La principal diferencia entre liberales y conservadores radica en que los liberales buscan
cambios que favorezcan la libertad individual para que una sociedad pueda progresar. Los
conservadores prefieren mantener las normas y las tradiciones para defender los valores
colectivos.
En los inicios, el fundador del pensamiento liberal como una ideología nueva y diferente, y
a menudo identificado como el "padre del liberalismo", fue John Locke, un médico y
filósofo inglés cuyas palabras, más tarde, inspiraron revoluciones. Locke debatía sobre
controversias políticas con algunos de los intelectuales más famosos de la época, pero su
mayor rival fue Thomas Hobbes. El liberalismo se origina en una disputa entre Hobbes y
Locke analizando la política de la época y discrepando en varias cuestiones sustanciales
cuyo argumento inspiraron las teorías del contrato social que resumía la relación entre las
personas y sus gobiernos. Sus respectivas simpatías políticas y afiliaciones sin duda
inspiraron sus ideas. Hobbes apoyó la monarquía y Locke respaldaba al Parlamento.
Hobbes era partidario de la autoridad centralizada y dictatorial. Locke prefería la legislatura
porque entendía que el Parlamento encarnaba la voluntad del pueblo. Locke desarrolló una
doctrina política relativamente radical que le valió la asignación de la paternidad liberal,
argumentando que el gobierno requiere el consentimiento de los gobernados. En su
influyente obra Dos tratados sobre el gobierno civil (en inglés:Two Treatises of
Government) de 1660, texto fundacional de la ideología liberal, dio una idea general de sus
principales ideas.
Su fundamento es antes que nada el sentido común. Estos valores y las actitudes
correspondientes tienen relaciones entre si y constituyen la base de la teoría del
Liberalismo; esta teoría sin embargo debe ser variable adaptándose al momento histórico y
sobre todo a la virulencia socialista de cada momento.
El liberalismo político postula el derecho a la máxima libertad de cada cuál para elegir
cómo vivir su vida. En ella se incluyen las libertades civiles clásicas como las de
conciencia, expresión, asociación y reunión. La principal función del Estado liberal sería la
de garantizar la libertad de todos. Se trataría de un Estado que nos protege de las injerencias
de los demás en nuestra libertad y, al mismo tiempo, está limitado en su propio poder por el
derecho de los ciudadanos a la libertad. En cambio, el liberalismo económico sostiene
básicamente la necesidad de que los Estados no intervengan en los procesos de mercado.
Este tipo de liberalismo incluye la libertad de los agentes económicos para fijar los precios
y autorregularse junto con la idea de que hay que limitar los Estados a su mínima
expresión.
La historia del liberalismo se extiende por la mayor parte de los últimos cuatro siglos, a
partir de la Revolución francesa y continuó después del final de la Guerra Fría.
El liberalismo comenzó como una doctrina general y un esfuerzo político en respuesta a las
guerras religiosas establecidas en Europa durante los siglos XVI y XVII, aunque el
contexto histórico de la ascendencia del liberalismo se remonta a la Edad Media. Los
fundamentos intelectuales del liberalismo fueron establecidos por John Locke, con lo cual
apuntó a un mayor impulso de la Ilustración, que cuestionaba las viejas tradiciones de las
sociedades y los gobiernos, en el siglo XVII. Estas nuevas tendencias se unieron finalmente
en poderosos movimientos revolucionarios que derrocaron regímenes arcaicos en todo el
mundo, especialmente en Europa, América Latina y América del Norte.
Jacobino: Los jacobinos eran los miembros del grupo político de la Revolución francesa
llamado Club de los Jacobinos, cuya sede se encontraba en París, en el convento de los
frailes dominicos de la calle Saint-Honoré.
Principios de liberalismo.
3. La limitación del poder del Gobierno al mínimo necesario para definir y defender
adecuadamente el derecho a la vida y a la propiedad privada, a la posesión pacíficamente
adquirida, y al cumplimiento de las promesas y contratos;
La primera y más importante se dio en Francia y desde allí pasará a otros países europeos.
Fue una revolución parisina que estalló el 25 de julio contra Carlos X y el predominio de
los ultras en el gobierno, al intentar el monarca volver al absolutismo. La revolución vino
precedida de una grave crisis económica que causó malestar social y fue apoyada
por republicanos, intelectuales, monárquicos moderados y grandes financieros. Tras tres
días de barricadas, Carlos X hubo de exiliarse y se proclamó rey a Luis Felipe de Orleáns
que implantó una monarquía constitucional. Con él se inició la Edad de Oro de la alta
burguesía francesa.
En 1848 tuvo lugar la llamada “'primavera de los pueblos'”, última oleada revolucionaria
europea, de mayor amplitud que la de 1830, y que puso fin al sistema de la Restauración.
La revolución presenta unas características comunes. Por una parte, su carácter liberal y
nacionalista y su contenido democrático, ya que los revolucionarios luchaban por el
sufragio universal y la soberanía popular frente a la nacional.