el terapeuta mantenga durante la entrevista el espíritu que
mente cayó y perdió el conocimiento, siendo luego internada. _.hemos señalado y ayude sobre todo a valorar la importancia de la relación·
Veamos ahora las condiciones reales en las que fue concebida y las con el hijo.
del embarazo y parto, así como el camino por el cual llegamos a estos Cuando obtuvimos" suficiente ..i~form ación .. s~bl'e ...e~ part? preguntamos
aatos. Por indicación de la analista' consultada inicialmente 5 la madre si JaJacfancTaTueiilli'terÍÜi.-·Ué < ser Ii"SÍ nos interesar"; s·á ber sí el bebe tenía
entró en un grupo de orientación del cual yo era la terapeuta y la hija -----reflej-o-·u:e ··Stt~ctón;-s1-se-pTendió bien al pecho y a cuántas horas después
comenzó un análisis individual 6. del nacimiento, así com"O las condiciones del pezón. Luego interrogaremos
Llegamos poco a poco a un sorprendente fluir de l'ecuerdos que sobre -el ritmo de alimentación, no sólo la cantidad de horas que dejaban
modificaron los datos iniciales. En efecto, recordó a la madre que con libres entre mamada y mamada sino también cuánto tiempo succionaba
anterioridad había tenido un aborto de 3 meses y que durante el embarazo de cada pecho. No es frecuente la alirneIltación a horario y a un ritmo
de la pacienle, al cumplirse el tercer mes, se hablan producido· pérdidas determinado por la madre. Lo más común es que no limiten el tiempo
como en el primer embarazo. El médico aconsejó un raspad'o señalándolf> de succión, no respeten Jos mtervalos euiié las comtda~~-t8Rgan- ..,QBa
que aun cuando el embarazo negase a término, se correría el peligro de hora fija ..e..ara l~llClat la alífuefitaclOD. ---.. ~ . ~ . ~_ .
.,I ... • . . . . _'.. • ... .- ..

dar a lu;¿ un bija enfermo. No obstante esta indicación médica, la madre ...- Est.o l1ace g~ l~·.madre s~ ~ienta abrumada J:l0r la obligación . de aH·
se empeñó en continuar el embarazo y guardó cama hasta el momento !".!!!J.!lL. ~=-~1ilillo: sr no tiene una hora determinada para empezar ni 'un
del parto. • r.pso regular entre las comida., toda su propia vida se ve limitada y
Durante la sesión de grupo en la que recordó esta circunstancia, relató no sabrá nunca cuándo podrá disponer de tiempo para ella. Por eso la
muy conmovida y asombrada que siend" niña jugaba a que sus muñecas forma en que se establece la relación con el hijo nos proporciona un dato
eran · " taradas" y ella las curaba. Cuando el médico le advirtió la posi. importante no sólo de la historia del paciente sino de la madre y de su
bilidad de tener un hijo enfermo recordó esa vieja fantasía infantil de concepto de la maternidad. Es de suma imporl:ancia en el desarrollo pos-
maternidad y resolvió cuidarse para tenerlo sano, lo que le dio fuerzas terior del niño la forma en que se establece la primera relación pOSData!.
para seguir adelante e inmovilizarse en cama. Conocemos bastante la trascendencia del trauma del nacimiento durante
En el momento del parto ¡:e presentó una comp~icación 7 y cuando toda la vida del sujeto: la observación de lactan tes y el análisis de niños
ya iban a aplicar el fórceps la madre hizo "un esfuerzo supremo" para pequeños nos han enseñado much o sobre la forma de ayudarles a elaborar
evitarlo y, en efecto, no fue necesario recurrir a él. La niña nació con ese trauma. !-!-12.~ de los elr.rnentos primordiales_.~ . !R.l , fin es facilitarle.. ,al
una luxación congénita de cadera y al tercer mes -el mismo en el que bebe un sufiCJr,ll t~ contacto físico con e.u m adrp. lue ~!O de nacer.
aparecieron las pérdidas y se inició la inmovilización- la madre decidió -··~té·colúa·éto -debei;·a-apl~o:xrm-:-1r~e-10· -rnás ·V·osible á la situación intra·
cOllsuhar por la luxación. Inmovilizaron a la niña hasta los C) meses, coin· uterina y establecerse cu:mto antes, pu~s así será de mutua ayuda. Para el
cidiendo esta fecha con la del parto e inmovilización de la madre. Este niño porque empieza a recupcra:r en parte lo q ue ha perdido y sin una
esclarecimiento fue el resultado de las interpretaciones que se le hacían . qtr~;~ ~ ·Utlfiíeñ·Eai"sll- fitislración .y desárripar ó, incrementa
.;;¿cesTvi ··(tetilUl. á·-
en el grupo y de la mejoría de la hija en tratamiento que~ aliviando su su·; · tendené~a~ ~'i:resfrudivás dificllltándole su relación con la madre. bra
angustia y culpa, le pennitió recordar más fácilmente los acontecimientos ~~.. Ínad;e~ p~rque el nacirnient~ del hijo es UlI desprendimiento que fe
que iniciaron la grave enfermedad de la niña. repite~ Süprotiia·ljerrudi·· ñé la -madre. Dar es para ella una renovación
Difícilmente las madres recuerdan y valoran conscientemente 1a impor. ~~I~~te~ ~t::)ó · queella misma recibió cuando hij~; por esto cuanto ~ás
tancia de los hechos relacionados con el embarazo y" parto, pero en su da y en mej ores condiciones, más se enriquece su. vmcnlo con la madre m-
terlla. La Índicación tan frecuente de llevar al bebe lejos de la madre
SUSANA 1. DE FERRER.
i)
Con CELA H. DE ROSENTHAL. pan;· que ésta descanse es totalmente errónea porque ni uno ni otro des-
Una mala rotación de cabeza. cansan bien .al estar frustrados en esa necesidad. tan intensa. Otra finalidad
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~ de establecer una lactancia a ritmo regular y DO l.i1?rada~ a}a necesidad E~o~'!!ks. gdª_ J:~acióu.cQ,Q. ,~!)¡jj ~. _q\l~ a mel\udo Do;consegui.
;n"...
.~. o.xp¡;e;;¡¡:¡fó ··p or el niño' es la' ayllda que le ofrecemos asÍ.al1)e.r;~ .!!.ar~ mos3e ia madre, van surgIendo poco a poco del material. deLmno ._cuando
minar la ansiedad -una de las más arduas tareas a las que esta some- ~ seanálizá:-No 'todo l'.':iJll.~§UslÍ¡¡¡:.¡,;:a"etmund;'es alimentoy .tampoco
tidu el yo después del nacimiento-o En efecto, con la alimentación a es todo )0 qü~_ una~-·iñ~e p~ede_ d.arle. Hoy sabemos que madres que no
horario se le ofrece estabilidad en el suministro, estabilidad que surge hañ ·dad·o ' ~pecho ti süs hijos; peró~ que tuvieron muy buen contacto con él,
del hecho de que el objeto sea el mismo, en condiciones semejantes, si dete.~minaron una mejor imago materna que en el caso inverso, en e~ que
es posible siempre en el mismo cuarto, en la misma silla y postura y hflblendole dado el pecho no tuv ~ron contacto afectivo y no le ofrecIeron
con iguales intervalos. Todos sabemos lo fácil que es para el niño adoptar gratificaciones surgidas de una Lilena c·onexión. Por todos estos rnvtivos
un ritmo cuando hemos encontrado el que le conviene. Por eso después lo que sabemos de la lactancia de un niño luego de esa primera entrevista,
de los primeros tanteos en los que se fluctúa entre intervalos de dos horas e." sólo un comienzo de lo que sabremos a través del análisis del niño
y media a tres y media, se elige el ritmo más adecuado y se respeta. El y de nuevas entrevistas con los padres que son útiles, especialmente para
conocer las horas libres del día es útil no sólo para la madre que nece- la confirmación e investigación de nuevos datos.
sita trabajar, sino para aquella cuya única exigencia -aparte del bebe- Cuando preguntamos a las madres cuántas horas después del parto
sea cuidar de sí misma. Cuando una madre nos refiere las características vieron a su hijo y lo pusieron al pecho, suelen asombrarse y no recor-
de la lactancia debemos insistir en saber lo más posible sobre cómo se darlo. Emociones tan intensas por 10 general está n totalmente reprimidas
han cumplido estas exigencias básicas para ambos. Una madre sana no por conflictos. La experiencia m uestra qUe cuanto mejor ha sido esa pri-
necesita consejos para criar a su hijo_ y la comprensión de sus necesida- mera relación más fácil y detalladamente la recuerdan.
des la lleva instintivamente a darle contacto, cariño y alimento. Sólo por Si la madre no ha podido alimentar a su hijo o 10 ha hecho muy
inhibiciones o deformaciones del ser humano eS(,)$ hechos básicos deben poco tiempo, conviene preguntar en detalle la forma en que le dio la
ser enseñados, o más bien diría, reenseñados. Nada de 10 que acontece mamadera: si 10 sostenía en íntimo cantncto con su cuerpo o si se la daba
en el bebe -hambre, frío, sed , necesidad de contuclo, ropa adecuada- acostado en su cuna, si el aguj ero de la tetina era pequeño o grande y
escapa a la comprensión.. de una madre que . iente que está ligada a su cuánto tardaba el bebe en alimentarse.
hijo por algo tan sutil y firme como lo fue el cordón umbilical en la El niño al revivir su lacta:ncia durante el tratamiento nos muestra
vida intrauterina. Sin embargo, frecuentemente, cuando el niño llora se en su juego detalles significativos. Un paciente de 2 añ·os se preocupaba
alarma y su primera reacción es darle alimento; suele desesperarse si casi exclusivamente de pesar la comida en una balancita, y trataba de que
no lo acepla; pero es común que un bebe llore porque está reviviendo los dos platillos estuviesen a la misma altura. Cuando la terapeuta 8 pre-
una mala experiencia que le produce una alucinación y que baste la voz guntó a la madre -que era muy obsesiva- las características de la lactan-
afectuosa de la madre, una mirada sonriente, el contacto físico con ella, cia, ésta relató que pesaba al niño después de cada mamada y que lo tenía
que lo meza o le cante, para contrarrestar con una experiencia actual exactamente e~ mismo tiempo en cada pecho.
placentera 1a mala imago interna que produjo la alucinación. Es en cambio Siguiendo con la historia preguntaremos cómo aceptó el bebe el cam-
probable que un niño que está reviviendo una mala experiencia con el bio de alimentos del pecho a la 'm amadera, de la leche a otros aHmentos
pecho, quizá porque en ese momento tiene dolores o un cólico, sienta de líquidos a sólidos como papillas o carne, que le exige masticación.
como un peligro esta nueva oferta de alimento, 10 rechace o lo lome con Sabremos así mucho sobre el nmo, la madre y las posibilidades de ambos
temor. para desprenderse de los viejos objetos. El pasaje del pecho a otra fuente
Si se le obliga y él no puede defenderse, lo ingiere, reforzando así de gratificación 'Oral exige un trabaj o de elaboración psicológica, que Me-
la imago terrorífica. Por eso es de gran utilidad para comprender la rela- lanje Klein descubrió similar al esfuerzo al cual se ve sometido el adulto
ción madre-hijo interrogarla sobre la forma en que solía calmarlo cuando cuando elabora el duelo de un r:cr amado. La forma en que el niño acepta
lloraba y cómo reaccionaba cuando pretendía alimenta.rlo y él rechazaba esta pérdida será la pauta de conducta de cómo en su vida posterior se
el alimento; esto también puede enseñarnos mucho sobre las primeras expe· enfrentará con las pérdidas "Sucesivas que le exigirán la adaptación a la
riencias del niú"o. realidad 9.
En cambio, no nos dice nada la respuesta global que se consigna Una madre que ha solucionado bien este problema en sU propia in-
habitualmente en los an tecedentes: "Lactancia materna hasta los 5, 3 ó 9
s ELIZABETH G. DE GARMA.
mese,· ". De esta manera no se log:ra sino una fórmula hajo la cual hay 1) KLEIN, MELANIE: El psicoanálisis de niños. Capítulo VI "Neurosis en los niños",
much que investigar. pág. 111. '
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fancia o lo ha elaborado a través de un tratamiento psicoanalítico,solu- los mantienen en un régimen de vida "que corresponde a los 3. Por eso
cionará estas primeras dificultades del niño empezando lentamente, insis- cuando preguntamos a la I11adr~"aq~~~dCld~,_~amin~"_su hijo est~~s pre.
tiendo o dejando temporariamente el intento. Si nos informa que frente güIltandó si ~"uand?er-quíso' cfllllrnar ella se lo permitió de buena. gana~
al cambio de alimentos el bebe reaccionó con rechazo, preguntaremos los :5"1 lo favorécló; 10 trabó, 10 apuró o se limitó a observarlo y responder
detalles de cómase hizo, si fue pacientemente o con irritación, pudiendo a 10 que él pedía. Pocas son las veces en que este desarrollo ocurre nor.
así ir reconstruyendo el cuadro. malmente. El andador es, por ejemplo, un sustituto de la madre que es
Es importante investigar la fecha del destete y sus condicion.es. A ve- mej or que la inmovilidad, pero no reemplazará nunca los buenos brazos
ces descubrimos que el chupete o la mamadera se han mantemdo hasta de la madre que lo ayudan a caminar y se le ofrecen como una continua~
los 5 Ó 6 años, aunque hayan dicho al principio que el destete ocurrió ción de sí mi&IDo para iniciar experiencias en el mundo, llevándolo a él
a los 9 meses. placenteramente y sin apuros. El niño que puede así ideritificarse con la
Las reIacic nes de dependencia e independencia entre madre e hij o marcha de la madre incorpora en su yo la habilidad para caminar. Su
se reilej an también en el interj uego que se inicia cuando un bebe co- desarrollo se har,; por un crecimiento gradual de posibilidades por medio
mienza a sentir necesidad de moverse por sí mismo y la expresa. La de las que busque comer, dormir, hablar y caminar como sus padres.Jl..fl.
madre puede ver o no esta necesidad y frustrarla o satisfacerla. Entre el acuerdo con lo que el niño en su fantasía inconsciente está recibiendo de
tercer y cuarto mes de vida el niño entra en un período en el que su el1os, "la enseñanzif"se'itícorporará como logro del yo o entraráa-f()iiri~!
psiquísmo es sometido a exigencias nuevas y definitivas, que se concretan p~te ~e_ ~n :!3U~yó",'con~urador que lo trabará" o 10 hará caerse y l;s~
en la segunda mitad del primer año de vida con la iniciació~ de la marcha tím:ars~ e~ariilo- ,qü1era ·-~áñíinar y no se sienta permitido ampliamente
y el lenguaje l0. • • desde dentro:. "
Cuando el niño pronuncia la primera palabra tiene la ~xpenencIa de Cli-ando" interrogamos sobre este punto las respuestas de la madre es·
que' ésta lo conecta con el mU'!1do, Y es un modo de haceri~_,_¡:;Q.:rnprt:;pder. clarecen mucho sobre su capacidad de desprenderse bien del hijo. Pue·
---L1CapáriCión derúbjeto que nombra, así como la reacció~,e_~o(ji~Ilal ante den decirnos, por ejemplo, que siguen teniendo nostalgia de cuando era
su logro, justifica;n sus .creencias en la capacidad mágic{l_". 4~, J(l palabra. un bebe tan rico y tan limpito, o comentar que si bien les dio mucho
Inici,~hnen~_e é._~ta,~s_ ll_~~ __r.e~aci.ó~_ , c()n" ()kjetos , internos,~co.m.Q-ftf)Jesfue.--&-. trabajo en ese momento, daba gusto verlo hacer un progreso cada día.
l~f;:; fí-y-por el aprendizaje gradual y las pruebas de reali?~~t etJ~nguai~ Para el niño la marcha tiene el significado -entre muchos otros-
se 'transforma en un sistema, ,de.. _comunicaciqn. Estas conclusiones que son .-.Q.e fa separación TeTá--ñiaare~;niciacl"a-'-ya'con -eI-"nacimiento:"·Pbr 16' tanto':
el resultado de observaciones de lactantes y de tratamientos analíticos de _,l; "~a_~~e c'ompre¡iSiv~Caela"cmrrir~' a--sn"iiíño" '~~ñ, " ápit~a~ló 'n~ trabarlo de
niños que sufrían trastornos de la palabra hacen que el interrogatorio sobre modo '"qiiéer-aespreñd'iñiiento sea apacible y gozoso, ofreciéndole así una
iniciación y desarrollo del lenguaje sea de suma importancia para valorar paühi"aé-¿ondücf¡¡O qtié'''tbgUÍaráen sus pasos en el mundo.
el grado de adaptación del niño a la: realidad y el vínculo que se ha esta· -, --"--Pregtmr:.ü'i.fog'Sí-er-lJ"ébereñi'á["téndéíiciaacaerse al comenzar a cami·
blecido entre él y sus padres. nar y si posteriormente solía golpearse, porque las respuestas nos aclaran
El retraso en el lenguaje o inhibición en su desarrollo son índices de sobre el sentimiento de culpa y sobre la forma de elaboración del c'Om·
una seria dificultad en la adaptación al mundo. pIejo de Edipo. La tendencia a golpearse o a los accidentes es índice de
Es frecuente que los padres no recuerden la edad en que el niño pro- una mala relación con los padres y equivale a suicidios parciales por una
nunció la primera palabra o el momento en que se presentaron los tras· mala canalización de los impulsos destructivos.
tornos. En este período de la vida la figura del padre cobra una gran En la segunda mitad del primer año se intensifican en el niño ten·
importancia y su ausencia real o psicológica puede .trabar grav:mente el dencias expulsivas que se manifiestan en su cuerpo y en su mente. La
desarrollo del niño aunque la madre 10 comprenda bIen y lo satIsfaga. proyección y la expulsión son la forma de aliviar las tensiones y si estos
Nos encontramos a veces con niños de 10 y 11 meses cuyas madrL,~ mecanismos se traban, las cargas emocionales se acumulan produciendo
JIIÍntomas.
10 PICHON Rlv_dmE, ARMINDA ABEllASTURY DE: "La dentición, la marcha y el len. Uno de los más frecuentes en ese período de la vida es el insomnio;
guaje en relación con la posición depresiva". Revista de Psicoanálisis, tomo XV, enerQ· este y muchos otros se incluyen 'en los cuadros patológicos habituales del
junio de 1958.
11 ALVAREZ DE TOLEDO LUISA G. DE Y PICHON RIVrE:RE, ARMINDA ABERASTURY DE:
niño durante el período de la dentición 12, que por lo tanto merece nuestra
"La música y los instrument(ls musieales". Revista de Psicoanálisis, tomo 1, págs. 185· 12 PIeRON RIVIE:RE, ARMINDA ABEHASTURY DE: "Trastornos emocionales en el niño
200. vInculados con la dentición". Revista de Odontologia, vol. 39, NQ 9, agosto de 1951.
84 ARMINDA ABERASTURY TE ORíA y TÉCNICA DE L PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 85
especial atención. Nos interesará saber si la aparición de las :--iezas den-
tarias se acompañó de trastornos o si se produjo normahnente y en el
-I. cumple;:2~J~c~~ó~ ~~.~r~x:~~~~i.~.~.~ I.?" ",",~,: ..sus angusti~ de vac~aInie~to_~
"p,?,rmales a, eS,a eaaa. "Pisauo el prImer ano, pO,r, el l?r.~9.~~9 ,. q,~ ., ~g9ººh~a-
moment'Q adecuado. Interrogamos luego sobre el dormir y ~us caracterís-
ticas porque están muy relacionados. En cª,~9_.. de.. . ..hfl:b~E. , trastornos de
. .-2i§!Li~"por "la' activIJaClderuego-qüeyllés~capiz - ~e reali za~, _ l~s -cargas
positivas -y-"ñegafiVff~..ptrestas-en--esarsustarrcias "se han desplazado '_ 8 objetos
sueño preguntamos cuál es la condQcta toneL.niño y cuáles. . so~'·}os~séÍl . y"'peYSOiía"'S 'der'mundü--' exterior:-'"jiti<Jiendo así desprenderse de ellas sin
-iiinieñlo's"'q"ué' despíerla en los padres el s,íntoma, Es importante ra-aes. -excesT¡a··añgustia . . ,
crfpdóíf del-'cuarto donde duer-me el bebe, sí está solo o si necesita la Ervaprenruzaje temprano le impone ese desprendimiento an tes de que
presencia de alguien O alguna e-andición especial ' para conciliar el sueño. .disponga de los sustitutos que va. adquiriendo por una creciente elabo-
Durante la dentición pueden aparecer trastorn os transitorios de sueño, que ración y por la adquisición de logros vinculados con la marcha y el
se agravan o desaparecen de acuerdo a cómo el medio manej e la situación, lenguaje.
Este problema es uno de los más perturbadores en la vida emocional Si el aprendizaje, además de ser precoz es severo, es vivido como
de la madre y pone a prueba su maternidad 13. un ataque de la madre a su interior, como retaliación a sus fantasías que
El uso del chupete como 11ábito destinado a conciliar el sueño es en ese período están centradas en la parej a parental en coito y traerá
uno de los factores que favorece n el insomnio. Los padres sueler. decir como consecuencia una inhibición de eslas fantasías con trastornos en el
que el bebe no duerme si se ]0 quitan. En nuestra experiencia con grupos desarrollo de las funciones del vo 15,
de orientación de madres analizamos sus reacciones frente a este proble· Las respuestas que Ja madre nos dé sobre este punto no sólo nos
ma, encontrando que la dificultad no era del bebe, sino .de los padres, orientarán para evaluar la neurosis del niño, sino para comprender el vínculo
que postergan la decisión o crean situaciones que dificultan solucionar que tiene con el hij o.
el problema. Son pocas las madres que recuerden con exactitud estos datos. Feliz-
El destete que habitualmente ocurre al final del primer año de vida mente el material del análisis de niños y en especial el de niñ'os pequeños
significa mucho más que dar al niño un nuevo alimento. Es la elabora- nos h a permitido reconstruir posteriormente estas experiencias y las he·
ción de IDla pérdida definitiva y depende de los padres el que se realice mos podido comparar ulteriormente con lo que los padres recordaron más
con meno!? dolor; pero esto sólo pueden hacerlo si ellos mismos lo han tarde 16.
elaborado bien. Uno de los primeros casos que me orientó en esta investigación fue
el de una niña en urética, La m.adre habia relatado en la entrevista inicial
~9ando sab~mos a qué edad"y en qué for ma se realizó el co~tr<?l de
que el control de esHnteres se había iniciado con mucha paciencia y
esfínteres, se amplía nuestro conocimiento sobre la madre, Hemos encon-
cuando la niña tenía más de un a:ño. Sabíamos teóricamente que un niño
trado que si el aprendizaje del control de esfínteres es~,~Y temp~ano~ con ese tr astorno siempre había sido sometido a un aprendizaje precoz y
muy severo, o está ligado a otros acontecimientos traumáticas, conduce,
severo. Descubrimos luego a través del material de esa niña que en su
s graves trastorn os, en especial a la enuresís. Por eso el terapeuta debe
caso también h~bía sido asÍ. En una entrevista ulterior, Juego de meses
preguntar la edad en que se empezó el aprendizaje, la forma en que se
de tratamiento gracias al cual mej oró notablemente el síntoma, la madre
realizó y la actitud de la madre frente a la limpieza y suciedad 14.
recordó con asombro que la hija había recibido un aprendizaje en dos
Un bebe de pocos meses no tiene un desarrollo motor que le permita tiempos y que ella en la entrevisl:a inicial había recordado solamente el
permanecer sentado en el orinal o levantarse a voluntad; éste es uno de los segundo, Había olvidado en cambi.o que cuando su hija tenía 15 días~ la
motivos por el cual se aconseja iniciar el aprendizaje cuando el niño dispone suegra, que vivía con ellos, insisti6 en iniciar el control de esfinteres con-
de la marcha. Desde otr o punto de vista, no es conyeniente un control , ;er~­ tra su voluntad y con el consentimiento del marido. Esta situación fue una
maturo si se considera que la _ mater~a Te;;f-y-'-~rimi son ,sustancia"s' ·.que~ de las tantas en que se expresó el conflicto entre la pareja. Las circuns-
tienen para el inconsciente el significado de productos que salen del cuerpo-~ tancias en que se inició este primer control y el conflicto matrimonial
subyacente explican el 'Olvido de la madre.
13 Es conocido que uno de los métodos de tortura más eficaces para lograr una Cuando interr:6\§amos..--Aoh.t:_~.. ~l"!f!t,.v.U~~~d~,,-. _OP~!~~!.!>,n~ o . D:,:!umas.
confesión es el de desper tar al interrogado apenas se ha dormido ; Juego se Je permite
.dormir clTa vez para despertarlo en cuanto concilia el sueño. La repetición continuada consignamos e_~~~.i~_~?!.!~L~)O., sólQ. Ja, .gravedad, sino también la reaccíón
de este método debilita el yo a tal punto que ya no puede defender su convicción
~onscien te de permanecer callado. 15 Cf, capítulo IX, caso Patricia.
14 Cf. capítulo XIII. 16 Cf. capitulo XIII.

