METODOLOGÍAS ESPECÍFICAS EN
EDUCACIÓN INFANTIL
Introducción
Orientaciones para el estudio de la unidad
Contenido
1. Metodología activa
1.1.
1.2.
1.3.
1.4.
2.
Otras metodologías
2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
2.5.
2.6.
2.7.
Metodología globalizada
2.1.1. Centros de interés y núcleo generador
2.1.2. Objetivos
2.1.3. Clases de globalización
2.1.4. Actividad globalizada
2.1.5. Mapas conceptuales
2.1.6. Cómo trabajar conceptos
Metodología creativa
2.2.1. Modelos para el desarrollo de la creatividad
Metodología individualizada
Metodología socializada
2.4.1. Técnicas de socialización
Hacia una educación personalizada
2.5.1. Estrategias didácticas
Metodología lúdica
¿Es posible simultanear diferentes metodologías?
Actividades recomendadas
Autoevaluación
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
En determinadas circunstancias elevar la calidad de la Enseñanza
requiere cambiar ciertos obstáculos ligados a la propia ordenación del
sistema educativo.
Igualmente trabajar de una forma u otra en el aula supone reordenar
y acondicionar sus estructuras: mobiliario, materiales, etc, en resumen:
crear ambiente.
«Alguien ha escrito que el ambiente debe ser como una especie de
acuario en el que se reflejen las ideas, el estilo, las actitudes y la cultura
de las personas que en él viven» (Loris Malaguzzi, 1984).
La organización del ambiente escolar hace alusión a un concepto muy
amplio que va a determinar el marco en el que se va a desenvolver toda
la vida cotidiana en la escuela. En la organización por medio de talleres
integrales, el ambiente va a tener una importancia decisiva, ya que su
innovación se basa en una disposición comunitaria y abierta de los
medios, y esto añade tanto al aspecto material (recursos y espacios) como
el aspecto social (comunicación con el entorno).
El ambiente es el empleo del espacio en su más amplio sentido. Es
antes que nada una estrategia de planificación, que está a nuestro alcance y de la
que nos tenemos que hacer conscientes, pues los espacios de
nuestras escuelas están continuamente enviando «mensajes silenciosos»
a los niños y a nosotros mismos, independientemente de que seamos, o
no, conscientes de ello. Estos mensajes pueden ser controlados a disposición del
educador.
Los entornos que nos rodean en nuestra vida cotidiana
(casas, lugares públicos, museos, etc.) condicionan unas actitudes y
unas conductas por nuestra parte. Y la escuela no es ajena a este hecho.
Por eso debemos poner un especial cuidado en una planificación
6
Metodologías: Estrategias
Didácticas
Por tanto:
— Realizaremos unas u otras actividades en función de la metodología o metodologías
elegidas apoyándonos en los correspondientes
principios (bases teóricas).
CONTENIDO
1.
METODOLOGÍA ACTIVA
1.1.
1.1.1.
1.2.
1.2.1.
Talleres
Concepto
1.2.2.
11
1.3.
Metodología investigadora
1.3.1.
13
1.4.
15
2.
2.1.
OTRAS METODOLOGÍAS
Metodología globalizada
2.1.1.
2.1.2.
Objetivos
17
Observación
Ambas se complementan y necesitan
Experimentación
Asociación
Espacio
Tiempo
Cultura
Concreta
Gráfica
Gestos y movimientos
Expresión
Abstracta
2.1.3.
Lectura-escritura
Matemática
Música
Clases de globalización
2.1.4.
Actividad globalizada
2.1.5.
Mapas conceptuales
Otra forma de representar a los niños una realidad global sería a través de mapas
conceptuales, ya que éstos proporcionan un resumen
esquemático de lo aprendido. Su elaboración, que en Educación Infantil
se realiza por medio de dibujos, fomenta el pensamiento reflexivo, la
creatividad y el espíritu crítico.
2.1.6.
19
2.2.
