Soy de los que opinan que la abundancia de candidaturas es una riqueza que
vale la pena aprender administrar, antes que desalentar o intentar suprimir
legalmente, soy de los que piensan que la diversidad de candidatos, con sus
correspondientes candidatas, son más bien una tarea a enfrentar y saber
gestionar, dejando que, tanto la acción ciudadana como la iniciativa popular, se
encarguen de dirimir.