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86 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 87

emocional de los padres. Es frecuente el olvido de las fechas y de las que el mno tendrá de sus necesidades instintiva"'. Lo que hoy conocemos
' Circúnstancias'de-la'-vida familiar que acompañaron estos acontecimientos. sobre la vida instintiva del niñc> y 30bre sus manifestacÍor,es tempranas
Quiero aquí señalar un caso muy llamativo de olvido donde puede causa asombro a los adultos. Frend también cau,;ó asombro y rechazo cuando
verse muy bien cómo la intensidad de éste se debe a la gravedad del descubri~ que el niño al mamar no sólo se alimenta, sino que también
conflicto. goza. AfIrmar hoy que un niñe de un año Sf'o masturba o tiene erecciones
Me consultaron por un niño muy tímido de 7 años, que tenía inhi- y la njñ~ conoce su vagina y 'lue ambos sienten deseos de unión genital
biciones de aprendizaje. En los antecedentes no figuraba nada que justi- se opone . a todo lo que hasta hoy se aceptaba sobre la vida de un bebe
ficase la gravedad del síntoma. Cuando interrogué a la madre de Raúl y tambiéri despierta rechazo.
sobre situaciones traumáticas en los primeros años de vida, la madre res- Cuando preguntamos si el niño realiza sus actividades sexuales aHer-
pondió que no recordaba ninguna. Durante el análisis del niño apareció tamente y cuáles son, suelen responder que "descubrieron" o que "los eso.
un sueño cuyas características y repetición hacían pensar en la existencia piaron"; menos frecuentemente las relatarán como hechos normales de la
dé una situación traumática: "se veía en la cama rodeado de perros que vida de un niño.
a veces eran amenazantes perros lobos". Hay padres que por un mal conocimiento de lo que significa la liber.
Meses después de la primera entrevista, y luego de una marcada me- tad sexual f~vorecen o impulsan a sus hijos a dichas actividades, o las
joría del niño en su rendimiento escolar, me llamó la madre para CUIDU- comentan abIertamente como gracias o pruebas de precocidad.
nicarme que había recordado 'lIgo importante, algo que no comprendía Hay otros que creen que exhibirse desnudos o favorecer actividades
cómo podría haber olvidado en la primera entrevista. • eomo el lJaño junto can ellos o C'on hermanos es favorable para el des-
Cuando su hijo tenía 2 años fue destrozado por un perro que por arrollo. Este tipo de padres suele anticiparse al esclarecimiento sexual y
su ferocidad estaba siempre atado pero que ese día se había soltado .. El no esperar el momento en que el niño lo requiera.
niño debió ser internado y ella puso como condición que se expulsase al El anhelo de unión genital del bebe -al satie-~acerse sólo en forma
perro antes de volver a la casa, pero como su marido estaba muy enca- prec~rí.a a través ~e. la mast~rbación-- es el motor <:lue impulsa y pone en
riñado con el animal -y le aseguró que nunca más volvería a desatarlo, movumento la actIVIdad de Juego., M. Klein pudo descubrir que detrás de
aceptó retornar a la casa aunque no se cumpliese su exigencia. Dos años loda actividad lúdica hay fantasías de masturbación 17.
después, atraída por los gritos de su hijo viéndolo nuevamente atacado En cuanto a esta actividad los padres se sorpr,mden y generalmente
por el perro, quiso defenderlo sufriendo ella misma graves mordeduras no e.ncuentran r~spuesta a nuestra pregunta sobre cuáles son los juegos
en el pecho y cuello. p~'edIle~tos del h~Jo. No sabemos si les asombra más que demos importan-
En situaciones menos extremas, pero traumáticas~ como enfermedades, mn al Juego o SI es que toman conciencia de lo pocn que "ven" al hijo
operaciones, caídas, se producen olvidos similares; por esta razón es fre- Ilunque estén todo el día con él. La descripción detallada de las activi-
cuente que los datos que obtengamos en esta parte del interrogatorio dndes que realiza el niño nos sirve para tener una visión de su neurosis
sean pobres. () de su normalidad. Frend descubrió ql~e el juego es la repetición de si.
Las complicaciones que se presentan en las enfermedade!' comunes de tunciones traumáticas con el fin ·de elaborarlas 18 y que al hacer activa-
la infancia son de por sí un Índice de neurosis y es importante registrar- ml:'ntc lo que ha sufrido pasivamente el nbio consigue adaptarse a la rea-
las en la historia. lidad; por I:'SO valoramoseol11o índ.ieegrave de neurosis la inhibición para
Cuando preguntamos a los padres sobre la sexualidad del hijo suelen JIlg-ar. Un niño que no Jueg:1 )'lO elaborasitllaciones dlHciles de .la vida
asombrarse por la pregunta, pero generalmente nos informan con facilidad dinria y las canaliza patoló¡üeamr,;nte en síntomas o inhibicionei'l.
sobre este punto, salvo cuando niegan cualquier actividad sexual del hijo. Las condiciones a('Ju~les df' vida favorecen la moda de qne los niños
Trataremos aquí de averiguar lo que han observado al respecto. Y es este d~l!Ide pequeños sean enviados al jardín de infantes. En muchos casos cuando
momento del interrogatorio el que nos depara las mayores sorpresas, no In vhienda :5
extremadamente pequeña o la madre trabaja: ésta puede
sólo sobre los conceptos del adulto con respecto a la sexualidad del niño, .~J' una medIda favorabk -;" ,ra el desarrollo del niño~ pero no cuando pu-
sino sobre la forma de responder a sus preguntas. En los grupos de orien- dWlldo y deseando pernLHJ(~I\~r t'n su casa siente que lo envÍan al jardín
tación tenemos muchos ej emp]os de las graves dificultades que encuentran do infantes para desentenderse de él.
los padres para contestar la verdad. 17 KLEIN, MELANIE~ El psicoanálisis d.e niños.
La actitud consciente e inconsciente de los padres frente a ]a vida 1M FREUO, SIGMUND: "Más allá del principio dd pldcer", tomo Ir, "Una teoría
sexual de sus hij.os tiene una influencia decisiva en la aceptación o rechazo 1I,."Wtl y otros ensayos", pág. 285.
88 ARMINDA AIlER.\STtJRY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NI ÑOS 89
Cuando pregu ntamos a madres a qué edau los han enviado y cuáles l}ilidad de las nonnas educativas, del dar y rec.ibir. Sabremos así si las
fueron los mo tivos que las decidieron a hac€'Tlc,~ vemos que en la mayor exi<Yencias son adecuadas o no a la edad, si hay precocidad o retraso en
parle de les casos no se debió a una necesidad o deseo del niño, sino a el desarrollo, las formas de castigo y premio, cuáles son su capacidad y
dificultades de la madre. fuentes de goce, y sus reacciones frente a prohibiciones.
Es frecuente que la entrada en el jardín de infantes coincida con el Esto nos permitirá una visión inesperadamen te completa de la vida
nacimiento de un hermano, y en ese caso, lejos de favorecer In elaboración familiar y lo que registremos será una valiosa ayuda al ser comparado
de este acontecimiento, constituye un nuev o elemento de perturbación; en con la historia del niño. Despistaremos inexactitudes, omisiones, y su cau-
efecto el niño en estas circunstancias vive más penosamente el hecho de sa. Es frecuente que en la historia no n os hayan dicho, por ejemplo, que
que 1¿ han quitado el lugar que habitualmen te ocupaba en !a casa: , existía un trastorno de sueñ,o y en cambio en el relato del día de vida se
He observado que los niños que van desde muy pequenos al Jnrdm hace evidente la descripción de un complicado ceremonial nocturno que
de infantes inician la escolaridad en peores condiciones que los que van ,los padres no han valorado como tal.
a los 4, Ó 5 añ0s. La descripción de 105 domingos, días de fiesta y aniversarios nos
La permanencia en el hogar, la patlicipación en la actividad diari~" ilustra sobre el tipo y grado de la neurosis familiar, lo que nos permite
el di5JHmer de un espacio adecuado para jugar libreme,nte s~n las cnnd~" es timar mej or la del niño y orientarnos en el diagnóstico y pronóstico
ciones que favorecen el desarrollo del niño hasta los 4 0.5 anos. L~s. actl' del caso.
"idades en las p I 37.aS, en su easa, en la de amigos, satJsfacen sufICiente· Cuando interrogamos sobre el día de vida, debenlos preguntar qUIen
mente In necesidad de co ntado con olros niños ]!J. tú despierta y a qué hora. Tratándose de niños mayores de 5 años, es
El ingre!o;o en la escuela significa para él no sólo desf>renderse de la importante saber si se visten solos y desde cuándo ; o bien quién los viste
madre, .si no afrontar el aprendizaje que en sus comienzos le despierta ano y por qué. Es útil conocer este primer momento del día para valorar la de-
siedades similares a las que se observan en adultos con angustia de exz.men. pendencia () independencia adquirida de acuerdo con su edad cronológica,
Duranl.c el <l ll álisis de niiíos se ha comprobado que las inhibiciones " la actitud de los padres frente a la precocidad o retraso en su aprendizaje.
de aprcflfliz<'lje escolar y dificultades para h' a la escuela tiene.ll sus raices Todo 'esto es de un valor innegable porque nos da una visión certera de
en los prjrn ero~ años ; que un niño que no ha jugado bien tampoco la vida del niño. Pueden creer que su hij o es independiente porque man-
aprende bien. La gravedad de las dificultades de aprendizaje , no podemos tiene una cierta rebeldía y nos encontramos que paralelamente a esto les
"alorarIas n través de lo que los padres nos relatan. Es "frecuente que un dan de comer en la boca, los visten o los bañan teniendo 7 u 8 años. Es
niño en apariencia muy buen escoJar sea un niño muy neurótico con inhi- mayor el conflicto cuando en oposición a esta dependencia patológica lo
biciones parcinles que ni siquiera son percibidas por 10s padres.' nejan salir solo 'Ü 10 impulsan a acti,,:ldades por encima de su edad.
En 'otros casos los padres pintan un cuadro en apariencia llllly grave
y se trata sólo de dificultades momentáneas o condicionadas por ellos mis· d,'1 Relaciones familiares
mo.s, como por ejemplo el haberlo enviado al primer grado a los 5 años. Cuando llegam~s al punto final de la entrevista suelen sentirse ya poco
Por eso es importante interrogar siempre sobre la edad en que un mno dispuestos a hacer confidencias 'Sobre sí mismos - como al principio-- y
ingresó en la escuela y la facilidad o dificultad en el aprendiz.aje de lec· en cambio inclinados a darnos una idea de su relación afectiva con el niLo
tura y escritura, así como si le causaba placer 1 rechazo o. SI mostraba )' de lo que éste significa para ellos.
ansiedad o preocupación exa;!erada para cumplir con su!' deberes. Se comprende que muy poco podremos saber sober las verdadera5
relaciones entre ellos y nos limitaremos por eso a consignar la edad, la
.c) El día de vida
l1bicación dentro de la constelación familiar, a saber si los padres viven
La reconstrucción de un día de vida del JUn o d ebe hacerse lnediante o no, profesión 'O trabajo que realizan, horas que están fuera de la casa,
preguntas concretas que nos orienten sobre experiencias básicas de depen- condiciones generales de vida, sociabiltdad de ellos y de sus hijos.
pencia e independencia, libertad o coacción e:x1ernas, inestabilidad o esta- Es posible que sea necesario disponer de más de una hora para como
'pletar la historia, sobre todo para los principíantes, y conviene dedicár-
]tI Además, salvo raras excepciones, el jardín de infantes e!l un lugar .donde se sela, pues lo fundamental es que hayam'Os consignado todos los datos que'
juntan varios niños de disüntas edades para. que "molesten" lo meno,s pOSIble; por podamos obtener de los padres :mtes de iniciar nuestra labor COn el niño:
lo tanto, se los, tiene continuamente ocupados en actividades que no SIempre son las Sea ésta de diagnóstico o de tratamiento.
que más necesitan en ese momento.
He Mña1ado que debemos Gsforzarnos 'por conocer el máximo de de.

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90 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA HEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 91

talles sobre el síntoma: iniciación, desarrollo, rnej oria y agravación. M()~· taron que quizá pero que no podían asegurarlo. No recordaron tampoco
traré a través de un caso la forma en que dirijo generalmenle el ¡'l'!f'. la fecha de aparición ,(lel primer diente. Pregunté hasta cuándo siguieron
rrogatorio. con el Epamín y si la convulsión se había repetido, y de esta pregur.ta
Me consultaron por una niña de 2 años y medio, Elena. El lUotl\'i) el"; obtuvimos un dato interesante.
la consulta era la evidencia de un marcado retraso en la marcha v e1 .bn- La segunda convulsión se presentó a los 18 meses y se acompañó de
guaje y su aspecto poco despierto, perturbaeÍón que se acentuó (;n, el úl· la indicación del médico de aumentar la dosis de Epamin. Observó la
timo año. Había tenido una convulsión a los 11 meses y otra a IOR 13. madre que luego de esta convulsión la niña solía estar distraída y apática
Aunque a la entrevista asistieron ambos padres, habló sobre todo la durante el día. También recordó que sufrió de trastornos inV·,J-jnales y
madre, y el padre intervino::1olamentc si la madre o yo le pedíamo1' ¡llguna que el apetito disminuyó. Con todos estos elementos podríamos rCC'Dn~­
aclaración. Como la madre tenía tendencia a la vaguedad, cmmdo insistí truir en parte el cuadro de lo que habla sido la vida de la niña hastr.
en que se explicara la naturaleza del retraso, le pregunté cómo caminaba entonces.
la niña en la actualidad. Me n~spondió que no le gustaba nada caminar ,- En la segunda mitad del primer año no fueron satisfechas sus necp,·
que si la llevaba a pasear terminaba tomándola en brazos porque, se can· sidades básicas de movimiento y descarga, a lo que se sumó el bloqueo
saba. Recordó entonces que dio los primeros pasos ,alrededor del año, peyn provocado por el aumento de la dosis de Epamín cuando tuvo la segunda
como no fue nunca muy activa, no manifestó placer en caminar y solía ~"olwulsión, frenando esto más aún su desarrollo.
tenerla en brazo!:>, aun cuando ya podía caminar. Tenía, además, tendencip. El bloqueo interno y externo parecía haber sido el motivo de h~ di-
a golpearse contra los objetos que encontraba en el camiu2 y a tropezar) ficultades de lenguaje y marcha, así como de los trastornos del St"¡:'I.
caerse. Cuando pregunté si había gateado me contestaron que no, en parte Necesitábamos ahora buscar si huho algo en especial que exp1icaR(~ "Ir~
porque no manifestaba deseo y en parte porque a la madre no le gusta~[l convulsión de los 18 meses.
que se ensuciase. Seguí el mismo criterio para interrogar sobre el lenguaje Nos habían dicho los padres que la segunda hija tenía ahora tl'ef:
y le pregunté cómo hablaba en la actualidad. Señalaron que el trast?~n.o meses; por lo tanto, confrontand.o los datos comprendimos que la convul·
era sobre todo en la arlilÍculación de las palabras, por lo tanto era dlÍlCü sión coincidió con el embaraz'O de la madre. Preguntamos la edad en que
comprenderla aunque conocía el nombre de todos los familiares y de los se inició el trastorno de sueño -ya que había aparecido antes de la con·
objetos que la rodeaban y también nombraba adecuadamente muchas ac- vulsión- y nos dijeron que el primer pavor surgió cuando tenía 7 u 8
ciones. Cuando pregunté a qué edad había dicho la primera palabra la meses. Preguntamos si en esa época dormía sola y contestaron que Cf)m~
madre dudó, interrogó al padre y Jiseutieron sobre el punto, l~ que ~e partió el dormitorio Gon ellos hasta el nacimiento de la segunda hija.
hizo pensar que en ese momento del desarrollo hubo otros conflIctos mas Teníamos ya un panorama que nos confirmaba lo que solemos ver
importantes que el lenguaje mismo. en los trastornos de sueño de eSl3. edad: estimulación inadecuada, falta
Les hice algunas preguntas con la intención de ayudarlos a orientarse de movimiento. sobreestimulación por dormir en el cuarto de los _padres.
en el tiempo y en el crecimiento de la niña, como: "¿ Era verano, era invier- Quiero señalar aquí una vez más que aun cuando comprobemos orienta-
no, ya caminaba?" Las respuestas confrontadas con la fecha de nacimiento ciones tan equivocadas como la que relato, nuestra actitud no debe ser
me hubieran orientado bien, pero en este caso no fueron aclaratorias; re- nunca de censura y conviene siempre recordar que la finalidad de esta
pitieron que fue una niña lenta y :"lE'mpre dema~iado tranquila, que no entrevista es lograr alivio de las tensiones de los padres y que somos desde
dah,l llingún ~1·ahajo, y cU::1l1do hehe "'era como nu tener niños" según el primer momento los terapeutas del niño y no los censores de los pa-
manifestnf'i6n de! parll"e. Con t"'C;;,il:3 dato::>, ~i bien no sabíamos cuándo ha- ¿res. Estamos allí para comprender y mejorar la situación, no para r.en~
hía pronunciado su primera palahra y cuál había sido, sabíamos algo más surarla y agravarla aumentando la culpabilidad.
sobre sus reacciones emoc.ionales. Como en la histoda estaba consignada Una vez terminada esta entrevista, si los padres han decidido hacer
la' primera convulsión a los 11 mese:3 ,-:-durante un episodio febril- orienté solamente un diagnóstico, se les comunicará el día y la hora de la >'1>
el interrogatorio hacia ese síntoma. E~ r.nédico que c-onsultaron no le dio irevista con el niño, así como su duración. Si en cambio aceptan un tr:o-;r.
mucha importancia y como le comunicaron que también sufría de pavores miento se les darán las indicaciones genera1es en las que éste se llevar:.~ ,",
nocturnos recetó dos Epamines dÜlrÍos. Recordaron también que en ese cabo, condiciones que detallaremos más adelante.
período solía tener frecuentes :·mginas y que fue durante una de ellas
que Se manifestó la convulsión. Prep;;unté si ese periodo de pavores noc-
turnos y epi"!odios fehriles no hu'l;ia coincidido con la dentición y cantes·
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSI COANÁLISIS DE NIÑOS 93

hasta 4,-5 años y con pocas modificaciones sirve también para niños de
VI. El consultorio el material de juego, el cajón iodividual; problemas más edad; cubos, plastilina, lápiz, papel, lápices de color, goma, goma
técnicos que ~urgen de su manejo diario. " de pegar, algunos muñecos pequeños, trapitos, piolín, autos, tacitas, pla ..
titos, cuhiertos, cortaplumas y tij eras.
A.demás, du~~nte la primera ent;fevista pregunto a los padres con qué
suele Jugar el TIlDO en su casa, y SIempre que sea posible lo incIu yo en
el material de su cajón individual o en el cajón para diagnóstico.
Cuando observamos un niño para diagnóstico le ofrecemos un mate-
.rial de juego que guardamos en. un c,a jón destinado a este fin. Forma
parte del consultorio, pero debe quedar con llave en toda hora que no se
use para ese fin. Lo abrimos sólo cuando recibimos a un niño que viene para
una hora de observación. Si ya se ha decidido su tratamiento, habremos
La habitación donde se psicoanaljza a un niño no precisa ser grande
preparado el material de juego y su caj ón individual, al que sólo él y el
l;',lrque la técnica de juego no exige :nucho .espacio . . ~a,s paredes .deber~
terapeuta tendrán acceso, tal como lo hemos descripto.
ser lavables y conviene que el piso este recubIerto de hnoleo o HeXlplast,-
debe di!".p onerse de un a plancha de amianto que se adapte a la mes,a ~ al Puede suceder que un niño venga para una hora de observación y
/lIgo más tarde decidamos analiza rlo; en ese caso solemos incluir en su
piso, ya que puede ser n ecesa rio .,9.ue el ni~o juegue con fuego. ~s ~phmo
si se dispone de un cuarto de hano comuOlcado con el de traha}~, de uso I:njón individual el material que utilizó en la primera hora, completándolo
exclusivo del paciente, en el que haya un lavatorio C0n a.gua co;nente l ~n luego con lo que pensemos sea más adecuado para su edad.
inodoro, toalla, p apel higiénico, un vaso y una 'Ü dos 51 Has .. SI ,ese h~n o La primera acción que realiza el niño ' y el tiempo que l'ranscurre
se usa fuera de las h oras de trabujo ha y que p'ftlcurar que mn gun objeto hAsta que la inicia nos enseñan muchísimo sobre su actitud frente al mun-
o cosmético quede a la vista o sea susceptible de ser e1.1Contrado por e~ d~; Y el grado de inhibición de j llego que manifieste es un índice de 1a
niño. La puerta que cdtnunica ~l baño con el I')j)n sulton~ no se cerl'ara ,u:rnredad de su neurosis. Veremos luego que la primera sesión es de una
desde el baño, para evitar cualquier dificultad innecesana. Las puertas trnscendencia muy especial, porque en ella el niño muestra cuál es su fan~
del consultorio que den al exterior se cerrarán de~d e dentro, deb~n sr.r ln~ía inconsciente de enfermedad y de curación y cómu acepta o rechaza
d ollles o de un material que impida que lleguen rU,lclos <.1 c.on~ersaclon:l$: nuestro papel de terapeutas. Al despedirse se le recurdará el día y la hora
,I~ la siguiente sesión.
hay que man tener en ]0 po~ible un c~m.'.l de apa~lblc alslaI?~ento y ~ol~
p or un m otiv o muy excepCIonal podra ln~errumpm;e l:l seslOn o p el~m­ Desde este momen to el terapeuta y su habitación se ofrecen receptiva·
tirse que alTa persona entre en el con sultor~o ; es con" el~lente ten er un tun- mf!nte al niñ o y el cajón ya preparado es un símbolo de esta situación,
bre de modo que pueda desde dentro pciluse lo que mespfrada mente se '¡Uf! deberá mantenerse siempre.
necesite. El caj ón individual cobra progresivamente enorme importancia, aun~
La mesa y las sillas serán cómodas y !-1imples, !in ri ei~nlcmente fuertes IJlJfJ no siempre esto se exprese abiertamente. Hay niños que durante meses
para resistir el desgaste. Es necesario un mueble ~~(lB cajones en lo!:: que 'UI tocan un juguete 1, otros se empeñan en dej ar todo afuera como si no
se guarde el material que dedicam os a cada paCIente. Carla cajón debe ""' importara tener o no tener algo para sí. '
quedar cenado con su llave al final de la "Sesi ón. para ser abierto al co· Acontece con frecuencia que un niño quiere llevar a su casa algo del
mienzo de la :3esión siguiente. mulatial del cajón j esto debe ser evitado con la interpretación adecuada.
Será útil un pequeño y cómodo divá.n en el que el niño ~ueda recos- MI no lo logramos, tratamos de hacérselo dejar sin violencia 'O p odemos
tarse y hablar, porque aun l os muy pequeños lle?an a necesItarlo y con nD~urnos a su pedido, señalando que todo eso es materÍal para el trata-
mucha frec ueneia lo p.iden aquellos que van acercandose a la pubertad. tnltmto, y conviene dejarlo en el consultorio. Si de acuerdo al curso del
El aspecto del consultorio debe ser Fa! sí mismo la rp.gb funda m~ental) nndUlds se considera muy útil, puede permitirsele -como excepción y no
sin que se explique al niño 10 flue debe hacer: p.or 10 cual eTI la ,pnrner.a nnmo norma- y señalándole por qué lo permitimos. A veces puede robarlo
:"esión los jugue tes y obj etos que le hemos destmado se colocaran s.o~:c y Nito será motivo de interpretación en la sesión siguiente.
una mesa, preferentemente baja, de m odo qu~ al entrar ten ga una VlSlOll •
':.('mpleta de 10 que le ofrecem os para c?munIcarse con. noSo!ros. ._ I ef. clIpÍfnIo IX, callo Vl'lrlínira.
Existe U11 1TIRterial es tándar qu e satIsface las nec~::llda(lc~ de un mno
92

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94 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁUSIS DE NIÑOS 95

