UNIDAD 1
El síntoma en Freud
El sentido sexual inconsciente reprimido, la significación. La repetición. El mecanismo psíquico.
La sobre determinación. La retroacción. La formación del síntoma y las fantasías originarias. Las
amarras del ser: el kern unseres wesen.
La compulsión de repetición, el más allá del principio del placer, el complejo de castración y la
defensa ante la angustia. El síntoma como satisfacción sustitutiva. Consideraciones del síntoma
en la segunda tópica, el Ello pulsional y las voces del superyó.
Para Freud el estudio del sentido y significación de los sueños va a ser el camino preparatorio
para el estudio de las neurosis.
El estudio del sueño se convierte en una vía de acceso para el conocimiento del inconsciente
reprimido. El sueño es un sustituto desfigurado de lo inconsciente y la tarea de interpretación
consiste en hacer consciente lo inconsciente
La vida onírica, igual que los síntomas, nos permiten el acceso a las vivencias infantiles
inconscientes.
Una nueva orientación teórica surge a partir del concepto de narcisismo que introducirá una
función novedosa en las estructuras libidinales, una nueva vicisitud libidinal y una nueva especie
de regresión. Como resultado de esto, aparecerá un ordenamiento diferente de la nosología
freudiana, que opondrá las psiconeurosis de transferencia a las psiconeurosis narcisistas.
El desarrollo libidinal evoluciona desde el autoerotismo hacia el amor objetivado; autoerotismo
narcisismo elección de objeto, existen dos modos de elección de objeto: anaclitica (se
apuntala en los objetos reconocidos por las pulsiones de autoconservación) y narcisisticas (Se
elige objetos atributos del yo o de su ideal, por ejemplo la elección homosexual de objeto)
La temática del narcisismo y la de las identificaciones conducen a la formulación de las nuevas
instancias de la segunda tópica (ello, yo, súper yo).
Los síntomas neuróticos son el resultado de un conflicto que se libera en torno a una nueva
modalidad de la satisfacción pulsional, las dos fuerzas que se han enemistado vuleven a coincidir
en el síntoma, se concilian gracias al compromiso de la formación del síntoma; una de las dos
partes envueltas en el conflicto es la libido insatisfecha, rechazada por la realidad, que ahora
tiene que buscar otros caminos para la satisfacción. Si a pesar de que la libido está dispuesta a
aceptar otro objeto en el lugar denegado (frustrado) la realidad permanece inexorable, aquella
se verá precisada a emprender el camino de la regresión y aspirar a satisfacerse dentro de una
de las organizaciones ya superadas o por medio de uno de los objetos que resigno antes. En el
camino de la regresión, la libido es cautivada pro la fijación que ella ha dejado atrás si en esos
lugares de su desarrollo.
El camino de la perversión se separa del de las neurosis, si estas regresiones no despiertan
contradicciones en el yo, tampoco sobrevendrá la neurosis y la libido alcanzara una satisfacción
real, aunque no una satisfacción normal. El conflicto queda planteado si el yo, que no solo
dispone de conciencia, sino de acceso a la inervación motriz y a la realización de las aspiraciones
anímicas, no presta su acuerdo a estas regresiones, entonces la libido tiene que sustraerse del
yo y tal escapatoria le permite las fijaciones dejadas en la vida del desarrollo que ahora ella
recorre en sentido regresivo y de las cuales el yo se había defendido a través de represiones.
La libido halla las fijaciones en las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil, en los afanes
parciales abandonados y en los objetos resignados en la niñez, hacia ellos la libido se revierte;
la importancia de este período infantil es doble, por un lado, en él su disposición innata y en
segundo lugar, en virtud de las influencias externas, de vivencias accidentales que activaron
otras pulsiones.
La fijación libidinal del adulto tiene como etiología de la neurosis, el factor constitucional, que
se descompone en dos factores: la disposición heredada y la predisposición adquirida en la
primera infancia.
Los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada y lo hacen por medio de una
regresión de la libido; el síntoma repite de algún modo aquella modalidad de satisfacción de la
temprana infancia, desfigurada por la censura que nace del conflicto, volcada a una sensación
de sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la ocasión que llevó a contraer la
enfermedad. Al igual que el sueño, el síntoma desfigura algo como cumplido, una satisfacción a
la manera infantil. En el mundo de la neurosis la realidad psíquica es la decisiva.
El síntoma en Lacan
El síntoma como metáfora. El síntoma como letra. El síntoma en el grafo del deseo: significado
al Otro, la vertiente de sentido que aporta el fantasma. La castración (el significante de la falta
en el Otro). La pulsión. El ideal del yo y la división subjetiva. La posición fantasmatica.
Las dos vertientes del síntoma: el rasgo unario y el objeto. Desarrollos a partir de los conceptos
de alienación y separación. Aportes para la elucidación y el entendimiento en la práctica. El
síntoma como un signo de goce. El síntoma como lo más real.
