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SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO

INFORME DE LECTURA 1
JOSUE JIMNEZ GALARZA
ÉTICA CRISTIANA
MEDELLIN,16 DE FEBRERO DEL 2019
1. Datos Bibliográficos

Título: Institución de la Religión Cristiana

Capítulos: VIII, Libro Segundo de Tomo I

Páginas: 261-307

Autor: Juan Calvino

Editorial: FELiRe

Ciudad: España

Año de publicación: 2013

2. Bosquejo del Contenido:

I. La Exposición de la ley Moral, o los Mandamientos


II. Explicación de los Diez Mandamientos

3. Resumen:

I. La Exposición de la ley Moral, o los Mandamientos

Juan Calvino dice que las razones por la que la ley moral se ha dado son para conocerle
verdaderamente a Dios y para el conocimiento de nosotros mismos, ambas cosas son
mostradas en la ley Dios, con esto enseña la reverencia que le debemos a su divina
majestad y nos enseña en que consiste esta reverencia. Aunque tenemos la ley interior
dentro nuestro no lo dicta todo cuanto hay que saber de los diez mandamientos, por esta
causa Dios nos ha dado su ley escrita, para que nos testifique de manera mas clara y
evidente lo que la ley interior no puede hacer. Los diez mandamientos nos muestran
cuán lejos es que estamos de poder cumplir la voluntad de Dios y que carecemos de
absoluto valor en nuestras propias fuerzas, por tanto, el hombre no tiene más que acoger
la misericordia de Dios como único puerto de salvación. Por esto dice Calvino que la
ley contiene promesas de vida y amenazas de muerte, en las promesas de la ley se exalta
y la justicia para que se vea lo que le agrada a Dios y las amenazas o castigos se da para
que se deteste la injusticia.
Por otro lado, la ley es la justicia perfecta, la voluntad de Dios reducida en dos tablas, en
la que demuestra que nada le agrada mas que la obediencia a su voluntad; el hombre a
buscado justicia independientemente de la palabra de Dios por medio de obras, pero
esto es un defecto que debe de corregirse, y el mejor remedio para esto debe de ser
grabada en nuestros corazones, la que nos dio Dios para enseñarnos la perfecta justicia.

La regla primera para guardar la ley de Dios es entender que para Dios que es espíritu,
nuestros pensamientos son actos y la ley no solo exige la obediencia en lo exterior sino
también la obediencia del espíritu y del corazón, dicho de otra forma, dice Calvino que
la vida del hombre debe de estar regulada por la ley, no solo por lo que se refiere a su
honestidad externa sino también en su justicia interna y espiritual. La regla segunda es
que cuando Dios prohíbe una cosa, prohíbe la contraria y viceversa; los mandamientos y
prohibiciones de Dios deben de tomarse en cuenta hasta donde se puedan extenderse
porque las palabras de Dios, contienen y van mucho más de lo que suenan las palabras;
ahora bien la norma que dice hasta donde va o cuanto abarca la ley es que la exposición
de la misma se haga conforme a la razón y la causa, por la cual el mandamiento ha sido
instituido. La regla tercera es que la justicia y la religión van juntas, por esto Dios ha
dividido su ley en dos partes el uno dedicado a los ejercicios de la religión, el culto que
se debe a su majestad, y lo otro es dedicado a la caridad que debemos de practicar con
los hombres. De esta manera el señor nos instruye a la piedad y la religión en la primera
tabla de la ley que contiene cuatro mandamientos, y la manera en que debemos de
conducirnos los unos con los otros en la segunda tabla de la ley que contiene seis
mandamientos.