También es frecuente que el niño traiga algún juguete u ohj eto de su Jelar una cara que él juzgó que le habia salido mal, el tirar y pisotear
casa, con lo que suele querer mostrar nos algo de la vida familiar de ese la plastilina ser á una forma de mostrarnos su impotencia O desconsuelo
momento 2. En ese caso se le dará libertad de dejarlo en el caj ón, siem- por sentirse incapaz de crear a.
pre que sea posible, o llevarlo nuevam ente, interpretando el significado de Puede suceder que luego de interpretárselo cambie la acción; si, por
una TI otra decisión. Suelen dejarlo durante un tiempo y a veces defini- el contrario, ella continúa, dej arlo sin poner limites a su destructividad
tivamente, incorporándolo al material que le hemos ofrecido inicialmente, aumentaria su angustia y c111pabilidad. Seria, además, un error interpre-
]0 que es por sí mismo muy revelador. Los niñ'Os que reaccionan a~i suelen tar esta conducta como agresiva, pues la aparente actitud sádica encubre
vivir en un gran desamparo y ~atisfacen de ese modo su anhelo de trans- aquí un profund'o masQquismo y culpabilidad que lo impulsan a quedar
formar el consultorio en su hogar_ despojado y destruido, siendo éste el punto de urgencia. Del mismo modo
Otro problema práctico que indefectiblemente se planteará es el de si que si un niño pretende mOriT.3e, quemarse, arrojarse por una ventana,
debemos o no reponer el material que incluimos inicialmente en el caj ón actitudes bastante frecuentes durante el curso del tratamiento de niños
del niño. Papeles, goma de pegar y plastilina son, j unto con el agua, ele· neuróticos o psicóticos, tomamos las medidas de precaución eficaces para
mentos que dehen estar siempre a disposición del niño. evitarlo, sin dejar por eso de interpretar el acto que hemos frenado : igual
A.sÍ como nuestra permisividad para que juegue con agua no debe debemos hacerlo con sus posesiones y con el vínculo que existe el. ,t. él Y
llegar a que le dejemos inundar el consultorio, sino que regulamos el su· nosotros, a través de ellas.
ministro de ésta -además de interpretar los motivos que lo impulsan a Una niña de 6 años usó la goma de pegar para untar las paredes 4:
inundar- del mismo modo administraremos los otros materiales. Creo que el material que siguió a la interpretación m ostró que para ella vaciar el
en esto debemos diferenciar los juguetes de los materiales que, como el frasco de goma r:o era en ese momento un acto masoquista, sino que es-
agua, deben estar siempre a su disposición. Su uso debe ser controlado por taba ensayando las posibilidades de que "algo" sirviera para unir )0 que
el analista y en líneas generales diría qu e si se utilizan adecuadamente de· estaba destrozand o. Este acto significaba su ensayo de cómo podría arre·
ben estar siempre a su alcance, pero no si el niño los usa para una destruc- glar dentro de ella las palabras ro tas y la goma era una sustancia valiosa
ción incontrolable. Por ~j emplo, si un niño usa el block de papel para de' la que debía disponer incondicionalmente ; lo indicado entonces era
quemar, luego de observar suficientemente las características del juego, se llenar su frasco cada vez que estuviese agotado. Si en cambio sólo 10 hu-
le impedirá y se le interpretará el significado de usar algo expresivo y hiera usado para untar, untarme o untarse en una forma masoquista, n{J
constructivo para hacer de ello materia inútil y destruida. Los niños sin se lo hubiera renovado.
grandes conflictos en el apr endizaje pedirán hojas de diario 'O inservibles En resumen, determinados elementos que se ofrecen al niño para fa·
si necesitan quemar papel. El uso inadecuado de ese material tiene el sig· cilitar la comunicación preverbal son básicos y deben ser reno vados siem-
nificado del maltrato a partes de sí mismo, del terapeuta y de :su vínculo pre que sean úti1es para expresar algo. Evitamos la aniquilación de esas
con él. Un niño podrá intentar tirar hojas de su block al inodoro, em· sustancias que simbolizan contenidos del paciente o del terapeuta, así como
paparlas y luego destrozarlas, apretujándolas para tirarlas luego dentro de. el vínculo entre' ambos, del mismo modo que 10 presel'Vamos a él. La re·
su cajón o al suelo. Todas estas conductas deben limitarse oportunamente posición de otros materiales: autos, aviones, platos, etc., se hará siempre
y ser interpretadas como pequeños suicidios. que el niño ]0 pida y que las circu:nstancias lo aconsejen. Desde ya es im-
Papel, lápices de colores y lápices son los materiales con 108 que pre- portante que el material que le ofrecemos sea simple y de buena calidad
ferentemente se comunica un niño entre 6 y 12 añ'Os y deben, por 10 tan· y en lo posible no frágil.
to, estar siempre a su disposición con tal fin; lo mismo acontece con la Supongamos que Un niño 3rganiza carreras de autos en las que fom-
plastilina. Pero si un niño pretende usarla sólo para tirarla al suelo y pi· pite con hermanos y destroza durante el juego uno de ellos; si pide qu e
sotearla, lo observaremos hasta comprender su acción en relación con el se lo repongamos es evidente f{Ue, además de interpretar, debemos acce-
o los juegos anteriores - a veces con lo que aconteció' al iniciarse la se- der; oe lo contrario puede sentir que consideramos irreparable la destruc-
sión- y 10 interpretaremos. Sise repite la misma actividad compulsiva- ción realizada.
mente con el evidente intento de quedarse sin nada, lo frenaremos, además Aconsejo en ese caso no sacar el auto r oto aunque el niño pida que
de interpretar. Supongamos que el juego previo a la destrucción fue mo·
3 Es un mecanismo señalado por Melanie Klein como típico de los niño3- pe-
queños ; el ob jet() dañado que no se puede reparar se transforma en perseguidor y
2 Un paciente de Elizabeth Garma trajo una vez una cotorro., con 10 cual inll"oclu jo ee necesario destruirlo.
el problema de que su madre hablaba demasiado. .! eí. capítulo IX, caso Verónica.
96 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 97

tu hagamos. Además d.e interpretar por qué no soporta la VlSlOn de ese dice de mayor adaptación a la realidad y de capacidad de goce en la
auto destrozado, que suele transformarse en acusador o perseguidor, le vida.
seiialo la conveniencia de guardarlo. A pesar de todo el niño no acepta Al finalizar la hora guardamos los juguetes en su cajón -con su
a veces esta medida por trillor a la contaminación; en este caso separo el ayuda o sin ella- y le señalaremos:
juguete del resto 'O lo ?:u'J.rdo aparte, haciéndome cargo de ese conflicto 1) ese material le pertenece;
riel niño. 2) el cajón quedará cerrado con llave;
Invariablemente sucede que tiempo después 10 reclama con la finali- 3) nadie tendrá acceso a él en su au"',encia y el terapeuta lo abrirá
dad de arreglarlo él mismo o con mi ayuda. Si este mismo niño rompe antes de iniciar la sesión siguient\';
un auto en cada sesión de su tratamiento es evidente que 110 se lo seguiré 4) todo lo acontecido durante la sesión será mantenido en una reserva
repohiendo y nos dedicaremos a i.Iüerpretar sus reacciones frente a esta absoluta por nuestra parte;
frustración y los motivos que lo Uevaron a la destrucción. 5) el horario semanal convenido; y
Durante el análisis de Esteban, de 8 años, se me planteó este problema 6) que todo cambio o entrevista con familiares se discutirá con él y
en forma tan aguda que aprendí mucho sobre el manejo de esta situación. luego se comunicará a los padres.
Todo cuanto ponía en el cajón era destrozado inmediatamente al primer
intento de usarlo para un juego. Durante semanas le repuse el mateáal de ~a"~mos un ejemplo de esto, resumiendo la primera hora de una niña
nr-:uerdo con su pedido, hasta que comprendí que era una conducta equi- d; 16 meses q?e ~abía sufrido una convulsión. Como los padres me habían
vO(jada y que debía ponerlo frente a las consecuencias de su destructiv:idad diCho que suba Jugar durante horas con libritos de fi(ruras inclu¡' unos
y ver qué hacía de sí mismo y de RU relación conmigo. CUGutos ell ~u cajón. En este y en 'Otros easos me ha n:mad~ la atención
Ese cajón con restos de jU,,"!uetes, en desorden, sin nada qUt conser- la capad~ad de la niña para encontrar rápidamente los objetos con los
vara su apariencia atractiva o qae le impulsara a jugar era el cuad-:-o de que POdl'R expresarse mej <ir. '
cómo se sentía a sí mismo. Aceptar su cajón en esas condiciones sigr:.i. Susal1~ ent:ró, en el. c~nsultorio ~on Sl~ I~adl'e, miró los juguetes p~ro
ficó para él que lo acepl~ra tal cual era, sin exigirle el esfuerzo de mos- no los toco, hOjeo los hbntos en actItud :mndar a la de un adulto consul.
trarse bien y sano. Agregarle cosas atractivas había significado para él tand? ~n diccionario, y cuando encontró lo que buscaba me 10 mostró.
que le exigía mostrarse como cUas, sjn comprender que no podía hacerlo La lamma representaba a una niña algo mayor que ella con una manzana
estando tan enfermo. en la mano. Al mismo tiempo pronunció el nombre de una de sus herma-
En este caso pude analizar en detalle el significado de conservar, nas, también algo ~ayor. Me mostró luego otra niña con un glob,o en la
romper, reponer, conservar lo roto, y uniendo esa experiencia a la de mano X todas las fIg~ras que seleccionó tenían en común representar a
casos similares llegué a la conclusión de que técn icamente no es conve- una nma o a una mUjer que poseía algo; a todas les daba el nombre de
niente reponer lo roto sino en la medida en que se muestra útil para la su her.man.a. L~ego volvió a mostrarme la primera lámina. Colocó su
comprensión y expresión de un juego y que debe de todos modos' manteo ~ano IZ~Ulerda ahuecada como pidiendo algo y con la derecha tomó el
nerse lo roto aunque el niño pretenda no verlo en el cajón . Este 'rechazo lIbro abIerto en. la ~rimera imagen y lo sacudió dando pequeño¿ golpes
obedece a una necesidad similar ::l la del adulto que recurre a la negación sobre su mano IzqUIerda, como tratando de que los objetos cayeran en
de sus tendencias destructivas ocle sus síntomas. Alejar del cajón lo des- e~la. Lueg? de repetir esto varias veces, me mostró su mano izquierda va.
truido significa alejar de su mente el conocimiento de que hay algo CI~ ! la fIgura que representaba a su rival con la manzana en la mano
destruido y enfermo en sí mismo, porque no se siente capaz de arreg!arlo. ~I~~mdome. de un modo interrogativo como pidiéndome una solución. Re~
La presencia del objeto destruido es de suma utilidad técnica, ya que p.Iho lo m.Ismo .COll. todas las imágenes que me había mostrado, dando
cuando surgen las genuinas tendenci<J.s de reparación, lo bl1sca y se inge. SI~?S de ImpacI~ncIa ~rec~ente después de cada fracaso. En esta primera
nia para arreglarlo. Es muy interesant<:: observar en e~,te sentido cómo el aCClOn ~e mos.tro su nvahdad con la hermana, a la que veía poseyendo
niño utiliza sustancias cada vez más acecuadas a sus tendencias repara. algo ;alioso mIentras ella se -sentía con Ia~ manos vacías. Su fantasía in-
doras, desde la plastilina; que une débilrn<::nte, hasta la cola y el cemento) conSCIente de. enfermedad era que a consecuencia de tanta frustración acu-
que unen definitivamenie. n:;tulada ~ec~sItó de l.a C'onvulsión para descargar la rabia. Es posible que
Las tendencias a reparar implican las subyacentes tendencias des- SID l?s lIbrItos ~e fIguras hubiera encontrado otra forma de expresarse
tructivas hacia el exterior o hacia sí mismo. La disminución del sadismo lo mIsmo, pero mdudablemente su presencia facilitó la comunicación. La
para conservar el objeto -amado o necesitado- es ]0 que nos da el Ín- r.útahle capacidad del niño para expresar sus conflictos en un lenguaje
98 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCl\'lCA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 99

preverbal nos ha llevado a la convicción de que no existe diferencia entre los miembros de su familia como si hiciese el balance de lo que posee en
el análisis de niños y el de adultos. ]a realidad externa e interna para soportar esa dolorosa sepal'ación.
Nos propusimos verbalizar horas de juego en las que el niño expre- Esta niña tuv o un precocísimo desarrollo genital, por eso sus fantasías
saba un determinado conflicto e inversamente ,expresar en lenguaje pre- de seducción tomaron tan abierto cariz de unión genital. E] t:xito del análi-
verbal lo' que un adulto verbaliza en una sesión de análisis. La experienr;ia sis 7, que la llevó a la curación del síntoma ,-bronquitis asmática- se debió
resultó sorprendente porque fuimos adquiriendo la convicción de la iden- a que en la relación transferencial pudo elaborar la pérdida de sus obj etos
tidad ei1tre el análisis de adultos y el de niños y la semejanza de ]05 originarios y surgieron las deIensas contra ]a depresión; disminuyendo el
conflictos hásicos. Resultó muy ilustrativa la sesión de Alba, de dos años, sadismo se incrementó su capacjdad de repal·ar.
cuyo confliptu central en ese momento era el temor de separarse de su ,Era fre,cuente en esa época .:¡ue la niña llegase a la sesión masticando
analista porque éste se iba de viaje. Reaccionó oon juegos en los que caramelos o cotniendo helados y ofreci.ese a su analista compartir estos
decidía seguirlo y viajar con él, o iba a 'impedirle el viaje reteniéndolo alimentos. Técnicamente está indicado interpretar y no participar, porque
con seducciones o amenazas. En uno de esos juegos hace Uboletos de viaje" estas "cosas de niños" tienen su equivalente en actitudes de adultos con
COn pedacitos de papel y se los pone al terapeuta en el bolsillo del saco. la misma ; significación . Si el analista es afectuosamente comprensivo de
Este le interpreta que ante la necesidad de aceptar , la partida se reasegura lo que significa para el niño esa frustración y la interpreta, éste la da-
de que él tendrá boleto para volver. La ang ustia de perderlo y su rechazo bora, la aCf~nta y se siente comprendido. Una vez más tendremos que acepo
a separarse de él los expresa en un juego en el que¡ toda el1a es un avión: tar que la adaptación a la realidad es más temprana y firme en el niño
con ]05 brnzos representa las alas y hace como si volase, lo que en el de lo que habíamos supuesto.
lenguaje de un adulto sería: "yo me voy contigo". Además, desde muy pequeño tiene una . suficiente comprensión de las
Este juego expresa un intento de negación Ir).aníaca de la separaclOfl cxigencias de la realidad; por 10 tanto, si el analista es consecuente en sus
y cuando fracas':' este mecanismo se sirvió de otro en el que expresó su actitudes drarlas y cu mple bien su papel de terapeuta, él se adaptará a la
angustia de ser pequeña, no poder seguirlo o no poder alcanzarlo. Jugó situación analítica y a sus frustraci ones.
entonces a que el terap""la se iba en avión y .ella era una lancha. La, Muchas conductas como la relacionad-) con la comida durante la se-
distintas velocidades de estos medios de transporte hacían imposible el en- sión y otras en las que el niño busca el contacto fisico con el terapeuta
cuentro. Se le interpreta la rabia, celos e impotencia que provoca en ella suelen tener el sig nificado de destruir el tratamiento, de transformar el
el viaje del terapeuta y el no poder irse con él. Reacciona a la interpre. análisis en una situación familiar o social, con ]0 que atacan el vÍncuJo con
tación con una serie de juegos de seducción, c0-9 los que pretende rete- el terapeuta y niegan el estar enfermos.
nerlo; baila, canta, se saca la bombacha, orina y defeca.. Es frecuente también que en algún momento del amí.lisis el niño
Cuando a través de las interpretadones disminuyen los mecanismos busque un intimo contacto con el t~~rapeuta y sea conveniente actuar del
maníacos y puede sentir pena y dolor por la separación, juega a subirse ~jsmo modo que cuando nos agrede, interpretando su conducta, po·
a un mueble y desde allí tirarse para que el terapeuta la reciba en sus niendo límites, derivando la acción a algo que nos ]Oepresenle. En algunas
brazos. Elabora así la partida y ]a esperanza de la vuelta; ella es el tera- situaciones muy excepcionales he encontrado .útil satisfacer algo más
peuta que la 'o~ecibe con los brazos abiertos. Tirarse del mueble simboliza estas necesidades. No es raro que un niño intente atacarnos con las
el aterriz,aj e 'del avión y la llegada, el r etorno y Ía reconciliación. man.os, los pies, con materia fecal y es de suma utilidad que sepamos
Confirmarido esta interpretación, el juego que sigue al anterior es el deri var con la interpretación o con la acción un acto que si lo cumple
de esconderse y que el terapeuta la busque, o a la inversa rs. Toda ausencia puede determinar en él y en nosotros una situación demasiado incómoda
se sigue de un encuentro y elabora así su angustia de perderlo y su ansia y que si es permitida va a repetiJ'Sc por culpa y odio. En el caso de un
de Iecu perarlo G. niño de 3 años, que atacó físicamente y con violencia a su analista, ésta 3
En los momentos en los que reaparecen los intentos maníacos de neo le retuvo los braz'os can fuerza actuando como un chaleco y se lo iTI-
gar la realidad dolorosa, inicia nuevos juegos de seducción o de seguirlo terpretó.
pero esta vez se continúan con juegos depresivos de separación. Final- Durante el análisis de un niño de 2 años y medio debí recurrir a la
mente realiza un juego en que revi sa su cajón, enumera sus juguetes y fuerza física para detener10 en un brote agudo de ansiedad en el que
quiso maltratarse y finalmente 1irarse por la ventana.
li cr. capítulo n, nota 14. Realizado con Moisés Tractemberg.
6 F'REUD, SIGMUND, Más allá del principio del placer, pág. 285. Elizabeth G. de Ganna. .
100 ARMlNDA ABERASTURY
TEORíA Y TÉCNICA DEL PSI COANÁLISIS DE NIÑOS 101
Hay ,muchas otras situaciones en las que un analista de niños se pre-
g unta que debe hacer cuando su instrumento de trabajo, la interpretnclOIl. que es frecuente que un hombre no sep2 hacer, ni una cosa ni la otra. En
se muestra insuficiente. un plano más profundo sabeIpos que no es que no lo sepa hacer, sino que
Creo que nuestra intervención limitadora está indicada siempre que lo siente prohihido. '
veamos en peligro la integridad física del niño, de nosotros o del con- Para anali zar a un niño \~n analista debe tener una serie de cono~
sultorio. Es frecuente que niños entre 6 y 11 8.1105 Y en especial los que cimientos "que do le exige el anal~zar adultos, y entre ellos el saber aW1~
sufren de ~uresis necesiten ,0 les sea imprescindible jugar con fuego. "'que sólo sea iudimentariamente c'Onfec(~i'Onar ropa de muñecos 'O cual·
Debemos satIsfacer esa necesIdad pero poniendo nosotros las condicio- q uier envoltura que reemplace a un vestid'O 11. Si consigue elaborar su
nes er; las cuales lo hará y que signifiquen desde ya una total garantía a1H!;Ustia de castración y admite sus ap.helos femeninos de tener un hijo,
para el, para el terapeuta y p.ara no estropear innecesariamente el CUBrto la habilidad para hacer lo que el paciente le pide surgirá espontá-
de trabajo. neamente.
Puede ser necesario incluir fósforos, un calentador 'O algo infla. Puede, además, adquirir un a cÍerta habilidad manual aun cuando la
n;ahle durante el análisi~ de un mn o. Si éste es pequeño l elegiremos angustia de desempeñar un papel tan evidentemente femeni no sea todavía
fosfo ros de mader~ que el podrá manipular sin peligro j si ya es ma yOl' intensa. Puede no vencer nunca esa angustia y sentirse incapaz de enhe.
puede usar las ce nUas comunes. Si le ponemos en 5 U cajón un calentador brar una aguj a 'O de- P'Oner un pa ñal a un muñeco. En este último Caso
o. ull,a lam!>arita de alcohol debemos elegir un modelo que funcione sin n'O parecerá indicado que siga ?iendo analista de n iños, no tanto porque
mngun pelIgro de explosión. El alc ohol de quemar debe estar desde ya sea tan impor tante hacer un vestido para que el análisis -se desarrolle
bajo nuestra vigilancia y custodia, y alejado del luuar donde el niño satisfactoriamente, sino por lo que significa esa limitación como conflicto
está j~gando. Todo juego con fuego debe realizarse ~obre una plancha no resuelto.
de amwuto, que cubra sea. el piso o la mesa _de trabaj o, para evitar Para ser analista de niños es necesario conocer y jugar suficiente·
que se produzcan des tr ozos lIreparables. A veces el niño quema papeles mente bien un númer o amplio de juegos: ajedrez, damas, canasta, ta~te·ti,
algodón, plastilina y otras incluso azufre (1; debe entonces tenerse la ven~ etc.; dt::ben conocerse los personajes y las historietas más leídas por los
tana abierta para que ifi él ni el ierapeuta Jleguen a un a situación de niños, lo ' .que imp]jca d conocimiento y el manejo de las revistas infan·
tal desagrado que no se pueda continuar ]a sesión. No se debe 1Iet'J'ar a tiles ,más conocidas, recordar con detalles los cuentos infantiles ya clásicos
ese ext~e~o y en 10 posible hay que tratar de prever antes que llegar y haher reflexionado sohre su significado. Conservar, además, un sufí·
a prohIbIr. Supongamos que un niño de 5 años ha traído de su casa c~ente placer por el juego y tener aún una agilidad que le permita afropt{lr
pom.os de pintura y, además de pintar en sus hojas, quiere pintarnos el sm demasiado esfuerzo el ejercicio que exige muchas veces la hora de un
vesbdo, la cara o las manos. De ningún modo debe esto permitirse niño en an álisis. Esto no quiere decir que si un día está cansado 'O sim-
porqu~ es des~3rad~ble e innecesario. Como norma no inclu yo en el plemente no se siente con ganas d~ moverse sea inevitable hacerlo, pero
IDa.tenal ~el. mn o nI acuarelas ni tém peras, ni óleo; le ofrezco lingers. 10 que no se puede admitir como norma en un analista de niños es " que
pamls o lapICes acuarelas, que cumplen la misma función de la acuarela piense qu e puede anali zar a un niñ"o sentado en una silla como en el ,caso
s!n las dif;cultades sec undarias que ésta trae. Es conveniente que el ana. del adulto . .El interés por ]a investigación, sobre todo durante el an~lisis
ltsta ~lse rop~ que n o. lo 1imit~ en su actuadón, por ejemplo, no vestir r opas de niños muy pequeñ'Os, me ha heche..,SQbrellevar más de una vez ]a fatiga
que e~ val.once, alhajas u objetos que puedan dañarse. En cuanto al niño, o la molesti a de un juego. P or ejemplo, en el caso de un niño de 18
se deja lIbrado al criterio de la madre la ropa con que lo traiga a meses que no caminaba y al que debía analizar sentada en el sU€jlo, y
las -sesiones 10. siguiéndolo en sus afanes de movi:miento. Pero no siempre acontec~ a!,Í;
Al~unos nn.alis tas h omb;-es que tratan niños se plantearon qu é debían a veces puede parecer tedioso jugar durante sesiones a hacer comiditas y
h ac.er SI un paCIente les pedla que cosieran o tejieran algo. En éste, como distribuirlas entre 105 muñecos, pero en la medida en que pr'Ogre~amos'
en tod?~ los problemas planteados, se puede considerar la parte formal en la comprensión del 1enguaje preverbal y traducimos las accion'es de
y mamflesta y la laten te esco ndida tras eUa. En el primer plano diremos juego en sus más pequeños detalles, y ]as comprendemos, resulta tan ap~.
sionante o más que escuchar el relat'O de un adulto. Muchas veces)a ano
,~, cr.
PICHON ,RIVIE,R ~" ARMINI>A ABERA STURY DE: "Algunos mecanismos de la enu.
gustia ante la n o comprensión de la actividad lúdica hace que el analista
10 R ev.
reSlS de PSlcoanátws, tomo VIII, N9 2, pág. 211 .
.En el caso de Verónica (capítulo IX) la madre le ponía. un delantal de goma
cuando Jugaba con agua. 11 Cf, estudios de Angel Carma sobre la.s vestimentas y las membranas fetales,
"El origen de los vestidos". Rev. de Psicoanálisis, tomo VII, NO2, 1949.
102 ARMINDA ABERASTVRY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 103
se limite a jugar yeso es sólo entrar en el juego pero no e~ asumir el cidos así no tendría sentido que ofrecié~mos al niño un cajón individual
papel de terapeul<t. y ]e asegurásemos la completa reserva ce sus contenidos y tampoco ten·
Con frecuencia un niñ o pide que el material con el que ha jugado crÍamos por qué cumplir estrictamen te la consigna de que el acceso al
quede fuera del cajón sin que nadie lo toque hasta la sesión siguiente. cajón es sólo permitido al niño y a su terapeuta. Si se considera técni·
En cada caso, este pedido tendrá un significado diferente que debe ser camente necesario ofrecer a cada niño un cajón que sea sólo de él, es
intervretado, pero, además, no podemos acceder él su pedido porque si porque necesita para curarse la total posesión, sin interferencias, de algo
bien la angustia subyacente sude ser el mi edo a i..' n cambio, no puede que para él llegará a significar 10 que fue su primitiva relación con la
imponerse a ofros niños ]a visión de ese material, que despertará su cu- madre. Tampoco debe disponerse del rnatedal del niño para ningún otro,
riosidad, quizá celo~ o rabia, complicando innecesariamente su vínculo pues a veces un pedacito de trapo, un pequeño objeto, una maderita, tienen
con el tera peuta. Tampoco por él mismo podeU!,os exponer sus posesiones para él un valor afectivo enorme y se siente terriblemente despoj ado y
que estarían en peligro porque no podríamos prohibir las reacciones que engañado si se lo tocan o no se lo guardano
suscitarían. Interpretamos su necesidad de ponernos a prueba, de saber A veces un niño no quiere irse una vez terminada la .sesión; conviene
si 11) defenderemos de su ~ompulsión a ser despojado, atacado, o de su entonces cerrar el en j óil individual, despedirse de él y pedir a la persona
necesidad de exhibirse y despertar en los otros celos o envidia por sus que lo acompañó qu!:! entre a buscarlo. En el caso de niños mayores es
posesiones. A veces este pedido oculta el deseo de que otros hagan lo bastante con cerrar el cajón. Este no debe quedar abierto en ningún caso.
mismo y ver así 10 que tienen; en ese caso, cuando nos negamos, suelen Si el niño escapa del cuarto sin cerrarlo es función del terapeuta hacerlo
insistir en que les abramos t:l cajón de otro niño para ver 10 que tiene antes de la entrada de otro niño.
adentro. Tampoco podemos acceder a este pedido, que traería una caden~ Cuando vamos a interrumpir el análisis por vacaciones o por cual~
de complicaciones, de difícil manejo técnico y fundamentalmente le qui- quier motivo es conveniente recordarlo al niño con bastantr anticipación
taTÍa seguridad de que mantendremos su propio cajón en absoluta reser· y estar atentos a las reacciones que aparecen frente a la inminencia de
va. Sería similar a responder al pedido de un adulto que noS preguntase la separación. Sabremos así muchos detalles sobre su forma de despren.
cuáles son los padecimit¡ltos de otro paciente que vio al salir o al entrar derse de los objetos. Cuand·o un niño termina el análisis también conviene
en el consultorio. recordarle con anticipación la fecha acordada para la última sesión. No
Conviene estar siempre a lento a los detalles que pueden haber moti· hay que suponer que lo sabe o que se lo dijeron los padres. Debemos tra~
yado este pedido en niños que hasta entonces se manejaron bien con su tarlo con él, y su decisión dehe ser luego comunicada y consultada con
cajón individual Puede haber sucedido que ese mic:;w', día vieron a otro los padres. Las cláusulas del tratamiento en su parte formal externa las
paciente o percibieron un detalle nuevo en el cOlr3iiltorio o en el analista hemos concertado con ellos, pero en lo profundo es con el paciente miFlmo
mismo y esto los j,nquietó porque no comprendieron su significado. A ve· que hemos aceptado el pacto 3naIítico. Para decidir el final de un aná~
ces una mancha o raspón que estaba hace mucho tiempo lo descubren ese 1isis tenemos que valorar el grado en que éste es un éxito. Podem'Os con-
día, y quieren investigar quién fue el que nos dañó o maltrató. En cual· siderarlo terminado si han desaparecido los síntomas, si se han ampliado
quier caso lo importante es encontrar en el niño mismo y no en lo exteru'O sus intereses, si tiene mayor capacidad de goce duradero y si ha equili·
]0 que determinó el pedido. brado la dependencia e independencia con su medio. De todos modos su·
Mucllas veces un niño que ha dibujado durante muchas sesione5 pide poner que un análisis es un seguro de salud mental y física para toda la
que pongamosl sus cuadros en las paredes como en una exposición. Ima· vida es una utopía o un engaño. Las tensiones y maltratos que llegan a
ginemos por un momento lo que podría pasar si accediéramos a este pe· un niño desde el mundo exterior pueden superar lo que su yo es capaz
dido. Alguien querría destruir todos los dibujos, enojad-o y celoso de que le de elaborar sin enfermar y eso puede suceder aunque el análisis baya
hayan ocupado un lugar que en ese momento debía ser sólo para él, puede sido un éxito. Es exacto en camhio que un análisis en la infancia 10 ca·
querer despegarlos y llevarlos a su casa, puede dibujar otros y querer pacitará para desarrollarse mejor y uno de los grandes beneficios que
ponerlos encima de los anteriores para taparlos. Desde ya que cualquiera experirnentmoá será el incremento de su capacidad de juego y de apren-
de estos pedidos puede ser interpretado y prohibido o permitido, sin que der con goce y fácilmente, así como enfrentar los problemas con mayor
esto sea un obstáculo fundamental para que se prosiga el tratamiento, iJero eficacia.
traería siempre como consecuencia la tendencia a repetir 8ituaciones si· Val'ias indicaciones técnicas se hacen necesarias para aclarar lo que
milares complicando e interfiriendo innecesariamente su propio tratamientn significa el lugar del analista, la forma y el momento en que debe hacerlo .
.Y e,1 de los otros. Si se considerase técnicamente necesario acceder a pe· Cuando un niño nos pide que juguemos, el analista antes de realizar la
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 105
104 ARMINDA ABERASTURY