Jean Daniel Matet – El síntoma es lo más real que muchas personas tienen
Síntoma y palabra
En un primer tiempo, síntoma era entendida como formación del icc, en un estatuto comparable
al sueño, el lapsus, el chiste etc.
El síntoma se hace palabra de una verdad, de un sentido reprimido (una forma desviada de
satisfacción sexual), pero en esa época es todavía una producción de un cuerpo imaginario,
ligada a su constitución a partir de la imagen del otro.
- Síntoma y represión
El síntoma es también significación, es decir, verdad que se anuncia, verdad puesta en forma y
es un efecto de cruce de la barra del algoritmo S/s, es un efecto de represión. Su significación
fálica, toda vez que aquello que el síntoma viene a significar, es el deseo.
- Síntoma y verdad
La verdad del sujeto puede entenderse a partir de las formaciones del icc: sueño, lapsus, chistes,
síntomas. En el síntoma el icc se manifiesta como verídico, pero en esa medida no basta con
escuchar, con intentar conocerse mejor para que esa verdad se manifieste. El sujeto sabe que el
síntoma le concierne pero no por ello sabe lo que es
- Síntoma y real
Es el campo de lo real que surge el síntoma como aquello que no marcha, es como función
de significante que el síntoma se enuncia, situando así un efecto particular de lo simbólico
en lo real. Es en este punto donde el síntoma se distingue del orden del deseo siento el goce.
El síntoma constituye esa anomalía en el campo de lo real en la que consiste el goce
- De algunos síntomas
En cuanto al neurótico, el síntoma es capaz es capaz de decir algo y que solo hace falta
descifrarlo; el síntoma está situado en el orden del lenguaje, mientras que el fantasma en el
orden imaginario (el estadio del espejo como matriz de todo fantasma); es en la disgregación
de la unidad imaginaria donde el sujeto encuentra el material significante de sus síntomas.
El fantasma se interpone como libreto imaginario (construidos a partir de las bellas formas
globales del cuerpo) frente al icc definido como la tensión sujeto – otro “tesoro de los
significantes”, es rebelde al icc, dependiendo del yo y de sus diferentes identificaciones.
El fantasma es consecuencia necesaria del sujeto al mismo tiempo que constituye el límite en el
ser hablante del funcionamiento simbólico. No hay sujeto sin fantasma, pero el fantasma es lo
que permite al sujeto creer escapar a la supremacía del significante.
El fantasma fundamental
El fantasma fundamental se inscribe en el organismo recortándolo, en la lógica significante de
la castración. El fantasma tiene estructura de ficción, es un real de un universo del discurso, él
da una forma a lo imposible de la relación sexual. Lacan apunta a la ausencia de referencia para
el fantasma fundamental, él corresponde a la lógica pura. El montaje del fantasma fundamental
concierne al sujeto del icc; en segundo lugar, él presenta el modo según el cual la castración ha
operado para el sujeto y, por último, da la clave de la posición del sujeto en relación con la
sexualidad y con el goce.
El fantasma es la escena en que el sujeto debe sostenerse en su deseo.
Fantasma y deseo
El fantasma articula un objeto en posición de instrumento y un sujeto deseante en lo más crudo
de su división. El fantasma no tiene otra realidad que de discurso y la función del fantasma en
ser hablante, en tanto que está barrado, es hacer desaparecer la división del sujeto respecto de
objeto y atestigua la negativa a presentarse como muñeca maniobra por el significante
pretendiendo dominar su deseo.
A partir de que se introdujo el nudo borromeo, se introdujo una nueva sintomatología, nuevas
designaciones de síntomas y una nueva construcción teórica para tratar de dar cuenta eso pero
en la práctica las últimas observaciones de Lacan se utilizan muy poco. Lacan no desarrollo una
clínica borronea, solo la introdujo.
Situación actual
Los sistemas actuales de clasificación CIE 10 (OMS) y DSM IV (APA) han sustituido el término
esquizofrenia por el de trastornos generalizados del desarrollo.
Psicosis es definida por el DSM IV TR como un cuadro caracterizado por delirio o alucinaciones
prominentes, que puede acompañarse de discurso y conducta desorganizados con pérdida de
las capacidades individuales o una pérdida grave de la evaluación de la realidad; los síntomas
negativos como hipobulia, anhedonia, alogia, parte del cuadro también pueden estar presentes
durante un episodio agudo.
El CIE OMS, sigue los mismos criterios que su par norteamericano. Estos sistemas proponen para
el diagnóstico de esquizofrenia aplicar los mismos criterios diagnósticos que se emplean en el
adulto
Para Kanner se separa la definición de esquizofrenia, de niños autistas. Su definición es la
siguiente: “aparición, luego de 4 o 5 años de edad, de trastornos psicóticos que se manifiestan
ya sea progresivamente, ya a partir de un episodio agudo o subagudo, y se inscriben en un
proceso evolutivo de larga evolución.
