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CONTRATO DE CONSIGNACIÓN O ESTIMATORIO

ESTHER ADRIANA DIAZ OSSA


DAVID RICARDO SALAZAR MOLANO

UNIVERSIDAD DE LA SABANA.

1
CONTRATO DE CONSIGNACIÓN O ESTIMATORIO

MONOGRAFÍA

DIRECTOR - ASESOR
EDUARDO DEVIS MORALES

ESTHER ADRIANA DIAZ OSSA


DAVID RICARDO SALAZAR MOLANO

UNIVERSIDAD DE LA SABANA.
FACULTAD DE DERECHO
CHÍA
2002.

2
CONTENIDO

Pág.

INTRODUCCIÓN 6

1. EVOLUCION Y DESARROLLO DEL CONTRATO


DE CONSIGNACIÓN 7

1.1 ANTECEDENTES 7

1.2 FUNCIÓN ECONÓMICA 7

1.3 CONCEPTO 8

1.3.1 Según la ley 8

1.3.2 Según la doctrina 10

1.4 NATURALEZA JURÍDICA 12

2. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN 16

2.1. PARTES QUE INTERVIENEN EN EL CONTRATO DE


CONSIGNACIÓN 16

2.2 BIENES SUSCEPTIBLES DE ENTREGARSE EN


CONSIGNACIÓN 16

2.3 CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE

3
CONSIGNACIÓN 18
2.4 OBLIGACIONES DE LAS PARTES EN EL
CONTRATO DE CONSIGNACIÓN 19

2.4.1 Del consignatario 19

2.4.2 Del consignante. 22

2.5 DERECHOS DEL CONSIGNATARIO 25

3. EL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y SU
RELACIÓN CON OTROS CONTRATOS 27

3.1 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y COMPRAVENTA 27

3.1.1 Contrato estimatorio y compraventa bajo condición


suspensiva 27

3.1.2. Contrato estimatorio y compraventa bajo condición


resolutoria 29

3.1.3 Diferencias y semejanzas entre el contrato de


consignación y la compraventa 29

3.2 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y MANDATO 30

3.2.1 Naturaleza jurídica del mandato 32

3.2.2. Mandato por comisión 32

3.2.3. Diferencias y semejanzas entre el contrato de


consignación y el mandato 34

4
3.3 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y DEPÓSITO 35

3.3.1 Diferencias y semejanzas entre el contrato de


consignación y el depósito 37

4. ASPECTOS RELEVANTES EN EL CONTRATO


DE CONSIGNACIÓN 39

4.1 CONSIGNACIÓN Y REPRESENTACIÓN


COMO FIGURA JURÍDICA 39

4.2 LOS RIESGOS DE LA COSA ENTREGADA


EN CONSIGNACIÓN 41

4.2.1 Embargo y secuestro de bienes en el contrato


de consignación 42

4.3 TERMINACIÓN 43

4.3.1 Plazo 43

4.3..2 Finalidad del plazo 44

4.3.3 Finalización del plazo 45

4.3.4 Terminación en contratos de tracto sucesivo 45

5. CONCLUSIONES 46

RESUMEN 48

BIBLIOGRAFÍA 49

5
INTRODUCCIÓN

A pesar de remontarse sus orígenes a los romanos, el contrato de consignación,


tiene una muy reciente aparición dentro de nuestra legislación, toda vez que tan
solo a partir de la vigencia del actual Código de Comercio, fue catalogado como
una figura jurídica propia. Debido a esto aún se presentan numerosas discusiones
sobre algunas de sus características, y lo que es mas grave sobre su naturaleza
jurídica.

Por lo tanto, el principal objetivo del trabajo es el de ayudar a aclarar la naturaleza


jurídica del contrato, y para tales efectos se citaran varios autores los cuales lo
clasifican de una u otra manera hasta llegar a la que se considera como su real
naturaleza jurídica, esto sin desmeritar lo escrito por los doctrinantes citados, pero
si con mucho respeto demostrándoles las falencias de sus teorías.

Por otra parte, se considera de vital importancia el tema a analizar (contrato de


consignación o estimatorio) toda vez que a pesar de su frecuente uso, aun se
desconocen aspectos principales de su naturaleza, lo que genera una
incertidumbre jurídica, al establecerse en este tipo de contratos cláusulas en clara
y evidente contravía de sus aspectos fundamentales. Tal conclusión fue adoptada
una vez fueron analizados los contenidos de varios contratos celebrados
principalmente por concesionarias de vehículos los cuales hacen beneficiosa su
posición frente a los firmantes, que como se dijo anteriormente terminan
aceptando las condiciones, debido al desconocimiento de los aspectos jurídicos
del contrato que se firma.

Así las cosas, se encontró como principal limitación para el desarrollo del trabajo,
la falta de un criterio unificado respecto del contrato estimatorio en general, ya que
pese a ser un contrato tan antiguo, muchos de los doctrinantes que al respecto se
han pronunciado, han caído en el error de clasificarlo como un contrato atípico,
sujeto a otros contratos, desconociendo así su proceso evolutivo y su autonomía.

6
1. EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DEL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN

1.1 ANTECEDENTES.

El contrato de consignación o estimatorio, aparece en la historia a través del


Derecho Romano cuando, mediante pactos y convenciones, surgieron las
operaciones comerciales a través de personas interpuestas.

A pesar de ser muy utilizado por los comerciantes romanos, no fue catalogado
dentro de una clase específica de contratos, por lo que tuvo el carácter de atípico,
transformando su naturaleza jurídica a través del tiempo.

En la actualidad, el contrato de consignación sólo vino a ser redescubierto y a


prestar gran interés entre los doctrinantes en el siglo veinte con el Código Civil
Italiano de 19421, que lo incorporó como un contrato típico con autonomía propia.

En nuestra legislación, sus orígenes son muy recientes, ya que tanto el Código
Civil y el antiguo Código de Comercio Terrestre, nunca lo contemplaron y sólo a
partir de la vigencia del actual Código de Comercio, se catalogó como una figura
jurídica propia.

Así, se llega al estudio de un contrato cuyo origen se remonta a tiempos


inmemoriales, cuando el comerciante descubrió que para poder desarrollar su
actividad comercial a plenitud, requería de la intervención de mediadores que
promocionaran sus mercancías en diferentes establecimientos comerciales.

1.2 FUNCIÓN ECÓNOMICA

Para muchos doctrinantes, la función económica del contrato de consignación


consiste en permitir el comercio de mercancías al detalle o al por menor, a través
de interventores que las llevan al consumidor final.

1
Artículo 1556, Código Civil Italiano

7
Para Jaime Alberto Arrubla Paucar2, por ejemplo, el contrato de consignación
surge de la necesidad, por una parte, de permitirle al comerciante consignatario
que no posee los medios económicos suficientes para adquirir sus propias
mercancías, poder negociar en su almacén aquéllas que le entrega el consignante
y, por otra parte, de facilitarle al comerciante consignante introducir al comercio
nuevos productos sin incurrir en grandes gastos para dar a conocer sus
alternativas a través de un interventor.

Así mismo dice: “también le ocasiona frecuentes ahorros al mayorista: piénsese en


las bodegas que está ahorrando al tener su mercancía colocada en diferentes
almacenes. Como conserva la propiedad de las mercancías, no se encuentra en la
necesidad de tener que exigir garantías para el pago del eventual precio de las
mismas: garantías que a lo mejor, no podría otorgar el comerciante al detalle".

Para Enrique Camilo Noguera Aaron3, el contrato de consignación es una forma


de intermediación que utilizan los comerciantes para realizar sus actos de
comercio: “la intermediación consiste en que un comerciante llamado
consignatario negocia en su establecimiento mercancías de otro comerciante, sin
haber pagado por ellas previamente y sin asumir ningún riesgo financiero”.

En conclusión, el contrato de consignación es un medio diferente a la compraventa


para la ubicación de mercancías en el comercio, no sólo para su productor quien
no cuenta con los recursos económicos suficientes para vender por su cuenta los
productos, sino también para que el comerciante pueda abastecer correctamente
su establecimiento comercial sin tener que invertir altas sumas de dinero y, lo que
es más importante, sin la necesidad de comprar las mercancías y asumir riesgos
por su cuenta.

1.3 CONCEPTO

1.3.1 Según la ley

El actual Código de Comercio, Decreto 410 de 1971, define el contrato de


consignación o estimatorio en su artículo 1377 así: “Por el contrato de
consignación o estimatorio una persona, denominada consignatario, contrae la

2
ARRUBLA PAUCAR Jaime Alberto, Contratos Mercantiles. tomo I . IX edición 2002, Bogotá D.C. biblioteca jurídica
Dike, Pág. 479.
3
NOGUERA AARÓN, Enrique Camilo. De los contratos. Principios y nociones. Pág. 423.

8
obligación de vender mercancías de otra, llamada consignante, previa la fijación
de un precio que aquél debe entregar a éste”. Y agrega: “El consignatario tendrá
derecho a hacer suyo el mayor valor de la venta de las mercancías y deberá pagar
al consignante el precio de las que haya vendido o no le haya devuelto al
vencimiento del plazo convenido, o en su defecto, del que resultare de la
costumbre”.4

En el mismo sentido la legislación comercial guatemalteca, en su artículo 713,


define el contrato de consignación o estimatorio como: “ aquel por el cual una
parte entrega a la otra una o varias cosas muebles para que le pague un precio o
bien le devuelva las cosas dentro de un plazo”...

Contrario a los anteriores conceptos, se encuentra la definición dada por el


Código Civil Italiano en su artículo 1556, el cual dispone: “Con el contrato
estimatorio una parte entrega una o más cosas muebles a la otra y ésta se obliga
a pagar el precio, salvo que restituya las cosas en el plazo establecido”.

En este aspecto, Gabriel Correa Arango5 establece que la legislación italiana no


hace mención expresa de la principal obligación que contrae el consignatario,
como lo es la de “vender (sic) a un tercero las mercancías que le ha confiado el
consignante”. Pero aclara que en países como España e Italia “la obligación que
surge originalmente para el consignatario es comprar para sí las mercancías
dentro de un plazo determinado, con el derecho a retener la parte del precio que
exceda del estimado cuando las haya vendido a un tercero”.

Por el contrario, en Colombia las mercancías no hacen parte del patrimonio del
consignatario, ya que no ha existido una transferencia de dominio por parte del
consignante, el consignatario es un mero tenedor de las cosas y sólo hacen parte
de su patrimonio cuando logra venderlas a terceros, o cuando vencido el plazo no
las restituyó al consignante por adquirirlas para sí.

Por otra parte, autores como Francisco Mesineo6 opinan que la diferencia radica
en que en la legislación Italiana la obligación principal consiste en: “pagar el
precio”, pero se le faculta para: “restituir las mercancías” en caso de no ser posible
su venta.

