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MAYORDOMÍA DE LA VIDA
Primero estudio Bíblico

Hola hermanas y hermanos en Cristo. Soy Bon Dadoso, mis amigos

me dicen “Bon Bondad”. Estoy aquí para presentarles unos estudios
sobre cómo vivir mejor y de cómo hacerlo de acuerdo con la
voluntad de Dios. Ah, y además, les presento a Dar Nisiquiero,
alguien que tiene muchos problemas; su sobrenombre es “Tacaño”.
Y también, quiero que conozcan a mi amiga, Amada Iglesia,
cariñosamente le dicen, “Amigla”. A partir de hoy tenemos la
responsabilidad de compartir con ustedes. Es importante advertirles
que Dar Nisiquiero puede ser muy pesimista y muy regañón.

Nos han pedido hablarles de la mayordomía. Pero francamente, creo

que es una pérdida de tiempo porque nadie le hace caso a lo que Dios
exige. Muchas personas no entienden eso de mayordomía. Para muchas
personas, esto solo tiene que ver con dar una ofrendita mínima cada
culto, ¡y nada más! Y la persona que pone por lo menos una monedita
cada vez que se recolecta la ofrenda, bueno, se considera un mejor
Cristiano que los demás, ¡pura hipocresía! Y mientras más da en la
ofrenda, es mejor mayordomo. Así de sencillo….

Hermano, estás equivocado. Además, la mayordomía es mucho, mucho más que

eso. Para nuestros estudios, vamos a usar la siguiente definición: “La
mayordomía cristiana es la respuesta del creyente al amor de Dios, quien lo creó y
preservó, redimió y santificó. Por lo tanto, mayordomía cristiana es fe en acción.
Sería muy útil aprender la siguiente frase de memoria. Mayordomía cristiana es la
demostración de cuán sinceramente el Cristiano cree las verdades que acepta.”

Esta definición es interesante. A mí me gusta la parte de la

“respuesta del creyente al amor de Dios.” Amigo Bon Bondad,
¿qué incluye nuestro estudio de la mayordomía?

Bueno, primeramente, el mayordomo es una persona que sirve y que cuida

de lo ajeno, pero lo cuida de tal manera que todo prospera, crece, recibe
buen uso y siempre hay para el bienestar de otros. Como mayordomos,
afirma la Biblia, hemos recibido todo de Dios, nuestra vida y todo lo que
tenemos. Como dice la explicación de la primera parte del Credo
Apostólico: Creo que Dios me ha creado y también a todas las criaturas; 
que me ha dado cuerpo y alma, ojos, oídos y todos los miembros, la razón y
todos los sentidos y aún los sostiene; además vestido y calzado, comida y 
bebida, casa y hogar, cónyuge e hijos, campos, ganado y todos los bienes;
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que me provee abundantemente y a diario de todo lo que necesito para sustentar este cuerpo y vida, me protege 
contra todo peligro y me guarda y preserva de todo mal; y todo esto por pura bondad y misericordia paternal y 
divina, sin que yo en manera alguna lo merezca ni sea digno de ello. Por todo esto debo darle gracias, 
ensalzarlo, servirle y obedecerle. Esto es con toda certeza la verdad.

Pero, muchas veces, no somos buenos mayordomos, descuidamos de lo que

somos y tenemos. Además, rechazamos que Dios nos llame la atención por
no ser buenos mayordomos. Creo que es perder el tiempo estudiar sobre la
mayordomía. De todos modos, las personas seguirán siendo iguales de
despreocupados e ignorantes, sin preocupación por las cosas de Dios.

Si duda, hay muchos problemas, pero por eso estamos aquí para
aprender y cambiar.

Vamos a explorar la Biblia para ver qué nos enseña acerca de seis
áreas incluidas en la mayordomía: de la vida, del cuerpo y la mente,
del tiempo, de los talentos, de los bienes, del dinero, y del evangelismo.
Finalizaremos con un estudio del gran evento del Pentecostés, fiesta de
los frutos el Espíritu Santo.

¿Por qué tantos temas? Pensé que la mayordomía solo tenía que ver con
el dinero de las ofrendas.

Al estado en que nos encontramos antes de ser de Cristo, a esa esclavitud del pecado, a esa ley de “la carne”
como dice Pablo, lo llamamos “viejo hombre”, vieja naturaleza, o corrupción innata que es una de las
consecuencias del pecado original con el cual el hombre manchó para siempre la creación de Dios. En
Romanos (capítulos 5 y 8), así como en Gálatas (capítulo 5), aprendemos de la permanencia de la vieja
naturaleza que soportamos por el resto de nuestro días en este mundo, como
herencia de Adán. El viejo hombre, mira, trata y piensa, sólo en función
de sí mismo en todas las situaciones. Nos lleva a la búsqueda de medios
(excusas) por los cuales podamos evadir nuestra responsabilidad, o
prescindir de la gracia de Dios y andar en nuestros propios caminos. El
viejo hombre en nosotros siempre se opone a la palabra del perdón, el
cambio radical de Dios en Cristo, como único medio eficaz para
nuestros problemas. El cristiano que no percibe claramente su
naturaleza pecaminosa, o que niega que esta sea su condición, siempre
tendrá dificultades para comprender la vida cristiana y la mayordomía
en su verdadera luz.
Por eso, vayamos a la Biblia para descubrir el
significado y la aplicación a nuestras vidas de una
mayordomía sobre la vida.

