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Ensayo de la Asignatura de Educación para la Salud

Obesidad un síntoma de pobreza en México

LN ANA CRISTINA RIOS MUÑOZ

Matrícula 16161964

Docente

M. en C. Lidia Moreno Macías

UNIVERSIDAD MODELO
“Para sí, para todos”

Maestría en el Tratamiento integral de la obesidad y el síndrome metabólico

Mérida / Yucatán
03 / 02 / 17

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En México, una principal causa de mortalidad es causada por enfermedades crónico degenerativas, como cardiopatías,
dislipidemias y diabetes mellitus tipo 2, todos estos padecimientos son consecuencia de alteraciones metabólicas del
paciente con sobrepeso y obesidad (1).
La prevalencia de obesidad es alta en el país, lo cual nos indica que las acciones preventivas y el tratamiento integral para la
obesidad no está dando el resultado esperado. Realizar una intervención en los factores de riesgo que inducen a la obesidad
y por consiguiente a las enfermedades crónicas, es una iniciativa de prioridad en nuestro país, el cambio en el estilo de vida
de la población no es parte opcional del tratamiento dichas enfermedades, sino que representa el tratamiento mismo.

En relación a la diabetes mellitus en México, la ENSANUT MC 2016 (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio
Camino) demostró aumento en la prevalencia de diabetes en la población adulta de México con 9.4%, al compararla con las
encuestas ENSANUT 2012, 9.2% y ENSANUT 2006, 7.2% (2). El resultado de esta encuesta de medio camino demuestra
que la vigilancia médica y prevención de complicaciones especificadas en la NOM-015-SSA2-2010 para la prevención,
tratamiento y control de la diabetes mellitus, están aún lejos de alcanzarse.

En relación a la prevalencia en el sobrepeso y la obesidad, la ENSANUT realizó una encuesta en México, en donde se
reportó que el porcentaje de sobrepeso y obesidad de los adultos de 20 años o más fue de 71.2% ENSANUT 2012 y de
72.5% en la ENSANUT MC 2016 (2), ésta es una de las más altas en el mundo, el sobrepeso junto con la obesidad afectan a
7 de cada 10 adultos, por lo que se requiere redoblar esfuerzos en las estrategias de prevención.

El análisis comparativo del sobrepeso y la obesidad que demostró la ENSANUT MC 2016 (2) por tipo de localidad de
residencia muestra que los escolares que habitan en las áreas urbanas presentaron una reducción de 2.5 puntos
porcentuales de 2012 a 2016, no siendo así para los que viven en localidades rurales, los cuales aumentaron la prevalencia
de sobrepeso más obesidad en 3 puntos porcentuales en el mismo periodo de tiempo.

Al igual que con la población en edad escolar, se observó un aumento de más de 8 puntos porcentuales en la prevalencia
combinada de sobrepeso y obesidad en los adolescentes que residen en localidades rurales de 2012 a 2016.

En la ENSANUT MC 2016 (2) se le preguntó a los encuestados si alguno de una serie de factores enumerados le suponía
una barrera a la hora de llevar una alimentación saludable. El principal factor sentido por la población como barrera a la hora
de alimentarse saludablemente, con un porcentaje de respuesta de 50.4%, fue la falta de dinero para comprar alimentos
saludables como frutas y verduras; y la segunda respuesta más frecuente con un 38.4%, fue la falta de conocimiento para
preparar alimentos saludables.

Al estratificar por localidad de residencia estas respuestas, se observaron diferencias significativas: la falta de dinero para
comprar verduras y frutas fue una barrera mayormente percibida por residentes de localidad rural (61%) en contraste con la
urbana (47.3%).

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En cuento al conocimiento sobre el efecto de las bebidas azucaradas en la salud, la proporción de personas en localidad
urbana que respondió positivamente (93.2%) fue significativamente mayor que en localidad rural (88.9%).

Como lo demuestran las encuestas de ENSANUT, es imprescindible enfatizar que las zonas rurales son las más afectadas
en el tema del sobrepeso y la obesidad, por lo tanto, la pobreza y la falta de educación que se vive en estas zonas, son los
principales determinantes que condicionan a los individuos mexicanos a padecer obesidad y las enfermedades que esta
conlleva.

