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Formación y territorialización del MST en Brasil

Bernardo Mançano Fernandes1


Traducción: Lucas Benielli

Recuerdo que, en 1989, un joven integrante del Movimiento de los Trabajadores Rurales
Sin Tierra (MST) vino a conversar conmigo sobre la posibilidad de realizar ocupaciones de tierra
en Pontal do Paranapanema, región oeste del estado de São Paulo. Yo era profesor recién
contratado de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), en el campus de Presidente Prudente,
ubicado justamente en aquella región. Juntos, el joven líder del MST y yo fuimos en busca de los
aliados de la lucha popular: los padres progresistas de la Iglesia Católica y los sindicatos
auténticos afiliados a la Central Única de los Trabajadores (CUT).
Permanecimos tres meses en reuniones discutiendo las posibilidades de que el MST
iniciase la lucha por la tierra en Pontal do Paranapanema. Al final, los padres y los sindicalistas
llegaron a la conclusión de que no había condiciones de realizar la lucha. Se acordó, entonces,
que la falta de una política de reforma agraria del Estado y de la fuerza política de los
latifundistas de la región, articulados por la Unión Democrática Ruralista (UDR), entidad
conocida por el uso de la violencia contra los campesinos, limitarían seriamente las posibilidades
de organizar a las familias sin tierra y ocupar los latifundios en la zona. Con esta decisión, el
joven del MST volvió decepcionado hacia su asentamiento en el estado vecino de Paraná.
Para mi gran sorpresa, pocos meses después, el MST terminó realizando su primera
ocupación en la región de Pontal. En el día 13 de julio de 1990, 800 familias llegadas de varias
regiones de São Paulo y de Paraná ocuparon la hacienda Nova Pontal. Al visitarla, encontré al
joven del MST que un tiempo atrás partía triste con los acuerdos de los aliados de la lucha por la
reforma agraria. Le pregunté el porqué de la decisión de organizar la ocupación sin las
condiciones apropiadas. Con altivez y seguridad, me respondió: “Mirá, si no hay condiciones,

1
Geógrafo, profesor de los cursos de Posgrado y Grado en Geografía de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la
Universidad Estatal Paulista (UNESP), campus de Presidente Prudente. Asesor del Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin-Tierra (MST). Coordinador del Grupo de Trabajo Desarrollo Rural en América Latina y Caribe del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). bernardo@pesquisador.cnpq.br (N.d.T.)

1
entonces tenemos que crearlas. Sin la ocupación de tierras,” insistió, “el gobierno no hace
ninguna reforma agraria. La ocupación es nuestra forma de combatir el poder de los
latifundistas”.
La ocupación de la hacienda Nova Pontal fue el puntapié inicial de una movilización por
la tierra que se territorializó por toda la región, con gran cobertura en los medios nacionales. A
partir de la década de 1990, Pontal de Paranapanema se convirtió en la región con el mayor
número de ocupaciones del país. De estas ocupaciones surgieron, hasta 2006, 112 asentamientos
rurales con 6500 familias asentadas. Con convicción y osadía, el joven del MST ayudó a cambiar
la historia de aquel territorio.2

***

En Brasil, la lucha por la tierra avanza ajena a la existencia –o no- de un plan de reforma
agraria. La lucha por la tierra es una lucha popular y la reforma agraria es una política pública de
competencia del Estado. La lucha por la tierra se comprende por dos manifestaciones políticas
principales: la ocupación de la tierra, que ocurre diariamente y constituye la forma principal de
acceso a la tierra en Brasil, y las marchas de diversos movimientos campesinos para presionar al
Estado en la realización de políticas de créditos, de educación y vivienda y otros beneficios
públicos. El avance de la lucha por la tierra ha mantenido la reforma agraria en la agenda política
del estado; sin embargo, hasta el momento el Estado no ha sido competente para efectivizar una
política de reforma agraria capaz de quebrar la estructura latifundista. Es evidente que la
participación del Estado en este proceso es fundamental, pero, en Brasil, su impulso no es
determinante ni crítico. El Estado avanza por el empuje de los movimientos campesinos.
Demostraremos esta cuestión, analizando el proceso de formación del MST y las acciones
de diversos gobiernos, desde la dictadura militar hasta el gobierno de Lula. Este conflicto lo
constituye la cuestión agraria brasilera, basada en una estructura latifundista concentrada y una
agricultura moderna. En esta situación de conflicto, surge la paradoja: la exclusión de los
movimientos campesinos en la elaboración de políticas públicas para el desarrollo rural genera, al
mismo tiempo, acciones campesinas que promueven su resocialización y la demanda por los
derechos básicos de la ciudadanía.

2
Las estadísticas son de DATALUTA (2007).

2
El Estado ha tratado la cuestión agraria solamente con políticas coyunturales, conforme el
poder de movilización de los movimientos campesinos. La razón de esta actitud se debe al
control político del Estado por los ruralistas, que han impedido el desarrollo de la agricultura
campesina en Brasil. Este monopolio político determinó las condiciones para que la
modernización de la agricultura mantuviese la estructura latifundista concentrada. La dictadura
militar instaurada en 1964 fue crucial en el sentido de reafirmar el poder político de la clase
latifundista, como demuestra el Capítulo 2, de Delgado, de este libro.3
En el mismo año del golpe militar, el nuevo gobierno elaboró el Estatuto de la Tierra: este
fue el primer documento que trató la reforma agraria en la historia de Brasil. El objetivo del
gobierno no era aplicar la ley, sino controlar los conflictos por la tierra. Su política agrícola tenía
como referencia el modelo de la denominada “revolución verde”, basado en la modernización
técnica de la agricultura. Este modelo consideraba solamente la expansión agrícola del
capitalismo, sin contemplar la agricultura campesina.4 El gobierno militar intentó minimizar los
conflictos de tierra con la implantación de proyectos de colonización en Amazonas, pero dicha
política de fomentar la migración campesina no disminuyó los conflictos en las regiones Sur,
Sudeste y Nordeste del país. Desde su inicio, el régimen militar reprimió violentamente las
acciones de los trabajadores que reclamaban por sus derechos, tales como el acceso a la tierra y
mejores condiciones de trabajo.
El MST surge en un contexto de descomposición del régimen militar y de creciente
movilización social en busca de la apertura política. Este capítulo analiza la formación del
Movimiento y examina su territorialización en Brasil mediante la lucha por la tierra. El proceso
de territorialización lo constituyen las ocupaciones de tierra y la conquista de asentamientos
rurales. Estos territorios se convierten en nuevos espacios en donde el campesinado se recrea y
reproduce la lucha por la tierra mediante la formación de un movimiento campesino. Tal lectura
nos permite comprender que la forma de organización social y el territorio son partes
indisociables de la lucha campesina. La territorialización es un proceso permanente en la historia
del MST y constituye nuestro eje del análisis.

3
El autor se refiere aquí al texto de Guilherme Costa Delgado “A questão agraria e o agronegócio no Brasil”,
incluído en el libro Combatendo a Desigualdade Social. O MST e a reforma agraria no Brasil, Miguel Carter (Comp.),
Fundação Editora da UNESP, 2010 (N.d.T.)
4
Un análisis detallado de los planes de desarrollo de los gobierno militares está en Fernandes (1996).

3
A partir de los cambios en la organización del MST y en el proceso de territorialización,
pueden diferenciarse cuatro momentos de la formación del MST: gestación, consolidación,
institucionalización y mundialización. Tales fases fueron forjadas tanto por determinación en las
instancias políticas del MST como por el cambio en la coyuntura brasilera y global.
El primer período es la gestación del MST (1979-1984). Este período, que precede a la
fundación oficial del Movimiento, es fundamental para comprender las bases de su proceso de
formación. El segundo período es el de consolidación (1985-1989), que se caracteriza por la
ampliación de las acciones del movimiento en escala nacional, por medio de su establecimiento
en todas las regiones del país y la configuración de su estructura organizativa. El tercer período es
el de institucionalización (1990 al presente): en este tiempo, el MST se torna el principal
interlocutor del gobierno federal en relación a la reforma agraria, y es reconocido
internacionalmente. La revisión de estas tres fases permite analizar con mayor detalle la dinámica
de la lucha por la tierra y la estructura organizativa del MST. El cuarto momento en la formación
del MST incluye el proceso de mundialización de los movimientos campesinos, con la creación y
el fortalecimiento de Vía Campesina. La nueva connotación internacional de la lucha por la
reforma agraria, a partir de la segunda mitad de la década de 1990, gana fuerza con el
surgimiento de Vía Campesina y la disputa en torno de la política de reforma agraria de mercado
del Banco Mundial.5 El capítulo concluye con un abordaje de la reforma agraria en el gobierno de
Lula y las perspectivas de desconcentración de las tierras en un momento de auge del
agronegocio.

Gestación y nacimiento del MST, 1979-1984

Hacia el final de la década de 1970, después de 15 años de fuerte represión política de la


dictadura militar, los trabajadores del campo y de la ciudad lucharon intensamente para
reconstruir la democracia y reconquistar derechos. En el campo, a partir de la actuación de la
Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), nacieron las experiencias de lucha por la tierra que
gestaron el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). La resistencia de los

5
Los análisis de este capítulo fueron realizados a partir de un amplio trabajo de campo realizado entre 1996 y 1998,
cr. Fernandes (2000); de la participación directa en diversos eventos de los movimientos vinculados a Vía
Campesina, y de una extensa investigación bibliográfica.

