Responsabilidad Civil.
Concepto tradicional. Es, en general, la obligación que contrae una persona de indemnizar
el daño causado a otra, como consecuencia del incumplimiento de una obligación de que
ésta es acreedora o que la ha hecho víctima de un delito o cuasidelito civil.
Concepto Barros: Es un juicio normativo que permite atribuir a una persona los efectos
patrimoniales de un daño provocado a otra.
INTRODUCCIÓN
Objetivo común: acción de indemnización de perjuicios por los daños sufridos por el hecho
de un tercero.
No hay impedimento para que el contrato sustituya las reglas de responsabilidad civil
extracontractual, pero ello es excepcional, siendo sólo posible cuando el riesgo y las
potenciales víctimas son identificables a priori. Por eso, la responsabilidad extracontractual
es el estatuto general de la responsabilidad civil.
Modelo de atribución más generalizado, en Chile constituye la regla general. La razón para
atribuir responsabilidad a un tercero radica en que el daño ha sido causado por su acción
culpable, con infracción a un deber de cuidado. La determinación de éstos queda encargada
al juez.
Ahora bien, algunos sistemas de responsabilidad por culpa han tendido a la objetivación de
la culpa y la expansión del régimen de presunciones de culpabilidad, ampliándola hasta la
responsabilidad estricta.
Tiene como antecedente el riesgo creado y no la negligencia. Presenta analogía con ciertas
obligaciones de garantía en derecho contractual.
Ahora bien, no toda responsabilidad estricta está construida sobre la base de la pura
causalidad, puesto que por ejemplo la responsabilidad del Estado requiere falta de servicio,
un juicio cercano al de culpabilidad.
Formas:
Seguro social: Existencia de un fondo público, creado para hacer frente a
determinados riesgos que el Estado cubre por razones de justicia distributiva.
Contrato forzoso: Regido por el derecho privado, se establece como obligatorio para
el desarrollo de determinada actividad. El costo de los accidentes es distribuido
entre todos los candidatos a víctima, mediante un aumento del costo del bien o
servicio.
1. Prevención
Derecho puede ser visto como un conjunto de incentivos que permiten orientar el
comportamiento hacia fines socialmente deseables. Tratándose de responsabilidad civil, el
fin será la óptima prevención de accidentes: una regla que permita evitar accidentes que
causan un daño mayor al beneficio que reporta la actividad que los genera. Normas de
prevención general, en base a un mecanismo descentralizado de control.
Económica: nivel de riesgo tolerado y herramientas legales más eficientes para alcanzarlo.
Utilidad: las reglas de responsabilidad civil son instrumentales.
Responsabilidad estricta
2. Justicia
El enfoque es normativo: cuándo es correcto atribuir responsabilidad a una persona por los
daños que ocasiona un tercero
Justicia retributiva
La responsabilidad subyace de una infracción del deber de respeto que tenemos hacia los
demás. Ese deber de respeto a veces estará determinado en la ley, y otras corresponderá a
costumbres o usos normativos de la comunidad. En otras ocasiones no habrá norma
preexistente, y habrá que construir hipotéticamente la regla que habría seguido una persona
razonable en esas circunstancias.
Justicia correctiva
Desplaza el punto de vista determinante hacia la víctima. La igualdad que ha sido rota en
virtud del daño debe ser restablecida, a menos que exista una justificación.
Justicia distributiva
Atiende a la desproporción entre la víctima afectada por el accidente y aquellos que están
en una situación análoga de riesgo y no soportan daño alguno. Atiende a la aleatoriedad con
que se distribuye la carga de ser víctima de un accidente. En ese sentido, la responsabilidad
estricta y las presunciones de responsabilidad pueden ser vistas como instrumentos de
políticas públicas, que propenden a la distribución de costos.
Otros modelos más directamente dirigidos a la distribución son el seguro social y el seguro
privado obligatorio. Sin embargo, los inconvenientes de un sistema de esta naturaleza es:
1. Que se debilitan los lazos de recíproca responsabilidad que unen una comunidad de
personas.
2. Además, se indica que la dispersión del riesgo hace que los incentivos para evitarlo
disminuyan.
La pregunta esencial dice relación con las razones que el derecho considera para atribuir el
efecto patrimonial de los daños a un tercero, distinto del sujeto que los sufre. El sistema de
responsabilidad por culpa impone las condiciones más exigentes para dar por establecida la
responsabilidad.
Art. 2314 El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el
delito o cuasidelito.
Art. 2329 Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de
otra persona, debe ser reparado por ésta.
Dos elementos:
Carácter externo o material: Conducta del sujeto. Comportamiento positivo a
través de la acción, o negativo a través de la omisión (limitada a los casos en que
existe un deber especial de actuar en beneficio de otro).
Carácter interno o subjetivo: Acción voluntaria de quien es jurídicamente capaz.
