La conducta humana

La conducta humana es todo lo que el ser humano hace, piensa y siente. A través de ella la persona
se relaciona con los demás e influye en ellos, de la misma manera que los demás influyen en el
crecimiento personal de esa persona.

Muchas son las formas en que se producen dichas influencias. Las relaciones que una persona tiene con los demás; hijos, padres,
amigos, pareja, son muy importantes en su equilibrio emocional e incluso en su salud física.

La percepción interpersonal

Todo relacionamiento se inicia con la percepción de la otra persona. La manera en que uno percibe al otro influye en la manera de
relacionarse.

Las relaciones interpersonales pueden ser:

Positivas: Por Ej.: atracción, amistad, amor, de ayuda;
Negativas: como la agresión.

Los gestos, las miradas, el movimiento del cuerpo son elementos que proporcionan información de la otra persona e influyen en el
relacionamiento. Por ejemplo, al llegar a una empresa u oficina, si la persona que atiende en la recepción, le mira a los ojos, le sonríe y
saluda con cordialidad, se produce un efecto agradable y positivo.

En caso contrario, la persona llega y se la recibe con “ cara de pocos amigos” , sin mirarle a los ojos, puede causar un efecto negativo.

La expresión del rostro comunica, en general, el estado emocional que una persona experimenta. Pero también puede darse el engaño
facial si se controla una
emoción y se evita que se manifieste en el rostro. Por ejemplo, los actores, algunos políticos y personas manipuladoras.

También la mirada es una fuente importante de información. Una persona que mira fijo a los ojos de otra, causa la impresión de
seguridad, de confianza o de personalidad fuerte.

Relaciones interpersonales positivas. La atracción

La atracción interpersonal es una tendencia o predisposición de la persona a evaluar en forma positiva al otro, y acercarse a él.

Causas de la atracción

El relacionamiento humano o interrelación conduce a la atracción.

La atracción va desde una leve simpatía, hasta un amor apasionado, por lo que no es muy fácil saber con perfección cuáles son las
causas de la misma.

Los factores posibles de la atracción son:

* Proximidad física: La proximidad aumenta la posibilidad de interacción con otros. Ejemplo: los compañeros de un mismo curso, los
vecinos.

* La belleza física: Que atrae, produce atracción y se tiende a percibir a las personas bellas como poseedoras de otros rasgos positivos.
Se debe considerar que la belleza varía según la cultura, el tiempo y los ojos de quien mira.

* La similaridad de actitudes e intereses, sobre temas importantes (política, religión); es mucho más posible simpatizar con quienes
tienen intereses comunes.

Es más fácil querer a quienes nos quieren

La atracción entre dos personas se da cuando la interacción se recompensa en forma mutua y hay entre ellos
“similaridad de actitudes, complementariedad de necesidades y reciprocidad de sentimientos”.
CARACTER

Los términos carácter y personalidad a veces se utilizan indistintamente, aunque también suelen
diferenciarse. El término carácter tiene origen en el griego y significa marca grabada; señal que
se esculpe o se dibuja en algún objeto. En su aceptación psicológica pasó a ser denominador
del estilo de vida o el sello personal que se pone de manifiesto en el comportamiento del
individuo.

La preocupación por el carácter, en su aceptación psicológica, se remota a la antigua Grecia. El

autor más conocido fue Teofrasto a quien se debe la obra que lleva por título “Caracteres” en
la que se presentan 30 descripciones de otros tantos tipos psicológicos. Su influencia fue
verdaderamente notable en los siglos posteriores.

La técnica empleada por Teofrasto es muy sencilla. Comienza por la definición del rasgo
dominante, por ejemplo, la avaricia y después se aportan una serie de ejemplos donde la
influencia de dicho rasgo se pone de manifiesto.

El término carácter, en psicología, ha adquirido un significado especial adicional, además de la

aceptación primitiva de marca o sello. Es el modo específico de comportamiento del individuo,
determinado por sus cualidades morales.

El carácter no se toma aquí como una parcela de la personalidad, sino como la personalidad
misma, que es valorada positiva o negativamente.

Tal vez el uso del criterio valorativo caiga fuera de la ciencia; sin embargo los valores de un
individuo configuran, al menos en gran parte, su personalidad. Se trata de hechos que influyen
sobre la personalidad, al margen de que sean o no compartidos por otros sujetos humanos.