que lleva a.ñ03 analizando adultos y comienza a tratar niños siente que
aCClOll debe saber el papel que le toca jug~r. Si está jugando a p~eparar
le es más fácil después de esta experiencia formular interpretaciones y
comidas y el niño quiere que participemos, debemos preguntar~e como es
creo que esto se debe al esfuerzo que exige adaptar el pensamiento, que
la comida. que debemos preparar, cómo la uebemos dar y cuando. Aun-
hasta hace poco considerábamos privativo del adulto, al lenguaje de un
que el niño ,TIO hahle comprendu muy bien lo que le decimos,! se ha~e niño pequeño.
Gomprender en su lenguaje preverbal.. Cuando s,e trata de ~n mno de .mas
Es frecuente que al comenzar el trabajo con niños se experimenten
edad, puede ex'plicarnos cada detalle del ,papel qllf' "";:'5, aSlgn.a. Por eJem-
sentimientos de molestia y pesadumbre cuando hay que aceptar que el niño
plo, si juega al colegio y nos toea ser ¡:l!1llB110S, ademas de l~terpretar e~
percibe, comprende, expresa y juzga en un nivel tan cercano al nuestro.
cambio de papeles de adulto a niño, le ~ediremof que ;105 mdIque _(~Ut'
Una de las rniís fuertes frustraciones que hemos sufrido de- pequeños es
clase de alumnos 'somos, qué hacemos, que queremos de el co.mo p~ofc._or
el no encontrar respuesta a nuest ra curiosidad y más aún el no ser com-
y qué quiere él como profe~or de nosotros :omo alu:rr:~os, SI se n~ega o
prendidos cuando nuestra comunicación era preverbal o sólo rudimenta.
resiste a hacerlo es necesano formular la mterpretacIOn que le de nue-
riamente verbal.
vamente C'onciencia de enfermedad, de que somos sus terapeutas y no es-
Al interpretar a un niño de 16-18 meses y comprobar la facilidad
tamos jugando con él,sino psicoanaliz,ándolo. Sólo, ~sí podrem?~ com-
con la que comprende nuestras palabras y el alivio que experimenta se
prenderlo y ayudarlo. Se alivia cuando pon"emos ese hmIte y le ratIfICamos
hace evidente el error del adulto que no sólo habla cualquier cosa delante
nuestro papel de terapeutas cada vez que el, lo elude.
oe él -porque piensa que no entiende todavía-, sino que si el niño
Es iildudable que para analizar aun niño no hasta un frío conoci- da signos de haber comprendido lo hace callar irritado o lo considera
miento de la técnica y de la teoría. Es necesa~io ten~r algo del placer que un niño excepcional. He analizado niños desde 14 meses y pienso que
siente el niño al jugar, ma~tener algo de l~ ll1ge~Uldad, fantasIa y capa- el perfeccionamiento de la técnica llevará a poder hacerlo con niños más
cidad de asombro que son mherentes a ]a mfancIa. pequeños.
Así como un escritor tiene condiciones innatas pero, además, aprende En los tratados de técnica hasta hoy publicados no se menciona el
HU Qficio, un analista no ...ólo debe conocer teoría y técnic~ .del 'psicoa~á­ problema de los honorarios en el análisis de niños 12.
lisis '. sino tener ese don que considero no se puede transmItIr nI ~nsenaJ' En estos problemas como en los hasta aquí planteados todo condujo a
per~ sí desarrollarse notablemente con el análisis indiv~dual. del pSI?Oana- suponer que no existen diferencias entre el análisis de niños y el de adul-
lista. Esto S~ comprende si reflexionamos que su trabajo eXlge de el Ulla tos. Es obvio que el niño no puede afl'ontar el pago de su tratamiento, pero
gran capacidad de conexión y de expresión,' y ambas se desarrollan con esto no difiere de lo que acontece en toda su vida diaria y él tiene clara
nn buen análisis. conciencia de la situación. Ningún niño, aunque sea muy pequeño, piensa
En otro plano del aprendizaje podemos ganar mucha capacidad P?ra ° espera que le regalen algo en un negocio, sino que pide a sus padres
aprender a formular la interpretación. ·Aconsejo a todos. los. ~ue trabaJ~n que se' lo compren. En este, como en todos los aspectos de su vida, sabe
en análisis, y en especial de niños, hacer 'verd~deros eJerCICIOS de est~lo que los padres' o sustitutos pagan sus cosas y el tratamiento está incluido
que consisten en revisar una y otra vez el-matenal y formular. por escnto en este concepto de su vida. Para él, como para un adulto, puede llegar
la interpretación y reformularla tantas veces corno sea n,ecesano has:a en· a ser Un problema que las sesiones sean pagas, pero no es debido a su
contrar h que consideren ajustada. No quiere esto decn que estudI~mos edad que el pago en sí es un problema. Es conveniente que el niño sepa
las interpretaciones para darlas, sino que debemos encontrar el metodo que las sesiones se abonan en los primeros días del mes. Es mej or que,
para lograr sin esfuerzo expresar lo que compren~emos y formularlo con si sus conocimientos se lo permiten, haga él mismo el cálculo de las ha.
un lenO"uaje adecuado al caso y a la edad del pacIente. . ras. En lo posible debe ser él quien entregue el dinero al terapeuta. Se
P~demos comparar este aprendizaje con el que reali~a el estudi.ante. de comprende que 51 se trata de niños muy pequeños o muy enfermos dehen
música cuando tiene que aprender a transportar una mIsma frase mUSIcal 12 En una carta que Melanie Klein me envió c'on fecha 27 de abril de 1945,
a disti~tos tonos mayores y menores o a los ejercicios, de: compos~clOn se expresa así: "En relación con su primera pregunta -con respecto a· su trabajo-
que, si bien no lo transformarán en u.n c~ea~~r, le daran en cambIO la yo le diría que de ningún modo se discutan los honorarios con el niño-, pero está
sobreentendido que al analista se le pagan honorarios. Es preferible que el niño no
posibilidad de dar huena forma ~, su Ins~uaclOn. , . . conozca el monto de los honorarios porque seguramente le parecerán exorbitantes.
Este estudio de la formulaclOn no tIene que ser solo escnto, SIllO tos padres deben decirle al niño que es como pagar la escuela o alguna cosa asÍ. De
también oral, porque un analista debe acostumbrarse a oír sus inter~re­ ninguna manera pienso- que hay que hacerle creer al niño que al analista no se le
p1l.ga."
taciones y a tener capacidad de criticarse. Es frecuente que el analIsta
106 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y. TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 107

tomarse las precauciones necesarias para que lo hagan sin riesgo de per- de su impotencirl; 4) la inseguridad y el enoj 9 que le causaba la dismi-
derlo. Es notable cómo niños aún muy pequeños recuerdan a sus padres nución de las horas de tratamiento.
el pago de las sesiones o llegan diciendo que han reclamado el dinero 'Ü El niño que sabe lo que cuesta una seSlon trata de no faltar, reclama
que ya lo pidieron. En su juego expresan sus fantasías inco?sciente~ con minutos si le han faltado en su hora y se las ingenia para que no lo
respecto al pago, del mismo modo que un adulto lo verbahza en la se- traigan COn retraso a las sesiones. En esta como" en toda situación donde
sión en forma direcLa o enmascarada. Suele ser práctico sugerir a la no se plantean claramente los problemas existe un engaño que es desfa~
madre, en la entrevista inicial, que entregue el dinero al niño en· el mo- vorable para el afianzamiento de la :relación transferencial y la continuidad
mento de entrar en el consultorio. Se observa que en la medida en que se del análisis.
hace responsable en otros p~anos, reclama aquí también el derecho a una
mayor independencia.
El caso que expondré muestra cómo el niño conoce la relación que
existe entre el número de sesiones y el monto de los honorariús y la difi-
cultad o facilidad con la que sus padres afrontan ese gasto:
Mario sufre de fobias múltiples, de pavores nocturnos y de agresividad
incontrolable que le dificulta su contacto con el medio. Tenia -7 años -y
I medio cllando inició su' tratamiento psicoanalítico.!'! La sesión que rela-
taremos corresponde a 1,1'. vuelta de las vacaciones luego de un año de tra-
tamiento de 4, sesiones semanales.
Tomó plastilina y dijo que iba a hacer una bola con muchos pies
para rrue no se cayera. Luego de reflexionar dijo que era muy difícil panel'
tantos pies y que en cambio haría un cañón para dispara.r. Como ese día
-al entrar en la sesión........ los padres comentaron que habían resuelto dis·
minuir una sesión porqiie Mario estaba mejor y ellos tenían dificultades
económicas, el terapeuta intrepretó las patas múltiples . c0!ll0 su necesidad
de asegurarse de que no rodaría por la inseguridad que le causaba dismi-
nuir las sesiones y que esto, además, lo había enojado mucho -el cañón-o
Dijo que haría una bola con espinas por todos lados para que no la
tacara y a continuación dijo: H¿Sabés cuánto es un cuarto?" Se le inter·
pretó que preguntaba cómo le iría con un cuarto menos de sus sesiones
y si esto no lo haría recaer en su síntoma más temido, la agresión in-
controlable -la bola con espinas-o
Sacó dinero del holsillo }e dijo: "Es bastante, ¿no? En mi casa voy
a hacer lo siguiente: voy a amarrar un piolín al techo y. voy a subir . y
subir. Pero, ¿no le parece que va a ser difícil?" Es evidente que ante 1.a
dificultad económica surgió un intento maníaco de negar su :impotencia
y ofrecer su dinero, pero el juicio de realidad lo llevó a expresar que
necesitaba crecer de golpe para afrontar el pago, pero que esto era tan
imposible cnmo treparse al techo con un piolín que no lo sostiene.
Me parece muy interesante este material donde se expresa: 1) el te-
mor a recaer en el síntoma que más lo hizo sufrir; 2) la percepción de
la necesidad del dinero para solucionar el problema; 3) la aceptación

13 Con Manuel Kizzer.


TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 109
VII. La primera hora de juego, su significado
for él c?rno Un nuevo nacimiento; la separación inicial de los padres y
a ~ntrad~ en el consultorio suel.en acompañarse de las ansiedades que ex-
penmento al nacer.
'etEI:e:nor . a la repetición de las experiencias con el objeto o los ob-
J os ongmanos. obedece tanto a lo que aconteció con los padres reales
como ,a su propIa compulsión a repetir situaciones que lo dañan 5 En su
f antasla d ., .
d e curaClOn expresa el anhelo de cambio del mundo exterior real
Cuando Frend analizó a un TImo de 5 años 1 -y describió BU activi· y su l¡' eseo de curar su compulsión a repetir dichas experiencias.
dad de juego, sus dibujos, sueños y ensueños, dejó los cimientos para la .•_...1 ter or de repetir su relación con el objeto originario es lo que
técnica del pl ic'oanálisis de niños. Más tarde 2 descubrió que si un niño no.s . tra~s arma en alguien a ~luien y de quien se desC'onfía. El objeto
juega es porque necesita elaborar situaciones traumáticas. El análisis de ongmfano car?ado de frustración ~r miedo proyectado en el terapeuta
niños confirmó estas conclusiones, pero aunque er'l evidente que los transt
ado arma ·a este en al" gmen tenu"do por el' " mno- y d e qll1cn
" espera que
problemas fundamentales de un niño se expresan en este lenguaje pre- . ~ e l~ mIsma conducta ncgaUva de sus padres y lo ataque. Este objeto
verbal, los tratados sobre el tema 3 seguían afirmando que éste - a di- ongl~dando en sus aspectos amados -en cuanto lo ha satisfecho en sus
ferencia del adulto- no tenía conciencia de enfermedad ni voluntad de neceSId ab es- confiere a ] t erapeuta 1os atll""h utos necesanos
E " para curarlo.
curación. sta ~ le fuente de la transferencia debe ser interpretada desde el primer
momento . 13' poro'-'. com o ]os d os aspectos estan
' SIempre
" presentes durante el
Mis conclusiones fueron diferentes, aplicando la técnica de juego. En-
contré que ya durante la primera sesión -fuese ésta la iniciación de un ¡tratamIe~to la ]~terpretación de su significado debe hacerse también en
as SuceSIvas seSIOnes.
análisis o simplemente de observación diagnóstica- aparecía la fantasía
inconsciente de enfermedad o de curación. Es fu,ndamental que desde el primer momento asumamos el papel de
Me propuse entonce~ investigar si el material del niño durante el tra- t~ré1~eutas p~rque esto ayuda al niño a ubicarse como paciente y a ir ha-
tamiento confirmaba 1'0 que había mostrado en esa primera hora y llegué cIe~ ~'bonscIe~te lo que ha mostrado como fantasía inconsciente, para lo
a la conclusión de que así era en todos los casos, c'Orrohorando la idea ~ua e emos mterpretar la doble imagen y sus significados. Ya frente a
inicial de que el niño sabe que está enfermo y comprende y acepta el dOS )~dres habrem.os aclarado nuestro papel de terapeutas del hijo y no
tratamiento. Con la técnica del juego 4, hechas las modificaciones seña- e .e. os, que confurnamos al no ]Jedirles cambios en su vida fami]" .
antIcIparl l ' lar )
ladas, comprobé que el niño nos comunica desde la primera hora cuál E es a r~se~~a que mantendremos con las sesiones del hijo.
es su fantasía inconsciente sobre la enfermedad 'O conflicto por el cual es " n¡ la .descnpclOD del consultorio hice referencia al si O'nificado que
tIene e e J' . d"d ]
los rob a on l~n ~VI ua, describí el material que 'Ofrecemos al niño y
t
traído al tratamiento y en la mayor parte de los casos su fantasía incons-
ciente de curación.
Pienso que si surgen tan inmediatamente es debido a la : :--.. .esión del
temor a que repitamos la conducta negativa de los 'Ohjetos originarios
!::n 1b
)
ento
lemas tecllICOS que surgen. de su manejo. Este1:ajón individual
e ofrecemos~ al inic.iar el tratamiento se constituye desde el primel'
en el slmbol o del secreto profesional, del mismo modo que la
que le provocaron la enfermedad 'O el conflicto. Junto a ese temor, evi- pa ~ ra que. damo~ al adulto -en la que confia- cuando inicia un tra.
dencia el deseo de que no seamos como- ellos y asumamos un nuevo papel tamIento, pSlCoanahtico.
en el que le demos lo que necesita para su mejoría. Este proceso es vivido Ldo.s casos que paso a narrar se refieren a primeras horas de .; llego
para lagnóstico . h . . J.
edades E y pnm~ras oras de 1ratamIento, en niños de distíntas
FRlWD, SIGMUND,: "Análisis de la fobia de un niñ'Ú de cinco años", tomo XV, '1 n. ellos destacare en fOrmi:l especial aquellos aspectos que confi.
Historiales clínicos. Huran las !ugadas de apertura l cuya importancia se hace evidente en el
2 FREUD, SIGMUND: "Más allá del principio del placer", pág. 285, tomo n, Una curso u tenor del tratamiento.
teoría sexual r otros ensayos.
3 FREL'D, ANNA: Psicoanálisis del niño. Ed. Imán, Bueno& Aire3, 1951.
KLEIN, MELANIE: Psicoanálisis de niños. Biblioteca de Psicoanálisis, Buenos
Aires, 1943.
4 La observación y utilización sistemática de la hora de juego para diagnóstico
~ ~ realizó p-or primera vez en la Argentina. FREUD, SIGMUNO: Más allá del principio del p!orer.
KLSIN, MELANIE: P~icoanállsis de niños.
108
uo ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TECNICA DEL PSICOA~ÁLISIS DE :-\JÑOS In
Caso 1 seguidor 9. Sigamos ahora con su juego y veamos cómo expresó nueva-
Roberto es un nmo de 2 años, que padece desde los 18 meses de pa M
mente que este acto de chupar y morder se dirigía finalmente a su madre
vares nocturnos y tendencia al insomnio. Su desarro1lo parece haber sido real tanto como a su madre interna simbolizada por el platito.
normal hasta ese momento: Luego de la primera entrevista con la madre, Llenó el lavatorio de aguR' hasta que ésta rebasó y cayó al suelo,
resolvimos que lo observaría durante una hora de juego, antes de decidir con las manitas empujó hacia la madre el agua que había eaído, la
su tratamiento. pisó hasta empapar las suelas de BUS zapatos, y caminó entonces sobre
Se le informó que vendría a verme, que no era una visita pediátrica, la parte seca del linóleo, dej ando de este modo las huellas de sus
que no lo revisaría ni le daría medicamentos, sino que estaría una hora pisadas que también se dirigieron hacia su madre. Cuando se agotó el
con él y le daría cosas para jugar, hablaríamos y trataría así de com- agua en el suelo y en sus zapatos, y observó que ya no dej aban huellas al
prender el motivo de sus dificultades para dormir y el modo de aliviarlo. caminar, volcó más agua repitiendo la actividad descripta, hasta conseguir
Entró en el cuarto de juego con su madre, que se sentó mientras el que la última huella llegase hasta su madre_ Subió entonces sobre ella
niño se acercaba a los juguetes que estaban sobre una mesa baja, y co- y la abrazó con un gesto envolvente, como si quisiera llevársela en los
menzó a jugar inmediatamente 7. Utilizó platitos, tazas y cubiertos, iniciando brazos. Al empezar el juego con agua y mientras llenaba el lavatorio y
un juego que duró alrededor de diez minutos y en el que representaba producia inundaciones exigió que lo tuviese de la mano, quedando excluida
una alimentación placentera, sin apuros, adecuada, con cariño y estabili- de esta acción su madre, que continuabn sentada en el cuarto de juego
dad, según se iba deduciendo de los detalles del C'omer. contiguo al baño.
La interrumpió para pedirme que encendiera la luz. Tomó luego un Sabíamos ya que en la noche, solo ú con la niñcr~, sentía ansiedad:
platito, lo chupó y mordió con desesperación, dando índices de ansiedad su madre no estaba con él y necesit aba c.onocer el camino que lo llevase
creciente. N os detendremos para analizar su conducta hasta ese momento. a ella. lo Estas huellas eran el símbolo de las huellas mnémicas de la buena
El encender la luz y luego morder y chupar desesperadamente, después imagen de la madre, que se borraban cuando el terror por la mala imagen
de un juego de alimentación y satisfacción adecuadas, permitió ubicar en la lo inundaba_ Nos había comunicado el motivo del pavor y ahora expresó
noche la hora de su sínto~a, y nos dio una pista para investigar el motivo que' necesitaba de mi ayuda para enc ontrar el ca.mino que lo llevara hasta
de su trastorno de sueño. Morder y chupar el platito con desesperación su madre cuando estaba aterrado en la noche. u Me señalaba: además, la
y la crisis de ansiedad inmediata a esta acción mostraban cuáles podrían necesidad de un suministro incondicional, al exigir de mí que no dej ase
ser sus sentimientos en la noche, si le surgían tales deseos. ni un minuto su mano, mientras manipulaba el agua que le permitiría lle-
Sabemos que el platito chupado y mordido existe como objeto real gar hasta su madre.
en el mundo exterior, pero representa también un objeto interno, símbolo Analicemos aun más esta segund.a parte de su juego. Al rebasar el
del pecho introyectado que alguna vez fue externo. En ese momento, al agua en el lavatorio, nos comunieaba también que se orinaba en la
jugar, no sólo muerde y chupa el platito, sino también el 'Objeto interno noche cuando tenía ansiedad. Estando su madre ausente acontecía en
que lo ataca, su madre prohibidora. En la sesión, yo, como terapeuta, re- la noche que tenía ansiedad: se orinaba y necesitaba encontrarla. L~
petía la prohibición interna, por e,so abandonó el juego y tuvo ansiedad. forma envolvente del abrazo y su gesto de acurrucarse j unto a ella repro-
Ya sabíamos algo de lo que en la noche provocaba el pavor nocturno c..lurífln la forma inicial de contacto corporal con la madre después del
y el insomnio, las dos formas de trastorno del sueño por las cuales nos nacimiento, mostrando con ello que necesitaba volver al suministro incon-
consultaron. La imagen de algo que muerde y chupa, proyectada, simho- dicional -esta vez de su terapeuta~- para curarse. En este como en otros
lizada y personificada por el platito, trajo como consecuencia la crisis de casos, traspasar el límite entre el baño y el cuarto de juego simboliza
ansiedad. Veíamos así cómo actuaban en él las defensas frente a las ten- el nacimiento y la forma en la que el niño lo traspasa no~ enseña mu-
dencias destructivas. El primer mecanismo de defensa frente a ellas fue cho sobre las características del part o y de sus primeros contactos con el
la expulsión, proyección · y simbolización g. y luego vino la destrucción vio- mundo exterior .12
lenta del objeto cargado de destructividad, al que se teme como a un per-
9 La universalidad de las figuras, del hada y la bruja o del bueno y el malo en
7 La inhibición para jugar es un índice de neurosis grave y se tiene muy ~n los cuentos infantiles se explica por este doble aspecto del objeto originario.
curmta para el diagnóstico y pronóstico de una neurosis. Este niño evidenció una' lla- 10 Las huellas perdidas y el dejar huellas duraderas para reencontrar el hogar
m,üiva c:~l'fldda,d .para expresar y elaborar en juegos sus conflictos, lo qli.e fue de abandonado o perdido es tema de muchos cuentos infantiles.
muy !)ut'" :'ronostlco. 11 La madre que se borraba cuando el terror por la mala imago 10 inundaba.
S Fn;;:"LD, SIGMUND: Más allá del principio del placer. 12 Cf. capítulo XI.
ARMJ.NDA ABERASTURY TEonLo\. y TÉCNICA DEI. PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 113
112
La pr~sencia de la madre en el consultorio facilitó la dramati.zacióll un grupo quedaba formado me decía "duermen". Puso gallinas con ga·
de la división entre buena y mala m;;¡dre externa e interna, ~ero sm ella llinas, cubos con cubos, pelotas con pelotas, plastiHna con plastilina. El
lo hubiera expresado utilizand o al analista, un juguete, un objeto, O cual· ú.ltimo grupo que formó fue de perritos: separó el más chiquito. lo puso
(~ 'I mi mano y me la Cf!cró dejando dentro el perrito. Observó minnciosa·
-quier detalle del cuarto de análisis.
mente y con desconfianza mi mano, cerrándola cada vez más fuerte como
Caso 2 si temiese que yo la abriera. Luego dijo: "Hacelo dOTmir vos."
Relataré ahora la primera hora de juego de un Dlno también de 2 ¿Qué expresó con este juegJ ! Cada gruIJo era una familia en la que
añ os, que padecía de insomnio y T~cking. E~te. último síntoma .er~ tan tod os dormían: pero en ulla de ellas -la propia- el más chiquito no
agudo que por la intensidad: violencia y continuidad de los T?ovlmlento~ dormía -su síntoma- y me encargaba a mí -[a terapeuta- que le en-
fue necesario tapizar con .almohadones la cuna del niño, am ortIguando aSI señara a dormir guardándolo dentro de mí. Ponerse en mis manos para
los efedos de los golpes que se daba en la cabeza al golpea rla co~tr~ los que lo hiciese dormir era ac-epta r la ayuda terapéutica, mostrar que la
barrotes, y tapizar con alfombras el cuar,lo, de modo que el m?Vl m1ento necesitaba. La forma en que pmio el perrito en mis manos y las cerró
de la cuna se fre nase alO'"o sin lo cual m los padres, que dormlan en el herméticamente mostraba su fant n::¡Ía inconsciente del porqué del síntoma
cuarto contiguo, ni la nifie;a, que d ormía co n él, ¡radian conciliar el sueño y de la forma en la que podría curarse. Necesitaba volver al vientre de
por el ruido que producía la cuna al desp.lazarse y ~h~ca: co~tra la: p~­ la madre, y que yo no repitiese lo que ella hizo, lo guardase seguro en
rede~ o puedas del dormitorio. El i.nsoIDmo era caSI ruano, siendo meil- mi mano, y en un nuevo nacimiento - luego de haber recibido de mí lo
cacce; los sedantes con los que trata.ron de evitarlo. , . . . necesario- podría dormir.
Hernán era el menor de cualro hermanos, y el umco con tra~.tornos, La desconfianza y el miedo de que yo repitiese la conducta de la
los padres parecían profundamente unid.os entre ~í y c?n sus lUJOS. En madre y lo dejase salir de mi ma.no se expresó en esa observación minu·
el edificio en qu e vivían tenían su departame~to tI~s y t~as, a su vez con ciosa y desconfiada con la que espiaba si mí mano guardaba el perrito
hijos, habiéndose constituido una gran comunidad mIantil en la que Her- que él me confió. Vemos que para el primer niño la vida estaba dividida
nán era "el enfermo". • , . en dos partes - antes y después del trastorno- y su vida diaria actual
De la entrevista inicial con los padres l·esaltaba ~n dato, el .~llICO también lo estaba en antes y después de la noche. Por eso dividió la sesión
que nI parecer podría haber sido significativo en el smt~ma . Na.~lO 20 en una parte de juego tranquilo y otra en la que todo fue invadido por
días antes de la fecha calculada, porque se indujo el parto adecuandolo la ansiedad. Encender la luz fue el límite de su vida placentera y lue!!'O
a un día que resultase cómodo a la comunidad familiar. La ma?re se re· de eso aconteció la irrupción del chupar y el morder~ la angustia, el o~i­
sistió al principio cuando el médico se lo sugirió, pero l~ presIOll de su narSe y la soledad por no conocer el camino de retorno al objeto. Este
medio y la confianza que le inspiraba. su médi~o favorec,er~n el G.~<e s~ desconocimiento era la consecuencia de no haber elaborado la ansiedad
hubiese sometido. En un interroga tono postenor comprendImos que .SI depresiva, lo que fue impedido por el monto excesivo de tendencias des·
no pudo defender más a su hijo 'fue porque ese enlbarazo se prodUjO tructivas, no canalizadas normalmente. El primero mostró que el miedo a
en un momento difícil y la co mplicó más que el de los otros hIJOS. n
el desarrollo ulterior del niño no hubo al parecer otros trastornos .Y tenIa
r: perder a la madre provocaba el pavor nocturno, y el insomnio era una
defensa frente al pavor. El segundo niño expresó en cambio su singular
un aspecto tan sano y agradable que era dificil imaginarlo con sllltomas situación de ser diferente de todos los que lo rodeaban por no poder dor~
mir, y se puso "en mis manos para aprenderlo".
tan penosos. d b
Hernán entró con su madre y comenzó a jugar mientras. ésta que a a En los .~os casas que he :-elatado la hora fue de diagnóstico, deri-
sentada cerca de éP3 Su juego 14 consistió en distribuir los} uguetes sobre vando los mn os luego a otra terapeuta.
la mesa, formando grupos de todo 10 que le parecía semejante. Cuando Caso 3
Estudia.remos la hora de juego de un mno algo menor, Adolfo -·tam-
13 Como en el primer caso, se le había explicado ~dónde .iría y para , qué ..
14 Llamará la atención que en este caso el material de Juego ,es. mas v~rlado bién con trastornos de sueño-, cuya observación fue seO"uida de trata·
y significativo que en otrOS. Corresponde a la pr~era époc~ de la tecn~ca de J~ ego. miento con la misma terapeuta, lo que nos permitió r:onfir;ar la exactitud
Años más tarde comprendimos que no era necesana tal variedad y era. mCQnvem~nte de las primeras con~lusiones. Se 'trataba de un niño de 21 meses, que
utilizar juguetes muy similares a los objetos rcale:,; porque, por ese ~IS~~ p~recldo, se despertaba angustIado en la !loehe y se pasaba a la cama de a1 guien,
inhibían parte de las fanl aslas. En cambi-o, los más sencillos y poco slgmfica tlvos fa-
cilitan la proyección de las fant asíafl más reprimirlas.
preferentemente a la de la madre. Sufría también de un chupeteo compul·
114 ARM INDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSI COANÁ U SI ~ DE NIÑOS 115

