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mediaciones nº15 issn 1692-5688 julio-diciembre 2015

retoS ACtuAleS de lAS CienCiAS SoCiAleS en AMériCA lAtinA

Current ChAllenGeS froM SoCiAl SCienCeS in lAtin AMeriCA


AtuAiS deSAfioS dAS CiênCiAS SoCiAiS nA AMériCA lAtinA

Páginas Eduardo Restrepo


98-109 eduardoa.restrepo@gmail.com

Antropólogo. Profesor asociado del Departamento de Estudios


Culturales, Universidad Javeriana, Bogotá.

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Eduardo Restrepo
Retos actuales de las ciencias sociales en América Latina

Resumen
Las transformaciones de las ciencias sociales en
los países de América Latina en los últimos tres o
cuatro lustros han implicado dimensiones tecno-
lógicas y generacionales y se han sucedido en el
marco de mayores incidencias de unas políticas de
ciencia y tecnología abiertamente productivistas
y del posicionamiento del modelo gerencial de la
universidad-empresa. En este artículo se exami-
nan estas transformaciones para sugerir una serie
de retos a los que nos enfrentamos si el propósito
es el de unas ciencias sociales críticamente contex-
tuales y relevantes políticamente.

Palabras clave
Políticas de ciencia y tecnología, academización,
cambios generacionales, politización,
universidad-empresa.

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Abstract Resumo
The transformation of social sciences in Latin Ame- As transformações das ciências sociais nos paí-
rican countries in the last three or four lustrums ses da América Latina nas últimas três ou quatro
has involved technological and generational di- lustros envolveram dimensões tecnológicas e
mensions as it has happened in the context of geracionais assim como no contexto de maiores
most incidences of science and technology policies incidências de políticas de ciência e tecnologia
openly productive, and the positioning of the ma- abertamente produtivistas e do posicionamento do
nagement model from the university-company. In modelo gerencial da universidade-empresa. Neste
this article these transformations are examined to artigo essas transformações são investigadas para
suggest a number of challenges that we face if the sugerir uma série de desafios que enfrentamos se
purpose from the social sciences is critically con- o objetivo é o de umas ciências sociais criticamen-
textualized and politically relevant. te contextuais e relevantes politicamente.

Key words Palavras-chave


Science and technology policies, academic action, Políticas de ciência e tecnologia, academização,
generational changes, politicization, universi- mudanças geracionais, politização, universida-
ty-company. de-empresa.

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Retos actuales de las ciencias sociales en América Latina