4
Artículo 1377 del C. de Co. (Decreto 410 de 1971).
5
ARANGO CORREA, Gabriel. De los principales contratos mercantiles. Segunda edición, Bogotá Colombia, editorial
Temis, 1991. Pág. 64.
6
MESSINEO, Francisco. Manual de derecho civil y comercial. Tomo V. Buenos Aires. Ediciones jurídicas Europa
América 1971. Pag158. DIAZ BRAVO, Arturo. Contratos Mercantiles. México D.F. librería editorial el foro de la justicia.
Pág. 97.

9
En Colombia, el objeto de la obligación es diferente, pues consiste en restituir las
mercancías pero dándole la facultad al consignatario de pagar el precio en el
evento de que logre la venta de las mismas.

1.3.2 Según la doctrina

Para el profesor español Joaquín Garrigues7, por virtud del contrato de


consignación, “la persona que recibe una cosa mueble con su estimación, contrae
la obligación de adquirirla dentro de un plazo determinado, con el derecho a
retener la parte del precio que exceda de la estimación cuando la haya vendido: y
la obligación de devolverla, en caso contrario”.

En el mismo sentido, Messineo y Arce Gargollo8 consideran la consignación una


compraventa sujeta a condición suspensiva. Sin embargo, debe tenerse en cuenta
que, de tratarse de un contrato de esta naturaleza, el consignatario tendría la
obligación de comprar la mercancía o, al menos, prometer adquirirla. Así mismo,
se obligaría a prometerlo en venta frente a terceros, situación que no sucede en el
presente contrato, toda vez que no existe la obligación de comprar las mercancías,
sino tan sólo de recibirlas en consignación para ponerlas a disposición de un
tercero que esté en interés de adquirirlas.

Uria9 lo define como: “ Contrato por el que una de las partes tradens entrega a
otro determinadas cosas muebles, cuyo valor se estima en una cantidad cierta,
obligándose ésta accipiens a procurar la venta de dichas cosas dentro de un plazo
y a devolver el valor estimado de las cosas que venda y el resto de las no
vendidas”.

De otro lado, los argentinos Roque Fortunato Garnido y Jorge Alberto Zago10,
definen el contrato estimatorio como: “aquel que se celebra entre una persona
que da en consignación una cosa mueble, estimada en un valor pecuniario
7
GARRIGUES, Joaquín. Dictámenes de derecho mercantil, tomo II. Madrid, imprenta Aguirre, 1976. Pág. 160.
8
MESSINEO, Manual..., t. V, Pág.158: ARCE GARGOLLO, Contratos..., Pág. 63. DIAZ BRAVO, Arturo. Contratos
Mercantiles. México D.F. librería editorial el foro de la justicia. Pág. 97.
9
CHULIÁ F, Vicente, Compendio critico del derecho mercantil tomo II. Valencia, edición. Del autor. 1981, Pág. 315.
ARRUBLA PAUCAR Jaime Alberto, Contratos Mercantiles. tomo I . IX edición 2002, Bogotá D.C. biblioteca jurídica
Dike, Pág. 481.
10
GARNIDO FORTUNATO, Roque y ZAGO, Jorge Alberto. Contratos civiles y comerciales. Parte general, Buenos
Aires. Editorial universidad. 1987. Pág. 501.

10
establecido por las partes, con la obligación en quien la recibe de adquirir la cosa
en un plazo fijado, con el derecho de tener la posibilidad de venderla en ínterin
pagando el precio convenido aunque el producto obtenido por la cosa sea mayor.
En este contrato reconocido actualmente por la legislación italiana, se concede a
quien recibe la cosa, la capacidad de venderla, siendo su única obligación la de
pagar el precio convenido al vencimiento del plazo acordado. Las partes estiman
el valor de la cosa que se entrega en consignación para su posible venta.”

Para el colombiano Enrique Gaviria Gutiérrez11, en virtud del contrato de


consignación, “una parte (el consignatario) contrae para con la otra (el
consignante) la obligación de custodiar y procurar la enajenación de las
mercancías que la primera recibe de la segunda a título de depósito, todo ello a
cambio de una retribución que puede consistir en una comisión o en la diferencia
entre el precio pagado por el tercero adquirente y el que debe reconocer el
consignatario al consignante.”

Una vez analizado lo anterior, se entendió que el contrato de consignación o


estimatorio es un contrato por medio del cual una de las partes, denominada
consignatario, se obliga para con la otra, llamada consignante, a vender
mercancías de ésta que la misma le ha entregado, por lo menos a un precio que el
mismo le ha fijado, y dentro de un plazo convenido por las partes, o en su defecto,
resultante de la costumbre, y a pagarle al consignante el precio de las mercancías
que haya vendido o que no le haya devuelto al vencimiento del plazo.

Dicho consignatario tiene derecho a apropiarse del mayor valor de la venta de las
mercancías, o a que el consignante le pague la comisión estipulada o usual o, en
su defecto, la que determinen peritos en caso de que el consignante le haya
limitado la facultad de vender las cosas por un precio mayor que el prefijado por
éste.

1.4 NATURALEZA JURÍDICA

Si bien es cierto que la doctrina no se ha preocupado por encontrar con exactitud


el origen del contrato de consignación o estimatorio, se afirma que surgió como
causa de la compraventa bajo condición suspensiva, o de un deposito con venta
posterior, o del mandato sin representación, la fiducia, el suministro, e incluso de

11
GAVIRIA GUTIÉRREZ, Enrique. Derecho comercial. Primera edición. Bogotá Colombia. Colección Jurídica Bedout.
1981. Pág. 89.

11
la misma sociedad. Al respecto, se aclarara la verdadera naturaleza jurídica del
contrato de consignación y sus posibles relaciones con otros contratos.

En lo que coinciden muchos de los autores que han estudiado la naturaleza


jurídica del contrato de consignación, es en señalar la utilidad del mencionado
contrato en las operaciones mercantiles, y en el hecho de que se le ha brindado la
posibilidad a determinados comerciantes de servir de mediadores para la
realización del negocio jurídico, situación que los ha llevado a adquirir la calidad
de colaboradores, logrando un gran prestigio dentro del medio.

Al respecto, autores como Jaime Alberto Gómez Mejía12, señalan: que “el
contrato estimatorio es un típico contrato de cooperación. A él acude el
comerciante que desea vender sus mercancías, para utilizar el prestigio, la
publicidad, el conocimiento del mercado y en general, la organización comercial
del consignatario”.

“Por su parte, el consignatario utiliza este contrato para alejar la posibilidad de


perder por la ausencia de venta de mercancías y para lograr mantener una
cantidad superior de las mismas, sin necesidad de vincular a su comercio un
capital mayor”.

Por lo visto hasta ahora, se puede decir que se trata entonces de un contrato que
reporta beneficios para las dos partes que intervienen en él, no sólo facilitándole al
productor la comercialización de sus mercancías sin invertir grandes sumas de
dinero con las que no cuenta, sino que además le ayuda al comerciante a
mantener las estanterías de su establecimiento abastecidas para ofrecer variedad
de productos al público.

De otro lado, el profesor Garriges13, encuadra el contrato de consignación o


estimatorio dentro de la compraventa bajo condición suspensiva, afirmando lo
siguiente: “ de todas las construcciones jurídicas propuestas para identificar la
naturaleza jurídica de este contrato (compraventa, deposito, arrendamiento de
obra, mandato o comisión, etc.), parece la más convincente la que considera este
contrato como una forma de la compraventa. En efecto, si el accipiens puede
apropiarse la mercancía pagando su precio, esto significa que la finalidad del

12
GOMEZ MEJÍA, Jaime Alberto. Contratos comerciales, Bogotá Colombia. Editorial Kelly 1980. Pág. 181, 182
13
GARRIGUES, Ob, Cit. Pág. 160. citado por ARRUBLA PAUCAR, Ob. Cit. Pág. 481.

12
contrato es el transferimiento de la propiedad y que, por tanto, estamos en
presencia de una compraventa”.

Y agrega: “la condición se cumple cuando el comprador declara dar curso al


negocio, convirtiéndose en deudor del precio fijado en la estimación. Esto puede
realizarse también automáticamente con el simple transcurso del termino cuando
se pacta así expresamente”.

A pesar de ser una tesis de mucha aceptación entre algunos doctrinantes,


adoptarla en nuestra legislación implicaría contradecir la autonomía jurídica que el
mismo Código de Comercio le atribuye en su artículo 1377, considerando, como
ya se mencionó anteriormente, que en ningún momento el consignatario tiene
como obligación, o es su intención, adquirir las mercancías, aunque sí se obliga a
venderla a terceros interesados.

Sin embargo, Garrigues no tipificó erradamente el contrato de consignación, tan


sólo lo estudió a la luz de su fundamento en la legislación Española, y de lo
establecido por el artículo 1556 del Código Civil italiano, trascrito atrás.

Por otro lado, para Enrique Gaviria Gutiérrez14, el contrato de consignación o


estimatorio puede ser concebido de dos maneras diversas:

1. “ Como una subespecie del mandato, de modo que el consignatario no sea otra
cosa que un mandatario, sujeto a un deber previo de custodia y ligado a la
obligación principal de procurar la enajenación de los bienes que con tal
propósito le ha entregado el consignante.”

2. “ Como una subespecie de la compraventa o el suministro, en tal forma que el


consignatario ha de ser concebido como un distribuidor de los bienes del
consignante, del cual los adquiere realmente, sólo que tal adquisición tiene
lugar, no antes, sino en el mismo momento de la venta al tercero: se diría
entonces, que la transferencia del dominio del consignante al consignatario
queda sometida a la condición suspensiva consistente en la celebración del
acuerdo de venta entre el consignatario y el tercero, así que, logrado éste,
aquél se hace dueño de la mercancía, quedando en capacidad de transferir el
dominio, inmediatamente, a su cliente”.

14
GAVIRIA GUTIÉRREZ, Ob. Cit. Pág. 89, 90.

13
Uria15, por su parte, considera el contrato de consignación como una especie de
depósito.

Sin embargo, esta tesis no resulta adecuada, toda vez que es de la esencia del
contrato de deposito la custodia de determinados bienes, sin procurar la
circulación de los mismos, situación que más adelante se examinara con
detenimiento, para no incurrir en errores respecto a la naturaleza jurídica del
contrato en estudio.

Finalmente, autores como Muñoz Planas16 y Sánchez Calero17, parecen


encuadrar el contrato de consignación como una especie de comisión de venta,
donde el consignatario no será más que un mandatario, con el encargo de
procurar la venta y con un deber previo de custodia.

