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Los orígenes del

Federalismo

Historia del
Derecho
 

Los orígenes del Federalismo


 
Orígenes de nuestro federalismo. La crisis del
año XX. El Tratado de Pilar. El Tratado de
Benegas. El Tratado del Cuadrilátero.
Bibliografía Básica
Organización de las provincias argentinas.
Para cumplir con los
objetivos de la Unidad 5
del programa, es necesario Es difícil precisar el origen del Federalismo, por lo que la historia lo analiza
profundizar en los temas
desde dos puntos de vistas temporal y espacial. Desde el punto de vista del
desarrollados en el
Capítulo 10 – tomo 1- tiempo, nos ubicamos frente revolución de Mayo, como un sistema de ideas
del libro “Nociones de que implica la ruptura con un pasado hispánico, estableciendo un corte con
Historia del Derecho la forma de gobierno española que se había instaurado en sus orígenes.
Argentino (Ortiz Desde el punto de vista espacial, en un primer gran ámbito a todo dominio
Pellegrini, 1999), sujeto a la Corona española y en un segundo ámbito espacial administrativo
relacionándolos con los la erección del Virreinato del Río de la Plata.
comentarios y
actualizaciones de las
El congreso de 1816, que declaró la independencia, y al establecer la forma
lecturas correspondientes
del módulo. de gobierno para el dictado de una Constitución, en él se concibieron tres
proyectos monárquicos. Por eso se ha dicho en muchas oportunidades que
éste congreso de Tucumán fue el último intento de restaurar la monarquía..

Había varias misiones encargadas de encontrar a algún miembro de las


familias reales, y en lo posible que fuera varón, para poder coronar como
monarca de este país.

Estas tareas estaban muy avanzadas y con muchas posibilidades.

En el año 1819 comienzan las desinteligencias entre las


provincias y el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.

Juan Martín de Pueyrredón le ordena a Belgrano, que se encontraba a cargo


del Ejército del Norte que regrese a Buenos Aires, para defender la
autoridad del Director Supremo.

 
 

Lo mismo le ordena a San Martín que estaba en Chile, invocando razones


de seguridad, a fines de defender la soberanía del país, incluso con rumores
de una invasión europea.

San Martín cruza los Andes, solo, y viene a comprobar que no había tales
peligros, y que no existía posibilidad de ninguna invasión. Después se reúne
con todos los Oficiales, ante los cuales expone la situación y decide con la
aprobación de todos, desobedecer las órdenes de regresar con el Ejército de
los Andes.

Belgrano con el Ejército del Norte, se queda en Córdoba, en una zona


denominada Fraile Muerto (aproximadamente donde hoy existe Bell Ville),
y donde combatió con las tropas de López, que en ese entonces era el
gobernador de Santa Fe, pero que tenía gran influencia en la zona del sur de
la provincia de Córdoba.

La situación de crisis entre las provincias y Buenos Aires, llegará al punto


límite, cuando Artigas envía a un lugarteniente, el coronel Ramírez con una
fracción de su ejército a enfrentar a Buenos Aires, para lograr el
aprovisionamiento de municiones y de hombres para defenderse de los
portugueses que ya habían invadido la Banda Oriental. Esto ocurre en
octubre de 1819.

Ramírez al pasar por Santa Fe, se une a las tropas de Estanislao López, y de
manera conjunta marchan sobre Buenos Aires.

El enfrentamiento se produce en febrero de 1820 y en la primera batalla,


que la conocemos como la “Batalla de Cepeda”, Rondeau, que había
reemplazado a Juan Martín de Pueyrredón, comandaba las tropas
directoriales las que son derrotadas, y por primera vez luego de la
revolución de mayo, Buenos Aires queda en manos de las provincias.

Probablemente a los efectos de evitar el pánico en la población, el Cabildo,


retoma el gobierno y se pone en comunicación con el campamento del
ejército federal. Luego de una serie de tratativas se designa como
gobernador provisorio a Sarratea.

Los Pactos Preexistentes

El Pacto de Pilar.-la primera iniciativa de Sarratea como gobernador


provisorio de la provincia de Buenos Aires es un entendimiento con las
tropas federales que tenían la ciudad a su merced, celebrando un acuerdo
de paz, bajo algunas condiciones y de esta manera el 23 de febrero de 1820
se celebra el Pacto del Pilar. tratado tripartito, entre López, gobernador
de Santa Fe, Ramírez autotitulándose gobernador de Entre Ríos ya que en
ese entonces era Comandante de campaña subordinado a Artigas y
Sarratea gobernador de la provincia de Buenos Aires.

En este pacto se reconoce que preexiste una nación federal, de la cual todas
las provincias forman parte. No existe más la figura del Director Supremo.

 
 

Respecto del Congreso se procede a su disolución. Cada una de las


provincias ha recuperado su soberanía, pero todas las provincias al mismo
tiempo reconocen que son integrantes de una misma nación. Estas tres
provincias firmantes acuerdan reunir un congreso, al cual se invitarían a las
demás provincias en el término de sesenta días y se fija como sede la ciudad
de San Lorenzo en Santa Fe con el propósito de resolver lo relativo al
gobierno nacional.

Se firma la paz y la “cesación de hostilidades”, y se fija que la


navegación de los ríos interiores se reserva únicamente a los buques de las
tres provincias firmantes.

En este tratado hay un artículo referido al poder de Artigas, para que se


incorpore a las Provincias Unidas, pero pocos días antes de firmarse este
tratado ocurre un hecho importante que cambia de planes.

En la batalla de Tacuarembó, ocurrida el 17 de febrero de 1820, los


portugueses destruyen totalmente la resistencia de Artigas que debe
refugiarse en Entre Ríos. A partir de esa fecha la Banda Oriental había
desaparecido como provincia argentina, por estar ocupada por los
portugueses y luego por ser incorporada al imperio.

El Tratado de Benegas. Este tratado se firma en noviembre de 1820, y se


refiere a la paz entre las provincias contendientes. Santa Fe solicita a
Buenos Aires que se paguen los daños y perjuicios ocasionados por
Dorrego, al invadir a Santa Fe.

la situación es salvada por un pacto secreto mediante el cual algunos


estancieros de Buenos Aires le pasaron 25.000 cabezas de ganado a Santa
Fe.

Este tratado es uno de los más importantes tratados desde el punto de vista
institucional, y en el mismo tuvo gran importancia la labor mediadora del
gobernador de Córdoba, el general Juan Bautista Bustos, el cual decide
mediar a los fines de llamar a un congreso que tendría tres objetivos
básicos:

A) formar un gobierno nacional que no existía

B) dictar una constitución que tampoco existía y

C) la reconstrucción del ejercito del norte, para que invadan por


tierra a Lima en Perú, contribuyendo al ataque que por mar
llevaría adelante San Martín. Siendo este ejercito del norte una
pieza clave para consolidar los planes de San Martín.

No obstante las buenas intenciones, el ejército del norte se desmembra ya


que Belgrano muere, y el ejército sin jefes se subleva en Arequito, y cada
cual toma rumbos distintos.

 
 

Con el pacto de Benegas, se convoca a un congreso nacional al cual son


invitadas todas las provincias al año siguiente el que fija como sede
Córdoba.

Como todo tratado de paz, las provincias se comprometen en ayuda mutua,


sellando de alguna manera así, la posibilidad de la formación de un nuevo
gobierno nacional.