El autor debe ser capaz, pero esta capacidad es más amplia que la civil contractual.
Art. 2319: No son capaces de delito o cuasidelito los menores de 7 años ni los dementes,
presumiéndose que el menor de 16 años y mayor de 7 ha cometido el delito o cuasidelito
con discernimiento (aptitud del menor para discernir afecta de los efectos riesgosos o
peligrosos de su acción).
Art. 2319. En los hechos de los incapaces, habrá responsabilidad directa, personal y
exclusiva de quien tiene deber de cuidarlo, si el acto del incapaz se debe a negligencia de
quien lo tiene a su cargo (es distinta de la responsabilidad por el hecho ajeno).
Personas jurídicas: responden tanto por los hechos propios que le son imputables, como el
hecho ajeno cometido por sus dependientes.
Responsabilidad penal de la empresa: solo puede hacerse efectiva en las personas naturales,
salvo en los delitos de lavado de activos, financiamiento de terrorismo y cohecho.
2. Libertad en la acción Para que la acción dañosa sea imputable a un sujeto se requiere,
además de la capacidad, que exista voluntariedad.
Basta el control sobre la conducta, no siendo necesario que el sujeto conozca los efectos de
la misma. Los actos que no están bajo el control de la voluntad son inimputables.
No excluye la libertad la circunstancia de encontrarse alguien en un estado de necesidad.
En los delitos civiles, el elemento subjetivo no se agota en la voluntad libre de actuar, sino
que la voluntad constituya del ilícito supone la intención positiva de inferir injuria a la
persona o propiedad de otro (Art. 44).
La culpa ha sido definida como la falta de cuidado debido, o la lesión de un derecho ajeno,
sin que pueda invocarse un derecho superior. Lo pertinente no es cómo actuó el sujeto
específico atendidas sus circunstancias, sino como debió actuar. La culpabilidad es un
juicio normativo considerado en abstracto y objetivo.
La objetividad implica o presupone que cada cual tiene que hacerse cargo de sus propias
limitaciones, compensándolas con un actuar diligente.
Las definiciones del Art. 441 recogen la noción romana de culpa, construida en relación con
patrones abstractos de conducta, alejándose del concepto moral asociado a la idea de
reproche personal. La culpa es un juicio de valor respecto de la conducta, no del sujeto.
1
La ley distingue tres especies de culpa o descuido.
Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel
cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta
culpa en materias civiles equivale al dolo.
Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres
emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación, significa culpa o
descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano.
El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa.
Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la
administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma diligencia o cuidado.
Cierta jurisprudencia y autores han señalado que la culpa se analizaría en concreto, y que la
graduación de culpa del Art. 44 aplicaría solamente al régimen contractual, pero ello ha
sido rechazado, no siendo relevante lo que el autor previó, sino lo que debió haber previsto.
Algunos elementos:
Fuente del deber de cuidado: hay que distinguir las fuentes de uso
normativo de aquellas reglas que emanan de sistemas de autorregulación
profesional o usos.
Caso fortuito, violencia física o moral, culpa exclusiva de la víctima y hecho de un tercero,
si bien determinan la inexistencia de la responsabilidad, no lo hacen por la vía de excluir la
culpa sino otros elementos de la responsabilidad.
PRUEBA DE LA CULPA
El principio general es que la culpa debe ser probada por quien la alega (Art. 1698), dado
que el hecho culpable es uno de los supuestos de la obligación de indemnizar.
Objeto de la prueba
Es necesario probar el hecho voluntario y el deber de cuidado. El objeto de la prueba
variará según se trate de fundar la responsabilidad en culpa infraccional, infracción de usos
normativos o un deber de cuidado construido por el juez.
Culpa infraccional: Habrá que probar la infracción a la norma legal o reglamentaria.
Ello no bastará, pues podrá operar una causal de justificación, faltar el nexo causal,
o deberse el acto al caso fortuito.
Infracción de usos normativos: Además del hecho infractor, habrá que probar dichos
usos. No todos los Códigos gremiales de conducta gozan de reconocimiento
general, actuando solamente como indicios.
Infracción de un deber de conducta construido por el juez: Deben probarse todas las
circunstancias que permitan al juez calificar el acto como negligente.
Medios de prueba
Pueden usarse todos, según las reglas generales.
Presunciones de culpa
La dificultad de la víctima para probar la culpa se subsana con presunciones de culpabilidad
que invierten el peso de la prueba a favor de la víctima. En los tres casos, el objeto de la
presunción es un hecho del demandado.
Presunción de culpa por el hecho propio: Art. 2329. “Por regla general todo daño que pueda
imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta. Son
especialmente obligados a esta reparación”. La enunciación no es taxativa (se refiere al que
dispara imprudentemente un arma de fuego, el que remueve las losas en una calle sin
precauciones y el que obligado a la construcción o reparación de un acueducto o puente, lo
tiene en estado de causar daño).