Esta tesis no es correcta, toda vez que el consignatario no puede ser considerado
como un comisionista profesional, al ser solamente un comerciante que obra a su
arbitrio, acercándose a una figura contractual que satisface sus necesidades
dentro del comercio.

Respecto de las cosas que el consignatario venda dentro del plazo, él obra con
representación del consignante. Sólo de esta forma está en posibilidad el
consignatario de transferir al comprador el dominio de la cosa vendida, que hasta
el momento de la venta era de propiedad del consignante. Así, la representación
es un elemento esencial del contrato de consignación, y se limita a la transferencia
del dominio de la mercancía al comprador.

En cuanto a las mercancías que el consignatario no venda y no le devuelva al


consignante al vencimiento del plazo, cuyo precio aquél debe pagarle a éste, el
contrato de consignación toma las características de un contrato de compraventa
sometido a una condición suspensiva, negativa, casual o potestativa, según el
caso, consistente en la no venta por el consignatario y en la no devolución
oportuna de dichas cosas por éste al consignante.

15
CHULIÁ, Ob. Cit. Pág. 315. citado por ARRUBLA PAUCAR. Ob. Cit. Pág. 484.
16
MUÑOZ PLANAS. Ob. Cit. Pág. 268. citado por ARRUBLA PAUCAR. Ob. Cit. Pág. 483.
17
CHULIÁ, Ob. Cit. Pág. 315. .citado por ARRUBLA PAUCAR. Ob. Cit. Pág. 483.

14
Como conclusión, en nuestra legislación, el contrato de consignación es típico, con
identidad propia y autónoma, representativo, con prestaciones de otros contratos
(el mandato y la compraventa, según el caso).

15
2. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN

2.1 PARTES QUE INTERVIENEN EN EL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN

! Consignatario. Es el comerciante o empresario, que utiliza su propia


organización para la venta de los bienes que se le encargan en un plazo
determinado. Es quien contrae la obligación de promocionar las mercancías en
sus estanterías, procurando así su venta a terceros adquirentes.

! Consignante. Es el dueño de las mercancías y quien las entrega para procurar


su venta. Generalmente se caracteriza por ser un industrial o un comerciante
al por mayor.

2.2 BIENES SUSCEPTIBLES DE ENTREGARSE EN CONSIGNACIÓN

Respecto a los bienes susceptibles de entregarse en consignación, se ve que sólo


pueden ser mercancías, lo que significa que sólo los bienes muebles que puedan
ser objeto de cualquier operación mercantil, hacen parte del objeto en el contrato
de consignación. Se entiende por “mercadería” o “mercancía” todo “bien mueble,
corporal y con valor patrimonial propio manufacturado o no, que se encuentra en
alguna fase o momento de la circulación en el mercado”.18 Por lo anterior,
resultaría atípico entregar bienes inmuebles en consignación, dado que no existe
una regulación especifica respecto a la consignación de este tipo de bienes en la
legislación Colombiana.

Relacionado con lo anterior, el profesor Correa Arango19 expuso: ” no pueden ser


objeto del contrato estimatorio los bienes inmuebles, ni tampoco los títulos
valores”. Estos últimos, porque para el autor un bien mueble objeto de
consignación debe tener un valor patrimonial propio, diferente al simbólico que
ofrecen estos documentos negociables, al respecto agrega: ”los instrumentos
negociables o títulos valores tienen una ley de circulación propia, básicamente por
la vía del endoso, que no se compadece ni tiene nada que ver con la naturaleza y
función económica del contrato estimatorio: además existen otras figuras como la
cesión de derechos y la cesión del contrato, que contienen normas claras y
precisas para la transferencia de esos derechos y de la posición contractual

18
DICCIONARIO JURÍDICO ESPASA, Espasa Calpe S.A., Madrid, 1998. Pág.632.
19
CORREA ARANGO. Ob. cit., Pág. 70.

16
respectivamente, que harán absurdo y sin sentido celebrar contratos de
consignación respecto de “valores negociables” con el fin de procurar su
circulación en el mercado”.

Desde otro punto de vista, autores como Muñoz Planas20, afirman que el objeto
del contrato de consignación no pueden ser bienes inmuebles porque “el
consignatario no puede ser representante del consignante”.

Al respecto, el profesor José Alejandro Bonivento21, afirma que el consignante


puede o no ser representante del consignatario, precisando: “será lo primero
cuando no sólo se le faculta para vender las mercancías sino que además se le da
poder para hacerlo y presentarse en nombre del consignante” y más adelante
agrega: “ si llega a ocurrir la representación, las consecuencias jurídicas son
evidentes: el tercero se entiende vinculado con el consignante y todos los efectos
del contrato de compra – venta se ubican en la esfera jurídico patrimonial del
consignante y del tercero”.

Todo lo anterior, aclarando que a pesar de que pueda existir la representación en


el contrato de consignación, no se debe confundir con el representativo, toda vez
que se está hablando de un contrato típico, nominado, con una naturaleza jurídica
clara que lo aleja de posibles confusiones frente a otros tipos de contratos.

Sin embargo, esta tesis no es válida. Por el contrario, sí existe representación en


el contrato de consignación, ya que si el consignatario no actuara en nombre del
consignante, no podría transferirle el derecho de dominio de la cosa vendida, al
comprador.

Finalmente, se concluye que sólo entran a ser parte del objeto del contrato, las
cosas muebles, excluyéndose así los bienes que carecen de corporalidad como
derechos o prestaciones, bienes que carecen de movilidad, aspecto que descarta
la posibilidad de incluir los bienes inmuebles y, finalmente, todos aquellos bienes
que, conforme disposiciones legales, no pueden entrar en el comercio.

20
MUÑOZ PLANAS, J. Ma.., El contrato estimatorio, Madrid. Editorial revista de derecho privado. 1963. Pág. 481.
ARRUBLA PAUCAR Jaime Alberto, Contratos Mercantiles. tomo I . IX edición 2002, Bogotá D.C. biblioteca jurídica
Dike, Pág. 481.
21
Bonivento, José Alejandro, Los principales contratos civiles y comerciales. Tomo II, sexta edición, Bogotá Colombia,
Ediciones Librería del Profesional, 2002. Pág. 404.

17
2.3 CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN

2.3.1 Es un contrato de colaboración donde un productor directo o distribuidor al


por mayor de mercancías, encarga a otro comerciante la gestión de venta de las
mismas mediante el pago de una remuneración. Al realizar dichas ventas, el
segundo comerciante obra por cuenta y en nombre del primero, elementos
comunes al contrato de mandato con representación.

2.3.2 Es un contrato real, que se perfecciona con la entrega de la mercancía. Al


respecto autores como Bonivento22 y Gómez Mejía23, encuentran a la entrega
como una obligación propia del consignante, sin embargo, se considera, que hasta
tanto el dueño de las mercancías no las entregue al consignatario, esté no podrá
iniciar la labor encomendada, por lo tanto el contrato tan solo se perfecciona con la
entrega de la cosa, a partir de la cual empieza a correr el plazo y todos los demás
efectos jurídicos propios de la consignación.

2.3.3 Es un contrato bilateral, porque tanto consignante como consignatario se


obligan: el primero a recibir, en caso de venta, el precio de las mercancías o, en
caso contrario, recibir las mercancías, y el segundo a pagar el precio determinado
en caso de venta o a la restitución de las mercancías en caso contrario.

2.3.4 Es un contrato oneroso, porque tiene por objeto la utilidad de las dos partes.
El consignante entregando los bienes para la venta y recibiendo un precio y, el
consignatario realizando el acto de disposición de venta, beneficiándose con el
mayor valor del precio estimado o por la comisión pactada.

2.3.5 De ejecución sucesiva, esté tipo de contratos son de aquellos en los que las
prestaciones de una de las partes son de cumplimiento reiterado o continuo.

En el contrato que se estudia, el consignatario debe promocionar las mercancías,


haciendo lo posible por venderlas durante el plazo pactado en el contrato para
ello, por lo tanto sus obligaciones se prolongan en el tiempo.

2.3.6 Es un contrato principal que no necesita de otro contrato u obligación para


existir, tiene autonomía propia.

22
BONIVENTO José Alejandro. Ob Cit, Pág. 348.
23
GOMEZ MEJÍA, Ob. Cit.. Pág. 186.

18
2.3.7 Es nominado y típico porque el Código de Comercio lo consagra dándole
nombre y reglamentación propios.

2.4 OBLIGACIONES DE LAS PARTES EN EL CONTRATO DE


CONSIGNACIÓN

2.4.1 Del consignatario

2.4.1.1 Proveer todos los medios necesarios para la venta de las mercancías a
terceros adquirentes.

Como se ha mencionado en apartes anteriores, no es esencial al contrato de


consignación que el consignatario celebre contratos de compraventa con terceros
y mucho menos que adquiera las mercancías para su propio provecho, ya que el
contenido de la obligación en este tipo de contratos es de medio y no de resultado.

Esto para decir que lo único que debe realizar el consignatario para procurar la
venta de las mercancías entregadas en consignación es una correcta promoción
comercial de las mismas en su establecimiento de comercio, y una adecuada
ubicación de éstas en las estanterías de su almacén, con el fin de que el público o
futuro comprador pueda observar sin dificultad las mercancías del consignante.

Al respecto, Correa Arango24 señala: “en efecto: a lo que se obliga esencialmente


el consignatario, en razón del contrato estimatorio, es a proveer con la debida
diligencia y cuidado todos los medios necesarios para lograr la celebración de
contratos de venta con terceros, respecto de las mercancías que le fueron
entregadas a título de consignación. No se compromete pues a ejecutar el hecho
preciso y especifico de celebrar los contratos de venta, sino a poner las
mercancías en venta y suministrar todos los medios necesarios o convenientes,
como comerciante especializado, para obtener su cometido”.

“En consecuencia, si el consignatario no logra total o parcialmente su propósito de


que las mercancías se vendan a los terceros, no obstante haber hecho todo el

24
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 85.

19
esfuerzo y puesto toda la diligencia y capacidad profesional a su alcance, ninguna
culpa le es imputable ni podrá afirmarse que no cumplió con las obligaciones
propias del contrato estimatorio y que son de cargo”.

2.4.1.2 Pagar el precio de las mercancías al consignante

El artículo 1377 del Código de Comercio en su 2° inciso dispone: “el consignatario


(…) deberá pagar al consignante el precio de las que haya vendido o no le haya
devuelto al vencimiento del plazo convenido, o en su defecto, del que resultare de
la costumbre”25.

De lo anterior, se desprenden dos hipótesis, las cuales se han de analizar por


separado. La primera consiste en que las mercancías hayan sido vendidas y que
por lo tanto el consignatario le entregue el precio correspondiente a dicha
operación al consignante. Debido a esto, se considera que el contenido económico
del contrato, es la obtención de un precio para el consignante, entregado en la
debida oportunidad.

