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En el capítulo anterior definíamos el problema del consumidor como aquel que consistía en

elegir un vector x que resolviera el problema max u(x) s.a. px = M, donde p era un vector
precio y M la renta monetaria. A partir de la solución dedujimos las funciones de demanda
marshalliana x, = Dip, M) (¿= 1, ..., n), que expresan las demandas como funciones de los
precios y de la renta monetaria. Comentamos que no podemos imponer restricciones a los
signos de las derivadas parciales de estas funciones: 0D;/0MZ 0, 0D ¡/0p,30 (, j= 1, ..., n).
En particular, la demanda de un bien no necesariamente varía inversamente con su propio
precio. Sin embargo, como resultado de un análisis gráfico fuimos capaces de decir que esto
será cierto de los bienes normales, o de los bienes inferiores cuyos efectos renta son más
débiles que sus efectos sustitución. Ahora situamos este análisis sobre bases más generales
y rigurosas. También consideramos el problema, de la mayor importancia para muchas
aplicaciones de la teoría del consumidor, de deducir una medida monetaria de los costes y
los beneficios en los que incurre un consumidor como resultado de los cambios en los
precios. Haciendo eso, desarrollamos los métodos y los conceptos de la teoría de dualidad,
un enfoque del análisis de los problemas de optimización que permite una deducción
concisa y elegante de los resultados estáticos comparativos.

A. La función de gasto

La función de gasto se deduce del problema de minimizar el gasto total necesario para que
el consumidor alcance un nivel de utilidad específico u:

[A.1]

Si todos los precios son positivos, la primera restricción en [A.1] se satisfará en la solución
como una igualdad, ya que si u(x) > u el gasto puede reducirse sin violar la restricción. Si
además suponemos que todas las x, son estrictamente positivas en la solución, podremos
escribir la función de Lagrange para el problema (con como el multiplicador de Lagrange)
como:

y las condiciones necesarias para un mínimo de L, también las condiciones necesarias para
una solución de [A.1], son:

Las condiciones con respecto a las x guardan un asombroso parecido con las [C.9] del
Capítulo 2. Escribiéndolas como p, = uu, y dividiendo la condición correspondiente de x;
por la condición para x, se obtiene:

que es idéntica a la del Capítulo 2 [C.2]: el cociente de los precios se iguala a la relación
marginal de sustitución. Esto no es sorprendente, como indica el análisis del caso de dos
bienes en el Gráfico 3.1. La curva de indiferencia Io, muestra las combinaciones de x, y x,
que proporcionan un nivel de utilidad de u y el conjunto asequible para el problema está
formado por todos los puntos en, o por encima de, Io. Las rectas m0 y, m1, m2, son rectas
isogasto similares a las rectas presupuestarias de las gráficas anteriores. Por ejemplo, my
representa todas las combinaciones de bienes que cuestan m, es decir, que satisfacen la
ecuación pix; + p>2X> = My. El problema es encontrar el punto en el conjunto asequible
que está en la recta isogasto más baja. Dicho punto estará, en la solución de tangencia
mostrada aquí, donde la curva de indiferencia [, sea tangente a la recta isogasto mq. El
problema al que se enfrenta el consumidor que maximiza la utilidad consiste en moverse a
lo largo de la recta presupuestaria hasta que se alcance la curva de indiferencia más alta. El
problema de minimizar el gasto consiste en moverse a lo largo de la curva de indiferencia
hasta que se alcance la recta isogasto más baja. El valor óptimo de x* en el Problema [A.1]
depende de los precios y del nivel de utilidad u:
a) La función de gasto mínimo

DEMOSTRACIÓN
Sean x' y x” soluciones del problema de minimización del gasto cuando el vector precio cs,
respectivamente, p' y p”. Por definición de la función de gasto, p/x' =m (p”, u) y p"x" mp”,
u). Asimismo, sea x solución del problema cuando el vector precio es p, de modo que px=m
(p, 1). Puesto que x' y x” son soluciones de sus problemas de minimización del gasto
respectivos debemos tener:

Multiplicando la primera desigualdad por k y la segunda por 1 — k y sumando, se obtiene:

Pero, por la definición de p, esto implica:

que es el resultado que queremos.

El Gráfico 3.2 ilustra la demostración de este importante resultado. Resulta obvio que,
cuando las rectas iso-gasto, para las cuales x' y x” son soluciones óptimas, se desplazan para
pasar por el punto x, deben producir un gasto mayor, verificando así las desigualdades en
[A.8]. El resto de la demostración se sigue por álgebra simple.

En algún sentido, el gráfico podría resultar engañoso. Las desigualdades (que en este caso
son estrictas) parecen deducirse de la convexidad de las curvas de indiferencia. Sin
embargo, nótese que las desigualdades en [A.8] se deducen simplemente del hecho de que
x' (respectiva- mente x”) minimiza px en el vector precio p” (respectivamente p”) mientras
que x puede que no —[A.8]— se deduce de la definición de un mínimo. Así, la
demostración de la concavidad de la función de gasto no depende de la convexidad de las
preferencias. Sin embargo, la pro- piedad de unicidad de las soluciones, como x' y x”, y la
diferenciabilidad de las demandas hicksianas y de la función de gasto, sí lo hacen. Obsérvese
que la convexidad estricta de las preferencias implica la estricta concavidad de la función
de gasto en una solución interior del

Problema [A.1], ya que implica la unicidad de la solución y de ahí las desigualdades estrictas
en [4.8].
El Gráfico 3.3 ilustra la concavidad estricta de la función de gasto cuando los vectores precio
p' y p” difieren sólo con respecto a un precio, p; La pendiente de la función de gasto en un
punto es igual a la demanda compensada para el bien í al precio p:
La segunda igualdad utiliza el hecho de que p, = uu, a partir de la condición de primer orden
[A.3]. Como la utilidad se mantiene constante cuando varía p, diferenciando la restricción
[A.4] con respecto a p, se obtiene que 2; _ ¡ujOx*/0pf = 0 lo que da lugar a la tercera
igualdad en [A.1 1].
Así, la derivada parcial de la función de gasto con respecto al precio i-ésimo es la demanda
compensada para el bien i-ésimo. En el Gráfico 3.3, la pendiente de la curva en el precio p;
es x; = HA Di, > Pis «<> Pio 1). Esto puede exponerse intuitivamente como sigue.
Supongamos que un consumidor compra 12,5 unidades de gas por semana al coste de 1 €
por unidad, y que el precio del gas aumenta después en 1 céntimo por unidad. El lema de
Shephard dice que, en una primera aproximación, para mantener el mismo nivel de utilidad,
o nivel de vida, su gasto debe incrementarse según H, Ap, = 12,5p: exactamente lo suficiente
para mantener el consumo al nivel inicial del precio. La especificación «en una primera
aproximación» es importante. Para los cambios de precio finitos, el Gráfico 3.3 muestra que
H, Ap, exagera el aumento requerido en el gasto, ya que la función de gasto es estrictamente
cóncava. Cuando el precio de un bien sube, el consumidor sustituye el bien en cuestión, y
esto reduce la cantidad del gasto necesario para mantener la utilidad constante. Recuerde
del Capítulo 2 la diferencia entre las demandas compensadas de Hicks y Slutsky. El lema
de Shephard nos dice que esta diferencia puede ignorarse para cambios de precios
suficientemente pequeños.