III. Explicación de los Diez Mandamientos

La primera cláusula de los mandamientos entendámoslo como una introducción a toda


la ley. Estas leyes que han sido dadas no pueden ser abolidas y esto porque quien la da
tiene autoridad, y tiene el derecho de demandar, y por tanto promete gracia, y
beneficio, el nombre por quien ah acido dado es suficiente para que nos sujetemos al
yugo de su divina majestad. Pero el hombre está tan inclinado a la vanidad que va tras
las fantasías, pero queriendo poner el Señor remedio reviste su divinidad de ciertos
títulos para que de esta manera no andemos inventando algún nuevo dios
abandonándole a Él.
Por eso el primer mandamiento tiene como fin el mostrar que Dios quiere tener Él solo
la preeminencia en su pueblo y desea gozar por completo de su privilegio; para observar
bien este mandamiento es necesario que vaya primero la verdadera religión, que solo
por esto podrán nuestras almas conocer a Dios, solo así seremos inducidos a ejecutar las
cuatro cosas que le debemos a Dios, que son adoración, confianza, invocación, y acción
de gracias. El fin del segundo mandamiento es que Dios no quiere que el culto a Él sea
profanado con ritos supersticiosos; este mandamiento es para mantenernos dentro el
culto legítimo que se le debe; Dios se presenta a nosotros bajo la forma de marido
porque su unión a nosotros es como como un matrimonio espiritual, que quiere por una
y por otro lado fidelidad, y por eso exige de nuestra parte que no entreguemos nuestra
alma a satanás, ni al deleite y a los sucios deseos de la carne, lo cual es una especie de
adulterio. Pero al que infringe el castiga y su maldición no solamente cae sobre el
impío, sino que cae sobre su posteridad hasta la tercera y cuarta generación; pero su
gracia esta y residirá sobre los piadosos.

El fin del tercer mandamiento es que el señor quiere que la majestad de su nombre sea
sagrada y la tengamos en gran estima. Y nos enseña que de forma oral y de corazón nos
cuidemos de no pensar ni hablar de Dios sin reverencia, no debemos hablar mal ni
abusar de su santa palabra, ni de sus obras. Este mandamiento se refiere principalmente
al juramento, esto porque aquí Dios tiene más en vista su honor lo que su nombre se
merece y no la justicia que debemos de ejercitar los unos con los otros, el juramento es
para confirmar la verdad de lo que decimos y cundo esto se hace como debe de hacerse
sea como una especie de culto y gloria que se da a Dios. Los anabaptistas condenan sin
excepción todo juramento, pero Jesucristo no condeno todo tipo de juramento sino
solamente aquellos que se van contra la ley de Dios. El fin del cuarto mandamiento es
que meditemos en el reino de Dios y nos ejercitemos en los caminos que el Señor ha
ordenado; las causa para que esto sea así es en primer lugar que los fieles deben de cesar
de trabajar para dejar que Dios obre en ellos, en segundo lugar es que Él quiso que
hubiese un día determinado para oír la ley y usar sus ceremonias, y en tercer lugar es
porque quiso dar un día de descanso a los siervos ya a todos aquellos que viven
sometidos a otros.

El fin del quinto mandamiento es que debamos guardar los grados de preminencia como
el lo ha establecido; pero esto es muy contrario a nutra naturaleza, por eta causa Dios
pone como ejemplo la superioridad menos odiosa, la más amable y para doblegar y
ablandar nuestros corazones, a fin de que se acostumbre a obedecer. La honra del que se
habla aquí contiene tres partes primero es reverencia, la segunda es obediencia, y la
tercera es la gratitud; respecto a este mandamiento debemos de notar que no se nos
manda que obedezcamos sino en el Señor, pero si ellos nos incitan a quebrantar la ley
de Dios con toda razón no los consideraremos como padres, sino como extraños.

