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LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, EL MARXISMO Y EL DESARROLLO DE LA

PSICOLOGÍA SOVIÉTICA
Desde los primeros años de la Revolución de octubre, en el terreno de la ciencia y la
cultura, se generó una inmensa efervescencia colectiva expresada en el entusiasmo y la
convicción de muchos científicos, artistas e intelectuales por contribuir con el proceso de
construcción de la nueva sociedad socialista.
En la ciencia psicológica, en particular, esta movilización creadora, se concretó en los
esfuerzos de toda una comunidad científica por alcanzar el objetivo de refundar la psicología
a partir de los marcos metodológicos del marxismo. La Revolución de Octubre propició, en
este sentido, el impulso de una auténtica revolución científica en la psicología de la naciente
Unión Soviética.
Acerca de esta relación entre la Revolución de Octubre y la psicología soviética,
podríamos distinguir tres aspectos: (a) las políticas de Estado relacionadas con la comunidad
científica (b) las demandas surgidas de las necesidades prácticas de la nueva sociedad y (c)
el aporte filosófico del marxismo.
Sobre las políticas de Estado habría que resaltar, las políticas de apoyo a la ciencia
que se emprendieron en todo el país desde 1918 y que generaron un enorme avance en las
diferentes disciplinas científicas. No obstante, existieron periodos en los que se
implementaron también políticas de vigilancia ideológica, que conllevaron al respaldo o
rechazo de ciertas teorías, escuelas e investigadores. Estas últimas, por sus errores y excesos
dogmáticos, jugaron un papel muy limitante.
Acerca de las necesidades sociales prácticas, de todas ellas, sin duda, la educación
fue la que tuvo el papel más relevante. La educación de la personalidad en el socialismo, la
formación del hombre nuevo, el desarrollo de la educación politécnica, se concibieron como
la primera necesidad social a satisfacer. Ciertamente, la psicología, tanto como la pedagogía,
adquirieron aquí un papel social de primer orden.
En relación al tercer aspecto, en las líneas que siguen, analizaremos las complejas
relaciones que se establecieron entre la psicología y el marxismo.
El aporte del marxismo a la psicología soviética
La naciente psicología soviética debía resolver problemas teóricos y metodológicos
muy diversos y complejos: el problema del objeto de estudio de la psicología, los métodos
generales y específicos de la investigación psicológica, la relación entre cerebro y psiquismo,
entre otros. El abordaje que se había hecho de esos problemas por parte de la psicología
tradicional, era absolutamente insatisfactorio, pues se concebía al hombre desde una
perspectiva abstracta y mecanicista.
Para abordar la solución de estos problemas se debía partir por enfrentar y definir de
otra forma las relaciones entre ciencia y filosofía. Era evidente que la psicología de ese
tiempo, se encontraba en una situación de crisis y que no podía dar un solo paso más en el
proceso de constituirse en una ciencia madura de mantenerse en los fundamentos metafísicos
y mecanicistas sobre las que reposaba. La refundación de la psicología solo podría lograrse
si en esta relación ciencia- filosofía se asumían nuevos principios teórico-metodológicos. Se
concibió que el cambio de paradigma debía efectuarse asumiendo como nuevo fundamento
la filosofía de Marx. Aunque, como veremos más adelante, hubo distintas formas de
comprender lo que esto significaba.
Acerca del aporte del marxismo a la psicología soviética, vamos a destacar dos
aspectos, que, aunque no son los únicos, consideramos que tienen una importancia
fundamental.
- El marxismo como humanismo científico
En la psicología soviética, la reflexión teórica acerca de la naturaleza del psiquismo
humano tuvo como punto de partida, la concepción de hombre de Marx, cuya formulación
madura, científica, la encontramos en su sexta tesis sobre Feuerbach de 1845. El hombre,
señala Marx, es un ser esencialmente social e histórico. Por ello, la explicación de la
naturaleza y el origen del psiquismo humano debía pasar inevitablemente por considerar esta
piedra angular. El psiquismo, la conciencia y la personalidad tienen un origen y una esencia
histórico social.