Esto se deduce inmediatamente del lema de Shephard. Como debe comprarse al menos un
bien, la función de gasto es no decreciente en el vector precio p y estrictamente creciente
en, al menos, un precio. Precios más elevados significan gastos mayores para alcanzar una
utilidad dada.

Sea un valor u dado y un vector precio p, y seam' = m (p, u) = px" donde x” es la combinación
de bienes que minimiza el gasto en p, es decir, p"x < px para todas las combinaciones de
bienes x que proporcionan una utilidad u o mayor. Pero esto implica que kp%x” < kp'x para
todas las combinaciones de bienes que producen al menos u y así x% es óptimo para los
precios p" y kp. Entonces míkp", u) = kpox = km (p, u). Como los precios relativos no
cambian, la combinación óptima de bienes tampoco: simplemente se hace más o menos cara
dependiendo de si k>1 o k<l.

Una mayor utilidad a precios dados requiere mayor gasto. En lugar de utilizar el Teorema
de la Envolvente de nuevo, recuerde que el multiplicador de Lagrange u > 0 en [A.2] es
igual a la derivada Om/0u (véase el Apéndice G). u es el «coste marginal de la utilidad», ya
que representa la tasa de cambio del gasto minimizado con respecto al nivel de utilidad
requerido. es el recíproco del multiplicador de Lagrange 4 en el problema de maximización
de utilidad correspondiente, es decir, u es el inverso de la «utilidad marginal de la renta»
(véase la Pregunta 3, Ejercicio 3A). Observe que, aunque las hipótesis que subyacen a la
teoría de utilidad ordinal permiten que se establezca el signo de u, no podemos decir que, u
sea necesariamente creciente, o decreciente, con u, porque ambos son posibles para
funciones de utilidad permisibles, diferentes (véase la Pregunta 3, Ejercicio 3A).
Es importante aclarar la relación que existe entre gasto y utilidad. Los factores esenciales
sobre el orden de preferencias del consumidor están contenidos en la estructura de sus
curvas o conjuntos de indiferencia. El gasto mínimo necesario para alcanzar un conjunto de
indiferencia dado a unos precios dados no se ve afectado por el número que se asigne a ese
conjunto de indiferencia para indicar su lugar en el orden de preferencias. Por otra parte,
una vez que se elija una representación numérica del orden de preferencias (una función de
utilidad) se tendrá una determinada relación entre el gasto m y la utilidad u. Pero las
propiedades establecidas anteriormente se cumplirán para todas las funciones de utilidad
admisibles, y la única restricción general que puede establecerse en la relación entre m y u
(para un vector precio dado) es que es monótona creciente.

1. Función de utilidad de Cobb-Douglas. Un consumidor tiene una función de utilidad


u = (x1) (x2), a + b= 1. Obtenga sus funciones de demanda hicksianas y su función
de gasto. Demuestre que la función de gasto posee las propiedades establecidas en
esta sección. Después obtenga la función de gasto para la función de utilidad v = u2
y compárela con la que obtuvo previamente. En particular, compare los valores
6m/6u en cada caso.
2. Si los bienes son complementarios perfectos, la función de utilidad del consumidor
se puede escribir como: 4 = min (x, xo). Si los bienes son sustitutivos perfectos, la
función de utilidad se puede escribir como u = ax; + bx. Analice la naturaleza de la
función de gasto en cada uno de estos casos.
3. Considere los problemas:
max u(x) s.a. px=m; Minpx s.a. u = u(x)
donde u es una función de utilidad estrictamente cuasi cóncava y p es el mismo
vector precio en cada caso. Con í1m dado, sea u* la utilidad optimizada en el primer
problema, con cada xF > 0 y sea u* el valor de la restricción de utilidad en el
segundo problema. Demuestre que:
(a) el vector solución en el segundo problema es idéntico al del primero;
(b) 4* = 1/u*, donde 4* y u* son los valores óptimos de los multiplicadores
de Lagrange en los problemas primero y segundo, respectivamente.
(c) estos resultados se cumplen para cualquier transformación monótona
positiva de la función de utilidad.
4. Función de utilidad de Stone-Geary. Un consumidor tiene la función de utilidad:
u= (x1 – c1) ^a (x2 – c2)^b, a + b=1
donde las c, se interpretan como los niveles mínimos de subsistencia de x, i= 1, 2,
Deduzca las funciones de demanda hicksianas del consumidor y la función de gasto,
y compárelas con los resultados obtenidos en la Pregunta 1.
5. Función de utilidad cuasi lineal. Un consumidor tiene la función de utilidad:
u=f(x1) + x2
donde f(.) es creciente y estrictamente cóncava. Deduzca las funciones de demanda
hicksianas y la función de gasto y comente sus propiedades. llústrelo con una
representación gráfica de la curva de indiferencia.

B. La función indirecta de utilidad, la identidad de Roy y la ecuación


de Slutsky
La función indirecta de utilidad se deduce del problema de maximización del
consumidor u(x1,…, xn) sujeto a la restricción presupuestaria ∑ pixi ≤ M y a las
restricciones de no negatividad en la sección 2D vimos que las xi que son óptimas para
este problema serán funciones de los pi y de M: xi* = Di(p1,…, pn, M) = Di(p, M). En
consecuencia, el valor maximizado de u(x1;..; xn) = u(xi*;…; xn*) también será una
función de los pi y de M:

[B.1]
u* se conoce como la función indirecta de utilidad, ya que la utilidad depende
indirectamente de los presiones y de la renta monetaria vía el proceso de maximización,
en contraste con la función de utilidad u(x1,.., xn) donde u depende directamente de las
xi. Podemos utilizar u* para investigar los efectos de los cambios en los precios y en la
renta monetaria sobre la utilidad del consumidor.
A partir de la interpretación del multiplicador de Lagrange (Sección 2B), el efecto de
un incremento en la renta monetaria sobre la utilidad maximizada es:

El efecto de un cambio en pi sobre u* también puede encontrarse como una versión del
Teorema de la Envolvente. Diferenciando u* con respecto a pi:

La restricción presupuestaria debe satisfacerse todavía de manera que:

Y así

La sustitución de esta en [B.3] da lugar a la identidad de Roy:

El término de la derecha d [B.4] tiene la siguiente explicación intuitiva. Un incremento


en pi es una reducción en la capacidad de compra de la renta monetaria del consumidor
M y, por el lema de Shepard y las condiciones de primer orden, su capacidad de compra
se reduce a la tasa –xi* cuando varia pi. Λ es la utilidad marginal de la renta monetaria.
El producto de λ y –xi* es la tasa de variación de la utilidad con la renta monetaria por
la tasa de variación (la capacidad de compra de) de la renta monetaria con pi, así que el
producto de ambas es la tasa de cambio de la utilidad con respecto a pi.
Como λ > 0, la identidad de Roy muestra que un aumento en el precio de un
bien que compra un consumidor reduce su utilidad (maximizada) o de nivel de vida en
un grado mayor cuanto mayor sea la cantidad que compre del mismo.
La función indirecta de utilidad nos dice que la utilidad depende, vía el proceso
de maximización, de la situación precio-ingreso a la que se enfrenta el consumidor.
Observe que [B.2] implica que la función indirecta de utilidad es monótona creciente
en la renta, M. Así que podemos invertir la función de indirecta de utilidad u = u*(p,
M) para obtener la función de gasto M = m(p, u). Un punto solución dado para un vector
precio dado puede considerarse equivalente al resultado de minimizar el gasto sujeto al
nivel de utilidad dado o de maximizar la utilidad sujeta al nivel de gasto dado. Podemos
elegir entre resolver el problema de maximización de la utilidad, obtener la función
indirecta de utilidad e invertirla para obtener la función de gasto, o bien obtener la
función de gasto y después invertirla para después obtener la función indirecta de
utilidad (véase la Pregunta 3, Ejercicio 3B). Las dos funciones son duales la una de la
otra, y contienen esencialmente la misma información; las formas de las funciones y
sus parámetros quedando determinados completamente por la forma de la función de
utilidad original (directa). Pero entonces, como cada una de estas tres funciones
contiene la misma información, podemos elegir cualquiera de ellas como la
representación de las preferencias del consumidor con la que deseamos trabajar.
La dualidad se puede utilizar para proporcionar una deducción más clara de la
identidad de Roy. Haciendo M = m(p, u), la función indirecta de utilidad indirecta se
reescribe como:
u = y*(p, m(p, u)) [B.5]
Entonces, diferenciando con respecto a pi, permitiendo q m varié de manera que u se
mantenga constante, se obtiene:

La cual, utilizando el lema de Shepard y [B.2], da lugar directamente a la identidad de


Roy [B.4].
Como la función indirecta de utilidad es ordinal y no cardinal, no podemos
obligarla a ser convexa o cóncava (a diferencia de la función de gasto), pero podemos
mostrar que es cuasiconvexa en precios y renta, una propiedad que resulta de utilidad
en muchas aplicaciones.
El Grafico 3.4 ilustra la cuasi-convexidad en los presiones y en la renta. Una
función es cuasi-convexa si, dado cualquier punto de su dominio (convexo), el conjunto
peor de ese conjunto, es decir, el conjunto de puntos que da lugar a valores iguales o
más bajos de la función, es convexo. Considere el caso de dos bienes, donde la función
indirecta de utilidad es u*(p1, p2, M). En el subgráfico (a), pº = (p1º, p2º) es algún punto
arbitrario, y la curva de indiferencia uº, o el contorno de la funciones indirecta de
utilidad, que pasa por ese punto es convexa vista desde el origen si la funciones es cuasi-
convexa. El conjunto peor W(pº) = {(p1, p2); u*(p1, p2, Mº) ≤ u*( p1º, p2º, Mº)} se
encuentra en el noreste del punto (precio más elevado y menor renta implican utilidad
más baja) y es convexo. (Asegúrese de que puede explicar las pendientes negativas y
positivas de estos contornos, respectivamente.) Igualmente se verifica para cualquier
punto (p2º, Mº).
Para probar que la funciones indirecta de utilidad es cuasi-convexa en presiones
y renta, elija dos puntos en el dominio de la funcion, (pº, Mº) y (p’, M’), tales que:
u*(pº, Mº) = uº ≥ u’ = u*(p’, M’) [B.7]
de manera que (p’, M’) está en el conjunto peor de (pº, Mº). Se tiene que demostrar que
cualquier combinación convexa de estos dos vectores precio-renta esta en este conjunto
peor de (pº, Mº):
La ecuación de Slutsky
La ecuación de Slutsky desempeña un papel fundamental en el análisis de las
propiedades de las funciones de demanda. Se deduces como sigue. Si se toma como restricción,
en el problema de maximización de la utilidad, el nivel de gasto resultante de la solución del
problema de minimización del gasto (o, de manera equivalente, se toma como restricción, en
el último problema, el nivel de utilidad resultante de la solución al primero), entonces las
soluciones xi* a los dos problemas y los valores de las funciones de demanda marshalliana y
hicksiana serán idénticos. Haciendo M = M(p, u), puede escribirse para el bien i-esimo:

Hi(p, u) = Di(p, m(p, u)) [B.18]


Como [B.18] es una identidad, puede diferenciarse con respecto al precio j-esimo, permitiendo
que el gasto cambie en la manera requerida para mantener la utilidad constante, y obtener:

Utilizando el lema de Shepard y reordenando se obtiene la ecuación de Slutsky:

Que llama la atención sobre el hecho de que las elasticidades precio cruzadas de demanda
marshalliana depende ambas de las elasticidades compensadas y de las elasticidades renta
ponderadas por la participación en el gasto. Así pues, la igualdad de las elasticidades precio
cruzadas requiere de fuertes restricción sobre las preferencias (véase la Pregunta 5, Ejercicio
3B).

Propiedades de las funciones de demanda


Hemos visto que es posible obtener conclusiones concisas sobre los efectos que tienen
los cambios de precios sobre las demandas hicksianas. Sin embargo, las funciones de demandas
hicksianas no son directamente observables ya que dependen del nivel de utilidad del
consumidor, asi como de los presiones. Por otro lado, las funciones de demandas marshallianas
puedes estimarse a partir de la informaciones de las cantidades de bienes compradas, de los
presiones y de la renta monetaria. La ecuación de Slutsky nos permite reformular las
predicciones acerca de las propiedades de las funciones de demandas hicksianas en términos
de las funciones de demanda marshalliana y así aumentar el conjunto de predicciones
susceptibles de comprobación en la teoría del consumidor.
Podemos resumir las implicaciones susceptibles de comprobación en este capítulo y en
el anterior:
(a) las funciones de demanda marshallianas son homogéneas de grado cero en los
presiones y en la renta monetaria;
(b) las funciones de demanda marshallianas satisfacen la propiedad de <<renta =
gasto>>: ∑ pixi* = M;

Estas son todas las predicciones que pueden hacerse, sobre la base de los axiomas de
las preferencias del consumidor, acerca de las funciones de demanda marshallianas. (Como
veremos en las Secciones D y E, predicciones mas detalladas requieren especificaciones de
preferencias más fuertes y menos generales.) La pregunta contraria de si un sistema de
funciones de demanda con estas propiedades implica la existencia de una función de utilidad a
partir de la cual las funciones de demanda podían haberse deducido, se conoce como el
problema de la integrabilidad. En la sección siguiente mostraremos que, de hecho, esto es así,
considerando el problema equivalente de recuperar una funciones de gasto (que también puede
emplearse para representar preferencias) a partir de un conjunto de funciones de demanda
marshallianas que satisfacen las propiedades anteriores.