4
colonos6 en Amazonas, por medio de los sindicatos de trabajadores rurales y las ocupaciones de
tierra en diversas regiones del país, incluyendo el Sur y el Nordeste, contribuyeron para reubicar
en la agenda pública la reforma agraria, que había sido sofocada con el golpe militar de 1964.
En la ciudad, las huelgas de los metalúrgicos, profesores, bancarios y otras categorías
reunidas en la formación de un movimiento sindical auténtico crearon la Central Única de los
Trabajadores (CUT) y el Partido de los Trabajadores (PT). En la década de 1980, las luchas
populares de los movimientos y de los sindicatos por las conquistas de sus derechos, así como
por el restablecimiento de la democracia, se convirtieron en las banderas de lucha que
transformaron al PT en uno de los partidos brasileros más importantes.
Estas distintas fuerzas nacieron casi simultáneamente en espacios políticos diferentes,
interactivos y autónomos, cada cual con su estructura organizativa. Sus orígenes formados en el
seno de la lucha de clases les otorgaban un principio común: la defensa de los derechos y de los
intereses de los trabajadores. Con la fundación del PT se creó un espacio para reunir los
proyectos políticos de los diferentes segmentos populares. En la década de 1980, los
movimientos campesinos y la Comisión Pastoral de la Tierra, con el apoyo político del PT, más
que reincorporar en la agenda política la cuestión de la reforma agraria, transformaron la lucha
campesina en una de las principales formas de acceso a la tierra.
El MST no tuvo su creación en el 1er Encuentro Nacional de los Sin-Tierra, en enero de
1984, sino con las primeras ocupaciones de tierra organizadas en el sur del país en 1979. A partir
de ese año, en los estados de Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, São Paulo y Matto
Grosso do Sul hubo ocupaciones de tierra y luchas de resistencia de colonos, arrendatarios y otros
campesinos que sufrían la expulsión de las tierras donde trabajaban.
En el norte de Río Grande do Sul, fueron los colonos expulsados de las tierras indígenas
que ocuparon las haciendas Macali y Brilhante, en septiembre de 1979. Al oeste del estado de
Sao Paulo, la resistencia de los colonos a la expansión del ganado en la hacienda Primavera
impidió la expulsión de sus terrenos y logró la recuperación del área acaparada mediante un
decreto presidencial firmado en 1980. En el estado vecino de Mato Grosso do Sul, arrendatarios
de diversas haciendas en el municipio de Naviraí resistieron también a la expansión del ganado y,

6
La palabra en portugués es posseiro, que refiere a un individuo que ocupa de hecho una porción de tierra sin
contar con títulos de propiedad; de todas sus acepciones y posibles traducciones, consideramos que “colono” es el
término que más se acerca en el sentido del texto. En posteriores investigaciones, corroboramos que el término es
asimismo utilizado en ocasiones por el propio autor para la traducción de sus textos al castellano. (N. del T)

5
en mayo de 1981, campesinos de la región ocuparon la hacienda Baunilha. En el sudoeste de
Paraná, la construcción de la hidroeléctrica de Itaipu dejó a miles de familias campesinas
desamparadas. En el oeste de Santa Catarina, familias campesinas con poca tierra ocuparon la
hacienda Burro Branco, en mayo de 1980, y resistieron en la tierra con el apoyo de la diócesis de
Chapecó. Una lucha que marcó este período histórico fue el acampe en Encruzilhada Natalino,
ubicado frente a la hacienda Macali, en Ronda Alta (Rio Grande do Sul). La intervención del
gobierno militar en este acampe organizado en 1981 buscó abortar el nacimiento de un
movimiento de personas sin tierra. Pero en el contexto de transición hacia un régimen
democrático, este acampe terminó dando gran relevancia a la movilización por la reforma agraria,
como Carter expone en el siguiente capítulo 6.7
En este período del régimen militar, la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) dio un
respaldo fundamental a todas esas movilizaciones, al mismo tiempo en que fue promoviendo
encuentros de estos campesinos, por lo que ayudó a articular a las personas involucradas en la
lucha por la tierra, con miras a superar su aislamiento. En junio de 1982, la CPT convocó al
primer encuentro de campesinos y agentes de pastoral, en el municipio de Medianeira (Paraná),
para discutir el crecimiento de la movilización por la reforma agraria. En septiembre de 1982, la
CPT organizó un nuevo encuentro en Goiánia, donde campesinos de todas las regiones del país
formaron una comisión provisoria para la creación de un movimiento campesino nacional.
Todavía en 1983, con apoyo de la CPT, se realizaron otros dos encuentros preparativos para la
fundación del MST. Su creación oficial tuvo lugar en Cascavel (Paraná), el día 22 de enero de
1984. Un año después, en enero de 1985, el MST realizó su 1er Congreso Nacional, con
representantes de 23 de las 27 unidades federales.
Ya en su inicio, el MST tomó la decisión táctica de organizarse en escala nacional. Esta
estrategia fue elaborada en el curso de decisiones periódicas de la coyuntura política promovidas
por la CPT y de estudios de historia de movilizaciones campesinas en Brasil y el exterior. Los
nuevos liderazgos del MST consultaron, en este proceso, a dirigentes de movimientos del campo
extintos por la dictadura militar, como las Ligas Campesinas, la UTLAB y MASTER.8 Con base

7
El autor se refiere a “Origem e consolidação do MST no Rio Grande do Sul”, de Miguel Carter, en el libro
Combatendo a desigualdade…, p.199 (N.d.T.)
8
Sobre la historia de los movimientos sociales en el campo en los años 1950 y 1960, cf. el capítulo 3, de Leonilde
Sérvolo de Medeiros, en este libro. Para más detalles sobre la historia de las Ligas Campesinas, la Unión de
Labradores y Trabajadores Agrícolas de Brasil (UTLAB), ligada al Partido Comunista Brasilero (PCB), y MASTER en

6
a estas informaciones y reflexiones, los sin-tierra y sus asesores comprendieron tempranamente
que un movimiento nacional tendría mucha más fuerza en relación al enfrentamiento con las
fuerzas adversarias.
En las primeras ocupaciones de tierra y acampes que ocurrieron en este período, las
familias sin-tierra crearon diversas comisiones o sectores para cuidar las actividades referentes a
su lucha. Estos esfuerzos emprendidos en el proceso de movilización representaban el embrión de
lo que sería la forma de coordinación del MST.
Todas estas referencias servirán para definir las normas organizativas del Movimiento.
Algunos de los principios adoptados en este proceso de aprendizaje son: formación de
coordinación y dirección colectivas como instancias políticas de decisión; autonomía política;
disciplina y respeto a las decisiones de las instancias políticas; formación educacional
permanente; jamás separar la lucha económica de la lucha política9; y mantener siempre lazos
orgánicos entre la base y la dirección. Es en función a estas orientaciones que el MST se expande
por otras regiones brasileras, reproduciendo las experiencias de acampe y las ocupaciones de
tierra forjadas en su proceso de génesis.

Consolidación del MST, 1985-1989


A medida que la lucha por la tierra avanzaba, la lucha por la reforma agraria refluía. El año de
1985 es el primero de redemocratización de Brasil, después de 20 años de dictadura militar. El
presidente José Sarney presentó, ese año, el Plan Nacional de Reforma Agraria con la promesa de
asentar 1,4 millón de familias. En 1989, al fin de ese gobierno, habían sido asentadas apenas
84.852 familias, o sea, sólo el 6% del total previsto. Este resultado era mucho más el fruto de las
ocupaciones de tierra realizadas principalmente por el MST que de las acciones del gobierno
federal. Desde el inicio de la gestión de Sarney, el MST manifestó su descrédito en relación a la
política gubernamental de reforma agraria.
En 1988, con la elaboración de la nueva Constitución, el grupo de la magistratura
vinculado a los ruralistas -compuesto por los diversos sectores del agronegocio-, se valió de una
estrategia para impedir la ejecución sumaria de la reforma agraria. Esta fue aprobada en el tercer

Rio Grande do Sul, fundado bajo influencia del Partido Trabalhista Brasileiro (PTB), cf. (2002), Fernandes (2000),
Stédile y Fernandes (1999) y Medeiros (1989).
9
Éste es un principio que determina la identidad del MST. No separar la lucha económica de la lucha política
significa que incluso después de asentadas, algunas familias sin-tierra continúan organizando ocupaciones de tierra,
lo que promueve la territorialización del MST.