sivo del pulgar y no había acep tado aún el orinal. El control de esfínteres indice de que recurría con intensidad poco frecuente a la negación de la
se inició a los cinco meses. En ese primer intento, que coincidió COn la realidad como defensa ante una crecien te angustia. Fue así como Adolfo negó
iniciación del destete, se lo mantenía dos o más horas en el orinal. ClJando al principio la realidad de que ésa era una situación llu eVa y por tanto
el aprendizaje fraca só lo abandonaron temporariamente, para rein iciarlo temida. así como el sufrimiento que le imponía separarse de su madre. El
a los 11 meses, coincidiendo esta vez con la pérdida definitiva del p~ho. corralito con el que jugó inicialmente y del que sacó a"' bebr simbolizab<l
Ya que en ese entonces se movía mueho y podia escaparse del orinal, 10 la prisión, el cerco: la limitación que sentía en su desarrollo - por las
mantenían atado, a veces más de dos horas. molestias que luego nos mostraría- y también la necesidad de salir de
La primera sesión que relatarem os fue de observación, porque la ese encierro. Por e!:o en el juego que sig uió detal1ó sus dificultades de
madre buscaba que se la orientase en la educación de su hij o. El alivio acuerdo con su ur gencia.
que evidenció resolvió a la madre y a la terapeuta 15 a iniciar un análi· Si esta sesión hubiera sido verha\izada por un adultu n os hubiera
sis, no obstante no existir t:n aquel momento experiencia sobre el efecto dicho: "Tengo sín tomas molestos que me coartan y dificultan en la vida
de este tratamiento en un niño menor d e dos años. Daremo::; primero la y vengo a que ·usted me libre de ellus." Luego de p-sP- planteamiento inicial
descripción de la hora tal como se desarro Uó y luego analizaremos su enumeraría sus molestias, espontá neamente o porque se lo pediríamos, y es
significado. esto lo que hace Adolfo con !$U S juegos. Cuando volvió al consultorio
A pesar de su corta edad no manifestó dific ultad en separarse de la se rodeó de la c una con el behe - su trastorn o de sueño-, el baño - su
madre 111, entró con la terapeuta y la madre quedó en la antesala. Lo pri- conflicto con el control de esfínteres- y el aparador con la vajilla -sus
mero que lomó fue un corraBto y una cunita co n UD bebe dentro. F ue conflictos orales que lo llevaron al c hupeteo del pdgar- . Manifestó ale-
luego a la antesala a buscar a la madre y la trajo al consultorio. Se sentó gría cuando vio un bebe en el inodoro y jugó a levantarlo y sentarlo en
en el suelo y se rodeó de la cuna con el bebe, dd baño y de un aparador él, repetición que mostraba los sucesivos intentos que realizaron para que
con vaji1la, sentándose la terapeuta junto a él. adquiriera el control, así como su necesidad de h acer activamente lo
Indicó con alegría que un bebe estaba sentadu en el inodoro , ]0 que había padecido. P or eso se mues tra tan feliz cuando vence el temor
sacó y lo sentó repetidas ' eces. Luego irt~entó desvestir un mu ñequito coro r el 'bebe acepta el orinaL
tanda una cinta que te alaba la ropa ) alud iendo posiblemente al haber En el juego parecía que de todos sus síntomas el más dominable
sido atado al orinal c uando pequeñ'o, y .)} co nseguirlo suspiró con alivio era el del control, ya que pudo manejar 501_0 esa actividad 18, pero no
y alegría. Para }mcerlo pidió ayuJa a ]a ler:lpeuta, y también pam quitar así con el desvestir y el sacar el mosquitero, actÍvidades para las que pidió
el mosquitero de la cuna. Le dio de comer 31 muñequito, lo tapó y luego ayuda al terapeu ta. Pedirla tenía el significado de que se le ayudase a
le pegó una paliza. Desn udó otro bebe y lo puso junto al primero, di~ liberarse de algo que él solo no podia, quitarse la madre de su interior,
ciendo que eran él y la nena. Prestó atenci9n al agua que goteaba del que lo molesta y coarta.19 El mosquitero era el símbolo de las angustias que
.lavatorio y dij o "agua", luego de J.o cual la terapeuta abrió más la ca- lo envolvian en la: noche. Otro facto r que se nos muestra relacionado con
nilla y él lavó todo lo que tenía alrededor y secó luego con un trapo. la angustia en la Hoche era el temor a la gran paliza, que él da al muñe·
Bañó un bebe, lo envo lvió, lo meció j unto a s u pecho, lo acostó y tapó. quito una vez acostado.
Derramó el agua, se afligió y secó enseguida con el trapo. Obser vó la El r esto del juego se reHere al con trol de esfínteres, el gotear como
p lastilina y tomó luego lápiz y papel tratando de dibujar. Se levantó y pérdida de la orina y el limpiar como adquisición del control. En el mi!'imo
llevó la silla y la mesa al centro de la h abitación 17 y se sentó, pidiendo sentido podemos interpretar lo que su analista ·señaló y era la preocupa-
a la terapeuta que se sentase en la otra silla. Volvió a lavar y luego fue ción no frecuente a su edad, de poner en su lugar cada objeto luego de
al diván en el que había juguetes y tomó una nena sentada en un pupi tre haberlo usado 20.
y la bañó. Como era ]a hora y le señalaron que debía irse, se liró al En cuanto a la inclusión de la n iña y el pupitre en el fin de la hora
suelo negándose a hacerlo, aceptando irse cuando se le indicó que volvería 1 8 E s interesante señalar que luego de esta hora aún sin inter pretaciones el
al día siguiente. nmo aceptó se nt a[~e en e l inodoro y continuó aceptándolo. Fue esta reacción la que
El que ha ya entrado sin su madre n o obstante ser tan pequeño era alentó a la madre ¡.\ara iniciar el tratamiento.
19 GARMA. ANCEL: " El origen de los ves tidos". Rev. de Psicoanálisis, tomo VlI,
15 EJizabeth G. de Garma. ~v 2. 1949.
16 Esta reacción, frecuente en niños autistas, es índice de serios trustorno3 '20 La aparición tempra na de mecanismos obsesivos es Índice de empobrecimiento
afectivos. del yo y se muestra. Irecuentemente en casos en los que el control de esfínteres fue
17 E ran muebles pequeños y livianos. temprano. Cí. Neurosis obsesivas.
TEORÍA Y TÉCNICA DEI. PSI COANÁLISIS DE NIÑOS 117
116 :\RMINDA AB ER;\.ST ljRY

