Anda di halaman 1dari 29

Caravelle

Transición democrática en Chile ¿Nuevo ciclo reivindicativo


mapuche?
José A. Marimán

Citer ce document / Cite this document :

Marimán José A. Transición democrática en Chile ¿Nuevo ciclo reivindicativo mapuche?. In: Caravelle, n°63, 1994. 501 ans
plus tard : Amérique Indienne 93. pp. 91-118;

https://www.persee.fr/doc/carav_1147-6753_1994_num_63_1_2609

Fichier pdf généré le 13/05/2018


C.M.H.L.B. CARAVELLE
n° 63, pp. 91-118, Toulouse, 1994

Transición democrática en Chile

¿Nuevo ciclo reivindicativo


mapuche?*

PAR

JoséA.MARIMAN, Q.
Centro de estudios y Documentación Mapuche - Liwen Temuco - Chile

Introducción

Elagrupadas
14 de diciembre
tras el rótulo
de 1989"Concertación
las fuerzas democráticas
de Partidoschilenas,
por la
Democracia", vencen en las elecciones presidenciales organizadas
por la ex dictadura militar de Pinochet, e inauguran un nuevo período en
la historia de Chile: el de la recuperación democrática o más conocido
como "transición a la democracia". La fuerza social que posibilitó el
triunfo de dicho referente, se construyó sobre la base de un abanico
amplio de actores sociales, donde figuraban también las minorías étnico -
nacionales de Chile.
En efecto, sólo 13 días antes de la elección — el primero de diciembre
de 1989 —, los pueblos indígenas habían firmado un acta de compromiso

Esta publicación representa, aproximadamente, la mitad de la contribución del autor. Por


motivos editoriales, la redacción de Caravelle se ha visto obligada a suprimir una parte
en la que se describen, de forma detallada y con ayuda de numerosas citas, las fuerzas en
interacción. Se conserva, sin embargo, la interpretación de los hechos ("Discusión"), con
algún que otro recorte en las citas.
92 C.M.H.L.B. Caravelle

con el candidato presidencial de la "Concertación", documento en el cual


las partes se comprometían, una a apoyar al nuevo gobierno y la otra a
hacer suya la demanda de los pueblos indígenas de Chile. Esa acta fue el
fruto de una negociación donde se expresaban mutuas conveniencias, a
saber: la posibilidad de una nueva ley indígena para los Pueblos Indígenas,
y la legimitimación de la "Concertación" ante el movimiento mapuche
con la consecuente posibilidad de disputar un voto mapuche a su favor.
¿Necesitaba la Concertación el voto mapuche? En el contexto de la
lucha política de esos años, importaba, sobre cualquier reflexión de este
tipo, sumar fuerza ante los representantes del continuismo, a fin de
reconstruir el Estado de Derecho. En consecuencia, frente al dilema de
tener como espectadores neutrales a parte del movimiento mapuche o
aliado, la opción final de todas formas resultaba más benéfica. Lo anterior
explica por qué la Concertación, teniendo por antecedentes haber ganado
el plebiscito de 1988 y un análisis poco optimista respecto al
comportamiento del electorado mapuche, estuvo dispuesta a buscar la
integración de éste en la cruzada anti-autoritarismo. Importaba del
movimiento mapuche su condición de luchadores anti-dictadura y sujetos
sociales víctimas de la violencia económica y política del régimen anterior,
y por supuesto el voto que ellos pudieran brindar en favor de la
recuperación de la democracia.
La Concertación, y particularmente sus asesores, tuvieron conciencia -y
la tienen- de la debilidad del movimiento mapuche actual, expresada en
un divorcio entre lo que dice representar y lo que realmente representa.
Esto se hizo evidente en el proceso de discusión que concluyó con la firma
del acta de compromiso de Nueva Imperial, donde la participación fue
bastante precaria. La constatación de que el movimiento mapuche ha
salido debilitado de su enfrentamiento con la política del régimen militar
y altamente atomizado como producto de sus luchas internas, es lo que
origina nuestro deseo de conocer su evolución durante el nuevo período
que se abre con el gobierno democrático de la Concertación. El presente
trabajo se sitúa en un período de la historia de Chile aún no concluido: el
de la "Transición a la Democracia".
La interrogante que mueve este estudio puede ser planteada como
sigue: dado que el ciclo de movilización abierto en 1978 se agotó, el
movimiento mapuche actual -originado en ese ciclo- se encuentra en
crisis. ¿La emergencia de nuevas organizaciones mapuches (Partido de la
Tierra y la Identidad, Consejo de Todas las Tierras, etc.) expresará el
nacimiento de un nuevo ciclo reivindicativo mapuche?
Transición democrática en Chile ... 93

Antecedentes
El movimiento mapuche, como expresión de una acción organizada
del grupo étnico al interior de la sociedad chilena, surge después de la
ocupación de la Araucanía, durante las primeras décadas del presente siglo.
La primera organización de la cual la historia dejará registro será la
Sociedad Caupolicán (1910) l. La historia del movimiento mapuche
evidencia que en él se han expresado diversas posiciones. Hay
organizaciones que han privilegiado las tesis asimilacionistas, mientras
otras las han suavizado en la búsqueda de una integración. Finalmente las
hay culturalistas y también indianistas.
Entre las organizaciones que han asumido la idea de asimilación2,
figura la "Unión Araucana" (1916), cuyo pensamiento sintetizó su lema:
Dios, Patria y Progreso. Alcanzar la meta anterior, suponía enfrentar con
decisión los vicios capitales de los mapuche, a decir: la poligamia, el
alcoholismo, la ignorancia, atraso en técnicas agrícolas, inseguridad en la
posesión de sus terrenos, etc., cuestiones todas que se explicaban por "la
desunión entre la misma raza"3. El remedio propuesto: " ...prohibir el
ejercicio de las antiguas, paganas y supersticiosas costumbres indígenas, como el
machitún, rehuetun, guillatun y otros que se suelen celebrar con grandes
escesos. Aunque respetuosos de las ideas de nuestros antepasados, comprendemos
que el ejercicio actual de estas costumbres es más bien un retroceso en la
civilización, por cuyo motivo pedimos su abolición." A
Organización de tipo integracionista5 fue la Sociedad Caupolicán,
quién definió su camino de lucha por la vía de la defensa frente a los atro-

1 Hubo una Sociedad Mapuche de Protección Mutua anterior a la Sociedad Caupolicán,


pero sobre ella no hay mayores antecedentes, véase Rolf Foerster y Sonia Montecinos.
Organizaciones, Líderes y Contiendas Mapuches (1910-1970), edición Centro de Estudios
de la Mujer (CEM), Santiago, Chile, noviembre 1988, pág. 16.
2 Asimilación: " En determinados casos, la nación que ocupa una posición dominante en el
estado puede negar el derecho a la existencia a otras naciones que viven en el mismo marco
estatal, sin querer por ello eliminarla fisicamente. Esas naciones pueden ser destruidas sin
atentar contra la vida de los individuos que la componen, ni a los derechos de que pueden
gozar personalmente en tanto que ciudadanos. Esas naciones desaparecen solamente en tanto
que entidades colectivas por la destrucción sistemática de su identidad, que es sustituida por
la identidad de la nación dominante. Esto es lo que se ha venido a llamar política de
asimilación, que algunos autores llaman etnocidio." Pierre Maugué, Contra el Estado-
nación, editorial La Torre, Madrid 1981, pág. 56
3 Diario Austral 22/MAR/l 926.
A Diario Austral 06/ABR/1926.
5 Integración: " La integración puede ser concebida como un proceso que une entre sí diversos
acontecimiento e instituciones económicas o políticas, formando con ellas un todo superior.
Sin embargo, hay que preguntarse siempre qué grado de independencia, de autonomía (pero
94 C.M.H.LB. Caravelle

pellos, el vínculo con las comunidades, el nexo con la política y con los
winkas "indigenistas" que promocionaban la educación6. Ella no buscó
renunciar a todo lo propio en función de una civilización superior, sino,
reconociendo que la cultura propia tenía valores dignos de ser conservados
y hasta traspasados a una cultura mayor, establecer una relación de paz,
respeto y armonía en el que la educación permitiera al mapuche elevarse al
estatus del chileno.
Con la Sociedad Caupolicán se inaugura el discurso de la fraternidad
mapuche-winka, que se expresará en el lenguaje de uno de sus dirigentes
del siguiente modo: a ...ya nuestras lanzas no se tiñen en la roja sangre de
nuestros enemigos, en horrorosísima guerra i hoy día caen despedazadas y rotas
de nuestras manos al suelo ante la gran razón, que todos somos hermanos"7 .
Organización fundamentalista fue la Federación Araucana (1922)8, que
en su convocatoria al II Congreso Araucano en Collimallin, desliza la idea
de
mapuche..."
" ...reestablecer
por loy cual
sublimar
los asistentes
todos los debían
actos yasisitir
costumbres
"... luciendo
de la raza
sus