Meza Barros ha sostenido que el principio general del Art. 2329 es la culpa probada,
mientras que el inciso 2 es una enumeración de casos específicos en que rige la presunción,
que se deben interpretar de manera independiente.
2. Dolo
El Art. 44 lo define como la “intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad
de otro”, siendo un concepto extremadamente estricto, alcanzando sólo el dolo directo. El
dolo eventual puede asemejarse a la culpa grave, por ende carece de relevancia práctica en
materia civil.
III. DAÑO
A su vez, el Art. 1556, solo señala el daño emergente y el lucro cesante, sin definir daño.
1. Daño material
Es aquel que afecta el patrimonio y se manifiesta en la diferencia entre el estado y posición
económica de la víctima después de ocurrido el accidente, y la situación en que
hipotéticamente se encontraría en caso que éste no hubiera ocurrido.
Daño emergente: Pérdida o disminución patrimonial, actual y efectiva que sufre la
víctima a causa del accidente. Los daños económicos o puramente patrimoniales (no
se traducen en detrimento de cosas determinadas pero que sin embargo afectan el
patrimonio) pueden también incluirse.
Lucro cesante: Pérdida del incremento neto que habría tenido el patrimonio de la
víctima de no haber ocurrido el hecho por el cual un tercero es responsable.
También alcanza la pérdida de oportunidades de uso y goce de la cosa dañada. Su
determinación considera un grado razonable de probabilidad en la percepción de
ingresos futuros, obedeciendo a una proyección del curso normal de los
acontecimientos.
Pérdida de una chance: Casos de responsabilidad civil en que se desconoce si la
negligencia causó efectivamente el daño, pero se sabe que al menos destruyó una
oportunidad de evitarlo. Se destruye el potencial de oportunidad, que era aleatorio.
i.e abogado que omite presentar un recurso (cliente pierde chance de ganar el
juicio); persona que lesiona a un caballo antes de carrera (propietario pierde chance
de ganar el precio); responsabilidad médica (pierde chance de sanar).
Indemnización: 2 opciones:
o Indemnizar el porcentaje de oportunidad multiplicado por el valor del bien
en juego.
o Analizarlo como lucro cesante imperfecto (muy pocas posibilidades de
ocurrencia), sin indemnización.
2. Daño moral
El daño moral puede ser definido como aquel que lesiona un derecho o un interés
extrapatrimonial de la víctima (positiva). Cubre intereses que dicen relación con los
atributos de la personalidad, la integridad física y psíquica, los perjuicios de afección e
intereses relacionados con la calidad de vida en general.
El Código Civil no lo define, y la única norma que indirectamente se refiere a él, lo hace
para excluir su reparación a propósito de la injuria (Art. 2331).
Evolución
El daño moral es un desarrollo eminentemente jurisprudencial.
Primera etapa: Hasta 1920. La jurisprudencia se mostró contraria a concederla, dada
la imposibilidad de apreciarlo pecuniariamente.
1922: Primera sentencia en reconocer la procedencia. Argumentos:
o Art. 2329 se refiere a todo daño.
o El hecho que un mal sea irreparable no excluye la responsabilidad, siendo
una sanción (consideración punitiva).
o Corresponde una reparación relativa.
o La falta de equivalencia entre el mal y la reparación no demuestran sino la
insuficiencia de los medios provistos por el legislador, pero no deben llevar
a descartar la indemnización.
o El legislador ha comprendido los daños de orden material e inmaterial.
Diversos preceptos constitucionales y legales empezaron a hacer referencia expresa
al daño moral.
El daño moral tiene una marcada función retributiva.
La indemnización del daño moral ha tenido tradicionalmente una función retributiva, lo que
se demuestra por el hecho de que en su valoración se considera no sólo la entidad del daño
sino también la gravedad de la culpa.
IV. CAUSALIDAD
Para que un hecho doloso o culpable genere responsabilidad, es necesario que entre éste y
el daño exista una relación o vínculo de causalidad, aunque las normas del CC no hacen
referencia a dicho requisito.
Se exige una relación natural de causalidad (causa-efecto) y una normativa (relación
directa)
1. Elemento naturalístico
El hecho debe ser una condición necesaria del daño, sin el cual no se habría producido. Para
determinarlo, basta intentar la supresión hipotética. Ahora bien, pueden haber intervenido
como condición necesaria otros hechos ilícitos atribuibles a terceros, caso en el cual cada
uno estará obligado a responder íntegramente ante la víctima, pudiendo repetir ante los
otros autores (regla de solidaridad del Art. 2317).
Límites: Es un requisito mínimo, pero la causalidad no se acaba aquí, puesto que se exige
que el daño sea directo.
2. Elemento normativo
El daño resarcible sólo es el directo (sea por aplicación del Art. 1558 o por las reglas
generales de causalidad). Debe hacerse un análisis normativo respecto de si el daño puede
ser objetivamente atribuido al hecho, respecto de cuáles consecuencias derivadas
causalmente del hecho ilícito resultan relevantes.