En relación con la esquizofrenia infantil, escribe: es un síndrome clínico muy infrecuente, que a
menudo se da en los niños de familias afectadas de esquizofrenia y por lo general su
desencadenamiento insidioso sucede al destete, el nacimiento de un hermanito, la separación
materna o un trauma en pequeños de temperamento marcadamente esquizoide. Estos niños
son ineducables, pueden parecer débiles mentales.
En relación al autismo infantil precoz escribió: trátese de un tipo de niño mucho más frecuente,
al que a menudo se diagnostica, erróneamente, como sordo, ciego o débil mental. Por lo general
provienen de familias inteligentes y educadas, si bien su nacimiento se produjo en momentos
de discordia o separación de los padres, período caracterizado en particular, por la depresión de
la madre.
Conclusión
Teorías psicoanalíticas
Sigmund Freud: Indagó la sexualidad infantil como una forma de organización genética de la
personalidad y se centró en el estudio del desarrollo libidinal. Plantea estadios libidinales que
son: estadio oral, anal, fálico, complejo de Edipo, latencia y adolescencia.
Anna Freud: dio mucha importancia a la observación directa del niño para establecer líneas del
desarrollo, evidencia el papel del entorno en el desarrollo.
Melanie Klein: se centró en el análisis del dualismo pulsional: vida y muerte: plantea una
constitución del psiquismo a través de dos fases: esquizoparanoide y depresiva. Desarrolla una
técnica analítica de juego
Psicoanálisis genético:
Spitz: utilizo la observación directa del niño para identificar y describir etapas de la evolución
psicogenética, plantea tres organizadores: la sonrisa ante el rostro humano, la reacción de
angustia ante la cara de un extraño y la aparición del no.
Tendencias recientes
Sandler: continuador de Anna Freud, que sostiene que el establecimiento de las relaciones
representa una búsqueda de la relación primaria con un objeto bueno. Bion continuador de
Melanie Klein, se centró en la organización del pensamiento, campo poco explorado.
Interacción: los primeros estudios sobre interacción provienen del campo de la sistémica y de
los estudios de las relaciones entre madre y bebe
Interacción observada
Es la capacidad del bebe de participar activamente en una interacción social, puede reconocerse
el concepto de zona de desarrollo próximo de Vigotsky que es la distancia entre el nivel de
desarrollo actual y el nivel de desarrollo potencial con la ayuda de un adulto.
Interacción fantasmática:
El estudio de las relaciones entre el fantasma bebé (corresponde al niño del deseo de
maternidad, surge de los conflictos libidinales y narcisisticos de la madre), el bebe imaginario
(es el niño deseado, se inscribe en la problemática de la pareja, en la que subyace la vida
fantasmática de la madre y el padre) y los que suscita el bebe real (material, el niño con el que
se interactúa en forma directa con su dotación genética y sus competencias particulares,
susceptible de entrar en resonancia con la fantasmática de la madre) permite evaluar el
potencial evolutivo de la interacción madre-hijo.
Modelos experimentales
La situación extraña: modelo de vinculo ansioso, se estudia la relación entre los rasgos de
personalidad de la madre y el tipo de apego madre-hijo. Bowlby se centró en el apego como
calidad de vínculo que existe entre la madre y el hijo, la emergencia de la ansiedad después de
la ruptura transitoria de este vínculo y la capacidad de tranquilizarse una vez restablecido el
vínculo.
El rostro impasible y la interacción diferida: modelo de interacción madre deprimida-bebe. El
rostro materno constituye para el bebé un punto de apoyo afectivo indispensable. El bebe es
sensible a la forma del rostro materno y a su movimiento como a la calidad de la dinámica de la
mímica.
La atribución de una falsa creencia: modelo de diferenciación de las creencias, de los psiquismos
y de la psicosis. La atención compartida y el acto de señalar con el dedo son los requisitos previos
para el desarrollo satisfactorio de una teoría de la mente en el niño pequeño.
La psicosis infantil: se lo define con este nombre estados clínicos muy dispares cuyo primer
carácter común es la manifestación de gravedad que la evolución suele confirmar con
frecuencia. A veces aparece como un trastorno que afecta a la inteligencia y los procesos
cognitivos parecen suspendidos o desviados: el lenguaje y en algunos casos se manifiesta con
mutismo y en ocasiones el comportamiento se ve alterado.
Estudio clínico de las psicosis infantiles
El autismo infantil precoz: descrito por Kanner, este síndrome aparece durante los primeros
años de vida y es localizada en diversos movimientos evolutivos. Se caracteriza por la ausencia
de la comunicación del niño con personas vivas que lo rodean y en particular, con su madre y
familia más próxima. Este defecto se traduce en todos los registros habituales de comunicación
- La mirada vacia del niño, no se dirige a nadie
- No aparecen ni la mímica ni los gestos de llamadas
- Parece insensible las estimulaciones auditivas y no se interesa por la voz de la madre ni
por la de los desconocidos.