7
parágrafo del artículo 184 de la Constitución, donde los ruralistas hicieron constar el siguiente
texto: “Cabe a la ley complementar y establecer procedimiento contradictorio especial, de rito
sumario, para el proceso judicial de la expropiación”. Solamente en 1993, con la aprobación de la
nueva legislación agraria (ley 8.629), pasó a existir una regulación para la expropiación de tierras.
Sin embargo, aún con la existencia de esta nueva ley, los ruralistas todavía pueden impedir la
expropiación de tierras, inventariando los procesos expropiatorios, consiguiendo incluso revertir
situaciones en procesos ya asignados por el Presidente de la República.
Durante ese período, el MST se territorializó en todos los estados de las regiones Sudeste
y Nordeste del país, además del Centro-Oeste, Región Amazónica y los estados de Goiás y
Rondónia, tal como puede observarse en el Mapa 5.1 En el Sudeste, el MST se estructuró
formalmente en San Pablo, en 1984, y organizó sus primeras ocupaciones de tierra en Espíritu
Santo, en 1985, y en Minas Gerais, en Vale do Jequitinhonha, a partir de 1987. El MST comenzó
a actuar en Río de Janeiro en 1985, pero tuvo que suspender sus actividades en el estado en 1987
por problemas de organización interna. El Movimiento sólo volvería a reorganizarse en Río de
Janeiro a partir de 1993.
En el Nordeste, el MST comenzó su trabajo de base en el sur de Bahia, luego del 1º
Encuentro Estatal del Movimiento, celebrado en 1986, y realizó su primera ocupación en 1987,
en el antiguo municipio de Prado, en un área de la Compañía Vale do Rio Doce utilizada
parcialmente para la plantación de eucaliptos. En el mismo año, el MST realizó sus primeras
ocupaciones en los estados de Alagoas y Sergipe. En Sergipe, la fase embrionaria del MST
comenzó en 1985 con la participación de personas vinculadas al Movimiento en las ocupaciones
de tierra impulsadas por la CPT y los sindicatos ligados a la diócesis de Própria. La primera
experiencia de organización en Pernambuco llevó a una exitosa ocupación de tierra en 1985, pero
ese grupo se desvinculó posteriormente del MST. Sólo con la llegada de militantes del
Movimiento de estados vecinos, en 1989, es que el MST comenzó a afianzarse en este estado.
Las primeras ocupaciones de tierra del MST en Paraíba, en Río Grande do Norte, en Ceará y en
Piauí ocurrieron en 1989. En Maranhão, la primera experiencia del MST surgió al amparo de una
organización ligada a los trabajadores rurales de la región de Imperatriz, el Centro de Educación
y Cultura del Trabajador Rural (CENTRU). Pero en 1988, los activistas del MST se alejaron de
esta entidad por causa de divergencias tácticas. Posteriormente, comenzaron a movilizarse por

8
iniciativa propia y tuvieron su primera conquista de tierra. Al año siguiente, el MST maranhense
organizó la ocupación de otras tres haciendas.

Mapa 5.1

9
Las acciones pioneras del MST en Goiás comenzaron en 1985, con el apoyo decidido del
obispo de la diócesis de Goiás, Don Tomás Balduino, y con la estructura de la CPT local. La
primera ocupación de la tierra en la hacienda Mosquito, en mayo de 1985, terminó con desalojo
policial. Pero el montaje posterior de un acampe en la Plaza Cívica de Goiánia, capital del estado,
tornó posible un acuerdo con el gobernador y el INCRA, que facilitó la expropiación de esta
hacienda en agosto de 1986, generándose la primera victoria del MST en Goiás.
La llegada inicial del MST a la región amazónica se dio en el estado de Rondónia, a partir
de 1985, aunque las primeras tentativas de ocupación de tierra no hayan sido exitosas. El
verdadero nacimiento del MST en este estado se dio con la ocupación de la hacienda Seringal, en
el municipio Espigão do Oeste, en 1989. Es por esto que, sólo después de diversas ocupaciones
de esa área y del predio regional del INCRA y varios despojos y muertes, fue aprobada
oficialmente la distribución de toda el área para los sin-tierra.
El proceso de territorialización del MST contó con el apoyo de diversas entidades. La
CPT fue sin dudas la principal articulación externa en la formación y en la expansión del MST,
por medio de sus agentes de la Pastoral y de los obispos católicos ligados a esta organización
ecuménica. Además de la CPT, diversos sindicatos de trabajadores rurales, algunas iglesias
protestantes y entidades progresistas, como la CUT, el PT, grupos de derechos humanos y centros
estudiantiles, apoyaron la construcción nacional del MST. Por su parte, el Movimiento trasladó
decenas de militantes de otros estados, muchos de la región Sur, para ayudar a organizar las
ocupaciones de tierra, difundir sus tácticas de lucha e impulsar la territorialización del MST por
Brasil.
En el período de 1985 a 1989, el MST se fue consolidando como movimiento nacional, al
hacerse presente en todas las regiones del país. Esta fase también fue un momento de definiciones
importantes en el establecimiento de su estructura organizativa y de su identidad política. En el
proceso de consolidación del MST, un desafío importante fue el de garantizar su autonomía,
evitando las relaciones de dependencia al mismo tiempo en que expandía sus alianzas políticas.
La cuestión de la autonomía del Movimiento y sus alianzas fueron ampliamente discutidas en el
2º Encuentro Nacional del MST, realizado en diciembre de 1985. En cada estado que el MST se
organizaba y realizaba ocupaciones, articulaba el apoyo a la lucha por la tierra. Algunas veces,
las instituciones que componían esas articulaciones querían determinar las acciones del

10
movimiento.10 En ciertos momentos, la afirmación de autonomía del MST generó situaciones de
malestar entre los compañeros. Para superar el riesgo de dependencia, el MST decidió invertir en
la formación permanente de liderazgos que dirigieran las luchas del Movimiento en cada estado.
La formación de jóvenes liderazgos fue acompañada por la construcción de una cultura y
formación de la identidad política de los sin-tierra. En el 3º Encuentro Nacional, realizado en
1987, el MST escogió uno de sus símbolos principales, la bandera. En ese evento, se definió la
apertura de un concurso interno para la elaboración del himno del MST, que fue escogido en
1989, durante la realización de su 5º Encuentro Nacional. El período de consolidación del MST
fue significativo en el sentido de construir la identidad y la cultura de resistencia, que son parte
vital de las movilizaciones y de la vida cotidiana en el Movimiento.
Un conjunto de acciones –la formación permanente de líderes que fortalezcan la
organicidad y garanticen la territorialización del MST, en una red de escala nacional y
organización de autonomía política, con la construcción de una tradición de resistencia
campesina- explica el proceso de consolidación del MST. Hacia el final de este período, el
Movimiento se hallaba sustancialmente fortalecido y preparado para resistir las diversas formas
de represión del Estado que tendrían lugar en la fase posterior.

Institucionalización del MST, de 1990 hasta el presente


El período de institucionalización del MST presentó diversos desafíos en torno a la relación del
Movimiento con el Estado. En 1989, en la primera votación directa para presidente de la Nueva
República, fue electo presidente Fernando Collor de Mello. Acusado de participar de diversos
esquemas de corrupción, Collor sufrió un impeachment por parte del Congreso Nacional en
octubre de 1992 y fue sustituido por el vicepresidente Itamar Franco, que gobernó hasta 1994.
Durante el gobierno de Collor, el Estado reprimió violentamente al MST, invadiendo
secretarías y encarcelando a líderes en diversas regiones del país. En este tiempo, el MST
atravesó un proceso de reflujo. La era de Collor restringió su proceso de territorialización al
forzar al Movimiento a disminuir el número de ocupaciones. En estos años, el MST se volcó a la
organización interna de los asentamientos, forjando un sistema cooperativista y ampliando las

10
Este fue un momento difícil de la formación del MST. Las articulaciones eran compuestas por sindicatos rurales y
urbanos, partidos políticos, ONGs y pastorales de las iglesias. En algunos estados, las alianzas fueron deshechas
porque el MST no aceptaba la intervención en su poder de decisión. Solamente después de diversos conflictos y
divergencias, las organizaciones y el MST pudieron consolidar las múltiples divisiones en torno a la lucha por la
tierra.

11
actividades en estos territorios. Aún con dificultades, dichas acciones terminaron fortaleciendo al
MST. Hacia el final del gobierno de Collor, el Movimiento presentó al nuevo presidente un
conjunto de medidas para tornar viable la reforma agraria y desarrollar la agricultura campesina,
mediante una política de crédito y la creación de infraestructura social en los asentamientos. De
hecho, Itamar Franco fue el primer presidente en recibir al MST para negociar, encuentro que
significó un momento singular en la historia del Movimiento.
En las elecciones de 1994 y 1998, Fernando Henrique Cardoso fue electo y reelecto
presidente. En su primer mandato, Cardoso realizó la más amplia política de asentamientos
rurales en la historia de Brasil, tal como puede observarse en el gráfico 5.1.11 En este período, el
gobierno defendía la idea de que no había más latifundios en Brasil y que no existían tantas
familias sin tierra (Cardoso, 1991, p.10). De este modo, aseguraba que asentando simplemente a
las familias acampadas, el problema agrario estaría resuelto. Pero el crecimiento de la demanda
de tierra, con la organización de nuevos acampes y más ocupaciones, refutó esa tesis. En el
primer mandato del presidente Cardoso, el número de familias acampadas pasó de 20 mil familias
en 1994, a 76 mil familias en 1998. Durante este período ocurrieron las masacres de Corumbiara,
en Rondónia, 1995, y de Eldorado dos Carajás, en Pará12, en 1996.
En su segundo mandato, el gobierno de Cardoso cambió de estrategia y desarrolló una
política agraria más represiva, criminalizando la lucha por la tierra y elaborando una política de
mercantilización de la tierra. De este modo, en 2001 creó dos medidas provisorias: una en que
decretaba el no asentamiento de las familias que participaran de las ocupaciones de tierra, y otra
que determinaba el no reconocimiento gubernamental de las tierras ocupadas durante el lapso de
dos años, en el caso de ser ocupadas una vez, y por cuatro años aquellas ocupadas más de una
vez. Creó un registro en el Correo de las familias interesadas en ser beneficiadas por la política de

