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2014

¿EDUCACION COMO
ACTO CREATIVO Y
RECREATIVO?

DESDE LA VISIÓN DE LA PEDAGOGÍA AUTÓNOMA DE PAULO FREIRE


EDISON ESTEBAN DEJOY MONTILLA

SEMINARIO MAYOR LOS SAGRADOS CORAZONES | TERCERO DE FILOSOFÍA


ESQUEMA ARTÍCULO CIENTÍFICO

INTRODUCCIÓN

CAPITULO 1: LA EDUCACIÓN

Cuando nos embarcamos en los temas de la formación generalmente nos


encontramos con dos remos que nos permiten navegar por esta con mayor
facilidad por los oleajes que en esta se encuentran, hablamos aquí de la
pedagogía y la educación. El primero, hace referencia a grandes rasgos a los
problemas de los procedimientos que requieren un conocimiento concreto de las
situaciones y de los medios que puedan ser utilizados para lograr su solución. En
tanto que al segundo, le corresponden los problemas más generales como el
sentido y el fin a los cueles se dirige el proceso de formativo (MORA, pág. 499). A
continuación, hablaremos de estos conceptos con mayor precisión aclarando su
función primordial en el proceso educativo.

¿Qué es educación?

Antes de adéntranos en la definición del concepto de educación es preciso resaltar


que este y la pedagogía no se excluyen entre sí, dado que por lo general el uno
implica al otro, de manera que los procedimientos que se usan en la formación
dependen de los fines generales que se marquen o resalten (MORA, pág. 499).

Con lo anterior, queda claro que los fines propios del estudio de la educación
absorben aunque no en su totalidad el problema de los métodos, otorgándole al
primero un tinte filosófico, que tiene lógica sabiendo que el estudio de los fines es
una cuestión de la reflexión de la filosofía (MORA, pág. 499).

Como educación se entiende “un proceso complejo y multifacético, en el que se


transmiten conocimientos, habilidades, valores y costumbres de todo tipo”
(SALAS, pág. 15).

Sus problemas han sido tratados de diversas maneras según la corriente o filosofo
la aborde. Para algunos, las cuestiones que plantea la educación pueden ser
resueltas dentro de la filosofía general convirtiéndose en este caso en una filosofía
de la educación. En la actualidad se opina que la postura anterior es muy
especulativa, dejando al filósofo solo como el sujeto que se limita al examen y a la
aclaración de ciertas cuestiones suscitadas por el proceso educativo dejando fuera
otro tipo de ciencias y saberes que sirvan de soporte y auxilio (MORA, pág. 499).

Por otro lado, en otros pensadores la educación acude a las diversas ciencias que
puedan serle útil al momento de esclarecer su fin. Así, se ayuda tanto de la
psicología, la sociología, la historia, etc. De tal modo, que su visión tiene mayor
amplitud y abarca de mejor forma la realidad a la que quiere afrontarse,
destacando como una de las ideas fundamentales de su finalidad, las “facultades
del hombre” (MORA, pág. 500).

Las ideas acerca de la naturaleza del individuo y de su relación con la comunidad


también han jugado un papel importante al momento de definir el acto educativo,
así se tienen filosofías de la educación de perfil intelectualista, otras voluntaristas y
otras de tendencia emotivista. Del mismo modo se encuentran las individualistas,
colectivistas, personalistas, transpersonalistas, entre otras (MORA, pág. 500).

Un problema que está siempre vigente y el cual tienen que afrontar todos los
filósofos que optan por hablar de educación, es determinar, que parte le
corresponde a lo que llamamos la espontaneidad del individuo, y parte deben
desempeñar los bienes culturales en los cuales vive el sujeto. Dos teorías
radicales se afrontan al respecto. Para la primera que la llamaremos “progresista”,
la espontaneidad individual tiene que precisar de libertad para asimilar los bienes
culturales, porque de los contrario los resultados serían contraproducentes. Para
la segunda, nombrada como “tradicionalista”, es necesario educar al individuo
tratando de que este asimile los bienes culturales, incluso valiéndose de castigos y
amenazas para lograr su fin, asegurando que tales bienes se asimilen suficiente y
perfectamente (MORA, pág. 500).

Entre las anteriores teorías que son los limites extremos, se sitúan otras que
defienden la asimilación de los bienes culturales pero respetando la
espontaneidad del sujeto. Su intento está en reconocer la complejidad que existe
entre los espontaneo y libre, y lo disciplinario y autoritario (MORA, pág. 500).

Para finalizar, una cuestión que cada vez va adquiriendo más importancia en la
educación, es la cuestión de los límites de su proceso según la edad del sujeto. En
el pasado se consideró con un mayor enfoque al niño, posteriormente el
adolecente y el joven. Pero hoy en día se habla que la educación del hombre no
debe cesar y que solo debe tener ciertas transformaciones de acuerdo con las
distintas edades, intereses y capacidades (MORA, pág. 500).
¿Qué es la pedagogía?