Ramírez que queda fuera de este pacto decide marchar sobre Buenos Aires,
pero esta vez no le prestan su ayuda ni Bustos, ni Lopez. A su vez López se
enfrenta con Ramírez, y este último es derrocado y muerto en junio de 1821
en Córdoba cerca de Río Seco.

Los diputados electos comienzan a llegar a Córdoba en marzo de 1821, pero


en julio en la Provincia de Buenos Aires ocurre un cambio ministerial que
tendrá profundas consecuencias en el rumbo de este Congreso.

Martín Rodríguez, designa como Primer Ministro a Bernardino Rivadavia,


quien recientemente había llegado de Europa y traía ideas opuestas a la
realización de este Congreso por lo que comienza una serie de actividades
tendientes a boicotear la reunión. Bustos trata de unir a los diputados pero
le es realmente imposible. Buenos Aires es la provincia más poderosa
económicamente y el intento de reflotar al Ejercito del Norte, sin la ayuda
económica de Buenos Aires es imposible.

Finalmente la política llevada a cabo por Rivadavia consigue sus fines


haciendo distanciar a las provincias, y firma en enero de 1822 el
TRATADO DEL CUADRILÁTERO, siendo este considerado como el
tercero de los pactos preexistentes, pesando inclusive que no es
propiamente un pacto.

Tratado del Cuadrilátero-Antecedentes. Ramírez desde Entre Ríos


planeaba extender entonces su hegemonía a toda la Mesopotamia e
inclusive al Paraguay, pero se presentaba un obstáculo en sus proyectos: el
Pacto de Benegas firmado por Santa Fe y Buenos Aires, del cual él estaba
excluido. El caudillo entrerriano pretendía dirigir la guerra contra los
portugueses y al solicitar apoyo a López, para invadir Buenos Aires, éste se
lo negó. Ramírez decidió invadir Santa Fe y fue derrotado por su ex aliado
en Coronda (26/05/1820). Más tarde al intentar dominar a las fuerzas de
Bustos murió en Córdoba el 10 de julio de 1821. Buenos Aires logró
controlar la provincia de Entre Ríos. El Congreso que según el Pacto
firmado en Benegas debía reunirse en Córdoba fracasó debido a la demora
en llegar de los diputados de las provincias, los de Buenos Aires por orden
de su gobierno procedieron a retirarse. El Congreso Nacional sin la
presencia de la provincia más rica y poderosa era inviable. De esta manera,
muerto Ramírez después de la frustrada campaña contra Buenos Aires y
fracasado el Congreso de Córdoba, el panorama político del país cambió su
fisonomía .En este contexto, las provincias del Litoral decidieron realizar un

 
 

tratado para acordar la unión frente al peligro portugués o brasileño, el


Tratado del Cuadrilátero.

Entonces, con la finalidad de afianzar la paz y unión, los representantes de


Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, se reunieron en la ciudad
de Santa Fe donde firmaron el Tratado del Cuadrilátero, el día 25 de
enero de 1822.

Las provincias firmantes se comprometieron allí a mantener la paz, amistad


y unión de los contratantes, la libertad de comercio, además establecieron
auxiliarse mutuamente y a defenderse frente a cualquier invasor extranjero.
El Tratado enuncia además la necesidad de convocar a un congreso
constituyente, en lugar y fecha a determinar en la ocasión oportuna.

Concretamente, en su artículo primero fijaba la paz y unión de las cuatro


signatarias, y se reconocían recíprocamente autónomas (federalismo),
iguales e integrantes de una misma nación (nacionalidad). En el artículo 2º
establecía la unión de las cuatro contratantes (Entre Ríos, Corrientes, Santa
Fe y Buenos Aires) en defensa del territorio nacional en caso de invasión
española, portuguesa o cualquier ataque exterior. El artículo 3º refiere a
problemas limítrofes entre Corrientes y Entre Ríos. Los siguientes
examinan los casos de ataque o invasión de cualquier provincia sobre las
provincias firmantes. El art. 7º establece la ayuda material de Buenos Aires
sobre las demás firmantes en materia de artículos de guerra y el art. 8º
asegura la libertad de comercio entre los estados pactantes. Además, el
pacto reservado estipulaba una indemnización (en ganado y dinero) a
Santa Fe y las devoluciones a Corrientes, por parte de Entre Ríos, de bienes
perdidos durante la acción de Ramírez. Buenos Aires consiguió que en el
tratado la palabra Federación no se explicitara, dejándose el camino libre
para sus proyectos centralistas en un futuro no muy lejano. Eran épocas
políticas difíciles y las alianzas de ayuda mutua proveían a conservar las
autonomías provinciales. En ese aspecto, Corrientes y Misiones fueron
reconocidas mediante este tratado como provincias independientes,
después de haber perdido ese carácter durante la República Entrerriana. Es
uno de los "pactos preexistentes" a los que se alude en la Constitución
Nacional de 1853.

El Tratado del Cuadrilátero es un pacto que firman Corrientes, Santa


Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, en enero de 1822 y viene a ser ni más ni
menos que la muerte del congreso de Córdoba, ya que en dicho pacto las
provincias firmantes acuerdan retirar los diputados del Congreso de
Córdoba y resuelven llamar a otro congreso cuando las circunstancias así lo
permitan.

Es importante de destacar que este Pacto, en muchos casos no se le tiene


como pacto preexistente ya que desde el punto de vista del
constitucionalismo significó un verdadero retroceso. Y desde el punto de
vista militar va a determinar que Rivadavia pase a la historia como el
causante o responsable que San Martín se quede sin el Ejercito del Norte,

 
 

hecho que llevó a San Martín a capitular ante Simón Bolívar que tenía tras
de él toda una nación que lo apoyaba, en cambio nuestro general se
encontraba solo. Significó en la realidad, la paz entre las provincias
litorales, pero no fue mayor expresión de federalismo en virtud de no
haberse alterado el sistema rentístico que venía enriqueciendo a Buenos
Aires, con la posesión de su puerto y aduana, en mengua de la economía del
interior y que era lo que con más injusticia veían las provincias del interior.

La sanción de la constitución de 1826 fue una violación a la ley de consultas


y a la ley fundamental por lo tanto luego debía ser enviada al interior para
que cada uno de los gobernadores diera su opinión, Pero dicha consulta
solo llegó a Córdoba, Mendoza, y Santiago del Estero, donde fue
palmariamente rechazada, y en todos los casos se tendía a ridiculizar al
Gobernador de Buenos Aires.

La llamada paz con el Brasil, que fuera firmado por Manuel José García, en
mayo de 1827, es el acontecimiento que acelera la caída de Bernardino
Rivadavia.

En febrero de 1827 se produce la Batalla de Ituzaingó donde nuestro


Ejército derrota totalmente al Ejército de Brasil, sin embargo en mayo,
Manuel José García firma una paz en la que re-conocería la derrota del
Ejército Argentino, obligándose la Nación Argentina a indemnizar las
pérdidas de la Guerra del Brasil, y se reconocía a la Banda Oriental como
integrante de Brasil; o sea como si hubiéramos sido derrotados por las
armas.-

Esto significó un agravio para la Nación, a tal punto que el propio Rivadavia
manifestó que el Embajador García se había excedido en sus instrucciones y
funciones.

Esta afrenta motivó una sublevación general que causó la caída de


Rivadavia, el 30 de junio de 1827.-

Asume como Presidente Vicente López y Planes, y renuncia al mes


siguiente.