- Las reacciones emocionales del niño son en conjunto extrañas. Permanece inmóvil con
los ojos abiertos si despierta de noche, sin gritar, ni llorar.
- El niño no parece conceder importancia a la distinción entre vivo y muerto, lo animado
e inanimado.
- El desarrollo psicomotor es variable; algunos niños presentan un desarrollo atípico,
otros adquieren rápidamente autonomía motriz y demuestran una gran agilidad tanto
en la motricidad global como en sus movimientos finos
- No tiene cabida el lenguaje
- Numerosos autores subrayan la ausencia de actividad autoerótica.
El autismo infantil precoz y la psicosis simbiótica son dos polaridades en el conjunto de las
psicosis infantiles.
Existen otros estados psicóticos del niño menor de cinco años capaces de desorganización o
curación, cuando las condiciones son desfavorables, capaces de constituirse en psicosis
infantiles duraderas:
- Las disfasias
- La agitación
- El fracaso de las organizaciones neuróticas y el polo psicótico de las disarmonías
evolutivas.
Evolución en la edad adulta de los niños que han presentado una psicosis infantil:
Un primer grupo incluye tanto a los niños autistas que no han adquirido una utilización social
del lenguaje, su aspecto se ve más o menos acentuado por demandas sociales ineluctables pero
carecen de sentido, las transformaciones de la pubertad afectan poco a su comportamiento y a
veces no modifica sus prácticas masturbatorias; el autismo provoca falta de solicitación y de
estimulación, lo que determina el desarrollo de conductas auto mutiladoras impresionantes,
cuando estos pacientes se convierten en adolescentes y adultos.
Un segundo grupo incluye las psicosis precoces que han evolucionado más favorablemente (con
adquisición del lenguaje).
Y la psicosis de aparición tardía: la preadolescencia resulta menos accidentada que la fase
anterior y es posible negociar una readapatación escolar relativa.
Psicosis precoces
Autismo precoz de Kanner: 2 y 3 semestre y se hace evidente en el segundo año y está asociado
con el aislamiento, ausencia del lenguaje y la inmutabilidad de mantener su entorno idéntico.
En cuanto a la evolución, se sostiene que alrededor de la mitad de los niños no evoluciona, otros
adquieren lenguaje o inicio del lenguaje y son raros los casos que llegan a su nivel de autonomía.
Otras psicosis precoces se distinguen del autismo de Kanner porque sobrevienen después de un
periodo de desarrollo normal en apariencia; el inicio se sitúa entre 2 ½ y 5 -6 años y son mas
frecuentes que el autismo de Kanner. Presentan crisis de angustia, perturbaciones motrices,
rituales defensivos, trastornos en el lenguaje y voz, trastornos psicosomáticos, frecuente
labilidad afectiva.
Psicosis de la segunda infancia
Signos aparecen entre los 5 – 6 años y los 12 – 13 años, son muchas mas raras que las psicosis
precoces y algunas de ellas son una prolongación de una forma precoz. El lenguaje se halla ya
elaborado, se ha realizado una catexia de los procesos cognitivos. Las manifestaciones psicóticas
en esta edad aparecen como conductas regresivas o desestructuradas con relación a las
actitudes anteriores del niño.
Se observan: reacciones de retraimiento, lentamente el niño pierde interés por las relaciones
con los amigos y actividades deportivas. Conductas motrices de inhibición o agitación. Trastorno
en el lenguaje que se expresa a través de un mutismo secundario. Fallas en las catexias cognitiva
con fallos bruscos en la capacidad intelectual. Trastornos de cariz neurótico, con la frecuencia
de las fobias de aspecto arcaico y de obsesiones. Manifestaciones de ruptura con la realidad.
Enfoque psicopatológico
Existe un núcleo psicótico que se caracteriza por la existencia de una angustia primaria de
aniquilación, de mutilación que implica la destrucción del individuo. La no distinción yo no yo.
Ruptura con la realidad. Prevalencia de los procesos primarios. Ausencia de nexos entre las
pulsiones libidinales y las pulsiones agresivas. Utilización de mecanismos de defensa precarios,
tales como la identificación proyectiva, la escisión, la proyección, la introyección, negación,
idealización y la omnipotencia.
Tratamiento
Enfoque terapéutico multifocal, que excluya pautas rígidas preestablecidas y capaces de
adaptarse a situaciones individuales y a las evoluciones observadas en el curso del crecimiento.
En el tratamiento se puede incluir, psicoterapia, tratamientos educativos y reeducativos,
terapias conductuales, tratamientos farmacológicos, acciones terapéuticas dirigidas a los
padres, tratamientos institucionales.