banderas, lanzas, macanas, espadas y sus instrumentos de música... "9. Esta


reivindicación de la tradición no pasa desapercibida para la vocación
civilizatoria de la sociedad nacional. El Diario Austral, en alusión a la
participación de Manuel A. Panguilef -su líder- en la asamblea con que la
Sociedad Caupolicán celebró su XVI aniversario (1926), se expresará de él
en los siguientes términos: "... pretendió llevar a los acuerdos proyectos
descabellados, como el mantenimiento de la poligamia, el villatún,
machitunes, y otros que no serían sino un barrero a las buenas costumbres y a
los principios de la religión y de la sociedad." 10
La Iglesia no estaba menos escandalizada con las posturas de esta
fundamentalista organización mapuche, y prontamente (1927) fijó su
posición en una carta pastoral donde el Obispo Capuchino Guido de
Ramberga decía: " Cumpliendo con nuestro sagrado deber de Pastor de almas

no necesariamente de autarquia y de autodeterminación) conservan las partes que están


subordinadas a la integración. G.H. Mead. Diccionario de Sociología, editado por Helmut
Scheck, Biblioteca Herder, Madrid, España, 1977, pág. 387.
6Foerster y Monteemos, ob. cit. 18.
7Onof*re Colima ante el VIH Congreso Científico que se realizó en Temuco en 1911.
Foerster y Montéanos, ob. cit. pág. 1 8.
8 En 1916 Manuel Abulto Panguilef había creado la Sociedad Mapuche de Protección
Mutua de Loncoche, organización que puede ser considerada el antecedente de la
Federación Araucana.
9 Foerster y Monteemos, ob. cit. pág. 36.
™ Diario Austral 1 3/ENE/ 1 926.
Transición democrática en Chile ... 95

levantamos públicamente nuestra voz contra unos hombres sin conciencia que
tratan de sembrar entre nuestros araucanos la irreligiosidad, la vuelta al
paganismo y predican el odio contra cierta clase de personas que ellos designan
usurpadores de sus tierras" 1 1 .
Finalmente, organización del tipo indianista ha sido el reciente Partido
de la Tierra y la Identidad. Nacido en 1989 reivindicó como ideología el
"indianismo", un constructo ideológico en boga en la comunidad que-
chua-aymará de los Andes Perú-Boliviano12. El indianismo reduce los
conflictos étnicos o nacionalitarios13 a un enfrentamiento entre la
occidental"
"cosmovisión y la "cosmovisión india", por lo cual los
conflictos étnicos específicos quedan reducidos a una mistificación
generalizadora.
De este modo, el PTI ya no será una organización propiamente
mapuche, sino, y en boca de su máximo líder "... una alianza supra-étnica, que
lucha por conquistar espacios de autonomía para todos los pueblos indígenas de
Chile"14. Según lo anterior, el escenario clásico del enfrentamiento étnico
mapuche y Estado-nación cambia, ya no será la Araucanía como lo
entendió siempre la generalidad del movimiento mapuche. Con el PTI la lucha
adquiere otra dimensión -nunca imaginada siquiera por los líderes
anteriores-, esto es, una especie de internacionalismo indígena, que hará poner la
meta de lo reivindicado más allá de las fronteras de la minoría étnica
mapuche, pues el indianismo sostiene: "... nosotros aspiramos en términos
políticos a un gobierno supramundial. " 15

11 Diario Austral, 22/ABR/1927.


12 Véase compilación de Guillermo Bonfíl Batalla: Utopia y Revolución. El pensamiento
político contemporáneo de los indios de América Latina, y particularmente su primera parte
dedicada a los ideólogos. Editorial Nueva Imagen, México, 1981, págs. 60 a 173.
13Este neologismo tiene la ventaja de no sugerir una relación con la nación -en su acepción
restrictiva moderna de Estado-nación- y por lo tanto con su ideología, el nacionalismo,
sino que se refiere a lo que comúnmente se denomina nacionalidades, grupos étnico-
nacionales o simplemente etnias. En este sentido es un adjetivo de nacionalidad
(entendido el concepto como el de equivalente al de etnia) tal como "nacional" lo es de
nación". Maxime Rodinson, Sobre la teoría marxista de la nación (1958), editorial
Anagrama, Barcelona, 1977.
14Aroldo Cayún Anticura, en carta a la redacción de revista Liwen N° 2, publicación del
Centro de Estudios y Documentación Mapuche liwen. Temuco Chile, mayo 1990.
^Cornelio Chipana. La utopia y el pueblo Aymará, en Tópicos '90, N° 1, publicación del
Centro Ecuménico Diego de Medellín. Santiago, Chile, 1990, pág. 159.
96 C.M.H.L.B. Caravelle

La estrategia del movimiento mapuche


En lo estratégico, la organización étnico-gremial mapuche-campesina,
se ha caracterizado por una política reformista que ha buscado resolver la
miseria material y la marginalidad social sin superar la situación de
colonialismo interno 16 que le da origen. De otra forma, se caracteriza por
tratar de resistir a la política asimilacionista del Estado-nación chileno, sin
superar la condición de minoría nacional oprimida del pueblo mapuche,
mediante la obtención de derechos políticos específicos en tanto que
minoría étnica.
La lectura de Foerster y Montecinos permite percibir que la mayor
parte de las demandas mapuche en el tiempo, se han situado en la tierra y
la educación, es decir, en los planos económico y cultural 17. Al obrar así,
estas organizaciones mapuche actúan sobre las consecuencias de su
situación y no sobre las causas que la provocan, esto es, la pérdida de su
independencia y territorio, y la colonización de la Araucanía, o sea, el
plano estrictamente político.
Las organizaciones étnico-gremiales mapuche-campesinas se han
limitado a actuar como grupos de presión, buscando la mediación de
instituciones estado-nacionales -en particular partidos e iglesias- en la
perspectiva de que intercedan ante el Estado a fin de obtener medidas en
favor del grupo étnico, sobre todo a través de una legislación indígena
protectora. Ejemplos para ilustrar el juicio anterior son abundantes, pero
nos conformaremos con citar sólo uno a modo de ilustrar la
argumentación:
Reza un telegrama de la Unión Araucana de enero 1928, dirigido al
Ministro de Fomento de la República y que tiene como marco la
celebración de su III Parlamento: "Desde el corazón de la Araucanía,
histórico suelo Boroa, envía Unión Araucana con los padres Capuchinos,
civilizadores nuestra raza, respetuosos saludos, pidiendo amparo y protección

16La noción de "colonialismo interno" expresa la idea de que al mapuche se le reconoce la


misma calidad que al resto de los nacionales en el estado-nación, esto es, "ciudadano",
de donde no se trata de colonizarlo al estilo del colonialismo clásico, marcando
diferencias a través de estatutos diferenciadores (las leyes indígenas no representan de
ningún modo estatutos diferenciadores), sino de asimilarlo al estatuto nacional. Sobre
esta teoría sugerimos la obra de Michel Hechter: Internal Colonialism: the Celtic Fringe
in British Nacional Development, 1536-1966, Berkeley University of California Press,
1975.
17Por lo demás, dos de los planos más críticos, pues en el caso del primero involucra la
pérdida de soberanía sobre su territorio y de propiedad sobre la tierra; y en el caso del
segundo, la posibilidad de asimilarse a la cultura nacional a través de la escuela y que ha
significado hasta hoy la pérdida casi absoluta de la lengua mapuche: el mapudugun.
Transición democrática en Chile ... 97

nuestros intereses, en particular tranquilidad y posesión suficiente suelo". (Fdo)


Antonio Chihuailaf, presidente. Marcelino Ñanculeo, secretario1*

La táctica del movimiento mapuche


En lo político, las organizaciones mapuche se han caracterizado por su
dependencia y subordinación política19 e ideológica con respecto a la
sociedad dominante. Lo anterior se expresa en la delegación de la
conducción de las luchas mapuche en los partidos chilenos de derecha,
centro e izquierda, en el entendido de que deben ser ellos los que busquen
las soluciones a los problemas de la etnia.
Al actuar así los mapuche no han tenido en consideración un elemento
capital en la comprensión de la operatoria de dichas instituciones
estatonacionales, a saber, que junto con representar esperanzas de cambio
social, son reproductoras de la cultura estatonacional. En el caso mapuche,
la izquierda20 chilena ha resultado de gran atractivo por considerar que
representa "mejor" las necesidades, intereses y expectativas de los sectores
económicamente dominados y marginados, así como sus deseos de justicia
social, de donde no se ha tenido presente que ella es a la vez que izquierda:
"chilena".

18Foerster y Montecinos, ob. cit. pág. 61.


