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PSICOLOGÍA APLICADA – E.

CERDÁ

Los tests mentales: generalidades, metodología, clasificación.

Pichot ha propuesto la siguiente definición, que tiene un sentido mucho más amplio y general: «Se llama test mental
a una situación experimental estandarizada, sirviendo de estímulo a un comportamiento.» Este comportamiento se
evalúa mediante una comparación estadística con el de otros individuos colocados en la misma situación, permitiendo
así clasificar al sujeto, sea cuantitativa, sea tipológicamente.

Esta definición implica que:


1. La situación experimental -es decir, el medio en el que se desarrolla la experiencia, el material del test, la actitud
y las consignas dadas por el examinador para la utilización del material debe estar perfectamente definida y reproducirse
idénticamente en todos los casos.
2. El registro del comportamiento) puesto en marcha por el sujeto debe ser tan preciso y objetivo como sea posible.
Este comportamiento es, según los casos, muy diferente; puede consistir en que el sujeto escriba una respuesta, en
dibujar, en hablar, en ejecutar cierta tarea manual.
3. El comportamiento así registrado debe ser evaluado estadísticamente poniéndolo en relación con un grupo de
individuos. Esta comparación es absolutamente indispensable, y toda prueba que no recurra a ella no es un test
mental en el sentido auténtico de la acepción.
4. La clasificación del sujeto examinado en relación con el grupo de referencia es la finalidad última del test.

Cualidades de los tests mentales


Los test mentales son instrumentos de medida y, como a tales, tienen que exigirle una serie de características que en el
fondo son las mismas que se exigen a cualquier instrumento mensurativo. Estas características son: fidelidad, validez y
sensibilidad.

Fidelidad
La fidelidad es una de las características que una prueba debe de tener para que sea considerada como un test.
Un test es fiel cuando al aplicarlo dos o más veces al mismo individuo o grupos de individuos, en circunstancias similares
obtenemos asimismo resultados similares. Para ello se tiene que utilizar alguno de los métodos que en seguida
exponemos. La elección de uno u otro de ellos dependerá de la índole específica del test principalmente y también de las
características de la muestra sobre la que se administre.
Una vez utilizado cualquiera-de los tres métodos siguientes, se calcula el coefici ente de correlación entre ambas
series de medidas. A este coeficiente se le denomina «coeficiente de fidelidad. La fidelidad de un test es tanto
mayor cuanto más estable es el rasgo psíquico que exploremos, razón por la cual, cuando se trata de averiguar la
fidelidad de un test y no las fluctuaciones de un grupo de personas, no deben utilizarse muestras de sujetos sometidas a
intensas oscilaciones emocionales.
En general, los tests de inteligencia y de aptitudes presentan mayor fidelidad que los tests de personalidad, como
consecuencia de la mayor estabilidad de los rasgos que miden.
Los tres métodos adecuados para determinar la fidelidad de un test son los siguientes:
a) Método test-retest : Se aplica en el mismo test por segunda o tercera vez a los mismos sujetos después de cierto
intervalo de tiempo y se calculan los coeficientes de fidelidad., Este método no puede utilizarse en aquellos tests
en los que el entrenamiento o pi aprendizaje que se pueda adquirir al pasar el test por primera vez sea tan
intenso, que pueda modificar sensiblemente los resultados en la segunda o tercera administración, y más aún si
además el intervalo de tiempo, entre test y retest es breve.
No obstante, si a pesar de estos inconvenientes fuera éste el método utilizado, existen fórmulas de corrección para reducir
el error subsiguiente a un minimum.
b) Métodos splitt-half y odd-even: Cualquiera de estos dos métodos consiste en dividir el test en dos partes equivalentes,
administrar primero una de ellas y posteriormente la otra. El método split-half propiamente dicho consiste en dividir el
test por la mitad, pasando la primera parte en una ocasión y la segunda en otra. Este método puede aplicarse en_ aquellos
tests que sean homogéneos y en los que los ítems no estén ordenados en forma de dificultad creciente.
Cuando los Ítems, por el contrario, están ordenados jerárquicamente, puede utilizarse el método odd-even, o método par-
impar. Aquí se divide el test en cuestiones pares e impares.
c) Método de series paralelas: Consiste en construir dos o más tests paralelos, es decir, equivalentes. Para ello se
utilizan cuestiones de naturaleza y dificultad análogas, pero de apariencia diferente. Es una herramienta de medida
paralela para utilizarla en todos aquellos casos concretos en que por diversas razones interese hacer un retest orillando
los inconvenientes que el aprendizaje presenta cuando hacemos el retest con el mismo instrumento de medida.

Validez
Decimos que un test es válido cuando mide aquello que trata de medir. La apreciación de la validez de un test nos
enfrenta con el llamado “problema de los criterios”
Existen diferentes métodos de validación, que pueden agruparse en tres: pragmáticos, apriorísticos y factoriales.
a) Validación pragmática: Consiste en la adopción de criterios objetivos exteriores al test mismo. Estos criterios
objetivos pueden ser:
- Empíricos, utilizados fundamentalmente para los tests de inteligencia para niños, que consisten en asimilar la
inteligencia al desarrollo.
- Mediante escalas objetivas, es decir, ateniéndose a clasificaciones escolares para niños, rendimientos profesionales
en adultos, etc.
- Mediante “rating scales”, elaboradas, conforme a los aspectos que trate de medir el test, por un grupo de expertos en
la materia en cuestión.

b) Validación apriorística: Se parte de una hipótesis concerniente a la naturaleza de determinado rasgo psíquico, y
sobre esta hipótesis se construye luego un test adecuado para medirla.

c) Validación factorial: El análisis factorial es un método basado, por un lado, en el concepto de coeficiente de
correlación de Pearson y, por otro, en el de «unidad funcional », consistiendo en esencia en un análisis
algebraico de las covariaciones cuya finalidad estriba en poner al descubierto el orden la relación que estas
covariaciones impliquen.

Sensibilidad
Decimos que un test es sensible, o que tiene buena capacidad discriminativa cuando es capaz de medir diferencias
mínimas entre los individuos o dentro de un mismo, individuo en diferentes ocasiones.
Un test poseerá una mayor o menor sensibilidad según que contenga más o menos ítems que permitan la subsiguiente
clasificación de los sujetos y su diferenciación^ Naturalmente, en los tests, como en los demás instrumentos de
medida, existe una relación inversa entre la sensibilidad y la extensió n mensurable, por lo que, generalmente,
cuanto más amplia es la gama de comportamientos que pretende medir el test, menos sensible es este test en cada
uno de los aspectos de esta gama.

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