El sexto mandamiento tiene como fin que cada uno debe de preocuparse del bienestar y
conservación de los demás; debemos de entender que Dios es quién al da y que por
tanto este mandamiento como todos lo demás es dada a nuestra alma, por eso se prohíbe
también el homicidio de corazón, y se nos manda profesar un afecto interno a la vida del
prójimo; las razones que se da para este mandamiento es, que le hombre es imagen de
Dios, y que es carne nuestra. El séptimo mandamiento es, no cometerás adulterio, y su
fin es que la inmundicia e impureza debe de estar muy lejos de nosotros por que Dios
ama la pureza y castidad; de manera más clara prohíbe la fornicación a la cual tiende
todo tipo de lujuria. Si queremos obedecer este mandamiento es necesario que nuestros
corazones no abrasen malos deseos, que los ojos no miren impúdicamente, que el
cuerpo no se vista para atraer, ni la lengua hable palabras inconvenientes, ni el deseo
provoque lujurias. El fin del octavo mandamiento es que se dé a cada uno lo que es
suyo, debemos siempre tener a nuestros ojos ayudar cuanto podamos fielmente al
prójimo, según su estado y vocación que considere a su prójimo.

El noveno mandamiento tiene como fin el que nosotros digamos la verdad sin
fingimiento alguno, porque Dios es verdad y detesta la mentira. Este mandamiento sirve
para conservar la buena fama del prójimo y también su fortuna, por otro lado, el
mandamiento condena totalmente la detracción y el vicio de hablar mal de otro. El
décimo mandamiento tiene como fin alejar nuestro corazón todo afecto contrario a la
caridad, si nuestros actos estuvieran regulados por la norma de la caridad los deseos de
nuestra mente y corazón también lo estarían.

El fin de toda la ley es que el hombre sepa la justicia perfecta para que la vida del
hombre este conforme a la divina pureza de Dios. La perfección de esta justicia consiste
en que amemos a Dios con todo nuestro corazón, alma y con todas nuestras fuerzas y a
nuestro prójimo como a nosotros mismos. Respecto a las dos tablas de la ley ninguna es
mas que la otra, nadie puede guardar perfecta caridad si antes no teme de veras a Dios, y
estos mandamientos no son exhortaciones sino mandamientos, algunos dicen que esta
ley es una carga muy pesada para los cristianos, pero ciertamente todo cuanto se nos
manda en la ley es muy arduo y muy difícil para nuestra debilidad, si obramos bien es
solo por la virtud del señor, y no hay distinción entre pecados veniales y mortales
porque donde quiera que haya transgresión de la ley está preparada la maldición de
Dios, entonces estemos ciertos de que el pecado es mortal y si pecamos es solo por la
misericordia de Dios que nos son perdonadas.

4. Evaluación

La exposición de los diez mandamientos por Calvino es bastante clara, creo que si es
preciso porque trata de cubrir lo mas que pueda en su exposición y responder cuestiones
que surgen y que pudieran surgir, al responder las preguntas planteadas su respuesta me
parece amplia, clara, y precisa. Si está bien documentada, pues nos damos cuenta en la
lectura que no es una invención que haya surgido en él, sino que apela a personas que ya
hablaron sobre el asunto, esto me lleva a pensar que hubo una investigación, y
documentación para escribir lo que escribió. Y también creo que no esta fuera de lo que
es bíblico porque en ningún momento vi que la autoridad de la palabra de Dios sea
hecha a un lado, sino estimada, como dije no es difícil de entender, ni usa palabras que
no se pueden comprender, sino que es sencillo y profundo. Su sencillez y profundidad, y
la seriedad de su exposición es la que me llevo a disfrutar esta porción de su escrito.

5. Aplicación Personal

Me alarmo mucho de como es que estuve viendo los mandamientos de nuestro Dios,
pero ahora he sido exhortado a tener reverencia frente la voluntad de Dios que se me ha
expresado sen su palabra de manera particular en su mandamiento, porque son la
expresión de su santa voluntad, veo que no puedo tener una vida completa de caridad
sino hay en mi una viada de piedad antes, estos cubren las dos tablas de los diez
mandamientos. Por otro lado, pude ser recordado que en mis fuerzas nunca soy capas de
expresar tal cual la justicia que se me pide si no es en virtud de la gracia salvadora de
Dios. Por último, me enseño que no es suficiente la ley natural que hay en mí, para
saber toda la voluntad de Dios como hombre, ni el conocerlo, y por esta deficiencia
vista por Dios en mí, decidido ponerlo por escrito.

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