1. Demuestre que la funciones de demanda hicksiana es homogénea de grado cero en


los precios. Después, utilice el hecho (Teorema de Euler) de que si una funciones
f(x1,…, xn) es homogénea de grado cero, tenemos ∑ni=1 fixi = 0 para probar que
Interprete esto en términos de la matriz de Slutsky.

2. Un consumidos tiene la funciones de utilidad u = x1𝑎 𝑥21−𝑎 . Encuentre su función de


utilidad indirecta. Confirme la identidad de Roy mediante:
(a) diferenciar la función de utilidad indirecta con respecto al precio del bien
1;
(b) emplear las condiciones de primer orden para obtener soluciones de x1 y λ
y, en consecuencias, una expresión para – λx1;
(c) demostrar que (a) y (b) producen el mismo resultado.
3. Invierta la función de utilidad indirecta que obtuvo en la pregunta 2 para expresar
el gasto como una función de los precios y de la utilidad. Después demuestre que
esta es la función de gasto para aquella forma de funciones de utilidad directa.
4. (a) Demuestre que las funciones de demanda marshallianas satisfacen las
siguientes restricciones:

(b) Exprese estas restricciones en forma de elasticidades:

∑isieij + sj = 0 j= 1,…, n
∑isini = 1
Donde eij es la elasticidad precio cruzada (∂Di/∂pj)(pj/xi), ƞi es la elasticidad
renta (∂Di/∂M)(M/xi) y si = pixi/M es la participación del bien iesimo en el
presupuesto o en el gasto del consumidor.
(c) Demuestre que la propiedad de homogeneidad implica:

y exprese esto en forma de elasticidades:


∑jeij + ƞi = 0 i= 1,…, n
(d) Demuestre que si un conjunto de funciones de demanda marshallianas satisface
las propiedades de homogeneidad, simetría y agregación de Engel también
satisfará la agregación de Cournot.

5. Demuestre que, si los y los sustitutivos se definen en términos de las derivadas de


las demandas marshallianas, los bienes podrían ser, digamos, complementarios
basándose en el signo de ∂Di/∂pj, y sustitutivos basándose en el signo de ∂Dj/∂pi.
Aporte condiciones precisas bajo las cuales ocurra esto.

6. Demuestre que, si la funciones de utilidad u(x) es una representación ordinal de las


preferencias, no puede hacerse ninguna restricción sobre los signos de ∂2u*(p,
M)/∂M2 = ∂λ/∂M y ∂2u*(p, M)/∂M∂pi = ∂λ/∂pi, (ayuda; considere transformaciones
monótonas crecientes de la funciones de utilidad G(x) = g(u(x)), g’ > 0). Interprete
el resultado. ¿Es posible encontrar una representación numérica de las preferencias
de u(x) de manera que la utilidad marginal de la renta ∂u*/∂M sea constante con
respecto a todos los presiones y la renta?
A menudo deseamos medir la variación de bienestar que obtiene un consumidor debido a un
cambio en el precio de un producto. El cambio de precio puede ser el resultado, por ejemplo,
de cambios en los aranceles sobre los bienes importados, o en la tasa de impuestos sobre las
compras, y podríamos querer estimar el efecto sobre el bienestar de los consumidores de
determinadas medidas de política económica. Sabemos que un cambio en un precio cambiará
el conjunto asequible al que se enfrenta un consumidor, lo cual dará como resultado una nueva
combinación de bienes y el consumidor se situará en una nueva curva de indiferencia. En el
caso de la reducción de un precio, el consumidor disfrutará de mayor bienestar, en el sentido
de que prefiere la nueva combinación de bienes a la inicial. ¿Cómo podemos medir esta
ganancia de bienestar? Una sugerencia podría ser mediante el cambio en el nivel de utilidad
del consumidor. Pero las funciones de utilidad que hemos empleado en la teoría del consumidor
son ordinales. Por eso, el tamaño de las diferencias de utilidad no tiene ningún significado, solo
su signo es relevante. Esto significa que una medida de utilidad ordinal podría ser
esencialmente arbitraria. Es más, dichas medidas de la utilidad no podrían compararse entre
diferentes individuos y no podríamos sumar diferencias de utilidad para obtener una medida de
la ganancia total de todos los consumidores.
Una medida que evita este último problema es la propia valoración monetaria del cambio en
el precio por parte del consumidor. Como la medida se expresa en términos de dinero, las
medidas individuales son al menos comparables y, en principio, podrían sumarse para formar
una medida de la variación del bienestar para todos los consumidores del bien.
Subrayamos “en principio” porque si la medida monetaria agregada se emplea para objetivos
políticos, un importante juicio de valor debe hacerse antes de que se puedan sumar las
mediciones monetarias individuales. Es decir, que 1 € extra de ganancia de bienestar para un
individuo tiene el mismo significado social cualquiera que sea el individuo que se esté
considerando. Esto es especialmente importante en el análisis coste-ganancia cuando algunos
individuos ganan y otros pierden como resultado de las decisiones adoptadas. Entonces
tenemos que hacer el juicio de valor de que 1 € de ganancia para un individuo pueda compensar
1 € de pérdida para otro.
El Gráfico 3.6 ilustra el efecto de una reducción en el precio del bien 1 desde p 01 hasta p11
manteniendo constantes la renta monetaria y el precio del bien 2. La combinación de productos
inicial del consumidor es A en I0 y la combinación de productos elegida después de la reducción
en p1 es B en I1. El consumidor está mejor, pero ¿cuál es su valoración monetaria del cambio
en la utilidad? Una respuesta es la cantidad máxima de dinero que estaría dispuesta a pagar por
la oportunidad de comprar el bien 1 al nuevo precio, en lugar del precio antiguo. Esta medida
se llama variación compensatoria (VC) y se define como la cantidad de dinero que debe
quitarse al consumidor en la nueva situación para que debe quitarse al consumidor en la nueva
situación para que siga estando igual que en la situación inicial. Es idéntica a la variación de
compensación en la renta monetaria empleada en la Sección 2D para descomponer el efecto
total en efecto sustitución y efecto renta. Adviértase que la definición empleada aquí se aplica
igualmente a los aumentos de precios, en cuyo caso la variación de compensación tiene el signo
opuesto: el consumidor empeora y debe dársele dinero para que éste igual con los nuevos
precios como lo estaba con los antiguos.
La medida de la VC no es la única medida monetaria plausible de la ganancia para el
consumidor provocada por un cambio en el precio de un bien. La variación equivalente (VE)
es la cantidad de dinero que habría que darle al consumidor cuando se enfrenta al precio inicial,
para que estuviese igual que si se enfrentara al nuevo precio con su renta inicial. De nuevo la
definición tiene en cuenta tanto un aumento como una reducción en el precio. Ambas
definiciones, la de la VC y la de la VE, tienen en cuenta más de un cambio de precio al mismo
tiempo pero nos limitaremos a un cambio de precio individual(véase la Pregunta 4 para cambios
de precios múltiples).