19Por política entendemos: "... un fenómeno multidimensional que implica conflicto,
representación y diálogo. Es el proceso a través del cual los diferentes grupos articulan sus
demandas y compiten por el acceso a los recursos públicos. Es un proceso de dar y tomar, en el
que hay ganadores y perdedores. Tiene que ver con percepciones sobre los derechos y privilegios
de diversos grupos. También implica temas de equidad de las pautas de actividad pública y
privada. Es a través del proceso político como se recluta a los activistas y a los líderes, y se
moviliza a los seguidores. Finalmente la política es un proceso continuo. Uno puede alcanzar
hoy sus objetivos, o quizá no, pero mañana se presentan nuevas oportunidades y riesgos, razón
por la cual los grupos tratan de institucionalizar sus acuerdos sobre diversos temas, por medio
de leyes, programas y métodos de toma de decisiones." Joseph R. Rudolph Jr. y Robert J.
Thompson. Política Etnoterritorial, edición Pomares-Corredor, Barcelona, España,
1992, pág. 17.
20"Los partidos y las organizaciones nacionales de izquierda, a juzgar por sus posiciones (o,
más frecuentemente, su falta de posición), no han logrado aceptar, ni teórica ni
prácticamente, el hecho "movilización política india"; en realidad no han aceptado un
hecho previo: el indio. El discurso de la izquierda ortodoxa, coincidente con la actitud
de algunos gobernantes que eliminan a los indios por decreto, subsume a los grupos
étnicos dentro de la categoría "campesinado" a la que, por otro lado, se le llega a negar
cualquier capacidad revolucionaria propia y se le asigna como único papel histórico
sumarse a, y luchar por, el programa político del proletariado". Guillermo Bonfíl
Batalla, op.cit. pág. 16.
98 C.M.H.L.B. Caravelle

"... Con esta proposición tautológica se quiere indicar que también


los partidos, las organizaciones y los cuadros de izquierda se formaron y
viven en el ambiente cultural y en las tradiciones socializadoras que
reproducen el prejuicio secular contra el indígena. El hecho que las
colectividades y personas de izquierda tengan una conciencia crítica
más apta a captar el significado de clase de la discriminación racial no
elude el otro hecho de que ellos tienen también que luchar contra
actitudes, juicios y conductas prejuiciadas, que hacen parte de su propia
formación y que pueden disimularse incluso en racionamientos
ideológicos"11.

Para fijar el momento en que esta dependencia se hace funesta,


Foerster y Montecinos dirán que es a partir de los años '60 cuando el
movimiento mapuche dejará definitivamente de lado los elementos
identitarios para abrazar definitivamente la dependencia de los partidos.
En adelante las organizaciones serán identificadas por sus vinculaciones
políticas, pasando a ser verdaderas sucursales de los partidos, a la vez que
un elemento de legitimación de los partidos hacia la sociedad mapuche
tras el voto mapuche.
Junto con llevar a que sean los partidos chilenos quienes definan las
políticas de las organizaciones mapuche, en función de los intereses de los
grupos que representan y de sus prioridades y opciones políticas
nacionales, ello ha bloqueado toda posibilidad de definir un proyecto
político propio, susceptible de permitir una acumulación de fuerzas más
allá de la coyuntura. "... el pueblo mapuche, por la fuerza misma de la
intensidad de su exclusión social, no pudo construir un proyecto propio y
consistente de su emancipación humana en la sociedad en la cual fue forzado a
participar. n22.

Estructura del movimiento mapuche


En cuanto a su estructura, el tipo de organización mapuche más
característico ha sido la organización gremial de carácter étnico,
campesinista, con base en las comunidades y que se presenta como
representativa del pueblo mapuche, o al menos aspira a serlo. Entre ellas,
las de mayor relevancia histórica han sido ampliamente tratadas en la obra
de Foerster y Montecinos. Junto a ella, se han desarrollado organizaciones
de frente tales como mujeres (Sociedad Femenina Araucana Fresia, 1937),

21 Wilson Cantoni. "Fundamentos para una política cultural mapuche", en Cuadernos de la


Realidad Nacional - CERENN0 14, Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile,
octubre 1972, pág. 77.
22W. Cantoni op.cit. pág. 77.
Transición democrática en Chile ... 99

estudiantes (Centro de Estudiantes Araucanos Nehuentuayn, 1938);


profesionales -esencialmente profesores- (Unión Nacional de Profesores
Indígenas, 1946); económicas, en particular cooperativas (Cooperativa
Lautaro de Lumaco, 1972); asociaciones culturales, artísticas, sociales u
otras; y sociedades especializadas tal como las "instituciones".
La organización étnico-gremial mapuche-campesina se caracteriza por
surgir a favor de ciclos de movilización mapuche y en torno a una
problemática puntual. Un ciclo se caracteriza -entre otros factores-,
porque hay un rol protagónico de las organizaciones mapuches, así estén o
no controladas por los partidos políticos.
Desde este punto de vista un ciclo de movilización mapuche es un
período en que la iniciativa en el enfrentamiento o en la negociación con
el Estado está en manos del movimiento mapuche, gracias, precisamente,
a su capacidad de movilización. Es por eso que se puede decir que un ciclo
de movilización mapuche se caracteriza por el rol protagónico del
movimiento mapuche, ya que la actitud del Estado (represión o
negociación) es una respuesta a la movilización. Cuando esta capacidad de
movilización desaparece (como fue el caso a fines del período de la
dictadura), la negociación se puede dar, pero el protagonismo viene del
Estado, quien la convoca, organiza y dirige.
Al respecto, las reivindicaciones que motivan la partida de un ciclo en
su desarrollo pueden variar, sin por ello impedir que el ciclo continúe e
incluso se agudice. Podemos citar, a manera de ejemplo, el ciclo de
movilización originado en la demanda de recuperación de tierras en los
inicios de los '70, que llevó a los mapuche a apoderarse de 75 fundos23
Agraria"
para octubre de 1971 en Cautín -sobrepasando el marco de la "Reforma
24-y elevando el nivel organizacional hasta alcanzar la cifra de 40
organizaciones operando hacia fines del 197225. Toda esta movilización y
todas estas organizaciones fueron desarticuladas con el Golpe de Estado de
septiembre de 1973.
En un clima de convivencia normado por el Estado de Derecho, un
ciclo no concluye bruscamente como en el caso anterior. Las premisas que
le dan origen se encuentran a partir de un determinado momento, se

23Revista Punto Final N° 143, Santiago, Chile, noviembre 1971, pág. 2.


24La ley de Reforma Agraria dictada bajo el gobierno del presidente Eduardo Frei
Montalva (1964-1970), expropiaba los grandes fundos permitiendo a los latifundistas
conservar 80 hás. de riego básico, lo que en zonas como Cautín -sin riego básico-
equivalía a 10 veces la cifra.
25 Estanislao Gacitúa. "Hacia un marco interpretativo de las movilizaciones mapuches en
los últimos 17 años", en revista Nütram n° 28, del Centro Ecuménico Diego de
Medellín, Santiago, Chile, febrero 1992, pág. 27.
100 CMH.L.B. Caravelle

diluyen en su transcurrir y se proyectan hasta luego de haberse agotado.


En otras palabras, un ciclo surge frente a una acción del Estado o de la
sociedad dominante, se crean organizaciones, se inicia un proceso de
movilización y se termina, sin que necesariamente las demandas que le
dieron origen hayan sido satisfechas.

1. El periodo de transición a la democracia :


Estado-nación chileno I minoría étnica nacional
mapuche
El cuadro del conflicto que la sociedad chilena enfrentaba hacia 1990
en la relación Estado-nación chileno/minoría étnica nacional mapuche
puede ser resumido de la forma que sigue. Los mapuche exigían la
derogación y reemplazo de los Decretos Ley 2.568 y 2.750 dictados bajo
el régimen militar, que dividían las tierras reduccionales y negaba la
existencia de indígenas.

Los mapuche
Es sintomático comprobar como esta demanda expresaba un alto nivel
de consenso en las organizaciones mapuche, quienes, a muy temprano
dictarse la ley de Pinochet y ante la imposibilidad de negociar y frenar la
división de reducciones y entrega de títulos de dominio particulares, la
adoptaron como su reivindicación étnica más importante. Ilustrativo del
comentario anterior son las resoluciones de los Congresos de las
organizaciones y sus declaraciones públicas, así tenemos -a manera de
ejemplo- que Admapu en su IV Congreso Nacional de 1985 acuerda: " 1.
Exigir la inmediata derogación del Decreto Ley 2.568 por atentar en contra
de la integridad social y cultural del pueblo mapuche". 26
También, y en el mismo sentido, la Asociación Arauco se propondrá:
"Luchar por la derogación inmediata del Decreto Ley N° 2.568 que aparte de
crear la división de nuestras tierras, pretende terminar con nuestro Pueblo
Mapuchen. 27 Y Nehuen Mapu argumentará que: " Nuestros avances han sido
a costa de grandes sacrificios, porque conocemos lo que es la injusticia y la

^Resoluciones del IV Congreso Nacional, de la Asociación Gremial de Pequeños Agricultores y