UNIDAD 4
Maud MannoniSe habla de debilidad cuando hay fusión del cuerpo del niño con el cuerpo de
la madre
Lacan No se trata de un mismo cuerpo sino de un mismo significante; no se trata de la pareja
madre-hijo que formarían un solo cuerpo sino del par significante
La holofrase
La ausencia, la no inscripción del intervalo en la cadena, el hecho de haberse producido una falla
en el tiempo lógico de la separación, impide la retracción, la resignificación.
La holofrase se produce en la solidificación, en la petrificación del par significante, no hay
intervalo, lo que tiene como consecuencia que el sujeto no adquiere representación.
La holofrase detiene la movilidad del significante, las representaciones se congelan en una
estereotipia de la huella mnémica reducida a su faz de monolítico.
Distinción de la holofrase
Lefort propone una distinción entre holofrase del débil y en el psicótico; en ésta última el par
S1-S2 están holofraseado sin caída del objeto a, quedando del lado del sujeto el objeto, siendo
el mismo el objeto del Otro, lo que implicaría una debilidad mental de alienación sin separación.
En la debilidad el S1 – S2 están holofraseados, sin caída del objeto a, pero éste queda incluido
en el Otro no barrado: es el Otro que dice “pienso", el no piensa y es un eco del Otro sin ninguna
interrogación acerca del deseo del Otro (como en la neurosis)
Esto es la debilidad como intento fallado de la separación.
Debilidad mental
- Flota entre dos discursos, no está solamente en un discurso
- No cuestiona ni se cuestiona, cree en el otro haciéndolo existir por la vía de ubicarse allí
- Abonado al icc, el sujeto hace uso de la cadena, holofraseandola
- Solidificación de la cadena
- No se aferra, no se “atiene” al ste 1 S1 (amo paterno), ni saber hacer, no elucubra S2
- Hace que el Otro piense por él. (esto lo hace débil)
- La debilidad en la mentalidad es la mentira con que se vela la verdad de la castración
- No se lee entrelineas, rechaza interpretar
- Fracaso reiterado de la separación
- Hace existir el Uno del cuerpo propio en el lugar de la falta
Psicosis
- Fuera del discurso, dentro del lenguaje (S1 – S2 X)
- Falta el S2, el que designa la división del sujeto
- Desabonado del icc, es mártir de éste
- La holofrase es elemental a la estructura, siendo la forclusión el mecanismo estructural
- El par significante está holofraseado (objeto a queda en uno mismo por no vaciamiento
de goce)
- El Otro lo piensa a pesar de él
- No hay castración (Juanito)
- Lee en la literalidad de tomar las palabras como cosas
- No hay separación
- No hay falta, no hay cuerpo
Peusner, Pablo – Reinventar la debilidad mental
En el seminario XIX Lacan llamó debilidad mental al hecho de que un ser, un ser hablante no esté
sólidamente instalado en un discurso; esto es lo valioso del débil, flota entre dos discursos, para
estar sólidamente instalado como sujeto, hace falta sostenerse de uno o saber qué se hace. El
débil no está en el discurso como el neurótico, pero tampoco está afuera del discurso como el
psicótico, sino que está flotando entre dos discursos. El débil se mueve sin poder fijarse entre
dos discursos.
Para Pierre Bruno, la debilidad consistiría en un fracaso para decir la estructura del sujeto de tal
suerte que se articula a un discurso que puede ceñir lo que hay ahí de real, a partir de lo que
hace hiancia, agujero, ruptura en el decir, demostrar lo real como imposible de decir y no como
necesario, partiendo de la impotencia como intervalo constituyente del discurso. Deduce la
distinción entre estructura y discurso, siendo el discurso el decir-la-estructura que sólo alcanza
para escribir la barrera del goce; hace un aporte a la clínica de la debilidad situándola como la
ocultación de la impotencia, a partir de lo cual podemos decir que su confesión es el operador
de entrada en el discurso analítico.
El discurso del amo es un discurso inconsciente. Cuando se le pide a un paciente que asocie, lo
estamos invitando a que abra ese S2, ese saber en el lugar del Otro; el problema es cuando uno
abre ese saber en el lugar del Otro, se encuentra con que en ese lugar del Otro aparece un plus,
un menos o una diferencia a lo que se quería decir y son las formaciones del inconsciente.
El débil queda pegado a la cadena, lo cual hace difícil pensar en un discurso que lo represente
como sujeto, ya que su división entre S1 y S2 no se produciría, no habría manera de habilitar el
intervalo entre S1 y S2 que está figurado en el discurso del amo; la debilidad queda como
operación que tiende a eliminar la enunciación, rechazando la enunciación, se elimina el plano
del deseo del Otro, no hay encuentro con ese deseo, ni pregunta que abra su dimensión; el
circuito se corta.
