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Reseñas

Magdalena Holguín. Wittgenstein y el el que dichos problemas se toman como


escepticismo. Editorial Universidad del si fuesen manifestaciones de una enfer-
Valle, Cali, 1997. medad intelectual, la cual consiste en ator-
mentarse obstinadamente con ciertas pre-
En este libro Magdalena Holguín inter- guntas y querer encontrar siempre expli-
preta y expone la posición de Wittgenstein caciones o teorías que supuestamente
frente al viejo debate filosófico entre dog- permitirían resolverlas, pero que, en reali-
máticos y escépticos. El interés especial dad, llevan a la confusión. Para la muestra
que ofrece esta posición radica en que ella dos botones:
difiere fundamentalmente de las posicio-
"Nuestra enfermedad es la de querer explicar."'
nes tradicionales, pues Wittgenstein no "Pues la claridad a la que aspiramos es en
pretende participar en esta milenaria dis- verdad completa. Pero esto sólo quiere decir
cusión, comprometiéndose con alguna de que los problemas filosóficos deben desa-
las posturas en conñicto, sino, más bien, parecer completamente.
El descubrimiento real es el que me hace capaz
poner en cuestión el sentido y la inteligi-
de dejar de filosofar cuando quiero. - Aquel
bilidad de tales posturas escépticas o que lleva a la filosofía al descanso, de modo
dogmáticas, y del debate mismo. Las ideas que ya no se fustigue más con preguntas que la
de Wittgenstein acerca del presunto pro- ponen a ella misma en cuestión.'"
blema del escepticismo filosófico están,
pues, en perfecta concordancia con su En mi opinión, la principal virtud del li-
poco ortodoxa concepción de la actividad bro de Magdalena Holguín reside en que
filosófica. Según esta concepción, en fi- en él se muestra de manera muy clara que,
losofía no se debe buscar plantear ni re- para comprender bien los detalles del tra-
solver problemas filosóficos. Se trata, en tamiento que le da Wittgenstein a las cues-
lugar de ello, de mostrar que dichos pro- tiones relativas al escepticismo, se requie-
blemas son el resultado de malentendidos re una previa comprensión de su concep-
lingüísticos o conceptuales y de aclarar ción de la actividad filosófica. Pareciera
estos últimos, para que los problemas que estamos señalando como principal
dejen ya de plantearse o, dicho más clara- mérito del libro algo que sería muy obvio
mente, para que uno ya no los plantee, ni o trivial, a saber, el adecuado énfasis que
los vea como problemas. Wittgenstein se hace su autora en el hecho de que las
esfuerza, entonces, por lograr lo que se observaciones de Wittgenstein relativas
ha denominado una disolución de tales al escepticismo están inextricablemente
problemas, y no por dar una solución a ligadas a su manera de concebir la filoso-
los mismos. fía. Sin embargo, esto que parece muy
Son más o menos bien conocidos algu-
nos de los pasajes en los que Wittgenstein
propone esta manera de tratar, en un sen-
tido muy cercano al médico o psicotera- ' Wittgenstein, Ludwig, Observaciones sobre los
fundamentos de la matemática. Alianza Editorial,
péutico, los problemas tradicionales de la Madrid, 1987. parte VI, §31, 281.
filosofía. Él concibe la actividad filosófica - Wittgenstein, Ludwig, Investigaciones Filosóficas,
como una terapia, como un tratamiento en Editorial Crítica, Barcelona, 1988, § 133, 133.

