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CÉSAR VALLEJO, UN POETA REVOLUCIONARIO*

Por Carlos Rojas Galarza **

El intelectual revolucionario,
por la naturaleza transformadora de su pensamiento
y por su acción sobre la realidad inmediata,
encarna un peligro para todas las formas de vida
que le rozan y que él trata de derogar y de sustituir
por otras nuevas, más justas y perfectas.
Se convierte en un peligro para las leyes,
costumbres y relaciones sociales reinantes.
Resulta así el blanco por excelencia de las persecuciones y
represalias del espíritu conservador…

El espíritu de heroicidad y sacrificio personal


del intelectual revolucionario,
es, pues, esencial característica de su destino.

Obras completas de César Vallejo,


Tomo: Ensayos y Reportajes Completos

El Arte y la Revolución
Ed. Universidad Pontificia Católica del Perú, Lima, Pág.369

En una ponencia anterior traté el tema de la Pedagogía en la Docencia de Vallejo que luego –
conjuntamente con las exposiciones de Julio Yovera y Percy Julián- se convirtió en el libro TRES
DOCENTES HABLANDO DE VALLEJO. Al iniciar mi exposición señalé que en la vida y obra del
Poeta Universal hay dos aspectos que debían llamar la atención: la trascendencia del carácter
pedagógico de toda su obra; y su militancia marxista activa en la última etapa de su vida. Y
mencioné la necesidad de estudiar estas dos dimensiones por cuanto sectores interesados no
consideran importante la trascendencia de la proyección pedagógica de la obra vallejiana,
menos todavía el conocimiento popular de la vida militante del Poeta Universal en el
marxismo-leninismo en Europa. Y diríase, más que no darle importancia, es lo riesgoso que
resultaría que la juventud particularmente sepa la convicción de un César Vallejo comunista.

De manera general César Vallejo es considerado –con justicia- como Poeta Universal. Las
razones de esta máxima condecoración literaria legítima no sólo son por la belleza de las
formas y construcción de sus hermosos versos, no sólo por la extraordinaria e intensa
expresión de sus mensajes cargados de dolor humano, de tristeza por el amor al prójimo en la
orfandad, por la indignante situación de vivencia de los indígenas del campo y las minas. Sino
que también Vallejo había logrado que la subjetividad y objetividad humanas se transformasen
en poemas vivos y denunciantes, en verbos clamorosos como en los Heraldos Negros:

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

O también en los Dados Eternos:


*
Ponencia CÉSAR VALLEJO, UN POETA REVOLUCIONARIO , mayo 2014, Santiago de Chuco porganizado
por el Colecivo CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA.
**
Magíster en Educación Universitaria, docente de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La
Cantuta-Chosica
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

El carácter de Poeta Universal reside en la universalidad del mensaje, no en un dolor


individualista, menos personalista, él es el intérprete sintetizador del dolor y sufrimiento de la
humanidad; su inmensa sensibilidad como ser humano lo hace captar aquella parte de la
subjetividad sufriente de todo lo que es humano. Pero tampoco es el poeta triste, acongojado,
angustiado en lo personal. También es importante precisar que esos pesares implicaban en
Vallejo, la esperanza y el optimismo de un nuevo amanecer en esta tierra fecunda de la vida, tal
como se puede leer en el poema XVI de Trilce:

Tengo fe en ser fuerte.


Dame, aire manco, dame ir
galoneándome de ceros a la izquierda.
Y tú, sueño, dame tu diamante implacable,
tu tiempo de deshora.

El mismo Amauta José Carlos Mariátegui en el clásico 7 Ensayos de la Realidad Peruana 1


señaló:

“…ese gran poeta…se presenta en su arte, como un precursor del nuevo


espíritu, de la nueva conciencia”; y, en la parte final de su comentario
sobre Vallejo, escribió: “La confesión de su sufrimiento es la mejor prueba
de su grandeza”