4. Pluralidad de causas
Puede producirse por diversas hipótesis:
a. Pluralidad de responsables:
o Por el mismo hecho: Todos son solidariamente responsables (Art. 2317 2).
También hay solidaridad entre la persona que es responsable por el hecho de
un tercero que está bajo su dependencia, y el autor.
▪ Art. 2325 sobre responsabilidad por el hecho ajeno, permite al
tercero civilmente responsable por el hecho de su dependiente
accionar contra el autor, a condición de que el autor sea capaz, no
haya existido culpa personal del tercero y que no haya mediado una
orden al autor. No es aplicable la regla de contribución a la deuda del
Art. 1552: interés o no interés en la deuda.
2
Art. 2317. Si un delito o cuasidelito ha sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será
solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o cuasidelito, salvas las
excepciones de los artículos 2323 y 2328.
Todo fraude o dolo cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del precedente inciso.
o Por hechos distintos: Se trata de hechos ilícitos distintos que generan
responsabilidad separadamente, debiendo reparar la totalidad del daño. Sin
embargo, para evitar el enriquecimiento de la víctima, se divide la
responsabilidad en proporción a su participación.
▪ Causa difusa: No es posible determinar concretamente el
responsable. Están reconocidas a propósito de la responsabilidad
difusa por runa de edificios y caída de objetos.
o Cuando cada hecho individualmente es apto para producir el daño
(causalidad aditiva).
b. Concurrencia de culpa de la víctima: Usualmente la culpa de la víctima contribuye a
la ocurrencia del daño (exposición imprudente al daño, acción) o colabora a
aumentar su intensidad (omisión de medidas a su alcance para evitar o disminuir los
efectos dañosos). Puede reducirse proporcionalmente la indemnización (Art. 2330).
Elementos:
Irresistibilidad: Evento insuperable.
Imprevisibilidad: Está en las fronteras de la culpa (empieza donde cesa el deber de
previsión)
Exterioridad: También referida como ajenidad o inimputabilidad. Es un hecho
externo a la esfera de acción del agente.
Algunos agregan inimputabilidad.
Art. 2320. “Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones sino del hecho de
aquellos que estuvieren a su cuidado”. Se aplica a todas las relaciones de dependencia o
cuidado (las situaciones enumeradas son puramente ejemplares). Además, una vez
establecida la relación de dependencia o cuidado, se presume la culpabilidad, pudiendo
exonerarse todos quienes “con la autoridad y el cuidado que la respectiva calidad les
confiere y prescribe no hubieren podido impedir el hecho” (Art. 2320 (2)).
La responsabilidad por el hecho ajeno puede estar construida como una forma de
responsabilidad estricta (denominada también vicaria), cuando resulta impuesta de pleno
derecho por la ley con prescindencia de la culpa de quien por él responde. En materia
extracontractual en Chile, la responsabilidad no es vicaria sino que está construida sobre la
base de un doble ilícito (del dependiente y de quien lo tiene bajo su cuidado, sin perjuicio
de que la jurisprudencia la ha ampliado limitando las excusas). En materia contractual si es
vicaria (Art. 1679).
En general:
1. Aplica genéricamente a todas las relaciones de dependencia o cuidado.
2. Se presume la culpabilidad, salvo que con la autoridad o cuidado no hubiere podido
impedir el hecho.
Art. 2319. “No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los
dementes; pero serán responsable de los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo
estén, si pudiere imputárseles negligencia”.
El tercero que tiene a su cargo el menor responde exclusivamente por el hecho propio y su
culpa debe ser acreditada. Corresponderá a quien tenga el cuidado personal, o el curador o
tutor.
La culpa deberá probarse, salvo en el caso del Art. 2321, estableciéndose una presunción de
responsabilidad de los padres por los delitos o cuasidelitos de sus hijos menores que
“conocidamente provengan de mala educación, o de los hábitos viciosos que les han dejado
adquirir”.
Art. 2320. “Toda persona es responsable no sólo de sus propias acciones sino del hecho de
aquellos que estuvieren a su cuidado”. El fundamento es la existencia de un vínculo de
autoridad entre el guardián y el autor del daño.
Efectos: Víctima puede dirigir su acción indemnizatoria contra el autor del daño o del
tercero. Ello es sin perjuicio de que el tercero pueda repetir contra el autor, siempre que éste
haya actuado sin su orden (Art. 2325).
Responden civilmente tanto por el hecho propio (ilícito ha sido cometido por un órgano en
ejercicio de sus funciones, entendiéndose órgano como la persona dotada de poder
permanente de decisión o representación) como el ajeno (hechos de sus dependientes).