11
Los datos de ocupaciones de DATALUTA son formados por la confrontación de cinco fuentes: Comisión Pastoral
de la Tierra (CPT), Audiencia Agraria Nacional (OAN), que hacen registros de ocupaciones en escala nacional, y
datos de los siguientes grupos de investigación que hacen registros de ocupaciones en escala estatal: Núcleo de
Estudios, Investigaciones y Proyectos de Reforma Agraria (NERA), para el estado de São Paulo; Laboratorio de
Geografía Agraria (LAGEA), para el estado de Minas Gerais, y el Laboratorio de Geografía de las Luchas en el Campo
(GEOLUTAS), para el estado de Paraná. Los datos de asentamientos de DATALUTA son formados por la
confrontación de datos del INCRA, del Instituto de Tierras de São Paulo (ITESP) y del Instituto de Tierras de Mato
Grosso (ITMT).
12
La denominada Masacre de Eldorado fue perpetrada por la Policía Militar brasilera en abril de 1996, en respuesta
a una marcha pacífica de más de mil campesinos organizados por el MST, y dejó el saldo de 19 muertos, más otros
dos al día siguiente, así como varios heridos. Al respecto, puede consultarse el artículo de João Pedro Stedile en
http://www.todoamerica.info/noticia/la-masacre-de-caraj%C3%A1s-y-el-pacto-del-latifundio-con-el-poder-judicial
(N. del T.)

12
asentamientos rurales; en esa época, se registraron 840 mil familias, pero el programa no asentó a
ninguna de ellas.
Con el apoyo del Banco Mundial, el gobierno fundó a su vez el Banco de la Tierra, una
política de crédito para la compra de tierras y creación de asentamientos. En el segundo mandato
de Cardoso, esta política creció en detrimento de las expropiaciones. También destruyó la política
de crédito especial para la reforma agraria, creada durante el gobierno de Sarney, y la política de
asistencia técnica, perjudicando a cientos de miles de familias asentadas. Además cortó los
fondos para la política de educación en los asentamientos, que fue creada a partir de un conjunto
de acciones del MST. De 1999 al 2002, el MST y otros movimientos experimentaron un enorme
reflujo en la lucha por la tierra. Este era el segundo reflujo experimentado desde el retorno de la
democracia brasilera y las elecciones libres para presidente.
A pesar de que Cardoso hubiera afirmado que realizó la mayor reforma agraria de la
historia de Brasil, esta realidad produjo al menos dos resultados: 1) el crecimiento del número de
familias acampadas, que en 2004 llegó a 180 mil familias; 2) la precarización de los
asentamientos que fueron implantados como proyectos incompletos, que, además de no contar
con infraestructura básica, la mayor parte tampoco recibió crédito agrícola y de inversión, lo que
provocó la descapitalización de cientos de miles de familias.
Todo esto sugiere que el gobierno de Fernando Henrique nunca tuvo un proyecto de
reforma agraria. Durante los dos mandatos de su gobierno, la mayor parte de los asentamientos
establecidos fueron resultados de las ocupaciones de tierra13. Sin embargo, en su segundo
mandato, promovió la “judicialización de la lucha por la tierra14”, cuando criminalizó a las
ocupaciones y los movimientos campesinos entraron en reflujo y, en consecuencia, disminuyeron
las ocupaciones de tierra, así como el número de asentamientos establecidos. Para garantizar las
metas de la propaganda del gobierno, el Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), “clonó”
asentamientos creados en gobiernos anteriores o creados por gobiernos estatales y los registró
como asentamientos creados en el segundo mandato de Cardoso. Esta táctica supuso un desorden
general, de modo que en 2003, ni el mismo INCRA conseguía afirmar, con certeza, cuántos
asentamientos habían sido creados de hecho.

13
Fernandes, 2000. Pág. 301.
14
Esta expresión es relativa a la fuerte presencia del Poder Judicial, decretando arrestos de liderazgos sin-tierra,
incluso de manera preventiva, como ocurrió en la región de Pontal de Paranpanema, en el estado de San Pablo. Al
respecto, ver Fernandes (1997;2003).

13
Durante este período de institucionalización, el MST se territorializó en el Distrito
Federal, en 1992, y organizó su primera ocupación en el estado de Mato Grosso, en 1995, gracias
al trabajo de base de militantes trasladados de varios estados y al apoyo de profesores y
estudiantes universitarios, agentes de la CPT, del obispo de Rondonópolis y de entidades de
derechos humanos. En la región amazónica, el MST afirmó su presencia en el estado de Pará al
inicio de la década de 1990, y llevó adelante sus primeras movilizaciones en el estado de
Tocantins a partir de 1999. Para el fin de la década de 1990, el MST estaba organizado en 23
unidades de federación y era el principal movimiento campesino de lucha por la tierra.
En este período, el MST amplió su estructura organizativa, creando una red de
cooperativas, escuelas, centros de formación e investigación y colectivos con diversos ejes
temáticos, pasando por cuestiones de género y cultura a la agroecología y a los derechos
humanos.15 Fue apenas a mediados de la década de 1990 que el MST se tornó ampliamente
reconocido en Brasil y el exterior. Diez años después de su fundación o 15 años después de su
génesis es que el MST consiguió un reconocimiento nacional e internacional, tornándose uno de
los interlocutores principales del gobierno respecto de las políticas de reforma agraria.

El MST y la lucha por la tierra


La lucha campesina por la tierra es territorial, dado que la conquista de un latifundio y su
transformación en asentamiento rural promueve cambios en la estructura del terreno. La división
de la tierra aumenta significativamente el número de personas en dicho territorio. Esta nueva
realidad altera las formas de organización del espacio y del trabajo y, por consiguiente, las
relaciones sociales y políticas. El acceso a la tierra es condición esencial para el campesinado,
pues es allí donde aseguran su medio de existencia, construyen su identidad y reproducen su
trabajo familiar.16

15
De modo especial, vale destacar la creación de la Confederación de las Cooperativas de Reforma Agraria de Brasil
(CONCRAB), el Instituto Técnico de Capacitación e Investigación de la Reforma Agraria (ITERRA), y la Escuela
Nacional Florestan Fernandes (ENFF). La institucionalización del MST es una fase difícil de definir, pues aún está en
desarrollo. A partir de la década de 1990, el Movimiento experimentó una ampliación significativa de su estructura
organizativa, que todavía continúa en expansión.
16
Sobre el concepto de territorialización, cf. Fernandes (2000; 2005b) y Fernandes y Martin (2004a).

14
En las últimas cuatro décadas, los principales sujetos de la lucha por la tierra han sido los
colonos17 y los sin-tierra. Los colonos ocupan tierras predominantemente en los frentes de
expansión de la frontera agrícola. Con la territorialización del capital, estos campesinos sufren la
expropiación de sus tierras por parte de los latifundistas y empresarios ligados muchas veces a la

17
La palabra en portugués es posseiro, que refiere a un individuo que ocupa de hecho una porción de tierra sin
contar con títulos de propiedad; de todas sus acepciones y posibles traducciones, consideramos que “colono” es el
término que más se acerca en el sentido del texto. (N. del T)

15
apropiación ilegal de la tierra, o sea, a la falsificación de documentos de posesión.18 A su vez, los
sin-tierra ocupan áreas predominantemente en regiones donde el capital ya se territorializó. Ellos
realizan ocupaciones de latifundios: propiedades capitalistas del agronegocio, es decir, tierras de
negocio y de explotación, además de las tierras vacías o de documentos falsificados. La
diferencia básica entre los dos tipos de lucha campesina son: el falsificador, el latifundista y el
empresario llegan donde está el colono, al paso que los sin tierra van donde el falsificador, el
latifundista y el empresario están.
La ocupación, como forma de lucha y acceso a la tierra, no es un hecho nuevo, sino un
continuo en la historia del campesinado brasilero. Desde el principio de su formación, los
campesinos en su proceso de creación y recreación ocupan tierra. La ocupación ha sido,
históricamente, su principal medio de acceso a la tierra. Se estima que cerca del 85% de los
asentamientos en Brasil fueron creados a partir de ocupaciones de tierra.19 En las últimas dos
décadas ocurrieron ocupaciones en casi todos los estados de Brasil.
Además del MST y de los colonos en la frontera agrícola, otras organizaciones
campesinas han promovido ocupaciones de tierra. En la Tabla 5.4 presentamos un listado de 86
movimientos involucrados en la lucha por la tierra entre 2000 y 2006.
Una representación geográfica de la presencia e intensidad de las ocupaciones de tierra
puede ser vista en los mapas 5.2 y 5.3, mientras que los mapas 5.4 y 5.5 presentan datos sobre la
geografía de los asentamientos en Brasil.
Comparando los mapas de las ocupaciones y de los asentamientos presentados, se
observan las diferencias entre las políticas de asentamientos de los gobiernos recientes y de las
acciones de los movimientos campesinos en la realización de las ocupaciones de tierra. La
distribución de los asentamientos de la reforma agraria demuestra que el gobierno ha priorizado
la implantación de proyectos de asentamientos en las regiones Norte y Nordeste, mientras que el
mayor número de ocupaciones sucede en las regiones Nordeste, Sudeste y Sur. Esta diferencia es
un indicador importante de que la modernización de la agricultura brasilera no consiguió resolver
la cuestión agraria. El agronegocio brasilero expropia a los campesinos de las regiones donde la
agricultura está más desarrollada y el gobierno intenta llevarlos hacia las regiones donde la

18
Esta acción de falsificar documentos de propiedad tiene en portugués el término de grilagem; a su vez, se
denomina grilero a quien lo realiza, asociado a los latifundistas y empresarios del agro. (N. del T.)
19
Esta constatación se basa en una investigación hecha en 13 estados de Brasil, en 1998. Para más detalles, cf.
Fernandes (2000, p31).