“La pedagogía es un conjunto de saberes que buscan tener impacto en el proceso


educativo, en cualquiera de las dimensiones que este tenga, así como en la
comprensión y organización de la cultura y la construcción del sujeto” (HEVIA,
pág. 1).

Su origen etimológico, proviene del griego “paidos” que significa niño y “agein” que
se entiende como guiar o conducir. Por lo tanto, se entiende por pedagogía la guía
conducción del niño, y como pedagogo se designa a aquel que instruye al infante
(HEVIA, pág. 1).

Es en la antigua Grecia donde el término “pedagogía” comenzó a ser utilizado


antecedido por las acciones educativas, aquí la pedagogía nació para encargarse
de la recopilación de todos los datos que se habían obtenido de las labores
educativas, para posteriormente clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y crear
una serie de principios que sirvan de norma a la educación (HEVIA, pág. 1).

En la actualidad la ciencia de la pedagogía de forma análoga a la educación se


vale de muchas disciplinas para desarrollar sus procedimientos, pero es preciso
señalar que fundamentalmente es filosófica y tiene por objeto el estudio de la
“formación”, es decir, el paso del hombre en el mundo, al hombre que tiene
conciencia del mundo y se reconoce como su constructor y transformador (HEVIA,
pág. 1).

Un debate se presenta de forma importante el día de hoy centrándose en la


conceptualización de la pedagogía como ciencia. La cuestión radica en que a esta
se le aplican criterio de cientificidad que no aplican directamente a su ser, y por
tanto, se dice que tratarla de ciencia puede resultar ambiguo o incorrecto (HEVIA,
pág. 2).

Existen pensadores que hablan de la pedagogía como el arte de transmitir


experiencias, conocimientos, valores, etc. Utilizando los recursos que se tiene al
alcance, organizando el proceso educativo de cada persona en todos sus
aspectos, físicos (oídos, vista, tacto, etc.); psicológicos (sentimientos, emociones,
etc.) e intelectuales (ideas, concepciones, percepciones, etc.); teniendo siempre
en cuenta los contextos culturales de la sociedad en general. (HEVIA, pág. 2).

Se obtiene así dos visiones acerca de pedagogía. Como ciencia, que tiene un
objeto propio de investigación y se guía por principios reguladores, constituyendo
un sistema y se vale de métodos como la observación y la experimentación. Y
como técnica, siendo un conjunto de procedimientos y de recursos de los que se
sirve la ciencia o el arte, con parámetros y normas que delimitan el arte de educar
(HEVIA, pág. 3).

Breve recorrido histórico por la historia de la educación

La educación es actualmente relacionada relaciona con instituciones (escuelas,


colegios, universidades), docentes, estudiantes y todos los organismos que se
encargan de la “formación de los ciudadanos. Con el desarrollo y compresión de la
historia de la educación es posible dar explicación a todas las transformaciones
que ha sufrido esta para llegar a la estructura que conocemos el día de hoy
(SALAS, pág. 16).

En el transcurso de esta historia se podrán resaltar de manera significativa dos


procesos que se desarrollan de forma paralela. El primero, entendido como el
verdadero proceso educativo complejo y multifacético que permite la transmisión
de conocimientos, habilidades, valores y costumbres, que permiten intervenir en la
transformación de la realidad; y el segundo, que se refiere a la acumulación de
conocimiento sobre un tema o temas determinados, que lo llamaremos instrucción
(SALAS, pág. 15).

Es en la prehistoria, después del auge de la humanidad donde se ven los primeros


rasgos de educación. Las necesidades de supervivencia, hicieron que los primeros
hombres se agruparan en pequeños grupos o sociedades que les permitían tener
mayor éxito en su caza y recolección, se resalta que con el transcurrir del tiempo
los más inteligentes tenían mayor probabilidad de vida que los más fuertes, puesto
que estos lograban diseñar mejores estrategias de adaptación al entorno. Los
conocimientos sobre técnicas y utilización de utensilios se transmitieron de
generación en generación por observación, ensayo y error, siendo las técnicas de
enseñanza rudimentaria pero altamente efectiva, teniendo como base la práctica y
la forma personalizada de transferencia (SALAS, pág. 24).

El crecimiento de la población y la conformación de nuevas sociedades dieron


paso a evolucionadas y nuevas formas de educación, igualmente los trabajos
adquirieron nuevas divisiones y concretizaciones. Este paso da inicio a un nuevo
periodo histórico llamado antigüedad (SALAS, pág. 24).

Entre los siglos 50 a.C. y 5 d.C. gran cantidad de culturas crean sus propios
procesos educativos, cada una especificando en las necesidades de sus cultura y
sociedad (SALAS, pág. 25). La educación en los egipcios que data desde el siglo
XXVI a.C. aparece a manera de preceptos morales, convenciones sociales y los
modos de vida política que todo egipcio debería tener. La mayor parte de la
transición del conocimiento era oral pasando de generación en generación y se
impartía a los egipcios de la elite que tenían las facultades para gobernar (SALAS,
pág. 28). La autoridad del enseñante en esta cultura era absoluta y el castigo no
se veía como algo negativo, sino como una forma efectiva para la “formación”
(SALAS, pág. 29). La finalidad educativa era capacitar a los gobernantes para
ejercer su cargo dotándolo de gran cantidad de valores dignos de un dios en la
tierra (SALAS, pág. 30).