Pero esta premisa fundamental, pieza clave del marxismo, del materialismo histórico,
no es el único componente del humanismo marxista que sería tomado en cuenta. Los
postulados de Marx, incluso los de economía política de El Capital, tienen un contenido
antropológico muy rico: la explicación de los procesos de deshumanización del hombre en
el seno del capitalismo, la tesis de la plena realización de las potencialidades humanas en el
comunismo, la teoría del papel del trabajo en la transformación del hombre, la teoría
materialista de la actividad, fueron otros tantos elementos y referentes teóricos importantes
que habrían de ser considerados por los psicólogos soviéticos de las distintas escuelas y
teorías que se generaron.
- El materialismo histórico guía epistemológica de las ciencias sociales
Como bien lo destacaría el célebre psicólogo soviético Lev Vigotsky, asumir al marxismo
como guía epistemológica, no implicaba simplemente tomar las citas de Marx y desprender
de allí inmediatamente la explicación psicológica, sino más bien se trataba de aprehender el
método de Marx. El método materialista e histórico, que hizo posible la creación de la
economía política como auténtica ciencia social, debía tomarse como metodología para la
creación de la nueva psicología.
Es claro que no todos los psicólogos soviéticos entendieron de esta forma la relación entre
marxismo y psicología. En muchos casos se asumieron posiciones mecanicistas y
dogmáticas. Más aún, cuando, en determinado momento, la pretensión política era alinear
disciplinas científicas enteras a una versión oficial del marxismo.
La escuela histórico-cultural de Lev Vigotsky
Vigotsky fue el primer investigador soviético en plantear de una manera creadora las
relaciones entre marxismo y psicología y, de esa forma, pudo aprovechar todo el potencial
de la aportación del materialismo, sobre todo histórico, para la ciencia psicológica. La
amplísima formación filosófica y cultural de Vigotsky, su conocimiento de la ciencia de
occidente, y según el decir de Viériesov, el hecho de ser un hijo de “la Edad de Plata de la
cultura y filosofía rusas”, le ayudaron a ver de una forma no dogmática esta relación entre
marxismo y psicología.
Su temprana muerte impidió que completara muchas de sus contribuciones, pero los
10 años que duró su fructífera investigación generaron una revolución en la psicología de su
tiempo, que, aún hoy, sigue direccionando el desarrollo de innumerables estudios en distintas
áreas de investigación psicológica.
Vigotsky se concentró en el proyecto de utilizar al marxismo como guía metodológica
para la construcción de la ciencia psicológica. Para Vigotsky el materialismo histórico es la
guía epistemológica de las ciencias sociales. Pero como ya lo señalamos antes, no se trataba
para Vigotsky, como en cambio lo fue para otros teóricos contemporáneos a él, del ejercicio
deductivo de “aplicar” las leyes de la dialéctica para explicar fenómenos como la memoria,
el pensamiento o el lenguaje. Se trataba más bien, como lo hiciera Marx en economía política
de establecer las categorías y conceptos (por ejemplo, mercancía, plusvalor) propios de la
ciencia en cuestión, de establecer sus propias unidades de análisis.
Desde las aspiraciones de un proyecto científico así definido podemos pasar ahora a
comentar algunos de sus principales planteamientos.
Un principio básico de esta escuela es la tesis acerca del origen histórico-social del
psiquismo humano. Marx había sostenido que la esencia de la humanidad no es alguna
cualidad del individuo aislado (tener lenguaje, religión, moral, pensamiento, o lo que fuera),
sino el conjunto de las relaciones sociales. Planteada la cuestión así, para Vigotsky se sigue
el problema acerca de cómo cada personalidad, en el transcurso de su vida, se apropia de
dicha esencia para humanizarse. Vigotsky dio como respuesta que las funciones psicológicas
propias del ser humano, aquellas que lo diferencian del animal, es decir las que le dan su
humanidad, existen dos veces: primero a nivel interpsicológico, como interacción social, y
luego a nivel intrapsicológico, en la conciencia. El mecanismo específico para este tránsito
es la interiorización, que no es un traslado pasivo y mecánico de lo externo a lo interno, sino
una auténtica restructuración de los procesos psicológicos. A partir de estos planteamientos,
se emprendieron estudios empíricos que permitieron avanzar significativamente en la
explicación del origen social del psiquismo, la conciencia y la personalidad.