La segunda hipótesis, consiste en la facultad del consignatario de quedarse con


las mercancías que no haya devuelto al vencimiento del plazo, tras haber pagado
el precio de estas. Al respecto Correa Arango26, considera: “ implica que el
consignatario adquiera las mercancías a titulo de venta por el precio
predeterminado, y las ingrese en su patrimonio ya sea para su posterior venta al
público, para su consumo o utilización personal, etc.”.

En conclusión, una vez vencido el plazo, el consignatario tiene una obligación de


pagar una suma de dinero, que consiste en devolver el precio de las mercancías al
consignante . Sin embargo se le faculta para que devuelva las mercancías en caso
de no lograr su venta o quedarse con ellas en caso de que desee que ingresen a
su patrimonio, lo anterior con la misma obligación de pagar el precio.

Correa Arango27, señala: “así las cosas, mientras esté vigente el plazo, no puede
el consignatario optar por alternativa diferente de la de procurar la venta de las
mercancías a los terceros, so pena de incumplir con dicha obligación de hacer: si,
por ejemplo, acude a la vía de adquirirlas directamente para sí, o a devolverlas
estando pendiente el termino previsto por las partes o el usual, el incumplimiento

25
Artículo 1377, inciso 2 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971).
26
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 89.
27
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 90.

20
de sus obligaciones contractuales será claro e inequívoco. Podrá por tanto el
consignante solicitar judicialmente la terminación del contrato o su ejecución
forzosa, de acuerdo con las normas generales que rigen el incumplimiento de los
contratos bilaterales”.

De tal manera, la obligación inicial siempre será de hacer, pero, en el evento de


que el consignatario, agotados todos lo medios para poner en venta las
mercancías y una vez vencido el plazo establecido por las partes en el contrato,
no haya logrado el objetivo propuesto, se le faculta para devolver las mercancías o
quedarse con ellas, previo el pago del precio.

2.4.1.3 Custodiar y conservar las mercancías que ha recibido a título de


consignación para su posterior venta.

El artículo 1378 del Código de Comercio dice: “Salvo estipulación distinta, el


consignatario es responsable de culpa leve en la custodia de las mercancías y en
el cumplimiento del contrato, pero no responde por el deterioro o pérdida de ellas
provenientes de su naturaleza, de vicio propio o de fuerza mayor”28.

De lo anterior se puede decir que el consignatario está en la obligación de


conservar en perfecto estado las mercancías que vayan a ser adquiridas por
terceros. Sin embargo, pueden existir situaciones en las que por el descuido del
mismo consignatario, las cosas se deterioren o se dañen, situación en la que
responderá hasta de la culpa leve.

Correa Arango29, afirma: “esta consecuencia prevista por la ley para el


consignatario, en el sentido de que responde hasta de la culpa leve en la custodia
de la cosa, tiene en nuestro sentir un carácter supletivo de la voluntad de las
partes, ya que el mismo Artículo 1378 del Código de Comercio prevé en su texto la
posibilidad de que éstas pacten cosa distinta”.

“Así las cosas, podrá estipularse validamente, por ejemplo, que el consignatario
responda de la culpa levísima y que asuma también los riesgos (deterioro o
pérdida) provenientes de la naturaleza de la mercancía, de vicio propio, e incluso
de la fuerza mayor, pues así lo permite el tenor de la norma precitada” .

28
Artículo 1378 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971).
29
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 87.

21
Cabe aclarar que, como es lógico, el consignatario no responderá por el deterioro
o pérdida de las mercancías por causas propias de su naturaleza, ni por fuerza
mayor.

2.4.2 Del consignante

2.4.2.1 Abstenerse de disponer de las mercancías mientras esté vigente el plazo.

Anteriormente, se mencionaba que una de las obligaciones del consignatario era


la de utilizar todos los medios necesarios para procurar la venta de las mercancías
del consignante. Sin embargo, dentro de esta gestión comercial podría llegar a
ocurrir que la tenencia material de las mercancías se viera perturbada por actos
realizados por el consignante, el cual, aprovechándose de su calidad de dueño de
las cosas, decidiera disponer de las mismas antes de la vigencia del plazo
pactado.

Por esto, dentro de nuestra legislación comercial, y para evitar contradicciones con
la naturaleza y objetivos del contrato de consignación, el consignante no puede
disponer de las mercancías hasta tanto no se haya vencido el plazo con el que
contaba el consignatario para procurar la enajenación de las mismas30.

2.4.2.2 Pagar una remuneración al consignatario por su gestión de venta.

Una de las características del contrato de consignación o estimatorio es la de ser


oneroso y, por lo tanto, representar un beneficio recíproco para las partes que
intervienen en él.

En este sentido, el artículo 1377 del C. Co, señala: “el consignatario tendrá
derecho a hacer suyo el mayor valor de la venta de las mercancías (...)”. A su vez,
el artículo 1379 de la misma obra, manifiesta: “ el consignatario podrá vender las
cosas por un precio mayor del prefijado (...)”.

Por lo anterior, es totalmente válido que el precio que ordinariamente fija el


consignante al consignatario para la venta de las mercancías, pueda sufrir
modificaciones al momento de la enajenación, toda vez que el consignatario tiene
la facultad de percibir una utilidad mayor a la fijada por su gestión comercial.

30
Artículo 1381 del C. de Co (Decreto 410 de 1971) señala: “Salvo estipulación en contrario, el consignante
no podrá disponer de las mercancías, ni exigir el precio de las vendidas, ni el consignatario devolver las que
haya recibido, mientras esté pendiente el plazo”.

22
En caso de que no se le haya dado la posibilidad al consignatario de fijar un precio
superior al pactado para la venta de las cosas, éste tendrá derecho a reclamar la
comisión usual establecida para este tipo de contratos o en su defecto la que
determinen los peritos para el caso en particular (artículo 1379 del C. de Co.)31.

Como conclusión, el consignatario, como una remuneración por la promoción de


las cosas en su establecimiento y por procurar la venta de las mismas a terceros
adquirentes, podrá apropiarse del excedente al que hace referencia el artículo
1379 C.Co.

En contraposición a lo anterior, el Código de Comercio de México en su artículo


393 numeral 3º, señala: “ Las partes contratantes podrán pactar una retribución
para el consignatario, que consistirá en una suma determinada de dinero, en un
porcentaje sobre el precio de venta o en algún otro beneficio, pudiéndose facultar
al consignatario para que retenga el porcentaje establecido en el contrato”.

Así mismo, el C. Co. mexicano presenta una novedad para nuestra legislación, la
cual radica en la posibilidad de constitución de prenda sobre los bienes por parte
del consignatario, cuando el consignante no le cancele el valor de la retribución
acordada. Al respecto el mencionado Código en su Artículo 393 numeral 3º,
señala: “Cuando se pacte una retribución para el consignatario sin que el bien o
bienes consignados hayan sido vendidos y sin que dicha retribución haya sido
cubierta, se entenderá que lo consignado responde por el importe pactado: en
este caso el consignatario podrá constituir en prenda dichos bienes hasta en tanto
le sea cubierta la retribución.”

Por lo tanto, se considera que no es viable la aplicación de la misma figura en


nuestra legislación con respecto al contrato de consignación, por las siguientes
causas:

A. El artículo 2409 del Código Civil colombiano, señala el concepto de prenda


de la siguiente manera: “ por el contrato de empeño o prenda se entrega
una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de su crédito.” De
acuerdo con lo anterior, se hace necesario que exista un acuerdo de
31
Artículo 1379 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971), señala: “El consignatario podrá vender las cosas por
un precio mayor al prefijado, a menos que esta facultad le haya sido limitada por el consignante, caso en el
cual tendrá derecho el consignatario a la comisión estipulada o usual y, en su defecto, a la que determinen
peritos”.

23
voluntades entre las partes para que dicho bien sea entregado en prenda,
hecho que no se presenta en el supuesto del Código Mexicano citado
anteriormente, por cuanto no existe un acuerdo de voluntades para la
constitución de la prenda, sino que más bien ésta se establecería de
manera unilateral por parte del consignatario.

B. El artículo 2411 de nuestra legislación civil señala: “este contrato no se


perfecciona sino por la entrega de la prenda al acreedor.” (para todos sus
efectos deberá entenderse como prenda a la cosa entregada. artículo 2409
C.C). Esta entrega se hace con el fin de garantizar el cumplimiento de un
crédito, pero en el contrato de consignación la entrega se hace con el fin de
que el consignatario venda las mercancías a un tercero, constituyéndose
dicha entrega en una obligación propia del contrato bajo estudio, y no en la
manera de perfeccionar un contrato subsidiario de prenda.

C. Por último, una de las principales obligaciones del consignatario en el


contrato estimatorio, radica en la venta de las mercancías entregadas,
mientras que los bienes dados en prenda no pueden ser objeto de venta
por parte del acreedor prendario, toda vez que la retención de la cosa tiene
la finalidad de impedir que está sea ocultada o enajenada por parte del
deudor, y asegurarse así el pago de su crédito. Es así cómo, de llegarse a
presentar una venta sobre estos bienes, ésta deberá hacerse en pública
subasta ( Artículo 2420 C.C)32 dándosele la posibilidad al deudor de
participar en ella.

Por esto, no podría hablarse, como lo hace el Código de Comercio mexicano, de


un contrato subsidiario de prenda, teniendo como contrato principal el de
consignación.

2.4.2.3 Recibir las mercancías en el evento de que el consignatario decida


devolverlas al vencimiento del plazo

Una vez vencido el plazo pactado por las partes para la venta de las mercancías,
el consignatario está en la facultad de devolver aquellas que no logró vender a
terceros. Así mismo, el consignante está en la obligación de recibir las mercancías
que se le devuelvan.

32
Artículo 2420 C.C : “ El acreedor no puede servirse de la prenda sin el consentimiento del deudor. Bajo
este respecto sus obligaciones son las mismas que las del mero depositario”.

24
2.5 DERECHOS DEL CONSIGNATARIO

2.5.1 Vender las cosas por un precio mayor que el prefijado por el consignante.

El artículo 1379 del Código de Comercio establece: “ el consignatario podrá


vender las cosas por un precio mayor que el prefijado, a menos que esta facultad
le haya sido limitada por el consignante, caso en el cual tendrá derecho el
consignatario a la comisión estipulada o usual y, en su defecto, a la que
determinen peritos”33.

La limitación a la que se refiere el mencionado artículo, radica en que en muchas


ocasiones el aumento en el valor de las mercancías podría llevar a que estas
adquieran un costo demasiado elevado, caso en el cual la venta resultaría difícil
por los altos costos de las cosas.