La VE y la VC se muestran en el Gráfico 3.6(a). La VC es el cambio necesario en M para


desplazar la recta desde B2 hasta B3 de manera que el nivel de utilidad del consumidor después
de la reducción del precio sea el mismo que era anteriormente. La VC es igual a p 2 veces la
distancia entre los puntos de intersección del eje x2 con B2 y B3. La VE es el cambio necesario
en M para desplazar la recta desde B1 hasta B4 de manera que, enfrentándose a los precios
iniciales, el consumidor pueda alcanzar exactamente el nivel de utilidad que tenía con los
nuevos precios. La VE es igual a p2 veces la distancia entre los puntos de intersección del eje
x2 con B1 y B4. Nótese que, en general, VC no es igual a VE.
La diferencia entre VE y VC puede expresarse en términos de la función de utilidad indirecta
presentada en la Sección B. En la situación inicial, el consumidor se enfrenta a precios p0= (p01,
…, p0n) con renta M0 y la máxima utilidad que alcanza es u*(p0, M0) = u0. Con los nuevos
precios p1 = (p11, …, p1n) y la misma renta, la utilidad máxima que puede alcanzar es u*(p1, M0)
= u1. La VC es el cambio necesario en la recta monetaria para hacer que la utilidad, cuando el
consumidor se enfrenta a p1, sea igual al nivel de utilidad inicial cuando se enfrentaba a p0 con
renta M0. Por eso VC se define como:

u*(p0, M0) = u*(p1, M0 – CV) = u0 [C.1]

La VE es el cambio necesario en M para hacer que la utilidad, cuando se enfrenta a p0, sea igual
a la utilidad cuando se enfrenta a p1 con renta M0. Por tanto, la VE se define como:

u*(p0, M0 + EV) = u*(p1, M0) = u1 [C.2]

También podemos definir VC y VE utilizando la función de gasto presentada en la Sección A.


El nivel mínimo de gasto necesario para alcanzar el nivel de utilidad inicial del consumidor u0
con el vector de precios inicial p0 es m (p0, u0) = M0. El nivel de gasto mínimo necesario para
alcanzar este nivel de utilidad inicial cuando los precios cambian a p1 es m (p1, u0) es el cambio
necesario en la renta para asegurar que el consumidor sea indiferente entre enfrentarse a los
precios p0 con renta M0 o enfrentarse a los precios p1 con unas rentas diferentes. Este cambio
en las rentas es exactamente la variación compensatoria, de manera que:

VC = M0 – m(p1, u0) = m(p0,u0) – m(p1,u0) [C.3]

Si sólo un precio, digamos p1, se reduce desde p10 hasta p11, deberemos tener:

[C.4]

Pero vimos en la Sección A que

[C.5]

H1(p,u0) es la función de demanda hicksiana (con bienestar constante) para x1, y, si todos los
otros precios se mantienen constantes, podemos representar, como en el Gráfico 3.6(b), la
curva de demanda hicksiana h10, que muestra relación que existe entre p1 y x1 cuando la utilidad
es constante en u = u0 . Para una reducción del precio, VC es el área p61acp11.
Sin embargo, la curva de demanda de mercado de los consumidores de x1 no es la curva de
demanda de utilidad constante, sino la curva de demanda de renta monetaria constante, D1.
Pero a partir de la ecuación de Slutsky, vimos que la curva de demanda de utilidad constante
representa el efecto sustitución de un cambio de precio, y que la curva de demanda de renta
monetaria constante representa el efecto total de un cambio en el precio( es decir , el efecto
sustitución y el efecto renta); entonces las dos curvas coincidirán si y solo si el efecto renta es
cero. De manera equivalente, las curvas de indiferencia del consumidor en el Gráfico 3.6(a)
deben ser paralelas verticalmente.
Cuando D1 y h10 coinciden, VC es el área entre las rectas de precios p10 y p11 y bajo la curva
de demanda de los consumidores. Si el efecto renta no es cero, entonces el área bajo la curva
de demanda de mercado de los consumidores entre las rectas de precios no será igual a VC. En
particular, si x1 es un bien normal entonces D1 superará h10 para todo p1<p10
y el área bajo la curva D1 y entre las rectas de precios será mayor que VC , como ilustra el
Gráfico 3.6(b).

Los puntos A,B,C en el Gráfico 3.6(a) corresponden a los puntos a,b,c en el Gráfico 3.6(b)
y D1 corta a h10 en a. Si x1 hubiera sido un bien inferior, entonces D1 habría estado por debajo
de h01 para p1<p01 y VC habría sido subestimada en la cuantía del área bajo la curva D1 y entre
las rectas de precios.
Un enfoque similar puede emplearse para VE. El valor de la función de gasto M 0 = m( p1,
u1) es el gasto mínimo necesario para alcanzar el nuevo nivel de utilidad después del cambio
en el precio y m(p0, u1) es el necesario para alcanzar el nuevo nivel de utilidad con los precios
iniciales. Por eso, en el caso de una reducción de precio desde p01 hasta p11:

En el Gráfico 3.6(b) h11 es la curva de demanda de utilidad constante para u = u1 y VE es el


área bajo h11 y entre las rectas de precios p01, p11. Como el efecto renta no es cero, h11 y D1
intersecan en b, y el área bajo D1 y entre las rectas de precios es una subestimación de VE.
Podemos relacionar este análisis con la idea del excedente del consumidor. En los primeros
intentos por asociar las medidas del bienestar del consumidor con las áreas bajo las curvas de
demanda, se argumentaba por Dupuit y por Marshall que el área bajo la curva de demanda
individual con renta monetaria constante (demanda marshaliana ) hasta la cantidad consumida
por el individuo daba una medida monetaria de la ganancia neta de bienestar en terminos
monetarias, o el excedente del consumidor, derivada del bien. Podemos analizar esta idea
empleando el enfoque de dualidad.
Considere la función de utilidad indirecta del consumidor u *(p1,…,pn, M), y considere que
p 1 representa el precio más bajo al cual, dados los otros precios p2,…,pn la demanda del
0

consumidor para el bien 1 es exactamente cero. El precio actual del bien 1 se indica por p11<p01.
De la identidad de Roy se obtiene:

Donde λ es la utilidad marginal de la renta. Integrando entre el intervalo [p11, p01] se obtiene:

[C.6]

Si solo si λ se puede considerar constante cuando cambia p1. Así tenemos:

[C.7]

El término de la izquierda puede considerarse como una medida monetaria del cambio en la
utilidad provocado por un cambio en el precio desde p01 hasta p11(ya que λ está en unidades de
utilidad € mientras que el término de la derecha es el área bajo la curva de demanda
marshalliana para el bien 1 entre los precios p01 y p11.
Desafortunadamente, no es el caso general que las preferencias de un consumidor se puedan
representar por una función de utilidad u(x) tal que la utilidad marginal de la renta monetaria
sea constante cambie un precio. Empleando la identidad de Roy, veamos que:

[C.8]

Es necesario y suficiente para que λ sea constante con respecto a p. Multiplicando [C.8] por M
/ λx, podemos expresar la ecuación como:

[C.9]