Esta tesis está relacionada con el principio del carácter mediatizado de los procesos
psíquicos específicamente humanos. Vigotsky denominaba procesos psíquicos superiores a
aquellos procesos como el pensamiento verbal, la memoria lógica, la atención voluntaria o
los sentimientos morales, que son propios del ser humano. Ninguno de estos procesos podría
desarrollarse sin la mediación del lenguaje.
Vigotsky vio en los trabajos de Marx y Engels acerca del proceso de evolución de la
especie humana a través del trabajo, la clave para explicar el carácter mediatizado de la
conciencia individual. Es decir, así como el hombre comenzó a desarrollar trabajo haciendo
uso de herramientas, transformando con ello la naturaleza exterior y a la vez su propia
naturaleza como especie; análogamente en el niño, desde que este incorpora el lenguaje en
su relación con el entorno social, se transforman radicalmente sus procesos internos: los
procesos psíquicos inferiores, de nivel animal, se tornan superiores, específicamente
humanos.
Muchos aportes de este genial psicólogo quedarán sin explicar en el breve espacio de
este artículo: la comprensión del defecto como problema social, el concepto de zona de
desarrollo próximo, la psicología del arte, sus aportes en neuropsicología, etc. Cada una de
ellas abriendo nuevas líneas de investigación, pero cada una de ellas también resolviendo,
dialécticamente, problemas científicos que de otra forma no hubiesen tenido el avance que
Vigotsky les imprimió. Aportes que se potencian si consideramos también las contribuciones
de la pléyade de brillantes investigadores de su escuela: Luria, Leontiev, Galperin, Elkonin,
Bozhóvich, para mencionar solo algunos de los más destacados.
A fines de la década del 20, Vigotsky y su grupo de colaboradores más cercanos
(Leontiev, Luria) fueron injustamente denunciados y calumniados de desviacionismo,
nacionalismo ruso, introducir concepciones burguesas de la psicología de occidente, caer en
deformaciones paidológicas, eclecticismo y otras falsedades más. En este periodo,
sumamente complejo y contradictorio del proceso de la Revolución de Octubre, caracterizado
muchas veces por la aplicación del partidismo en ciencia y de una mala comprensión de la
vigilancia política, las obras de Vigotsky, poco después de su muerte, fueron prohibidas. Sus
obras pudieron ser reeditadas solo 20 años después. Sin embargo, pese a estas dificultades,
sus colaboradores pudieron proseguir con sus investigaciones.
Conclusión
Hemos podido apreciar que las relaciones entre el marxismo y el desarrollo de la
psicología soviética en el proceso de la Revolución de Octubre han sido complejas. Sin
embargo, resulta también evidente que, dentro de este enorme proceso de transformación
social, se generaron unas condiciones que hicieron posible el arduo proceso de una
revolución científica. Aunque se desarrollaron múltiples escuelas al interior de la psicología
soviética, la escuela histórico- cultural fue, finalmente, la que obtuvo un mayor desarrollo y
expresó con mayor madurez toda la potencia de esta revolución. Muestra de ello, es que aún
hoy, dentro y fuera de Rusia, es un paradigma vigente.
A 100 años de la Revolución de Octubre, pese a las declaraciones del poder dominante
acerca del fin de las ideologías, del fin del socialismo, y hasta del fin de la historia, puede
constatarse un renovado interés mundial en el marxismo. En este contexto, es expectante lo
que acontece en la psicología contemporánea, de cómo una genial producción basada en gran
medida en los fundamentos de Marx, permitió alcanzar -en el terreno de la ciencia-
principios, métodos y teorías, con una potencia heurística, que todavía no han terminado de
rendir sus mejores frutos. Más aún, si pensamos no sólo en los resultados de la ciencia per
se, sino en lo que esta contribución puede significar para un proyecto emancipador,
humanizador del hombre, tarea inconclusa y pendiente que nos dejó también la experiencia
iniciada en 1917.

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