Por lo anterior es posible que en lugar de que el consignatario reciba el mayor


valor de las mercancías vendidas, se pueda pactar otra forma de remuneración,
como por ejemplo una comisión sobre la venta, un porcentaje sobre el valor del
producto, etc.

Así las cosas, existen diversas formas de remuneración en el contrato de


consignación, que no limitan al consignante para que logre su objetivo y que no
perjudican al consignatario para que pueda percibir ciertas utilidades en la
celebración del contrato.

2.5.2 Retener las mercancías y el precio de las que ya han sido vendidas mientras
esté pendiente el plazo.

Mientras no se haya cumplido el plazo, el consignante no podrá disponer de las


mercancías, exigir su devolución, ni exigir el precio de las vendidas.

En efecto, Gómez Mejía34 señala: “al celebrarse el contrato, el consignante


autoriza al consignatario para que proceda a la venta de mercancías de él. Esta
autorización es exclusivamente para celebrar contratos de venta y cumplir las
obligaciones derivadas de ellos. Por tanto, no puede hablarse de manera general

33
Artículo 1379 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971).
34
GOMEZ MEJÍA, Ob. Cit.. Pág. 185.

25
que, mientras esté pendiente el plazo, el consignatario tenga el poder de
disposición sobre las mercancías objeto del contrato: el único acto de disposición
que puede celebrar es el de venta. Pero, como precisamente se le ha facultado
para que venda, y el plazo está instituido en beneficio de ambas partes, mientras
esté pendiente, el consignante no puede celebrar ningún acto de disposición. Esta
prohibición busca, por otra parte, impedir la celebración de negocios
incompatibles: si el consignatario vendiera dentro del plazo mercancías del
consignante y éste, a su vez, celebrara actos de disposición sobre ellas en el
mismo periodo, a falta de esta norma, se presentaría el problema de determinar
cuál de los negocios celebrados tendría prevalencia”.

26
3. EL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y SU RELACION CON OTROS
CONTRATOS

3.1 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y COMPRAVENTA

3.1.1. Contrato estimatorio y compraventa bajo condición suspensiva

El artículo 1849 del Código Civil define el contrato de compraventa así: “Contrato
en que una de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero”.

Por otra parte, el artículo 905 del Código de Comercio (Decreto 410 de 1971),
señala: “ la compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a
transmitir la propiedad de una cosa y la otra a pagarla en dinero. El dinero que el
comprador da por la cosa se llama precio”.

Uno de los principales defensores de la teoría según la cual el contrato de


consignación no es más que una variante del contrato de compraventa, es
Garriges35, el cual fundamenta su posición de la siguiente manera: “ en efecto, si
el accipiens puede apropiarse la mercancía pagando su precio, esto significa que
la finalidad del contrato es el transferimiento de la propiedad, y que por lo tanto,
estamos en presencia de una compraventa.” Así mismo, señala que dicha
compraventa se encuentra sometida a una condición suspensiva, la cual se
verificará, una vez el comprador declare dar curso al negocio, convirtiéndose en
deudor del precio fijado en la estimación.

Como contraposición a este planteamiento, se encuentra que el mismo artículo


1377 del C. de Co. , señala que la obligación del consignatario consiste en vender
las mercancías del consignante, mas no en adquirirlas para sí. Además, en el
supuesto de una compra de las mercancías por parte del consignatario, ésta se
encuentra radicada como un deber por parte de éste hacia el consignante,
solamente por no haberlas devuelto al vencimiento del plazo convenido: por lo
tanto, la posibilidad de que el consignatario adquiera las mercancías para sí, no se
constituye en la finalidad del contrato, como la afirma Garriges. En cambio, sí se
debe observar como su finalidad, el vender a terceros las mercancías del
consignante.

35
GARRIGUES. Ob. Cit. Pág. 66. citado por CORREA ARANGO. Ob. Cit. Pág. 66

27
Sin embargo, y tal como la plantea Correa Arango, en su libro “ De los
principales contratos mercantiles”, para entender un poco más la posición de
Garriges, se hace necesario determinar el entorno en el cual el basa su teoría,
toda vez que, como se vio con anterioridad, los conceptos de este contrato tanto
en Italia como en Colombia, son disímiles. Partiendo de la definición del mismo
dada por dicha legislación Europea, se encuentra que la principal obligación para
el consignatario es la de adquirir el bien, para luego enajenarlo a un tercero,
mientras que en Colombia dichas mercancías sólo ingresan en el patrimonio del
consignatario, una vez cumplidas dos circunstancias: la primera, la no venta del
bien a un tercero: la segunda, por no devolver las mercancías al consignante al
vencimiento del plazo acordado.

Otra diferencia, esta vez planteada por Díaz Bravo36, consiste: “en que la
compraventa, aun sujeta a condición suspensiva, es consensual y no implica la
pérdida de la disposición del bien por parte del vendedor, lo que en cambio es
requisito para la existencia del contrato estimatorio”. En efecto, la compraventa de
un bien mueble se perfecciona con la entrega de la cosa, por lo tanto, una vez
ésta se lleva a cabo, dicho bien sale del patrimonio del vendedor. Sin embargo,
hasta tanto no se realiza tal entrega, el enajenante puede disponer de la
mercancía. Por otra parte, se encuentra el contrato de consignación, en el cual la
entrega del bien al consignatario, tiene como consecuencia la salida de éste de la
disposición del consignante ( artículo 1381 C. de Co. “salvo estipulación en
contrario, el consignante no podrá disponer de las mercancías,...” ), pero nunca la
salida de su patrimonio, hasta tanto el consignatario, no venda el bien a un
tercero, o por la no devolución de éste, el consignatario deba adquirirlo, dejándose
siempre abierta la posibilidad de su venta y el correspondiente regreso a la
disposición en manos de su propietario original.

Por otra parte, estos dos tipos de contrato disienten entre sí en que, de entrar el
bien al dominio del consignatario, en el caso de considerar el contrato como una
compraventa, los bienes que le pertenecieran serían susceptibles de medidas
cautelares instauradas por parte de terceros. Pero, si se considera como debe
hacerse al contrato de consignación, como típico e independiente de cualquier
otro, se encuentra que el artículo 1380 del C. de Co. señala: “ las cosas dadas en
consignación no podrán ser embargadas ni secuestradas por los acreedores del
consignatario, ni formaran parte de la masa de la quiebra”37. Por lo tanto, el
consignante no sufrirá un embargo o secuestro sobre los bienes dejados en
consignación, cuando un tercero imponga dichas medidas sobre los bienes del
consignatario.

36
DÍAZ BRAVO. Ob. Cit. Pág. 98.
37
Artículo 1380 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971).

28
Como última diferenciación, se encuentra aquélla que versa sobre el tipo de bien
que se maneja en cada contrato. Por una parte, en el contrato de compraventa,
según el Artículo 1866 del C.C. : “pueden venderse todas las cosas corporales, o
incorporales, cuya enajenación no este prohibida por la ley.” En contraposición se
encontró el contrato de consignación, el cual el Artículo 1377 del C. de Co. Señala:
”....contrae la obligación de vender mercancías de otra ...” .

3.1.2. Contrato estimatorio y compraventa bajo condición resolutoria

Al respecto, la suposición es la siguiente: ya hubo acuerdo respecto del precio y


de la cosa y entrega de la mercancía, pero quedó pendiente el pago de la misma,
luego la venta ya es perfecta y ya se ejecutó por parte del vendedor. Al respecto,
Arrubla Paucar38 señala: “Ello no es del todo cierto, pues la entrega que se hace
en la consignación es a título de mera tenencia, no es una tradición que haga
dueño al consignatario, ni tampoco es el propósito buscado por las partes en el
contrato”.

3.1.3 Diferencias y semejanzas entre el contrato de consignación y la


compraventa

! Diferencias

Contrato de Consignación Compraventa


1. Versa sobre bienes muebles 1. Hace referencia tanto a bienes
(mercancías), muebles como inmuebles.
2. No se hace necesario fijar un precio, 2. El precio de la venta debe ser
toda vez que la ley permite la posibilidad determinado por los contratantes, en
que, a falta de un precio, éste sea fijado caso de no convenirse no habrá venta.
por peritos. Pues es un elemento esencial.
3. Si bien el consignatario, puede 3. El pago del precio y la aprehensión de
apropiarse de las mercancías pagando la cosa, constituyen una de las
su precio, esto no significa que sea una principales obligaciones de este
finalidad del contrato de consignación. contrato.
4. Es un contrato real. 4. Es un contrato consensual.
5. Se vende cosa ajena en 5. Se puede vender cosa propia o ajena.
representación del dueño. La En este último caso, si no hay
representación es elemento esencial de representación del dueño, o si éste no
la consignación. ratifica la venta, el comprador no se
hace dueño.
38
ARRUBLA PAUCAR, Ob. Cit. Pág. 483.

29
! Semejanzas

Contrato de Consignación Compraventa de muebles


1. Contrato típico tanto civil como 1. Contrato típico mercantil, artículos
mercantil, artículos 1849 y ss C.C. y 905 1377 y ss. C. de Co.
y ss C. de Co.
2. Contrato oneroso. Se busca utilidad 2. Contrato oneroso. Ambas partes
económica para las dos partes. persiguen utilidad.

3. Contrato bilateral. Las dos partes 3. Contrato bilateral. Ambas partes se


resultan obligadas. El consignante a obligan, por un lado a pagar un precio y
recibir el dinero proveniente de la venta por el otro a dar una cosa. (Artículo
de las mercancías o las mercancías 1849 C.C. y 905 C. Co.)
cuando no hayan sido vendidas y el
consignatario a venderla y pagar el
precio que las partes hayan estimado, o
en su defecto “el que resultare de la
costumbre” (Artículo 1377 del C. de
Co.).

4. Serán hábiles para contratar, todas 4. El Artículo 1851 C.C. señala: “son
aquellas personas que la ley no ha hábiles para el contrato de venta todas
declarado inhábiles. las personas que la ley no declara
inhábiles para celebrarlo o para celebrar
todo contrato.
5. Contrato principal que no necesita de 5. Contrato principal , con autonomía
otro contrato u obligación para existir. propia.
Tiene autonomía propia.

6. La principal obligación del 6. La principal obligación del comprador


consignatario es pagar el precio de las es la de pagar el precio convenido.
mercancías al consignante

3.2 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y MANDATO

El artículo 2142 del C.C. define el contrato de mandato, así: “El mandato es un
contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que
se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera”.

30
De lo anterior se desprende, que el objeto jurídico del mandato es la expresión de
la voluntad del mandante por intermedio del mandatario, tendiente a la realización
o celebración de actos o negocios jurídicos. De tal manera que las facultades para
realizarlos o ejecutarlos, se encuentran en cabeza del mandatario, configurándose
por lo tanto que el actuar de éste por cuenta del mandante es un elemento
esencial del mandato.