Artesanos AD-MAPU, en Programa de Ad-mapu, revista Nütram del CEDM, afio II, N°
2, Santiago, Chile, 1986, pág. 4.
27 Nuestra Organización Mapuche "Arauco" Región del Bío-bío, declaración pública del
18/DIC/1986, en Nütram año III, N° 3, 1987, pág. 6.
Transición democrática en Chele ... 101

represión, porque hemos tenido que soportar leyes como el D.L. 2568 que
atenta contra nuestro pueblo y es etnicida..."28
Finalmente, una declaración del 14 de junio de 1987 que da cuenta de
la creación de un referente unitario para el pueblo mapuche (Futa Trawun
Kinewam Pu Mapuche), comunica que éste se propone dialogar sobre los
temas que unen a las distintas organizaciones, tal como: el "Reemplazo del
D.L. 2568 por una Ley Indígena de acuerdo a las necesidades y aspiraciones
del pueblo Mapuche, elaborada con la participación directa de sus
organizaciones ". 29
Resumiendo las demandas comunes a seis organizaciones principales
(Ad-mapu, Nehuen Mapu, Choiñ Folil Che, Asociación Mapuche Arauco
Región del Bio-Bio, Partido de la Tierra y la Identidad y Comisión
Nacional 500 Años de Resistencia Mapuche), se encuentran, como ya
comentamos, la derogación del DL 2568 y reconocimiento
Constitucional, asi como múltiples reivindicacciones socio-económicas
tales como la condonación de deudas, atención médica gratuita, provisión
de agua potable, electrificación rural, educación bilingüe, indemnización o
devolución de tierras usurpadas, asistencia técnica y capacitación para los
campesinos mapuche y formación de profesionales con becas
universitarias. 30

Las fuerzas democráticas en el interior del Estado


Aunque en los tiempos previos a la Transición estas demandas
aparecían en segundo plano frente a la reclamación política de poner

18 Convocatoria allí Congreso Nacional de ¡a Asociación Mapuche "NEHUEN MAPU", del


09/DIC/1988, en Nütram afio IV, N° 4, 1988, pág. 4.
^Declaración pública del Futa Trawun Kiñewan Pu Mapuche, en Documentos y
Declaraciones Mapuches de revista Nütram, del CEDM, año III, N° 3, Santiago, Chile,
1987, pág. 3.
30 Para un listado detallado de las diversas demandas de cada una de las organizaciones,
consulte: El pueblo mapuche a los partidos políticos a la sociedad chilena y al futuro gobierno
democrático para exigir la presente demanda, documento de las organizaciones Ad-mapu,
Centro Cultural Mapuche y Lautaro Ñi Aillarehue de octubre de 1989, en Nütram
edición especial, Santiago, Chile, 1989. págs. 25 a 28; Propuesta de la Asociación
Nacional Mapuche "Nehuen Mapu", documento de la organización Nehuen Mapu s/f, en
Nütram edición especial, Santiago, Chile, 1989. págs. 29 a 46; Resoluciones y demandas
de la tercera asamblea "Choiñ Folil Che", Temuco 8 y 9/JUN/1989, en Nütram Afio V,

"Arauco"
3, Santiago,
Región del
Chile,
Bio-Bio,
1989,Ob.
pág.
cit.,29-30;
págs. 5Nuestra
a 7; Trepeiñ,
Organización
órgano oficial
Asociación
del Partido
Mapuchede
la Tierra y la Identidad PTI, septiembre 1992; Propuesta de la Comisión 500 años de
Resistencia, documento de la organización Comisión Nacional 500 años de Resistencia
Mapuche en Nütram edición especial, Santiago, Chile, 1989. págs. 50 a 51.
102 C.M.H.L.B. Caravelle

término a la dictadura, no quita que como demandas étnicas fueran


centrales. Así lo entendieron las fuerzas democráticas, quienes hicieron los
mejores esfuerzos por incorporarlas a sus programas, de manera de
capitalizar el descontento del movimiento mapuche a su favor.
Un documento de la Comisión Chilena de Derechos Humanos de
marzo de 1990, diagnosticaba en relación a demandas específicas del
Pueblo Mapuche bajo el régimen militar, entre otras, la siguiente: "a.
Recuperación de la vigencia de los Títulos de Merced y de Comisario de
Realengo y la derogación del decreto ley 2568 y modificaciones posteriores"01 .
La Concertación de Partidos por la Democracia recogió esta demanda y la
expresó del siguente modo: " Desarrollar y proponer al gobierno, una nueva
legislación acorde con los principios y metas de la Corporación y los Pueblos
Indígenas I32
Las propuestas de las fuerzas políticas democráticas se enfocarán,
entonces, sobre el reconocimineto constitucional, la creación de
instrumentos legales para facilitar el desarrollo del sector y garantiza la
protección de sus tierras y recursos (nueva legislación indígena para
reemplazar el DL 2568), la ratificación del Convenio 169 del OIT, y la
consideración de casos específicos como las represas hidroeléctricas en el
Bío-Bío y el caso de Quinquen.

Las fuerzas conservadoras al interior del Estado


Si bien, dado la voluntad política de los nuevos gobernantes, el cuadro
retratado no era totalmente confrontacional -como ocurría en los años de
dictadura-, no es menos cierto que involucraba igualmente una carga de
tensión, puesto que las fuerzas representantes del continuismo
pinochetista se mantenían fieles a la posición expresada en el D.L. 2.568.
En el nuevo orden estatal, esa postura defensora del pasado inmediato
seguía penando; la derecha se parapetaba en el parlamento para bloquear
las reformas que el país deseaba -entre ella la mapuche- y mantener de esa
forma el statu quo.
Aylwin había ganado con el 54 % de los votos, pero el resultado de la
elección parlamentaria, bajo el sistema electoral binominal, había
producido un extraño fenómeno: la condición de minoría para la

31José Aylwin O y Enrique Besnier J. Demandas de los Pueblos Indígenas de Chile en la


Transición Democrática, Documento de trabajo N° 1, del Programa de Derechos
Humanos y Pueblos Indígenas de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, marzo
1990, pág. 12.
32£¿ Concertación de los Partidos por la Democracia a los Pueblos Indígenas, en José Aylwin
O y Enrique Besnier J., Ob. cit., pág. 19. Ver también pág. 15.
Transición democrática en Chile ... 1 03

Concertación en la Cámara de Senadores y una mayoría relativa en la


Cámara de Diputados. Planteada así las cosas, cualquier cambio que
alterara el marco institucional que Pinochet había dejado, no tendría
ninguna posibilidad de prosperar a menos que mediara un acuerdo entre
fuerzas de derecha y concertacionistas. De este modo, la "Transición a la
Democracia" pasaría a conocerse como "la democracia de los acuerdos"
La posición de la derecha, frente a la cuestión Mapuche era mantener
el statu quo y defender la política libremercadista del régimen anterior.
Esta posición se manifiesta en declaraciones como la de Alfonso Márquez
de la Plata Irarrazával, ex-Ministro de Agricultura, en reacción a la
intención declarada por Aylwin de derogar DL 2568 y suspender la
división de comunidades indígenas (intención más bien simbólica, dado
que la vasta mayoría de las comunidades ya se encontraban divididas
cuando el nuevo gobierno asumió): "La aplicación del D.L. 2568 fue un
éxito a pesar de la oposición de algunos políticos que nunca han creído en la
propiedad privada y que quisieron, como ahora, convencer a la opinión
pública que los campesinos mapuches son "comunitarios" ... el iniciar
experiencias colectivas en el campo a fines del siglo veinte, cuando se
derrumban las economías socialistas, parece algo subrealista. "33

£1 conflicto por parte del movimiento mapuche


Si bien cuesta hablar de una percepción única entre los mapuche, está
claro que la posición del movimiento mapuche, frente a la legislación
indígena en vigencia, era de total rechazo. Pero con todo, esto no era lo
único que preocupaba al movimiento mapuche ; también estaban algunos
temas de contenido muy enraizados en las organizaciones desde 1983,
como la demanda por "reconocimiento constitucional" que impugnaba el
carácter monoétnico que reconoce la Constitución de 1980 a la población
del país.
En el discurso del movimiento mapuche anti-dictadura la
plurietnicidad de Chile, así como su multiculturalidad y polilingüismo,
debían quedar garantizados en la Constitución, a fin de que los derechos
que devienen de ello no fueran cuestionados arbitrariamente en cualquier
otra administración. La demanda por reconocimiento constitucional,
aunque no definida más allá de eso, se transformaba de este modo en una
cuestión estratégica para el movimiento mapuche que cruzaría todos los
programas de las organizaciones que lo componen, como lo testimonia las
síntesis de demandas expuestas y el siguiente testimonio: "Exigimos al

33Alfonso Márquez de la Plata Irarrazával. "Las comunidades mapuches", editorial Diario


ElMercurio,
FlMrrrurin 06/JUN/1990.
Ítá/TT IN/1 990
104 CM.H.LB. Caravelle

grupo de Estudios Constitucionales que en la nueva carta fundamental de la


República, se reconozca y considere la plena existencia del pueblo mapuche y
las otras minorías étnicas del país]>34