Una de las particularidades del Poeta Universal es que también sobresalió como escritor de
novelas, cuentos, ensayos y artículos periodísticos. Fue un excelente narrador por la claridad
y didáctica de su pensamiento a transmitir. Como maestro que fue en su juventud, no perdió
ese prodigio de sus enseñanzas no sólo como información, sino sustancialmente como
formador de conciencias nuevas y vivificantes. César Vallejo siempre fue un humanista y lo
demuestra en todos sus escritos poéticos y prosaicos, como también en sus artículos
periodísticos y científicos. Es en Europa donde va a completar su percepción del mundo, va a
vivir y sufrir experiencias nuevas de un período histórico caracterizado por las consecuencias
políticas de la Primera Guerra Mundial, el surgimiento de Rusia Socialista, expansión del
marxismo entre el proletariado europeo, el ascenso del fascismo en su lucha por la toma del
poder político, la Guerra Civil Española y la preparación de las fuerzas oscurantistas burgueses
para desatar una nueva guerra mundial. Un humanista como César Vallejo no podía estar
ajeno, indiferente ante las graves contradicciones sociales por las que pasaba Europa y la
creciente amenaza de una nueva conflagración mundial que destruiría a parte de la
humanidad.

Para entender a Vallejo en su última etapa productiva intelectual a plenitud, es necesario


conocer y resaltar su conversión a la concepción marxista, en la cual militó desde fines de
1928 hasta el día muerte en 1938. Más de 10 años de militancia comunista que alimentaron y
dieron rumbo definitivo a su vida y obra.

1
José Carlos Mariátegui, 1928, 7 ENSAYOS DE LA INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA (vigésima novena
edición, 1991) Ed. Biblioteca Amauta, Lima, Pág. 316.

2
En efecto, Vallejo hizo su primer viaje a Rusia socialista en octubre de 1928 con los anhelos de
establecerse y observar la construcción del socialismo, sin embargo, permaneció apenas dos
semanas por problemas del idioma y regreso a París. Tan corta estadía sustancial lo impresionó
de tal manera que decidió afiliarse al marxismo:

“El 27 de diciembre [Vallejo] escribe a Pablo Abril: «Debemos unirnos


todos los que sufrimos de la actual estafa capitalista, para echar abajo este
estado de cosas. Voy sintiéndome revolucionario y revolucionario por
experiencia vivida, más que por ideas aprendidas». Al día siguiente, 28 de
diciembre de 1928, toma dos decisiones que darán un nuevo rumbo a su
vida, sus ideas y a su obra creativa; la primera, firma un documento de
ruptura con el Apra «por la nueva orientación contrarrevolucionaria que le
insuflan las nuevas teorías de Haya de la Torre»; y la segunda, constitución
de la célula comunista de París afiliada al Partido Comunista del Perú
fundado por Mariátegui”2.

Para aquel entonces Vallejo ya estaba familiarizado con la ciencia del materialismo dialéctico e
histórico y se dedica a escribir de manera coherente con su filiación comunista. Produce entre
1931 y 1935 su novela proletaria Tungsteno, sus crónicas Rusia en 1931, Paco Yunque, Entre
las dos orillas corre el río, Rusia ante el Segundo Plan Quinquenal, Poemas humanos.

En 1935 escribe varios cuentos como: El niño del carrizo, Viaje alrededor del porvenir, Los dos
soras y El vencedor; bocetos narrativos publicados años después de su muerte. Otra de sus
grandes obras es España, aparte de mí este cáliz. Como puede observarse todos estos títulos
tienen un carácter marxista. Sin embargo, hay que advertir de nuestra parte que esta
producción, de la cual varios han de publicarse a la muerte de Vallejo, que sus escritos no
constituyen un vocero panfletario puramente político. Vallejo no sólo continúa escribiendo con
su estilo muy propio de él: toda una construcción arquitectónica que enriquece la lingüística,
ahora con el método dialéctico y una visión marxista no dogmática de la vida real y la lucha de
clases. Paco Yunque es un claro ejemplo de ello, como también el Tungsteno, donde en ambos
escritos refleja las contradicciones de clase.