Por otra parte el C. de Co. en su artículo 1262, párrafo segundo, señala: “ el


mandato puede conllevar o no la representación del mandante”39.

El Código Civil, en su artículo 2177 manifiesta: “El mandatario puede, en el


ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante: si contrata a
su propio nombre no obliga respecto de terceros al mandante”.

Al respecto, Gabriel Escobar Sanin28 señaló: ”quedó claro que el Código Civil
(artículo 2177) dejó al arbitrio del mandatario actuar o no en nombre ajeno, acto
unilateral suyo, como facultad emanada indirectamente del contrato de mandato,
pero en ningún caso porque este negocio sea o no representativo, ya que sería del
arbitrio del mandatario decidir en cualquier caso que no lo sea”.

Las dos situaciones (que el contrato sea o no representativo), por lo tanto,


implican la liberación por parte del mandatario de los riesgos (pérdidas o
ganancias) que se deriven del negocio que va a realizar, toda vez que tales
pérdidas o ganancias son de cuenta del mandante.

Al respecto, el artículo 1262 del Código de Comercio señala: “ El mandato


comercial es un contrato por el cual una parte se obliga a celebrar o ejecutar uno
o más actos de comercio por cuenta de otra”.

A su vez el Código Civil en su artículo 2142, plantea que el mandatario se hará


cargo de la gestión de uno o mas negocios del mandante, por cuenta y riesgo de
éste.

39
Artículo 1262 del C. de Co. ( Decreto 410 de 1971).
28
ESCOBAR SANIN, Gabriel, Negocios Civiles y Comerciales. Tomo I, Universidad Externado de
Colombia 1985, Pág. 256.

31
De lo anterior se concluye que el mandato descansa sobre dos elementos
esenciales:

a. La existencia de actos de comercio o negocios jurídicos a celebrar, como


objeto material.

b. Los efectos económicos que se producen como resultado de dicha celebración


o ejecución afectan el patrimonio del mandante, mediata o inmediatamente.

3.2.1 Naturaleza jurídica del mandato: en el mandato hay dos partes

a. Mandante: es el sujeto que necesita de la colaboración de otra para satisfacer


una necesidad, siendo a su vez el titular del patrimonio sobre el cual recae la
gestión, lo cual genera que el contrato sea principalmente en interés suyo.

b. Mandatario: es la persona que acepta el encargo, el cual tiene como obligación


principal la celebración, a nombre suyo y por cuenta del mandante, de los
actos y negocios jurídicos encomendados, y que se encuentran señalados en
el contrato de mandato.

En principio, la obligación del mandatario es de resultado, toda vez que a lo que


está obligado es a celebrar el acto o negocio jurídico. En caso de no hacerlo,
incumpliría su obligación.

3.2.2 Mandato por comisión

El mandato, como se ha mencionado anteriormente, puede conllevar o no la


representación del mandante.

Será lo primero cuando el mandante faculte al mandatario para que en su nombre


celebre determinados negocios jurídicos.

En términos generales, el mandato con representación es aquel donde el nombre


del mandante aparece claramente, cuando éste manifiesta que el contrato jurídico
va a ser realizado por el mandatario. En este evento la contraparte en el negocio
jurídico conoce que el que lo está celebrando es el mandante, pero por intermedio
del mandatario.

32
En este evento, los negocios jurídicos realizados por el mandatario en nombre del
mandante, dentro del límite de sus poderes, producirán directamente efectos en
relación con éste.

Contrario a esta situación, se encuentra el mandato sin representación, en el que


los efectos jurídicos y económicos del negocio no van a entrar directamente en el
patrimonio del mandante. Esto, a causa de que el mandatario realiza el negocio
jurídico en nombre propio, aunque siempre por cuenta del mandante.

Este es el mandato propiamente comercial, en el cual el mandatario esta


celebrando el negocio jurídico por cuenta del mandante, pero en nombre suyo. Por
lo tanto las personas con quien esta contratando o los terceros interesados
desconocen que el mandante es quien esta asumiendo las consecuencias
económicas del mandato y posteriormente va a ser quien asuma las
consecuencias jurídicas.

De lo anterior se puede decir que el contrato de consignación sería una especie de


comisión de venta, ya que efectivamente se le encomienda al consignatario la
promoción y posible venta de determinadas mercancías a terceros adquirentes,
donde él será quien ejecute todos los actos tendientes a la realización del negocio,
pero por cuenta de una persona llamada consignante que lo encomendó a
realizarlo.

Todo resultaría correcto, de no ser porque, como lo señala Correa Arango29, en


su libro de los principales contratos mercantiles: “el consignatario es generalmente
un comerciante que se dedica a la venta al por menor de sus propias mercancías,
pero que por carencia de capital para adquirir otras y con el fin de evitar el riesgo
propio, acude a la celebración de contratos de consignación, que le permitan, sin
necesidad de efectuar un desembolso dinerario, la disposición de un buen
inventario cuya venta le represente una remuneración”.

Más adelante señala: “no es pues el consignatario una persona que se dedique
profesional y habitualmente a servir de eslabón entre productores y terceros para
la celebración de contratos de venta, ya que, como lo dijimos con anterioridad, se
trata de un comerciante con deficiencia de capital de trabajo pero con necesidad
de un volumen de mercancías que en principio no desea hacer propias, dado el
riesgo de que no las pueda comercializar, acude entonces a la utilización de un

29
CORREA ARANGO. Ob. Cit. Pág. 76.

33
sistema que en buen momento ha recogido la legislación mercantil de los usos y
prácticas de los comerciantes, consistente en la figura del contrato estimatorio que
nos ocupa”.

Aunque hoy en día, no es cierto lo de que el consignatario sea un comerciante de


pocos recursos económicos, las demás consideraciones de Correa Arango sí lo
son.

Finalmente, el contrato de consignación no puede tratarse de una comisión de


venta, porque simplemente el Código de Comercio lo tipificó como un contrato
autónomo, con naturaleza jurídica propia que, a pesar de tener relación con otros
contratos, como el mandato, se ubica dentro de un título propio en la legislación
comercial.

3.2.3 Diferencias y semejanzas entre el contrato de consignación y el mandato

! Diferencias

Contrato de consignación Mandato


1. Recae sobre bienes muebles. 1. Puede recaer sobre bienes muebles o
inmuebles.
2. La obligación inicial del consignatario 2. En principio, la obligación del
es de medios, él esta obligado a mandatario es de resultado, pues a lo
promocionar las mercancías del que se obliga es a celebrar el negocio
consignante, pero en ningún momento jurídico establecido.
se obliga a venderlas.

3. Como sólo puede versar sobre bienes 3. Cuando se trata de conferir un


muebles, no requiere formalidades mandato para realizar actos jurídicos
especiales para existir. que requieran ciertas formalidades, es
requisito esencial del mandato cumplir
con estas imposiciones: en caso
contrario se tendrá por inexistente.
4. La consignación es con 4. Puede o no ser con representación.
representación, la que se limita
exclusivamente a la transferencia del
dominio mediante la tradición.

34
! Semejanzas

Contrato de consignación Mandato


1. Es un contrato típico. Artículos 1377 y 1. Es un contrato típico. Artículos 2142
ss del Código de Comercio. del y ss del C.C. y 1261 y ss del C. Co.
2. Es oneroso, donde lo que se busca es 2. Es oneroso, tanto mandante como
una utilidad económica para las dos mandatario tienen intereses
partes que intervienen. económicos.

3.3 CONTRATO DE CONSIGNACIÓN Y DEPÓSITO

El artículo 2240 del Código Civil señala: “el depósito propiamente dicho es un
contrato en que una de las partes entrega a la otra una cosa corporal o mueble
para que la guarde, y la restituya en especie, a voluntad del depositante”.

a. El depósito ordinario recae sobre bienes muebles.

b. La obligación principal del depositario es la de custodiar la cosa que se le


entrega, y devolverla al depositante cuando éste la pida, una vez vencido el
termino del contrato.

La obligación de guarda y custodia de la cosa significa que el depositario debe


poner todos los medios para que la cosa se mantenga en perfectas condiciones.
En principio no esta autorizado para realizar traslados de los bienes, pero por
circunstancias de extrema necesidad puede hacerlo para evitar su destrucción o
deterioro.

En el mismo sentido, el depositario no está en la facultad de usar la cosa, ni de


permitir su uso a un tercero. Se presume, salvo pacto en contrario, que la guarda
y custodia de la cosa la debe realizar el depositario personalmente, sin delegar
esta función en terceras personas.

c. El depósito es un contrato real, se perfecciona con la entrega que hace el


depositante de la cosa al depositario.

35
Gaviria Gutiérrez, en su obra Derecho Mercantil, erróneamente sostiene que, en
el contrato de consignación, las mercancías se entregan al consignatario a título
de depósito. Está en lo correcto Correa Arango30, quien señala al respecto: “en
nuestro sistema es el contrato mismo de consignación el que sirve como título de
entrega. En otras palabras, el consignatario recibe las mercancías a título de
consignación para la venta, en tanto, que la guarda y custodia de ellas, que
pudiera asemejar su carácter al de un depositario, sólo tiene por objeto que las
mercancías sean entregadas a los terceros en buen estado de conservación, sin
que en ningún caso el consignatario deba cumplir el papel que en virtud del
contrato de depósito la ley asigna al depositario, según lo dispuesto por el artículo
2240 del Código Civil”.

Al respecto queda claro que, si bien el consignatario tiene como una de sus
obligaciones la custodia de las mercancías que le ha entregado el consignante,
esta obligación no constituye ni el objeto del contrato, ni una obligación esencial,
puesto que puede pagar el precio en caso de pérdida o deterioro por su culpa. En
contraposición, la obligación de custodiar y vigilar el bien es el objeto fundamental
del contrato de depósito, cuya esencia consiste en que una parte entrega a la otra
una cosa corporal mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad
del depositante.

En el contrato de consignación, la custodia de las cosas se realiza por la


seguridad de las mercancías, en otras palabras, es una obligación que debe
cumplir el consignatario para lograr que las mercancías puedan ser vendidas a los
terceros.

Ahora bien, el depositario no puede hacer uso de las mercancías que le entregan
en depósito. Así lo señala el artículo 1172 del C. De Co. cuando dice: “el
depositario no podrá servirse de la cosa depositada, ni darla a otro en depósito
sin el consentimiento del depositante, excepto cuando la costumbre lo autorice o
sea necesario para la conservación de la cosa”. En el contrato de consignación no
se persigue como finalidad la custodia de los bienes, sino la circulación de los
mismos, e incluso conlleva el hecho de que el consignatario pueda disponer de la
cosa para procurar su venta a terceros adquirentes.