£1 conflicto por parte de las fuerzas democráticas de la


Concertación
En el terreno de la "cuestión mapuche", la Concertación de Partidos
por la Democracia tenía claro -según se desprende de la lectura de sus
documentos- que había que dar salida a la demanda del movimiento
mapuche por derogar la ley 2.568 dictada bajo el régimen militar. Aquel
cuerpo jurídico había sido excomulgado por el movimiento mapuche y en
tanto que tal, identificado y denunciado como el causante de todos los
males que el Pueblo Mapuche venía experimentando.
La necesidad de una nueva ley indígena era la condición sine qua non
para lograr apaciguar los ánimos del movimiento mapuche, y en esa
medida integrarlos al proyecto de recuperar la normalidad institucional
del país. Por lo demás, se trataba de una cuestión de "reparación", según
se desprende del ambiente de la época, cargado de una revalorización de la
democracia y del espíritu de justicia, resultado de la conculcación de
derechos cívicos por tantos años a un país con una larga tradición
democrática.
Pero no se trataba de hacer una ley indígena "para" los mapuche sólo
por cumplir. Estos habían impugnado la ley indígena de Pinochet entre
otras cosas porque no les permitió participar en su elaboración,
enterándose del contenido del texto cuando ya estaba promulgada. En el
contexto de la recuperación de la tradición democrática del país, los
mapuche reivindicaban la recuperación de la tradición de participación en
la elaboración de la ley. En efecto, y para no retroceder tanto en el tiempo,
en la dictación de la ley inmediatamente anterior a la de Pinochet -la
17.750 del gobierno de Salvador Allende-, los mapuche habían
participado en la generación del Proyecto de Ley a través de los
parlamentos de Ercilla en 1969 y Temuco en 1970, y tenían esto muy
fresco en la memoria.
Se trataba entonces de una nueva ley indígena "con" la participación
de los mapuche, de donde hacer la generación del proyecto lo más
participativo posible, le entregaría al texto una vez sancionado, una
legitimidad que comprometería el respeto del movimiento mapuche. El

^Resoluciones del TV Congreso Nacional, de la Asociación Gremial de Pequeños Agricultores y


Artesanos AD-MAPU, Ob.cit., pág. 4.
Transición democrática en Chile ... 1 05

asunto de la participación entrañaba entonces una cuestión táctica que no


debía ni podía ser descuidada por el nuevo gobierno.
Efectivamente, obedeciendo a esa voluntad política, y al trabajo que ya
había desplegado la Comisión Chilena de Derechos Humanos y su
Programa de Derechos Humanos y Pueblos Indígenas, la Concertación
sumó el esfuerzo de convocar a los Pueblos Indígenas para pedirle una
opinión respecto a su propuesta de gobierno en la materia concerniente a
su problemática:

"Entre las principales ideas que les proponemos se encuentra el


reconocimiento de los pueblos que Uds. integran, de sus culturas e
identidades propias así como la protección de sus tierras y recursos
naturales a través del ordenamiento jurídico constitucional y legal.
También proponemos una Corporación Nacional de Desarrollo
Indígena que posibilite vuestra participación en la resolución de los
problemas que les afectan y la creación de un Fondo Nacional de
Etnodesarrollo que permita el fomento de su Agricultura, ganadería y
artesanía^.

Los defensores del statu quo


Por su parte, los nostálgicos del régimen militar que habían apostado a
liberar tierras al mercado a objeto que pasaran a formar parte de latifundio
o cayeran en manos de las empresas forestales u otras, vieron frustrados sus
deseos con el triunfo de la opción NO en 1988 y luego de Aylwin en
1989. La Concertación tenía un explícito discurso contrario al D.L.
2.568, de donde quedaba claro para ellos que su preocupación sería tratar
de conservar lo conquistado en materias como la división hecha, los
arrendamientos por 99 años consumados, las compras de tierra realizadas,
etc. Su labor desde el Parlamento se reduciría entonces, a procurar que esa
futura Ley, no fuera todo lo bueno que prometía y que obviamente iba en
sentido opuesto a sus intereses y expectativas.

2. Discusión
Las interpretaciones aquí sostenidas no aspiran bajo ningún punto de
vista a constituirse en juicios categóricos e inmutables. Se trata de un
análisis hecho por un mapuche y construido sobre la base de componentes

3* Convocatoria de Patricio Aylwin a Comunidades Indígenas, Santiago 12/OCT/1989, en


José Aylwin O y Enrique Besnier J. (ed) Ob. cit. pág. 25.
106 CM.H.L.B. Caravelle

valorativos, que intentan no descuidar la rigurosidad metodológica del


tratamiento de los temas.

2.1. Sobre el Estado


La primera cuestión que quisiéramos dejar establecida, es que a la hora
de hacer leyes para los indígenas, hay un nacionalismo chileno que juega
un rol importante. En efecto, bástenos revisar el desarrollo de la discusión
parlamentaria por reconocimiento constitucional, para darnos cuenta del
gran problema que se le presenta a los chilenos a la hora de reconocer
sujetos de derecho a sus minorías.
En rigor, aquella fue una batalla perdida, ya que el equipo negociador
en ambas Cámaras, no fue capaz de cargar la balanza hacia el lado
indígena, por lo cual sólo se lograron enmiendas menores que no
satisfacen ni a los mapuche ni a los funcionarios indigenistas del gobierno.
Pero no se trataba de una pérdida total ya que se obtuvo una nueva ley
indígena, la 19.253, que conserva gran parte del proyecto original que
salió de la CEPI y los Congresos indígenas convocados para discutir el
anteproyecto. "Sin duda -subrayó el Presidente Aylwin-, esta ley no es una
panacea. No soluciona por sí sola todos los problemas, pero es un paso
trascendental"^ Del mismo modo se refirió a ella la Iglesia Católica " ...es
un paso fundamental para que el país entero reconozca la existencia de estas
comunidades que tiene derecho por razones históricas y por la condición
especial en que viven." 37
Si la existencia de hecho de los mapuche les recuerda a los chilenos que
no son un país blanco y homogéneo como se presentan en el concierto
internacional de naciones; la existencia de derecho de los mapuche pone
en jaque su definición monoétnica de nación. Esto es tanto más grave para
su psicología estatonacional, por cuanto daría pretexto para que aplicaran
la calificación de país de indios a Chile, o bien, porque a los mapuche les
podría entrar ganas de formar su propio país.
Se invierten grandes esfuerzos en tratar de explicar y convencer de que
en Chile somos todos chilenos.

"En Derecho Internacional "Pueblo " significa un sujeto de derecho


internacional que tiene derecho a "la libre determinación de los
pueblos". Esto es a constituirse en Estado y a tener sus propias
autoridades y legislación. Este es el sentido que el derecho Internacional

36Presidente Patricio Aylwin Azocar en discurso de promulgación de la ley 19.253, en la


ciudad de Nueva Imperial, El Mercurio 29/SEP/1993.
Estamos viviendo un momento histórico, Monseñor Sergio Contreras N. en Diario Austral 29/SEP/1993.
Transición democrática en Chile ... 1 07

da a "los pueblos"... en ese sentido el Pueblo Mapuche es parte


integrante del Pueblo Chileno... Analicemos razonadamente ¿Qué
somos nosotros los chilenos de hoy sino el resultado de la mezcla de
sangres, de tradición y de cultura, de pueblos de distintos orígenes?. . . "
"... Todosjuntos, tenemos ya una historia común, somos el pueblo
chileno. De otra manera, el pueblo chileno no existiría".38

Es cierto que " Todosjuntos, tenemos ya una historia común ," como dice
el Senador, pero es falso que todos juntos u somos el pueblo chileno" pues
ello es sólo una definición que crea el objeto definido y que sólo es posible
como abstracción reflexiva, mas no como realidad sociológica observable.
Los mapuche siguen siendo mapuches y se lo creen, es decir, mantienen su
identidad étnica o nacionalitaria.
Efectivamente ha habido una historia de 100 años de Incorporación -si
entendemos esto por "juntos"- al Estado-nación chileno, sin que el pueblo
mapuche disfrute de derechos colectivos en tanto pueblo diferenciado al
interior de la sociedad chilena. Existe la posibilidad de cambiar esta
concepción añeja y anquilosada de Estado-nación ¿Cuál es el peligro que
entraña reconocer que somos un Estado-nación pluriétnico,
multilingüístico y policutural?
Se alardea de la génesis española-mapuche en la conformación del
"pueblo chileno", pero con ello también se quiere hacer pasar el mensaje
de que por ese hecho "fundacional" los mapuche no existen. Si aceptamos
lo anterior, tendríamos que terminar creyendo que lo que vemos a diario
en las calles de Temuco o en las áreas rurales de la Región, es surrealismo,
sombras o reminiscencias del pasado, pero nunca, algo actual verídico y
vigente.
Sorprendente de esa opinión que encuentre eco en todo el arco político
chileno. En efecto, el nacionalismo chileno encuentra partidarios de
derecha a izquierda como lo demuestran las opiniones entregadas. Esto es
algo que el movimiento mapuche tiene que ponderar, especialmente
aquellos que aún viven el noviazgo de su militancia partidaria.
Pero el análisis realizado también nos da cuenta de otro elemento
presente en la sociedad nacional digno de destacar, a saber, el surgimiento
de un nuevo ideario en la búsqueda de establecer una relación Estado-
nación/pueblos indígenas más respetuosa. Un indigenismo vinculado al
poder -lo que sí resulta novedoso- ha hecho estreno en la sociedad

38Sergio Diez Urzúa. Senador de la República (RN). Derecho Internacional y "pueblo", en


Diario Austral 26/NOV/1991.
108 C.M.H.L.B. Caravelle

nacional y a su desempeño los pueblos indígenas deben la recepción y


salida favorable a sus problemas.
Esa corriente indigenista, representa un aliado para el pueblo mapuche
que no puede ser despreciado y cuya relación hay que cultivar. Pero eso
tampoco puede llevar a pensar al movimiento mapuche que se trata de
elementos depurados del nacionalismo chileno, pues aunque en menor
grado', también lo representan.