Se disuelve así el congreso de Buenos Aires, con lo que también finaliza la


Ley de Capitulaciones, por lo tanto corresponde que se proceda a elegir
nuevamente Gobernador de Buenos Aires, recayendo el cargo en el Coronel
Manuel Dorrego.

De esta manera se pierde nuevamente el Gobierno Nacional.

A esta altura continúa la guerra con el Brasil y para dar un signo positivo de
organización ante el exterior, se reunió la llamada “convención de Santa
Fe” en agosto de 1828, eligiendo como General en Jefe del Ejercito, al
Brigadier Estanislao López, que era el Gobernador de Santa Fe.

 
 

A pesar de ello los Gobernadores se siguen manejando de manera


autónoma. Dorrego firma un nuevo tratado de paz con Brasil, esta vez un
poco más decoroso.

La Banda Oriental a partir de 1828 se convierte en un nuevo país, dejando


de ser una provincia argentina.

El 1 de diciembre, llega una división que venía al mando del General Juan
Lavalle, que al llegar a Buenos Aires, se subleva y desconoce al Gobernador
Dorrego, dando un golpe de estado y se autoelige como Gobernador.

Dorrego para defenderse, sale a la campaña, donde es ayudado por Juan


Manuel De Rosas, que en ese entonces era comandante de armas, y a su vez
aconsejado por éste se traslada a Santa Fe, donde en dicho trayecto es
capturado por las tropas unitarias, y fusilado 13 días después.

El fusilamiento de Dorrego quien, era una de las figuras más importantes


que tenían las fuerzas federales, es sin dudas el comienzo de una guerra
abierta entre las dos fracciones o corrientes: UNITARIOS Y
FEDERALES.

Todo el año 1828 se va a caracterizar por la lucha desatada en la Provincia


de Buenos Aires entre los unitarios de La valle y los federales de Rosas.

En esta lucha hay una serie de pactos como el Pacto de Cañuelas donde
se trata de formar un gobierno de coalición, pero sin éxito, en este caso
debido a una elección que se lleva a cabo en diciembre de 1829 donde
resultará electo por amplia mayoría Juan Manuel de Rosas como
gobernador de Buenos Aires.

Los problemas se agravan cuando Rosas entre sus ministros elige nada
menos que a Manuel José García, aquél del desgraciado acuerdo de paz con
el Brasil.

Casi al mismo tiempo en que Lavalle llega a Buenos Aires, también lo hace
procedente de Brasil el General José María Paz, que se radica en su ciudad
natal Córdoba, desoyendo el pedido de Lavalle para que se quede en Buenos
Aires a ayudarlo.

En abril de 1829, el General Paz enfrenta al Gobernador Bustos y lo vence.

Bustos huye hacia La Rioja y se une a Facundo Quiroga, con quien rearma
un ejército para re-conquistar Córdoba, que había quedado en manos del
General José María Paz.

En junio de 1829 ambos (Bustos y Quiroga) se enfrentan con el General Paz


en la Batalla de la Tablada el 22 de junio. En realidad fue una batalla de
las más sangrientas, que duró varios días dejando un importante saldo de
muertos y heridos. Triunfa finalmente el Gral.Paz, motivando el retiro
apresurado de Quiroga y Bustos.

 
 

A pesar de la derrota Quiroga vuelve a rehacer sus tropas, esta vez con la
ayuda de todo Cuyo, y divide a su ejército en dos alas, una comandada por
el mismo Quiroga, que viene por San Luis, entrando por Río Cuarto, y la
otra desde el norte comandada por el General Villafañe, la cual se estaciona
en Villa María.

El General López trata de mediar entre ellos, pero no lo consigue, y el


General Paz termina por derrotar a Quiroga en la Batalla de Oncativo.

Quiroga huye escondido en una de las galeras donde venían los mediadores
santafesinos y porteños, salvando de esa manera su vida.

Con esto el General José María Paz, no solo afianza su dominio en Córdoba,
sino en todo el interior, llegando a dominar hasta nueve provincias, a las
que indudablemente tomó por la fuerza.

Con esas nueve provincias bajo su dominio confecciona un tratado que


denomina Liga Unitaria, o El Supremo Poder Militar, ya que ese es el
cargo que recibe, o sea el poder militar absoluto.

De todas maneras la Liga tiene muy poca duración constituyéndose en


agosto de 1830.

Las provincias que se encontraban fuera de la liga y fuera del dominio del
General Paz eran Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires, que en
repuesta a la situación agresiva del General Paz, se reúnen bajo el famoso
Pacto Federal por el cual realizan una alianza defensiva y ofensiva contra
el General Paz.

Luego de establecida la capital y el sistema de gobierno, la comisión de


negocios constitucionales del congreso, reunida en Buenos Aires, fue
designada para redactar un proyecto de constitución.

El proyecto fue presentado el 1º de septiembre de 1826, admitiéndose que


se trata de un perfeccionamiento de la Constitución de 1819.

El día 11 de septiembre de 1826 fue aprobado en general, comenzándose


inmediatamente el tratamiento en particular. El 24 de noviembre se
terminó el tratamiento del texto constitucional.

Así, bajo la presidencia de Bernardino Rivadavia, el 24 de diciembre de


1826, quedó definitivamente sancionada la Constitución Nacional.

*La misma consta de 191 artículos y se divide en secciones que establecen:

Sección 1º. Destinada a la nación y su culto.

Sección 2º. Ciudadanía (modo de adquirirla, de perderla).

Sección 3º. Forma de gobierno “representativa, republicana y unitaria”.


División de poderes.

 
 

Sección 4º. Poder Legislativo. Dos Cámaras, Diputados. En el Cap.I,


proporcionales, elegidos por el pueblo a simple pluralidad de sufragios,
condiciones para ser diputado y facultades) y Senadores; en el Cap.II, Dos
representantes por provincia, elegidos indirectamente, 9 años en funciones.
En el Cap. III establece las atribuciones de ambas cámaras y en el Cap. IV
las facultades del Congreso y un capítulo más sobre la formación y sanción
de las leyes.

Sección 5º. Poder Ejecutivo unipersonal elegido por elección indirecta.


Atribuciones. Se determinan cinco Ministros: de Gobierno, de Negocios
Extranjeros, de Guerra, de Marina y de Hacienda).

Sección 6º. Poder Judicial. Corte Suprema, se conforma con nueve


miembros y dos fiscales, se establece además la competencia exclusiva del
cuerpo, tribunales inferiores.

Sección 7º. Administración provincial y gobiernos de provincia.

Sección 8º. Numerosas disposiciones que establecen las libertades


individuales, fuente inspiradora de nuestra actual parte dogmática.

Sección 9º. Reforma de la Constitución, la que puede producirse en el


mismo seno legislativo sin necesidad de una Comisión especial.

Sección 10º. Dedicada a la aceptación y observancia de la Constitución


por parte de las provincias.

En síntesis: La Constitución de 1826 diseñó un régimen republicano,


representativo y unitario que por su carácter netamente centralista fue
rechazada explícitamente por las provincias entre noviembre de 1826 y
febrero de 1827 (salvo la Banda Oriental, que la aceptó) y por los partidarios
del federalismo, pues significó la muerte de las instituciones provinciales,
reducidas entonces a simples entes de la administración delegada,
quedando los gobernadores bajo la inmediata dependencia del presidente
de la República y estando sus nombramientos a su caprichosa decisión.