16
agricultura apenas comenzó a desarrollarse en las últimas décadas, como es el caso de Amazonia.
Aún, también en esta región, los campesinos y el agronegocio se enfrentan para disputar las
tierras cultivables.

Mapa 5.2

17
Mapa 5.3

18
Mapa 5.4

19
Mapa 5.5

20
***
La territorialización del MST por medio de la ocupación de la tierra es una forma de
enfrentamiento, resistencia y re-creación del campesinado.20 Las luchas que generaron el MST
fueron, simultáneamente, luchas de colonos y arrendatarios para permanecer en la tierra, o de
aquellos campesinos que al ser expulsados de la tierra ocuparon latifundios. Las luchas realizadas
en el segundo momento de formación del MST fueron predominantemente de trabajadores
rurales asalariados, que ocupaban tierra para librarse de las relaciones asalariadas. A partir de la
década de 1990, el MST comenzó a contar con la participación de trabajadores de origen urbana
(Lima y Fernandes, 2001). En conjunto, todas estas luchas promovían la resocialización de
trabajadores que nunca tuvieron tierra. En esta lucha, se entrecruzan diversas motivaciones:
indignación, necesidad, interés, conciencia política, identidad campesina, concepciones de
economía moral de la tierra y la expectativa de superación forjada en la dinámica colectiva de
lucha.
Además de ser una lucha territorial, la lucha por la tierra es una lucha familiar, ya que
abarca al conjunto de sus miembros en diversas actividades. Incluso en los casos en que apenas
algunos de sus miembros forman parte de la ocupación de un latifundio, toda la familia
campesina se involucra en la movilización por la tierra, atendiendo muchas otras necesidades
básicas. Las familias sin-tierra crean comisiones, núcleos o sectores que se preocupan por la
alimentación, la salud, la educación de chicos y jóvenes, así como por la negociación política,
divulgación o fomento de la lucha. La lucha campesina del MST es indisociable de su
organización social.
Las ocupaciones de tierra pueden ser realizadas de dos formas. En algunas situaciones, el
MST orienta su movilización por el tamaño del área, con el propósito específico de conquistarla.
Habiendo familias remanentes, estas inician una nueva lucha para obtener otra área. Esta lógica
implica movilizar a las familias en función a las áreas reclamadas. En otras situaciones, el criterio
de ocupación es el de asentar a todas las familias sin-tierra, ocupando cuantas áreas sean
necesarias. Ésta es la lógica de las ocupaciones masivas, donde el acto de ocupación de varias
áreas puede resultar en múltiples asentamientos. Esta segunda forma de organización intensificó
la territorialización de la lucha, transformando las ocupaciones en una lucha continua por la

20
Como se observa en los mapas de ocupaciones y asentamientos, las ocupaciones ocurren predominantemente
en los estados con una agricultura capitalista más avanzada. El desempleo de familias rurales por causa de la
mecanización agrícola ha incrementado justamente en esos territorios.

21
tierra. Según las familias se van asentando, otras nuevas se unen a aquellas ya en lucha, sumando
más grupos de familias a los grupos remanentes. Las ocupaciones macizas agrupan familias de
varios municipios y de más de un estado, en caso de que ocurran en áreas fronterizas. De esta
forma, se traspasan las fronteras territoriales oficiales.
En la ejecución de las ocupaciones, los sin-tierra pueden realizar diferentes formas de
establecimiento en la tierra. En algunas experiencias, ocupan una porción de tierra y prosiguen
con las negociaciones, reclamando la expropiación del área. En otras, ocupan la tierra, la parcelan
en lotes y comienzan a trabajarla; en otras, aún, demarcan una única área y plantan
colectivamente.21 Por más que exista un planeamiento, la ocupación de la tierra implica siempre
un devenir incierto, teniendo en cuenta la variedad de contextos y las distintas evoluciones de
cada coyuntura. Por más que los sin-tierra hayan acumulado experiencias y posean el know-how,
cada ocupación posee sus singularidades y procesos propios (Fernandes, 2000, p.291-2).
Desde el inicio del Movimiento, los sin-tierra combinaron varias formas de lucha.
Además de las ocupaciones de tierra, el MST ha organizado marchas, ocupaciones de predios
públicos, huelgas de hambre, caminatas y manifestaciones frente a las entidades públicas y
bancarias. Estos actos intensifican las luchas y aumentan el poder de presión de los trabajadores
en las negociaciones con los diferentes órganos de gobierno. Para el MST, la movilización por la
tierra es una lucha popular heterogénea, construida en la praxis.
La praxis del MST comienza con el trabajo de base. Esto se inicia con la formación de un
grupo de familias y su vinculación posterior con otros grupos de familias que participarán del
mismo acampe. De las luchas ocurridas en el período de gestación del MST fueron formados
diversos liderazgos que iniciaron los trabajos de base en otras regiones del país. Los trabajos de
base, los acampes y las ocupaciones constituyen espacios de socialización política. En estos
encuentros y momentos de lucha, los campesinos intercambian experiencias y conocimiento sde
vida, se concientizan de su condición de expropiados y explotados y construyen su identidad de
sin-tierra. Ahí realizan análisis de coyuntura, atendiendo las relaciones de fuerzas en la sociedad
y política, así como establecen sus articulaciones y alianzas. Esta formación política genera la
militancia que sustenta al MST. De modo general, estos diversos espacios de socialización

21
Este es un verdadero acto de rebeldía de los sin-tierra en el enfrentamiento con el gobierno y los latifundistas.
Esta acción es realizada sin consentimiento de ambos. Algunas veces, puede hasta ser el resultado de una
negociación entre las tres partes con miras a una posible solución del conflicto.

22
política colocan a las personas en movimiento, ayudan a construir la conciencia de sus derechos y
tornan efectivo el esfuerzo colectivo para superar su situación de miseria.
Por último, no se puede examinar la lucha por la tierra sin mencionar el problema de la
violencia rural, las violaciones de derechos humanos y la impunidad en el campo. En Brasil, la
violencia contra los campesinos es secular. Como refiere el capítulo 4, de Poletto 22, sólo a partir
del trabajo de la CPT se pasó a registrar sistemáticamente las formas de violencia, revelando al
mismo tiempo la extensa impunidad existente en relación a los crímenes cometidos contra los
labradores. Se observa en el Mapa 5.6, y en los datos sobre la “Violencia rural en Brasil”,
presentados en la Tabla 5.5, que en el período de 1988-2005 fueron asesinadas 903 personas. Sin
embargo, el número de condenas de los encargados de asesinato no llega a diez. Las amenazas de
muerte y tentativas de asesinatos son constantes, pero no impidieron el crecimiento de la lucha
por la tierra. A pesar de que la violencia contra los campesinos tenga lugar en todo el país, se
concentra principalmente en la región Norte y en algunos estados de las regiones Nordeste y
Centro-Oeste.

Estructura organizativa e identidad del MST


El proceso de institucionalización del MST ayudó a cristalizar su estructura organizativa actual,
constituida de tres partes interactivas: (1) las instancias de representación; (2) los sectores de
actividades; y (3) las organizaciones con registro público, según explica el cuadro 5.2. Las dos
primeras partes son resultado de una amplia reflexión y respeto de las formas de organización de
los movimientos campesinos (Stédile y Fernandes, 1999). Estas partes representan la
multidimensionalidad de la organización campesina, integrando los foros de decisión con las
actividades vitales para el desarrollo de la lucha. La tercera parte mantiene la forma tradicional de
las entidades de carácter legal, con registro en la cartera pública. Estas organizaciones fueron
creadas para operar cuentas bancarias, establecer contratos legales y canalizar recursos externos
para la implementación de proyectos de desarrollo en diversas áreas.
Las instancias de representación política reúnen diferentes espacios, formados por
diversas modalidades: núcleos, coordinaciones, direcciones, encuentros y Congreso Nacional.