2.2. Sobre las organizaciones mapuche


Los destellos provocados por el surgimiento de nuevas organizaciones y
que daban la apariencia de un nuevo período de efervecencia social, sólo
resultaron voladores de luces. El Partido de la Tierra y la Identidad no
alcanzó a durar dos años y feneció, y el Consejo de Todas las Tierras al no
producir una política para enfrentar al Estado-nación y procurar los
cambios que anhela, ha exacerbado un fundamentalismo que lo debate en
una situación sin salida.

Las organizaciones CEPI


Para el segmento del movimiento mapuche que ha colaborado todos
estos años con el gobierno democrático y ha esperado pacientemente la
promulgación de la nueva ley, una etapa se cumplió: con la promulgación
del D.L. 19.253 el compromiso de Nueva Imperial ha quedado superado
y las partes recuperan su autonomía.
Las organizaciones vinculadas al poder del ejecutivo a través del "Acta
de Compromiso" de Nueva Imperial, cumplieron a cabalidad su
compromiso de encauzar sus problemas por la vía institucional y apoyar al
gobierno. Pero esto se realizó a condición de asumir los costos que
significa la desmovilización. En efecto, la condición de consejeros y la de
intermediarios entre el gobierno y sus comunidades en otros,
comprometieron enormemente su independencia, su capacidad de crítica
y hasta su representatividad frente a la sociedad mapuche. Durante los tres
años que demoró el gobierno en promulgar el D.L. 19.253, los dirigentes
CEPI tuvieron que administrar frente a sus comunidades, la información
desilusionante, de no contar con ley todavía, cuando era una necesidad
imperiosa.
Los intentos de movilizaciones convocados por estas organizaciones
como en el caso Quinquén y esporádicamente tras la coyuntura del
"Quinto Centenario", más que causar algún impacto, permitieron
percatarse a la opinión pública, de su incapacidad para poner en acción a
Transición democrática en Chele ... 1 09

sus pretendidas bases, en contraste con la capacidad del Consejo de Todas


las Tierras de movilizar las suyas.
Si bien es prematuro aventurar qué harán las organizaciones con la
libertad que recuperan, al menos es posible comentar que algunas han
comenzado a dar síntomas de un pensamiento menos condescendiente y
mucho más crítico. El acto del 27 de septiembre de 1993 en Nueva
Imperial, permitió percibir las primeras manifestaciones de inconformidad
con lo logrado y advertencias respecto a no quedarse dormidos para
conseguir lo que esta vez fue vedado:

"...hay que ser absolutamente claro y responsable ante nuestros


pueblos, la sociedad chilena y la historia, que hoy se promulgará una
ley no conforme a nuestros pueblos originarios por la sencilla razón de
que no están las demandas históricas fundamentales, a nuestro juicio,
como es el reconocimiento constitucional, el concepto de pueblo, el
reconocimiento a nuestro territorio; no se considera nuestra
participación política, y en ese sentido sólo se nos escuchará y no se
considera el cambio en el sistema educacional para que se enseñe la
verdadera historia hasta hoy tergiversada. '"

Sin embargo es probable que se mantengan por el próximo período


presidencial en la misma actitud que han mostrado hasta hoy, esto porque
en el ánimo de algunos dirigentes mapuche está la idea de que a la ley hay
que darle un tiempo para que pruebe si realmente es útil. Por lo demás, ya
antes de las elecciones de diciembre de 1993, los mapuches lograron sacar
un compromiso del candidato de la Concertación de Partidos por la
Democracia, en el sentido de volver a llevar al Parlamento la discusión
sobre reconocimiento constitucional. De concretarse esta idea, la reforma
no será posible antes del 1997, fecha en que se renueva la otra mitad del
parlamento y en donde la Concertación postularía ganar las elecciones
para cambiar el quorum en ambas Cámaras.
La correlación de fuerzas actual favorece la democracia de los acuerdos,
y dado los resultados de la reciente elección nada cambió a favor de las
fuerzas democráticas y, al contrario, se perdieron dos diputados. Lo
anterior impone al movimiento mapuche -en este segmento- mesura y
hacer méritos para que los representantes del poder, tanto ejecutivo como
legislativo, no cambien de opinión y con ello se rustre la posibilidad de
alcanzar el reconocimiento.

39José Santos Millao, consejero mapuche de la CEPI en discurso ante la promulgación de


la nueva ley indígena, Nueva Imperial, El Mercurio 29/SEP/1993.
110 C.M.H.LB. Caravelle

El Consejo de Todas las Tierras


Seguramente lo que ha alcanzado mayor impacto del CTT son sus
métodos de hacer política. Con una diplomacia reducida y una alta dosis
de confrontación, las "recuperaciones" de tierras han sido, en particular,
las acciones que los han llevado a la cima del ranking noticioso.
El impacto de las "recuperaciones" de tierra de 1991, no sólo provocó
el terror de los latifundistas ; más allá de ello sacudió al país en su
conjunto, trayendo a la memoria de los chilenos la década de los 70 y la
ofensiva mapuche por reconquistar tierras expoliadas por el latifundio. En
el tope de la euforia triunfalista del CTT, su máximo líder -Aukan
Huilcamán- reiteraba: "la movilización continuará, hasta lograr la
recuperación territorial del margen surdelBío Bío hacia el sur"40.
Lo cierto, y para abreviar la historia, es que entre octubre del 1991 y la
fecha de redacción de este trabajo, el CTT, no ha recuperado ni una
hectárea de tierra a favor del pueblo mapuche. Es más, entre las acciones
de "recuperación" de 1991 y las de mayo de 1992, comienza a producirse
un distanciamiento conceptual, la "recuperación" de tierra en adelante
pasarán a conocerse como "recuperaciones simbólicas" de tierra. De este
modo el CTT juega con las necesidades y deseos de los campesinos
mapuche -el segmento de la población mapuche más empobrecido y
desesperado- pues les hace creer que habrá recuperaciones, cuando de lo
que se trata es de ocupaciones simbólicas. Al respecto " ...no hay que olvidar
que cualquiera posición política, sea del color que sea, que les plantee a las
comunidades indígenas la recuperación de la tierras usurpadas va a encontrar
seguidores'. 41
El Consejo de Todas las Tierras se mete en una brecha abierta con la
derrota electoral de la dictadura militar y el nuevo período democrático
que se abre. Para ellos el camino se presenta despejado, toda vez que las
restantes organizaciones se enrolaron en la Comisión Especial de Pueblos
Indígenas, quedando maniatadas frente al poder.
El rompimiento con la paternidad político-ideológica del PS
comandante y la renuncia de los socialistas del CTT a las categorías
analíticas de antaño42, los induce a reemplazarlas por un fundamentalismo

40Alex Flores Brauer. "Los mapuches no detendrán sus movilizaciones", diario La Nación,
25/OCT/1991.
41 Eduardo Castillo (jefe del proyecto de Pueblos Indígenas de la Comisión de Derechos
Humanos de Temuco), citado por A.V. Peña y A.E. Rodríguez, en "Grito de Rebeldía",
revista QuéPasa, 18/OCT/1991.
42Con el derrumbe del muro de Berlín y la crisis consecuente del mundo socialista, el
socialismo cae en el descrédito.
Transición democrática en Chile ... ill

que esconde, de algún modo, una carencia de política para enfrentar el


nuevo escenario político chileno. Esta orfandad de ideas generará por
efecto una política zigzagueante, que se expresará en planteamientos
contradictorios: "gobierno paralelo", "co-gobierno", "nueva ley",
"autonomía mapuche", "territorio del Bío-bío al sur".
Un "co-gobierno"43 sugeriría la idea de "compartir el poder politico,
económico y administrativo, como una forma de garantizar el equilibrio, el
desarrollo y la relación de ambas sociedades" AA (la chilena y la mapuche).
Una "autonomia mapuche" en cambio, expresaría la idea de que " las leyes
que se aprueben para la sociedad no mapuche no pueden ser válidas para los
pueblos que no tienen la misma cultura"^, o sea, leyes propias a cada
sociedad componente del Estado-nación, o leyes distintas a ambas
sociedades. Finalmente, un "Gobierno Paralelo", expresa la idea de una
autoridad política para los chilenos y una autoridad política para los
mapuche, con plena juridicción sobre cada sociedad.
La primera y la última proposición se acercan en cuanto suguieren un
poder dual sui generis para el territorio mapuche, pero se distancian en el
énfasis a la compartición de un lado (gobernar juntos) y la separación en el
otro; la autonomía en cambio sería leyes particulares para la sociedad
mapuche. Lo que extraña en el marco de estas proposiciones, es que el
Consejo no renuncia a la tradicional solución del "problema mapuche"
por "ley indígena"; y si bien critica los intentos del gobierno por formular
una nueva "ley indígena" -dado que " elproyecto final no fue conocido por el
pueblo mapuche" y " serán finalmente los senadores los que determinen el
destino mapuche" cuando "para nosotros participar es compartir poder" Aí>- el
mismo propone un texto alternativo.
Otro aspecto político novedoso en el Consejo, es la reclamación que
hace de la tradición para formular una estructura organizacional de nuevo
tipo, que difiera de las que existen. Nuestra organización dirá Aukan
Huilcamán: " recoge la forma histórica de organización mapuche. O sea, el
modo de relación. Esto no es un sindicato ni una organización gremial. Aquí
no nos hemos adaptado, pero en ninguna forma, a lo que el Estado chileno
quiere como organización mapuche"*7.