¡Es perder el tiempo!

¿Para qué tanto estudio?
¿Qué dice la Biblia?
I Crónicas 29:14 - El Rey David está presentando al pueblo de Israel a su hijo Salomón. En la oración que
David hace a Dios hay una pregunta y una declaración. Según el texto, ¿qué significa esta frase para nosotros?
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Colosenses 3:23 – El Apóstol San Pablo amonesta a los creyentes a hacer todo en servicio a Cristo con una
actitud de fe por lo que El ha hecho por nosotros. ¿Qué ha hecho Cristo por nosotros que amerita nuestra fe en
El?
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San Juan 20:31 – El Apóstol San Juan declara que Jesucristo hizo todo por nuestra salvación. Ahora creyendo
en El, tenemos vida eterna. ¿Cómo es nuestra vida actual y cómo será la vida eterna?

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Génesis 1:26-31 – En la creación del mundo Dios nos dio vida y nos bendijo para que esa vida tuviera una
verdadera razón de ser. Cuando observamos todo lo que Dios nos ha dado en relación a nuestra vida, ¿qué
incluye?
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II Corintios 5:14-21 – El Apóstol San Pablo declara que tenemos una nueva vida en Cristo, gracias al amor de
Dios, el perdón de nuestros pecados. ¿Cómo es esa nueva vida?

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San Lucas 17:11-19 – Nuestro Señor Jesucristo sanó a diez hombres con lepra, una enfermedad horrible y fatal.
Uno solo de los hombres regresó para agradecerle a Jesús. Aquel hombre recibió una rica bendición. ¿Cuál
fue esa bendición? ¿Qué nos da Cristo al creer en El?

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Aplicación de las verdades Bíblicas:

1. Hagan una lista de lo que Dios nos da en esta vida. (Recuerden lo que descubrieron en Génesis 1:26-31.)

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2. Ahora, hablen de las maneras cómo descuidamos de la vida que hemos recibido de Dios.

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3. Por medio de Cristo, hemos sido perdonados y restaurados, renovados para cambiar nuestra manera
pecaminosa de vivir. En Cristo, por el poder del Espíritu Santo, tenemos la promesa de Su poder para cambiar.
¿Cómo vamos a cambiar; cómo vamos a ser mejores mayordomos?

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4. Como Cristianos, ahora consideramos la vida como un compromiso sagrado, con el encargo de celar, guardar,
proteger y compartir la vida como un tesoro valiosísimo. ¿De qué maneras vamos a celar, guardar, proteger y
compartir la vida?

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5. Como miembros de nuestra congregación, ¿cómo podemos usar nuestra vida para el bienestar de la iglesia y
para la honra y gloria de Dios?

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En resumen…
Vivimos para el Señor, somos de El, gracias al amor de Dios, manifiesto eternamente en Cristo por medio de Su
muerte y resurrección. Ahora somos hijas e hijos de Dios. Confiar en Dios nos lleva a descansar en El sobre
todas las cosas, para ser motivados y conducidos por El a fin de hacer Su santa voluntad.
La voluntad de Dios en Cristo nos lleva por la vida, donde la gracia de Dios en Cristo nos perdona;
donde los brazos de Dios nos apoyan; donde las bondades de Dios suplen nuestras necesidades;
donde el poder de Dios nos cubre y nos sostiene.
La voluntad de Dios en Cristo nos lleva por caminos conocidos y desconocidos:
donde el Espíritu de Dios obra en nosotros; donde la sabiduría de Dios nos enseña;
donde el ejército de Dios nos protege; donde las manos de Dios nos moldean.
La voluntad de Dios en Cristo nos lleva por lugares inimaginables:
donde el amor de Dios en Cristo nos arropa; donde la misericordia de Dios nos cuida;
donde la paz de Dios en Cristo calma nuestros temores; donde la autoridad de Dios nos mantiene.
La voluntad de Dios siempre nos motiva a seguir a Cristo, a confiar sólo en Él y serle fiel:
donde el consuelo de Dios en Cristo nos seca toda lágrima; donde la Palabra de Dios nos alimenta;
donde los milagros del Señor nos inspiran; donde la omnipresencia de Dios siempre nos encuentra.
La voluntad de Dios es que seamos Sus mayordomos, para Su honra y gloria. Amén.

Oración:
Amado Dios, muchas gracias por Tu gran amor. Gracias por la vida y por todo lo que nos das para vivir.
Perdónanos cuando descuidamos nuestras vidas; perdona todo nuestro pecado. Danos un corazón lleno de fe y de
agradecimiento para servirte como mereces y dedicar nuestras vidas al bienestar de otros. Haz que seamos
humildes y bondadosos. Lo pedimos en Tu nombre, oh Cristo. Amén.

Canto:
“Que mi vida entera esté, consagrada a ti, Señor” CC255
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Iglesia Evangélica Luterana de Panamá (IELPA)

Marzo del 2004