22
Cf. Poletto, “A Igreja, a CPT e a mobilização pela reforma agraria” en Carver, Combatendo a desigualdade…
(N.d.T.)

23
Mapa 5.6

24
Cuadro 5.2 – Estructura organizativa del MST

Una instancia elige o indica los miembros de otra instancia en nivel superior. La puerta de
entrada en este proceso son los núcleos de base, constituidas por las familias sin tierra en los
acampes y en los asentamientos. Los asentamientos y los acampes eligen sus coordinaciones, que
eligen a las coordinaciones regionales, que, por su parte, eligen a las coordinaciones estatales. La
coordinación estatal elige los representantes de la coordinación nacional. Los coordinadores
indican entre sus miembros los componentes de la dirección estatal y nacional. Es en los núcleos,
en las coordinaciones y en las direcciones que el MST toma sus decisiones cotidianas.
Los Encuentros Nacionales y el Congreso Nacional son momentos de definiciones de las
políticas coyunturales y estructurales. Con excepción del encuentro nacional, realizado cada dos
años, los encuentros locales, regionales y estatales son realizados anualmente. En general, el
Congreso nacional se realiza cada cinco años. Los encuentros son espacios de decisiones
políticas, además de festivos, de confraternización, de intercambio de experiencias y de
diseminación de la cultura campesina.
La participación en los diferentes niveles de decisión del MST ocurre por la inserción del
sujeto en las actividades del Movimiento. En las diversas instancias del MST se deliberan las

25
políticas a ser ejecutadas por los sectores de actividades y las secretarias del Movimiento. Los
sectores y las secretarías tienen carácter administrativo y ejecutivo y son responsables por la
realización de proyectos de desarrollo socioterritorial en los asentamientos y acampes. Los
sectores también están articulados en diferentes escalas: en este sentido, por ejemplo, el Sector de
Educación está organizado desde la escala local, en el campamento y en el asentamiento, a las
escalas regionales, estatales y nacional. Cada escala mantiene relaciones con la instancia
respectiva del estado, buscando apoyo para el desarrollo de políticas públicas dirigidas a los
campamentos y asentamientos.
Las organizaciones vinculadas y los colectivos son transversales a la estructura
organizativa. Por ejemplo, los colectivos de Cultura y de Mística son formados por miembros de
varios sectores e instancias, aunque también posean sus miembros efectivos, que son los
cantantes y coordinadores de místicas que viajan a diversas regiones del país, animando los
encuentros del MST. Otro ejemplo es el Colectivo de Relaciones Internacionales que cuenta con
la contribución de miembros de varios sectores y especialmente de la coordinación nacional.
También en los trabajos realizados en los sectores están presentes las organizaciones
convencionales en la interacción de los proyectos de desarrollo agropecuario, educacional, salud
e infraestructura, entre otros.
La Asociación Nacional de Cooperación Agrícola (ANCA), la Confederación de las
Cooperativas de Reforma Agraria de Brasil (CONCRAB), el Instituto Técnico de Capacitación e
Investigación de la Reforma Agraria (ITERRA) y la Escuela Nacional Florestan Fernandes
(ENFF) son organizaciones vinculadas que se enfocan en las políticas de desarrollo del MST. En
estos espacios se elaboran políticas agrícolas e investigaciones tecnológicas del modelo de
desarrollo de la agricultura campesina, teniendo como referencia la agroecología. Estas acciones
ocurren por medio de la investigación y de la formación política y técnica que garantiza la
cualificación de las familias campesinas, que destaca al Movimiento como uno de los mejores
organizados de América Latina.
La estructura organizativa del MST es múltiple, plural e híbrida. Tiene carácter formal e
informal, y fue construida como nuevas y antiguas formas de organización. Su amplitud garantiza
los trabajos en los asuntos más variados, abarcando dimensiones sociales, económicas, culturales,
ambientales y políticas. Su trazo principal, en este sentido, no está en la definición de su
estructura, sino en su movimiento, es decir, en su versatilidad y flexibilidad. Su carácter

26
multidimensional y flexible le permite estar presente simultáneamente en diversos espacios
políticos, y le facilita la posibilidad de crear nuevos espacios de actuación. Esta estructura
multifacética, con variadas instancias de decisión colectiva, ayuda también a proteger al MST, ya
que torna mucho más difícil el intento de cooptar, controlar o reprimir al Movimiento por parte
de las fuerzas que le son hostiles.
Las múltiples dimensiones del MST fortalecen su organización, pero también crean
enormes desafíos. Uno de los principios del MST es la lucha contra la dominación del gran
capital. En este sentido, viene enfrentando el desafío de intentar construir nuevas experiencias
que permitan superar las relaciones sociales aisladas del trabajo familiar campesino sin
reproducir las relaciones capitalistas. Este principio es marca de su identidad política.
Considerándolo, es que comprendemos los avances o reflujos del MST. Es lo que lo torna
admirado y odiado en diversos círculos políticos e intelectuales.23
A lo largo de los años, el MST consiguió desarrollar una fuerte identidad propia. Hoy esta
identidad está fuertemente ligada a símbolos, como su bandera roja, su gorro rojo y su himno.
Tales símbolos son indicadores de la organicidad del Movimiento, pues están presentes en
reuniones sectoriales, predios de las cooperativas y de las escuelas, ocupaciones, acampes y
asentamientos.24 Son marcas de la identidad territorial de este movimiento campesino.
Otro elemento importante de la cultura política del MST son las palabras de orden, frases
que dan significado al sentido de la lucha de los sin-tierra. Estas palabras son cristalizadas en los
encuentros estatales o nacionales del movimiento. Nuevas frases surgen de acuerdo a los cambios
de la coyuntura política y las acciones del MST. En el cuadro 5.3 se presentan las principales
palabras de orden utilizadas por el MST desde su génesis. Estas representan diversos momentos y
preocupaciones en relación al desenvolvimiento de la lucha campesina: el descrédito con el Plan
Nacional de Reforma Agraria de 1985, la ocupación, la resistencia, la conquista, el fin del
latifundio y la amplitud de la lucha por la reforma agraria como condición esencial para la
construcción de la democracia.

23
Un ejemplo de este odio al MST es la crítica contundente de Navarro (2002a; 2002b), quien fue asesor del
gobierno de Cardoso en asuntos agrarios. En esos textos, presenta una visión lamentable del MST, a partir de un
análisis fragmentado, de obvio carácter político. En general, las ideas de Navarro sobre el MST han tenido poca
repercusión en el medio académico.
24
Organicidad es una condición política. Se representa por los grados de vinculación de las familias sin-tierra con el
MST. Cuanto mayor la participación de las personas en los sectores de actividades y en las instancias de
representación política, mayor es la organicidad del Movimiento.

27
Cuadro 5.3 – Palabras de orden del MST: una cronología, 1979-1997

Las palabras de orden, la bandera, el himno, la cruz, las herramientas de trabajo, los
alimentos, los libros, los combatientes históricos de causas populares y otros símbolos del MST
constituyen el lenguaje de una práctica política de resistencia y contraposición a los discursos
oficiales del Estado. En lo cotidiano de las familias vinculadas al MST, estos símbolos son parte
de su cultura e identidad campesina, cultura que es reproducida por la participación en
movilizaciones, comisiones, sectores y núcleos del Movimiento. En reconocimiento de la
importancia de este lenguaje simbólico y de la fuerza emocional que conlleva, el MST creó un
colectivo de Mística, que tiene la misión de cuidar de dicha dimensión de lucha y promover los
valores del Movimiento. La creación y la reproducción de la identidad del MST, en síntesis, están
íntimamente ligadas a los procesos de territorialización y consolidación de su estructura
organizativa.25

La mundialización del MST: Vía Campesina, de 1996 hasta el presente


Un elemento nuevo en el proceso de formación del MST se dio con la ampliación internacional
de la lucha campesina. La intensificación del agronegocio a partir de la década de 1990 amenaza
el proceso de territorialización del campesinado en diversos países. A partir de mediados de la
década de 1990, el MST amplió sus relaciones con movimientos campesinos de otros países. Esta
fase de formación se inicia en 1996, cuando el MST se afilió a Vía Campesina. Dicha
articulación de movimientos campesinos fue creada en 1992 que incluye 168 organizaciones

25
Un sitio con mucha información sobre la cultura de los sin-tierra fue organizado por la School of Modern
Languages, de la Universidad de Nottingham, cf. http://www.landless-voices.org

28
campesinas de Asia, África, América y Europa26. La estructura de Vía Campesina es formada por
la Conferencia Internacional –espacio de deliberación política-, por la Comisión Coordinadora
Internacional, las Comisiones Políticas, la Secretaría Ejecutiva y por los movimientos
campesinos vinculados. Las Comisiones Políticas actúan en relación a cinco ejes temáticos:
Soberanía Alimentaria y Comercio Internacional; Reforma Agraria y Desarrollo Rural; Género y
Derechos Humanos; Agricultura Campesina Sustentable; Biodiversidad y Recursos Genéticos.
Las comisiones elaboran manifiestos de los movimientos campesinos de diversas partes del
planeta y participan de debates y protestas con los organismos internacionales.
El surgimiento de Vía Campesina fortaleció los movimientos campesinos, desarrollando
luchas conjuntas a escala mundial. En junio de 2004, el MST organizó la 4º Conferencia
Internacional de Vía Campesina. En Brasil, están vinculados a Vía Campesina –además del MST-
el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), el Movimiento de los Afectados por las
Represas (MAB), la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) y el Movimiento de Mujeres
Campesinas (MMC).
Vía Campesina defiende la soberanía alimentaria como derecho de los pueblos y sus
países. Apoya las uniones de estados para definir sus políticas agrícolas, alimentarias y de
intercambio comercial, pero insiste en un comercio agrícola internacional que prohíba el
dumping27 y tenga políticas agrícolas duraderas y sustentables, determinadas por las
organizaciones nacionales y por los gobiernos, suprimiendo el poder de las corporaciones
multinacionales. Por esto, la oposición de Vía Campesina a la intervención de la Organización
Mundial de Comercio (OMC) en la determinación de políticas de intercambio de productos
agrícolas.
Vía Campesina ha promovido también la Campaña Global por la Reforma Agraria, que
alcanzó reconocimiento en ámbitos diversos, como organizaciones campesinas, ONGs, gobiernos
y organismos internacionales. Esta campaña ha fortalecido la resistencia internacional a las
políticas de mercado de tierras del Banco Mundial. La entidad también defiende el desarrollo
rural con base en la unidad familiar y en la promoción de prácticas agroecológicas, para la
garantía de la biodiversidad y protección de los recursos genéticos.