El pensamiento de César Vallejo a partir de su toma de conciencia de su rol en la sociedad se


va a elevar en tanto comprende y sobretodo contribuye a la transformación social. Al respecto
dice en su trabajo El Arte y la Revolución, 3 con relación a la Función revolucionaria del
pensamiento:

“Empecemos recordando el principio que atribuye al pensamiento una


naturaleza y una función exclusivamente finalistas. Nada se piensa ni se
concibe, sino con el fin de encontrar los medios de servir a necesidades e
intereses precisos de la vida. La psicología tradicional, que veía en el
pensamiento un simple instrumento de contemplación pura,
desinteresada y sin propósito concreto de subvenir a una necesidad,
también concreta, de la vida, ha sido radicalmente derogada. La inflexión
finalista de todos los actos del pensamiento, es un hecho de absoluto rigor
científico, cuya vigencia para la elaboración de la historia, se afirma más y
más en la explicación moderna del espíritu.”

2
Miguel Gutiérrez Correa, EL POETA CÉSAR VALLEJO Y EL MARXISMO, Rev. Virtual REBELIÓN de 16-4-2004.

3
César Vallejo, ENSAYOS Y REPORATAJES COMPLETOS, Ed. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002, Pág. 369

3
La cita muestra una seria reflexión de Vallejo en relación con el proceso del pensamiento
humano, en el sentido de los fines de este proceso de cognición del cerebro en las sociedades
capitalistas, en correspondencia de satisfacer las necesidades humanas. Pero Vallejo, no se
queda en la psicología positivista de la mera contemplación pura y no comprometida con los
compromisos sociales, menos todavía de no introducir algunos cambios para mejora de la
humanidad. Por ello habla de una psicología con rigor científico para procurar los cambios
sociales.

Sin embargo hay intelectuales –felizmente pocos- que insisten vanamente en desdibujar la
grandeza de Vallejo en su faceta de ensayista científico. Así por ejemplo, el profesor
estaunidense Alberto Acereda4:

“Su delicada salud física y sus experiencias personales de gran penuria


económica le llevaron a una confusión ideológica que vio el marxismo como
solución. Nuestro interés en presentar a un verdadero Vallejo responde a la
voluntad de rescatar la doble vertiente de este peruano: la del poeta
sinceramente entusiasmado por la solidaridad y la fraternidad de todos,
según refleja su poesía; y la del mediocre pensador y defensor del marxismo.
El objetivo es aclarar algo las cosas teniendo en cuenta la gran selva
bibliográfica dedicada a este autor peruano.” En otro lado del mismo escrito,
este mismo docente huidizo de la doctrina marxista dice “Sabemos que
Vallejo fue un hombre de carácter existencialmente desesperado y
esencialmente bueno, hombre de profunda crisis moral, de atormentado
desasosiego interior que padeció ante el panorama de la humanidad
sufriente de entreguerras. Por eso resulta tan difícil entender que este
hombre bueno, este autor de Poemas humanos fuera el mismo hombre que
apoyó el marxismo en su vertiente más feroz y tiránica: la del estalinismo.”

Este señor entra en una profunda confusión al caracterizar al Poeta Universal como un
verdadero Vallejo poeta sinceramente solidario y fraternal, y a su vez presentarlo, como un
mediocre pensador por ser marxista. La confusión está en la mente de este crítico defensor del
sistema burgués. Su argumento se reduce a la militancia ideopolítica de Vallejo hasta de
calificarlo de stalinista, término que no existe en la ciencia política científica. Para este crítico
ser marxista es ser ya el mismo Lucifer.

Citemos nuevamente a Vallejo5 de manera textual y analícese dónde está su esquematismo y/o
mediocridad:

"Los filósofos, —dice Marx— no han hecho hasta ahora sino interpretar el mundo
de diversas maneras. De lo que se trata es de transformarlo". Lo mismo puede
decirse de los intelectuales y artistas en general. La función finalista del
pensamiento ha servido en ellos únicamente para interpretar –dejando intactos—
los intereses y demás formas vigentes de la vida, cuando debía servir para
transformarlos. El finalismo del pensamiento ha sido conservador, en vez de ser
revolucionario.