Art. 2322: define de manera más estricta el ámbito de responsabilidad, al señalar que sólo
se refiere al tiempo en que el dependiente se encuentra en ejercicio de sus funciones.
Art. 2330: se refiere en general a la relación de dependencia o cuidado, entendida como una
especie de cuidado o vigilancia personal.
Art. 2320: la excusa está formulada de manera general, con clara alusión a la relación entre
el deber de cuidado y la posibilidad de impedir el hecho.
3
En opinión de Zelaya, la solidaridad entre ambos es una solución aceptable, aunque técnicamente
imperfecta. Para Alessandri, no se aplica el Art. 2317, pues esa norma se refiere sólo a los coautores de un
delito. La discusión, en todo caso, es de escaso efecto práctico, pues no está en disputa que quién responde del
hecho ajeno puede ser demandado directamente por el total del daño.
Razones: parece justo con quien goza de los beneficios de la actividad de sus dependientes,
suma también los riesgos o errores o faltas en el proceso de producción o de prestación del
servicio. Además, permite superar el grave de inconveniente que representa la carencia de
recursos del dependiente.
Descarga de la presunción: para desvirtuar el efecto de la presunción deberá probar que con
la autoridad y el cuidado que su calidad le confiere y prescribe, no ha podido impedir el
hecho (Art. 2320). Las exigencias impuestas han transformado de lege ferenda la
responsabilidad del empresario en un forma de responsabilidad estricta.
La ley sólo contempla presunciones específicas, pero a falta de ellas puede acudirse a la
presunción general de culpabilidad por el hecho propio (Art. 2329) siempre que se trate de
daños que razonablemente y de acuerdo a la experiencia puedan atribuirse a negligencia.
El Art. 2326 presume la culpabilidad del dueño por los daños causados por un animal, aún
después de que se haya soltado o extraviado, pudiendo eximirse el dueño probando que el
daño, soltura o extravío no se debió a su culpa ni a la de su dependiente.
Animales fieros: Art. 2327. Si de aquellos no se reporta utilidad para la guarda o servicio de
un predio, se establece una responsabilidad estricta de la persona que lo tenga (basta la
tenencia).
II. RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO POR RUINA DE EDIFICIOS
1. Acciones preventivas
Acción posesoria de querella de obra ruinosa, y acción general de prevención por daño
contingente (Art. 2333).
2. Acciones indemnizatorias
Art. 934. “Si notificada la querella posesoria de obra ruinosa cayere el edificio por efecto
de su mala condición, se indemnizará de todo perjuicio a los vecinos; pero si cayere por
caso fortuito (…) no habrá lugar a indemnización; a menos de probarse que el caso fortuito,
sin el mal estado del edificio, no lo hubiera derribado”.
Quienes no hayan ejercido la acción de obra ruinosa, tendrán una acción indemnizatoria de
acuerdo con el Art. 2323, que atribute responsabilidad sobre el dueño del edificio si la ruina
se produce por haber omitido las reparaciones necesarias, o haber faltado de otra manera al
cuidado.
a. El constructor responde por los vicios del consentimiento, por vicio del suelo, o por
vicio de los materiales procurados por él.
b. El constructor no responde por vicio de los materiales provistos por el dueño, a
menos que el vicio sea de aquellos que el constructor debió conocer en razón de su
oficio, o que conociéndolo no haya dado aviso oportuno.
Fundamento:
a) Prevención pone el riesgo de cargo de quien está en mejor posición para evitar el
daño e incentiva inversión en precaverlo.
b) Justicia: obliga a indemnizar a quien se beneficia de la actividad.
Reconocimiento en Chile:
1. Daño causado por animales fieros.
2. Daño ocasionado por las cosas que se arrojan o caen desde la parte superior de un
edificio.
3. Accidentes del trabajo: Responsabilidad estricta del empleador.
4. Daños ocasionados por el conductor de un vehículo motorizado: Responsabilidad
estricta del propietario en conjunto con sistema de seguros obligatorio.
5. Responsabilidad del explotador de aeronaves por daños ocasionados en caso de
accidente aéreo: Alcanza los daños ocasionados a los pasajeros y la carga, y os
daños ocasionados a terceros en la superficie.
6. Daños ocasionados por aplicación de plaguicidas.
7. Daños ocasionados por derrames de hidrocarburos y otras sustancias nocivas en el
mar.
8. Daños nucleares.
9. Daños causados en ejercicio de la facultad de catar y cavar.
I. ANÁLISIS JURÍDICO
Art. 19 N°7 letra i). “Sometido o proceso o condenado en cualquier instancia por resolución
que la Corte Suprema declare injustificadamente errónea o arbitraria”. Es extremadamente
exigente.
Sujeto pasivo: Autor directo del daño y sus herederos, sin perjuicio de las reglas de
responsabilidad por el hecho ajeno. Si son varios autores, la regla es la solidaridad (Art.