Sin embargo, esta Constitución está considerada como un documento no


improvisado, sino complejo y elaborado por hombres ilustrados que sirvió
de base fundamental a la Constitución de 1853, que tomó de su texto
numerosos artículos volcados casi textualmente.

La división entre federales y unitarios se hizo entonces más profunda.


Posteriormente, en julio de 1827, por el rechazo generalizado de la
Constitución más una serie de graves desaciertos de su acción de gobierno,
Rivadavia es obligado a dimitir, quedando diluidas las autoridades del
Gobierno Nacional.

La Convención de Santa Fe. En 1828 en Santa Fe queda instalado el


"Cuerpo nacional representativo de la República Argentina", del cual tuvo
que retirarse la Banda Oriental, luego del tratado que firma Dorrego, por el
 
 

 
 

cual se independizan. La Convención logro superar algunos intentos de


disolución pero de todas maneras era inevitable postergar la organización
constitucional de la República. Pero a raíz del tratado por el cual se
independiza Uruguay y del acuerdo secreto de Bs. As y Córdoba para
prohibir salir del país a los que hubieran colaborado con Rivadavia va
agudizando el resentimiento contra Dorrego. Los hechos se precipitan
cuando el general Lavalle, al mando de las fuerzas nacionales, se subleva,
destituye a Dorrego y asume la gobernación en 1828, luego lo persigue,
derrota en la Batalla de Navarro y lo fusila creyendo que con eso obtendría
una rápida pacificación, iniciando en cambio un largo período de luchas
sangrientas.

Sublevación del 1 de diciembre de 1828-30. La Convención Nacional


de Santa Fe, coloca a Lavalle fuera de ley calificando la ejecución como un
asesinato, un crimen de alta traición contra el Estado.ego de esto se desata
la guerra civil en Bs. As. Se cometen tremendos abusos sobre los tenidos por
"federales" y se abre con esto entre el interior y la ciudad un abismo que
luego será aprovechado por Rosas. En el interior, el general José Maria Paz,
desplaza a Bustos de la gobernación de Córdoba. Paz pretendió desde allí
unir fuerzas con Lavalle para llegar a la unidad nacional. Lavalle es vencido
por E. López en Puente Márquez. Luego de asumir la gobernación de
Córdoba, Paz intenta convencer a los demás gobernadores que solo abriga
intenciones pacificas y que no aspira a imponer un gobierno unitario. Como
reacción Quiroga al frente de las tropas de Rioja y Catamarca mas las de
Cuyo invadió Córdoba y pero Paz con apoyo de Salta y Tucumán, lo derroto
en La Tablada en junio de 1829. Como saldo las provincias de Mendoza,
Catamarca, San Juan y San Luis pasaron a asociarse con Paz.

Convenciones de Cañuelas y Barracas. Nombrado general de las


fuerzas nacionales, el general Estanislao López (gobernador de Santa Fe),
secundado por Juan Manuel de Rosas, el 26 de abril de 1829 derrota a
Lavalle en Puente de Márquez, quien se retira en desbande hacia Barracas.
Con este triunfo, López llega hasta las proximidades de la ciudad de Buenos
Aires donde se refugió Lavalle. El general Paz (unitario) se dirige a Córdoba
y derrota a Juan Bautista Bustos en la Batalla de San Roque, lo cual obliga a
López a regresar a su provincia, dejando a cargo a su hábil comandante de
armas, Juan Manuel de Rosas, quien además tiene mejor relación que él
con Lavalle. Rosas y Lavalle comienzan el diálogo que Lavalle acepta por
tratarse “entre porteños” (además eran “hermanos de leche” por haber sido
alimentados por la misma nodriza), hasta concluir en la celebración del
Pacto o Tratado de Cañuelas, ocurrido el 24 de junio de 1829, firmado
con el fin de concluir las hostilidades y llamar a elecciones para integrar la
Junta de Representantes.

 
 

En el Pacto se acordó:

1º. Cese de hostilidades y reinicio de todas las relaciones entre la ciudad y


la campaña.

2º. Se procedería a la mayor brevedad a la elección de los representantes de


provincia con arreglo a las leyes, para designar un gobernador.

3º. Lavalle quedaba como gobernador y Capitán General Provisorio y Rosas


como Comandante General de Campañas.

En forma secreta se confeccionó una lista única de candidatos de ambas


tendencias (igual número de unitarios y federales) para integrar la Junta y
se dispuso que el gobernador fuera Félix de Álzaga.

El Tratado de Barracas. De acuerdo a lo convenido en Cañuelas el 24 de


junio de 1829, la elección de los representantes de la ciudad y campaña de
la provincia de Buenos Aires debía hacerse por medio de una lista
confeccionada por Rosas y Lavalle. Efectuada la elección de diputados
resultó, sin embargo, triunfante una mayoría unitaria (esto se debió a que el
partido unitario, ganando confianza por los triunfos de Paz en Córdoba, se
negaron a aceptar el pacto y negándose a acatar a Lavalle optaron por votar
a sus propios candidatos asegurando su hegemonía dentro de la cámara de
representantes). Así, entonces, Lavalle, fiel al pacto, anuló las elecciones e
intentó un nuevo acercamiento con Rosas quien aumentó sus exigencias.
Reunidos en una quinta (de Piñeiro) cercana a Barracas firmaron un nuevo
acuerdo, luego llamado “Pacto, Convenio o Tratado de Barracas”. En el
mismo, ambos deciden poner fin a la corrupción institucional (por las
elecciones de julio) y designar ellos un gobernador provisional, quien
finalmente resultó ser Juan José Viamonte, el que asumió dos días después
el gobierno provisional de la provincia de Buenos Aires.

En el pacto también se había establecido que el gobernador sería secundado


por un “Senado consultivo” compuesto por 24 miembros. En el escaso
tiempo que duró el gobierno de Viamonte, trató de pacificar a los dos
partidos, pero se acentuó el predominio federal y fue creciendo el prestigio
de Rosas, quien aconsejó reponer la legislatura disuelta por el golpe del 1°
de diciembre de 1828. La Junta que acompañó a Dorrego fue restituida por
Viamonte y una vez en funciones designó gobernador a Juan Manuel de
Rosas (6/12/1829) con Facultades Extraordinarias.

 
 

El Congreso de 1824: Leyes, tratado con


Gran Bretaña, la guerra con el Brasil,
Constitución de 1826. Gobierno federal en
Buenos Aires y Convención de Santa Fe. El
golpe unitario. Convenciones de Cañuelas y
Barracas.
De ésta manera y según como se sucedieron los hechos viene a llevarse a
cabo el Congreso de 1824/1827, que consigue reunirse dos años más
tarde a estos sucesos comentados en el párrafo anterior.

El congreso de 1824/ 1827. En agosto de 1822, Martín Rodríguez envía


al Deán Zabaleta en misión para sondear la opinión de las provincias sobre
la reunión de un congreso en Buenos Aires. Esta misión se lleva a cabo con
mucha lentitud, comienza en agosto de 1822 y termina en diciembre de
1824. Precisamente en el año 1824 Zabaleta se entrevista con San Martín,
que habiendo llegado del Perú, habría decidido quedarse a vivir en
Mendoza, pero luego de esta reunión viaja a Europa, el 10 de febrero de
1824. El 27 de febrero de 1824 el gobierno de Buenos Aires, lanza
oficialmente la proclama del congreso nacional en la ciudad de Buenos
Aires. Se presume que Zabaleta habría aconsejado a San Martín que viaje a
los fines que se posibilitara la realización de este congreso. Así en marzo de
1824 finaliza el período de gobierno de Martín Rodríguez y en su reemplazo
es nombrado Gregorio las Heras, que había estado junto a San Martín en la
campaña de Los Andes.