cinismos postmodernos. De ahí la urgencia de abrir


“[...] el hecho de que el conocimiento sea una las ciencias sociales.
construcción social también significa que es
socialmente posible tener un conocimiento En el cierre de la década del noventa, convocado
más valido”. por el Instituto de Estudios Sociales y Culturales
(Wallerstein, 1996, p. 101). Pensar, de la Universidad Javeriana, se realiza en
Bogotá un simposio internacional “La reestructura-
ción de las ciencias sociales en los países andinos”,
Introducción que da origen a un libro titulado La reestructura-
ción de las ciencias sociales en América Latina. Edi-
Abrir las ciencias sociales (1996) es el sugerente tí- tado por Santiago Castro, la obvia relación del título
tulo de un pequeño libro publicado a principios de con el libro coordinado por Wallerstein es corrobo-
los años noventa como resultado de un informe de rada en la Introducción en donde se hace referen-
la Comisión Gulbenkian para la reestructuración cia de manera detalla a los argumentos de ese libro.
de las ciencias sociales, compuesta por destacados Además de confluir con Wallerstein en la urgencia
académicos como el antropólogo haitiano Michel de abrir las ciencias sociales cuestionando las pre-
Rolph Trouillot y el filósofo africano V.Y. Mudim- misas convencionales y las inercias institucionales
be, bajo la coordinación de Emmanuel Wallerstein. que conservan las divisiones disciplinarias decimo-
Este libro presenta la historia de la constitución de nónicas, Castro y Guardiola hacen énfasis, en la in-
las ciencias sociales asociada a las transformacio- troducción del libro (Castro, 1999), en un enfoque
nes en el sistema-mundo moderno. Distinciones en- que prioriza la geopolítica del conocimiento y en
tre las esferas de lo político, el mercado y lo social, el cuestionamiento del eurocentrismo de las cien-
así como el doble contraste entre presente/pasado cias sociales dominantes. En la demanda de abrir
y nosotros/ellos definen las premisas desde las cua- las ciencias sociales se retoma el concepto de “rees-
les emerge el modelo de división disciplinaria de la tructuración”, de ahí el título dado al seminario y al
labor académica. Ahora bien, este modelo no fue libro. En ambos casos agregando la marcación del
el simple resultado de las dinámicas intrínsecas de lugar desde donde se habla: los países andinos para
configuraciones epistémicas, sino que claramente el seminario y América Latina en el libro.
respondía a las particulares demandas de la expan-
sión y reproducción colonial y neocolonial del siste- Los cuestionamientos a las ciencias sociales, refe-
ma-mundo moderno hacia mediados del siglo XIX y ridos a las limitaciones de los enfoques positivistas
gran parte del siglo XX. y al desenmascaramiento de su eurocentrismo, no
aparecen con este libro a finales de los noventa. Por
Luego de presentar esta historia, los autores cie- lo menos desde dos décadas atrás la pregunta por
rran su libro con un capítulo en el que se preguntan el colonialismo intelectual y una sociología propia
por el tipo de ciencia social que debería constituir- ya se expresaba de manera clara en los trabajos de
se ahora, cuando las transformaciones económicas Orlando Fals Borda (1979, 1970). Antes que una voz
y políticas del sistema-mundo han puesto en cues- aislada, Fals Borda perteneció a una generación de
tión gran parte de las premisas y de las condiciones sociólogos, antropólogos e historiadores que no solo
de existencia del modelo de la división disciplinaria en Colombia, sino en diferentes países de América
decimonónico. Su respuesta apunta hacia trascen- Latina, se preguntaron seriamente por el para qué,
der las fronteras disciplinarias convencionales, así desde dónde y para quiénes de las ciencias sociales
como romper con el estadocentrismo y positivismo en los contextos y realidades propias. Las premi-
dominantes sin caer en relativismos epistémicos y sas de la neutralidad valorativa y de la objetividad,

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fueron ampliamente denunciadas como coartadas Transformaciones


de un distanciamiento cínico agenciado por ciertos
modelos metropolitanos de ciencias sociales. En los últimos tres lustros son muchas las transfor-
maciones que se han suscitado en el campo de las
Obviamente, el lenguaje teórico, los alcances de la ciencias sociales en un país como Colombia. Refe-
crítica, el momento histórico y lo que está en juego rirme a estas transformaciones es hablar de cam-
ha cambiado sustancialmente desde la década de bios que he atestiguado en mi trayectoria como
los sesenta y los ochenta al momento en que se pu- antropólogo y practicante de estudios culturales.
blica un libro como el editado por Castro-Gómez en Algunos cambios se han dado sutilmente, sin mayo-
el umbral del cambio de siglo. Lo único que quiero res sobresaltos, otros se han introducido de manera
señalar con mencionar estos antecedentes es que más abrupta y evidente. No obstante, estos ritmos
es importante no perder de vista que las preocu- diferenciales, lo que implicaba hacer parte de una
paciones y cuestionamientos a las ciencias sociales disciplina como la antropología o participar de un
en los países de América Latina y el Caribe tienen campo transdisciplinario como los estudios cultu-
densas genealogías, las cuales en gran parte toda- rales ha cambiado sustancialmente en los últimos
vía estamos en mora de trazar como memorias de años al menos en cuatro aspectos.
las luchas que han configurado cómo hemos llega-
do a ser lo que somos. El primero se refiere a las transformaciones tecno-
lógicas que han modificado sustancialmente una
No es mi intención en este artículo hacer una con- parte importante de las prácticas que constituían
tribución a esta genealogía. Me he referido al li- la labor cotidiana de la producción, circulación o
bro coordinado por Wallerstein y al editado por apropiación de las ciencias sociales en nuestros
Castro-Gómez para argumentar que, aunque sigue contextos. Las nuevas tecnologías computacionales
siendo indispensable abrir las ciencias sociales y han modificado las maneras en las cuales se adelan-
hacerlo teniendo en consideración la dimensión ta gran parte de la producción de conocimiento en
geopolítica del conocimiento y la superación de la ciencias sociales, desde el acceso a las bases de da-
arrogancia-ceguera eurocéntrica, hoy asistimos a tos hasta la posibilidad de compartir documentos a
una serie de transformaciones en el campo de la los colegas en fracciones de segundo, quienes, a su
ciencias sociales en los distintos países de América vez, los pueden leer y comentar inmediatamente.
Latina que no podemos dejar de tomar en conside- Los grupos de investigación pueden intercambiar
ración. Pienso que, en algunos aspectos nodales, datos y elaboraciones en plataformas diseñadas
estas transformaciones introducen inflexiones sus- para esto o simplemente a través de redes sociales
tantivas a la labor de abrir-reestructurar-repoten- o listados de correo electrónico. En muchos aspec-
ciar las ciencias sociales en nuestros países. tos se ha potenciado sustantivamente la posibilidad
de identificar, almacenar y analizar un volumen de
En el siguiente aparte identificaré cuatro de estas información como nunca antes había sido siquiera
transformaciones, las cuales se encuentran profun- soñado. Ya sea como instrumentos o como metodo-
damente imbricadas: transformaciones tecnológi- logías para la investigación o para la visibilización
cas, generacionales, en los efectos de las políticas de los resultados o debates, con las nuevas tecno-
de ciencia y tecnología, y en el posicionamiento del logías computacionales hoy enfrentamos nuevos
modelo gerencial de universidad-empresa. Con esta constreñimientos y posibilidades.
perspectiva panorámica, cierro este artículo con la
referencia a una serie de retos que se imponen hoy Estas transformaciones tecnológicas no solo su-
en el campo de las ciencias sociales en América La- ponen un cambio en muchas de las prácticas de
tina.