Metodología creativa
A veces se dice que hay pasos definidos hacia el proceso creador y uno
de los primeros e importante es la preparación. Sin embargo, es evidente que el
niño crea con cualquier grado de conocimiento que posea en ese
momento. El acto mismo de la creación puede proporcionarle mejores
enfoques y conocimientos para desarrollar una acción en el futuro. Probablemente la
mejor preparación para crear sea la creación misma. Esperar hasta que se haya
logrado una buena preparación antes de entrar en
acción, o coartar al niño en sus posibilidades de creación, hasta tanto
conozca lo suficiente sobre el tema como para actuar inteligentemente,
puede ser una forma de inhibir más que de promover su acción.
El desarrollo mental depende de un rica y variada relación entre el
niño y el ambiente; esta relación es un ingrediente básico para llevar a
cabo una experiencia de creación artística. El hombre aprende a través
de los sentidos.
El desarrollo de la sensibilidad perceptiva debería convertirse en una de
las partes más importantes del proceso educativo. Cuanto mayores sean las
oportunidades para desarrollar la sensibilidad y mayor la capacidad de agudizar
todos los sentidos, mayor será también la oportunidad de aprender.
En un sistema educacional bien equilibrado, en el cual se acentúa la
importancia del desarrollo integral, la capacidad intelectual, los sentimientos y
las facultades perceptivas de cada individuo deben ser igualmente desarrolladas,
con el fin de que su capacidad creadora potencial
pueda perfeccionarse.
Varias investigaciones han demostrado que el pensamiento creador
puede ser estimulado en las aulas, con métodos apropiados. Dentro del
ámbito de las posibilidades que vienen dadas al sujeto por su naturaleza,
una metodología adecuada puede desarrollar su capacidad creadora
(Gervilla Castillo, 1986).
20
2.2.1.
2.3.
Metodología individualizada
21
Preguntada una profesora de primer nivel qué hacía para alcanzar tan
buenos resultados de sus alumnos, me contestó lo siguiente:
«Cuando los alumnos me llaman o vienen a mí para que les ponga
trabajo, les miro a la cara y rápidamente sé qué debo ponerle a cada
uno...»
He aquí un verdadero ejemplo de metodología individualizada.
2.4.
Metodología socializada
2.4.1.
Técnicas de socialización
2.5.
Estrategias didácticas
23
Pasos a seguir:
1. Realización del diagnóstico. Estudio de casos individuales.
2. Formulación de objetivos individuales y de grupo.
3. Realización de diseños curriculares adaptados a cada uno de los
alumnos incluyendo actividades individuales y grupales.
4. Tendremos en cuenta los principios básicos de educación personalizada que se
convertirán en objetivos a conseguir a lo largo del proceso:
— Desarrollo de la creatividad.
— Desarrollo de la autonomía.
— Desarrollo de la comunicación.
Para conseguir los objetivos anteriores es necesario tener en cuenta el
principio de libertad: el hombre se realiza, consigue su autonomía, eligiendo por
tanto, el respeto a la libertad es un principio indiscutible en
un sistema auténticamente educativo (Gervilla Castillo, 1992).
A) ¿Cómo favorecer el clima de libertad?
a) Organización del tiempo: cada alumno organiza y distribuye
el tiempo a su manera. Existen unos márgenes prudenciales
de entrada y salida.
b) Elección de actividades: se pueden elegir modos diversos para
realizar las actividades que conducirán a la adquisición de los
objetivos propuestos.
c) Elección de trabajos libres (una vez concluidos los obligatorios).
d) Actitud del profesor, fundamental para la creación del clima
de libertad.
En este tipo de enseñanza el mejor profesor no es el que «explica
mejor» (como dirían los alumnos) ni el mejor orador, sino el que mejor
realiza las funciones esenciales en este tipo de enseñanza; conocimiento
de los alumnos (diagnóstico), estímulo, ayuda, autocontrol y control, etc.
Respetando, en todo momento, el derecho del alumno a elegir y trabajar
según su ritmo personal.
B) Para conseguir la normalización utilizaremos dos vías:
a) Educación del movimiento.
b) Desarrollo de la capacidad de silencio e interiorización.
24
2.6.
Metodología lúdica
25
2.7.
27
ACTIVIDADES RECOMENDADAS
1. Sería conveniente que visitases una clase de Educación Infantil (ciclo
3-6 años) y comprobases qué tipo de metodología utilizan en ella.
2. ¿Cambia la metodología según edades?