2317), salvo en los casos de ruina de un edificio y caída de objetos desde la parte superior
del mismo. Son también responsables:
Acciones preventivas: denuncia de obra ruinosa (Art. 932), y las acciones del Art. 2327
inciso 2 y 2333.
La teoría del delito es mucho más refinada, caracterizándose por una definición rigurosa de
los requisitos, mientras que en materia civil la tendencia ha sido a la expansión.
Hay diferencias en materias de:
1. Capacidad: delictual mayores de 14 años.
2. Tipicidad. Exige principio de legalidad.
3. Culpa. Se aprecia en concreto en materia penal.
4. Daño. Se sanciona el disvalor de la acción y no solo el resultado.
5. Sujetos pasivos de la acción. Personas naturales, e intransmisible.
6. Sujetos activos. La acción es generalmente pública.
7. Prueba. Es más estricto que en materia civil.
8. Prescripción. La acción varía entre 6 meses y 15 años.
9. Tribunal competente.
Regla general, no produce cosa juzgada en materia penal, sea absolutoria o condenatoria.
4
Art. 178. En los juicios civiles podrán hacerse valer las sentencias dictadas en un proceso criminal siempre
que condenen al reo.
Art. 179. Las sentencias que absuelvan de la acusación o que ordenen el sobreseimiento definitivo, sólo
producirán cosa juzgada en materia civil, cuando se funden en alguna de las circunstancias siguientes: 1ª La
no existencia del delito o cuasidelito que ha sido materia del proceso. No se entenderán comprendidos en este
número los casos en que la absolución o sobreseimiento provengan de la existencia de circunstancias que
eximan de responsabilidad criminal; 2ª No existir relación alguna entre el hecho que se persigue y la persona
acusada, sin perjuicio de la responsabilidad civil que pueda afectarle por actos de terceros, o por daños que
resulten de accidentes, en conformidad a lo establecido en el Título XXXV, Libro IV, del Código Civil; y 3ª
No existir en autos indicio alguno en contra del acusado, no pudiendo en tal caso alegarse la cosa juzgada sino
respecto de las personas que hayan intervenido en el proceso criminal. Las sentencias absolutorias o de
sobreseimiento en materia criminal relativas a los tutores, curadores, albaceas, síndicos, depositarios,
tesoreros y demás personas que hayan recibido valores u objetos muebles por un título de que nazca
obligación de devolverlos, no producirán en ningún caso cosa juzgada en materia civil.
5
Art, 180. Siempre que la sentencia criminal produzca cosa juzgada en juicio civil, no será lícito en éste
tomar en consideración pruebas o alegaciones incompatibles con lo resuelto en dicha sentencia o con los
hechos que le sirvan de necesario fundamento.
II. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL
1. Diferencias
Fuente: en general la responsabilidad contractual es secundaria, y la
extracontractual es primaria. Esto se disipa en las relaciones contractuales
modernas, donde se mezclan usos normativos en la ejecución de actos.
Capacidad: La capacidad delictual civil es más amplia que la contractual (plena
capacidad se adquiere sólo a los 18 años.
Graduación de la culpa: Algunos indican que la graduación del Art. 44 sólo operaría
en materia contractual. Barros no está de acuerdo, se responde de culpa leve.
Mora: Es un requisito de la responsabilidad contractual solamente.
Extensión de la reparación: Algunos indican que Art. 1558 sólo sería aplicable en
materia contractual, debiendo en materia extracontractual indemnizar incluso los
perjuicios imprevistos. Barros no está de acuerdo, puesto que el Art. 1558 se refiere
a las obligaciones en general.
Pluralidad de obligados: En materia contractual la regla es que las obligaciones sean
simplemente conjuntas, mientras que en materia extracontractual la regla general es
la solidaridad.
Prescripción: En materia contractual el plazo ordinario es de 5 años, mientras que
son 4 en materia extracontractual.
Responsabilidad sin culpa: existe en materia contractual, a través de las
obligaciones de garantía.
Art. 1736 CPC: la doctrina señala que se aplica a ambos estatutos.
Prueba de la culpa: El incumplimiento de la obligación contractual se presume
culpable, mientras que en materia extracontractual debe probarse. Ahora bien, en
materia extracontractual hay varias presunciones de culpa.
6
Art. 173. Siempre que la sentencia criminal produzca cosa juzgada en juicio civil, no será lícito en éste
tomar en consideración pruebas o alegaciones incompatibles con lo resuelto en dicha sentencia o con los
hechos que le sirvan de necesario fundamento.
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Criterios: autonomía privada, situación profesional de las partes, carácter aleatorio, rol activo o pasivo del
acreedor, determinación de la obligación, equidad o distribución del riesgo.
2. Cúmulo de responsabilidad
Aplicaciones:
A. RESPONSABILIDAD MÉDICA.
215. Doble naturaleza de la responsabilidad médica.
En general, la doctrina está conteste en que la responsabilidad del médico es
contractual. Sin embargo, la intervención médica que acaece en clínicas y hospitales, para
parte de la doctrina, escapa de ésta calificación.