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Retos actuales de las ciencias sociales en América Latina

la investigación, apropiación y circulación de las fundaciones y ONG. Muchos de estos jóvenes son
ciencias sociales, sino que también devienen en im- financiados y viven con sus padres, y ven en sus es-
portantes temáticas de estudio. Nuevas temáticas tudios fundamentalmente una opción profesional
que abren todo un nuevo continente, el de la ciber- de la cual puedan derivar su sustento económico.
cutlura, el de las redes sociales, pero también viejas Las discusiones éticas o políticas sobre el queha-
temáticas que pueden ser pensadas desde otros án- cer y razón de ser de las ciencias sociales, que eran
gulos, como las identidades, las corporalidades, las candentes hasta hace unos años, ahora son vistas
espacialidades. con cierta extrañeza o con franco aburrimiento
por muchos de los jóvenes estudiantes. Pensar su
Abrir-reestructurar las ciencias sociales tiene que labor orientada hacia el mercado o hacia el estado
tomar seriamente en consideración la manera no es un asunto que los conflictúe, sino más bien el
como nuestras prácticas más cotidianas se han visto horizonte de sus deseos. Esto contrasta con una o
atravesadas por la creciente dependencia de estas dos décadas atrás donde la elección de estudiar una
tecnologías. Nuevas sujeciones, otros amarres de disciplina en ciencias sociales estaba inspirada en
las geopolíticas, pero también cambios sustancia- criterios muy distintos, entre los cuales eran pre-
les en qué significaría hoy el lugar de enunciación, ponderantes los intereses políticos o humanísticos
la marcación de lugar, asociadas a las competen- (por llamarlos de alguna forma).
cias-dependencias tecnológicas deben ser conside-
radas. No basta con abrir-reestructurar las ciencias Con respecto a los practicantes más visibles en el
sociales quedándose en un plano epistemológico; establecimiento académico y en otros escenarios
hay que considerar seriamente la dimensión de las del desempeño disciplinar, también se han susci-
prácticas que constituyen las ciencias sociales, y en tado transformaciones sustanciales en los últimos
esta dimensión las transformaciones tecnológicas tres lustros. Uno de los más visibles es que la ge-
no pueden dejarse de lado. neración que experimentó unas ciencias sociales
críticas en las décadas de los setenta y ochenta se
Una segunda transformación es la generacional. ha ido jubilando o ha ido cediendo paso a colegas
Esta transformación no solo se evidencia en el perfil más jóvenes formados en la década del noventa o la
del grueso de los estudiantes que hoy se involucran primera del dos mil, que han obtenido sus titulacio-
en estudiar ciencias sociales, sino también en los nes de postgrado a menudo en academias metro-
relevos generacionales que se están sucediendo en politanas. Este relevo generacional también es de
sus practicantes tanto en la academia como en los estilo y de ethos, dándosele más prioridad a unas
otros ámbitos de la práctica profesional. Hace dos disciplinas cada vez más academizadas en lo que se
décadas, el perfil predominante de los estudiantes refiere al establecimiento universitario y, sorpren-
de las carreras de ciencias sociales era muy dife- dentemente, mucho más dóciles a las múltiples de-
rente de quienes hoy se encuentran matriculados. mandas del mercado y de la gubernamentalización
de la existencia de la vida social.
Aunque las ciencias sociales siguen, en muchos
aspectos, siendo marginales en la economía de En suma, preocupaciones sobre la geopolítica del
los prestigios que opera en el grueso del imagi- conocimiento, las políticas de la teoría o el compro-
nario social, sí ha habido un cambio en cuanto a miso suenan distantes, poco seductores, cuando no
las expectativas de quienes se matriculan en estas absolutamente inconmensurables con los intereses
disciplinas. Los jóvenes llegan y se gradúan con la y móviles que interpelan en términos generales a
esperanza de que con sus estudios obtendrán un la generación de estudiantes y practicantes de las
trabajo con el estado, las empresas o el sector de las ciencias sociales. Así que si el propósito es abrir o

