Hamlet y
Guinart el bandido generoso, o tencia, llorando la finitud con
Sansón Carrasco, que enmas- la calavera de Yorick en la mano,
carado bajo el nombre de Caba- aquel actor cómico que le aca-
llero de la Blanca Luna vence al riciaba y le alegraba el ánimo,
fin al entonces Caballero de los se entrega en un rapto de indig-
Don Quijote
Leones y antes Caballero de la nación suicida al peligro final
Triste Figura, para que el ven- del morir. Ya no tendrá que so-
cido adalid de Dulcinea pronun- portar la lentitud de los tribu-
cie su derrota (cuyo relato ha- nales, la insolencia de los em-
cía llorar al joven Heine) antes pleados, las tropelías contra el
de volver con Sancho a aquel lu- mérito, las angustias de un mal
A
kespeare perdu- tre, el extremeño celoso, el li- un patrón de conducta, de mo- el análisis, el egoísmo y la in-
rable existencia Horas de pesadumbre cenciado Vidriera Tomás Roda- ral natural y pura, y piensa credulidad del escéptico y a Don
dramática por y de tristeza] ja, tan lúcido cuando en apa- –siempre, y más y más– que Quijote la tendencia directa al
las mismas fe- pasa mi soledad. Pero riencia loco, y olvidado cuando todo debería acordarse a ese bien, la entrega a la acción, la
chas en que su Cervantes] recupera la razón, y pensemos ideal, para hallar de inmediato, fe en algo eterno, el vivir para
coetáneo español, Miguel de es buen amigo. Endulza en Berganza, el confesor de su implantado a su alrededor, la los otros, para vencer el mal.
Cervantes, narraba las aventu- mis instantes] vida de mozo de varios amos, y maleza del mal, la humareda de Reconocía Turguéniev, sin em-
ras y los descalabros del fla- ásperos, y reposa mi cabeza, pícaro arrepentido, a Cipión, su los celos, la invasión del dolor, bargo, que Hamlet era el retra-
mante caballero y los diálogos Él es la vida y la naturaleza… hermano en la recogida de li- la sospecha de un infierno infi- to de muchos seres humanos,
habidos con su fiel Sancho Pan- mosnas para un hospital (Freud nito. Contemplando en su en- héroes –me permito añadir– de
za, comentando la vida. Si Don Rival de Dios Shakespeare leía el Coloquio de los perros y torno la prosperidad de la men- la novela y el drama moderno
Quijote y Sancho, en su diálo- en la creación de humanos fic- se identificaba con Cipión psi- tira, el triunfo impune de los ase- desde la hora romántica hasta
go, y Hamlet en su lacerante so- tivos tan hondamente compren- coanalista). Sobre todo, recor- sinos de su padre por su ayer mismo. Uno de esos vás-
liloquio, permanecen como pro- didos que habitan la concien- demos algunas de las gentes con hermano y su esposa, madre tagos de Hamlet, Stephen De-
totipos de universal significa- cia de los espectadores a través las que Don Quijote y Sancho suya, y el medro repugnante del dalus, en compañía de varios
ción en nuestra memoria, ello de los siglos; y Cervantes trans- se encuentran al paso de Roci- lacayo de los poderosos (Polo- amigos, peroraba sobre la es-
ocurre porque Cervantes y Sha- misor de vida y naturaleza, na- nante y del asno dócil y sufrido: nio) y sus antiguos compañe- trecha semejanza entre Hamlet
kespeare supieron, con el tra- rrando a sus lectores, siglo tras venteros, arrieros, mercaderes, ros encargados de espiarle; sos- y Shakespeare, según refiere
bajo y la inspiración del gran siglo, las vicisitudes y el carác- pastores reales o fingidos, pri- pechoso de que Ofelia, la única Joyce en su Ulysses. Y otro de
artista de la palabra, exaltar con ter o destino de unos entes de sioneros encadenados, Dorotea mujer que él amaba y ella a él, esos vástagos, Pedro, el médi-
el aura de la ficción, al resplan- ficción que, en su esplendor y Cardenio, el ca- pueda reiterar la co de Tiempo de silencio, se pre-
dor estelar del recuerdo, las for- imaginario, compiten con la pitán cautivo, el HAMLET ES LA perfidia materna, guntaba en hirviente soliloquio
mas y los valores de la realidad realidad de su historia. Caballero del Ver- INCREDULIDAD Hamlet, en in- mental cómo pudo Cervantes
humana. Lo expresaba así el fa- Pensemos en Otelo y en Yago, de Gabán y su
DEL ESCÉPTICO, Y quieto monólogo componer la historia del loco
cundo folletinista y explosivo en Julieta y Romeo, en el rey Lear hijo poeta, el cura, agotador que le más lúcido sin enloquecer.
dramaturgo romántico Alexan- y Cordelia, en Lady Macbeth, en el barbero, bachi- DON QUIJOTE LA atormenta con la Conciencias proyectadas,
dre Dumas (père): «Después de Marco Antonio, y en otros mu- lleres, duques, Ri- ENTREGA A LA previsión de un desde sus laberintos de sole-
Dios, Shakespeare es quien más chos. O pensemos en figuras de cote el morisco ACCIÓN, LA FE EN más allá peor que dad, a hallar salida y detener la
ha creado». Y así nuestro Ru- Cervantes: fuera del Quijote, Pre- exiliado, Roque ALGO ETERNO la soportada exis- muerte.
Cervantes por Cervantes por Jordi Gracia Sólo los clásicos viven
como auténticos
Una biografía renovadora, escrita con el mejor
modernos
pulso narrativo
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