Si el débil tiene dificultades con el saber, hay un discurso que coloca al saber en un lugar de
reserva, es el discurso analista; éste es el único de los cuatro discursos que coloca al saber en
una posición particular, en el lugar de verdad; se trata de un saber supuesto.
La expresión “debilidad mental” fue acuñada en 1909 por Dupré, que extiende a lo mental una
calificación reservada a lo físico y su primera aparición en la lengua francesa se encuentra en
Nicole Cresme. La psicotecnia naciente va a dar a esta noción de debilidad mental, una base de
medida, en términos de déficits en relación con la competencia intelectual establecida como
estadísticamente normal.
Lacan anula toda definición deficitaria de la debilidad mental para ver en ella un malestar,
fundamental del sujeto en cuanto al saber. La debilidad mental se distingue por una resistencia
sostenida contra todo lo que podría negar la veracidad del Otro significante.
Maud Mannoni y el “decir parental”
El mérito de Mannoni es el haber levantado, por un acto, la prohibición del acceso del débil
mental a la cura analítica; es devolver al niño débil su estatuto de sujeto. La cuestión preliminar
consiste en estudiar las incidencias en el sujeto, tomado como débil, de su posición en el
fantasma materno. La concepción de la debilidad mental que depende de la forma del “decir
parental”
Cualquier estudio del niño débil es incompleto en tanto no se busque el sentido de debilidad en
la madre.
La holofrase de la pareja de significantes S1 – S2, no es lo que condiciona la debilidad, sino la
introducción de la dimensión psicótica en la educación del débil, en tanto que el niño es reducido
por la madre a “no ser mas que el soporte de su deseo en un término oscuro”. El niño se
encuentra psicotizado, no psicótico, él se halla solo y delante de un significante opaco y
opacante, pero el lugar del padre no está tachado por la impostura, lo que lo salva de la psicosis.
El débil se auto-percibe (el antónimo se autoriza) saber, para transformar en falso-verdadero el
saber de la verdad; pero por esta prohibición misma es por lo que se muestra sensible a su
división como sujeto, dándola a ver en tanto que la oculta. El sujeto se hace débil para conservar
intacto el Otro como verdad.
Debilidad y sublimación
En el polo opuesto de la decoloración del cuerpo del simbólico, donde el débil se confunde,
tenemos la sublimación, en tanta materialización.
Para Lacan, respecto a la debilidad, la transparencia adquirida en el cuerpo del simbólico en su
proceso de imaginarización equivale al recubrimiento del síntoma, en tanto que hace serie con
las otras formaciones del icc mediante una elección que consiste en reducir el intervalo entre la
palabra y lo que el hombre “cree que piensa2.
Con respecto a la sublimación; Lacan establece una contra-distinción entre la sublimación y el
síntoma; en el síntoma hay un retorno por la vía de la sustitución significante de la pulsión y en
la sublimación, la pulsión encuentra su fin en otra parte en lo que es su propio fin.
Manzotti, Marita – Clinica del autismo infantil ¿A que llamamos resultados terapéuticos en
psicoanálisis? El problema del autismo
Los niños autistas, en el discurso científico médico los ubican como objetos a ser domesticados
y no requeridos en tanto sujetos.
Desde el psicoanálisis considera al niño autista en la vertiente de los trastornos de subjetivación,
la estructura no se concibe sin decisión, hay en estos niños una insondable decisión del ser de
no ceder al significante, mantener al Otro al margen y hacer de la lengua una lengua muerta; su
cuerpo no está agujereado, hay en ellos un exceso de goce presente en toda la fenomenología
corporal. En estos niños, lo imaginario queda desarticulado y lo simbólico, dado el rechazo que
opera en torno al mismo, no incide en el recorte y vaciado de goce del cuerpo.
La falta de consentimiento que queda puesta de manifiesto en el intento de desengancharse de
las consecuencias traumáticas de lalengua, deja a estos sujetos fuera de todo lazo social, fuera
del discurso.
El autismo no es el autista, la generalización del DSM y CIE 10 no dice nada de la relación del
niño con el Otro y con el goce, ni de su modo particular de presencia. El psicoanálisis es una
terapéutica eficaz para los niños autistas, en la relación que establecen consigo mismo, con su
familia y con los ámbitos sociales donde habitan.
La diferencia entre los tratamientos cognitivos comportamentales de los del psicoanálisis
- TCC propone como intervención la reeducacion, tomar a la medida lo que se ha
desviado, la disciplina se ejerce de la mano de las neurociencias y de la localización en
las áreas del cerebro de las conductas por exceso o por déficit.
Se sostiene en su generalidad en la premisa de que no hay que tratar de entrar en el
mundo del niño loco, sino que hay que traerlo a nuestro mundo; elaborando para ello
una serie de rutinas como programas en el cual no hay nada de improvisto; a cada
propuesta corresponde una consigna que está referida al niño y su familia. Esta
corriente científica se propone sistematizar las deficiencias individuales. Hay un
borramiento a cualquier producción que singularice la posición de ese niño en relación
al Otro. Ocupa el lugar de objeto pasivo sobre el que se implementa la operatoria.