Donde n es la elasticidad-renta de la demanda para el bien i y p es la elasticidad de la utilidad


marginal de la renta. Es posible especificar las preferencias que se pueden representar por
funciones de utilidad que satisfacen [C.8] o [C.9] . En el ejemplo de la Pregunta 2 tenemos
. Sin embargo, [C.8] o [C.9] restringen mucho los órdenes de preferencias
para los cuales es válido utilizar el área bajo la curva de demanda marshalliana D(p,M) desde
p01 hasta p11 como una medida monetaria del cambio en la utilidad, que aparece como
consecuencia de un cambio en p1 desde p01 hasta p14. Las dificultades para emplear las áreas
bajo las curvas de demanda marshallianas como medidas del bienestar se complican si cambia
más de un precio. (Véase la Pregunta 4.)
Sin embargo, tenemos medidas monetarias de las ganancias que no requieren hipótesis tan
restrictivas, a saber, VC y VE. En el Gráfico 3.7(b), h01 y h11 son las curvas de demanda
hicksianas correspondientes a los niveles de utilidad existentes antes y después del cambio en
el precio que se representa en el Gráfico 3.7(a), y D1 es la correspondiente demanda
marshalliana. Exacta de la misma manera que antes, podemos demostrar que VC está dada por
el área p0.1cp11 y VE por el área p01dbp11. Todo lo que difiere es que, en el equilibrio inicial
x1=0.
Parece haber dos problemas con las medidas hicksianas de las ganancias o pérdidas debidas
a los cambios en el precio. Uno es que no son únicas, en general, VC y VE son diferentes, así
que ¿cuál es la “correcta”?. El otro es que las funciones de demanda hicksianas no son
observables directamente a partir de los datos de mercado, así que, ¿cómo se hace para que VC
y VE sean operativas?
La diferencia entre VC y VE es inevitable sin realizar severas restricciones sobre las
preferencias. Si el efecto ingreso no es cero, entonces la respuesta a la pregunta “¿cuánta renta
debemos sustraer al consumidor para compensar la ganancia de bienestar resultante de una
reducción en el precio desde p01 hasta p11?” será necesariamente diferente a la respuesta a la
pregunta.” ¿cuánta renta debemos dar al consumidor para hacer que tenga exactamente el
mismo bienestar con el precio p10 como con el precio p11?”.
Cuál de las dos medidas, VC o VE, es apropiada depende de cuál sea la pregunta releva te
cuando sea necesaria una medida monetaria de la ganancia o pérdida. Si, por ejemplo, un
proyecto público que reduce el precio del bien x1 desde p01 hasta p11 se financia con un impuesto
de suma fija sobre cada consumidor, y cada VC de los consumidores supera el impuesto que
tienen que pagar, entonces estarán mejor en términos de bienestar económico.
Otro ejemplo es una subvención a los productores para reducir el precio del bien 1 desde p 01
hasta p11. Si el coste de la subvención por consumidor (incluyendo los costes administrativos)
supera la VE de cada consumidor, entonces los consumidores preferían pagos de suma fija para
cada consumidor iguales a su VE, ya que la misma ganancia de utilidad se alcanza a un coste
más bajo.
Las definiciones de VC y VE en términos de las diferencias en los valores de la función de
gasto también se aplican cuando muchos, o todos, los precios cambian. En [C.3] y [C.5]
podemos hacer que los vectores precio p° y p1 difieran con respecto a tantos precios como
queramos. En cada caso estamos buscando un cambio en la renta que haga al consumidor
indiferente entre los dos vectores de precios, con la VC haciendo referencia al nivel de utilidad
antes del cambio en los precios y la VE refiriéndose al nivel utilidad posterior al cambio.
La elección de la medida depende del propósito de la medición, pero, en la práctica, ¿cómo
medir VC o VE en cualquier contexto dado? Un enfoque podría ser argumentar que, ya que las
demandas hicksianas no son directamente observables, deberíamos tomar el área significativa
bajo la función de demanda marshalliana del consumidor como una aproximación a la medida
apropiada. Si los efectos ingreso para el bien son muy pequeños, uno podrá afirmar que la
aproximación será aceptable. Sin embargo, podemos demostrar que, si tenemos estimaciones
de las funciones de demanda marshallianas de un individuo, entonces dicha aproximación será
innecesaria. A condición de que estas funciones satisfagan las restricciones que implica la
teoría del consumidor, la función de gasto puede ser “recuperada” a partir de las funciones de
demanda marshallianas y, una vez que tenemos la función de gasto, las medidas VC y VE se
deducen directamente.

Esto se puede demostrar considerando una versión de un problema con un largo historial
de estudio en economía, el Problema de la Integralidad, cuya formulación general es la
siguiente. Supongamos que tenemos un sistema dado de n ecuaciones en derivadas parciales:

[C.10]
Donde las gi son funciones dadas, y es una variable real y x es un vector de n variables reales.
Una solución para el sistema es una función y = f(x) que satisfaga las n variables reales. Una
solución para el sistema es una función y = f(x) que satisfaga las n ecuaciones como una
identidad, es decir, que se cumpla para todos los valores de x. Dicha función existe si la
condición de integralidad de Hurwicz- Uzawa.

[C.11]

Se satisface para cada par de variables xi, xj.


Podemos aplicar [C.11] a nuestro problema como sigue. Supongamos que hemos estimado
un sistema de funciones de demanda marshallianas para el consumidor:

[C.12]

Tomando el valor de u como un parámetro fijo, podemos escribir:

[C.13]

Donde utilizamos el lema de Shephard. La función de gasto m(p,u) es desconocida, pero el


problema de encontrarla es precisamente el de resolver un sistema del tipo [C.10], con el vector
Precio p identificado como el vector x, M como la variable y y m como la función f. Aplicando
la condición de integralidad C[.11] podemos [C.13] para la función de gasto si

[C.14]

Para todas las parejas de precios pi, pj(donde hemos utilizado el hecho de que xi = Di(p,M).
Pero, a partir de las ecuaciones de Slutsy, vemos que [C.14] es precisamente la condición de
que es decir, la condición de que la matriz de Slutsky sea
simétrica. Como esta simetría está impuesta por la teoría, concluimos que podemos obtener la
función de gasto del consumidor a partir de las funciones de demanda marshallianas estimadas
a condición de que éstas también satisfagan las restricciones impuestas por la teoría del
consumidor: deben satisfacer la condición de renta = gasto, es decir, que
de manera que el gasto consuma exactamente la renta para
cualquier vector de precios.
En la práctica, puede no resultar una tarea sencilla resolver el sistema dado de demandas
marshallianas para la función de gasto. En el análisis empírico de la demanda se elige un
camino más simple. Se adopta una forma funcional determinada para la función de gasto(o de
manera equivalente para la función de utilidad indirecta), y se estiman las funciones de
demanda marshallianas correspondientes a esa forma funcional. Resulta entonces sencillo
obtener los parámetros de la función de gasto a partir de las ecuaciones estimadas. El principal
inconveniente es que las funciones estimadas pueden no ser aquellas que mejor se ajusten a los
datos en un sentido estadístico estricto.
Existe un inconveniente importante a la conclusión de que las medidas de las ganancias de
bienestar debidas a cambios de precio, VC y VE, se puedan deducir del conocimiento de las
funciones de demanda marshallianas de un consumidor, de manera que las aproximaciones
mediante áreas bajo la función de demanda marshalliana sean innecesarias. En muchos casos,
donde queremos evaluar los beneficios de las políticas, solo somos capaces de estimar la
función de demanda marshalliana agregada o de mercado, en lugar de las funciones de demanda
individuales de los consumidores. En general, no es posible utilizar la demanda agregada para
inferir algo acerca de los parámetros de las funciones de demanda hicksianas individuales.

