La misma comisión enfatiza que : “No es para predecir el futuro”, es una urgente
notificación basada en las mejores y más recientes evidencias científicas, y que es
momento de tomar decisiones las cuales garanticen que todo aquel recurso que
tenemos presente siga para nuestras futuras generaciones. Se presenta una visión
de proceso en marcha para lograr estos objetivos: “No ofrecemos un plan detallado
de acción, más bien ofrecemos un camino mediante el cual las esferas de
cooperación entre los pueblos del mundo se agranden”.
El informe hace un recuento del desarrollo en las últimas décadas, que contiene
aspectos positivos en relación a la mejora relativa de las sociedades humanas en su
acceso a recursos como agua, energía, educación, etc., pero que en términos
absolutos no ha mejorado o ha empeorado. Además, se refiere a la desigualdad del
desarrollo entre países como uno de los mayores problemas, no solo ambiental,
sino también de desarrollo mismo.
El Informe está dividido en tres partes con 12 capítulos y dos anexos, para un total
de 318 páginas. Repasa todos los aspectos tanto del desarrollo como del ambiente.
El desarrollo sustentable debe implicar un desarrollo que verdaderamente ataque
los males sociales, que garantice los derechos de la población a la salud, la
educación, la democracia, y a los recursos necesarios para una vida plena.
Simultáneamente debe garantizar la preservación de la naturaleza, el
funcionamiento de los ecosistemas y de la circulación de materiales.