En conclusión, en mucho difieren el contrato de consignación y el de depósito,


toda vez que en este último, tal y como lo señala Correa Arango31: “el
consignante no pretende que el consignatario le guarde las mercancías, ni éste

30
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 75.
31
CORREA ARANGO, Ob. Cit. Pág. 75.

36
adquiere propiamente la obligación de custodiarlas como una obligación
autónoma.

“Lo que buscan ambas partes en el contrato de consignación, es que las cosas se
enajenen a terceros y no algo diferente que pueda dar margen a erróneas e
improvisadas interpretaciones”.

3.3.1 Diferencias y semejanzas entre el contrato de consignación y el depósito

! Diferencias

Contrato de consignación Depósito


1. Las cosas entregadas en 1. Implica la custodia o vigilancia de
consignación sólo pueden ser muebles. bienes que pueden ser muebles o
inmuebles.
2. La cosa que se entrega en 2. Se entrega una cosa para que se
consignación es para procurar la venta guarde y se restituya en especie a
de la misma, en ningún caso se entrega voluntad del depositante.
para que el consignatario la guarde y la
restituya cuando el consignante lo pida.
3. El contrato de consignación siempre 3. El depósito civil propiamente dicho, es
es oneroso, las partes se gravan gratuito, pues si se estipula
recíprocamente: el consignante que remuneración por la simple custodia de
entrega los bienes en la transacción, una cosa, el depósito degenera en el
buscando el precio, y el consignatario arrendamiento de servicios. Sin
mediante el acto de disposición de embargo, el depósito en algunas
mercancías para la venta, en relación ocasiones, puede ser oneroso.
con el mayor valor del precio estimado o
pactado.
4. Una vez vencido el plazo en el 4. El depositario no puede servirse de la
contrato de consignación, el cosa depositada, ni darla a otro en
consignatario puede adquirir para sí la depósito (Artículo 1172 C. de Co.).
cosa. Incluso, puede comprarla aun
antes del vencimiento del termino
pactado en el contrato.
5. Si la cosa fue vendida a terceros 5. La cosa dada en depósito deberá ser
adquirentes, no va a ser restituida. Por restituida al depositante cuando éste la
lo tanto, el consignatario estará obligado reclame o cuando se venza el plazo.
a entregar el valor de la mercancía.

37
6. El consignatario no responde por el 6. En el depósito se presume que la
deterioro o pérdida de las cosas pérdida o deterioro de la cosa se debe a
proveniente de su naturaleza, de vicio culpa del depositario, por lo tanto, éste
propio o de fuerza mayor. deberá probar que fue por causa
extraña.

! Semejanzas.

Contrato de consignación Depósito


1. El consignatario es responsable de la 1. El depositario responde de culpa leve
culpa leve en la custodia de las en la custodia y conservación de la cosa
mercancías. (Artículo 1171 C. de Co.).
2. El contrato de consignación es 2. El depósito comercial es oneroso.
oneroso.
3. Es un contrato bilateral, donde las dos 3. Es un contrato bilateral, tanto
partes resultan obligadas. El depositante como depositario resultan
consignante a recibir ya sea el dinero en obligados, el primero a pagar una
caso de venta de la mercancía o el bien remuneración por la custodia de las
si este no se vende. El consignatario a mercancías y el segundo a mantener las
venderla y pagar el precio que las partes mercancías en depósito hasta tanto el
hayan estimado, o en su defecto “el que depositante exija su devolución.
resultare de la costumbre” (Artículo 1377
del C. De Co.).
4. El contrato de consignación es un 4. El contrato de depósito es un contrato
contrato real, que se perfecciona con la real que se perfecciona con la entrega
entrega que de las mercancías hace el que el depositante hace de la cosa al
consignante al consignatario. depositario. El simple acuerdo de
voluntades en el depósito no es el
contrato, aunque sí vale como
precontrato o promesa de deposito que
vincula a ambas partes.

38
4. ASPECTOS RELEVANTES EN EL CONTRATO DE CONSIGNACIÓN

4.1 CONSIGNACIÓN Y REPRESENTACIÓN COMO FIGURA JURÍDICA

Escobar SanÍn32, considera la representación en sentido estricto como: “la


manifestación de voluntad de una persona, llamada representante o apoderado,
hecha antes o en el momento de celebrar un negocio jurídico con un tercero, o con
efectos frente a éste, para ponerle de presente que lo celebra por cuenta y en
nombre de otra que lo facultó para ello, denominada representado o poderdante
(“dominus negotii”), con el fin de que el negocio mismo se traslade directamente al
patrimonio del último, sin que el apoderado comprometa el suyo por la sola
intervención de la relación jurídica”.

En este sentido, el artículo 1505 del Código Civil, señala: “Lo que una persona
ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley para
representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiere
contratado él mismo”.

Así mismo, el artículo 832 del Código de Comercio afirma: “Habrá representación
voluntaria cuando una persona faculte a otra para celebrar en su nombre uno o
varios negocios jurídicos. El acto por medio del cual se otorga dicha facultad se
llama apoderar y puede ir acompañado de otros negocios jurídicos”.

De acuerdo a lo anterior, se encontró que la finalidad de la representación consiste


en que el representante celebre, en nombre del representado, negocios jurídicos
con un tercero. Si se mira la finalidad del contrato de consignación se encuentra
que esta radica en idéntica situación, por lo que se hace necesario analizar
algunos puntos desde los cuales se concluirá que la representación está presente
en todos los contratos estimatorios.

Bonivento, en su libro “Los Principales Contratos Civiles y Comerciales”, señala


que el consignatario será representante del consignante, cuando no sólo se le
faculta para vender las mercancías sino que, además, se le da poder para hacerlo,

32
ESCOBAR SANÍN. Ob Cit. Pág 199.

39
pero no será su representante, cuando éste procede a nombre propio, como si
fuera la parte contratante.

Se considera equivocado el anterior planteamiento, toda vez que el acuerdo de


voluntades entre el consignante y consignatario radica en facultar al segundo para
que venda y transfiera el dominio de unas mercancías del primero, sin que entre el
consignante y el tercero comprador haya interacción.

Pero si pese a lo anterior , aun se continua dudando, acerca de la representación


en el contrato de consignación, resulta adecuado preguntarse: ¿En el caso en el
que no haya representación, cómo se adelantaría por parte del consignatario la
tradición?, sobre este punto Bonivento33, manifiesta : “ sin embargo, cuando el
consignatario actúa en su propio nombre, y a pesar de ser el consignante el titular
del dominio de las cosas, aquél hace entrega de las mercancías al tercero
adquirente, se opera plenamente la tradición. Por cuanto la ley permite que el titulo
que recibe el consignatario sea suficiente para transferir la propiedad de los bienes
consignados.”

Cuando se celebra el contrato de consignación, el consignante le entrega al


consignatario unas mercancías para que procure venderlas. El consignatario no se
convierte en propietario de las mercancías, sino en un mero tenedor. Es
perfectamente razonable pensar que, cuando el consignatario vende y entrega las
mercancías que tiene en consignación, le transfiere al comprador el dominio de las
mismas. Pero él no puede transferir derechos que no tiene. Si esos derechos, en
este caso el real de dominio, lo tiene el consignante, el consignatario no lo puede
transferir. A no ser que actúe en representación del consignante, debidamente
autorizado para ello por éste. Y, eso es lo que ocurre en el contrato de
consignación. Por la sola celebración del mismo, el consignante autoriza al
consignatario que venda sus mercancías y lo faculta para que transfiera, en su
nombre (el del consignante) el dominio a los respectivos compradores.

El hecho de que el consignatario no le manifieste a sus compradores que actúa en


representación del consignante, no elimina la representación; simplemente tiene el
efecto de que las únicas partes de la compraventa serán el consignatario, como
vendedor, y el comprador. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia ha dicho:
“Las verdaderas relaciones que realmente existan entre mandante y mandatario
no son oponibles a los terceros con quienes contrata el mandatario mientras la
extensión o contenido real de los negocios no hayan podido ser suficientemente

33
BONIVENTO José Alejandro. Los principales contratos civiles y comerciales tomo II. Ediciones librería del profesional, sexta
edición, Pág. 345

40
conocidos de éstos a través de los poderes exhibidos por el mandatario”. (cas., 5
de agosto de 1936, G.J. Tomo XLIV, Pág. 326).

Por consiguiente el consignatario le transfiere a los terceros compradores el


dominio de las mercancías, en representación del consignante. Se trata de una
venta de cosa ajena con facultad para realizar el modo necesario para transferir el
dominio. Como el comprador no tiene porque saberlo, sus relaciones comerciales
y jurídicas se limitaran al vendedor, en este caso el consignatario. Con todo, los
efectos económicos de la venta se producen para el consignante: la cosa sale de
su patrimonio y es reemplazada por el precio que le debe entregar el
consignatario.

En dicho sentido se pronunció la Corte Suprema de Justicia cuando afirmó que:


“En el acto ejecutado a nombre de otro, si ocurre que el representante es quien
materialmente ejecuta el acto, sus efectos se producen para el representado,
siempre que la realización jurídica se haya realizado como resultado de la
voluntad delegada de la persona que se dice representar”. (Cas., 30 de noviembre
de 1940, G.J. T omo L, pág.462).

Por lo tanto, se transferirá el dominio de las mercancías al momento de la venta


porque hay representación; de no haberla, se desfiguraría el contrato de
consignación, de tal manera que esta figura jurídica se manifiesta como elemento
esencial del contrato de consignación.

Por todo lo anterior, se hace necesario reconocer que en todo contrato de


consignación se lleva implícita la figura de la representación.

4.2 LOS RIESGOS DE LA COSA ENTREGADA EN CONSIGNACIÓN

El artículo 1378 del Código de Comercio dispone lo siguiente: “ Salvo estipulación


distinta, el consignatario es responsable de culpa leve en la custodia de las
mercancías y en el cumplimiento del contrato, pero no responde por el deterioro o
pérdida de ellas provenientes de su naturaleza, de vicio propio o de fuerza mayor”.

De lo anterior puede concluirse que los riesgos de la cosa las soporta el


consignante, y que el consignatario que recibe las cosas responde en su deber de
custodia hasta por la culpa leve. Al respecto el artículo 1604 del Código Civil
establece: “el deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que

41
por su naturaleza sólo son útiles al acreedor: es responsable de la culpa leve en
los contratos que se hacen para beneficio reciproco de las partes: y de la levísima
en los contratos en que el deudor es el único que reporta beneficio.”