En la antigua Grecia, es posible descubrir distintas etapas en el desarrollo de su


educación en las cuales se puede profundizar. En la etapa arcaica se combinaba
la educación intelectual con la física y se diferenciaba dependiendo a la clase
social a la que se pertenecía, generalmente solo los hombres de la elite tenían
acceso a este tipo de educación. Los distintos oficios como las artes políticas las
aprendían por la imitación, existía cierta afinidad entre el saber y el hacer como
prácticas que debía tener todo buen gobernante (SALAS, pág. 38).

En la Grecia clásica se promulgaron una serie de principios para el avance


educación. Estas normas hablaban de los deberes de los padres, como enseñar a
leer y a nadar, y después, para los pobres, aprender un oficio, para los ricos,
música y equitación. Los castigos corporales, al igual que en Egipto eran el medio
fundamental de la instrucción (SALAS, pág. 42). Esta violencia en la enseñanza
ocasionó una inconformidad de los alumnos, quienes en ocasiones también
golpeaban a los maestros (SALAS, pág. 42).

Más tarde, en las escuelas romanas la educación se dedicó básicamente a la


enseñanza del alfabeto, la gramática, música, matemáticas y astronomía. Al igual
que las escuelas de nuestro tiempo, en la escuela se recibía instrucción para
obtener una cultura general, partiendo de la lectura e interpretación de los textos
(SALAS, pág. 51). La educación era pública y era el estado quien se veía obligado
a garantizar todos los espacios para la instrucción e igualmente del pago del
salarios de los maestros (SALAS, pág. 52). Por último, se encuentra en
documentos romanos críticas a la forma de educación, acusándola de aburrida,
cruel y contenidos alejados de la vida cotidiana (SALAS, pág. 53).

En la edad media, la iglesia cristiana encargada del desarrollo educativo, tenía


como objetivo fundamental difundir la palabra de Dios y los valores cristianos en
todos los rincones del mundo con el fin de mantener la fe de los fieles (SALAS,
pág. 65). En los primeros siglos, la educación se concentró en la lectura o
“campaña de alfabetización” que debía ser impartida a todos los seres humanos
sin importar su procedencia social, en cuanto a los métodos de enseñanza se
utilizó la memorización rígida proveniente de las costumbres hebreas (SALAS,
pág. 66). Posteriormente la educación se trasladó a los monacatos que como
característica general tenía la regulación de todas las actividades por medio de
horarios. Los castigos físicos en esta época continuaron como medio principal de
enseñanza, pero a diferencia de la antigüedad procuraron disminuir su brutalidad
(SALAS, pág. 67). Uno de los aportes más significativos de la edad media alta fue
la preocupación por dividir la educación de acuerdo a las edades, para evitar que
los grupos de infantes se pervirtieran por el de los mayores (SALAS, pág. 68).

En la edad media baja, la complicación de la situación social hizo que las escuelas
monacales se desestabilizaran y que cambiara el término inicial de escuela que en
su sentido original “schola” se entendía por lugar de reclutamiento al de lugar de
estudio (SALAS, pág. 73). La desaparición de esta educación, permitió la creación
de universidades, la escolástica y la educación caballeresca. Los maestros, por su
parte para poder ejercer su disciplina debían necesariamente obtener una licencia
de docencia (SALAS, pág. 74). La novedad de las universidades para la época,
fue su función exclusiva como instituciones que se dedicaban a la educación y la
enseñanza de disciplinas complejas, con un reglamento que restringía la entrada a
estos lugares basado en los méritos académicos, igualmente en estos
establecimientos se promovían nuevas enseñanzas (SALAS, pág. 75).

La edad moderna, con el renacimiento marca una nueva etapa en la historia de la


educación. Los comerciantes comenzaron a pagar maestros particulares para la
educación de sus hijos, esto significó un gran cambio en el estilo educativo que se
llevaba hasta el momento. La enseñanza se convirtió así en un bien comercial, por
lo que si se quería obtener educación e calidad bastaba con pagar un buen precio
por el mejor mentor (SALAS, pág. 80). Además las áreas de conocimiento se
adaptarían al as necesidades de quien pagara el servicio, de esta manera al o se
la iglesia la mediadora inmediata de la educación ya no existía la necesidad de un
contenido religioso en la enseñanza y nace de esta manera la educación laical
(SALAS, pág. 81).