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reestructurar las ciencias sociales en América La- entidades donde se adelanta investigación han pre-
tina uno no puede darse el lujo de desconocer que sionado indirecta o directamente a los profesores e
hoy el grueso de la generación de estudiantes y investigadores para que su labor responda a la lógi-
practicantes son, a menudo, interpelados por unas ca de medición establecida por Colciencias, que ha
expectativas y horizontes de profesionalización entronizado la cienciometría. Se ha desatado una
que en el mejor de los casos se muestran indiferen- especie de ansiedad de la clasificación por estar en
tes, cuando no abiertamente reacios, a considerar las mejores posiciones, con números de grupos de
los constreñimientos e implicaciones de lo que apa- investigación en A+ o porque sus revistas sean in-
rece ante sus ojos y reproducen en sus prácticas dexadas y reconocidas. Todo esto aún opera dentro
como ideales de las ciencias sociales. de la lógica de recompensas simbólicas que, depen-
diendo de las universidades o entidades de investi-
La tercera transformación es la referida a los efec- gación, se pueden traducir o no en bonificaciones
tos de las políticas de ciencia y tecnología agencia- o escalonamiento. En mucho se mantiene el meca-
das por las entidades estatales. Hubo una vez un nismo de la “carita feliz”, la recompensa simbólica,
tiempo donde las prácticas de los profesores uni- dado que Colciencias normatiza y mide pero no fi-
versitarios y los investigadores en las ciencias so- nancia realmente la investigación ni a los investiga-
ciales en general no estaban atravesadas por las dores en el país.2
normatividades y por los efectos de las políticas de
ciencia y tecnología que impulsan las entidades es- Para legitimar las tecnologías normalizantes de las
tatales en nuestros países; y esos tiempos, así a mu- prácticas de los académicos e investigadores, la bu-
chos les parezcan remotos y extraños, existieron en rocracia en Colciencias ha apelado a un discurso de
países como Colombia hasta hace solo un par de dé- la eficiencia, productividad, calidad, competitivi-
cadas atrás. Quienes hemos habitado los escenarios dad e internacionalización. Los imaginarios y su-
académicos desde hace al menos veinte años, tene- puestos de este discurso son grotescamente obvios:
mos una perspectiva diferente sobre lo que hoy “internacionalización”, por ejemplo, es plegarse
parece imponerse como un hecho naturalizado: irreflexivamente a una particular geopolítica del
hubo una época en la cual no imperaban los cvlacs conocimiento donde unos centros, lenguajes, mo-
y gruplacs,1 sin la obsesión por revistas indexadas dalidades de argumentación, formas de visibiliza-
en ISI o Scopus, sin la regulación, por la burocracia ción y audibilidad son dominantes. Como lo hemos
académica, de los procesos de investigación, defini- trabajado para el caso concreto de la antropología,
dos desde proyectos y medidos en resultados como esto supone reproducir ciertas políticas de la igno-
publicaciones. rancia, perpetuar unos silenciamientos y asime-
trías (Ribeiro y Escobar, 2008; Restrepo, 2012).
En Colombia, por ejemplo, estas transformaciones
se han ido posicionando lentamente. La clasifica- Poco se discuten los criterios desde los cuáles se
ción de los grupos de investigación y el registro de mide, qué se mide, quién mide y para qué se mide.
la producción de los académicos en sus cvlacs son
medidas que han sido incorporadas por cada vez
2 Esto contrasta con los modelos del Conicet en Argentina o
más universidades e investigadores. Las diferentes del Conacyt en México, que cuentan con reales programas de
burocracias académicas de universidades y otras financiación (no simplemente con convocatorias a becas o a
la financiación de ciertos proyectos). Tal vez el ejemplo más
extremo es el de Chile, donde el Conicyt ha introducido un
mecanismo de pago en dinero a las universidades por artículo
1 Estos son los nombres que la entidad estatal en Colombia publicado en revistas indexadas en ISI o Scopus, lo que ha
(Colciencias) le da a la estandarización de las hojas de hecho que las universidades establezcan modalidades de
vida de los académicos y de los grupos de investigación, presión-incentivación a sus profesores e investigadores para
respectivamente. que orienten sus labores hacia la publicación de estos artículos.