— ¿Cómo llevan a la práctica esta metodología?
— ¿Qué medios utilizan?
Igualmente sería interesante que practicases una o varias metodologías:
1.º Nivel 3-4 años.
2.º Nivel 4-5 años.
3. Describe la motivación y los pasos a seguir en cada caso. Di el
material que utilizarías. Procura justificar tus respuestas.
AUTOEVALUACIÓN
Al ser actividades abiertas las respuestas pueden ser variadas, diferentes e
igualmente válidas (consúltense los contenidos de la unidad).
BIBLIOGRAFÍA
ALEMNZAR
1.
2.
Introducción
Los principios metodológicos
2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
3.
4.
5.
6.
La alimentación
El sueño
La higiene y el control de esfínteres
El espacio y el tiempo
Las dificultades de la vida diaria
Ejercicios de aplicación
Bibliografía
1.
INTRODUCCIÓN
2.
2.1.
33
2.2.
2.3.
2.4.
Hay que partir de que en edades tan tempranas las relaciones familiares de los
niños son las más importantes para su desarrollo. Por lo
tanto la introducción en la vida del niño de otro tipo de relaciones debe
producirse en el marco de la complementariedad.
En el primer ciclo de educación infantil, la colaboración entre la
escuela y la familia no es sólo algo deseable, sino indispensable para el
buen desarrollo de los niños, y para respetar los derechos de los padres.
Estos Principios Metodológicos, se pueden concretar en actuaciones
distintas. El modelo de centro, la organización de la vida diaria, de los
espacios, las formas de relación con las familias… adquieren concreciones distintas
en función del medio social, de la tradición pedagógica de
los educadores, o de los recursos con los que se cuenta.
Para organizar el trabajo educativo con los niños, es útil considerar
cuáles son los grandes ejes de acción que ocupan a los educadores a lo
largo del día y así veremos que los educadores:
— Realizan tareas relativas a los cuidados del niño y a la organización de la vida
cotidiana.
— Realizan tareas para promover el juego de los niños.
— Se relacionan con las familias.
— Realizan tareas relativas a la planificación del trabajo y a la coordinación con
otros educadores.
METODOLOGÍA
35
Considerando los tres primeros tipos de tareas los grandes ejes metodológicos del
primer ciclo de Educación Infantil, pasaremos a tratarlos
uno por uno, después de analizar las actitudes educativas.
3.
3.1.
La alimentación
37
3.2.
El sueño
Aunque los criterios para organizar las siestas son similares a los de
las comidas, la necesidad de sueño de los niños ofrece a veces dificultades para
ser satisfecha en la escuela infantil. Pueden ser dificultades de
tipo ambiental o dificultades para ocuparse del niño que tiene sueño a
una hora imprevista. Además, así como un niño hambriento se calmará
de inmediato si come, hay niños a los que les resulta difícil conciliar el
sueño si están muy cansados.
Es imprescindible contar con información sobre lo que el niño ha dormido en casa y
conocer las necesidades individuales que son muy variables. También es necesario
conocer y respetar los mecanismos personales que cada niño emplea para dormir,
sabiendo que poco a poco, con el
crecimiento, los irá dejando de necesitar (chupete, etc.).
El problema es conseguir que cada niño pueda dormir lo que necesite
sin obligarles a permanecer inactivos, en silencio y aburridos cuando no
tienen sueño. Las posibilidades de lograr un compromiso de este tipo van
a depender de las condiciones de espacio y de horarios que se establezcan
en el centro y en el aula. Aun cuando optemos por una hora de siesta
común que convenga a todos, debemos prever alternativas para los niños
que no necesiten ni quieran dormir. Sin duda, con respeto y tolerancia
ante las necesidades individuales, se logrará que los niños duerman más y
mejor, que empleando métodos impositivos, que además harán desconfiar
a los niños de las posibilidades de encontrar una respuesta adecuada a sus
demandas.
La hora de dormir se convierte desde los bebés más pequeños en un
momento de intimidad y de relación si se sabe rodearla de calma y tranquilidad: se
acuna, se acaricia, se susurra... Puede ser también hora de
cantar nanas, contar cuentos, etcétera.
38
3.3.