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RESEÑAS

obvio, ha sido olvidado con demasiada también tradicional de concebir la filoso-


frecuencia en la literatura secundaria acer- fía, a saber, concebirla como una activi-
ca de la obra del pensador austríaco. Y dad cognoscitiva, teórica, explicativa. Pero
este olvido ha sido el responsable de no dado que Wittgenstein sostiene y pone
pocos y no poco graves malentendidos en práctica en sus escritos una concep-
concernientes a su pensamiento. Entre ción de la actividad filosófica que se dife-
tales malentendidos cabe mencionar aque- rencia radicalmente de la imperante en la
llos que consisten en atribuirle a Witt- tradición, éstos no son, ni mucho menos,
genstein alguna teoría o explicación filo- de fácil interpretación para un lector acos-
sófica como respuesta a un problema filo- tumbrado a otro tipo de escritos. En efec-
sófico. Es así como se lo ha llegado a to, puede ocurrir que tal lector no com-
encasillar, según la ocasión, como repre- prenda bien el punto de Wittgenstein acer-
sentante del convencionalismo, intuicio- ca de una cuestión particular, o que trate,
nismo matemático, naturalismo filosófico, haciéndole violencia al texto, de hacerlo
conductismo lógico, pragmatismo y otros encajar en moldes filosóficos y exegéticos
'ismos' (iincluso del escepticismo mismo!). más ortodoxos. Si se da el segundo caso
Esto conduce a atribuirle, de pasada, una y se ignora lo que él ha afirmado explícita-
incoherencia muy básica y muy patente mente sobre cómo concibe la filosofía,
con lo que escribió acerca de la filosofía bien puede ocurrir que surja una mala in-
como una actividad que no es explicativa, terpretación que nos ofrezca un Wittgens-
ni teorizante, sino descriptiva y terapéuti- tein "domesticado", a quien se lo pone a
ca. No queremos decir con esto, por su- trabajar para propósitos que no son los
puesto, que un pensador importante no suyos. Tales malinterpretaciones colocan
pueda incurrir en incoherencias. Pero acha- su pensamiento, a la fuerza, dentro de la
carle de entrada una incoherencia tan bá- corriente de la tradición filosófica misma
sica es una abierta, prematura e injustifi- a la que él se ha querido oponer muy ve-
cada violación del muy sensato "princi- hementemente.
pio de caridad", fundamental para la in- Entonces, en lugar de que surja la ame-
terpretación de cualquier pensador. nazadora imagen de un Wittgenstein que
Una de las mayores dificultades al tra- se opone a la filosofía tradicional, ponien-
tar de comprender bien el pensamiento do en cuestión la formulación misma de
tardío de Wittgenstein, reside en que uno sus problemas y tratando de hacerlos des-
suele aproximarse a él con expectativas aparecer, surge, más bien, la más tranquili-
que difícilmente habrán de verse satisfe- zadora y mansa imagen de alguien que sim-
chas y que, de hecho, conducen a plemente da respuestas diferentes a es-
malentenderlo. Estas expectativas son tos mismos problemas. Esta es la sutil
aquellas con las que uno se enfrenta, por manera como, en este caso, tal tradición
lo general, a la lectura y al estudio de un filosófica trata de restarle peligro y asimi-
texto filosófico, digamos, tradicional. lar, haciéndolo suyo, a uno de sus más
Usualmente se espera encontrar en tales enconados adversarios, en lugar de con-
textos el planteamiento de problemas y el frontarlo abiertamente. Que Wittgenstein
intento de resolverlos mediante argumen- se opone diametralmente a la manera de
tos deductivos, explicaciones y teorías. pensar de la filosofía y ciencia tradiciona-
Tales expectativas están, claro está, es- les, es algo que se evidencia claramente
trechamente relacionadas con un manera en los siguientes pasajes:

100 IDEAS Y VALORES


RESEÑAS

"(..,) Segíín la vieja concepción -digamos la de explicar y teorizar, puede entonces co-
de los (grandes) filósofos occidentales- ha
menzar a comprenderlos mejor Magdale-
habido dos tipos de problemas en sentido
científico: problemas esenciales, grandes, na Holguín expresa esto y lo enfatiza de la
universales, y problemas inesenciales, casi siguiente manera:
accidentales. Por el contrario, nuestra
concepción es que no hay ningiín problema "La experiencia de la lectura de Wittgenstein,
grande, esencial en el sentido de la ciencia."^ más que una secuencia lineal de argumentos y
"Me es indiferente si seré comprendido o tesis, se asemeja a la construcción de un
apreciado por el típico científico occidental, mosaico. La nueva posición de las piezas
pues él, ciertamente, no comprende el espíritu filosóficas dibuja una figura inédita y llena de
en el que yo escribo. (...) Mi meta es, pues, nuevos matices, que nos impide abordar los
diferente a la del científico, y el movimiento problemas teóricos de la misma manera.
de mis pensamientos es distinto al de ellos.'"* Mostrar cómo lo hace en este caso [del
"En cierto sentido estoy haciendo propaganda problema del escepticismo - RM] es el principal
en favor de un estilo de pensamiento y en propósito de esta exposición" (18).
contra de otro. Sinceramente, el otro me
produce aversión.
Aclarado lo anterior, subrayemos de
(...) y todo lo que yo estoy haciendo es cambiar
el estilo de pensar, y persuadir a la gente para
nuevo que, en el libro Wittgenstein y el
que cambie su estilo de pensar."' escepticismo, su autora (a diferencia de
muchos otros intérpretes) logra superar
La dificultad en la ardua labor de inter- esta nada desdeñable dificultad de la vo-
pretar el pensamiento «propagandístico» luntad (si no se la supera, no se puede
y persuasivo de Wittgenstein, a la que nos comprender ni tomar en serio la radicalidad
hemos refirido antes, puede describirse, de la concepción de la filosofía de Witt-
entonces, como "una dificultad de la vo- genstein, ni comprender cómo la aplica a
luntad y no del entendimiento" (usando pa- las cuestiones particulares sobre el escep-
labras que el propio Wittgenstein empleó ticismo) y logra también contribuir a ese
para hablar de una dificultad de la filoso- cambio en la manera de ver los problemas
fía).'' En efecto, no se lo puede compren- filosóficos que se busca en el pensamien-
der bien, si uno quiere leerlo sólo de cierta to del filósofo vienes.
manera, si uno quiere encontrar en él cier- El primer capítulo del libro ofrece una
to tipo de explicaciones y respuestas. exposición breve, pero a la vez esclare-
Únicamente si uno supera esta dificultad cedora, de la idea de Wittgenstein de la
de la voluntad y comienza a leer sus textos filosofía y del (de los) método(s) que él
y a ver sus observaciones filosóficas de utiliza en el tratamiento de problemas filo-
otra manera, como un intento de liberarse sóficos concretos. En esta exposición se
de esta pertinaz y oscurecedora obsesión muestra cierta continuidad básica en lo
concerniente a la concepción de la filoso-
fía, desde el Tractatus hasta la obra tar-
día. Tanto en el Tractatus como después,
' Wittgenstein, Ludwig: Vermischte Bemerkungen.
En: Werkausgabe, Band 8, Suhrkamp, Frankfurt am Wittgenstein contrapone la filosofía a las
Main, 1984, 464. ciencias naturales. Mientras las segundas
•• Id. 459. pretenden dar explicaciones hipotéticas y
^ Wittgenstein, Ludwig: Lecciones y Conversaciones
desarrollar teorías acerca de los fenóme-
sobre Estética, Psicología y Religión, Ediciones Paidós, nos que ellas estudian, la primera debe
97-8. llevar a cabo una actividad de aclaración
'' Vermischte Bemerkungen, 474. lógica y conceptual, mediante la cual se

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RESENAS

disuelven los presuntos problemas que tos, la posibilidad de equivocarse siem-


se plantean los filósofos. Sin embargo, pre o de dudar de todo no son inteligibles.
las maneras concretas como se adelanta Lo primero puede ilustrarse con estos ejem-
esta labor de aclaración varían de la pri- plos: si una persona se equivoca en todas
mera obra a la obra tardía. las sumas que realiza, ya no diríamos que
En el Tractatus, tal aclaración concep- se equivoca, sino que no sabe sumar; y si
tual se busca a través de un análisis lógi- alguien se equivoca en todos los juicios
co de las proposiciones que representan que realiza (afirma, por ejemplo, que la Tie-
o figuran lo real. Este análisis revela que, rra existe desde hace sólo 7 minutos, que
en muchos casos, las similitudes gramati- él no es un ser humano, que las sillas apa-
cales entre expresiones de nuestro lengua- recen y desaparecen sin explicación, que
je ocultan importantes diferencias lógicas, el ganado se ríe estruendosamente en el
lo cual conduce a confusiones concep- campo y otras cosas igualmente extrava-
tuales, filosóficas, que hay que desenre- gantes), ya no diríamos que está comple-
dar. El análisis lógico permite, así mismo, tamente equivocado, sino que probable-
aclarar el sentido de las proposiciones mente padece de una inusual perturba-
empíricas y develar el sinsentido de las ción mental . Así como la posibilidad de
proposiciones metafísicas, con las que se equivocarse siempre no es inteligible, pues
pretende expresar algo que no puede ser los errores se reconocen sólo sobre la base
dicho sin chocar contra los límites del len- de muchos casos correctos, la duda uni-
guaje, de lo que tiene sentido. En la obra versal tampoco es inteligible, ya que la duda
tardía, la claridad conceptual se busca presupone la certeza. La duda cabe en los
examinando los diversos usos que le da- juegos de lenguaje en los que investiga-
mos, en juegos de lenguaje concretos, a mos y juzgamos acerca de la verdad de cier-
las nociones o las expresiones que son tas proposiciones. Tales investigar y juz-
fuente de confusión y de malentendidos gar sólo son posibles, segiin Wittgenstein,
filosóficos. Esta es la manera concreta si hay ciertas certezas que quedan al mar-
como Wittgenstein trata las cuestiones gen de la investigación y de la duda. Si una
particulares relativas al debate entre es- duda metódica universal pretendiera po-
cépticos y dogmáticos. ner en cuestión estas certezas tan básicas,
Hechas estas consideraciones prelimi- entonces arrasaría con el suelo mismo en
nares, Magdalena Holguín comienza, en el que se apoyan nuestras investigaciones,
el segundo capítulo, a tratar explícitamen- nuestros razonamientos, nuestras dudas:
te las cuestiones relacionadas con el es-
"una duda universal o generalizada - irrestricta
cepticismo. Se critica aquí el pretendido
desde todo punto de vista - pierde el carácter
alcance universal que se le da a la duda mismo que la hace apropiada" (45).
metódica de raigambre cartesiana. En pri-
mer lugar, no en todos los juegos de len- La posibilidad de nuestros juicios, nues-
guaje es pertinente la duda, pues hay tras dudas y nuestras maneras de distin-
muchos de ellos que no son de carácter guir entre lo verdadero y lo falso, se fun-
cognoscitivo. En éstos no se busca esta- dan, pues, en certezas o convicciones fun-
blecer verdades, y los conceptos de duda damentales, las cuales conforman lo que
o de error no cumplen un papel significa- Wittgenstein llama nuestra imagen del
tivo. En segundo lugar, en los juegos en mundo. Si bien esta imagen del mundo
los que sí son pertinentes estos concep- está al margen de la duda, esto no quiere