26
Al respecto de la formación de Vía Campesina, ver Desmarais, 2001. Sobre su composición ver Fernandes, 2004.
27
El término “dumping” refiere, en el contexto del comercio internacional, a una fijación abusiva de precios,
cuando un producto determinado se exporta a otro país a un precio inferior al que se cobra en su mercado o por
debajo del costo de producción, en general garantizado por una legislación laboral que avala este mecanismo. (N.
del T.)

29
Vía Campesina ha actuado organizadamente en diversas partes del mundo. Algunos
ejemplos son: la organización de movilizaciones de protesta durante las reuniones de la OMC, en
Ginebra, Suiza, en 1998, en Seattle, EEUU, en 1999, y en Cancún, México, en 2003, donde fue
exigida la salida de la OMC de las negociaciones agrícolas. En estos años, los movimientos
campesinos innovaron al realizar, al mismo tiempo, movilizaciones conjuntas en varias ciudades
del mundo. La creación de esta red de movimientos propició una mayor resistencia a las políticas
neoliberales y al avance del agronegocio sobre los territorios campesinos. Vía Campesina se
constituyó como la interlocutora principal de los movimientos campesinos en las negociaciones
de políticas a escala nacional e internacional.

El agronegocio, el gobierno de Lula y la perspectiva de Reforma agraria en Brasil


La coyuntura política y económica –en las escalas mencionadas- cambió significativamente. En
el caso de Brasil, el avance de las políticas neoliberales, con el desempleo estructural, la
desregulación y eliminación de los derechos de los trabajadores, la privatización de gran parte de
las empresas estatales, provocaron un enorme reflujo en los movimientos sindicales y campesinos
y determinaron las políticas del Partido de los Trabajadores (PT) 28. De hecho, fue el PT quien
amoldó la coalición de fuerzas políticas de izquierda y derecha articuladas por el PT para elegir a
Luis Ignacio Lula da Silva a la presidencia, en 2002.
A partir del inicio de la década de 1990, la cuestión agraria pasó a ser constituida por
nuevos elementos. El latifundio dejó de ser el principal problema para el desarrollo de la
agricultura campesina. Ahora, el agronegocio con toda su potencialidad se tornó uno de los
principales desafíos para la lucha por la tierra y para la reforma agraria. Para combatir a las
ocupaciones de tierra, la política creada por el agronegocio fue la Reforma Agraria de Mercado.
Fue una tentativa de suprimir la lucha popular del campo de la política y orientarla al terreno del
mercado, que está bajo el control del agronegocio y el latifundio.
Las ocupaciones de tierra perjudican profundamente dicha lógica y, por esta razón, el
agronegocio invierte ferozmente en la criminalización de la lucha por la tierra, presionando al
Estado para impedir la expansión de esta práctica de lucha popular. El control del territorio y de
las formas de acceso a la tierra tiene como objetivo la mercantilización de la reforma agraria. Al

28
Ver “Partido de los Trabajadores” (1998). Merece destacarse el hecho de que las críticas que el PT realizaba a las
políticas del gobierno de Cardoso, acusándolo de una inserción subordinada del país a la economía internacional,
se transformó en políticas del propio PT.

30
capital no le importa ser el dueño de la tierra, lo que le importa es que la forma de acceso sea
mediante las relaciones de mercado, de compra y venta. El control de la propiedad de la tierra es
uno de los triunfos del agronegocio. Es fundamental que la tierra esté disponible para contribuir a
la lógica rentista.
El agronegocio ha buscado demonizar las ocupaciones de tierra con su amplia influencia
en los medios de comunicación. Al mismo tiempo, ha promovido la judicialización de la lucha
por la tierra, utilizando al Poder Judicial como cerca infranqueable para los sin-tierra. Para no
manchar su imagen, el agronegocio busca desarrollar políticas de crédito o fondos de
arrendamiento, de modo de atraer a los ocupantes de tierra para el territorio del mercado. Así,
busca convencer a los campesinos de que el consenso en torno a la lógica del gran capital es
posible.
En el auge del neoliberalismo y del agronegocio, en la década de 1990, surgió una
corriente teórica conocida como el “paradigma del capitalismo agrario”29. Esta visión de la
economía rural entiende que la cuestión agraria puede y debe ser resuelta por la integración de los
campesinos al mercado dominado por el agronegocio, con el estímulo de políticas desarrolladas
por el Estado. Así sería superado el problema agrario del capitalismo. Esta lectura presenta fuerte
contraste que podríamos llamar “paradigma de la cuestión agraria”, que enfatiza el
desenvolvimiento desigual y contradictorio generado por el capitalismo agrario, e insiste en el
antagonismo inherente entre el capitalismo agrario y la resolución de la cuestión agraria en
sociedades altamente inicuas y excluyentes, como la brasilera.30
El paradigma del capitalismo agrario tuvo impacto notable en el pensamiento y en el
discurso sobre la cuestión agraria. Más allá de crear nuevos conceptos de contenidos
eufemísticos, como “agricultura familiar” para sustituir el concepto de “agricultura campesina”, o
“agricultura empresarial” para sustituir el concepto de “agricultura capitalista”, generó una
comprensión lineal al respecto del desarrollo de la agricultura. Este paradigma contribuyó
también a la creación de nuevas organizaciones campesinas, denominadas actualmente
movimientos de “agricultores familiares”, como es el caso de la Federación de los Trabajadores
en la Agricultura Familiar de la Región Sur (FETRAF-Sul), vinculada a la CUT.

29
Al respecto de este paradigma, ver Abramovay, 1992.
30
Al respecto del “paradigma de la cuestión agraria”, cf. Fernandes (2001).

31
La idea de que el problema agrario puede ser resuelto por el mercado, por la integración al
capital y con las políticas públicas determinadas y dirigidas por el Estado agradó a fuerzas
políticas de derecha e izquierda. De la misma forma, los medios electrónicos e impresos abrieron
espacio para los cientistas sociales que pasaron a defender esta tesis en diferentes periódicos. Su
discurso fue incorporado por periodistas y académicos de diversas disciplinas hasta tornarse
hegemónico. Desde este punto de vista, la cuestión agraria se tornó un problema inexistente, ya
que no tiene solución en la sociedad capitalista. Conforme esta visión, que predomina incluso en
el PT, no tiene sentido buscar una solución que no sea a partir de la realidad capitalista.
Esto explica en parte el cambio de programa de gobierno del PT en relación a la reforma
agraria, entre las elecciones de 1989 y las de 2002. En el programa de 2002 fueron suprimidos
ítems como la presentación del número de familias a ser asentadas y las críticas históricas del PT
al sistema de latifundios y a la alta concentración de estructura agraria.31 El nuevo discurso del
PT, ameno, conciliador y desarrollista, el apoyo del gobierno de Lula a las políticas de “reforma
agraria de mercado” y la implantación de otros programas que buscan incorporar la “agricultura
familiar” a las estrategias del agronegocio dan muestra de este derrape en el interior del PT.
Desde la victoria de Lula, los medios nacionales, comprendidos por TV Globo, los
periódicos O Estado de S. Paulo, Folha de S. Paulo, O Globo y Jornal do Brasil, la revista Veja
y otros periódicos semanales, han pautado las políticas de gobierno a partir de los principios del
paradigma del capitalismo agrario. Con esta tremenda acumulación de fuerza de los medios, se
intenta impedir que la realidad del campo brasilero aparezca como de hecho es: una de las
estructuras más concentradas del mundo y aún en proceso de intensificación de esta desigualdad
rural. Se esconde de igual forma el aumento de familias acampadas en los márgenes y dentro de
los latifundios; la extensa pobreza rural y la creciente pérdida de las tierras en mano de los
campesinos e indígenas. Los medios nacionales procuran mostrar el aumento del conflicto, pero
no presenta sus causas. Comprueba que los asentamientos creados por el gobierno de Cardoso
están precarizados, pero no comenta las razones políticas de esa realidad. La gran imprenta
intenta convencer a la sociedad de que el problema reside en los movimientos campesinos, en
especial el MST. Así, los medios convencen a diversos sectores de la opinión pública, a la vez
que a muchos políticos e intelectuales, de que los problemas son los conflictos y no las causas de
los conflictos.