En siglo XVII, Comenio, propuso la reglamentación escolar y tuvo gran influencia


como sistematizador de los métodos didácticos. John Locke, el filósofo ingles dijo
que la finalidad de la educación era crear ciudadanos con conciencia cívica
pacifica, para lograr este cometido debían ser utilizados métodos pedagógicos no
autoritarios, de autogobierno y de persuasión razonable, que busquen la libertad
del pensamiento (SALAS, pág. 98).
Con la ilustración del siglo XVIII, se consideró que la razón era la base para llegar
al conocimiento verdadero, oponiéndose a la fe, la ignorancia y la tiranía (SALAS,
pág. 100). Insistió en la importancia de la técnica, como parte importante del
saber, como lo era la filosofía. Diderot, pensó que quien solamente es intelectual
es un inepto y quien solamente tiene la experiencia es un obrero bastante limitado,
de modo que, el trabajo intelectual y experimental o técnico, deben ir unidos para
tener resultados satisfactorios. Rousseau, por su parte realizo una revolución
pedagógica, propuso una aproximación antropológica a la enseñanza, donde se
tomen en cuenta las características del estudiante y no tanto la concentración en
la transmisión directa y univoca del saber (SALAS, pág. 103).

Rousseau condenó la orientación de los métodos de enseñanza infantil, pues


éstos pretendían enseñar muchos contenidos, cuando en realidad, sostenía el
filósofo francés, se debía enseñar el gusto por cultivar el saber en vez del saber
mismo. Además, demostró los beneficios educativos del juego, del trabajo
manual y del trabajo físico. Por otro lado, Rousseau demostró la importancia del
vínculo entre educación y sociedad, por lo que toda instrucción debía estar
dirigida a una relación con el entorno inmediato del niño o de cualquier
estudiante (SALAS, pág. 103).

El pensador suizo Johan Pestalozzi, señalo que el objetivo de la pedagogía infantil


era el desarrollo del lama del niño. Así, planteó que la enseñanza debía tener su
centro en lo afectivo, por lo que el maestro debía dar afecto a los niños para
estimular el desarrollo de la conciencia y el control de los instintos y las pasiones.
Debe dejarse de lado toda violencia y temor como forma de disciplina y el
pedagogo debe estimular la curiosidad del infante (SALAS, pág. 105).
Con la edad contemporánea, la educación dio un gran giro debido a que los
grupos populares requerían mayor instrucción para desempeñar los complejos
trabajos industriales. La pedagogía surgió en este sentido como una ciencia que
tenía por finalidad buscar nuevas metodologías didácticas que permitan enseñar a
grupos numerosos. Así, apareció en el siglo XIX la gradación de la educación
desde el jardín de niños hasta la universidad, dando el reto a la pedagogía de
proporcionar una organización inteligente de contenidos y una didáctica coherente
con las características de los aprendices (SALAS, pág. 116).

En los inicios del siglo XX, la educación intentó concentrarse en el desarrollo de


las habilidades de los estudiantes, en lugar de transmitir gran cantidad de
conocimientos en las mentes supuestamente en blanco de los estudiantes. Mas
sin embargo la realidad se alejaba mucho de este ideal y la educación se impartía
de manera autoritaria, memorizaste, rígida y tradicional (SALAS, pág. 122). Jean
Piaget, con sus trabajos de psicología transformaría la pedagogía de forma
definitiva. Demostró que un niño de cuatro años es incapaz de razonar sobre
hipótesis y abstracciones, por lo que resultaría absurdo cualquier tipo de
instrucción de este tipo, así delimita claramente el campo de la acción pedagógica,
como ciencia metódica fundamental para la educación (SALAS, pág. 124). A
mediados de este siglo se presenta un pensador cuyo planteamiento pedagógico
resulta interesante y su aplicación de gran provecho al ámbito educativo, se trata
del pedagogo Paulo Freire.

CAPÍTULO II

Quien es Paulo Freire

Paulo Reglus Neves Freire (1921-1997), nació en Recife, una de las capitales de
Brasil. Desde joven se interesó por la educación de los pobres de su estado.
Después de haber estudiado derecho, se dedicó al desarrollo de un sistema de
enseñanza para todos los niveles de la educación. Fue encarcelado y en el exilio
se hizo famoso (Gerhardt, pág. 1).

Su sistema educativo expone, que el proceso de enseñanza y aprendizaje debe


centrarse en torno a los alumnos, quienes tienen que entender su propia realidad
como parte activa de su educación (Gerhardt, pág. 1).

Esta propuesta le costó el exilio en 1964, después de haber pasado 75 días en


prisión al ser acusado de revolucionario e ignorante. Después de estos sucesos
vivió cuatro años en chile y uno en EEUU. En 1970 se fue a vivir a Ginebra y
trabajo en el consejo ecuménico de las iglesias. En 1980 estuvo de regreso en
Brasil (Gerhardt, pág. 1).

Las obras de Paulo Freire son vastas y se han traducido a más de 18 idiomas. A
obtenido el titilo de doctor honoris causa por más de veinte universidades de todo
el mundo. La publicación más conocida del pensador es la “pedagogía del
oprimido”, dedicada a todos los excluidos y a aquellos que se identifican con los
pobres y luchan por ellos (Gerhardt, pág. 1).

En 1989 fue nombrado secretario de Educación de Sâo Pablo. Durante su


mandato en este cargo llevó a la práctica sus ideas, revisando los programas de
estudio y aumentando los sueldos de los educadores de Brasil (Gerhardt, pág. 1).
Aportes en su evolución histórica.