43No conocemos una formula de gobierno como ésa operando en ningún país del mundo.
44"Mapuches piden Co-gobierno del Bío bío al sur, con leyes propias", Diario Austral,
16/OCT/1991.
45DA 24/OCT/1991.
^Página Abierta art.cit.
47Cameron, Ob.cit. pág. 17.
112 CM.H.LB. Caravelle

¿A qué se alude con forma histórica de organización? ¿qué pasado


organizacional reinvindica el Consejo? No puede estar hablando de la
organización surgida luego de la Incorporación ya que ella es consecuencia
de un acto de dominación y subyugación política, de expropiación y
arreduccionamiento, que no guarda continuidad histórica con el período
inmediatamente anterior:

"Los jefes en cuyo nombre se otorgaron los títulos de Merced, se


mantuvieron en su posición, en la mayoría de los casos, aunque con
autoridad limitada; pero después de su muerte el oficio en muchos casos
quedó vacante, es decir, no fue heredado por el descendiente que
correspondía. En los casos cuando el hijo u otro pariente heredaba el
oficio, siempre fue reconocido por los miembros de la reducción como
"cacique heredero", siendo el título de cacique reservado para el Jefe
nombrado en el titulo de Merced. En todos los casos, por lo menos en la
zona que hablamos, la autoridad del Jefe, si es que existe, está
estrictamente limitada a las situaciones rituales; más específicamente se
hace aparente sólo en el contexto del "nguillatún ",48

Tampoco ha de tratarse del cacicato de los siglos XVIII -XIX, época de


esplendor mapuche, puesto que éste evolucionó para hacerse hereditario y
altamente centralizado en cuanto al poder:

"Desde la segunda mitad del siglo XVIII, la sociedad mapuche


estaba pariendo una nueva forma de sociedad; se daba una
contradicción permanente y no resuelta entre la actividad ganadera y
comercial, y las formas de organización social antiguas y tradicionales.
A consecuencia de esto -en quinto lugar- comenzó a darse una marcada
división social entre caciques (loncos) y guerreros (lanzas, conas). El
cona surge como caporal de los ganados (cuidador, vaquerizo, etc.), y a
la vez guerrero para defenderlo y maloquear (...) a los vecinos. Ya no es
el cazador el que se convierte en hábil guerrero, sino el jinete vaquero
de grandes piños de ganado que se transforma en "lanza" (...). En sexto
lugar, comenzó a producirse una alta concentración de los ganados y
conas, luchándose por el control de los pastos (territorios amplios de
talaje). Unos pocos caciques fueron adquiriendo mayor influencia y
mayor riqueza acumulada. En séptimo lugar, como consecuencia de lo

Milan Stuchlik. "Rasgos de la sociedad mapuche comtemporánea". ediciones Nueva


Universidad, Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile, agosto 1974, pág, 53-53.
Transición democrática en Chile ... 113

anterior, se fortalecieron las alianzas entre los loncos, provocándose


verdaderas formas germinales de centralismo político... "49

El cacicato marcó un hito, pero fue destruido por la fuerza de la


conquista; su existencia era incompatible con las pretenciones asimiladoras
del Estado-nación chileno y como tal fue desarticulado y sus exponentes
asesinados. De lo sostenido hasta ahora una cuestión parece
medianamente clara y es que la historia mapuche cambió con la irrupción
de los europeos. No hay una "Historia mapuche" en el sentido lineal, con
estructuras que se preservan en el tiempo; sino varias, como corresponde a
una sociedad que ha tenido por mérito, en lo estructural, una gran
capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, sin dejar de ser
mapuche ¿qué historia reivindica el CTT entonces?
Pero el punto de la organización no es el único en que se expresa el
fundamentalismo que caracteriza hoy por hoy, ideológicamente al CTT.
También ésta el argumento de la "cosmovisón mapuche" en oposición a la
chilena-occidental. Expresiones como: " nos caracterizamos por ser un pueblo
unido en el trabajo comunitario"50, "cuando se destruye la naturaleza,
simultáneamente se destruye el alma de nuestro pueblo"51, reivindican a un
mapuche idílico 52 que no existe, pues ni el trabajo comunitario ni el
mapuche ecológico son una realidad. En el primer caso, el lector puede
remitirse a Stuchlik 53.
Y para el segundo, nos resulta altamente ilustrativa, una lamentable
anécdota de Vicente Pérez Rosales cuando era Director de colonización en
Valdivia:

"En mi tránsito ofrecía Pichi-Juan treinta pagas, que eran entonces


treinta pesos fuertes, porque incendiase los bosques que mediaban entre
Chanchán y la cordillera, y me volví a Valdivia a calmar el
descontento que ya comenzaba a apoderarse de los inmigrados, los
cuales no sabían qué hacer de sus personas en el provisional alojamiento
donde, porfalta de terrenos, los había yo dejado.
"Hace ya tres meses que el disco de este astro, siempre puro allí
cuando se deja ver, aparecía empañado. Pichi-Juan había dado, desde

49José Bengoa, 1987, Ob.cit. pág. 44.


50Revista Ercilla, art. cit. 23/OCT/1991.
51Werken Ernesto Huenchulaf dando cuenta de la discusión desarrollada durante la sesión
del Io Tribunal Mapuche, en Diario Austral 02/ABR; '1992.
52Lo cierto es que, los mapuche son un pueblo con virtudes y defectos como cualquier
otro.
53Stuchlik, ob.cit. pág. 84.
114 C.M.H.L.B. Caravelle

entonces, principio a la tarea de incendiar las selvas que ocupaban gran


parte del valle central al SE. de Osorno. El fuego, que prendió en
varios puntos del bosque al mismo tiempo el incansable Pichi-Juan,
tomó cuerpo con tan inesperada rapidez, que el pobre indio sitiado por
las llamas, sólo debió su salvación al asilo que encontró en un
carcomido Coigüe, en cuyas raíces húmedas y deshechas pudo cavar una
peligrosa fosa. Esa espantable hoguera, cuyos fuegos no pudieron
contener ni la verdura de los árboles ni sus siempre sombrias y
empapadas bases, ni las lluvias torrentosas y casi diarias que caían
sobre ella, había prolongado durante tres meses su desvastadora tarea, y
el humo que despedía, empujado por los vientos del sur, era la causa del
sol empañado, al cual durante la mayor parte de ese tiempo se pudo
mirar en Valdivia con la vista desnuda n54.

Esta defensa de la tradición que hace el Consejo, nos parece en buena


parte, más que una defensa de la tradición mapuche, una recuperación del
mito del buen salvaje55. £1 Consejo pretende presentarnos una idea que la
sociedad dominante se hace, de forma más o menos romántica, de lo que
es "lo mapuche". En este sentido, los mitos fundamentales cultivados por
ellos, no son en absoluto mapuches, sino mitos creados por la imaginación
winka, y más aún, resultan exportados desde Europa.
Al indianismo del Consejo, fantástico y agresivo, poco le procupa el
verdadero mapuche, al que le cuesta encontrar en una masa tan
heterogénea de expresiones, como lo anuncian los resultados del último
censo (3/4 de población mapuche viviendo en ciudades y sin hablar su
lengua como producto de la historia de Incorporación del último siglo).
Es obvio que al Consejo le cuesta encontrar sus representantes en este
universo, pues según el modelo de mapuche que desea imponer, la
mayoría no cumplen el requisito de ser "genuinamente mapuche".
Pero su fidelidad a estas representaciones del pasado no impiden a sus
dirigentes los viajes en avión, que se invierta en educación occidental,
tecnología occidental (computadores, fotocopiadoras, fax, etc.) y se

54Vicente Pérez Rosales. Recuerdos del pasado, Editorial Zig-Zag, Santiago, Chile, 1958,
pág.384-385.
55 Véase Anne-Marie Savarin y Jacques Meunier. El mito de viernes. Una premeditación del
etnocidio: Los mitos del buen y mal salvaje, en Robert Jaulin (éd.) Eletnocidio a través de
Us Americas, edición siglo XXI, México 1976, págs 235 a 247; y Carlos Rangel. Del
buen salvaje al buen revolucionario, Monte Avila Editores C.A., Caracas, Venezuela,
agosto 1982.
Transición democrática en Chile ... 115

postule a una diputación. Esto último resulta contradictorio con


declaraciones escritas del CTT56.