4
Alberto Acereda POR UN VERDADERO CÉSAR VALLEJO: ENTRE LA POESÍA SOLIDARIA Y LA CEGUERA MARXISTA, Ed.
Rev. La ilustración liberal No. 19 y 20. Fuente: http://www.ilustracionliberal.com/19-20/por-un-verdadero-
cesar-vallejo-entre-la-poesia-solidaria-y-la-ceguera-marxista-alberto-acereda.html
5
César Vallejo, ENSAYOS Y REPORATAJES COMPLETOS, Ed. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002, Pág.370

4
El punto de partida de esta doctrina transformadora o revolucionaria del
pensamiento, arranca de la diferencia fundamental entre la dialéctica
idealista de Hegel y la dialéctica materialista de Marx. "Bajo su forma
mística –dice Marx— la dialéctica— se hizo una moda alemana, porque
ella parecía aureolar el estado de cosas existentes". Bajo su forma racional,
la dialéctica, a los ojos de la burguesía y de sus profesores, no es más que
escándalo y horror, porque, al lado de la comprensión positiva de lo que
existe, ella engloba, a la vez, la comprensión de la negación y de la ruina
necesaria del estado de cosas existente. La dialéctica concibe cada forma
en el flujo del movimiento, es decir, en su aspecto transitorio. Ella no se
inclina ante nada y es, por esencia, crítica y revolucionaria” 6

¿Esta reflexión de Vallejo es simplista, esquemática, mediocre o es la verdad objetiva del


pensamiento finalista (positivista) de los psicólogos tradicionalistas burgueses y sus seguidores
como el señor Areceda? Nosotros leemos que es una brillante explicación de la dialéctica para
transformar el mundo desde la posición marxista de los intelectuales y artistas revolucionarios.
La siguiente transcripción del pensamiento de Vallejo, 7 aunque un tanto larga es necesaria su
inclusión en esta ponencia:

"Quien está contra la burguesía, está con nosotros". Esta es la palabra de


orden –dice Lunacharsky— que debe servir de base para formar la
Internacional de los Intelectuales.

¿Puede aplicarse esta fórmula a los intelectuales revolucionarios de todos


los países? Evidentemente sí. En América como en Europa, Asia y África,
hay ahora una tarea central y común a todos los intelectuales
revolucionarios: la acción destructiva del orden social imperante, cuyo eje
mundial y de fondo reside en la estructura capitalista de la sociedad. En
esta acción deben acumularse y polarizarse todos los esfuerzos de la
inteligencia. Importa mucho darse cuenta de lo que hay que hacer en un
momento dado. El leninismo, en este punto, ofrece enseñanzas luminosas.
"No basta -dice Lenin- ser revolucionario y partidario del comunismo: hay
que saber hallar, en cada momento, el anillo de la cadena al cual debe uno
agarrarse para sostener fuertemente toda la cadena y para agarrarse luego
del anillo siguiente". Para los intelectuales revolucionarios, el anillo
doctrinal y práctico del momento radica en la destrucción del orden social
imperante. Tal es la consigna táctica específica de todo intelectual
revolucionario.

Nuestra tarea revolucionaria debe realizarse en dos ciclos sincrónicos e


indivisibles. Un ciclo centrípeto, de rebelión contra las formas vigentes de
producción del pensamiento, sustituyéndolas por disciplinas y módulos
nuevos de creación intelectual, y un ciclo centrifugo doctrinal y de
propaganda y agitación sobre el medio social.

6
Citar el creacionismo de Vicente Huidobro, interpretación del pensamiento. No copia la vida, sino que la
transforma, Huidobro; pero la transforma viciándola, falseándola. Es educar a un niño malo para hacerlo bueno,
pero al transformarlo, se llega a hacer de él un muñeco de lana con dos cabezas o con rabo de mono, etc. Esto
hacen todas las escuelas artísticas: surrealismo, etc. (Nota del autor; en adelante: N. del A.)
7
César Vallejo, ENSAYOS Y REPORATAJES COMPLETOS, Ed. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002, Pág372-
373.

5
*
Nuestra táctica criticista y destructiva debe marchar unida
inseparablemente a una profesión de fe constructiva, derivada científica y
objetivamente de la historia. Nuestra lucha contra el orden social vigente
entraña, según la dialéctica materialista, un movimiento, tácito y
necesario, hacia la substitución de ese orden por otro nuevo.
Revolucionariamente, los conceptos de destrucción y construcción son
inseparables.

Por estas consideraciones, afirmamos que César Vallejo tiene el alto honor de ser un
Poeta Universal de carácter revolucionario marxista-leninista.

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