31
Cf. El texto elaborado para la campaña electoral, Partido de los Trabajadores (2002).

32
Con la elección presidencial de Lula en 2002, los movimientos campesinos participaron
de las indicaciones de nombres para cargos de segundo escalón en su gobierno. El MST y la CPT
tuvieron fuerte influencia en la nominación de varios cargos en el INCRA. La CONTAG y la
FETRAF-SUL indicaron personas para el Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA). Se inició una
política de asistencia técnica y fueron retomados programas de educación para los asentados. El
nuevo gobierno estableció una política de recuperación de los asentamientos implantados de
forma muy precaria por el gobierno anterior, con programas de crédito y apoyo al desarrollo de
infraestructura básica. Con la presión del MST y de otros movimientos de Vía Campesina, en
mediados de 2003, el MDA formó un equipo de especialistas, coordinada por Plínio de Arruda
Sampaio, para la elaboración del Segundo Plan Nacional de Reforma Agraria (II PNRA). Este
plan, sin embargo, no fue aceptado por el gobierno de Lula. La propuesta del equipo de Sampaio
preveía asentar un millón de familias en cuatro años,32 lo que significaba enfrentar a los ruralistas
y su fuerte banca en el Congreso, hecho que tendría provocado un duro ataque al gobierno por
parte de la gran imprenta y de otros defensores del agronegocio. Además de esto, la mayoría de
los políticos del PT que asumieron el Ministerio de Desarrollo Agrario era próxima al
“paradigma del capitalismo agrario”. Más que resolver el fondo de la cuestión agraria, el interés
del PT era mantener ese problema bajo control social.
En noviembre de 2003, el ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, presentó al
presidente Lula otra versión del programa. A diferencia de la propuesta del equipo de Sampaio,
este plan incluía la meta de asentar 400 mil familias hasta 2005, en vez de 600 mil, y asentar otras
150 mil familias en 2007 contra las 400 mil familias propuestas por Sampaio. El plan aceptado
por el gobierno también daría acceso a la tierra a otras 130 mil familias por el crédito al terreno,
mecanismo que había sido rechazado por el equipo de Sampaio por considerar a la “reforma
agraria de mercado” impropia a un proceso de desconcentración de tierras. La propuesta original

32
El plan presentado por el equipo de Plínio de Arruda Sampaio, del cual el propio autor es parte, definió el número
de familias a ser asentadas con base a la demanda explícita contenida en el catastro realizado por los Correos
(839.715 familias) y la demanda de emergencia de las familias acampadas hasta el inicio de octubre de 2003
(171.288 familias). Plínio de Arruda Sampaio, vale resaltar, es un ex diputado federal constituyente por el PT,
promotor público, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO),
profesor universitario, y ex Secretario Agrario del PT. Al final de 2005, Sampaio dejó el PT y se afilió al nuevo
Partido del Socialismo y Libertad (PSOL), creado por disidentes al PT. El plan concebido por él y su equipo es
considerar a la reforma agraria como una política de: (1) desarrollo territorial, y no como política compensatoria
que distribuye los asentamientos de forma difusa y desordenada por el país; (2) expropiación y desconcentración
de tierras, y no una “reforma agraria de mercado”, y (3) promoción e intenso apoyo a los asentamientos, con
políticas de financiamiento en todas las etapas de implantación.

33
estimó el área susceptible a la reforma agraria en 310 millones de hectáreas, con base en el
catastro de inmuebles del INCRA. Pero el plan del gobierno presentó cifras de disponibilidad de
tierras sustancialmente menores. En otros aspectos hubo coincidencias: en ambas propuestas, por
ejemplo, fue defendida la idea de tratar la reforma agraria como un proceso de desarrollo
territorial y mejorar la calidad de los nuevos asentamientos.33
Durante este tiempo, los ruralistas participaron de las indicaciones de nombres para el
Ministerio de Agricultura, garantizando de esta forma la continuidad del modelo de desarrollo de
la actividad agropecuaria implantado durante el régimen militar. Los ruralistas reaccionaron
ferozmente al aumento de las movilizaciones por la tierra. Con el apoyo de los medios, los
ruralistas realizaron marchas y manifestaciones de protesta contra la política agraria del gobierno
de Lula. En la Corte Suprema, consiguieron anular la primera expropiación de este gobierno: un
latifundio improductivo de más de 13000 hectáreas en el municipio de San Gabriel, Rio Grande
do Sul. La medida judicial tuvo fuerte impacto simbólico. Con la intensificación de la reacción de
los ruralistas, aumentó el número de trabajadores sin-tierra muertos por pistoleros.34 Durante el
primer mandato del gobierno de Lula, el énfasis del II PNRA estuvo en el número de familias que
serían asentadas, y no de las áreas que serían expropiadas, ni en los lugares donde aquellas serían
asentadas. El año de 2005, como puede verse en el gráfico 5.1, tuvo el mayor número de familias
asentadas para el período de 1988 a 2006. De hecho, el gobierno de Lula ha superado
ampliamente al gobierno anterior en el promedio de familias asentadas por año. Mientras que el
gobierno de Cardoso asentó un promedio 57.000 familias por año, el gobierno de Lula asentó
63.000. De 2003 a 2006, el gobierno de Lula asentó 252.019 familias. Sin embargo, estos
números, más que un buen resultado, revelan la importante limitación de la reforma agraria bajo
el gobierno de Lula. Parte considerable del área incorporada a la reforma agraria son tierras de
florestas nacionales y reservas extractivistas localizadas en Amazonas.
Para atender las metas del II PNRA, el INCRA, bajo el gobierno de Lula, pasó a
incorporar áreas públicas a la reforma agraria. Una parte importante de las familias beneficiadas
en este gobierno fue asentada en asentamientos ya existentes o en asentamientos implantados en
tierras públicas. En otras palabras, la reforma agraria del gobierno de Lula ha ocurrido
predominantemente en tierras del propio gobierno. La precariedad de la reforma agraria y de las

33
La propuesta aceptada por el gobierno, elaborada por el ministro de Desarrollo Agrario y su equipo, fue
denominada “II Plan Nacional de Reforma Agraria: paz, producción y calidad de vida en el medio rural”.
34
En 2003, la CPT registró un aumento de 70% en el número de asesinatos de trabajadores; cf. CPT (2004).

34
políticas agrícolas para el sector campesino –marca ineludible de todos los gobiernos que
asumieron el Estado brasilero- está expulsando familias asentadas. En el lugar de esas familias
excluidas surgen nuevas familias asentadas. El problema no se resuelve en sí, se reproduce en sí.
A cada año, el agronegocio se territorializa con más rapidez y desterritorializa la
agricultura campesina. De 1992 a 2003, el área controlada por propiedades capitalistas creció 52
millones de hectáreas, mientras que el área de las propiedades familiares aumentó 37 millones de
hectáreas, gracias a la expropiación de 25 millones de hectáreas para la reforma agraria
(Fernandes, 2005ª). En este contexto, el empobrecimiento de los pequeños agricultores y el
desempleo estructural agravan las desigualdades, y no le queda a la resistencia campesina otra
salida salvo la ocupación de la tierra como forma de resocialización.
La reforma agraria emprendida desde la década de 1990 contribuyó principalmente para
impedir la intensificación de la concentración latifundista. Si las familias sin-tierra no hubiesen
ocupado tierras para presionar al gobierno por la realización de la reforma agraria, entre 1992 y
2003 el crecimiento del área de las propiedades capitalistas habría sido de 77 millones de
hectáreas, al tiempo que el crecimiento de las propiedades familiares habría sido de 12 millones
de hectáreas. En otras palabras, la concentración de tierras habría sido mucho mayor. De una
media anual de expansión del área de las propiedades capitalistas de 4.7 millones de hectáreas,
ella habría subido para 6.5 millones. En proporción, la media anual de expansión de las
propiedades familiares habría bajado de 3,4 a 1,1 millones de hectáreas. Sin reforma agraria, la
expansión de las áreas de las propiedades capitalistas habría sido cinco veces más rápida que la
expansión de las propiedades familiares. Con la reforma agraria, la expansión de las áreas de
propiedades capitalistas apenas dobló la tasa de expansión de las propiedades familiares
(Fernandes, 2005a). En Brasil, la reforma agraria no desconcentra tierra. Ella sólo minimiza la
intensidad de su concentración. Éste es el nuevo contenido de la cuestión agraria en esta primera
década del siglo XXI.

***
El objetivo de este capítulo fue presentar un aspecto poco revelado en los estudios
vinculados al campesinado brasilero: su participación determinante en su proceso de
resocialización, lo que ha posibilitado una mejoría en la calidad de vida de muchas familias
campesinas. En efecto, en Brasil, el Estado ha operado –y continúa operando- por el empuje de

35
los movimientos campesinos. Este argumento central nos lleva a dos conclusiones. De un lado,
reafirma el papel protagonista de los movimientos campesinos al mismo tiempo que exhibe sus
límites a la hora de defender sus derechos e intereses vinculados a la potencia del agronegocio.
Del otro, esta situación revela el elevado poder político que la agricultura capitalista posee sobre
el Estado y su modelo de desarrollo.
El estudio de la formación del MST nos sugiere que, pese a que el movimiento campesino
sea el mejor organizado de la historia de Brasil, sus acciones apenas consiguieron cambios
coyunturales. Este hecho revela la complejidad y la indeterminación de la cuestión agraria. Los
procesos de territorialización del movimiento campesino y del agronegocio están generando
nuevos conflictos marcados que definirán la cuestión agraria en este comienzo de siglo. El nuevo
contexto mundializado por las trasnacionales del agronegocio y las redes globales de los
movimientos campesinos y sus grupos vinculados será, sin duda, una referencia fundamental para
la comprensión de los nuevos conflictos del campo y la ciudad.

Anexo
Tabla 5.4 – Brasil: movimientos socioterritoriales en el campo, 2000-2006

36
37
38
39
Tabla 5.5 – Violencia rural en Brasil: número de asesinatos, tentativas y amenazas de muerte,
1988-2005

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