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Acción reivindicatoria

Auto Supremo: 255/2017, del 09 de marzo 2017:

El autor Arturo Alessandri R. (Tratado de los Derechos Reales, Tomo II, pág. 257)
señala que:

“Por la acción reivindicatoria el actor no pretende que se declare su derecho de dominio,


puesto que afirma tenerlo sino que demanda la restitución de la cosa a su poder por el
que la posee.”

En el Auto Supremo No. 60/2014, de 11 de marzo de 2014 se sostuvo que: El art. 1453
del Código Civil señala:

“I. El propietario que ha perdido la posesión de una cosa puede reivindicarla de quien la
posee o la detenta”; precepto legal que implica que el desposeído puede recuperar la
posesión de la cosa, mediante la restitución de quien la posee. La reivindicación es una
acción real, que tiene por objeto recuperar un bien, sobre el que se tiene derecho de
propiedad, que está en manos de terceros sin el consentimiento del titular.

Conforme lo señalado podemos advertir que el art. 1453 del Código Civil al imprimir
que ésta acción le hace al “propietario que ha perdido la posesión” pone de manifiesto
que el legitimado activo es el propietario del bien para accionar la reivindicación,
siendo necesario que para reivindicar acredite el derecho de propiedad, y es éste
derecho que le permite usar, gozar y disponer de la cosa, por imperio del art. 105 del
sustantivo de la materia, derecho que le confiere a su titularla posesión civil o jus
possidendi y la natural o corporal o jus possesionem, esta última puede o no ser ejercida
por el propietario.

Este razonamiento fue vertido en repetidos fallos por la extinta Corte Suprema de
Justicia que puso en relieve que no necesariamente el titular, que pretende reivindicar,
deba haber estado en posesión física del inmueble, sino que su derecho propietario le
otorga posesión civil que le basta para reivindicar su propiedad; situación que se refleja
en el Auto Supremo Nº 80 de 04 de noviembre de 2004, Sala Civil Segunda, entre otros,
que señala:

“En efecto, el solo hecho de tener título de propiedad, otorga al propietario el corpus y
ánimus sobre la cosa, ejerciendo el uso, goce y disposición sobre aquélla, facultándole
además, el derecho de reivindicar la cosa de manos de un tercero, así el demandante no
hubiere estado en posesión material de la cosa en litigio. Así el derecho de propiedad se
diferencia de las acciones posesorias, pues, en estas últimas, sí es preciso la posesión
física o corporal por parte de quien la invoca, lo que no sucede con el primero…";

criterio jurisprudencial compartido por éste Tribunal Supremo de Justicia que en


repetido fallos advirtió que “…la acción reivindicatoria, es la existencia de un derecho
de propiedad sobre la cosa cuya reivindicación se demanda. Sólo aquél que demuestra
ostentar derecho propietario puede reivindicar la cosa de quien la posea o detente.
Derecho propietario, el cual por su naturaleza, conlleva la posesión emergente del
derecho mismo, consiguientemente, no necesariamente debe estar en posesión
corporal o natural del bien, habida cuenta de que tiene la "posesión civil" que está
integrada por sus elementos corpus y ánimus" (Auto Supremo Nº 98/2012).

Requisitos para que prospere


Para que esta acción reivindicatoria pueda prosperar, es decir, para obtener una
sentencia favorable, se requieren una serie de requisitos:

1.- Título de dominio.

Si el que la ejercita dice que es el dueño de la cosa, tendrá que acreditarlo. Es decir,
tendrá que probar que ha adquirido de alguna forma esa cosa, por ejemplo, herencia,
compraventa, subasta pública, usucapión1, etc.

2.- Que la persona a la que reclama posea, sin título alguno.

Es decir, se requiere no sólo que el demandado no sea propietario, sino que además
tampoco tenga otro título que le permite estar en posesión de ese bien, por ejemplo,
que sea usufructuario es decir que tenga atribuido el uso y disfrute de la cosa, otro
ejemplo que sea arrendatario, mientras el contrato de arrendamiento esté en vigor no
cabe esta acción reivindicatoria.

3.- Hay que identificar, sin género de duda, lo que se reclama.

Por ejemplo, si reivindicamos un vehículo, matricula y marca serán suficientes, pero si


se trata de un terreno habrá que identificar con claridad los linderos, téngase en cuenta
que la descripción de la finca no siempre viene de lo que consta en el Registro de la
Propiedad, pues éste cede frente a la realidad extraregistral.

En una acción reivindicatoria de un terreno hay que identificar con claridad los linderos
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4.- Que no haya prescrito la acción.

A veces la prescripción sirve como título de dominio para ejercitar esta acción
reivindicatoria, pero también es válida como excepción, es decir, el poseedor puede
alegar que si es propietario es porque la ha adquirido por el transcurso del tiempo. Así,
si lo que pretendemos reclamar es un bien mueble, por ejemplo, un vehículo, la acción
prescribe a los seis años de perdida la posesión, plazo que queda reducido a tres años si
ha poseído con buena fe.

Pero hay que tener claro que las cosas muebles hurtadas o robadas no podrán ser
prescritas por los que las hurtaron o robaron, ni por los cómplices o encubridores, al no
haber prescrito el delito o falta, o su pena, y la acción para exigir la responsabilidad
civil, nacida del delito o falta.

Si se trata de un inmueble el dominio y demás derechos reales se prescriben por la


posesión durante diez años entre presentes y veinte entre ausentes, con buena fe y justo
título. Y el plazo será de treinta años, sin necesidad de título ni de buena fe, y sin
distinción entre presentes y ausentes.

Contra un título inscrito en el Registro de la Propiedad no tendrá lugar la prescripción


ordinaria del dominio o derechos reales en perjuicio de tercero, sino en virtud de otro
título igualmente inscrito, debiendo empezar a correr el tiempo desde la inscripción del
segundo. Téngase en cuenta que la prescripción se puede interrumpir, es decir, se para
de contar el plazo y se comienza de nuevo, y los motivos pueden ser que se cese en la
posesión por más de un año, o posea otra persona por más un año, por citación judicial,
conciliación, o por reconocimiento expreso o tácito del poseedor al dueño.

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