E
Ejercicio 3C
1. Vuelva a plantear el análisis del Grafico 3.6 y la interpretación de VC y VE para el
caso en que el precio del bien 1 se incrementa desde p11 hasta p10.
2. Utilidad cuasi-lineal. Supongamos que las preferencias del consumidor pueden
representarse por la función de utilidad cuasi-lineal u=f(x1) + x2 , f’’> 0, f’’< 0.
a) Demuestre que las curvas de indiferencia del consumidor son paralelas
verticalmente, es decir, sus pendientes dependen solo de x1 y no de x2.
b) Confirme que la elasticidad-renta de la demanda del bien 1 es cero y que la VC y
VE para los cambios en p2 son iguales.
c) Demuestre que la utilidad marginal de la renta es independientemente de p1, de
manera que la variación en el excedente del consumidor marshalliano es una
medida del cambio en la utilidad provocado por cambios en p1.
d) ¿Cuál es la relación que existe entre el cambio en el excedente del consumidor
marshalliano y las medidas VE y VC en este caso?

3. Calcule las VC, VE y la variación en el excedente del consumidor marshalliano para


un consumidor con preferencias representadas por la función de utilidad u = x1x2 con
renta M = 100, p2 = 1 y p1 reduciéndose desde 1 hasta ¼. ¿Las preferencias de este
consumidor satisfacen la condición de que la variación en el excedente del consumidor
marshalliano es válida de los cambios en los niveles de utilidad?
4. Cambios de precios múltiples.
a) Cuando cambia más de un precio, en general, la medida marshalliano no está bien
definida porque depende del orden en que se asume que cambian los precios: es
una integral lineal dependiente del trayecto. Sólo es independiente del trayecto si
los efectos cruzados de cambios en los precios son iguales:
. Demuestre que si la medida marshalliano esta bien
definida para todos los posibles cambios de precio, las preferencias del consumidor
deben ser tales que todas las elasticidades-renta son la unidad. (Observe que esto
implica que las preferencias son homotéticas, véase la Sección D.) (Ayuda: utilice
la ecuación de Slutsky.)
b) Demuestre que las medidas VC y VE están bien definidas para todos los posibles
cambios de precio sin ninguna restricción sobre las preferencias del consumidor.

D. Mercancías compuestas, separabilidad y homoteticidad

Hasta ahora, el análisis ha desarrollado las implicaciones de un conjunto


general de hipótesis sobre las preferencias y sobre la restricción
presupuestaria dadas en el Capítulo 2. Fuimos capaces de establecer varias
restricciones sobre la forma de las funciones de demanda y de gasto. Sin
embargo, para algunos propósitos, especialmente aplicaciones de la teoría
de la demanda y para la estimación empírica de funciones de demanda. son
útiles restricciones complementarias. En esta sección consideraremos en
primer lugar una hipótesis acerca de los precios, y después algunas hipótesis
acerca de la forma de las funciones de utilidad o de gasto. que resultan de
utilidad en muchas circunstancias.

Mercancías compuestas

Supongamos. por ejemplo. que queremos analizar la elección de un


individuo sobre la oferta de trabajo y la demanda de bienes de consumo.
Aunque podríamos construir un modelo sobre su elección respecto a un
vector total de bienes de consumo estamos interesados principalmente en la
elección entre oferta de trabajo y consumo en general. El único precio en
cuyas variaciones estamos interesados es en el salario. Entonces es útil tratar
toda combinación de bienes de consumo como un único «producto
compuesto» El teorema de la mercancía compuesta, debido a Hicks, nos dice
que podemos hacer esto en la medida en que supongamos que los precios
relativos de los bienes de consumo permanecen constantes a lo largo del
análisis.
Teoria de la mercancía compuesta

Si los precios relativos de un grupo ti\.! productos .\1, .,1 •.....t;r g ..�
11, están fijados. entonces pueden tratarse para propósitos <le análisis
de demanda como un producto compuesto individual con un precio dado
por un índice apropiado de los precios de los bienes p1 ..... /'-.:·
Si los precios del grupo de bienes siempre guardan una proporción constante
entre ellos, entonces

Para algunas constantes 𝑘𝑖 , Aquí la elección del bien “l” como el «bien
numerario» es bastante arbitraria. Podemos definir la mercancía compuesta
como x, = \'1 + L� � k,», y tornamos como su «índice» de precios
¡>,. ;:-: ¡>1 (véase también la Pregunta 1. Ejercicio 3D). La idea del
teorema es que si fuéramos a construir el orden de preferencias del
consumidor sobre combinaciones de consumo pertenecientes a la mercancía
compuesta y sobre las demás mercancías, representémoslo mediante la
función de utilidad Í,(.\' , .r.. 1 1 ••••••\.,), v maxirnizárenos esta función
objetivo sujeta a la restricción presupuestaria '/J...;,. + I:j'_,. 1 1 _./>r.r,
= A,f, entonces obtendríamos las funciones de demanda D,.(p,.• ¡>,+ r- ... ,
¡>,,. M), D/p, .. ¡>,, r- ... , ¡,,., M):j- li + I, .. ., de tal modo que las
funciones D. serían exactamente aquéllas obtenidas en el problema
correspondiente con la combinación éte bienes original \,,.\ 1• �":-·
.....t'�,· .... ,-,,). y la función de de- manda para el producto compuesto
sería:

Recuerde que trabajando con la función utilidad directa, la función utilidad


indirecta o la función de gastos son maneras equivalentes de analizar las
demandas del consumidor porque contienen la misma información sobre las
preferencias. Podemos probar el teorema del producto compuesto usando la
función de utilidad indirecta ( para un enfoque basado en la función de gasto,
véase la pregunta 1) Tomando los n productos individualmente, la función
utilidad indirecta es ddddddddddddddddd Utilizando fffffff podemos
escribir esto como
Por eso, aplicando la identidad de Roy tenemos

Por tanto la funcion de utilidad indirecta dddd se puede utilizar en lugar de


la función de utilidad indirecta ffffff y las funciones de demanda dependen
del índice de los precios, en lugar de los precios individuales dddd

SEPARABILIDAD

El teorema del producto compuesto nos dice que podemos agrupar los
productos unos con otros basándonos en una propiedad de sus precios
relativos. Para el análisis empírico de la demanda es importante conocer las
condiciones bajo las cuales es posible agrupar las mercancías, porque
habitualmente los dalos sólo existen para conjuntos de productos (alimentos,
ropa. transporte, ctc.) más que para los productos individuales corno carne.
camisas ... Desafortunadamente, a menudo no es razonable suponer que los
precios relativos de los componentes de estos conjuntos hayan permanecido
constantes y entonces no se puede aplicar el teorema del producto compuesto.
En dichos casos los supuestos se aplican sobre la función de utilidad.
normalmente algún tipo de hipótesis de separabilidad. Consideramos dos de
dichas hipótesis: la separabilidad débil y la separabilidad aditiva.