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Son marginales las iniciativas de investigación y


debate sobre sus efectos en la transformación de Estas regularizaciones sobre las labores de los do-
las prácticas académicas. Entre los efectos más visi- centes e investigadores en las universidades evi-
bles, sin embargo, está la fetichización del crecien- dencian una transformación sustancial en la con-
te productivismo (número de artículos publicados cepción misma de la universidad. De una idea de
o patentes solicitadas) asociada a una marcada universidad articulada por la función ético y polí-
despolitización de las labores investigativas que se tica humanista de devenir en instancia para la re-
subsumen cada vez más abiertamente en respon- flexión crítica y autónoma de la sociedad, se ha ido
der a demandas empresariales. Así las cosas, el pro- naturalizando una noción de universidad orienta-
pósito de abrir o reestructurar las ciencias sociales da por una racionalidad instrumental tendiente a
en América Latina no puede soslayar los efectos de producir los tecnócratas y expertos que requiere el
las políticas de ciencia y tecnología que se han ido mercado y el estado. El modelo gerencial imperan-
posicionando en nuestros países en los mapas de te es la punta del iceberg de los profundos cambios
interés, en las prácticas y en las subjetividades de que se han suscitado en la universidad, incluso en
quienes hacen ciencias sociales. aquellas que aún se siguen considerando como pú-
blicas.3
Estrechamente asociada a estas políticas estatales
encontramos la cuarta transformación: la consoli- El propósito de abrir o reestructurar las ciencias so-
dación del modelo gerencial de la universidad-em- ciales no puede desconocer estas transformaciones
presa. Si bien las universidades privadas en nues- que, desde la cotidianidad misma, troquelan los al-
tros países se han concebido desde la lógica em- cances y limitaciones reales de las ciencias sociales
presarial de la ganancia, lo que ha cambiado en las hoy en nuestros países. Así, por ejemplo, la creación
últimas dos décadas es la generalización del mode- de postgrados en estudios culturales en Colombia
lo gerencial en universidades públicas y privadas, no es necesariamente un indicio de la apertura de
donde se imponen cada vez más las preocupacio- las ciencias sociales o de su reestructuración, como
nes por la rentabilidad de los programas ofrecidos lo sugieren en los libros citados de Wallerstein y
y la transformación de los estudiantes en clientes. Castro-Gómez, respectivamente; al contrario, la
Las burocracias universitarias han ido extendien- creación de estos programas responde en mucho a
do su accionar con la creciente regulación de las las expectativas de las burocracias universitarias y
prácticas académicas a través de la imposición de es perfectamente funcional a las transformaciones
una filigrana de procedimientos y formatos a los del sistema universitario en el país, respondiendo
que cada vez se hace más difícil escapar y que tien- a las políticas de ciencia y tecnología ya señaladas.
den a consumir más tiempo y dedicación.