Entre los años de 1928 a 1932, la familia de Paulo Freire y él aun de muy corta
edad, se vieron enfrentados a una crisis económica que afecto al país de Brasil. A
la edad de veinte años ingresa a la universidad a estudiar derecho, pero por
diversas razones de tipo económico se vio obligado a interrumpir sus estudios
varias veces, para ganarse la vida y ayudar en la economía de su familia
(Gerhardt, pág. 2).

En su etapa universitaria, consideró que los estudiantes participaran de las


actividades políticas fuera y dentro de la institución. Esta participación constituía
para Freire una parte importante y de gran necesidad para la fase de transición
que Brasil sufría hacia una sociedad democrática. Su meta era buscar soluciones
desde el plantel educativo a los problemas del país y no limitarse a restablecer el
orden con medidas meramente disciplinarias (Gerhardt, pág. 4).

Después de haber ejercido su teoría durante algún tiempo en el que afirmaba


alfabetizar a las personas en 21 horas y dar nacimiento al conocido “método
Freire de alfabetización” (Gerhardt, pág. 5), fue exiliado en 1970. Su teoría y
práctica pedagógica comenzó a ser reconocida en todo el mundo y en este
periodo escribió sus obras más famosas: la educación como práctica de la libertad
y la pedagogía del oprimido (Gerhardt, pág. 8).

La pedagogía del oprimido, que cuenta con influencia del pensamiento de Marx,
Lenin, Mao, Marcuse, etc. (Gerhardt, pág. 9). Presenta como objetivo la liberación
cultural del hombre como medio de la liberación social. Las tácticas que presenta
este libro se centran en la liberación de los hombres de los mecanismos de
opresión generados por la estructura social que se encuentra al servicio de las
clases dominantes. Se ve así explicita la lucha de clases en pro de la
transformación radical de la estructura social (Gerhardt, pág. 8). Los temas
principales de la obra son la concientización, la revolución y el dialogo y la
cooperación entre la vanguardia y las masas para mantener el espíritu
revolucionario (Gerhardt, pág. 9).

En marzo de 1980, Freire estuvo de vuelta en Brasil. A su llegada encontró un


segundo periodo de influencia del Movimiento de Educación Popular el había
ayudado a formar en 1960 y que en esta oportunidad junto a la crisis económica
incitaba a los militares a ceder el poder (Gerhardt, pág. 10).

En 1988, el partido de los trabajadores, ganó las elecciones en Sâo Pablo y la


nueva alcaldesa, Luiza Erundina de Sousa, hizo de Paulo Freire su secretario de
educación. Dos años después, Freire abandono el cargo para retomar sus
conferencias, escritos y actividades universitarias (Gerhardt, pág. 11).

Algunos Puestos Importantes

Paulo Freire, trabajó en el misterio de educación y de cultura de Brasil en el sector


de alfabetización de adultos. Con colaboración de estudiantes universitarios, creó
círculos de cultura en todo el país. El episcopado Brasileño, patrocinó el
“movimiento de educación de base” y tomó el “método Paulo Freire” como línea de
programación. Desde 1968, fue consultor de la UNESCO. En 1969, Dio cátedra en
Harvard. En 1970, durante su exilio en Ginebra, fue consultor de consejo mundial
de iglesias, en el sector de la educación. El documento conclusivo de Medellín
1968 elaborado por el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) se inspiró en
la ideas de Freire para escribir su “educación liberadora” (Freire, pág. 172).

Paulo Freire y la pedagogía de la autonomía

El papel del docente en la educación, lo que deben saber y lo que deben hacer, se
hace presente como un punto importante en la reflexión del pensamiento de
Freire. En “pedagogía de la autonomía”, el énfasis se da en la cuestión del cómo
lograr un proceso de enseñanza y aprendizaje que logre igualdad, transformación
e inclusión de todos los sujetos en la sociedad (FREIRE, pág. 2)

El libro presenta a los docentes un marco de conceptos en los que la enseñanza


se encuentra estrechamente relacionada con el aprendizaje. Cuenta con tres
capítulos fundamentales: no hay enseñanza sin aprendizaje; enseñar no es
transferir conocimientos; y el proceso de educar es sólo una empresa humana.
Dentro de estos desarrolla veinte “saberes” con los que afirma la interacción que
existe entre enseñar y aprender (FREIRE, pág. 2).

Freire señala que la educación basada en la interacción entre educar y aprender


requiere seguir los siguientes pasos: observa un rigor metodológico; desarrolla la
investigación; respeto por el conocimiento particular de cada estudiante; ejercita
el pensamiento crítico; respeta la ética y la estética; haz lo que dices y arriésgate
aceptando lo nuevo, al tiempo que rechazas cualquier forma de discriminación;
reflexiona críticamente acerca de las practicas educacionales; y asume tu
identidad cultural (FREIRE, pág. 2).