De esta forma se puede establecer, tal como lo señala Arrubla Paucar, en su


obra Contratos Mercantiles, que si la cosa perece o se deteriora por culpa
levísima, el riesgo también lo soportara el Consignante.

Sin embargo, es importante mencionar, que la teoría de los riesgos que se aplica
en la legislación Colombiana no es la misma que aplica la extranjera: así, los
riesgos de la cosa en otros países los soporta el consignatario, toda vez que él
tiene como principal obligación la de adquirir para si la cosa, convirtiéndose en el
verdadero dueño de la misma y, por lo tanto, es responsable de lo que le pueda
suceder. A esto se le suma lo establecido en el artículo 1557 del Código Civil
Italiano: “....donde concluimos que la responsabilidad de todo la soporta quien
recibe las mercancías en consignación”.

4.2.1 Embargo y secuestro de bienes en el contrato de consignación

El artículo 1380 del Código de Comercio establece que: “ Las cosas dadas en
consignación no podrán ser embargadas ni secuestradas por los acreedores del
consignatario, ni formaran parte de la masa de la quiebra”.

Así las cosas, los acreedores del consignatario en ningún evento podrán perseguir
las mercancías que en virtud del contrato de consignación le han sido entregadas,
ya que él no es el dueño de las mismas, sino un mero tenedor con el encargo de
promocionarlas para su posible venta. De esta manera, no resulta lógico que
hagan parte de los bienes del consignatario y, por lo mismo, tampoco entran a
formar parte del patrimonio a liquidar.

En el mismo sentido opina Correa Arango34 cuando expone: “ No ingresando las


mercaderías en el patrimonio del consignatario, salvo cuando éste decida
adquirirlas para sí al momento del vencimiento del termino del contrato, se
entenderá porque la misma norma indica superfluamente nuestro sentir, que las
cosas “dadas” en consignación no hacen parte integrante de la masa de la quiebra
que se formaría en el evento que el consignatario fuera declarado judicialmente

34
CORREA ARANGO. Ob. Cit. Pág. 95.

42
como fallido, en los términos del ordinal cuarto del artículo 1945 del Código de
Comercio”.

En conclusión, las mercancías entregadas en consignación no pueden ser objeto


de medidas precautelativas de carácter judicial como el embargo y el secuestro,
en aquellos procesos en que se vincule al consignatario en calidad de
demandado.

4.3 TERMINACIÓN

El contrato de consignación se extingue siguiendo las reglas generales de los


contratos, contempladas en el artículo 1625 del C.C.( por la solución o pago
efectivo; por la novación; por la transacción; por la remisión; por la compensación;
por la confusión; por la perdida de la cosa que se debe; por la declaración de
voluntad o rescisión; por el evento de la condición resolutoria y por la
prescripción.).

Sin embargo, para los efectos del contrato de consignación, la forma más
importante para su terminación, consiste en el cumplimiento del plazo acordado
por las partes. Al finalizar dicho plazo, el consignatario deberá entregar el precio
de las mercancías vendidas o entregar las mercancías o el precio estimado si no
las vendió y quiere conservarlas.

Si el plazo no ha sido determinado por las partes en el contrato, la terminación del


contrato será determinada por lo que se acostumbre para este tipo de negocios
comerciales.

4.3.1 Plazo

El Artículo 1377, párrafo 2, del Código de Comercio, señala: “ el consignatario


tendrá derecho a hacer suyo el mayor valor de la venta de las mercancías y
deberá pagar al consignante el precio de las que haya vendido o no le haya
devuelto al vencimiento del plazo convenido, o en su defecto, del que resultare de
la costumbre”.

Respecto a la última parte de este artículo, que señala: “… o en su defecto, del


que resultare de la costumbre…”, es importante determinar la costumbre a que se
refiere el legislador.

43
En este sentido, Bonivento35 señala que “a falta de plazo, será el que resultare
de la costumbre del lugar”.

Arrubla Paucar36, señala: “si el plazo no se ha determinado en el contrato, entra a


jugar el que se acostumbre para ese tipo de negociaciones sobre la determinada
clase de mercancía de que se trate”.

Gabriel Correa Arango y Jaime Alberto Gomez Mejía, sostienen que, de


presentarse una plazo indeterminado o indefinido (sin plazo acordado por las
partes o en el supuesto de ausencia de costumbre), cualquiera de las partes podrá
solicitar la terminación del negocio, dándole aviso a la contraparte a través de un
mecanismo adecuado, y durante un plazo prudencial.

Al respecto, el artículo 3, párrafo 2, del C. de Co. señala: “ En defecto de


costumbre local, se tendrá en cuenta la general del país, siempre que reúna los
requisitos exigidos en el inciso anterior”.

De acuerdo con esto, se deberá entender que la costumbre a que se refiere el


artículo 1377 del C. de Co. es la del lugar donde se desarrolle el contrato, seguida
por la del país de origen y, a falta de cualquiera de estas dos, la del tipo de
negociación sobre la clase de mercancía a tratar.

Por lo anterior, resulta difícil aplicar el presupuesto señalado por Arango y Mejía,
sin embargo, en caso de ser necesario, éste seria una nueva posibilidad, que
brindaría mayor seguridad jurídica al contrato de consignación.

4.3.2 Finalidad del plazo

La doctrina coincide en plantear que la finalidad radicaría en que el consignante no


pudiera disponer de las mercancías porque, de lo contrario, se podrían presentar
dos negociaciones sobre una misma mercancía, una presentada por parte del
consignatario, negocio que constituiría el objeto del contrato de consignación, y
otra por parte del dueño de las mercancías, situaciones que de darse generarían
inseguridad jurídica.

35
BONIVENTO José Alejandro. Ob Cit, Pág. 410.
36
PAUCAR Arrubla. Ob. Cit. . Pág. 492

44
Por lo tanto, se hace necesario estudiar la finalidad del contrato de consignación o
estimatorio, la cual prohíbe la disposición de las mercancías por parte del
consignante. Esta situación deja en claro que, de presentarse los negocios
enunciados anteriormente, primaría el celebrado por el consignatario, por tener la
disposición de la mercancía para la venta. Por lo tanto, se dejaría a un lado el
segundo contrato, quedando éste sometido a una condición suspensiva, la cual
radicaría en que una vez cumplido el plazo, el consignatario no vendiese las
mercancías y decidiera devolver la facultad de disposición al consignante, sin
hacer uso del derecho de compra que le da el mismo espíritu del contrato
estimatorio.

4.3.3 Finalización del plazo

Al término del plazo, el consignatario deberá entregar el precio de las mercancías


vendidas, o bien entregar las mercancías o el precio estimado, si no las vendió y
desea conservarlas, por lo que el consignante recobra la facultad de disponer de
las cosas.

4.3.4 Terminación en contratos de tracto sucesivo

Los contratos de tracto sucesivo ( como es el caso del contrato de consignación)


no pueden resolverse por cuanto es imposible deshacer las prestaciones surtidas
en virtud del transcurso del tiempo, y se habla entonces de terminación que sólo
tiene efectos hacia el futuro36.

36
UPEGUI Baena Mario. Guía elemental de las obligaciones, derecho civil y comercial, volumen I. Ediciones ediculco.
Pág. 60.

45
CONCLUSIONES

1. Si bien es cierto que el contrato de consignación presenta características de


contratos como el mandato y la compraventa, en nuestra legislación este
contrato es típico, con identidad propia y autonomía, independiente de
cualquier otro contrato que pueda asemejársele.

2. Respecto al objeto en el contrato de consignación, se concluye que solo


entran a ser parte de este contrato, las cosas muebles, excluyéndose así
los bines inmuebles y todos aquellos bienes que, conforme disposiciones
legales, no pueden entrar en el comercio.

3. Por la sola celebración del contrato de consignación, el consignante


autoriza al consignatario para que venda sus mercancías, y lo faculta para
que transfiera en su nombre el dominio a los respectivos compradores. Por
lo anterior, en principio, las mercancías objeto del contrato de consignación
no hacen parte del patrimonio del patrimonio del consignatario, toda vez
que este es un mero tenedor. Entran a ser parte de su patrimonio cuando
logra venderlas a terceros, o cuando vencido el plazo no las restituye al
consignante por adquirirlas para sí.

4. Los riesgos de la cosa entregada en consignación, los soporta el


consignante. El consignatario, por su parte, responde en su deber de
custodia hasta por la culpa leve.

5. Las mercancías entregadas en consignación no pueden ser objeto de


medidas precautelativas de carácter judicial como el embargo y el
secuestro, en aquellos procesos en que se vincule al consignatario en
calidad de demandado.

6. El contrato de consignación se extingue siguiendo las reglas generales de


los contratos, sin embargo, generalmente terminan por el cumplimiento del
plazo pactado por las partes.

7. Una vez vencido el plazo, el consignatario tiene una obligación de pagar


una suma de dinero. Sin embargo se le faculta para que devuelva las

46
mercancías al consignante en caso de no lograr su venta, o quedarse con
ellas en caso de que desee que ingresen a su patrimonio, lo anterior con la
misma obligación de pagar el precio.

8. Hasta tanto no venza el plazo con el que el consignatario contaba para


procurar la enajenación de las mercancías, el consignante no puede
disponer de ellas.

47
CONTRATO DE CONSIGNACIÓN O ESTIMATORIO
(RESUMEN)

En virtud de este contrato, el consignatario se obliga para con el consignante, a


vender mercancías de éste que previamente le ha entregado; dentro de un plazo
convenido, y a pagarle al consignante el precio de las mercancías que haya
vendido o que no le haya devuelto al vencimiento del plazo.

Se trata de un contrato típico, con identidad propia, autónomo y representativo,


con prestaciones de otros contratos tales como el mandato y la compraventa, lo
que hace que en la legislación colombiana se suprima la discusión sobre la
naturaleza jurídica del contrato de consignación o estimatorio.

ESTIMATION CONTRACT
(SUMMARY)

In this contract, the consignor gets an obligation whit the consignee, to sell some
merchandise of this, who previously deliver; inside a agree term, and to pay him
the price of the merchandise who sold or for those who wasn’t returned at the
expiration of the term.

Its about a typical contract, with own identity, autonomy and representative, with
topics of others contracts, like mandate and ….., who makes that the Colombian
legislation put end to the discussion about the juridical nature of this contract

LISTADO DE PALABRAS CLAVES

1. Mercancías, 1. Merchandise
2. Consignatario, 2. Consignor
3. Consignante, 3. Consignee
4. Cooperación, 4. Cooperation
5. Típico, 5. Typical
6. Autónomo, 6. Autonomy
7. Plazo, 7. Term
8. Mandato, 8. Mandate
9. Depósito, 9. Deposit
10. Representación 10. Representation.

48
BIBLIOGRAFÍA

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50

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