216. Responsabilidad contractual del médico.
En caso de existir un contrato médico (que es lo más común), debe aplicarse el
estándar de diligencia exigido a las obligaciones profesionales y de medio.
Pero es frecuente en la práctica médica que los pacientes no estén en posición de
manifestar su voluntad (urgencia, enfermedad avanzada o inconsciencia). En este caso, la
víctima posee un rol borroso o difuso, pero no logra extraer las obligaciones
médico/paciente del ámbito contractual.
Este debate deviene irrelevante, porque pese a las ventajas que podría representar la
responsabilidad extracontractual del médico, existen formas de incorporar la protección a la
víctima de la responsabilidad contractual, así por ejemplo:
a. La prueba de la negligencia es exigida cada vez que se trata de una obligación de
prudencia con independencia del estatuto de responsabilidad aplicable.
b. En materia de solidaridad, la tendencia comparada es exigir que los responsables, en
virtud de un contrato o de un deber general de diligencia, hayan efectuado una
contribución indivisible a la realización del daño para aplicar la obligación in
solidum.
c. La necesidad de proteger a los consumidores de servicios médicos de clínicas y
hospitales conduce también a invalidar en contratos cláusulas limitativas o
eximentes de responsabilidad redactadas en beneficio del profesional.
d. Los daños reparables dependen más de su previsibilidad que del tipo de acción que
entabla la víctima, indemnizándose usualmente el daño moral por incumplimiento
de un contrato médico.
Sin embargo, la jurisprudencia chilena ha optado por aplicar el estatuto
extracontractual.
217. Responsabilidad de hospitales y clínicas.
Hay diversos intentos de explicar su naturaleza.
a. Estipulación a favor de otro, entre la clínica y el médico, siendo el enfermo el
beneficiario.
b. La representación, siendo el médico el apoderado.
c. La agencia oficiosa, siendo el hospital el agente del paciente.
d. Responsabilidad directa del hospital por el hecho ajeno.
e. Responsabilidad por falta de servicio, en caso de los hospitales públicos.
218. Obligación principal de medios del médico.
El deber esencial del médico es poner a disposición del paciente sus capacidades
profesionales con el fin de lograr su recuperación (el resultado perseguido o satisfacción del
interés primario).
Por ello, para determinar si el médico ha incumplido su obligación y actuado
negligentemente será necesario que el paciente acredite que el comportamiento efectivo del
médico se alejó no de la conducta de un "buen padre de familia" cualquiera, sino de aquella
que podía esperarse de un profesional competente y diligente (culpa leve; art. 1547 del
Código civil).
Para Arturo Alessandri, el obstáculo principal a su adopción es la generalidad de los
términos del artículo 1547 del Código civil: "la prueba de la diligencia o cuidado incumbe
al que ha debido emplearlo", y por esto concluye que será siempre el deudor (médico)
quien deberá acreditar que no incurrió en negligencia.
Sin embargo, este estándar está inequívocamente definido por la lex artis. La obligación
de medios del médico le exige actuar no como cualquier hombre prudente, sino prestar sus
servicios conforme a la lex artis, esto es, de acuerdo a los conocimientos adquiridos de la
ciencia médica, con el objeto de prevenir, diagnosticar o sanar adecuadamente al paciente.
Evidentemente, se trata de prestar al paciente los cuidados según los conocimientos
adquiridos por la ciencia médica a la fecha del tratamiento y no a la fecha en que el juez
resuelve.
Las obligaciones de resultado a cargo del médico son eminentemente excepcionales. La
intervención de un fuerte elemento aleatorio en la prestación médica (la posibilidad que
tiene el paciente de recuperar la salud) excluye como regla general toda garantía de
resultado, puesto que no puede entenderse que el médico se compromete a algo que va más
allá de su alcance. Pueden originarse por:
a. Obligaciones de resultado convencionales: por ejemplo, en cirugías plásticas que
requieren un determinado resultado o cuando el médico se compromete a realizar
actos personalmente, como en el caso de un parto.
b. Obligaciones de resultado emanadas de la naturaleza de la prestación: son deberes
que emana de la "seguridad sanitaria", que permita prevenir algunos riesgos a los
pacientes y que asegure la reparación de los daños si se realizan, ha llevado a que se
grave excepcionalmente a los médicos, pero sobre todo a los establecimientos de
salud, con algunas obligaciones de seguridad de resultado que no aceptan la excusa
ni de la diligencia ni del error de conducta. Las más relevantes son:
c. Wrongful birth y wrongful life. Para los padres (al menos para los que no deciden
abandonar al niño al nacimiento), la discapacidad con que nacerá su hijo es fuente,
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La pérdida de una oportunidad, esto es, la frustración de una expectativa de obtener una ganancia o de evitar una
pérdida, es un perjuicio que se encuentra entre el daño cierto y el daño eventual. Ejemplos de esto son, la
imposibilidad de acceder a una profesión cuando la víctima, con estudios avanzados, tenía oportunidades serias de
ejercerla. En materia médica, especial importancia tiene la pérdida de oportunidades de sanar o de sobrevivir, que
justifica la condena del médico que con su falta (no operar a tiempo, no exigir otros exámenes, etc.) hizo perder a
la víctima chances de recuperación. En materia de daño a cosas corporales, el caballo de carrera que es lesionado
antes de competir.