Por consiguiente, todo tipo de ideas fatalistas que promuevan y acepten la


inmovilidad ante la realidad, deben ser condenadas y está en la capacidad del
educador tomar las decisiones que transformen la realidad de los educandos de
desesperanzada a una llena de esperanza y posibilidades (FREIRE, pág. 2).
Este corto escrito tiene mucho que aportar al tema de la educación, sobre todo a
aquellos profesores que ejercen su profesión en América Latina y están
dispuestos a reformar los sistemas de enseñanza tradicionales y emprender
nuevos caminos. Es por tanto propicio a continuación presentar la tarea docente y
del estudiante como un acto creativo y recreativo de la realidad.

La educación como acto creativo

El hombre consiente de su existencia

Existe un espacio restringido en el que el animal se aferra, un espacio necesario


para su crecimiento y desarrollo. Este lugar llamado “soporte” que delimita su
territorio, es el lugar indicado, para su adiestramiento, en el que entrenando
aprende a sobrevivir, cazar, atacar y defenderse (FREIRE, pág. 24).

En el albor de su existencia, el ser humano, obtuvo mayor destreza y cooperación


entre sus manos y su mente, transformó para siempre su soporte, convirtiéndolo
en mundo y su vida se hizo existencia. Este paso lo hizo consciente, capaz de
captar, aprender, transformar, crear belleza y no ser un simple recipiente vacío
para ser llenado de contenidos. Lo anterior le otorgó el saberse “ser inacabado”,
reflexivo sobre su inconclusión y su experiencia se convirtió en un continuo
aprendizaje (FREIRE, pág. 24). Supo que su destino no es un simple dato, algo
que se obtuvo como simple receptor, más bien descubrió que este necesitaba ser
forjado, sin posibilidad de escapar de tal responsabilidad. De modo que, la historia
ya no es un determinismo como ocurre con los animales, sino un tiempo de
posibilidades del que se es participe para ser interventor (FREIRE, pág. 25).

Por el inacabamiento del ser, del que el sujeto fue y es consiente, fue el motivo por
el que se fundó la educación como un proceso permanente (FREIRE, pág. 27). De
modo que el “aprender es una aventura creadora… es construir, reconstruir,
comprobar para cambiar, lo que no se hace sin apertura al riesgo y a la aventura
del espíritu” (FREIRE, pág. 32).

La curiosidad como fundamento del aprendizaje

De forma paralela al saberse existente, el sujeto desarrollo la curiosidad. Esta se


presenta como inquietud indagadora, que se inclina a desvelar algo desconocido,
como una pregunta que se lanza para obtener una respuesta, como búsqueda de
esclarecimiento, como una señal que pide estar alerta frente al o que se presenta,
siempre histórica y que se construye y reconstruye en la sociedad (FREIRE, pág.
16).

El sujeto curioso por naturaleza se lanza a desvelar lo oculto. Su admiración frente


a la realidad le produce la primera chispa del aprendizaje, lo conduce a acercarse
y ver frente a frente todo aquello que quiere conocer y dominar (FREIRE, pág. 15).
Se acompaña de emociones, afectividad e intuición (FREIRE, pág. 22). Como el
niño que pregunta sobre todo lo que encuentra a su alcance, un juguete, un
automóvil, la cuchara, el televisor, etc. Como el campesino que aprendió el manejo
de la tierra acercándose a ella y trabajando en ella. A esto se puede llamar sentido
común, la forma más básica de curiosidad. Más sin embargo esta se puede ver
mutilada si se maneja de forma ingenua (FREIRE, pág. 16).

Es necesario por tanto, que esta capacidad natural de aprender se capacite para
ser ejercida críticamente. Este es el paso de la curiosidad ingenua a una
curiosidad epistemológica. Cuando se ejerce de manera crítica, la curiosidad,
acrecienta su capacidad de ser más creadora. La fuerza de escudriñar
profundamente el porqué de las cosas debe tener ciertas bases que permitan
desvelar la verdad de las cosas, de modo que en esta forma de aprender forman
parte la comparación, la repetición, la comprobación, la duda rebelde, la
investigación y el rigor metódico (FREIRE, págs. 12,13).

De lo anterior, la investigación y el rigor metódico son el esqueleto de la curiosidad


epistemológica. La primera, permite la indagar para comprobar y comprobando
intervenir, permite conocer lo desconocido y comunicar los otros la novedad. El
segundo, brinda un camino, una guía, para afrontar el conocimiento, de modo que
el ya existente no se convierte en un simple dato que se adquiere sin crítica
alguna y se puede de igual manera producir un conocimiento aun no existente
(FREIRE, pág. 14).

Existe sin embargo el peligro de domesticar la curiosidad, convirtiéndola en


memorización mecánica de cualquier tipo de objeto o realidad, de modo que, el
conocimiento queda mutilado ante una visión parcial, siendo imposible ahondar en
nuevas posibilidades (FREIRE, pág. 39).

Como consecuencia, la cruel domesticación de la curiosidad engendra de sus


entrañas una postura no ética frente al ejercicio del conocimiento y confrontación
con la realidad. El hecho acumulativo de información que es resultado de la
negación de la curiosidad silencia la capacidad que tiene cada individuo de
intervenir en su entorno, puesto que todo lo que sabe fue preconcebido y nada
puede aportar de su descubrimiento frente a lo que lo rodea (FREIRE, pág. 39).
La educación como acto recreativo

Evitando la anteriormente mencionada domesticación de la curiosidad, es posible


dar un siguiente paso en el proceso de aprendizaje y es ver la incidencia de esta
frente a la realidad de la cual nunca debe hacer caso omiso.