El origen inmediato de la obesidad está relacionado directamente con el balance energético, esto se refiere al desequilibrio
entre el consumo y el gasto de energía, los cuales están mediados por la alimentación, actividad física, factores genéticos y
epigenéticos (3). A su vez estas causas inmediatas son influenciadas por causas subyacentes como los cambios en la cultura
alimentaria tradicional, transmitidos de padres a hijos, de generación en generación; la mayor disponibilidad de alimentos
industrializados con alta densidad energética y bebidas azucaradas, el mercadeo masivo de alimentos procesados, los
precios de alimentos y el medio ambiente sedentario. Estas causas subyacentes derivan al mismo tiempo de causa de base
como la urbanización e industrialización, la globalización, los cambios en la dinámica familiar, los medios de comunicación
masiva, los cambios tecnológicos en el trabajo, transporte y recreación, las normas y políticas de Estado y diversos
determinantes sociales (3).

La NORMA Oficial Mexicana NOM-008-SSA3-2010 para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, define como
“Tratamiento integral de la obesidad¨, al conjunto de acciones que se realizan a partir del estudio completo e individualizado
del paciente con sobrepeso u obesidad, incluye el tratamiento médico, nutricio, psicológico, régimen de actividad física y
ejercicio; en su caso, quirúrgico, orientado a lograr un cambio en el estilo de vida y a disminuir o erradicar los riesgos para la
salud, corregir las comorbilidades y mejorar la calidad de vida del paciente (4), en este ensayo me enfocaré en dos frases
que se encuentran dentro de esta definición: ¨ lograr un cambio en el estilo de vida¨ y ¨mejorar la calidad de vida del
paciente¨; si la palabra “vida” aparece dos veces en esta definición, se puede entender que para combatir la obesidad y por
consiguiente su comorbilidad, es necesario analizar cómo vive hoy un individuo en México; como nace, crece y se educa; las
estadísticas demuestran que en materia de salud, México continúa rezagado porque aún no consigue una política social que
abarque todas las dependencias involucradas en el desarrollo completo de la vida del mexicano (5).

El programa “México Social”, en su debate sobre determinantes sociales de la salud, realiza la siguiente pregunta: ¿Qué
tanto crees que el ser pobre lleva a tener menos salud?, las desigualdades sociales enfatizan el problema de obesidad y por
consiguiente el de la salud (5); el ser pobre condiciona la ignorancia, la inaccesibilidad de servicios de salud y el acceso
favorable a alimentos con alta densidad energética pero muy bajo contenido nutrimental.

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En el curso de Educación para la Salud, asignatura propia de la maestría en el Tratamiento de la obesidad y el Síndrome
metabólico, se debatió sobre el salario mínimo del mexicano que ronda en los 70 pesos (6), ¿qué porcentaje de este pudiese
ser destinado a la alimentación?, contemplando el costo del transporte y otros gastos fijos del hogar, ¿qué calidad de
alimentos puede adquirir una familia que destina menos de 50 pesos a la alimentación?, resulta un verdadero reto para las
familias de hoy, a veces monoparentales de madres “ignorantes y analfabetas”, el hecho de lograr que sus hijos tengan las
calorías suficientes para estudiar, con las aspiraciones que tiene México para ellos; ¿cómo afrontar un reto así?, las madres
mexicanas lejos de ser analfabetas resultan ser “magas en la economía”, ya que con un refresco de cola y una bolsa de
galletas dulces, llenan el estómago de sus hijos, y logran darles la energía que les permite estudiar al estilo del niño
mexicano de hoy. Este hecho aunado al sedentarismo que se vive en México, donde las jornadas laborales limitan el tiempo
destinado a ejercitarse y agregando el problema de la violencia que se vive actualmente en nuestro país, que impide que las
personas se sientan seguras para salir de sus casas y realizar actividad física, este contexto integral de determinantes
sociales que condicionan la obesidad rebasa al sector salud (5), lo cual manifiesta que la pobreza es una perfecta máquina
para hacer obesos en México.

El informe de la Comisión sobre los Determinantes de la Salud de la OMS denominado “Los hechos probados” (Wilkinson y
Marmot 2003) es, probablemente, el documento más difundido sobre la desigualdad en salud a nivel mundial. En él se
sintetiza el conocimiento disponible sobre la importancia de diferentes aspectos fundamentales generadores de desigualdad:
la primera infancia, la carga de estrés, la pobreza y exclusión social, las condiciones laborales, el desempleo, la red de apoyo
social, las drogas, la alimentación y la política de transporte (7).

Esta es posiblemente la visión disponible más amplia de las causas de las desigualdades y exclusión, donde se pueden
apreciar un conjunto de factores complejos, dinámicos e interrelacionados (7).

Dados los efectos de las determinantes sociales en el riesgo de padecer obesidad y enfermedades crónicas y por ende la
demanda y gastos de los sistemas de salud, es fundamental conocer la evidencia sobre estas condiciones como paso
esencial para emitir recomendaciones sobre el diseño de políticas públicas efectivas.