de cubos, pelotas, aros, platitos, tazas, un peque~o muñeco . .~l juego .de la
lIlUstraha su afán de ser mayor -la hermana ten ía 6 aii~s- y ad~uíl'jr niña consistió en arrojar fuera lodos los contemdos del caJon , retemendo
conocimiento, lo que se cúmpr<'!nde mej ür r.onociendo las cn c unstanclas de
tan sólo al pequeño muñeco, al que trataba de colocar en la palma de la
.~U "ida en las que los adultos que ] 0 rodeaban no 1e explicaban las cosas
mano de la terapeuta repetidas veces, abriendo y cerrando Ja man o para
daramen te por t.!vnsiderarlo mu y pequeño . . .colocarlo y luego para retirarlo. En determinado momento) dejó caer el
Ser tratad u con cariño, alimentado y así crecer y con ocer bIen .l~s
muñeco, lueero de lo cual eyidenc:ió un gran pánico, se orinó en el consul·
I ' ~)s.a~ parecla ~er r;u fantasla de curación. Cuan~o llegó el, fin de la ses~~n torio y espa~tada por lo acontecido prorrumpió en intenso llanto. En ese
:-u anhelo de qu ~darse (;00 la terapeuta nos mostro hasta que punto este ~1ll0 eslado salló corriendo del consultorio en busca de su madre, que la aguar-
necesitaba el t ratamiento y habia sentido alivio al expresar sus conflIctos
daba en la sala de espera.
I.'on ese lenguaje preverLal. La niña repetía en esta hora de juego la situación traumática por
CajO $ ·t J 5 la que habían pasado sus hermanos,. con quienes se identificaba y el sín·
' toma era la consecuencia de esta iden tific ación ; tenía miedo de que en
Expol\dn'lllt.... do:; I~aso s que juzgo d e espec~al interés por tratars.e de
sueños le pasase lo mismo que a ellos. Pedía que la terapeuta guardara
niñas de casi b mi.:-ma edad -alrededor de 2 anos- que estaban baJO la el m uñeco en la mano, así como hubiese querid.o que fuesen alojados sus
¡,resión de una labo r de duelo reciente. La primera había perdido a su
hermanos por más tiempo en el vientre de su madre, y protegidos ambos
ilcnna no V Jo. otra a su madre. L as dos sesiones fueron realizadas a distín~
de la muer te. La caída del muñeco y en general el dej ar caer como no
las horas" en el ::lismo consultorio, con la misma terapeu ta:!l y disponiendo
pr oteger, expresaba la pérdida tal como había s~do el. parto . J:lff~ma.tur.o
del misro'o material de juego, que cada un a de ellas usó de un m'odo dife- de )a madre. El hecho de oriliarse en el consultono tema el mJSnlO Slgru-
i t~ll l c para expJt~sa r su cúnflicto básico. .. , . ficado y seg ún pudimos comprender más tarde, traducía también ]a ·ansie-
A.na fue traída a la cow:mlta por pn:sentar mSOIIlmo desde haCIa vanas
dad que en ella había despertado el ver a su hermano reiteradamente sobre
"eHlanas ; la !:; iluación desencadenunte de este sÚltoma fue la muerte de
el catre o la mesa, cuando le cambiaban los pañate~, en situación de peli-
IIfj _ henna llito de tn:s meses, acaecida en la noche. La madre había dado gro porque al estar solo podía haberse caído. Además el padre verb.lízó
a IUI' hacia 3 HI~S~S y m~diú a düs mellizos prematuros, ambos varones, más de una vez delante de ella el miedo de que e!'to aconteciese y la nece-
q Ul' naci eron ames del séptimo mes de embarazo. Uno de ellos falleció al
!5idad de tomar precauciones. La níña temí a que los mismos peligros por
na cer. en tanl o que el segundo sobrevivió a costa de grandes esfuerzos
los que pasaron sus hermanos se ·repitiesen con ella, con iguales conse-
ha,~la 'el 'i:ercer mes. A esta edad ya compartía la habita~i ón con Ana y la niña cuencias definitivas. Al no dormir vigilaba y controlaba los peligros de los
hahj·a ~ido testigo del momento en que el padre al entrar en ~ el eu.arto
que se sentía rodeada, y que habían provocado el pavor.
de:-.cubrjó que I:IU hijo estaba muerto ;~n la cuna, en la que lo hablan deJ~do Su fantasía de c.uración era sentirse suficientemente protegida como
e/m vida poc.;<.1S horas antes. Después de ese episodio sumamente dramátIco
para ahuyentar el peligro, por eso hacía que la terapeuta protegiese al
(·(lnlUl1ZÓ el s.intorna que motivaba la consulta, el insomnio, q ue fue prece-
muñeco guardandolo en la mano -cerrada. Esta niña con ocía la verdad con
did() por un episodio de pavor nocturno 22. _
respecto al destino de sus dos herman os! pero a ún no había hecho cons-
Anles de l parto la madre había tenido que hacerse cargo del c UIdado
ciente la relación del síntoma con su temor a seguir el destino de ellos.
J~ SU:,; sobri nos y del suegro, además de atender a su hijita y ocuparse de
Su tratamiento psicoanalítico deb:ía mostr arle la realidad de la muerte de
su embarazo. l~s la circunsta ncia provocó en Ana un sentimiento d e desam-
éstos y llevarla a elaborarla, así como a aliviar las ansiedades subyacentes
paro y aba ndono, reforzado luego por las circunstancias del pa~r lo, y l.as que la hicieron reaccionar con el insomnio. Este síntoma se explicaba -por
características de los meses que siguieron, en los cua1es los pn'.lfEs tuvIe- 18 necesidad de mantenerse alerta eOIl el fin de que no le .ocurriese lo que a
ron tanta preo(;upación co n el -, liño prematuro y debieron ocupan e ¡n ten- sus hermanos.
samt:nte de é1. La otra niña cuya ·h ora de juego describiremos a continuación y a
La hora que relataré fue observada pocos masdespués de la muerte
la que daremos el nombre de Lu isa, contaha también dos años. Para su
del niño y la terapeut~, fue la misma que Humaron en consulta cuando primera hora de juego, a la que fue citada el mismo día que Ana, se le
nacieron los prematuros. . , , ofreció el mismo cajón de juguetes, COn los mismos contenidos, pero su
El cajón de juguetes preparado r ..-tra la hora de Juego contenla ademas juego fue absolutamente diferente. Vació el cajón sin interesarse para
nada en los juguetes y su esfuerzo se orientó en todo momento a poder
21 Susana 1.. de Ferrer.
22 Cf. cap ítulo XIII. penetrar dentro de él, lográndolo al fin. Una vez acomodada pidió que
118 ARMINDA ABERASTURY TEORÜ. y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 119
se le pusiese la tapa. Permaneció as~ durant~ , un largo rato y en ~ile~; el mis~o proceso casi sin intervalos de hiene.star. Se le hicieron siempre
cia 23, pidiendo luego ayuda para sah r del caJon. En cuan~o lo conslguw tratamIentos con antibióticos y sintomáticos, sin conseguir mej orarla. El
salió corriendo del consultorio en busca del padre, 10 trajo de la mano cuadro se presentó por primera vez cuando tenía tres meses, coincidiendo
desde la sala de espera .y se paró con él delante de la puerta. Allí per- con el dE"-stete y con un desastre económico de los padre3 V amenaza de
cibió un arcón de madera oscura, muy tallado, cuya tap a pidió que levan- separac,ión. Cuando éstos c?nsultaron al terapeuta 24 éste le; advirtió que
tasen a fin de poder explorar su contenido, mientras preguntaba qué había n.o podla ~omarla en tratamlento, pero que la vería para hacer un dia gnós.
dentro. tICO y denvarla a otro. 25 Por lo t anto, no interpretó.
Conociendo la historia de la niña comprendem os el significado de ~uso a su disposición los juguetes que correspondían a su edad y
este juego. Su madre habia fallecido hacía un año, luego de seis meses ~g.r~go algunCl!'). otros que le pa.recieron útiles despué~ de la entrevista
de grave enfermedad, a raíz de lo cual Luisa fue trasladad a a casa de mlclaI, con l~s padres :2~. Virginia llegó acompañada por la madre, quien
la ahuela, donde pasó los últimos meses de enfermedad de la madre. No le habla eX'p~cado preVIamente el. motivo de la consulta. Era pequeña para
se le habló de todo esto por considerársela demasiado pequeña para su edad, pahda y delgada, sus OJ os grandes e inexpresivos recordaban el
comprender la muerte y sus problemas, y tampoco .se le dij o la ver~!d rostro de una mllÍleca. Reclamó Jos chiches de los que le habia hablado
en los días en que su madre estuvo tan grave. El padre de la mna, su madre y.;e separó de ella para entrar en el consultorio sin expresar nin.
cuando falleció la esposa, fue a vivir también en la casa donde estaba guna emOClOn, conducta que en una niña tan pequeña indicaba .un serio
su hija y tanto él como la abuela guardaron silencio sobre todo lo trastorno en los afect~~. Necesita.ba negar las ansiedades depresivas que
acontecido. Al año del fallecimiento de la esposa, el padre vislumbró le provocaba la. separaclOn ?e
su madre y las ansiedades paranoides que nor-
la posibilidad de volver a casarse y esta decisión incrementó en la niña malmente despIerta tod~ sduación nueva; la debilidad de su yo hizo que
dificultades que ya existían : inhibición de juego, comp1icaciones en para enfr~ntarlas recurnese a una intensa negación.
la rutina diaria y con el medio, siendo éstos los motivos de la consulta. Tomo . un ~?nedor, un p.utito y un avión, balbuceó algo y tomando
Las características de su juego mostraban que el interés más vivo de un~ cuch.<lnta diJO: "Cucharita"; luego tornó un cuchillo y susurró: "Cuchí.
la criatura era que se.le dijese la verdad, con respecto a algo que ya 110 , pomendo d~spués todos los cubiertos cerca de ella. Tomó un avioncito
conocía en el fondo y que era la muerte de su madre. Sus esfuerzos y dijo: ".~i mamá viene.a ,buscarme", y al terminar esta frase se apoderó
por develar este misterio se expresaron en el juego de meterse en el de un aVlOn rosado, le mIrO las ruedas, se las mostró al terapeuta las hizo
caj ón, donde a través de la identificación con la madre -colocarse en ~irar y 10 movió hacia atrás sin soltarlo de su mano. '
el cajón y pedir que se le pusif',se la tapa- trataba de experimentar lo que Nos detendremos en este momento de la sesión para an alizarla en
se sentia dentro. También el hecho de pedir que se levantara la tapa detalle. El balbucear algo incomp rensible luego pronunciar claramente
del cajón y que se le ayudase a salir de él era su forma de expresar " elleharIla.
. " y de un modo m~nos claro "cuchiUo",
' fue su fonna de expresar
el deseo de salir de ese conflicto, 10 que no podía hacer sola. Sus difi- ~Iue hay co.sas que conoce bien, otras no muy bien y que algunas le son
cultades estaban íntimamente ligadas con esa verdad que le fue prohibido lI~comprenslbles. Siendo la situación terapéutica desconocida para ella, pare-
conocer, aunque sí padeció 1as consecuencias, ya que no volvió a ver ela que lo que no entendía era lo que pasaba allí entre epa y el terapeuta
a su madre. Para curarse necesitaba estar esclarecida sobre el destino y al ac~uar de ese m~do trataba de 'hacerle comprender cómo se sentía
de ésta -conocer el contenido del arcón-o Era lo que esperaba del (!onfun~lda. La ~ngusha frente a esta situación nueva la lleva a probar
tratamiento, el conocimiento de la verdad para ella y para su padre, al lu :eahdad de SI puede disponer de todo lo que hay; por eso toma los
que hizo volver al consultorio y delante del cual interrogó sobre el I :ubl~roos y los pone ce.rca. de. ella. Asegurada de que puede disponer de
arcón-cajón. lo~ . Juguetes, toma. ~n aVlOncIto q:ue por la aS'oc¡ación verbal siguiente
u.hhza para persomflcar a su mad:re. La primera asociación: "Mi mamá
Caso 6
Yl~ne a busc.arme", es, expres~ón también del temor de que no acontezca
Virginia es una nma de dos años y medio, que presentó desde los lU!J, reapareCIendo. aquI la ansledad que negó al separarse de ella sin afec-
tres o cuatro meses hronquitis espasmódicas febriles, cuadro que se repi- tu,,_ Esto se confirma cuando muestra el medio que tiene el avión para
tió con mucha frecuencia acompañado de anorexia, pérdida de peso, mar- 24 Jorge Rovatti.
cado decaimiento general e intensa palidez. Apenas repuesta volvía a repetir ~: Moisés .Tra~temberg. .
. Dos a~lOncl.t!,8, dos autllos, dos tazas, un espejito, dos juegos de cubiertos.
28 La ieJentificación con el objeto perdido es una forma de elaborar ]a pérdida. IIn uvIllo de hIlo, tljeraS, tres barras de plastilina.
120 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 121
desplazarse: las ruedas. Se siente abandonada por su madre y teme que Continuaremos ahora el relato de la sesión: toma una taza, un
no la venga a huscar:27. La intensidad dI) la angustia negada al comienzo plato, coloca la taza boca abaj o y luego modifica la posición. colocándola
vuelve a expresarse en el juego siguiente, donde intenta mágicamente negar hoca arriba. Con un cuchillo y un tenedor hace como si comiera, toma
el haberse separado al hacer volver el avioncito hacia atrás, desandando dos cuchillos y los afila uno contra otro, luego toma el tenedor, deja
lo andado. la cuchara y teniendo en una mano el autito rosa, lo mueve rítmicamente
Sigamos ahora analizando su juego : Aparca dos avioncitos, uno de adelante hacia atrás, repetidas veces. dejando al autito blanco detrás
rosado y otro celeste, y frente a ellos pone un aulo blanco. La elección de ella. Levanta el avioncito celeste y dice: "Aquí está." Toma la taza y
del color, la forma en que los coloca y las relaciones espaciales entre el plato, bosteza, y los coloca al lado de los cubiertos. Pone el avión
ellos permiten ~t1poner que el blanco la personifica a ella simbolizando celeste entre las piernas y lo hace subir por los muslos hacia los genitales;
uno de sus síntomas -la palidez- y los otros dos a sus padres. En su coloca el celeste en Un muslo y el rosa en otro. Luego coloca el celeste
juego el auto blanco está enfrentado con la pareja de sus padres unidos. del lado de los cubiertos y el rosa del lado del auto rosa. Estudiaremos
Sabemos que la situación traumática más intensa en el conflicto edípico este fragmento de sesión en detalle. Poner la taza hoca abajo sobre el
es la de ser el tercero excluido. Si pensamos que los aviones representaron plato y modificar eso poniéndola boca arriba, es un gesto que corriente-
a los padres unidos no es sólo porque los ubicó en pareja. sin.o po~que mente puede expresar que está vacía. Colocarla luego en una posición
elicrió uno rosa )' uno celeste, colores que en nuestro medIO smwohzan receptiva, en la que se le puede volver a poner algo, es un modo de
co~únmente lo femenino y lo mascuHno. Si aceptamos que el juego tiene decirnos que está dispuesta a que se la llenen otra vez, siendo su asociación
el valor de una asociación verbal, podemos decir que Virginia asoció el siguiente tomar un cuchillo y un tenedor y ¡hacer como si comiera. La
abandono que experimenta cuando su madre se · va al que siente cuando sus taza es el símbolo del pecho que quedó vacío y pide al terapeuta que
padres están juntos. se lo llene de nuevo, por eso .i unta los cubiertos y finge comer. Repite
Luego toma p,l sutito blanco, 10 acerca a otro, toma los dos y los así en este fragmento su pedido de que el terapeuta la acompañe y la
hace rodar junto~ mientras dice: "Los autos." Los levanta~ los enfrenta, alimente y la llene en sus genitales 29, modificando la imagen de vaciedad
los superpone y lolO separa, para tomar luego el blanco manteniéndolo que parece ligada a sus objetos originarios. Los cuchillos que se afilan
en la mano y haciéndolo ir ,hacia adelante y atrás sucesiva y rítmicament~. haciéndose cortantes simbolizan los dientes a los que parece atribuir la
Los hace rodar a 1-os dos j untos, de tal modo que el blanco queda mas pérdida del pecho. Además del jncremento de la agresión oral provocada
l:'- delante, los apal~a nuevamente, los toma juntos, pronuncia palabras que por la pérdida del pecho, sus deseos de morder hacen pensar que la apa-
no se comprenden mientras pone en contacto las ruedas de uno con las rición de los dientes estuvo muy !:igada con el destete, aunque la madre no
del otro. Dice: "Los aviones", los junta y los une a los dos autos. Durante dio datos al respecto.
este juego el terapeuta ha permanecido sentado en el suelo contra la Si consideramos 10 que es el desarrollo de un niñ o, podemos deducir
pared y Virginia delante de él. Nuevamente las configuraciones espaciales que la pérdida. precoz del pecho condujo a Virginia a un temprano interés
y el hecho de que el autito hlanco la personificó previamente a ella, ~acen por los genitales, lo que en el material se representa por el auto rosa que
pensar que estos 8utitos eran en ese momento ella y el teT~p~uta temendo se mueve rítmica mente, se acerca al avioncito celeste -que representa al
una relación que no acaba de comprender, cuya caracterlshca es la de padre- y lo lleva a sus genitales. La taza y el plato que deja del lado
moverse rítmicamente, con intervención de las ruedas como símbolo de de los cubiertos significa que en su inconsciente liga el pecho con los ali-
las partes bajas del cuerpo -los genitales-. La última parte de este juego, mentos y los dientes. La búsqueda de unión genital para reemplazar la
cuando forma las dos parej as, es la síntesis de la misma situación, en pérdida de la relación oral se expresa cuando pone el avioncito entre
la que insiste en parte por falta de interpretación y en parte porque es las piernas y tal como acontece de~de el momento de la aparición del padre
una de las características del juego: repetir los puntos de urgencia. Nos en el complej o de Edipo, muest:ra la fluctuación entre padre y madre,
ha comunicado q ue para compensar el abandono realiza con el terapeuta colocando el avioncito que simboliza a la madre en un muslo y el que
_ y antes con su hermana- lo que los padres hacen cuando están juntos simboliza al padre en otro, hasta acercarlo a los genitales. Por contacto
y ella está sola 28. :;e identifica con la madre y necesita al padre como objeto de gratificación,
27 Cí. caso 3 de este capítulo. buscando incorporarlo por la vagina. Este intento fracasa porque dicha
28 Esta ni6a sigue su tratamiento y en el material actual apaTece con claridad
que una de las soluciones a la envidia edípica fue e.l acoplarse a su hermana. con
la qUe realizaba juegos sexuales de carácter compulSIVO. 29 Cf. el concepto de fase genital previa en el capítulo IV.
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 123
ARMINDA ABERASTlJ:RY
122
ansiedad. Comunica lo que ella siente cuando se masturba fantaseando
untO n está cargada de la peligrosidad que acompañó la ruptura abrupta con el coito de sus padres, inundada por una excitación que la asusta y
de la relación boca· pecho. . h bId la enloquece. Podemos .suponer que la respiración r uidosa reproduce el
El material que sucede al anterior consiste en pIlle ar am os ~ os jadeo de los padres en coito y s us sen~aciones al masturbarse, así como
de su cuerpo con un tenedor y cuchillo y :~sparse la ,cabeza con e~:e, la actuación de estas irnagos en la bronquitis espasmódica. Llegamos a
· · d "tac tac"· golpearse el 'Oído amphandonos aSl la comprenslO n comprender que para Virginia la bronquitis, la pérdida de peso y la ano-
d lClen o: " ' h V' .,
de su fantasía inconsciente de enfermedad. Sabemos a ora que l~gmIa rexia se producen por la actuación de fantasías inconscientes de un coito
siente dentro de la cabeza todo este conflicto: un pecho agotado, dlen,~s peligroso de los padres, coito que es continuo y que ella no puede controlar
que muerden, un pene duro y cortant~ que golpea. El, golpearse el 01 o ní con la masturbación n i con el juego, e intenta como último recurso
es también una referencia a lo que Ola durante el co~to de s~s padres, controlarlo dentro de su cuerpo. En estos procesos bronquiales la fiebre
experiencias reales que entrelazándose con sus f~ntaslas conflgura~ ~n -calentura- desempeñaba un rol fundamental, que se comprendió a la
mundo interno que, como vemos en esta hora a,e Juego, .le hace sentu a luz de estas fantasías inconscientes que hemos detallado.
unión genital tan peligrosa como d.ientes que tnt~ran ~hmentos. Dijimos que la taza representaba el pecho cuya pérdida no habí.a
Durante la fase genital pre\'ia, la escena esta ~,ommada por la; fan- podido elaborar y que expresó al raspar el piso con la taza dada vuelta
tasías de coito continuo de los padres. La fr ustraclOn ~ ]a que esta des- -otro de sus sÍntomas- "algo que raspa" como el catarro bronquial.
tinada esta fase refuerza la concepción sádica del COl.tO. Su forma de Sus padres unidos tal cumo le acontecía durante la crisis, los siente en su
descarga, la masturbación y los juegos sexual~s, .'s~ reahz~n er:tonces c. .on cuerpo jadeando, raspándola y no dej ándola come·r _ De un modo dra~
dichas fantasías y la culpa consecuente. En V lfgwla .las sItuacIO~es sena- mático .simboliza luego el fracaso en la elaboración de la pérdida del
1 das impidi.eron la elaboración normal de estas ansJe~ades, llevandola a
1: negación de la realidad y a la somatización del confhcto, como veremos
pecho a través de la masturbación: toma en una mano una taza y un plato
y con la otra intenta parar el espejo, pero lo aprieta de tal manera que
en el material siguiente. .. d 1 ¡- rompe el soporte de éste. Toca entonces la parte rota del soporte y mira
Antes de continuar, quiero señalar otra caractens.t~ca e as c?n 19 U- con desazón. Pone una taza entre las piernas, toma el espejo y trata
raciones espaciales en ~us juegos. Virginia permaneclO ~entada) sm mo- de pegar el soporte que h abía roto, mostrando nuevamente su fantasía de
verse sin investigar nada de la habitación ni hacer mnguna pregunta. curación.
Esto' evidenciaha los trastornos en las funciones de su yo, el grad,o de El fracaso de la incorporación por la intensificación de la angustia
inhibición de su instinto epistemofílico, el incremento de ~a ans1edad depresiva lo expresa a través de la simbolización de la boca con dientes
paranoide, su miedo del mundo externo negado en el COmIenz.o de la y la vagina dentada, colocando un tenedor dentro de la taza y suj etán-
sesión. dolo en el horde, metiendo el mango de otro que hace entrar y salir
Continuaremos ahora con el r elato de su juego: luego de golpearse rítmicamente, reproduciendo el movimiento de la masticación y del coito.
la cabeza y el oído con la cuchara, puso UD tenedor, dent ro de la t,aza, La ansiedad y' desesperació n· por sentirse incapaz de solucionar sus eon~
revolvió y golpeó haciendo "chic chic". Los dos aViones los .coloco al flietos sola - el terapeuta era un observador- lo expresó quedándose está-
lado del coche rosa, los empujó, los tomó y los puso e~~re s~~ ple:~as. Se tica, parpadeando, cerrando los 'Ojos, oscilando, frotándoselos, rascándose
levantó la pollera y se bajó la bombacha ~xc1~~ando i~h., IDuandose la nuca y luego los genitales, gimiendo, metiendo su mano dentro de la
al espejo. Durante estas acciones su ~~spHnclO~ ,fue rUIdosa, dando se· bombacha, quedándose adormecida. Se tambaleó hasta casi caerse, se dio
ñales de intensa ansiedad y desesperaclOn. Le tIro al terapeuta el coc~e­ vuelta y dio la espalda al terapeuta y se sostuvo la cabeza con las manos,
cito rosa ~ luego lo puso entre las piernas. ! volvió a ~irarse en el espeJo; emitiendo gemidos. Suspiró luego, respiró fuerte, se frotó vivamente los
Paró el espej o en el piso con la luna onentad~ haCia el zap~to y rasco ojos, los genitales, la cara y la boca, realizando esfuerzos respiratoiíos. Su
1 piso con el espejo mientras hacía andar el autito entre las plernas. Bos· cabello había caído sobre la cara y los ojos estaban enrojecidos y húmedos
~ezó, se miró dos veces al espejo, vocalizó al go como "chst chs.t ssh", tom~ y continuaba frotándose el ojo derecho. Por un momento pareció que iba
la taza, bostezó nuevamente, golpeó sus genitales con el espeJo, lo ~poyo a llorar. Al finalizar la hora se orinó.
luego sobre ellos como si tratara de metérselo dentro y luego raspo con Dio la espalda al terapeuta como también daba la espalda a la vida
una taz.a el piso. , con su enfermedad, que la obligaba a permanecer en cama, sin contac~
Ya no le sirve el autito para personificarla masturbandose frente a tos con el mundo, rechazando 1a comida y todo lo que fuese goce. El diag-
los padres en coito y recurre al espej o y a sus genitales, porque en este nóstico~ sin embargo, no fue sombrío porque demostró -sobre todo en
momento su yo ha perdido la función simbólica por el aument('l ,.1

l
124 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 125
la primera parte de la sesión- una suficiente capacidad ~e juego .y de El padre se hallaba de viaje cuando Ema nació, dejó pasar un tiempo
conexión que hacían esperar un éxito terapéutico. Ademas la ansIedad prolongado antes de conocerla y nunca se hizo verdaderamente cargo de
tan negada al principio de la sesión fue manifest,án.dose hasta Il~Sar a ella. Desde que el padre se relacionó con la hija, se planteó una situación
una crisis de angustia, que es de muy buen pronostIco en una mna de de pugna continua entre la madre adoptiva y los abuelos paternos, luchando
esa edad. b. d d I t solapadamente por la tenencia de la criatura. Esta situación se vio agra-
Lo casos hasta ahora mencionados podrían u lcaIse es e e pun o vada por la diferencia de recursos económicos que Ema observaba entre
de vistas técnico en lo que MeIanie KI. em II ama "an~Tl~lS.
' tempranos" 30 • las dos familias -su madre adoptiva era pobre y los abuelos muy ricos-
La técnica que expongo en estas páginas borra esos hmIt~s, aSl ~omo l~s y también por la forma en que se la trataba, con muchas atenciones para
que separan el análisis de niñ'Os del de adultos y es ~phcabI? sm modI- seducirla, pero can poco afecto real. La niña percibía esto y también la
ficación a todas las edades. Trataré de mo.strar que solo varIa la forma indecisión del padre, que fluctuaba entre los dos ambientes_
en la que el niño se comunica con el terapeuta, y en parte la ~orma .en
Ema expresó el conflicto que esta situación le creaba cuando sacó
que se verbaliza la interpretación; y digo en parte porque las dIferenCIas
del caj ón un trompo que hizo girar, y cuyo movimiento de balanceo acom-
son mínimas. d .... d 5 ... pañó con movimientos de su propio cuerpo; cuando el trompo estaba por
Relataré, para ilustrar esto, las primeras hor~s e una _mna e ~nos
parar y se tambaleaba antes de caer, dijü: "¿Para qué lado caerá?", y
Y medio que sufría de constipación, la de u~ ...varon de 8 anos cuyos smto- antes de que cayese lo levantó dej ándolo suspendido en el aire. Simbo-
mas eran encopresis y enureSlS,. I a d e una... nma de 6 años con fobia a los
rengas y la de un varón epiléptico de 8 anos. lizaba así la falta de seguridad y estabilidad que ella sentía incrementada
por el manejo de que era objeto en el ambiente familiar. En ciertas oca-
Caso 7 siones se le decía que seguiría viviendo COn la madre adoptiva, y en otras
con sus abuelos, quedando siempre "en el aire".
Ema es Ulla niña de 5 años y medio~ que trajeron al análisis 31. por~?e
desde hacÍa seis meses padecía una constipación c:ónica. Su slÍuaClOn El síntoma por el cual la traj eran al análisis era una cunstipación
ambiental era muy partfcular; fue llevada al tratam~ento por la perso~a tan. intensa, que pasaba 5 Ó 6 días sin evacuar su intestino, a pesar de
que la cuidaba, a quien ella creía su madre. En re~lidad, la rua.dre habI~ haber sido sometida a toda clase de regímenes alimentarios y tratamientos
fallecido durante el parto en un ataque de eclampSIa, ~ue causo su naCI- medicamentosos. Relataremos cómo expresó su síntoma y el conocimiento
miento prematuro, por cesárea. Al nacer pesaba 1,300 kIlogramos y perm~­ de que era por eso que iba de su casa a la del terapeuta. Tomó una hoja
neció en incubadora durante un mes, atendida. por personal. d~l establecI- de papel en la que fue trazando el recorrido del troley (fig. 2). Dijo:
miento (fig. 1). La particular condición traumátIca de su naCImIento, suma- "Es el troley que va de tu casa a la mia" y marcó las paradas con gruesos
da a la frustración oral por falta de pecho materno, reempla.z;do p.or una nudos. Mientras dibujaba dijo: "El troley se desconcentra en la plaza
pobre atención hospitalaria -durante el mes. que permane?lO en Incuba- San Martín, que. es donde yo vivo, pero no sé por qué hacen bajar un
dora- incrementaron sus ansiedades paranoIdes ~ depresIv~s: Relatare- poco antes a la gente ... se empujan para salir todos a la vez ... y después
mos su primera hora de tratamiento, en la que estas se hICIeron muy el troley queda completamente vacío ... "
evidentes. , El recorrido del troley con los gruesos nudos -las paradas~ repre.
De los juguetes que la terapeuta le había preparado. . . tomo una ~me­ sentaba para Ema el recorrido de la material fecal a través del intestino,
tralla dora, la hizo sonar y revisó minucios~~ente ~l c~n?, la . c~loc? en mostrando luego en el curso del tratamiento, lo que era su fantasía incons-
una balsa, junto a dos indios unidos y los de)? hundn, ~l~~endo. PelIgr~, dente del acto de defecar y de la materia fecal. Para Ema la materia
se ahogan los dos." Simbólicamente expreso la repe~lClOn de .su naCI- fecal representaba el feto dentro del vientre de la madre y particularmente
miento, que por las características señaladas estaba SIempre umdo a ~a ~lIa, como hija mala, es decir, como materia fecal destructiva. Al decir,
fantasía de que para nacer hay que luchar contra la muerte y sufnr mientras dibujaba, que la gente se baja un poco antes de la parada final
abandono. . del troley mostraba su conocimiento de la forma en que había nacido,
Su madre antes de morir, confió el cuidado de Ema a una amIga, abandonado el cuerpo de su madre en forma abrupta, antes de que ésta
que al iniciar;e el tratamiento era para la paciente su verdadera madre. muriera -se parara-o Al final, el troley quedaba completamente vacío,
del mismo modo que su madre quedó muerta. Quedarse hasta el final
.80 KLEIN, MELANIE: El psicoanálisis de niños, capítulo n. hubiera significado morir con ella, pero el haberla abandonado antes y
81 Su terapeuta fue Sara G. de Jarast. vivir, la dejó cargada de IIna intens,a culpa, que pagaba en parte con su
126 ARl\HNDA ABERASTURY •

síntoma. Esto se completó aun más c uando terminó su dibujo agregándole


a la parada final en la plaza San Martín una calavera -la muerte-,
Esta culpa inconsciente es la que expresaba en su cuerpo a través
de la constipación. Con este síntoma Ema se identificaba con la madre y
reteniendo la materia fecal -símbolo del feto, ella misma- no abando-
naba ni mataba a su madre. No dejar salir la materia fecal era para ella
perpetuar la fantasía de tener un feto vivo dentro de una madre viva.
Durante su pl'imera hora de juego, luego de expresar estos conflictos,
la ansiedad se intensificó y después de dibujar la calavera, rasgó el papel
en dos y lo arrugó. El papel sucio y roto en dos -como papel higiénico
usad o- personificaba su propio yo sucio por culpa y ma1tratado por la
división qp.e creaban en eBa sus conflictos internos y agravaban los adultos
con su actitud de disputársela, haciéndola sentirse dividida. Se sentía en
este momento objeto de dos núcle os familiares que la seducían y se la
disputaban, pero ningun o de los cuales lograba constituir un único objeto
bueno -objeto bueno total- lo que la hacía refugiarse en un objeto idea-
lizado -su madre- 32. Expresó en esa primera hora su fantasía incons-
ciente de enfermedad y su necesidad de desembarazarse de ella - romper
el papel en el que la había represen tado, hacerlo un ho!lo y tirarlo en el
consultorio-o Ponía así su enfermedad en manos de la terapeuta.
Durante muchas sesiones hizo a ésta continuos reproches, era evidente
que sentia que cada eS€Iarecimient,O de la verdad con respecto a su madre,
su padre, su madre adoptiva, los abuelos, etc., la despedazaba, haciéndola -1)
I • e~,
renacer con tanto sufrimiento como el que experimentó en la realidad.
Sus reproches no eran más que un continuo pedido de amor, exigía con
justicia que la terapeuta le diese todo el amor que la madre no pudo
,.. t
;

brindarle. Esta hora nos hace muy evidente que, no obstante el esfuerzo
de los adultos que la rodeaban por ocultarle la verdad, ella sabía cuál
había sido el destino de su madre. En la figura 1 mostró cómo representó
su período en la incubadora, mientras los otros bebes estaban en la
nursery y como su madre estuvo sola con el médico en el momento del
parto.

Caso 8
En el caso anterior vimos cómo una niña de 5 años, que sufría de un
pertinaz estreñimiento, simbolizó las dificultades para evacuar el intestino.
Mostraremos ahora cómo Fernando, de 8 años, representó el síntoma con-
trarjo: la falta de control minaría y fecal. La primera hora de juego fue FIGURA 1

diagnóstica, n o habiéndose, por lo tanto, interpretado el material. El

32 Idealización que es un C'OToJario de la persecución.


el. KUIN. MELANIE: "Some tbeore tical concJusions Tegarding the c:t'()tional
life oí the infant". Capítulo VI, Df?Velopments in PsrcÁo·Analysis, 'fhe Hogar!h Press
Ltd., 1952. Traducido en la R eVista Uruguaya de Psicoanálisis, tomo n, pág. 3, 1958.


