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Otto Dix

Der Krieg / La Guerra


Otto Dix nace en Gera, Alemania, el 2 de diciembre de 1891 y fallece en Singen,
Alemania, el 25 de julio de 1969

A la edad de 23 años se enlista voluntariamente en el ejercito aleman para convatir


en la I Guerra Mundial, es participe, entre otras, de la batalla de Somme, la cual
por si sola se calcula cobra la vida de 1 millon de personas, la guerra influiria
de forma brutal en su obra

A la llegada al poder de los Nazis, Dix es considerado como “arte degenerado”,


e inclusive es culpado de un intento de asesinato en contra de Hitler, por lo que
es arrestado por la Gestapo y enviado al frente donde es capturado por los franceses
y liberado hasta 1946, año en que termina la II Guerra Mundial

“No es el como, si no el que”, es decir, prioriza la idea de lo qué se va a pintar,


sobre el como se va a pintar, de ahí radica la variedad de ténicas y estilos que
emplea dentro de toda su obra, ya que no hay una que prodomine

El tríptico “Der Krieg” realizado en una técnica mixta sobre madera, dataría de
entre los años 1929 a 1932, perido “entre guerras”
Cabaret, alcohol, prostitutas, sexo. La guerra, marginados, enfermos, muertos.
Otto Dix fue testigo y retrató la doble moral de una civilización en decadencia,
no sin antes retratarse dentro de ella misma, presicamente dejandonos ver esa
ambibalencia humana, en su pintura Der Krieg nos es presentada la guerra en
forma de triptico, evocando tal vez el sentido religioso del triptico del siglo XV
el primer retablo a nuestra izquierda nos muestra una veitena de soldados, de
los cuales solo podemos ver la mirada cruzada de dos, con duda y miedo, del
saber que llegan a la batalla con la misma posibilidad de morir que el enemigo
humo a su alrededor que pudiera recordanos el uso de esta arma en la Gran
Guerra, al centro, el retablo más grande, se alza sobre un poste el cuerpo
calzinado de un soldado apuntando con su mano esqueletica las piernas heridas
de un cuarpo sin cuerpo, debjado de ellas descansan los cuerpos ensangrentados
producto de la batalla, sobre ellos sobresale una mano, con señal de clemencia,
hacia ella camina un soldado, casco ensangrentado, cobija y mascara de gas
haciendonos sentir lo fetido del ambiente, de fondo, no puede haber otra que una
ciudad cadaver, a la derecha podemos ver un hombre saliendo de la batalla,
llevando con el a un compañero mal herido, vendando del restro y cabeza,
todo indica que no sobrebibira, pues las heridas han echo mella en el, sin embargo
no se permite dejarlo atras, por último pero no menos importante, el único resultado
lógico de un evento de tal magnitud, la muerte, nos es presentada debajo de los
tres retablos anteriores, tres soldados recostados con la cabeza del lado izquierdo,
con heridas en el cuerpo, el estado natural de la humanidad, la belleza de lo
efimero, una luz que proviene del frente, madera al rededor, como un ataud,
que nadie se confunda, estan muertos.
“No estoy obsesionado con hacer representaciones de la fealdad.
Todo lo que he visto es bello”

Otto Dix

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