En diciembre de 1824 se inaugura el Congreso Nacional cuya primera


medida es declararse soberano, con la llamada ley fundamental de enero de
1825, que se componía de siete artículos pero que en realidad constituía un
plan de tareas, ya que:

1-se declaraba como congreso soberano

2-encargaba oficialmente las relaciones exteriores al gobernador de Buenos


Aires.

3-manifiesta en su articulado que la constitución a dictar será consultada


previamente con el pueblo, luego una vez sancionada será pasada en
consulta a las provincias, para que sea ratificada por cada una de ellas, por
último correspondía sí la proclamación como constitución nacional.

Ley Fundamental. La primera medida de singular trascendencia


aprobada por el Congreso de 1824, fue la sanción de la llamada Ley
Fundamental, cuyo proyecto fue presentado por el diputado por Corrientes,
Dr. Francisco Acosta, en la sesión del 22 de Diciembre de 1824.

 
 

Esta ley fue la base para un verdadero pacto de provincias, desde donde
debería partir todo intento de organización nacional. Sus claros
lineamientos hacían a lo vertebral de la nación, dando solidez al Congreso
que proyectaba la instalación de una autoridad nacional y la sanción de una
Constitución que estructurara definitivamente los poderes de la República.

De su lectura surge la esencia de un legítimo pacto de confederación,


consolidando las soberanías particulares y creando un gobierno central,
con las facultades inherentes a esta clase de asociación política.

El art. 1º establece el carácter de pacto general de unión entre provincias,


y ratifican el principio de constitución en nación independiente. Aquí todas
las provincias se ligaban solemnemente bajo una ley común.

Art. 2º. Declara constituyente al “Congreso General de las Provincias


Unidas del Río de la Plata”.

Art. 3º. Es una salvaguarda de las mismas provincias para la defensa de


sus respectivas autonomías, pues establece, con carácter provisorio, que
hasta la sanción de una Constitución que organizara el Estado, las
provincias debían regirse internamente por sus propias instituciones
gestadas durante los años anteriores de aislamiento provincial.

Art. 4º. Establece las facultades del mismo Congreso General,


reservándose autoridad decisoria sobre cuestiones de independencia,
integridad, seguridad, defensa y prosperidad nacional.

Art. 5º. Relacionado con el anterior, dispuso que el Congreso establecería


disposiciones con relación a las materias precedentes.

Art. 6º. Establece que la Constitución a sancionarse no sería establecida


hasta que existiera aceptación de todas las provincias.

Art. 7º. Este artículo fue sumamente polémico, provocó controversias y la


oposición de los hombres de provincia, sin embargo triunfó la posición de la
Comisión y el artículo quedó redactado estableciendo que “por ahora y
hasta la elección del poder ejecutivo nacional, queda éste provisoriamente
encomendado al gobierno de Buenos Aires”. Seguidamente se fijaron sus
atribuciones (relaciones exteriores, celebración de tratados con la
aprobación del Congreso, elevar iniciativas al Congreso para la ejecución de
los negocios del Estado, ejecutar y comunicar a las provincias las
resoluciones del Congreso).

Finalmente, el art. 8º era de forma, pues establecía que el presidente del


Congreso comunicaría la ley a los gobiernos de provincia.

En síntesis y a juzgar por los hechos que se sucedieron posteriormente, a


pesar del esfuerzo tendiente a la organizar la Nación, toda la estructura
nacional se vendría abajo, fracasando finalmente la reorganización de la
república.

 
 

En junio de 1825, en cumplimiento de este articulado se da la llamada Ley


de Consultas que era una especie de encuesta a las provincias sobre la
forma de gobierno más conveniente para el país.

La mayoría de las provincias se pronuncian por un sistema Federal.

De todas maneras el resultado de esta ley de consultas tampoco será tenido


en cuenta por el congreso que desvirtúa esta opinión mayoritaria de las
provincias.

La guerra con Brasil-En esta misma época comienza una guerra con el
Brasil por la provincia de la Banda Oriental, y conforme la historia en
noviembre de 1825 podemos decir que nos encontramos atravesando una
guerra civil.

El General Las Heras, que por ser el Gobernador de Buenos Aires tenía a su
cargo las relaciones exteriores, envía al General Aráoz de la Madrid, a
Tucumán, para que integrase el llamado Ejército Presidencial.

La Madrid apenas reúne algunas tropas, con ellas destituye al Gobernador


de Tucumán, invade también a Catamarca y con estas actitudes trae el
malestar de todo el interior. Ibarra de Santiago del Estero, Bustos de
Córdoba, López de Santa Fe, se ponen en pie de guerra ante la amenaza del
ejército de La Madrid en Tucumán.

La ley de presidencia .La época que sucedió fue


especialmente convulsionada en materia exterior. En 1825 se firmó en
Buenos Aires un tratado de amistad, comercio y navegación
con Gran Bretaña que, entre otras cosas, implicaba el
reconocimiento de nuestra
independencia. Por otra parte, en la Banda Oriental, ocupada
por los brasileños, se produjo la derrota de las fuerzas de ocupación
por parte de “los 33 orientales” y el pueblo oriental solicitó su
reincorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo que
fue aceptado por nuestro Congreso el 25 de Octubre de 1825 y que trajo
como consecuencia la guerra con el Brasil.
En todo ese tiempo, y como producto de la Ley Fundamental, el Poder
Ejecutivo era ejercido por el gobierno de Buenos Aires y en la práctica,
entonces, la situación fáctica global era de ideología unitaria, pues el
gobernador de Buenos Aires se encontraba manejando las relaciones
exteriores, convenios y tratados internacionales, relaciones entre
provincias, etc.

Entonces, el diputado Bedoya, en la sesión del 20 de octubre de 1825, bajo


fundamento de la imperiosa necesidad de un poder ejecutivo que se
encargue en forma exclusiva de los asuntos de la nación, solicita al
Congreso la creación del P.E.N. permanente.

El 30 de enero de 1826 la Comisión de Asuntos Constitucionales presenta


su proyecto en seis artículos, siendo fundamentado por Valentín Gómez en

 
 

el carácter urgentísimo que ello tenía en virtud de los sucesos en la Banda


Oriental y la guerra con el Brasil.

Finalmente, con la ausencia de la mayoría de los diputados del interior,


hábilmente presentada por el grupo unitario se sancionó la
denominada “Ley de Presidencia”, aprobándose también un
segundo proyecto de la misma Comisión referente a la creación
de ministerios.

La ley establece:

Art. 1. La necesidad de la instalación del P.E.N. permanente,


nombrado por el Congreso.

Art. 3º. Título: Presidente de las Provincias Unidas del Río de la


Plata.

Art. 5º. Duración del mandato. Por el tiempo que designe la


Constitución a realizarse.

Art. 6º. Facultades. Las mismas que estaban delegadas al


gobierno de Buenos Aires más las que se le acuerden
ulteriormente.

Podemos resumir la siguiente idea:

Rechazada la Constitución de 1819 por las provincias, los tratados y pactos


interprovinciales celebrados entre ellas – particularmente el del Pilar del 23
de Febrero de 1820 y el de Benegas del 24 de Noviembre de 1820-
propiciarán la creación de un nuevo Congreso, el que finalmente se reunirá
en la Provincia de Córdoba.