2.3. Sobre las instituciones


Las instituciones nacen cuando las organizaciones mapuche
manifiestan síntomas de debilidad. En general la tendencia en su
nacimiento es a surgir posterior a la atomización de Ad-mapu y podemos
decir que ese proceso no ha concluido. La redemocratización del país ha
creado condiciones favorables a la perspectiva de aumentar su número.
Durante el período de negociación, las instituciones continuaron
salvaguardando su autonomía, aunque contribuyendo toda vez que le
fuera requerido, a hacer posible las- metas que se habían propuesto las
fuerzas democráticas. El proyecto de ley de la CEPI, debatido
ampliamente al interior de la Coordinadora de Instituciones Mapuche,
nunca logró encandilar a sus componentes, manteniendo serias reservas
respecto a algunos puntos.
Una segunda línea de acción que caracterizaría la praxis de las
instituciones, sería la de cubrir los vacíos que en el escenario dejaban las
organizaciones. Así, convocaron a una concentración de repudio a la
celebración del 12 de octubre en 1990, así como también han asumido un
rol protagonista en los conflictos de Quinquen y de mapuche-
pewenche/ENDESA por la construcción de las centrales hidroeléctricas de
Alto Bíobío, junto con grupos ecologistas chilenos.
Esto hace que cada vez más las instituciones incursionan en el campo
de la política. Pero el trabajo que desarrollan al interior de las
comunidades no es proselitista, aun cuando se han visto mezcladas en las
campañas a favor del regreso de la democracia, y las presidenciales tanto
de Aylwin como de Frei. Cierto es que ello conlleva un dilema, pues a
medida que avanza entre ellas un pensamiento de reafirmación étnica y
autonomía, la cuestión militancia política de algunos de sus miembros se
vuelve retardataria.
La vinculación con los partidos políticos que tienen los miembros de
las instituciones no es de la misma naturaleza que la que han tenido las
organizaciones con los partidos. En efecto, un elemento que gravita en
esta relación es el que las instituciones no necesitan al partido para
sobrevivir como ocurre con algunas organizaciones.

'6Aukin Wallmapu N guian o Consejo de Todas las Tierras. "Proyecto y propuesta de los
derechos fundamentales de la nación mapuche en las elecciones de presidente, senadores
y diputados" (borrador), junio de 1993.
116 C.M.H.L.B. Caravelle

Se puede llegar a afirmar, por el contrario, que los partidos necesitan


de ellas, en cuanto organismos especializados, y en cuanto organismos con
medios propios. Los miembros de instituciones se han ganado un espacio
en la sociedad y esto provoca que no entren a una relación con un partido,
como si fueran novatos e inexpertos.
Varios de los miembros de instituciones mapuche que militan en
partidos estatonacional, lo hacen en el PPD, PS y PDC. Esos partidos, a
diferencia del PC, MIR, o los socialistas que se desarticularon, no tiene
una política clara desarrollada hacia el sector mapuche, o mejor aun,
cultivan nexos orgánicos y estilos de trabajo flexibles (mas bien débiles),
que hacen que el individuo tenga bastante capacidad de maniobra por sí
mismo.
Finalmente, se puede hablar de que hay una relación de oportunismo
en los miembros mapuches de instituciones hacia los partidos. Ellos tienen
conciencia que por esas vía se cultivan relaciones de poder que pueden
derivar en nuevos financiamientos o ascensos personales, de manera que,
se podría aventurar, hay una percepción de beneficios recíprocos presentes
en dicha relación.

Conclusiones
El lector se habrá percatado que el presente trabajo corresponde a una
lectura de la actualidad enfatizando únicamente aspectos políticos. Ello se
explica porque quise estudiar la "posible" emergencia de un nuevo ciclo de
actividad reivindicativa mapuche, a partir de algunos síntomas que se
expresaban en la sociedad mapuche y su movimiento desde 1989 (en esa
fecha comienzan a irrumpir nuevas organizaciones PTI, CNPI, Comisión
500 años de Resistencia, etc.). Si este trabajo tiene algún mérito, es dejar
establecido que la clave para entender la situación mapuche actual se
encuentra en el pasado inmediato -ciclo reivindicativo originado en la ley
2.568- y no en épocas más remotas. Las conclusiones a que he arribado
luego de la exposición y tratamiento de la información son las que siguen:
1. Como denominador común, todas las organizaciones mapuche e
instituciones mencionadas -incluidas las de aparición reciente-constituyen
la expresión gremial de un movimiento mapuche que se gestó a fines de la
década del '70 y como respuesta a la promulgación sin consulta a la
población mapuche de la ley 2.568 57 por parte del régimen militar. Según
esto, dichas organizaciones son la expresión de un ciclo reivindicativo
mapuche que se inició en tiempos de dictadura y tras sortear los primeros

57Decreto Ley 2.750 de 1979.


Transición democrática en Chile ... 117

años de inactividad producidos por la violencia del régimen militar58. Ese


ciclo permitió, tras la exigencia de derogar la ley, incorporar a los mapuche
a la lucha contra el régimen militar y por la recuperación democrática de
Chile.
Conectado con lo anterior, las organizaciones que expresaron la
demanda de ese ciclo siguen existiendo y ejerciendo su influencia en el
escenario político, pero su rol ya no es el mismo. Carentes de iniciativa
política, dominadas por las instituciones estatonacionales chilenas
(partidos, iglesias, etc) y envueltas en la disyuntiva de ser leales al gobierno
democrático y a la sociedad mapuche, en la actualidad se perciben como
poco relevantes. Los intentos de levantar postulaciones políticas de sus
lideres a base de granjearse el voto mapuche de la comunidad mapuche en
su conjunto, han terminado en rotundos fracasos.
2. En cuanto al Consejo de Todas las Tierras, su surgimiento
corresponde a la etapa del dominio de los partidos en la actividad
mapuche, cuestión que quedó sellada a partir de la finalización del ciclo de
movilización iniciado como respuesta a la ley de Pinochet, esto es, 1983-
84. Si bien ese domínio a partir de 1991 no se expresa con un canal de
comunicación directo y de público conocimiento, las categorías usadas por
el CTT así como sus estilos y prácticas de trabajo, siguen dando cuenta
del reinado de los partidos en la actividad mapuche.
En Consejo de Todas las Tierras no expresa la idea de un nuevo ciclo
en nacimiento y desarrollo -como tampoco las restantes nuevas
organizaciones-, sino un viejo ciclo tratando de ponerse a tono con una
época que no logra interpretar. A ello se debe la marginalidad de la acción
política del CTT, la que no logra incidir en los acontecimientos de
manera de arrastrar al Estado a variar y replantearse la política que hasta
ahora ha desarrollado hacia la sociedad mapuche, pese a la
espectacularidad de sus movilizaciones. En consecuencia, frente a la
pregunta de si ¿hay un nuevo ciclo reivindicativo mapuche? a raíz del
surgimiento de nuevas organizaciones -destacando entre ellas el CTT- y su
protagonismo, todo me lleva a concluir que no hay un nuevo ciclo.
3. A diferencia de lo que postulan Foerster y Monteemos para la época
que cubre su estudio, la década de los '90, sí nos trajo interlocutores en el
Estado. Un nuevo indigenismo, o quizá el mismo viejo indigenismo con
nuevos ropajes, ha venido a florecer al amparo de la crisis de la

58Los mapuche fueron duramente castigados por los militares y la derecha latifundista de
la Araucanía, esto como consecuencia de su política de recuperación de tierras iniciada
bajo la coyuntura del gobierno popular de S. Allende. Se estima que el porcentaje más
alto de desaparecidos en dicha región corresponde a personas de ascendencia indígena.
118 C.M.H.L.B. Caravelle

institucionalidad chilena y a diferencia del anterior no es solamente


discursivo o moral, sino tiene claras influencias en el Estado.
Entre los principales indigenistas de los 90, figuran intelectuales y
personeros políticos de los partidos más importantes. Y podemos asegurar
que el nuevo indigenismo de la sociedad chilena ha llegado hasta la familia
del presidente, de donde una conducta más permeable hacia los pueblos
indígenas es difícil encontrar en otra coyuntura.
Finalmente, abrigo la esperanza de que el documento sea un aporte al
proceso de discusión sobre la condición actual de las relaciones de
subordinación Estatonacional de la minoría étnica nacional oprimida y
colonizada mapuche, de donde estoy llano a recibir las críticas, aportes y
comentarios, que los involucrados pudieran observar.

Anda mungkin juga menyukai