Conocer desde la propia realidad

El saber solo de palabras, el que se ve falto de corporeidad al no verse cercano al


contacto con el objeto o la realidad tiene poco valor o nada vale. De tal modo que
el acto cognoscitivo verdadero se da siempre en contacto y de la mano del
ejemplo (FREIRE, pág. 17).

Cuando el sujeto piensa mediado por los objetos, estos inciden en su pensar. El
quehacer del sujeto en este caso no es de quien se aísla, en la soledad y no entra
en un acto comunicante, dado que el conocimiento es un acto dialógico y polémico
(FREIRE, pág. 18). El movimiento dinámico que se produce entre el hacer y el
pensar, permite al sujeto asumirse y percibir las razones del porqué de su ser y
obtiene la capacidad de cambiar y promover aquel estado de curiosidad ingenua a
epistemológica (FREIRE, pág. 19).

La inconclusión de la que también el hombre se hizo consciente, implicó


necesariamente su inserción en un permanente estado de búsqueda, un proceso
social que lo llevaría a saciar su inacabamiento (FREIRE, pág. 26). En efecto,
entrar en relación con los entornos y contornos permite sin lugar a dudas crear un
pensamiento acorde con las experiencias que estos proporcionan, de tal modo
que alejarse del contexto, implicaría vaciar el conocimiento adquirido de todo
fundamento y al no comprobar todo sujeto se vuelve incapaz de intervenir en la
realidad, de generar nuevos saberes que parten de la lectura del mundo (FREIRE,
pág. 35).

Respondiendo a los desafíos del mundo

El desafío más grande al que puede responder el conocimiento como respuesta a


la realidad es la determinación. De hecho, intervenir en el mundo es propio del ser
humano, de su educación. La neutralidad y la indiferencia, propias de la
determinación responderían en este caso a un ser inconsciente que ha perdido por
completo su noción de inacabamiento y por consiguiente ha involucionado a un
estado animal. Por el contrario, el hecho de reconocerse condicionado abre en
hombres y mujeres la posibilidad de intervenir críticamente en su contexto,
sabiendo que ceñidos a condicionamientos sociales, culturales, sociales,
genéticos, históricos, etc. puede generar cambio y lograr una asunción en su
estado de inconclusión (FREIRE, pág. 45). El mundo se presenta en este caso
como posibilidad de libertad, de opción, de decisión, pero al mismo tiempo un
lugar en el que las anteriores pueden ser negadas y rechazas (FREIRE, pág. 26).

La asunción sintetiza el proceso recreativo de la realidad, pues se presenta como


el conocimiento que se obtiene de una acción y sus consecuencias (FREIRE, pág.
20). Esta elevación, permite ver que el cambio es posible, que la historia en la que
cada sujeto se desenvuelve es posibilidad y no determinación. Permite comprobar
que acercándose a una realidad concreta, cada hombre y mujer es capaz de
intervenir en ella, generando saberes nuevos que nacen de la lectura del mundo y
reconstruyendo aquellos ya existentes, pero ante todo, evitando el adaptarse a un
contexto sin crítica (FREIRE, pág. 35).

Con el conocimiento conquistado por dialogo con la realidad, el reconocimiento de


sujeto inconcluso y la intervención para el cambio, nace una ética. Esta toma
fuerza de la conciencia de cada sujeto respeta la autonomía1 y la libertad2 con la
que se desarrollan todos los procesos (FREIRE, pág. 28). Toda recreación de las
realidades en las que se desenvuelve el hombre se transforma en diversos ritmos,
de modo que, resulta inválido forzar los acontecimientos. El imperativo ético
permite que este progreso sea sano y fructífero, evitando que el conocimiento se
reduzca a la mera acumulación de datos y no logre su objetivo que es la
construcción de nuevas experiencias partiendo de una situación concreta
(FREIRE, pág. 43).

Dado lo anterior, un proceso educativo recreativo tiene presente que la asimilación


y apropiación del conocimiento se da en el dialogo, el contacto y acercamiento a
las distintas realidades que se presentan al sujeto. De tal modo que, la experiencia
de aprendizaje es fructífera, permitiendo que hombre y mujer sean capaces de
intervenir efectivamente dentro de una realidad concreta. Esto conlleva de igual
modo, al desarrollo de una ética que respete los ritmos en que los procesos de
obtención de conocimiento se realizan y no se afana por la obtención de un pronto

1
“La autonomía se va construyendo en la experiencia de varias, innumerables decisiones, que van siendo
tomadas… nadie es sujeto del a autonomía de nadie… la autonomía en cuanto maduración del ser para sí, es
proceso, es llegar a ser… la pedagogía de la autonomía tiene que estar centrada en experiencias
estimuladores de la decisiones y de la responsabilidad, valga decir, en experiencias respetuosas de la
libertad”. (FREIRE, pág. 49)

2
“la capacidad del dialogo verdadera, en la cual los sujetos dialógicos aprenden y crecen en la diferencia,
sobre todo en su respeto, en la forma de estar siendo coherentemente exigida por seres que, inacabados,
asumiéndose como tales, se tornan radicalmente éticos”. (FREIRE, pág. 28)
resultado sino la verdadera asimilación del objeto. Esta es una ética de la
autonomía y libertad.