Sin embargo, ante el fracaso del mismo (propiciado en parte por los propios
diputados porteños) un nuevo Congreso inicia sus sesiones del 6 de
Diciembre de 1824 en Buenos Aires.

En febrero de 1826, violando el orden de la ley fundamental de enero de


1825, que establecía primero sancionar la constitución, se procede a
sancionar la ley de presidencia, que oficialmente se llamó “ley de
capitulación”, creándose de esta manera el cargo de presidente de la
nación siendo el mismo Congreso el que por votación designa a Bernardino
Rivadavia, para que ocupe el cargo con la Ley de Capitulación se le quita
autoridad al gobernador de Buenos Aires, y se nombra precisamente a
Buenos Aires como Capital de la nación, y pasa a ser gobernada por el
mismo presidente.

El Congreso dictó la denominada “Ley de la Presidencia”, el 6 de Febrero de


1826, consagrándose el 7 de Febrero a Bernardino Rivadavia como el
primer “Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata”. El
Congreso proseguirá con sus sesiones, y el 24 de Diciembre de 1826 dictará

 
 

 
 

una nueva Constitución Nacional, integrada por ciento noventa y un


artículos.

La presidencia de Bernardino Rivadavia dura desde febrero de 1826 hasta


junio de 1827, y su política centralista no hace más que agravar las
diferencias con el interior, que llegan a desconocer su autoridad y también
desconocen al Congreso que había sancionado como se acaba de mencionar
la Constitución de 1826.

Esta Constitución establecerá un régimen unitario –claramente expresado


en su artículo siete al sostener la “unidad de régimen”-, por lo que será
fervientemente rechazada por las provincias.

Con la sanción de esta ley impulsada por los unitarios, la ruptura con el
interior estaba declarada.

Antes de darse una Constitución y organizar los poderes, se constituía un


poder en forma permanente, violando los principios de la Ley Fundamental
y el espíritu de convocación de aquella memorable Asamblea. La disolución
nacional era un hecho.

La elección del presidente fue efectuada el 7 de febrero de 1826 por parte


del Congreso y fue designado Rivadavia por 35 votos contra 3.

Luego Rivadavia, en su discurso, informa al pueblo de Buenos Aires la


decapitación de sus instituciones, de su territorio y de su soberanía,
presentando la iniciativa “que todo lo que forme la capital, sea
exclusivamente nacional...”

Una reflexión.

Si se leen los textos completos de la Constitución Nacional de 1826 y de


la Constitución Nacional de 1853, se encuentra que muchos de los artículos
de ésta tienen su inspiración en la primera.

 
 

La Liga del Interior. El Pacto Federal de


1831.Los gobiernos de Juan Manuel de Rosas.
La generación de 1837: ideología,
Echeverría, Alberdi. Pronunciamiento de
Urquiza. Caseros. Protocolo de Palermo.
Acuerdo de San Nicolás.
La Liga Unitaria del Interior .Hacia 1826 se había puesto de manifiesto
el fracaso del régimen unitario, por lo que se volvió a la antigua forma de
organización, en la que cada provincia tenía capacidad de autogobierno, en
tanto que el gobernador de la provincia de Buenos Aires se hacía cargo de
las relaciones internacionales. En 1828 Manuel Dorrego, gobernador
federal en quien el resto de los gobernadores confiaban, fue depuesto y
fusilado por el general unitario Juan Lavalle, dando lugar a una guerra civil.
En Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas fue el encargado de resistir a los
golpistas y en 1829 fue elegido gobernador, restituyendo la cámara
legislativa.
Luego de la Batalla de Oncativo (que enfrentó a Quiroga y Paz, vencedor, el
25 de febrero de 1830) las provincias del interior (Córdoba, La Rioja, San
Juan, Mendoza, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, Salta
y Jujuy) constituyeron, en agosto de 1830, la llamada Liga Unitaria o
Liga del Interior, que, bajo el Supremo Poder Militar Provisorio a cargo
del General Paz, derrocó a los gobiernos federales y se enfrentó al poder de
Buenos Aires, dando origen, como respuesta, al Pacto Federal en enero de
1831 (integrado por Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe).

En este pacto se acordó que, cuando se dieran las condiciones, se erigiría un


gobierno federal. Además, se estableció un compromiso militar para
defenderse de los posibles ataques unitarios, lo que permitió vencer al
general José María Paz y terminar con la etapa anárquica.

El pacto Federal de 1831. Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe, decididas


a detener la creciente influencia de Paz y al mismo tiempo con el objeto de
asegurar la unión y defensa de las provincias litorales, firmaron lo que se
denominó el Pacto Federal; firmado en la ciudad de Santa Fe, el 4 de
enero de 1831, entre las provincias argentinas de Buenos Aires, Santa Fe y
Entre Ríos, que conformó a su vez la denominada Liga del Litoral. El Pacto
Federal establecía que debía formarse una Comisión Representativa con
sede en Santa Fe, integrada por un representante de cada una de las tres
provincias con las siguientes atribuciones:

1º) Celebrar tratados de paz en nombre de las tres provincias expresadas,


conforme a las instrucciones que cada diputado tuviera de su respectivo
gobierno;

 
 

2º) Hacer declaración de guerra contra cualquier otro poder en nombre de


las tres provincias litorales; 3º) ordenar el levantamiento del Ejército en
caso de guerra contra cualquier otro poder, en nombre de las tres
provincias en forma ofensiva o defensiva, y nombrar el general que debería
mandarlo;

4º) Determinar el contingente de tropa con que cada una de las provincias
debería contribuir;

5º) Invitar a todas las demás provincias de la República, cuando estuvieran


en plena libertad y tranquilidad, a reunirse en federación con las tres
litorales, y que, por medio de un Congreso General Federativo, se arreglara
la administración del país, bajo el sistema federal, su comercio interior y
exterior, y la soberanía, libertad e independencia de cada una de las
provincias. Además, se comprometían a no firmar tratados por separado
con otras provincias y a no otorgar asilo a ningún criminal que buscara
refugio en una, al huir de la otra; declaraba además libre el tránsito
interprovincial.

El Pacto Federal de 1831, puede ser considerado entonces como el


momento culminante del federalismo.

Los Gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Antes de finalizar el 1°


gobierno de Rosas se planteó el problema constitucional, de si era momento
que la Comisión Representativa de las Provincias instituida por el Pacto
federal convocara a un Congreso para organizar definitivamente el país.
Después de la derrota de Lamadrid era el momento justo, todas las
provincias adherían al Pacto Federal y estaban gobernadas por autoridades
federales. Las Constituciones de 1819 y 1826 habían fracasado por su
carácter unitario, este era el momento de obtener una constitución unánime
y establecer el régimen federal. Tanto Quiroga como López hicieron lo
imposible por convencer a Rosas de convocar a un Congreso para establecer
la unidad nacional, pero Rosas continuo reacio a la idea. El Congreso no fue
convocado y la Comisión Representativa instituida por el Pacto Federal
acabó por desaparecer. Cuando se aproximó la fecha del fin de su mandato
Rosas envió a la legislatura una nota devolviendo las "facultades
extraordinarias", con la esperanza de que no sea aceptada, pero la
legislatura la aceptó y expresó entonces su deseo de no ser reelecto,
aconsejando a Balcarce como su sucesor. Según lo expuesto
precedentemente veíamos que las provincias del interior constituyeron, en
agosto de 1830, la llamada Liga Unitaria o Liga del Interior, que, en un
primer momento, derrocó a los gobiernos federales y se enfrentó al poder
de Buenos Aires.