Retos
Así, la investigación se ha convertido en una acti-
vidad fuertemente regulada y estructurada por de-
He argumentado que se puede identificar una se-
mandas de la burocracia académica. Para solicitar
rie de transformaciones en los tres o cuatro últimos
recursos o descarga de tiempo, el investigador se
lustros que han significado cambios importantes de
ve compelido a operar dentro de una serie de re-
querimientos de ritmos y productos fijados por las
burocracias universitarias. Las consultorías se im- 3 El proceso de privatización de las universidades públicas
no hay que entenderlo simplemente desde la perspectiva
ponen cada vez más como el escenario de la investi- de dónde provienen los recursos para su funcionamiento y
gación, lo que la subsume a los intereses de quienes quiénes pueden acceder a sus programas; también hay que
considerar el modelo mismo de universidad, del para qué, el
contratan. cómo y el hacia dónde que se expresa en prácticas como el
posicionamiento del modelo gerencial comentado.

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los términos en los cuales se despliega el campo de productividad y competitividad que marcan fuer-
las ciencias sociales en distintos países de América temente a las ciencias sociales en los últimos lus-
Latina. A partir de este panorama, nos encontra- tros han reforzado la figura del autor-individuo y
mos ante una serie de retos si lo que buscamos es cierta idea de los derechos intelectuales que con-
potenciar unas ciencias sociales críticamente con- cibe al conocimiento como una mercancía. Apos-
textuales y relevantes políticamente. tarle al trabajo colectivo y colaborativo en ciencias
sociales, pareciera ser hoy una práctica que puede
El primer reto consiste en reorientar nuestra labor cuestionar la lógica del productivismo, debido a
a partir de la profundización de los diálogos sur- que los ritmos, prioridades y logros que tiende a
sur. El colonialismo intelectual que se ha afianzado involucrar este tipo de trabajo, contrastan con las
en las últimas décadas al tomar como referentes lógicas de la acumulación productivista. Igualmen-
privilegiados a los autores, conceptualizaciones y te, se hace cada vez más importante desnaturalizar
estilos académicos euro-estadounidenses, requiere la concepción de los resultados del conocimiento
ser revertido por un giro en los términos de la con- como propiedad privada —a la que solo se puede
versación, al igual que en las genealogías intelec- acceder si se tiene cómo pagar—, que se produce
tuales e interlocutores que nos interpelan y consti- en un escenario de competencia donde se premia el
tuyen (Santos, 2009). egoísmo y la apropiación individualizada, sancio-
nada mediante la figura del copyright. Hay que ex-
El reto de profundizar los diálogos sur-sur no se en- plorar los alcances y límites de otras modalidades
tiende como una apelación chovinista ni como un de propiedad intelectual como el creative commons
auto-orientalismo que supone un privilegio episté- y el copyleft, sin ser ingenuos con respecto a las sor-
mico a las márgenes y lugares históricamente sub- prendentes habilidades del mercado y los intereses
alternizados; este reto lo entiendo más en la línea empresariales de cooptar iniciativas que se presen-
del historiador subalternista Dipesh Chakrabarty tan como alternativas.
(2008), para quien el pensamiento europeo es indis-
pensable pero insuficiente para comprender ade- Cierta manera de entender la interdisciplinariedad
cuadamente a las sociedades modernas coloniales constituye un tercer reto que enfrentan las cien-
como la India pero también a la misma Europa. De cias sociales en países como el nuestro. En gran
ahí su contundente planteamiento de la urgencia parte apuntalada por la burocracia académica, que
de provincializar a Europa. busca reducir costos de operación, y en asocio al
socavamiento de los pregrados, una errática con-
Profundizar los diálogos sur-sur requiere de esta cepción de la interdisciplinariedad se ha impues-
provincialización de Europa, pero no se limita a to en no pocas universidades. De unos programas
eso. Al mismo tiempo, hay que tomar en serio in- de formación estructurados en la apropiación de
terlocutores que conversan en otros lenguajes, que las tradiciones y estilos disciplinarios, hoy los es-
suponen diferentes estilos intelectuales. Dejarse tudiantes se encuentran los cuatro o cinco prime-
contaminar por su indisciplina, por su indocilidad, ros semestres (cuando no más) recibiendo básica-
por lo herético de ritmos que no se pliegan a los mente cursos de diferentes disciplinas desde una
imperativos de la productividad. narrativa celebratoria de la interdisciplinariedad.
Esto abarata los costos de los programas, pues un
Un segundo reto, en ciertos sentidos asociado al profesor se encarga de muchos más estudiantes; no
primero, se refiere al posicionamiento del trabajo obstante, es realmente una muy mala estrategia de
colectivo y colaborativo, así como al socavamien- interdisciplinarización, porque cada profesor sigue
to del fetichismo del copyright. Los discursos de la hablando desde sus lugares disciplinarios mien-