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Tf,:ORÍA y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 127
terapeuta 33 había dispuesto, para él, cubos, lápices de color, tijeras, plasti-
lina, sacapuntas, bolitas, goma de pegar y cinta adhesiva.
Fernando tomó los cubos y con ellos construyó un barco (fig. 3 )
diciendo que luego haría el muelle. Cuando lo construyó hizo un tanque
grande con una salida de agua (A) y dijú que en esta salida se producía
un "escape" y que encima había un basurero (B). Señaló que allí se
acumulaba todo y había que soluciona r esto con una válvula. Volvió a
decir que en A había un prob~ema y que era necesario reforzar algo,
porque se acumulaba mucho y podía salirse todo el liquido. Si considera-
mos el tanque con s'u salida de agua (A ) y el basurero (B) como la sim-
bolizadón proyectiva del vientre y de SUs contenidos, y el apoyo (C) que
parece dar tan poco sostén al tanque, por ser tanto más pequeño, que lo
que debe sostener, podríamos interpretar el total como una símbolización
de su esquema c'o rporal y la inseguridaq que le pr oducía su síntoma tan
molesto. El barco que viene al muelle lo representaba a él viniendo al trata-
miento para que. le arreglasen tanto la enuresis como la encopresis.
Caso 9
Beatriz, niña de 6 años, fue analizada en dos oportunidades: cuando
tenía 4 por padecer de una fobia a los rengos, y a los 6 púr una fobia a ]a
escuela.· Relataremos la primera hora de su análisis 34 cuando tenía 4 años.
Beatriz tení a 2 años cuando un día, sentada con su madre 'en la
puerta de su casa, al ver pasar a un hombre rengo se puso a llorar ate·
rrorizada y quis o entrar. Desde entonces no pudo salir a la calle sino
con la co ndición de que le asegurasen que no vería ni estaría en contacto con
ningún rengo. La fobia se fue desplazando a situaciones que en algo se
relacionaban con la originaria; por ejemplo, no podía ver niños con una
pierna vendada, ni a nadiet que tuvi ese dificultades en la marcha. El
terapeuta supo, por la madre, que Beatriz nació luego de un parto pro·
longado, sufrió de asfixia, no respiró enseguida y la mantuvíeron veinte
días en la incubadora, ayudándola con oxígeno para respirar. Cuando la
madre la puso al pecho tuvo dificultades para prenderse, lloraba y no
podía succionar. En estas circunstancias una enfermera del sanatorio
ayudó mucho a la madre. Esta dice que sin ese apoyo inteligente e incon-
dici onal, no hubiera podido amamantarla. La lactancia, que se inició COn
las dificultades mencionadas, continuó luego hasta l'Os nueve meses, y al
parecer sin trastornos, pero Beatriz fue siempre un bebe inquieto y llo-
rón. Cuando tenía un año y medio nació una hermana, es decir, "que el
embarazo se inició cuando la paciente tenía llueve meses, período que en
todo desarrollo es de especial complej ¡dad y mucho más en este caso, porque
coincidió con el destete y sobre la base de una mala iniciación de la rela- .
ción con la madre.
33 Manuel Kizzer.
34 Con Hécror Ga:rbarino.
128 ARM INDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DE L PSI COANÁLI SIS DE NIÑOfi 129
Cuando ésta volvió a la casa con el nuevo bebe, Beatriz lloró durante - producto del coito de los padres- a la figura de los rengos, éstos
horas, agarrándose de un modo dramático a los barrotes de la cuna de su se transforman en objetos perseg uidos que debe evitar, y poniendo en
hermanita. ellos el 'Odio y el miedo puede seguir viviendo en paz con su hermana.
Poco antes de la iniciación del síntoma murió la abuela materna en La madre dice que Beatriz adora a su hermana y en cierto sentido tiene
circunstancias particularmente traumáticas para Beatriz, pues dormía en razón.
la misma cama que su abuela. El fallecimi ent o aconteció durante la noche De lo hasta ahora expuesto podemos inferir por qué Beatriz eligió
y súbitamente, pero según la madre la niña permaneció dormida y no a los renrros como objeto de su fo bia. Esta c,oincidió con el aprendizaje
se enteró de lo ocurrido. Cuando un tiempo después le explicaron que su de la rnar~ha de su hermana, que al caminar i ncrementó sus celos, envidia
abuelita se había ido al cielo, Beatriz pidió morir para ir a jugar con y rivalidad así como se transformó en alguien más temido porque podia
ella. La fobia a los rengos coincidió con el aprendizaje de la marcha de desplazarse libremente y desplazarla a ella. La muerte de la abuela,
su hermana y se hizo realmente evidente el día que ésta dio los primeros acontecida en esos días, significó para Beatriz el juicio de realidad de
pasos sola. De todos los datos que suministró la madre me parece impor- que la muerte existe, incrementando el miedo a que sus fantasías des-
tante señalar que una hermana de la abuela muerta es renga y que tructivas pudieran cumplirse. La renguera y la muerte se transformaron
Beatriz no la veia con frec uencia, ni antes ni después de la muerte de en dos hechos reales, y en el m omento en que vio un rengo la renguera
la abuela. de la hermana de su abuela y la muerte de éS,ta fueron el nexo que hizo
Beatriz. era una niña bonita, de mirada expresiva y simpática. En posible la unión en su inconsciente de renguera y muerte. De algún modo
su primera hora de juego, una vez dentro del consultorio, miró asustada el relato de los padres de su Uanto incesante, agarrándose a los barrotes
todo 10 que )a rodeaba. Luego de algunos momentos de vacilación tomó de la cun a el día en que su hennana llegó a la casa, nos evoca la
un muñequit-o, luego otro y los miró alternativamente como comparándolos. imagen oe alguien que se agarra de algo para no caer. Todos estos COD-
Los dejó, t omó un teléfono y lo acercó a s u cuerpo, tratando enseguida tenidos se fueron esclareciendo en el curso del tratamiento. La interpre-
de parar un a muñeca. tación sistemática del material, fo rmulada en el plano transferencial y
Analicemos este fragmento: en la inspección ansiosa que hizo de la en su relación con los objetos originarios - padres, hermana, abuela-
habitación mos tró .su de~onfianza frente al analista y el temor de que determinó una mej'Oría considerable de su fobia; esto indujo a la madre
fuese como los padres. El afán de comunicarse intensamente con él a interrumpir el análisis dos meses después de iniciado.
lo expresó en la observación alternada de los muñecos, seguida de la La fobia a la escuela, que apareció a los dos años de este tratamiento,
aproximación del teléfono a su cuerpo. Cuando paró la muñeca evidenció también estaba en intima relación can su herm ana, de la que :se había
su preocupación por la bipedestación y_ anunció que su síntoma se rela- vuelto inseparable, permaneciendo siempre a su lado e impidiéndole toda
cionaba de algún modo con el ponerse de pie. Recordemos que la apari- acción, es decir, paralizándola.
ción del síntoma coincidió con los primeros pasos de su hermana, y el
embarazo de la ' madre, con los primeros pasos de Beatriz. Caso 10
Continuó el juego tratando de introducir esa misma muñeca en una Gerardo, de 8 años, sufría de epilepsia, con frecuentes convulsiones, cua-
bañera, sin poder conseguirlo ; paró unos muñecos, tomó luego una barra tro o cinco diarias, y su aprendizaj e "estaba perturbado por continuas ausen·
de plastilina, la partió por el medio y preguntó: "¿ Qué voy a hacer cias. Entró solo en el consultorio y pareció no interesarse por los juguetes.
con este partido?" En este nuevo fragmento de su juego estamos más Comenzó a dihujar una casa, esmerándose en hacer bien todos los detalles
cerca de comprender el significado de su fohia. Expresó el deseo de y lográndolo de un modo que podría valorarse COlDO adecuado a su
que ]a hermana no hubiera nacido -la muñeca que trala de introducir edad. La pintó cuidadosamente y cuand o la terminó dibujó sobre ella
en la bañera, símbolo del vientre materno-- y esto lo hace inmediatamente múltiples nuhes grandes y oscuras. Las primeras estaban muy cerca del
después de haberla parado. P ero la hermana existe y se para -1'Os mu- borde superior de la hoja, y las que les siguieron se fueron acercando
ñocos que se ponen de pie---- y entonces surgen sus impulsos destructivos cada vez más al techo de la casa. Cuando pintó la última se hahia perdido
y parte en dos la barra de plastilina, con el significado de romperle las el límite entre ese cielo cargado d.e n ubes y el techo de la casa. Entonces
piernas. Su problema es ahora cómo arregla r lo que ha destruido; por dijo: "Llegó la tormenta, el techo se derrumba." La sucesión de nubes
eso le pide al terapeuta que le enseñe a reparar las piernas de los rengas, cada vez más cerca de la casa hasta derrumbarla simbolizaba y drama-
que son un desplazamiento y condensación del daño a la hermana y a la tizaba el "aura" y la tormenta que derrumba la casa, la convulsión y la
abuela. Mediante este desplazamiento de los conflictos con su hermana caída como consecuencia de ella.
130 ARMINDA ABERASTURY

Luego de decirme "llegó ]a tormenta", " la casa se derrumba", me VIII. Entrevistas posteriores eon los padres
pidió que le enseñara a hacer una casa "que no se derrumbe", La fantasía
inconsciente de su enfermedad era que una fuerza ajena a él, incontrola~
ble -la tormenta~ de la qu e sentía el anu ncio -::-8ura- pero contra la
cual no podía luchar, lo \~olteaba y le producía la convulsión. Su fantasía
de curación consistía en que le epseñara iJ controlar esa fuerza y a poder
así evitar la convulsión y el derrumbe.

Una vez que poseemos los elementos que consideramos útiles y sobre
ellos hemos elaborado nuestro diagnóstico del caso, concertamos una
nueva entrevista con Jos padres.
Es previo a la orientación o tratamiento la investigación cuidad'Osa
de sus posibilidades reales para cumplirlo, pues no conviene crearles
una nueva ansiedad al ofrecerles una solución que sea inaccesible para
ellos. Debemos partir de la base de que un padre comúnmente no sabe lo
que es un tratamiento psicoanalítico y por 10 tanto puede pensar que con
pocas horas 'O en pocas semanas todo estará solucion ado. Generalmente
no conoce el costo de un a sesión analítica y puede hacer sus cálculos
comparándolos con lo que le costaría una profesora o un tratamiento médico
corriente. Sabemos por experiencia que la carestía del tratamiento psico-
analítico es · el argumento más .eDeillo que utiliza todo padre para resis-
tirse a poner a su hijo en análisis, pero hay padres que realmente no 10
pueden afrontar. Familias que tienen muchas obligaciones y muy pocas
entradas t.endrán que hacer un verdadero sacrificio para pagar un trata-
miento largo y costoso; por eso en tales casos indico el tratamiento psico-
analítico sólo si lo considero indispensable para el niño. Quiero dejar bien
aclarado que en todo caso el tratam iento psicoanalítico es el más eficaz
siempre y cuando el esfuerzo que se exige de los padres no exceda de lo
que humanamente puede pedírsele!~ por W1 hijo_
Supongamos que nos consultan por un trastorno del sueño, leve y
pasajero. Si se cuenta con un ambiente familiar adecu ado y las condicio.
nes económicas son suficientemente amplias, puede y debe indicarse un
tratamiento para resolver los puntos de fijación que en el futuro pudrían
desencadenar una neurosis más seria, sobre todo si las circunstancias
exteriores se vuelven adversas. Pero si la dificultad económica es real, vi-
gilando el crecimiento del niño co n entrevistas frecuentes o en un grupo
de orientación de la madre, puede COI. templarse la p'osibilidad de no tra-
tarlo sin grandes riesgos futuros.
Muchas veces el síntoma de un niño está fabricado por la madre o,
por lo menos, mantenido o agravado por ella. En un a oportunidad me
consultaron por un niño de 3 años y medio, Miguel, que orinaba la cama
por la noche. Todo cuanto supe de su vida hasta entonces y de su vida
familiar actual era muy alentador, pero la madre había padecido una
131
132 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 133
enuresis yeso me orientó a averiguar cómo era l~ conduct~ de ella C'on tras más temprano resuelva sus problemas o se informe sobre las con.
el síntoma del hijo. Supe así que lo acostaba todaVla C'OD panales, aunque diciones adecuadas para el buen desarrollo del niño, mayores son las
el hij o desde hacía bastante tiempo le pedía .que ~~ los ~acara. C~da posibilidades de una mejor relación con su hijo desde los primeros
mañana -se despertaba con la obsesión de saber SI el mno habla am~necldo estadios.
seco o mojado y lo comprobaba inmediatamente. Sup~se ~ue la aCht?d de . La clave del desarroUo posterior del niño yace en el primer año de
la madre y su ansiedad por el recuerdo de su propIO smtoma tema un VIda. Cuando Freud descubrió la importancia de los traumas infantiles
papel fundamental en el mantenimiento del de su hijo. Como se tra~a.ba en el. desarrollo posterior, se refirió en especial a los cinco primeros años
de una persona bastante informada en estos temas, y el cuadro famlhar de VIda. Dentro de este concepto estaba implicada la creencia de que el
parecía sin excesivas complicaciones, le propuse _como en~a~~, antes de compleJo de Edip~ afloraba alrededor de los 3 ó 4 años y que el superyó
afTontar un tratamiento, que le quitara los panales advlfhendoselo al se formaba postenormente como heredero del complejo de Edipo.
niño y que todas las noches lo despertara a la misma hora y lo nevara ~o que.. hoy s~bemos sobre el desarroUo nos hace suponer que en
caminando hasta el baño para orinar; no más de una vez por noche. Le el ~Ilmer ano de VIda se cumple ya la relación del niño con ambos pro-
aclaré también que en la evaluació~ actual de l~s ne.urosis, l~, enures~ no gemtor~s. En ~a segunda mitad del primer añ'O, con el florecimiento de
se considera un síntoma sino despues de los 4 anos, mformt'l.:~:¡on destmada tend~nclas gemtales y el establecimiento de la situación edipica, se cierra
a aliviar su ansiedad. un clrcul~ en el que las rela.ciones objetales inician el triángulo edípico:
El niño reaccionó con alivio y satisfacción, aceptando las eondiciones es el comIenzo de ~as tendenCIas heterosexuales en las niñas y de las homo-
y a los pocos días de iniciada esta rutina dejÓ de orinarse. Podríamos sexuales en el varan, cuando pasan ambos a relacionarse con el pene del
preguntarnos por qué un sintoma que con frecuenci~ :s rebelde, se solu- padre, abandonado en parte el pecho de la madre.
cionó tan fácilmente en este caso. Creo que el ahvlO de la madre al .En nuestra experie?cia las dificultades que surgen en el primer año
saber que no era tan grave eOIDO eUa pensaba, favor~ció la mej?rí~ y de vld.a son las que reVIsten una mayor gravedad para el futuro. Un niño
por tener una buena relación con el hijo pudo cumphr con las mdlca- que pIerde a su padre antes del primer año está tanto más condenado
ciones. Además se trataN de un niño con un desarrollo normal cuyo a ,desarrollar ~o~flictos psicológicos que si tuviera siete i¡lños, por ejemplo 2.
síntoma había sido favorecido por la ansiedad de la madre, y que disponía El con~clmIento del desarrollo de las primeras etapas nos permite
de un padre y una madre unidos y con huena relaci?n c'On él. . v~l?rar lo normal o patológico de un logro, de una conducta o de una
Muchas veces hemos señalado que en todo sllltoma debemos conSI- dIfICultad. Nos permite adecuar la exigencia de adaptación y los estímt1los
derar series complementarias entre factores internos y externos. Con un al momento del desarrollo en que puede rendir el máximo y sin trastor w

conflicto interno -que en el caso de este niño era el temor a crecer 1 _ nos. Al ,d~rnos un marco en el cual podemos incluir el desarrollo normal
si los factores ambientales son buenos, podemos luchar contra el síntoma. o patologl?~ en la relación de obj eto, podemos valorar la normalidad
Si a este mismo conflicto interno se hubiesen sumado situaciones externas de la relac~o? del niño con sus obj etos de acuerdo c'On su nivel. Los últimos
negativas, por ejemplo, 'falta de contacto con la madre, ausencia del aportes tea neos sobre la relación del niño con la madre, la inclusión
padre, cas~igos, exigencias equivocadas, el síntoma habría estado ya tan ~el padre y. h~~m~~os en la vi~a emocional del niño, el despertar de
estructurado. que no hubiéramos podido solucionarlo en esta forma_ De l~:ereses, la llllClaClOll del proceso de simbolización, permiten la 'Orienta w

todos modos la indicación hecha a los padres y aceptada por ellos fue
la de seguir de cerca la evolución del niño y si apareciera otro síntoma
o recayera en el mismo, iniciar el tratamiento psicoanalítico.
te
ClOn del lactante, orientación que indudablemente será la mejor profilaxis
futuros trastorn.os. ASÍ,.' hemos visto que la orientación temprana de
da ~;~re es el me] or anhdoto pa.ra la formación de síntomas derivados
No siempre la madre puede reaccionar así porque general~ente ~~s e ,1 ,lcult~des no. tan graves. Por ejemplo, madres cuyos hijos mayores
conflictos se lo impiden; recurriremos entonces al grupo de onentaclOn h~blan temdo vanadas alteraciones del sueño y de la alimentación pu-
de madres donde se interpretan y resuelven los conflictos, además de dIeron c?~probar que después de su asistencia a un grupo de madres,
esclarecer lo que es la vida de un bebe. . . . .. en sus hlJ os me?ores no se pr~sen taron estas alteraciones; .y aun cuadros
Los grupos de 'Orientación de madres ofrecen optlmlstas poslbl!ldades de caracteres .r::as graves tambIén tuvieron una frecuencia menor s.
para la profilaxis de las neurosis infantiles, sobre todo si ..la madre lll~esa En los mnos de 1 a 5 años las modificaciones en la actitud de ]a
en ellos cuando está encinta o cuando el bebe es pequeno, porque mlen-
1 Un día observando un perrito de tres meses junto a su madre, dijo! "Qué
2 Cí. capítulo X, parte 1.
8 Cl. capítulo XIII.
lástima, está grande y no ]0 va a querer más."
134 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 135
madre, si bien no tan efectivas en todos los casos, siguen. siendo muy hay siempre referencias a las dificultades que agregan los padres a la ya
importantes: si el niño está en tratamiento lo fav~re~en y SI no ~o .esta, complicada tarea de analizar a un niño, En efecto, debemos contar con
el grupo lo ayuda a mej orar su conducta cuan~o (hsrnmu!: el sentImIento la participación de ellos desde la :iniciación del tratamiento purque un niño
de culpa, que es el punto de urgencia de la luterpretaclOll. en ~l grupo. no es un ser independiente social ni emocionalmente.
Esta culpa surge invariablemente con mayor ? menor llltensldad, de Durante muchos años se sostuvo que a diferencia del adulto faltaba
acuerdo con la gravedad de la enfermedad del hlJo. en el niño la conciencia de enfermedad y del padecimiento neurótico que
También recomendamos el ingreso de la madre en un grupo de lo impulsara a un tratamiento. Cuan~o comprendí que un niño sabía que es-
orientación, en los casos de niños mayores de 5 año~, por~u€' el indudable taba enfermo y desde la primera hora mostraba su fantasía inconsciente
alivio de la culpa que experimenta favorece una mejor actItud frente ~ su de enfer,medad y curación, y aceptaba al terapeuta por su propia decisión,
hijo, especialmente en los preadolescentes, para compren~e~ sus confhctos se me hIZO claro el papel que desempeñaban los padres que no se decidían
y nuevas necesidades instintivas y poder acept.ar su crec~mIento. al tratamiento o lo interrumpían G pretextando que el niño no quería ve-
Cuando el niño padece de asma, acetonemla, tendencla 9, caerse y gol. nir. Hasta ese momento siempré tenía la duda de si los padres lo man-
pearse, anginas de repelición, inhibiciones o trastornos en el de~an:o~l~ por tendrían en a:t¡lálisis el tiempo necesario o -como era la experiencia de
detención de funciones básicas como la marcha o la palab,ra e. mhIbl~Iones todos los analistas de niños- aprovecharían las vacaciones o un viaje o
en el aprendizaje escolar, la solución está en buscar las ralc.es mcons.clentes la desaparici~n de los síntomas para decidir la interrupción tempora~ia
que han determinado estos cuadros. Y p~ra hacer C'onSCIente el .mc~ns. y a veces en un momento muy poco indicado 7.
ciente sólo disponemos hasta hoy de un meto do verdaderament~ efIcaz. ~l En la primera ~poca de mi trabajo recibía a los padres con bastante
psicoanálisis. En estos casos, por lo tanto, no ba~tan los ?amblOS de .actI. frecuencia; si me pedían consej Ó, se lo daba e influía sobre ellos en favor
tud externa e interna de la madre por lo que sera necesano el tratamIento de las necesidades urgentes del riiño. Si bien muchas veces daba un buen
psicoanalítico del niño. Esta medida es a, la, vez tera,~éutica y profiláctica, resultado en el momento, me trala lilego dificultades y una invariable ac-
pues la experiencia muestra que la me) OrIa del nmo trae ,como conse- titud hostil y persecutoria aun en los casos en que el análisis objetiva-
cuencia una disminución.de la tensión familiar, que de por ~1 es una pro- mente había sido un éxito. LB:. reflexión sobre el significado latente de las
Jilaxis de nuevos trastornos, entrevistas me fue llevando poco a poco a la técnica que expondré en
En los casos que la indicación de psicoanálisis del uií)o sea perentoria estas páginas,
pero por dificultad económica real de los padres no. pued~~ hacerlo-, y en Fue durante el análisis de"un niño de 4 años que había matado a
cambio la madre puede ingresar en un grupo de onentaclOn, aclararemo,s u~ primo de pocos meses 8 cuandci comprendí mejor el papel que debía
que esta solución es parcial y transitoria ~asta .qu~ ~e pongan en c0ndI~ aSIgnar a los padres para vencer las dificultades que he señalado, Según
ciones de afrontar más adelante un tratamiento mdlvIdual. Pue~e pare~eI pude ver éstas surgían de una confusión de su papel con el del terapeuta
cruel decir esta verdad, pero postergar el cono~imiento no es ~1~0 p~r!u­ creada en la técnica anterior, en la que debían colaborar cambiando situa-
dicar al hij o y a los padres, Si 'se trata, por eJ emp!o, de u,n mno, ~pIlep­ ciones o actitudes.
tico y tenemos la convicción de que ~ólo un tratamIento pSlCoanahtlC'O va Llegué a la convicción de que no conviene dar consej os a los padres
a llevar al niño a liberarlo de sus smtomas, debemos defender esta con- -siempre que el niño esté en análisis- aun cuando se trate de situaciones
vicción aunque en un primer momento no sea fácil. En el caso de N?ra 4 sumamente equivqcadas, como eolecho, castigos corporales, seducción, etc,
los padres debieron hacer grandeS sacrificio,s para afrontar el tratamIento Sostengo que es sólo la meJoría: del niño la que condiciona Un real cam-
individual de la niña y el de grupo de orientación de la madre, pero de bio en el medio familiar y,' por lo tanto, trabajo con él en una relación
no haberlos hecho la enfermedad de la niña habría llegado a un grado hipersonal como en el anális'is de adultos.
tal que cualquier tipo de terapia hubiera fra~.asado. No sólo e:o, sino .que El psicoanalista de niños se enfrenta cnn el doble problema de la trans-
de acuerdo con lo que vimos la segunda hIJa a los pocos anos hubIera
lleO'ado a estar tan enferma como su hermana. 6 PICHON .RIVI~~E, AR~r.NDA ABEHASTURY DE: "La inclusión de los padres en el
b En los libros de técnica de análisis de nipas hasta hoy publicados G cuadro de la sltuaclon anahtIca y el manejo de esta situación a través de la inter.
pretación," Rev. de Psicoanálisis, tomo XIV, NI? 1-2, pág. 137.
4 Cf. capítulo XN, pág. 262_ 7 Cf. capítulo VII, caso Beatriz.
.5 KLEIN, MELANIE: El psicoanálisis ~ niños. Biblioteca de Psicoanálisis, Buenos 8 PICHON, RIVI~,RE, AR~~NDA ABERASTURY DE: "La inclusión de los padres en el
Aires, 1948. cuadr~ ,de la sltuaclOn anabtH;a y el manejo de esta situación a través de la inter-
FREUD, ANNA: Psicoan/ilisis del niño. Ed. Imán, Buenos Aires, 1951. pretaclOn."
136 ARMINDA ABERASTTJRY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 137

ferencia del paciente y de los padres. Entramos con este tema en un punto prohibición viciando desde el comienzo la situación transferenciaI. Esto
fundamental en técnica de niños: el manejo de los padres y su inclusión permitía, además, a los padres adaptarse a la nueva relación con el hijo.
dentro del tratamiento del niño. Si la interpretación es el instrumento básico del tratamiento psico~
Con el descubrimiento de la técnica de juego se hizo posible como analítico y en especial la interpretación de la transferencia, era evidente
prender cómo funcionaba la mente del niño peq~~ñ:o, interpretar .s us con· que la relación con 1'05 padres sin la interpretación los dejaba librados a
Hietos y solucionarlos, pero frecuentemente el exIto de la terapia no se cualquier tipo de elaboración.
veía acompañado de un aumento de la. ~o?fi~nza .?e los pad:es. P?r. el Por otra parte, la evolución del psicoanálisis nos nevó cada vez más
contrario, a menudo interrumpían el analuns del hIJO por motIvos rutIles a no . valorizar en exceso los datos que los padres podían aportarnos sobre
y súbitamen te sin dejarnos el tiempo s uficiente para hacer elaborar al pa- la vida diaria del niño 9.
ciente la separación. _. . , La práctica me fue enseñando que el consejo actuaba por la presencia
Aun cuando los analistas de niñ os hayan senalado esa difIcultad tec- del terapeuta y que, separados de éste, el padre o la madre seguían ac~
nica repetidas veces, no hay trabajos que traten de comp.re-n ~erla o solu- ruando con el hijo de acuerdo eon sus conflictos, pero con el agravante de
cionarla. Se han limitado a estudiarl a como un esc'Ollo mevItable, soste- que si actuaban como antes sabían que esto estaba mal y que era causa
niendo que el niño no va al tratamiento por. su volun;a.d. ni de~~de de de enfermedad para su hijo. El terapeuta se trans formaba así en un su-
él la continuidad de éste. Años de experIenCIa en anahsls de mnos me peryó y la culpa se convertía generalmente en agresión.
llevaron a la confirmación de este hecho, pero me resistí a considerarlo Cuando pretendía modificar las .situaciones exteriores mi enor era
como no solucionable. Pensé siempre que la dificultad debía surgir de una actuar c'Om'O si los padres no tuviesen conflictos y apoyanne en la transo
deficiencia de ]a técnica que, nacida de la técnica de adultos, no nos había ferencia positiva que establecían conmigo. Pero no tenía en cuenta un fac-
dado la clave para resolver este problema., . . tor inconsciente fundamental: la creciente rivalidad en la que entraban con
Un'O de los obstáculos fundamentales consistla en la neceSIdad de ma· el niño. Dejaban de ser padres para transformarse en hijos rivales en
nejar una transferencia doble y a veces triple. Como ya he señalado, du- busca de ayuda, siendo uno el privilegiado, el que estaba en tratamiento,
rante muchos años segui lP norma clásica de tene: entrevistas c'On 1'Os. pa- contra otro perjudicado, que no sólo no tenía tratamiento, 8ino que debía
dres y en cierta medida estas entrevistas me serVlan para tener una Idea pagar por el otro.
de la evolución del tratamiento, y para aconsej ar a éstos. La experiencja A esta rivalidad se sumaba la que sentían c''Onmigo como madre que
me fue haciendo ver que ésta no era una buena solución a la neurosis roba el afecto del hij o y enmienda lo que ellos habrían hecho mal. Todos
familiar, ya que los motiv'Os de la conducta equivocada eran inconscientes estos sentimientos contradictorios los inducían a obrar de un modo com-
y no podían modificarse por normas conscientes. . ., pulsivo y muchas veces, aunque conscientemente huhieran qu'erido seguir
Comprendí, por ejemplo, que cuando el padre o la madre remc~dlan mis consejos, no podían hacerlo si interferían demasiado con sus propios
en el c'Olecho 'O en el castigo corporal, yo me transformaba en una fIgura conflictos o si ~u .situación afectiva conmigo estaba contaminada por los
muy perseguidora y la culpa que sentían la canalizaban en agresión:, dí~i­ sentimientos contradictorios que he señalado. Goma todo este juego de
eultando así el tratamiento. Además, el aumento de la culpa los conducla transferencias no podía ser interpretado7 no era elaborado por ellos, se
a actuar peor con el hijo, buscando mi casti go o mi censura. El con~licto mantenía reprimido y los llevaba ;l fluctuar entre una obediencia absoluta
se agravaba al no ser interpretable, ya que ellos no estaban en tratamIento y una rebelión sistemática.
y los llevaba a la interrupción del análisis. Esta complicada y sutil red hacía cada vez más difícil el manejo de
Comencé poc'O a poc'O a distanciar las entrev~sta: con los, padres ! a las entrevistas en las que se manifestaba generalmente la fachada de idea-
abandonar los consej'Os. Al c'Omienzo de mi trabaJ'O SI me pedIan anahzar lización o de amor, y no el resenti.miento y la frustración, lo que los con-
un niño que dormía con los padres aconsejaba darle una habitación se- ducía con frecuencia a destruir el tratamiento del -h ijo que otra parte de
parada. Esto r esultó ser un error, porque interfería abrupta~ente. ,en ~a su personalidad defendía y sostenía. Otro hecho importante era que si el
vida familiar y rompía artificialmente - desde a,fuera- una ~I:uaC~?n SIn terapeuta del hijo les pedía cambios para ayudar o apurar la mejoría,
saber cómo se había llegado a ella, sin saber cual era la particlpaclOll del se sentían fracasados si no podían cumplirlos.
niño y en qué medida le era imprescindible en función de su neurosis. La comprensión de estos problemas y el deseo de aliviarlos o solu-
La experiencia me enseñó que cuando el niño, aun en e] caso de ser muy cionarlos me llevó a cambiar la técnica, pues entendía: 1) que no era
pequeño, elaboraba el conflict'O, e~igía por sÍ, mism'O ~l caml.>io, con la
ventaja de haberlo an alizado prevIamente. ASl yo no mterfena con una 9 Cf. capítulo V.