- Contrariamente, el psicoanálisis sostiene su no saber como posición ética, alojando las
particularidades de producción que cada niño trae y sin proponerle un desencontrarse
con el otro; capta la experiencia centrada en la correlación del sujeto con el goce, a partir
de indicios. Se debe revaluar la verdadera autonomía psíquica y diferenciarla de las
adquisiciones de meras conductas de apariencia de autonomía: la fuerza de las
automatizaciones disciplinadas por las TCC no hacen más que reforzar esa apariencia.
Hay que partir del deseo del analista un punto de suprema complicidad abierta a la sorpresa en
lo inesperado.
El deseo del analista, un punto de suprema complicidad abierta a la sorpresa. Nos confrontamos
con un niño que no quiere nada de nosotros, el primer obstáculo es evitar la impotencia; hay
alguien ahí no dispuesto a consentir y cuenta con los recursos necesarios para lograr el propósito
de dejarnos plantado. Estos niños dicen no a la afirmación primordial y el sujeto queda
rechazando la behajung, reaparece en lo real y como goce que queda separado de todo sentido,
en tanto no hay orientación posible ya que el sujeto no dispone de ningún juicio.
Sera entonces a partir del reconocimiento de una posición singular, al cobrar valor el trabajo
que realiza ese sujeto bajo una modalidad que le es particular, que el dispositivo analítico cobra
otra formalización; el dispositivo a implementar cobrará la función de un topos (espacio en que
se dispone un orden para que las cosas encuentren la manera de cumplir una misión) y un
soporte (mecanismo dispuesto a sostener un eje en movimiento) que no obstaculice el singular
trabajo que este sujeto realiza al soportar el no poder articular nada del orden del juicio.
Nos orientamos en la búsqueda de localización del sujeto con el goce a partir de un detalle, lo
que permite encontrar la modalidad particular (su cálculo) que ese sujeto encontró para
sostener su decisión y a la vez impedir algún encuentro que lo implique en la relación a Otro.
El dispositivo soporte oferta a cada niño la imprevisible aproximación a un marco que introduce
al sujeto como tal singularizando aquello que en el niño en particular hace de anudamiento,
enlace o suplencia entre lo real y el ste a través de cálculos, maniobras y anticipaciones que nos
permiten dirigir el trabajo.
La inclusión en el Otro
Sujeto autista bajo la forma primaria s – sujeto representado, su-puesto, puesto bajo los
significantes que lo representan en el Otro: S/s. La fórmula S/s es la escritura del sujeto supuesto
por los significantes del Otro, que todavía no ha “hecho su entrada en lo real”; es la libido del
Otro la que se vincula con él, hasta el punto que se podría aludir a su inclusión en el lugar del
Otro.
¿Que otro?
El Otro designa aquí la presencia del cuerpo de la madre como la de algunos significantes a los
que el niño autista tiene acceso. Además, los fenómenos de perturbación que se constata a nivel
de la presencia y ausencia indican la falta del lugar vacío en el que el sujeto podría alojarse.
Parecería que estos niños permanecen más acá del umbral de toda simbolización. Estos sujetos
no entran por su cuenta en la alienación significante: están tomados únicamente a nivel de la
palabra y de los significantes del Otro. Permanecen como puros significados del otro.
El cuerpo
La perturbación de la relación con el Otro no dejará de tener consecuencias en el cuerpo, en el
que el cuerpo de lo simbólico se incorpora; se constata en estos niños un gran número de
perturbaciones corporales características. Se distinguen por déficits especiales: incoordinación
del movimiento, de la marcha, de los ojos, déficits en el aprendizaje de la continencia y del
lenguaje.
Los comportamientos de estos niños se ordenan entre dos tipos de estados: el estupor y la
animación del autómata. Tienen defectos en la marcación de fronteras entre su cuerpo y el
cuerpo del otro.
El niño autista está alucinado, es decir, sumersión en lo real, por lo que no puede escuchar el
llamado, porque la respuesta está ya allí. El autismo señala una forclusión; no hay Otro barrado,
si hay Otro, funciona como pura exterioridad de la Ley, Otro-Amo
El niño autista sale del autismo para entrar en la psicosis
Las cuatro letras:
1) S1 primeramente, significante amo: el pasaje directo del ste en lo real
2) S2, el saber: indica la posición del otro ste, llamado por el uno, es el lugar del saber en
la lengua, en esos niños, la relación con el saber en la lengua se encuentra una oposición
directa, radical, en pura exterioridad.
3) El sujeto dividido: aquel de cual se habla, en los niños autistas están abrochados en un
decir parental. Cuando el sujeto se separa de ese primer estado, de esa primera
posición, se produce un saber delirante lo que se llama psicotización.