innegablemente, de sufrimientos (angustia de ver crecer a su hijo afectado de la
invalidez, preocupación acerca de su destino una vez fallecidos, etc.) y de
cuantiosos gastos (el mantenimiento y la educación durante toda su vida). Esto en
caso que concurra responsabilidad médica (caso ejemplar del accidente de las
maniobras del parto).
B. RESPONSABILIDAD PRE-CONTRACTUAL.
222. Origen.
El origen de éste tipo de responsabilidad se encuentra en la doctrina de la “culpa in
contrahendo” desarrollada por Von Ihering en el siglo XIX. Se establecen así deberes
recíprocos que nacen en razón de las tratativas contractuales o preliminares.
223. Fundamento.
En el derecho contemporáneo, la protección de la seguridad y de la confianza, ha
provocado una expansión de los tópicos que comprende la protección de las partes en la
fase previa al contrato.
Se han dado diversas explicaciones por la doctrina:
a. Culpa contractual (culpa in contrahendo).
b. Culpa extra-contractual (Ducci, a partir de la culpa aquiliana por cometerse un
delito o cuasidelito).
c. Abuso del derecho (Orlando Tapia, en base a la facultad de retirarse de las
negociaciones).
d. La ley (Alessandri, Claro Solar y Rodríguez Grez; a partir del Art. 100 del Código
de Comercio).
e. Buena fe objetiva (Rosende Álvarez).
f. Equidad (Alessandri y Somarriva, a partir de la retractación tempestiva de la oferta).
224. Concepto.
La responsabilidad precontractual puede definirse como la obligación de resarcir un
daño causado por uno de los eventuales futuros contratantes a otro con motivo de las
tratativas a la celebración de un contrato.
225. Naturaleza de la responsabilidad precontractual.
Hay que distinguir dos fases:
a. Negociaciones previas: las obligaciones precontractuales, surgen de deberes
habituales de lealtad, confianza y buena fe objetiva impuestos por el derecho, de
clara naturaleza extracontactual.
b. Celebración del contrato: las obligaciones contractuales nacen con el
consentimiento.
226. Elementos de la negociación previa.
En la fase de tratos preliminares conseguimos diferenciar dos clases de elementos:
uno objetivo y otro subjetivo.
Objetivo: En el primero de ellos se engloban todas las actuaciones de las partes
dirigidas a la formación del contrato (reuniones, proyectos, viajes, estudios, etc.) y es
inseparable de la relación social que establece el soporte de las negociaciones
precontractuales.
Subjetivo: El segundo elemento, el subjetivo, es derivación inmediata de los
“principios rectores del ordenamiento jurídico”; de esta manera quienes actúen en esta fase
precontractual han de ajustar su conducta al criterio de la “buena fe”.
De la violación del segundo elemento emana la responsabilidad precontractual, en
base a criterios éticos y de buena fe que deben observar las partes, aun cuando puedan
ejercer su derecho a retractación de la oferta o retirarse de las negociaciones.
227. Deberes de cuidado y buena fe en la negociación precontractual.
1. Deberes de protección o seguridad: se refieren a la integridad corporal y a la
propiedad de la contraparte, por ejemplo, mediante el control de los riesgos de
accidentes que puedan sufrir (visitantes de un local comercial, empleados, etc).
2. Deberes de lealtad: supone que en la negociación exista un propósito efectivo de
celebrar un contrato.
3. Deberes de información.
4. Deberes de evitar la ineficacia del acto.
5. Deberes de negociar de buena fe: supone limitar la negociación exclusivamente
estratégica y en pos del interés individual por un estándar de honestidad y en pos del
interés colaborativo de todo contrato.
228. Causas de la responsabilidad precontractual.
a. Mala fe in contrahendo: es la hipótesis de fraude, no ante un mero abandono
caprichoso del trato y es indudable que tal conducta, en cuanto produce daño,
constituye propiamente un ilícito civil reparable por ir en contra del principio
“alterum non laedere”. Se identifica con negociaciones ilegítimas o fraudulentas.
b. Judicial: Los tribunales chilenos han sido disímiles en las decisiones respecto a
adoptar una postura teórica frente a la responsabilidad precontractual. Pero la
tendencia ha sido reconocerle plena existencia y validez.