Pero Rosas con habilidad y prudencia, desde principios de 1830 había


propiciado una serie de pactos con las provincias litorales que fueron
preliminares a la celebración del Pacto definitivo, el famoso Pacto Federal.

 
 

Rosas y la suma del poder público. Luego de la renuncia de Rosas en


1832, se sucedieron los gobernadores Balcarce Viamonte y Maza donde
vuelve a reinar la anarquía y la violencia, y entonces se llegó a la conclusión
que faltaba en el gobierno una mano fuerte para devolver la paz, la
tranquilidad y salvaguardar las instituciones: Juan Manuel de Rosas, quien
fue nombrado gobernador el mismo día de renuncia de Maza, el 7 de marzo
de 1835.

La legislatura lo designó gobernador de Buenos Aires –cargo que decidió


aceptar con la condición de que le fueran conferidos poderes dictatoriales,
conseguidos los cuales impuso los criterios federales al frente de la que
habría de ser considerada, de facto, Confederación Argentina– otorgándole
la suma del poder Público que de hecho le permitió ejercer funciones
del tipo ejecutivas, legislativas y judiciales sin la obligación de dar cuenta de
sus actos. Las únicas restricciones eran "defender y proteger la Religión
Católica, Apostólica, Romana y sostener la causa de la Federación... por
todo el tiempo que a juicio del gobierno electo fuese necesario".

Esta ley significaba la quiebra de la forma republicana, la legalización de la


dictadura, en el que asumió atribuciones excepcionales. Para darle mayor
legalidad al nombramiento, Rosas convocó a un plebiscito en la ciudad, ya
que la campaña no fue consultada por considerarse totalmente adicta a su
persona. Los resultados fueron más que satisfactorios: 9.316 votos a favor y
solamente 4 en contra. El ejercicio de estas amplias atribuciones y la acción
de la Sociedad Popular Restauradora le permitieron eliminar la oposición,
ya sea unitaria como federal. Se practicaron destituciones en masa y fue
decretado el uso obligatorio de la divisa punzó, del cintillo punzó en las
escuelas y de las obleas punzó en los sobres. En su segundo gobierno, Rosas
fue conservador y proteccionista; formó alianzas con los líderes de las
demás provincias argentinas, logrando el control del comercio y de los
asuntos exteriores de la Confederación. Estableció un régimen dictatorial,
con una amplia red de espionaje y una constante presencia de la policía
secreta; en 1840, quedaban pocos que estuvieran dispuestos a enfrentarse a
él. Rosas también se aseguró que su retrato estuviera expuesto en todos los
lugares públicos tras autoproclamarse “tirano” en 1842, lo que le otorgó
pleno dominio sobre todo el territorio de la Confederación. Durante 17 años
Rosas se mantuvo en el poder, sosteniendo que aún no se daban las
condiciones para la formación de un régimen federal, promoviendo la
autonomía de cada una de las provincias.

Generación del 37. El romanticismo, movimiento surgido en Europa en


la 1º mitad del siglo XIX e introducido al Plata por Esteban Echeverría,
surge como una oposición al mundo racional existente en 1810: la
Ilustración. El liberalismo se impone en todos los órdenes y se inicia una
cultura nacional en el idioma, literatura, arte, religión y costumbres. En
materia política buscaron en un principio constituirse en los mentores
intelectuales de Rosas, pero ello no ocurrió nunca, ya que Rosas rechazaba
las fórmulas intelectualizadas que a la postre se volverían contra él. Pronto,
la dura política rosista haría que esta generación se pusiera en actitud

 
 

crítica y diera lugar a la militancia activa. Fue un grupo de jóvenes que


hacia el año 37 se nucleó con el objetivo de ocuparse del futuro político de la
patria, reuniéndose para estudiar a fondo la vida nacional para desentrañar
nuestro espíritu. Son jóvenes que comprenden que por el momento es
necesario dejar la literatura y la historia de lado y emprender un
movimiento destinado a superar la discordia civil entre unitarios y
federales, cismáticos y apostólicos, porteños y provincianos. En la librería
de Sastre y con su venia, se nuclean e inauguran el "Salón Literario" y un
año después fundan la "Joven Argentina". En la noche de la inauguración
Esteban Echeverría expone lo que sería la base de su trabajo y lucha: el
Dogma Social basado en 15 palabras simbólicas. El dogma social es titulado
"Código o declaración de los principios que constituyen la creencia social
de la República Argentina", en el cual adhiere al constitucionalismo
propiciando la sanción de una Constitución que contenga los derechos y
deberes de los ciudadanos. Pero en 1838 Rosas no mira con buenos ojos a la
joven Argentina y los jóvenes no pudiendo permanecer con dignidad y
libertad van marchándose uno a uno al exterior a pesar de la oposición de
Echeverría. Uno de ellos fue Alberdi, que debió viajar a Chile para ejercer su
profesión y desde donde publico entre otras obras: "Bases y puntos de
partida para la organización política de la República Argentina".

Esteban Echevarria y el Dogma Socialista. En 1846, Esteban


Echeverría (1805-1851), publica su obra denominada Dogma Socialista de
la Asociación de Mayo, precedido de una ojeada retrospectiva, sobre el
movimiento intelectual en el Plata desde el año 37, que luego se la conoce
como Dogma Socialista.

Es Echeverría quien redacta la Creencia, compuesta de quince palabras


simbólicas, y quien preside la Asociación, quien invita a separarse a sus
miembros, con lo cual empieza el destierro de esta generación. En el fondo,
las Palabras, que luego en 1846, con la Ojeada retrospectiva formarán el
llamado Dogma Socialista, Echeverría se refugia en Los Talas.

El Dogma Socialista es en verdad un estudio sociológico y constituyen el


primer intento orgánico de formular un ideario nacional, una filosofía del
conjunto. Es un examen de la vida social fundada en su propia experiencia
histórica argentina, examen que tiene por norte la trilogía "Mayo, Progreso,
Democracia", y que se sintetiza en las quince Palabras simbólicas que lo
compendian y en el "sistema de creencias comunes y de principios
luminosos" que le sirven de guía. Esas quince Palabras son: 1. Asociación.
2. Progreso. 3. Fraternidad. 4. Igualdad. 5. Libertad. 6. Dios, centro y
periferia de nuestra creencia: el cristianismo, su ley. 7. El honor y el
sacrificio, móvil y norma de nuestra conducta social. 8. Adopción de todas
las glorias legítimas, tanto individuales como colectivas de la Revolución;
menosprecio de toda reputación usurpada e ilegítima. 9. Continuación de
las tradiciones progresivas de la Revolución de Mayo. 10. Independencia de
las tradiciones retrógradas que nos subordinan al antiguo régimen. 11.
Emancipación del espíritu americano. 12. Organización de la Patria sobre la
base democrática. 13. Confraternidad de principios. 14. Fusión de todas las
 
 

 
 

doctrinas progresivas en un centro unitario. 15. Abnegación de las simpatías


que puedan ligarnos a las dos grandes facciones que se han disputado el
poderío durante la Revolución.