4) El objeto a: vemos el acoplamiento del sujeto con un objeto bizarro, suplementario y es
este objeto de goce fuera del cuerpo que revela la categoría del objeto a.
De la vulnerabilidad.
La adolescencia es un espacio-tiempo que se refiere a la historización en acto de la subjetividad,
donde los movimientos estructurales de los múltiples sentidos y no sentidos, arman-desarman,
construyen-reconstruyen fantasmas desiderativos en razón de las mociones pulsionales, donde
se intenta una reubicación de hombre, de mujer en lo social
El tiempo lógico prevalece en la escena psíquica y el a posteriori trabaja en la estructuración
psíquica.
Sucede que el sujeto psíquico en la adolescencia, en la necesidad de soltar amarras del Otro para
configurar las propias, paradójicamente se instala en un grupo con diversas características según
las escalas sociales y culturales donde va a funcionar en forma interdependiente.
Desde una perspectiva dinámica-estructural, se vuelven hacer presentes todos los elementos de
la constitución subjetiva que implican la organización narcisista y pulsional del sujeto.
Es necesario no esconder ni velar la ausencia de certezas de nuestra contemporaneidad, donde
se precisa el rescate de la vulnerabilidad como el eje de la constitución subjetiva. Espacio tiempo
de la infancia, pubertad, adolescencia, donde la vulnerabilidad es un común denominador.
La vulnerabilidad es un común denominador en la adolescencia de todos los tiempos.
Se necesita atravesar una especie de ruptura con la parentalidad. Asistimos a modos diferentes
de lidiar con la separación, que a su vez han cambiado de lugar en relación con el siglo
precedente.
Entre los elementos de la estructuración subjetiva que pivotean el vivir sintomático del
adolescente se halla:
El apoderamiento presente en el movimiento estructural.
El concepto de amor-odio
La impronta identificatoria
La agresividad
La importancia del acto como discurso, todo lo cual forma parte de la transferencia en nuestra
praxis con el adolescente.
La agresividad constitutiva y estructural trabaja en lo especular, está implícita en la estructura
narcisista del amor y permite la instancia del apoderamiento, donde la imagen propia y ajena
contiene la peripecia de alienación (transitoria), apoderamiento, identificación, que implica
discriminación.
La adolescencia, espacio-tiempo de experiencia, con el otro – Otro, tiene algo de un contiunuo
reconocimiento, donde se produce un sujeto psíquico y cuyo eje vivencial yoico es ser el
amordio. El odio permite la caída de la suposición de un saber total sobre el bien, como un límite
de saber, se hace presente en la transferencia como hostilidad.
Actos, actuaciones, en realidad acontecimientos que se refieren a la actualización de los padres
infantiles, a quienes necesita aplastar – destruir para atravesar su propia castración simbólica;
elementos propios de la modalidad del discurso adolescente en transferencia.
El adolescente se pone en escena todo el tiempo y suele no estar en condiciones de reconocer
las causas o efectos de sus actos, tanto afirma como desmiente, tanto reconoce como
desconoce.
El acting out debemos escucharlo como un mensaje para ser oído, antes que castigarlo.
En la escena vital del adolescente, la amistad se nutre del amor y el odio y en ese atravesamiento
acontecen articulaciones nuevas en torno a su propia imagen, en un más allá del otro que oficia
de imagen especular, de la que se nutre construyendo su yo.
El camino adictivo es una solución a la intolerancia afectiva. No puede manejar sus afectos y
reflexionar sobre ellos de manera constructiva. Los objetos adictivos suelen resolver
momentáneamente la tensión afectiva, pues son soluciones somáticas y no psíquicas, en
reemplazo de la función del quehacer materno primario faltante.
La función del analista es de contener las proyecciones del paciente en un estado de reverie,
pero respondiendo con interpretaciones apropiadas. Proveer de un ambiente contenedor es de
suma importancia no solo para el paciente sino también para los profesionales que trabajan con
el paciente.
Para intentar comprender la significación del impulso autodestructivo en el adolescente y el
cambio interior que lo ha determinado, disponemos de un instrumento privilegiado: la relación
analítica.
Liberarlo de la fascinación por la muerte implicaría ayudarlo a comprender aquello que ha
intentado llevar a cabo, esto significa integrarlo y para ello es necesario trabajar el momento
traumático de forma tal que éste constituya en un punto de permanente atención y espanto,
intentando impedir que aparezca en forma repetitiva en otros actos.
La reactivación del dolor psíquico, de la angustia y la depresión que determina la expresión
consciente e inconsciente del odio hacia el analista, representante del objeto amado y odiado
en la relación transferencial, constituye una dura prueba para la contratransferencia del
analista.
Diferencia entre adolescencia como categoría social normativa y la pubertad, que se refiere a
un momento de cambio real en el que se define para el sujeto un modo de tratar al Otro como
partenaire sexual.