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tras que los estudiantes no cuentan con insumos de la utopía, de la preocupación de un para qué y
sólidos ni de la disciplina a la que se matricularon para quiénes que se articule con fuerzas y movili-
y de la cual serán futuros profesionales ni de las zaciones políticas reales, puede ser una tarea poco
otras disciplinas que caen como un chaparrón del seductora para un sector de los académicos que,
cielo. La interdisciplinariedad no es un punto de por razones que no se pueden examinar aquí, se
partida sino de llegada. Es un horizonte de proble- identifican con el actual orden de las ciencias so-
matización de certezas disciplinarias. Puede haber ciales en nuestros países. También es una propues-
descentramientos y auténticos diálogos cuando se ta poco atractiva para estudiantes cuyo propósito
cuenta con puntos que descentrar y lugares desde existencial es conseguir un ‘buen’ trabajo, sin ma-
los cuales dialogar.4 Sin esto, lo que hay es una in- yores preocupaciones éticas o políticas más allá de
terdisciplinaridad cosmética basada en una floja o su bienestar económico y social inmediato. El peso
nula formación disciplinaria. de la inercia del establecimiento académico, como
se ha ido sedimentando en los últimos lustros, con-
Mi argumento no es la reificación de las disciplinas jugado con la abierta resistencia de sus guardianes,
para apelar a un patriotismo disciplinario ni la ne- hace titánico revertir la tendencia de unas ciencias
gación de la relevancia de la interdisciplinariedad; sociales engolosinadas con dispositivos de recom-
es más, en nociones como las de transdisciplinarie- pensa inmediatos del productivismo y de su instru-
dad e indisciplinariedad se pueden articular perti- mentalización en el mercado y en la afinación de
nentes procesos que permitan potenciar unas cien- las tecnologías de sometimiento. No obstante, este
cias sociales críticamente contextuales y relevantes es precisamente uno de los retos que hoy enfrenta-
políticamente. Simplemente quiero indicar que la mos: la transformación de la imaginación teórica e
manera cómo se entiende la interdisciplinariedad histórica que articule la labor de las ciencias socia-
por las burocracias académicas no es acertada por les a producir, compartir y contrastar conocimien-
los efectos socavantes en la formación de las na- tos críticamente contextuales y relevantes política-
cientes generaciones, por lo que uno de los retos mente.
pasa por tomarse en serio las disciplinas en aras de
ir más allá de ellas.

Un cuarto reto, y tal vez uno de los más complica-


dos, es el de posicionar nuevamente la relevancia
de politizar las ciencias sociales. Con el desplaza-
miento hacia el devenir expertos, desde la lógica
del productivismo academicista o desde la satisfac-
ción dócil de las demandas del mercado y del es-
tado, no son pocos los académicos que derivan su
comodidad y ciertos privilegios que, con el tiempo y
la perdida de perspectiva, no son fáciles de abando-
nar. Inscribir las ciencias sociales en el horizonte

4 Con Stuart Hall (2010), se puede argumentar que la


interdisciplinariedad es indispensable, pero demanda una
práctica rigurosa. Como solía decir: la interdisciplinariedad
supone el reto de hacer mejor sociología que los sociólogos
porque se toma en serio esta formación disciplinaria para
descentrarla desde preguntas y estilos de trabajo heréticos a
sus tradiciones.

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