En el ámbito de salud, según las estimaciones del CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación, en México en el 2012, el
21.5 por ciento de la población total del país presentaba carencia en el acceso a los servicios de salud, lo que equivale a 25.3
millones de personas, esto responde al crecimiento de afiliados al Seguro Popular, iniciativa que tiene como objetivo brindar
protección financiera a la población que carece de seguridad social a través de la opción de aseguramiento público en
materia de salud. Esta iniciativa de salud pasó de tener una población afiliada de 21.6 millones de personas en 2008 a 47.8
millones en 2012 (8).

Si bien la carencia por acceso a los servicios de salud ha mostrado una tendencia positiva, ello no implica que la calidad de
éstos haya mejorado, pues son los propios afiliados al Seguro Popular los que reportan no haber recibido atención ante un

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problema de salud (8), además la fragmentación del sistema de salud influye negativamente en la cuidado de la salud de los
pacientes, pues en el país existen instituciones de seguridad social nacional, estatal, paraestatal y privadas que brindan
servicios diferenciados (acceso y calidad) según el tipo de afiliación.

En este sentido, el mejoramiento de la calidad debe pasar por el fortalecimiento de mecanismos que hagan posible superar la
segmentación del sistema de salud y permitan la portabilidad geográfica e institucional de los beneficiarios, con lo cual se
garantice el ejercicio del derecho a la salud a través de la atención en cualquier institución pública, federal o estatal del país.

En el ámbito de la protección social, México tiene aún mucho camino por recorrer, ya que el CONEVAL 2012, menciona que
el porcentaje de hogares sin cobertura de programas sociales (Procampo, Prospera y Seguro Popular), se encontraba
alrededor de únicamente el 30 por ciento en el 2012, además de que esta cobertura también reflejó sistemas paralelos y no
siempre bien comunicados entre sí. (8).

Si bien los programas sociales ayudan a amortiguar la situación personal o el entorno de la población, no son un sustituto
adecuado a la seguridad social en general, pues no ofrecen los mismos beneficios. Para conseguir una reducción en los
niveles de pobreza por acceso a la seguridad social, se sugiere el análisis de un sistema de protección social universal, que
prevea la existencia de instrumentos que busquen garantizar el ejercicio efectivo de los derechos sociales a lo largo del ciclo
de vida del ciudadano mexicano.

Es deber del gobierno administrar con una efectividad estratégica los recurso públicos sobre todo en crisis de salud. La
obesidad es una epidemia de salud en nuestro país y tenemos una corresponsabilidad como gobierno y sociedad para hacer
todo lo posible por promover una alimentación correcta y hábitos adecuados de salud, para que podamos revertir esta
tendencia alarmante. Esto es lo que necesitamos entender como país: la obesidad es un síntoma de la pobreza, no es un
estilo de vida en donde la gente este comiendo y no hace ejercicio, más que nunca, nosotros como profesionales de la salud
y el gobierno como nación, debemos poner los medios y estrategias para impedir el crecimiento de la obesidad en nuestra
sociedad. Termino citando al ex secretario de la Organización de las Naciones Unidas Kofi Annan: “El mundo tiene suficiente
comida. Lo que le falta es la voluntad política para asegurar que toda la gente tengan acceso a esta abundancia, que toda la
gente disfrute de la seguridad alimentaria”.

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Bibliografía:

1. Miranda-Garduño. L y Reza-Albarrán. A. (2008). Obesidad, inflamación y diabetes. Departamento de Endocrinología


y Metabolismo, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, SSA, México D.F.
2. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016
3. Rivera Dommarco, J. Á., Hernández-Ávila, M., Aguilar-Salinas, C. A., Vadillo-Ortega, F., & Murayama-Rendón, C.
(2012). Obesidad en México: recomendaciones para una política de Estado. México: Universidad Nacional
Autónoma de México.
4. Mexicana, N. O. (2010). NOM-008-SSA3-2010. Para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad. Diario
Oficial de la Federación, 7, 48-57.
5. Video: México social – Determinantes sociales de la salud (12/11/2013)
6. http://www.inegi.org.mx
7. Moral, P. A. P., Gascón, M. L. G., & Abad, M. L. (2014). La salud y sus determinantes sociales. Desigualdades y
exclusión en la sociedad del siglo XXI. Revista internacional de sociología, 72 (Extra_1), 45-70.
8. Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Informe de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social en México 2014 México, DF: CONEVAL, 2015.

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