Las tareas relacionadas con la limpieza de los niños se pueden realizar tan
rápidamente como sea posible considerándolas desagradables, o
bien como una más de las experiencias de placer, comunicación y aprendizaje. En
ellas más que nunca la relación con el niño es exclusiva y la
situación compleja.
Las ocasiones de manejo físico del niño, para vestirle, lavarle, etc, le
proporcionan sentimientos de seguridad física, atención e interés por su
bienestar. A través de ellas el niño adquiere una conciencia de su propio
cuerpo, que está relacionada con la manera en que se le maneja: Es preciso ir con
calma, tomándose el tiempo necesario, prestando atención al
niño sin tratarlo como a un muñeco, ajustándose a sus movimientos más
o menos lentos, permitiéndole ser activo, calmando su impaciencia,
hablando de lo que está haciendo, de él mismo y de los objetos. Progresivamente se
puede ir contando con su colaboración, apreciando sus nuevas posibilidades de
movimiento, celebrando su creciente habilidad.
A partir de los quince o dieciséis meses, cuando se observa que las
deposiciones son espaciadas, y cuando ya el niño comprende bien el lenguaje y
domina los movimientos de su cuerpo, es el momento de iniciar
la educación en el control de esfínteres. Si las experiencias anteriores de
cuidado de su cuerpo han sido positivas, el niño accede con facilidad a
asumir el control de su propia limpieza.
Una vez más el respeto a los ritmos individuales es un principio a
observar, iniciando una nueva exigencia con cada niño en particular sólo
si se está seguro de que el niño comprende lo que se le pide y tiene interés en
realizarlo. Para ello hay que ir familiarizándole gradualmente con
la situación y fundamentar la iniciación del proceso en el reconocimiento de una
nueva capacidad del niño, que es índice de su maduración y de
sus posibilidades de independencia. No hay que olvidar que el hecho de
controlar los productos de su cuerpo llena a los niños de orgullo y de sentimientos
de poder.
Se puede describir el proceso desde las primeras observaciones verbalizadas («el
pañal está seco»), pasando por la presentación del orinal,
la invitación a sentarse, la celebración de los primeros éxitos, la regularidad y,
finalmente, la retirada de pañales, manteniendo la invitación
periódica a ir al water, hasta que el niño lo pida por sí mismo y se mantenga
limpio todo el día.
METODOLOGÍA
39
3.4.
El espacio y el tiempo
El horario debe hacerse patente para los niños mediante señales perceptivas del
paso del tiempo: palabras, gestos, cambios de lugar que indiquen que es la hora de
salir fuera, la hora de dormir, o la hora en que les
vienen a buscar.
3.5.
41
y los modos de hacer regulares, tranquiliza al niño, que así puede anticipar lo que
va a suceder después. También las explicaciones, los juguetes
preferidos, una ocupación en un lugar tranquilo, son métodos de «llenar»
esas esperas haciéndolas tolerables.
Los aspectos relativos a la seguridad física son muy importantes en el
trabajo con los niños pequeños, que son capaces de emprender iniciativas cuyos
riesgos no pueden controlar. No sólo pueden hacerse daño a sí
mismos, sino también hacérselo sin intención a otros niños. Uno de los
problemas de la intervención es encontrar un punto justo que garantice
razonablemente la seguridad sin mermar la confianza del niño en sí
mismo ni coartar excesivamente su iniciativa. Además de organizar el
espacio y el material para que no sean necesarias prohibiciones continuas, hay que
intentar que el hecho de acabar con una situación de riesgo físico no implique
interrumpir drásticamente la actividad del niño,
sino desviarla o dirigirla en otra dirección.
Por unas razones o por otras, desde muy pronto se hace necesario
comunicar a los niños las conductas que son apropiadas y las que no se
le van a permitir. El problema será encontrar los medios para que los
niños aprendan a controlarse siguiendo las indicaciones de los adultos.