102 IDEAS Y VALORES


RESEÑAS

decir que conste de verdades absolutas o como una forma de escepticismo acerca de
eternas. Las convicciones que la consti- los objetos extemos y acerca de las otras
tuyen pueden variar con el tiempo, vol- mentes, suele apoyarse en el argumento
verse fluidas (para usar una metáfora segiín el cual lo tínico que podríamos co-
wittgensteiniana) y, consiguientemente, nocer sen'an nuestras sensaciones subje-
pasar de ser inamovibles e indubitables a tivas, internas y privadas, y de este cono-
ser objeto de investigación. Además, no cimiento no se podría inferir válidamente
se trata de que estas convicciones estén al conocimiento alguno sobre lo objetivo, lo
margen de la duda (al menos temporalmen- exterior, lo piíblico. El tercer capítulo del
te) por estar absolutamente fundamentadas libro está dedicado a exponer las críticas
o justificadas. En la medida en que sobre de Wittgenstein a estas distinciones
ellas se apoyan nuestras fundamentaciones epistemológicas, y al solipsismo que se
y justificaciones, ellas mismas carecen de deriva de ellas. En él se resalta apropiada-
fundamentación o justificación. Se advier- mente el papel fundamental que juega en
te, pues, cómo la postura de Wittgenstein ellas el análisis conceptual de diversos usos
se aleja del escepticismo, sin llegar a caer en de nociones tales como "yo", "sujeto",
un fundacionismo de tipo epistemológico "mente", "intemo", "extemo".
y dogmático. El dilema entre escépticos y Hay una manera de interpretar las sos-
dogmáticos fundacionistas es, para Witt- pechas escépticas según la cual éstas no
genstein, un falso dilema. se basan ni en una duda generalizada efec-
Holguín subraya también que muchas tiva, ni en la distinción entre, por un lado,
posturas escépticas parten de una cues- lo subjetivo, lo privado o lo interior, acer-
tionable distinción ontológica entre reali- ca de lo cual la conciencia inmediata sí
dad "en sí misma" y apariencia. Tal distin- podría ofrecer una certeza indubitable y,
ción permite restringir el conocimiento al por otro lado, lo exterior, lo objetivo, que,
ámbito de la apariencia y negarlo en el in- en cambio, escaparía a nuestra posibili-
accesible e insondable ámbito de las "co- dad de conocer De acuerdo con esta in-
sas en sí mismas". Wittgenstein rechaza terpretación, las sospechas escépticas no
esta problemática distinción y el llamado necesitan ponerlo todo efectivamente en
realismo metafisico, de los cuales puede duda o, al menos, todo lo concerniente al
surgir una posición escéptica: mundo exterior, para poder mostrar que
nuestro conocimiento no está adecuada-
"(...) la distinción entre fenómenos y cosas
mente fundamentado:
en sí debe verse entonces como una tentativa
inválida de delimitación. El carácter interno
"Llegamos así a lo que podríamos considerar
del límite hace imposible recurrir idealmente
como el verdadero motivo de la sospecha
a una perspectiva absoluta e independiente
cognoscitiva, que a mi juicio explica la fuerza
del lenguaje, desde la cual pudieran trazarse
argumentativa y persuasiva del escepticismo:
estas distinciones" (58).
la imposibilidad, evidente para muchos, de
establecer un fundamento adecuado para la
La distinción ontológica entre realidad verdad" (71).
en sí y fenómenos aparentes está estre-
chamente relacionada con la distinción El último capítulo del libro se centra en
epistemológica entre lo subjetivo y lo ob- esta exigencia de fundamentos que justi-
jetivo. Esta segunda distinción ha motiva- fiquen de manera adecuada nuestro co-
do también ideas escépticas. El solipsísmo. nocimiento, exigencia que conduce a una