En cuanto al sistema de creencias comunes, la primera parte de ellas dice:


"Nuestra filosofía lleva por divisa: progreso indefinido. Los símbolos de
nuestra fe son: fraternidad, libertad, igualdad, asociación. Caminamos a
la democracia. Organizar la asociación de modo que por una serie de
progresos llegue a la igualdad y la libertad, o a la democracia: he aquí
nuestra idea fundamental. Nuestro punto de arranque y reunión será la
democracia. Política, filosofía, religión, arte, ciencia, industria; toda la
labor inteligente y material deberá encaminarse a fundar el imperio de la
democracia. Política que tenga otra mira, no la queremos. Filosofía que no
coopere a su desarrollo, la desechamos. Religión que no la sancione y la
predique, no es la nuestra. Arte que no se anime de su espíritu y no sea la
expresión de la vida del individuo y de la sociedad, será infecundo. Ciencia
que no la ilumine, inoportuna. Industria que no tienda a emancipar las
masas y elevarlas a la igualdad, sino a concentrar la riqueza en pocas
manos, la abominamos". El Dogma de Echeverría es una de las primeras
manifestaciones de la sociología en la Argentina, de allí en adelante se irá
perfeccionando y puliendo el sistema de creencias que desembocará en la
Constitución de 1853.

Las Bases de Alberdi. En 1852, tras la caída de Rosas, Alberdi (1810-


1884) publicó su obra más importante: “Bases y puntos de partida para la
organización política de la República Argentina”, el tratado más importante
de derecho público americano que sería elogiado con entusiasmo por los
juristas de todo el mundo. Las Bases, notoriamente influidas por el derecho
constitucional norteamericano, serán el esqueleto de la Constitución
Nacional Argentina; tanto es así que la segunda edición de las Bases, de
septiembre de 1852, fue ampliada por el autor con un proyecto de
Constitución Nacional, que los constituyentes de Santa Fe usarán como
modelo un año más tarde. En manos del General Urquiza, las Bases se
distribuyeron rápidamente por todo el país. De modo manifiesto,
interpretaron el anhelo generalizado de organización nacional del pueblo
argentino y sirvieron para que la Confederación estableciera una estructura
institucional que cohesionara a las provincias. Excepto Buenos Aires, que
adheriría al nuevo sistema jurídico recién en 1860, las Bases fueron
aclamadas por intelectuales, políticos y juristas de todo el país. Poco tiempo
después, Alberdi publicó Elementos de derecho público provincial para la
República Argentina, que sería el complemento de las Bases y que
marcarían el establecimiento definitivo del derecho público nacional. Se ha
discutido mucho acerca de la concreta influencia de este tratado sobre la
Ley Fundamental argentina de 1853, sin embargo es evidente que el mismo
fue tenido en cuenta por los hacedores de la Constitución. En esta
elaboración, Alberdi fijó una política de progreso que habría de decidir el
destino de la nación. Su análisis sobre los antecedentes nacionales –
unitarios o federales la aguda crítica a las Constituciones americanas, sus
principios sobre política inmigratoria y educacional, constituyen una

 
 

mirada sociológica tan amplia, ágil y precisa, que el futuro del país quedó
reflejada en su obra. Las Bases de Alberdi encierran los principios de
inmigración libre, libertad de comercio, progreso industrial, instrucción
pública, libertad de cultos, libre navegación de los ríos, igualdad de
garantías para ciudadanos y extranjeros y demás conceptos fundamentales
insertos casi en forma idéntica en la parte dogmática de la Constitución de
1853. Alberdi divide su proyecto constitucional en dos grandes partes: la
primera “principios, derechos y garantías” (disposiciones generales,
Las Bases de Alberdi tratamiento del derecho público argentino, con relación a los extranjeros y
las garantías públicas de orden y progreso) y la segunda “autoridades
“Las Bases, notoriamente
influidas por el derecho argentinas” (poder legislativo, ejecutivo y judicial, más la organización de
constitucional los gobiernos de provincia). Los constituyentes del 53 tomaron del proyecto
norteamericano, serán el alberdiano aquellas instituciones que se adaptaban a nuestra realidad
esqueleto de la histórica, apartándose de los principios abstractos que no respondían a
Constitución Nacional nuestro ser nacional (recordamos que Alberdi asumió principios de la
Argentina” legislación) Alberdi expresó que con el logro de la independencia, Argentina
no había logrado su libertad, por estar supeditada al atraso económico, la
ignorancia y la escasa población. A la vez condenó la colonización española
en América por haber creado una sociedad antidemocrática, al conservar la
fuerza del trabajo en la población indígena y crear una élite de dirigentes
ociosos. Fue un admirador de la política anglosajona. Era a la vez partidario
del liberalismo, del federalismo y de la colonización del país. Defendió la
inmigración europea y consideraba esto básico para el progreso del país,
junto con un apoyo intensivo de la educación y la cultura del pueblo.

Alberdi, con claridad meridiana, expuso la diferencia fundamental entre la


libertad externa (independencia) y la libertad interna, o sea los derechos
individuales a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la
propia felicidad.

Las Bases no sólo brindó al Roquismo la estructura de poder que necesitaba


para su desenvolvimiento, sino también los objetivos políticos que guiaron
la acción del gobierno.

Asimismo, en el aspecto sociopolítico, la generación del 80 será deudora del


pensamiento de Alberdi y también de los principios que conformaron la
filosofía natural- positivista del fin del siglo pasado.

El pronunciamiento de Urquiza. Caseros. Protocolo de Palermo.


Acuerdo de San Nicolás .Tras la muerte de Quiroga, se rubricó la
postergación de esa organización, la Confederación y, desde ese momento,
el país vivió una Confederación de hecho, con espíritu federal, desplazando
a los unitarios de la escena política, sobre todo a partir del segundo
gobierno de Rosas (que comenzó en 1835 y se prolongó por diecisiete años).
La actitud conservadora del gobierno fue desarrollando una unidad
nacional y creando un gobierno nacional en la práctica. Cuando el gobierno
de Rosas se volvió ineficaz sufrió la oposición del interior y del litoral, el
general Justo José de Urquiza lo venció en la batalla de Caseros (actual

 
 

estación de El Palomar), librada el 3 de febrero de 1852, con la ayuda de


unitarios, liberales y federales, además de las tropas de Uruguay y de Brasil.

Protocolo de Palermo. Con el propósito de iniciar la reorganización


nacional, Urquiza reunió a los gobernadores de Buenos Aires, Vicente
López y Planes, y de Corrientes, Benjamín Virasoro, para firmar el llamado
Protocolo de Palermo, signado en dicha localidad (en la actualidad, parte de
la ciudad de Buenos Aires), que le confería el desempeño de las Relaciones
Exteriores, enviando el 8 de abril una circular a las provincias
convocándolas a una reunión que tendría lugar en la localidad de San
Nicolás de los Arroyos (provincia de Buenos Aires), con el objeto de ponerse
de acuerdo sobre los intereses generales de la nación.

El acuerdo de San Nicolás. El 31 de mayo de 1852, se celebró el Pacto de


San Nicolás de los Arroyos, presidido por Urquiza y con la participación de
otros diez gobernadores que representaban a once provincias. Constaba de
catorce artículos y consideraba que había llegado el momento de arreglar la
administración general por medio de un Congreso General Federativo. Las
trece primeras cláusulas del Pacto establecían dónde, cómo y cuándo se
reuniría dicho Congreso.

 
Bibliografías de referencia
Ortiz Pellegrini M.A. y otros. Nociones de Historia del Derecho
Argentino, tº I y II - - 1 - 1999 - Lerner, - Cba

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