La coherencia y estabilidad de las normas es la primera condición. Sin
ella, los niños están sometidos al humor de los adultos y sólo intentan
reaccionar ante él, sin aprender nada sobre sí mismos. Aunque a edades
tan tempranas es inútil abrumar a los niños con explicaciones incomprensibles, el
hecho de que las normas tengan un fundamento objetivo y
una justificación, ayuda siempre a entenderlas y a aceptarlas. Utilizar
como método «la compra» del buen comportamiento mediante falso
afecto, o halagos, no da buen resultado en el control de los niños y sólo
conduce a que se sientan dependientes e inseguros. La intervención debe
dejar claro cuál es la conducta inapropiada, dando otras alternativas de
actuación, y demostrando confianza en la capacidad del niño para autocontrolarse.
Cuando sea necesario sancionar la conducta del niño para que comprenda la firme
resolución de impedirla, la actuación del adulto debe
guardar relación con el hecho que la provoca, ser inmediata al mismo
hecho y evitar toda humillación. Los gritos y los azotes suelen ser útiles
sólo para desahogar al adulto. Los niños se acostumbran rápidamente a
ellos y se resignan a recibirlos de vez en cuando, pero tienen un coste
indudable en su autoestima y en su confianza en los demás. En cualquier
caso no hay que olvidar que el objetivo de la intervención educativa es
ayudar a los niños a ser curiosos, activos, autónomos y sociables. La normativa se
derivará siempre de las propias necesidades del desarrollo y es
el propio niño el que debe ser capaz de asumir progresivamente el control de sus
acciones.
42
4.
43
objeto que sirva de soporte para la acción del niño. Muchos materiales de
la vida diaria de los adultos ofrecen posibilidades sorprendentes para el
juego infantil: ruedas, tapones, carretes de hilo, cajas...
En cualquier caso, los juguetes no deben escasear y deben cumplir
siempre algunas condiciones:
— Seguridad, para poder ser utilizados sin una vigilancia especial.
— Variedad, para que cubran distintos campos de experiencia.
— Versatilidad, para poder utilizarlos con distintos objetivos.
— Diversidad, para que sus elementos despierten un interés más
complejo.
— Actividad, para que la acción del niño produzca un efecto claro y
palpable.
Una buena lista de juguetes debe incluir juguetes para percibir y moverse, juguetes
figurativos, materiales no estructurados, diversos instrumentos y grandes juguetes.
5.
45
47
— Juego al aire libre, del que todos los niños deben disfrutar diariamente, pues en
él se multiplican las posibilidades de acción, de
exploración, y las experiencias son más variadas y ricas, tanto
desde el punto de vista de los estímulos y sensaciones de la naturaleza, como por
el descubrimiento de materiales de juego versátiles e inagotables como la tierra,
las plantas, el espacio etc.
Todos estos juegos son suficientes para satisfacer de manera natural
las necesidades del desarrollo de los niños y niñas, y hacen innecesarios
los ejercicios repetitivos. Basta subrayar para terminar la importancia de
las personas por encima de los materiales en el juego de los niños, la
importancia del lenguaje, de que el adulto observe, respete el estilo personal de
cada uno, sus descubrimientos, y busque la persistencia y el
interés de los niños.
6.
49
EJERCIOS DE APLICACIÓN
• Concretar los criterios metodológicos reflejados en el texto a un
grupo de edad determinado.
• Realizar los planos de un aula idónea para un determinado grupo de
edad.
• Confeccionar una distribución horaria adecuada a las necesidades
del grupo de bebés.
• Recopilar un repertorio de juegos de falda y de canciones para
niños de 0-3 años, empezando por los que se recuerden de la propia
tradición familiar.
• Elaborar un breve guión o cuestionario para entrevistarse con los
padres de un niño nuevo de 2 años de edad, justificando los ítems
relacionados.
• Realizar una observación, registrando la interacción entre una educadora y un
niño menor de tres años durante una secuencia cualquiera
de rutinas diarias. Analizar críticamente la metodología empleada.
• Confeccionar una lista de materiales para niños de dos años, señalando los que
considere indispensables y por qué.
BIBLIOGRAFÍA
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niños. Barcelona: CEAC.
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Madrid: Nuestra Cultura.
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Barcelona:
Laia.
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través de
juego. Madrid: Visor.
PIKLER, Emmi (1984): Movimientos en libertad. Madrid: Narcea.
RICCIUTI, Henri y WILLIS, Anne (1990): Orientaciones para la escuela infantil de 0
a 2 años.
Madrid: Morata-MEC.