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RESEÑAS

suerte de escepticismo de segundo orden, él cuestiona la inteligibilidad del debate


es decir, un escepticismo, ya no acerca de mismo y la exigencia de fundamentos
nuestro conocimiento, sino acerca de inconcusos para nuestro conocimiento,
nuestra capacidad de fundamentarlo y jus- que es compartida tanto por los escépti-
tificarlo. En estas últimas páginas se mues- cos, como por los dogmáticos.
tra que Wittgenstein rechaza los intentos
dogmáticos de dar respuesta al problema
escéptico, buscando fundamentos incon- RAÚL MELÉNDEZ
cusos para nuestro conocimiento, ya sea UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
en la experiencia o en la razón. También se
critica en ellas cualquier tentativa de en-
contrar tales fundamentos en la concep-
ción wittgensteiniana de las normas o pro-
posiciones gramaticales (las cuales po- Miguel Giusti. A/ai y Raíces. Ensayos
drían considerarse, según Wittgenstein, sobre Ética y Modernidad. Pontificia
como proposiciones necesarias) que ri- Universidad Católica del Perú, Lima
gen el uso de las expresiones de nuestro 1999,338 pgs.
lenguaje.
El carácter convencional y autónomo de No es común que un escrito filosófico
la gramática, así como el hecho de que las editado por una de nuestras Universidades,
proposiciones que conforman nuestra que suelen contar con escasos medios de
imagen del mundo y que juegan el papel distribución, se agote a los pocos meses
de normas de descripción (por ello no se de publicado. Pero este es precisamente el
someten a la contrastación empírica) pue- caso con el libro que aquí reseñamos.
dan, con el tiempo, dejar de hacerlo y vol- En él ha recopilado el autor una selec-
verse verificables o revisables, no permi- ción de artículos que organiza bajo cuatro
ten que éstas se tomen como un funda- temas: 1. Sobre la racionaUdad de los Mo-
mento último, absoluto, etemo del cono- demos; 2. Sobre la ética de los Modemos;
cimiento. Sin embargo, al resaltar el carác- 3. Sobre la modemidad del Psicoanálisis; 4.
ter cambiante o histórico de las convic- Discusión. Los temas en realidad son va-
ciones básicas que conforman nuestra riados, lo mismo que su tratamiento. Hay
imagen del mundo, Wittgenstein no cae, desde verdaderos ensayos de corte muy
por ello, en el relativismo cultural, el irra- académico, como el titulado "Una moder-
cionalismo o el escepticismo, es decir, en nidad autocrítica. La tesis de Jürgen
el otro extremo de un dilema que, como ya Habermas", hasta "divertimentos" no me-
lo señalamos, es, para él, un falso dilema. nosfílosóficos,como "Descartes o la pru-
Si bien nuestra imagen del mundo no es dencia del raciormlismo ". Pero ello no im-
eterna, ni inmutable, las convicciones que plica que el libro se convierta en una colcha
la conforman adquieren, al menos tempo- de retazos. Y esto porque en todos los artí-
ralmente, un carácter necesario e indubi- culos se nota la mano cuidadosa de un gran
table. conocedor de los temas, certero en sus
Wittgenstein no adopta, pues, ninguna conceptos y agudo en sus análisis. Y por-
posición en el debate filosófico entre es- que a todo lo largo del libro uno ve desple-
cépticos y dogmáticos. Consecuentemen- garse una serie de temas recurrentes, con el
te con su manera de entender la filosofía. agradable desarrollo de una sinfonía.

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