Bajo la separabilidad débil los n productos se pueden ordenar en subgrupos.


indicados por vectores ,J. k = J, ...• K. de tal manera que el orden de
preferencias sobre los bienes de un subgrupo es independiente de las
cantidades de bienes de otro subgrupo. Otra manera de hacer esto, es decir,
que la relación marginal de sustitución entre dos bienes en un subgrupo es
independiente de las cantidades de otros bienes pertenecientes a otros
subgrupos. La función de utilidad

Expresa la idea de separabilidad débil exactamente, tenemos

Si los viene i y j están en el mismo subgrupo


Si fuéramos a resolver el problema de maximizar u sujeto a la restricción presupuestaria
encontraríamos que tendríamos K subconjuntos de condiciones de la forma v;/1·;
= ¡>;/P;, k - l. .... K. donde los términos de la izquierda de estas ecuaciones dependen
sólo de las cantidades de bienes en el subgrupo k-ésimo y p, es el precio del bien i-ésimo
en ese subgrupo. Si conociéramos la cantidad óptima de gasto del consumidor en
cada subgrupo. digamos 1'1/,_, donde r� 1 !tif:.. = :\-/, entonces podríamos resolver
y obtener separadamente las funciones de demanda de cada subgrupo que podrían
escribirse:

k = 1, .... K [Ll.6]

Es decir como funciones solo del vector de precios de los bienes del subgrupo, ¡f,
y el gasto en ese subgrupo solo podriamos encontrar 1\1:. a partir de la solución
completa del problema del consumídor, pero resulta útil saber que las funciones
de demanda del consumidor toman la forma íD.ó). Entonces podernos pensar que
el consumidor en primer lugar asigna de manera óptima los gastos A,Jk a cada
subgrupo de bienes, y después obtiene las demandas para los productos individuales
resolviendo el problema:

Á 1, .... K ¡0.7J

De ID.71 tendremos las K funciones de utilidad indirectas qf(¡l ..H'). que generan la
funcion de utilidad indirecta global:
1 1
11 - 11*(</> (¡, • M1} ..... ,¡/\¡,•, M,ll
Si los precios se mantienen constantes podremos resolver el problema para el óptimo
𝑀𝑘

Que nos dice que para la asignación de gasto óptima

Donde sdsd es un multiplicador de Lagrange relacionado con la restricción en I Ll.�]


y. por tanto, es también la utilidad marginal de la renta del consumidor. Así el
gasto se asigna de manera oprima cuando las utilidades marginales del gasto
asignadas para cada subgrupo son iguales. lntroduciendo los gastos óptimos en las
funciones de utilidad indirectas y aplicando la identidad de Roy obtenemos tus
demandas de las mercancías individuales
Cuando las preferencias satisfacen la separabilidad aditiva, la forma de la funcion
utilidad es

Es decir una transformación monótona creciente de una suma de funciones de utilidad


individuales. Esta forma funcional tiene una larga historia en la economía, pero tiene
algunas implicaciones fuertes e inverosímiles. En particular puede demostrarse que
descarta los complementarios netos o hicksianos y los bienes que son inferiores ( y de
esa manera descarta también los bienes Giffen). No obstante dos de las formas más
ampliamente utilizadas de la función utilidad bbbbbbbbbbbbbbbbb son de esta forma,
ya que tenemos las transformaciones

HOMOTETICIDAD

Una función de utilidad homotética toma la forma:

donde f es una función linealmente homogénea. Una función homotética es una


transformación monótona creciente de una función linealmente homogénea. En el
Capitulo 5 estudiaremos las propiedades de las funciones de producción linealmente
homogéneas en profundidad y no repetiremos aquí el análisis. En el caso de una función
de utilidad, claramente no es permisible restringir la atención al caso homogéneo lineal
porque la utilidad no es medible de manera cardinal. Tiene sentido decir que duplicar
los inputs duplica la producción, micntras que no tiene sentido decir que duplicar las
cantidades de consumo siempre duplica la utilidad, ya que la función de utilidad siempre
se puede transformar de una manera que haga que este argumento sea falso.
Sin embargo. podemos aprovechar uno similar. En el Capítulo 5 se muestra que si la
función de producción y - .f(r1 •...• t,1) Es homogénea lineal, entonces la función
de costes C - C(w,, .. ., 11',.. y), donde los w, son los precios de los factores. toma
la forma C = c(w1,···� u·.,)y. Es decir. puede factorizarse en una función de
costes de una unidad de producto que depende únicamente de los precios de los
factores. y la cantidad producida. Ahora el problema de minimización de costes para
la empresa que da ese resultado es idéntico en estructura al problema de minimización
del gasto.
Donde elegimos f para que sea homogénea lineal, así podremos escribir la función
de gasto como

Ahora transformando la la función de utilidad f en (0.1 IJ mediante alguna


transformación monótona creciente TJ · 1 110 no puede cambiar el vector solución
del problema .r", y de ahí el valor del gasto 'f.p¡.>::,. Simplemente cambia el valor
de u en la restricción y no puede cambiar la forma de la función en [D. I � 1- , es
decir, simplemente asignar nuevos índices a las curvas de indiferencia del consumidor
con un conjunto diferente dle números no cambia el gasto necesario para alcanzar
una curva de indiferencia específica.

La función de gasto ll).J2J tiene algunas implicaciones muy fuertes para las
funciones dé demanda. Invirtiendo 111(¡,, 11) para conseguir la función de utilidad
indirecta 11*(¡>, M) se obtiene:

Aplicando la identidad de Roy para conseguir 2 funciones de demanda marshallianas


tenemos

de modo que la demanda del bien i es proporcional a la renta y la curva de Engel.


representa el consumo en función de la renta, es una línea recta que parte dcl
origen. Como ¡J).141 implica que logx, · log M + log (u;/<1) vernos que la elasticidad-
renta de la demanda para el bien i es

La participación del bien i en el gasto o presupuesto ffffffffffff es también


independiente de la renta, de manera que el consumidor siempre gasta una una
proporción constante de su renta en una mercancía cuando varía la renta

Las preferencia cuasi-homotéticas, debidas a Gorman, dan una funcion de gasto de la


forma:
Donde “a” podría interpretarse como el nivel de gasto necesario para la “subsistencia”
(u=0), Haciendo M = (p,v) se invierte la función de gasto para conseguir la función de
utilidad indirecta:

Utilizando el lema de Shephard en dddddddd y sustituyendo a partir de ddddd se obtiene

Así, para precios dados, la curva de Engel que relaciona 𝑥𝑖 y M es de nuevo una
línea recta, pero que ya no pasa por el origen. La participación en el gasto ddddddd
ya no es constante y las elasticidades-gasto de la demanda ya no son idénticas e
iguales a la unidad

EJERCICIO 3D

1.

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