En centros, niños son números y se sostienen con presupuesto mínimo

Niñez en riesgo. En Cochabamba hay 35 hogares de acogida para niños, niñas y adolescentes en
situación de abandono. La Gobernación destina un presupuesto de 12 bolivianos al día para cubrir
su manutención.

SABRINA LANZA

Los Tiempos

“¿Cuántos niños como Alexander están en los centros de acogida, sin afecto y con las misma
posibilidades de terminar en un hospital sin que nadie los apoye?”, cuestionó la integrante de la Red
Por MI Derecho a Tener Una Familia, Mirta Lavayen.

Recordó el caso del bebé Alexander, quien tuvo padres alcohólicos y fue llevado a un hogar, donde,
tras cuatro meses de estadía, falleció con un paro cardio respiratorio y señales de abuso sexual. Su
caso volvió al debate tras el conocimiento de errores en la investigación de su muerte y puso de
manifiesto las deficientes políticas de protección de los niños, niñas y adolescentes en situación de
abandono.

En Cochabamba hay 35 centros de acogida para niños, niñas y adolescentes. Un informe de la

Defensoría del Pueblo de 2017 identificó que siete no contaban con certificación de Sedeges y
ninguno tenía médico permanente.

Asimismo, se verificó que, en promedio, existen dos trabajadores para atender a 40 niños. “La Ley
548 dice que los centros deben ser sólo para una estadía transitoria de tres meses. Esto no se cumple
y se ve a los niños como números y no como seres o sujetos de derechos, con los cuidados que
merecen” enfatizó.

En Bolivia, existen más de 8 mil niños, niñas y adolescentes, viven en 196 centros. La mayoría, de
8.369, no ha definido su situación legal, por lo que no puede ser adoptada.

“Los centros tienen mucho ese perfil de cárcel de niños, por no tener el personal idóneo, no hay una
institucionalización de los trabajadores, les falta presupuesto para la alimentación, incluso, se han
visto violaciones sexuales y negligencia”, dijo la responsable del proyecto Tejiendo Redes de Infancia
Redlamyc de Ecojóvenes, Julia Velasco.

Añadió: “El personal recibe sueldos mínimos y, por tanto, da los cuidados mínimos”.

Al respecto, la asambleísta departamental Lineth Villarroel expresó: “La realidad es que muchas de
las designaciones de personal responden a intereses políticos y no a méritos”.

Explicó que, a partir de inspecciones se vieron irregularidades en los centros y que por el momento
se restringe el ingreso para fiscalizar.

En el tema de recursos, sólo existe una fuente de financiamiento de parte de la Gobernación, que
otorga 12 bolivianos por día para cada niño.
Un estudio realizado por Ministerio de Justicia en 20810 reveló que los niños que viven en un centro
de acogida son seis veces más vulnerables a ser víctimas de maltratos o abusos.

La vivencia de los niños en centros de acogida bajo deficientes condiciones genera traumas
tempranos y cuadros de estrés que en el futuro los vuelve más propensos a ser víctimas de abuso o
a presentar actitudes delictivas, explicó el director ejecutivo de Infante, Miguel Gonzales.

“La neurociencia ha establecido que los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino están
comunicados a nuestra psicología y hacen que estén en equilibrio, pero cuando hay estrés, ya sea
por violencia de acción u omisión, esto se rompe”, detalló.

Siguió: “Cuando en la primera infancia se ha tenido esta ruptura, hace que en un futuro se responda
desproporcionadamente o que se anulen ante situaciones mínimas de estrés, por eso el tema no
debe tomarse con soslayo, sino que afecta el futuro de estos niños”.

Gonzáles resaltó que la poca atención y no priorización de protección a los niños, niñas y
adolescentes se traduce a futuro en un factor que genera menor desarrollo humano.

“Esto se expresa en términos de desarrollo humano cuando vemos personas con poca capacidad de
retención, problemas de atención y que no se les puede exigir mucho, porque han presentado un
trauma temprano” comentó Gonzales.

Por otro lado, explicó que este proceso puede ser revertido con la aplicación de terapias y políticas
públicas que generen que los niños sean realmente atendidos con cariño y respeto.

Familias sustitutas, una política urgente y necesaria

REDACCIÓN CENTRAL

Los Tiempos

A pesar de que la institucionalización de niños, niñas y adolescentes en centros debe ser la última
opción para casos de abandono, según la normativa, el sistema público ha convertido esto en regla.

Ante esto, expertos en protección y derechos de los niños apuntan a la urgencia de políticas
diferentes, como las familias sustitutas, ya que generan un mejor estado emocional y crecimiento
cognitivo de los menores al estrechar un lazo con un núcleo familiar.

En Bolivia, Infante es la única organización de hizo posible la aplicación del modelo de atención de
familias sustitutas.

El director ejecutivo de la fundación Infante, Miguel Gonzales, expresó que las réplicas de este
modelo de familia no existen por falta de decisiones.

“No hemos logrado trascender de un Estado de contención a los niños en abandono a uno de
proyección, que piense en su futuro y sea una prioridad para inversión”, estableció.

La integrante de la Red Mi Derecho a Tener Una Familia, Mirta Lavayen, señaló que la aplicación del
modelo de familias sustitutas genera un mejor desarrollo de la arquitectura cerebral de los niños.
“Existe un lazo con la familia sustituta con el niño que hace que, cuando deba irse con otra familia,
su proceso de adaptación sea más fácil en comparación a un niño que ha estado en un centro de
acogida”, dijo.

La responsable del proyecto Tejiendo Redes de Infancia Redlamyz de Ecojóvenes, Julia Velasco,
remarcó que la falta de decisiones de un “mundo adulto” genera que no se asignen suficientes
recursos para la protección de la infancia, porque ésta no es una prioridad.

Opiniones:

“El referente de familia que permite las familias sustitutas genera un mejor desarrollo de la
arquitectura cerebral del niño o niña”.

Miguel Gonzales

Director ejecutivo Infante Promoción Integral de la Mujer y la Infancia.

“La familia sustituta la da al niño, niña un referente de hogar, lo que no pasa con quienes están en
un centro de acogida”.

Mirta Lavayen

Integrante Red Por Mi Derecho a Tener Una Familia