138 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 139
útil para el mno mi actuación anterior; 2) perturbaba la vida familiar, y se hace intoJerable, llegando a veces a interrumpir el tratamiento. Cuando
3) terminaba por dañar el tratamiento. Decidí dejar a los padres que la ~uración del niño depende tan to de la actuación del terapeuta como de la
¡;iguieran su conducta habitual, no tratar de influirlos, no señalarles los aCh~~d de los padres y de las modificaciones que éstos hagan de la vida
defectos o errores en su educación, siempre que pusieran al hijo en tra- famlhc.r~ .se crean conflictos. Pueden sentirse incapaces de seguir las normas
tamiento. - por -sus propios conflictos- y tenderán a pensar que el tratamiento
Un padre que necesita pegar a su hijo dejará de hacerlo transitoria- a;n~a mal; l~ culpa ~ hará inso.stenihle y recurrirán al mecanismo psico.
mente por nuestro consejo, pero en cualquier momento repetirá la anterior IOglCO tan bien descnpto por M. Klein que si algo no puedr ser reparado
conducta o alguna similar si su cambio no obedece a la comprensión de debe se~ destrui~o u. A este mecanismo se deben en gran parte las fre.
los motivos que lo llevaban a actuar así. cuentes mterrupclOnes del análisis de niños, Con la técnica actual en cam.
Si una madre tiende a meter a su híj o en la cama matrimonial, nues- ~io. el terap~uta as~~e ínteg~:n:.lente su papel; la función del padre se
tro c'Onsej o de no hacerlo se verá limitado por la ansiedad conflictual que ]lmIta a enVIar al hIJO al anahsls y _pagar el tratamiento 12.
la lleva a ello. Pero si se cambia la pareja madre.hijo por la modificación I:a, experie.ncja me mostró que aun niñ'os muy pequeños eran capaces
de una de las partes, el niño, aun el más pequeño, rechazará el colecho y de eXigir dor~r solos, evitar situaciones en las que serían castigados, des.
buscará otra forma de contacto con la madre. Un tratamiento psicoana. plazar su necesIdad de afec~~ a figuras más indicadas si las de sus padres
lítico capacita a un niño, aun muy pequeño, para modificar su ambiente. no lo eran. Recuer~o un nmo de 18 meses que se analizó por trastornos
Aunque a veces el niño no sabe expresarse con palabras o hacerse com- en la march~ .y lenbtud ,en todo su desarrollo, que cuando mej oró impuso
prender en sus anhelos, los cambios en su conducta suelen ser una adver- nuevas c'OndIcIOnes .~e VIda, com.o dormir solo y estar más tiempo con la
tencia que termina por ser comprendida. madr~ que con la mnera. Es .decIr, que al romper el vínculo neurótico por
Esta me impulsó a suprimir casi totalmente las entrevistas con los I~ me~?na de uno de sus mIemhr os, el otro podrá cambiar y elaborar ]a
padres, excepto cuando manifiestan tal necesidad de la entrevista que el sl.t,uacJO!! ~~ separación. Además, es frecuente que frente a 10fl cambios del
negarla llegaría a ser preturbador. En estos casos la realizo en condiciones hlJ o tambIen los padres busquen ayuda terapéutica.
establecidas de antemano :-el niño, por pequeño que sea, dehe estar infor- Muchas son las modificaciones que ha sufrido el tratamiento psico.
mado del día y hora en que veremos a sus padres, y debe saber que todo analíti~o de niños. Ellas se deben al hecho de que analizamos niños cada
]0 que se hable le será comunicado. Se ]e informa también que el contenido vez. mas pequ~ño~ o aun sin rudimentos de lenguaje, por ]0 que fue nece.
de sus sesiones no será revelado, tal como convinimos con él al iniciar sano busca~ teclllcas ~ada vez más adaptadas a la expresión preverbal.
el tratamiento. . La a?sl~dad ~amfestada por el niño al iniciar el tratamiento -vi-
Los padres a su vez deben saber las condiciones de este convenio, es VIdo por el lllc'OnSCIentemente como una nueva ruptura de la relación con
decir, que todo lo que ellos hablen será transmitido al niño, y que en la madre- es la repeti?ión de la .angustia provocada por el nacimiento.
cambio no podremos informarlos del contenido de las sesiones 10. ~I co~pren?e.rLo,. resolVi que era lmportante reproducir en ]0 posible la
El adoptar esta conducta lleva a un real afianzamiento del vínculo con 51tu~clOn ollgmarIa. Aclaro por eso a los padres y al niño que es con.
el niño y a una mej or relación con los padres. Estos se siente aliviados vemente que entre solo y s~ ~en la primera sesión no lo logro, interpreto
al depositar loda la enfermedad en manos del analista con la consecuente en tod?5 los detalles ~u reaCClOn frente a mí y le anuncio que en la próxima
disminución de culpa al ser compartida. entrara so~~. Aconsejo a ]a madre que si no se siente capaz de soportar
Ademá.s, si los padres quedan fuera de acción terapéutica -fuera del la :eparaclOn ,haga acompaña~ .al. n~~o por otra persona, pues su propia
consultorio-- su vínculo transferencial con el analista se hace más maneja. ansIeda,! podna perturbar l~ IfilCI8ClOn del tratamiento. Le señalo que yo
hle al estar menos expuesto a las frustraciones inherentes a un contacto me hare cargo de las reacciones del niño y esta aclaración es necesaria
que, siendo en apariencia profundo, resulta sólo superficial y de apoyo por· porque puede ser que llore, se desespere patalee y grite 13. La duración
que la transferencia no es interpretada. de l~ reacción, la intensidad, el que sea' o no accesible de modificación
Si el analista asume la total responsabilidad terapéutica, además de medIante la interpretación, nos ens,eña mucho sobre la historia del niño y
aliviarlos adopta una actitud más real y adecuada. Por el contrario, si les su forma de actuar en el mundo.
aconsejamos cambios para ayudar en ]a mejoría del ,h ijo y no pueden Después de esta primera y abrupta separación, es casi la norma que el
cumplirlos, se sienten responsables de cualquier retroceso y su ansiedad
II KU:IN. MELANlE: El psicoanálisis de niños,
12 Cf. capítulo V.
10 Cf. capítulo IX. 18 Cf. capítulo XI.
140 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 141
niño entre en el consultorio espontáneamente y permanezca en é1. Más tarde mandan a sus hijos a colegios religiosos o les hacen cumplir con determi~
puede presentar nuevas crisis, pero cada vez más fugaces y dominahles. das exigencias -generalmente las mismas que sus propios padres les im ~
Los padres deberán traer al niño cuatro o cinco veces por semana, pusieron cuando niños-o Nada ee ganaría con explicarles la confusión que
preferentemente cinco, en días y ,h oras elegidos de antemano, y éste per- se crea en la mente del hijo confrontando su ateÍSmo y la religiosidad
manece con el terapeuta duranle cincuenta minutos, igual que un adulto que le imponen; esta contradicción deberá solucjonarla el propio paciente.
en tratamiento psicoanalítico. En caso de suspenderse las sesiones por difi- La iniciación del tratamiento debe hacerse estableciendo previamente
cultades del analista, se reemplazarán siempre que sea posible y lo mismo las condiciones básicas, de modo tal que el terapeuta pueda actuar con el
si las dificultades provienen de los padres, porque es muy importante la niño con la misma libertad que si se tratara oe un adulto, sin necesitar
continuidad en la8 sesiones. nuevas entrevistas con los padres.
Se estipularán de ante~ano los honorarios y fecha de vacaciones del El tercer tema que es necesario aclarar con los padres es la posición
analista. Esto permite a los padres organizar la vida familiar conociendo del terapeuta frente a la procede:ncia del niño; adopción, ilegitimidad, etc.
previamente las condiciones y buscando adaptarse a ellas. El co~trato ana~ Es experiencia de los analistas que cuando ]os niños son adoptados saben
lítico establece que las sesiones suspendidas por dificultades del paciente inconscientemente la verdad de su condición aun en aquellos cas'os en los
sean generalmente abonadas, sean por enfermedad, vacaciones o cualquier cuales se les ha ocultado celosamente y el análisis los lleva a hacer cons-
otra causa. ciente esa situación. Al plantear el problema a sus padres, éstos más de
La continuidad del tratamiento debe preservarse dentro de lo posible, una vez se negaron a decirle la. verdad o interrumpieron bruscamente el
pues a veces ]a angustia despertada por el análisis de un hijo lleva a tratamiento. Actualmente se informa de todo esto a los padres y se ini-
inesperad'Os proyectos de viaje o cambios o prolongación innecesaria de ciará el tratamiento COn la condición de que estén dispuestos a aclararle
enfermedades. su origen cuando él se lo pregunte. Si no aceptan esa condición, bajo nin~
Señalados ya los límiles de nuestro papel, y asegurada la tolal reserva gún concepto puede llevarse con éxito el tratamiento. Cuando se va acer~
del material que el niño nos confía, debemos aún aclarar otros puntos. cando ese enfrentamiento del hijo con sus padres adoptivos) éstos suelen
Es necesario que los pad.Jes sepan que en algún momento del tratamiento ,p edir una entrevista.
surgirá ]a necesidad de un esclarecimiento sexual; por ]0 tanto, debemos Al iniciar la sesión siguiente le comunicamos al paciente el contenido
asegurarnos de que ellos acepten esa condición y sus consecuencias. N o se de aquélla, lo que facilitará el esclarecimiento, aliviando, además, la an~
les aconseja seguir una conducta determinada si los hijos los interrogan, siedad de los padres que así se sienten ayudados.
pero se les advierte que puede acontecer y deben estar preparados. En muchas otras situaciones, donoe un sector importante de la verdad
Es necesario aclarar también la posición del terapeuta ante el pro~ ha sido eludido, esta técnica de entrevistas facilita el esclarecimiento en
blema religioso. Es frecuente que padres no practicantes, pero en cierta el momento en que el niño está reahnente preparado para enfrentar y
medida creyentes, eduquen a sus hij os en colegios religiosos 'O les den una elaborar la verdad. No solamente el paciente, sino también los padres, ne~
educación religiosa. Esto confunde al niño que se siente en conflicto entre cesitan tiempo' para aclarar algo que debió ser muy penoso para permanecer
dos tendencias y se responsabiliza del destino final de sus padres. Por secreto tanto tiempo.
ejemplo, pU43de preocuparse y pensar que los padres irán al infierno si Trajeron en consulta a una niña adoptada que sufría de- graves tras-
no cumplen con las exigencias que sus maestros espirituales les señalaron tornos de aprendizaje, uno de los síntomas frecuentes del niño adoptad'O.
como imprescindibles. Gloria, de 9 años, solía expresar sus problemas dibujando casas de depar-
En nuestra experiencia esto trae graves consecuencias al niño. Hay tamentos. Estas casas tenían 9 pisos -sus años- y el problema que plan-
padres muy religiosos que educan a sus hijos de acuerdo con sus creencias, teaba en el dihujo era el· de las puertas cerradas de la planta baja -su
y que llegan a preferir que éstos sigan enfermos antes de arriesgar la pér~ primer año de vida-o En los pisos siguientes las ventanas también estaban
dida de la fe, en cuyo caso -se evita la confusión, pero no los conflictos. cerradas. En sus asociacrünes era evidente la preocupación de saber por
En todos los casos es imprescindible aclarar a los padres que la pérdida dónde se entraba en la ca.sa. El significado latente de esta pregunta era
de la fe es posible oentro del tratamiento, pero que esto no significa que el el averiguar si había entrado por los genitales de su madre -la puerta
terapeuta adopte una actitud activa en este punto. Lo esclarecerá a medida de entrada- o por la puerta de entrada de ]a casa en que habitaba.
que aparezca el tema analizando los conflictos que en el niño han surgido Si la puerta permanecía cerrada era porque le habían negado ese es~
por aquél. Hay que señalar también que no es previsible ni el momento clarecimiento. Cuando el analista comenzó a interpretar este material habló
ni la forma en que se plantee el problema. En otros casos, padres ateos con los padres para que confirmasen a la niña la verdad, pero no habían
142 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 143
sido advertidos y se opusieron terminantemente. Esto motivó la interrupción además, que su conducta había sido un intento de hacer suspender el tra-
brusca del tratamiento. tamiento porque no pudiendo dominar lo que estaba pasando en su cuerpo
En el caso de Pedrito u, cuando el tema del análisis era la diferencia -el crecimiento de sus pech-os y las redondeces que la iban haciendo
de sexos y sus fantasías de vaginización , tuve un llamado telefónico de la mujer y las sensaciones nUf"vas que la invadían- quería detener los ca,
madre para comunicarme que tenía conciencia de haber obrado mal pero nocimientos en su mente como un intento de detenerlos en su cuerpo. Me
que había actuado impulsada por algo más fuerte que su voluntad. Al había enviado a la madre para que yo arreglase ese lío y ponía, además,
volver de una sesión el hijo le preguntó si ella tenía pene y le contestó ;J. prueba si su conduela me habia asustado, y si yo, como ~us padres, no
"por supuesto que sí". El poder incluir en la sesión siguiente esta conver· respondía más a sus necesidades de esclarecimiento. Continué diciéndole
sación con su madre no sólo permitió aclarar el conocimiento erróneo que que la desaparición de sus síntomas más molestos habia modificado la re-
le hubiese dej ado una confusión aun mayor sobre la diferencia de sexos, lación con sus padres y que en cierto sentido buscaba volver al pasado
sino que hizo posible la rectificación de la madre sin demasiada angustia. ocupándolos con nuevos problemas. El resultado de esta interpretación
Durante el análisis de Fanny, una niña de 10 años, cuyos padres y -que fue elaborando poco a poco y yo repetía fragmentariamente cadB.
medio familiar más inmediato t:ran muy católicos y estaban, por lo tanto l vez que lo creía útil- fue la modificación de su conducta, El esclareci-
sometidos a represiones y prejuicios muy intensos, se me planteó un pro- miento de las causas más pr.o fundas que la habían motivado reveló en la
blema similar que pude solucionar manejan~o la entrevista con los padres transferencia, como repetición de las situaciones originarias, un material
tal como he señalado. El padre era médico y conocía algo de psicoanálisis; ·nuevo. De pequeña había anhelado la posesión de un pene y los cambios
la madre, que también era profesional, tenía un conocimiento teórico de actuales en su cuerpo reactivaron esas tempranas fantasías, y lo más temido
]0 que podía ser el tratamiento de su hija y leyó mucho sobre este tema en su relación conmigo era que yo diese cumplimiento a ese viejo deseo.
antes de decidirlo. Estos conocimientos los habían familiarizado con la idea Hemos dicho que en la entrevista inicial se han asumido claramente los
de que el esclarecimien to de todo lo concerniente a la sexualidad era fun- papeles: existe un terapeuta ·para un niño que necesita tratamiento y exlsten
damental, pero siendo ellos mismos muy inhibidos no se habían animado los padres de ese niño y su ambiente que habrán de recibir los beneficios,
a dal' a Su hija ninguna r#spuesta a las insistentes preguntas que les hiciera pero también los impaetos de un tratamient'O psieoanalítico. Deben saber,
desde pequeña. Pocos meses después de iniciado el tratamiento se incremen- por ejemplo, que las dificultadeB pueden incrementarse en un momento
taron las angustias genitales de mi paciente, ante los primeros índices de dado, y una rápida mej oría puede ser seguida de una recaída; que al
crecimiento puberal. Por otra parte, los síntomas más molestos habían des~ analizar a un niño se pone en j uego todo un pasado y es posible que se
aparecido, motivo por el cual los padres estaban aliviados y se lo ex- les presenten momento.s difíciles Itanto a ellos como al hij o.
presaban. Un día pidieron una entrevista que les concedí previa consulta No es necesario ni adecuado anticipar los resultados del tratamiento
con mi paciente; la madre estaba muy angustiada y con temores bastante ya que sólo durante éste podremos valorar realmente la gravedad del
justificados de que su hija les creara y se crease serias dificultades en el trastorno. Es tá.cito que si el terapeuta se hace cargo del análisis es porque
colegio porque hablaba continuamente de sexo en términos muy vulgares y tiene fe en el método. Generalmente los padres piden que se les indique la
los perseguía con sus conocimientos. Concedí la entrevista, pero haciéndoles forma de ayudar a la mej oría del niño, y entonces conviene valorizarles el
previamen~e las advertencias señaladas. En la sesión siguiente, mientras esfuerzo que harán trayendo a su hijo cuatro o cinco veces por semana,
Fanny abría" el cajón y se disponía a continuar un dibujo en el que tra- puntualmente y durante un año como mínimo. Debe señalárseles que cum-
bajaba desde hacía varias sesiones, le relaté íntegra la entrevista y le in- pliendo con esto ayudan del mejor modo al terapeuta.
terpreté su conducta: asustar a sus padres y a sus compañeras y JograrIo Se valoriza el esfuerzo que realizan los padres al efectuar un trata-
era mostrarme hasta dónde estaba ella asustada por las nuevas -sensaciones miento tan largo y costoso·, en el que la puntualidad es tan importante y
que sentía en su cuerpo y por lo que iba conociendo de él. Me apoyé que muchas veces limita la movilidad de toda la familia, vacaciones, via·
para esta interpretación en los minuciosos detalles del dibuj o. Estaba asus- jes, paseos, etc. Esa posición se adapta más a la realidad, es más eficaz y
tada por los conocimientos que iba adquiriendo y que todavja consideraba favorece el éxito del tratamiento.
malos y prohibidos aunque hacía alarde de ell'Os. Por eso los formulaba En cierto sentido este cambio técnico siguió el mismo viraje que ha-
en una forma vulgar y chocante, para ser reprendída o censurada. Dije, bia sufrido el psicoanálisis mismo, preocupado al principio por los hechos
14 PICHON RIVd:RE, ARMINDA ABERASTURY DE: "La transferencia en el análisis
externos, por los traumas reales, enfocando luego su interés hacia lo in~
de niños, en especial en los análisis tempranos", Rev. de Psicoanálisis, tomo IX. NQ 3, terno, casi desvalorizando lo externo y llegando finalmente al interjuego
pág. 265. entre la realidad interna y externa. Ah'Ora, sin desconsiderar lo exterior
144 ARMINDA ABERASTURY

real, se trabaja con lo interno -la versión que de la realidad da el niña-


y los datos de la vida diaria que nos dan los padres los incluimos en el Historiales dÍnicos
análisis. De la misma manera procedemos con adultos cuando D(:S relatan
algo, del señor X, y lo referimos a su relación con nosotros. Tampoco en el
análisis de adultos tratamos de cambiar los objetos que r odean a nuestro
paciente, ni nos 'entrevistamos con sus familiares, ni los aconsejamos, aun-
que muchas veces viva n con ellos relaciones de dependencia tan extrema
como la de un niño con sus padres. Los llevaremos a la independencia
internamente y, si esto se logra, podrán recién llegar a desprenderse del
objeto externo real, en la medida en que sea necesario.
Nuestros hallazgos nos llevan también a la conclusión de que la vali-
dez de los datos suministrados por los padres es muy relativa y podremos
saber más a través del niño mismo. Un niño, por pequeño que sea, nos
informa por sí 3010 de la evolución sufrida a través del tratamiento y
cuando es necesario provoca consciente o inconscientemente una entre-
vista con los padres, quienes nos completan el cuadro del grupo familiar;
por lo tanto, tampoco se justifican entrevistas para conocer los efectos
del tratamiento.
Esta nueva técnica tiene la ventaja de que mantenemos nuestro papel
de terapeutas, lo asumimos de un modo total al no confiar sino en nuestro
trabajo con el niño para solucionar sus problemas o síntomas y dejamos En el capitulo IX mostraré cómo .se desarrolló el análisis de dos niñas de
a los padres en su papel cj¡, padres, sin perturbar la estructura familiar con 6 y 4 años, con trastornos simüares, y cómo fueron utüizados en. la inter-
nuestros consejos : . pretación. los datos que TUJS dieron los padres_
Recapitulando: únicamente ~oncedo una entrevista a los padres durante En el capítulo X, Pala l. de TomM expone primero fragmentos del anii-
el tratamiento cuando el paciente está de acuerno. Lo hablado se relata en lisis de un niíio de 3 años, señalando cómo elaboró la muerte del padre.
todos los detalles al niño al comienzo de ]a sesión siguiente. Le habíamos Susana de Ferrer describe a continuación algunas sesiones' del segundo
dado la certeza de que lo ocurrido en el consultorio quedaría tan hermé~ análisis del mismo paciente, cuando ya contaba 10 años; a raiz del casa-
ticamente en secreto como el contenido de su cajón individuaL miento 'Y de un nuevo embarazo de la madre se reactivaron en él las mis-
A veces parecen no comprender 10 que les decimos o no interesarse mas ansiedades que acompañaron a la desaparición del padre, y en. este
en absoluto, pero pronto vemos que cada uno de los detanes ha penetrado nuevo tratamienia pudo reelaboraT' el duelo.
en su mente y es elaborado a veces durante semanas '() meses, Aunque con- En el capítulo XI se exponen sesiones de tres niños, tratados por Mercedes
sideramos ]a unidad hijo-padres, la interpretación debe dirigirse exclusiva- de Garbarinb, Jorge Rovatti y Eduardo Salas. Los tres pacientes tienen
mente al paciente.16 distintas edades y síntomas diferentes, pero todos ellos reviven una misma
.~ ituación,. -el trauma ae nacimiento-_
En el capítulo XII, Elizabeth G. d" Ganna muestra en tres niños en el pe-
ríodo de latencia un mecanismo si.müar, el de reprimir y aislar un núcleo
de su instinl.ividad percibido como- destroc!Ívo y peligrosc>, con lo que ad-
quirían una apariencia de normalidad.

15 et. capitüló V.

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