Propuesta docente

En la reflexión sobre la práctica educativa se hace oportuno ver el papel del


docente dentro de este proceso, señalando por un lado las actitudes esenciales
que debe contener la enseñanza y por otro lado corregir algunos errores en los
que puede caer la práctica docente al desconocer el fin de la educación.

En los puntos expuestos anteriormente se presentaron los dos pilares


fundamentales de los que se desprenderá la propuesta a la práctica docente. El
acto creativo y recreativo. Estos llevarán a una reflexión en la que se indicara que
el ejercicio de la docencia tiene como exigencia la auténtica relación entre la teoría
y la práctica (FREIRE, pág. 11).

La carencia de la relación teórico/práctica llevaría a dos grandes peligros dentro


de la experiencia educativa: la teoría convertida en palabrería y la práctica
convertida en activismo (FREIRE, pág. 11). Por consiguiente, la tarea del docente
es propiciar las condiciones necesarias para que esta relación se lleve a cabo
(FREIRE, pág. 20). De modo que es propicio que este sepa que la apropiación del
conocimiento es fruto de un acto creativo guiado por la curiosidad y la educación
es producto del dialogo de distintos conocimientos que se confrontan y toman su
razón de ser al ser respuesta e intervención dentro de una realidad concreta.

El docente curioso

Frente al primer problema en el que el acto educativo se ve reducido a la


repetición mecánica y acumulación de información, a la mera palabrería, se
presenta la imagen del docente curioso (FREIRE, pág. 21). El papel del profesor
en este caso, será mostrar el objeto de estudio con tal claridad a fin de que sea el
propio estudiante el que produzca la comprensión de tal objeto en vez de recibirla
como un dato más (FREIRE, págs. 53,54).

El punto de partida no es otro que el sujeto que tomó conciencia de su existencia y


con la curiosidad se aventuró a acercarse a la realidad que lo rodeaba (FREIRE,
pág. 24). Esta acción también llamada curiosidad es la necesaria para afrontar la
palabrería dentro de la educación. Así, se tiene claro que es la experiencia del
aprendizaje la que posibilita la enseñanza, el propio acercamiento es el que
permite el dominio de cierta situación u objeto, de modo que, educar se convierte
en brindar herramientas adecuadas de las que el sujeto cognoscente se vale para
descubrir aquello a lo que el docente ya tuvo acceso con anterioridad (FREIRE,
pág. 21).

“quien forma se forma y re-forma al formar y quien es formado se forma y forma al ser
formado…Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender… Enseñar
no existe sin aprender... Aprender precedió a enseñar o, en otras palabras, enseñar se
diluía en la experiencia realmente fundadora de aprender.” (FREIRE, pág. 12)

La investigación3, es por tanto, el instrumento que permitirá el proceso de


enseñanza en el docente. La enseñanza surge porque se indaga y se busca, por
la necesidad de comprobar y una vez comprobando, intervenir, así es posible
educar. “Investigo para conocer lo que aún no conozco y comunicar o anunciar la
novedad.” (FREIRE, pág. 14)

El docente adquiere con la investigación la facultad de intervenir acertadamente


en la educación de sus estudiantes. Seguramente el distanciamiento de la crítica
ha permitido que la enseñanza entre en estado crítico y la promoción de la
curiosidad se vea troncada. El ejercicio investigativo es en este caso un ejercicio
de promoción de la curiosidad ingenua a la curiosidad epistemológica, dado que el
círculo de búsqueda, comprobación e intervención permite la maduración de la
curiosidad. Por otro lado, es indispensable en esta tarea el reconocimiento del
valor de las emociones, de la sensibilidad, de la afectividad que llevan a los
sujetos a interactuar con su alrededor (FREIRE, págs. 21,22).

Estimular las preguntas y la reflexión crítica sobre una pregunta o tema es una
excelente herramienta, que permite salir de la pasividad de las explicaciones
discursivas, por tanto, “el buen profesor, es el que consigue, mientras habla, traer
a alumno hasta la intimidad el movimiento de su pensamiento”. (FREIRE, pág. 39).
Este punto exige por parte del profesor introducir de manera atractiva la cuestión
al estudiante, haciendo que resulte agradable abordarla.

De igual manera, el respeto de la lectura el mundo de cada estudiante es la


manera correcta en que el educador puede ayudar a superar la ingenuidad de ver
el mundo (FREIRE, pág. 55). La curiosidad crítica es adquirida tomando como
punto de partida la visión inicial de la realidad que tiene cada sujeto, así, el

3
“En cuanto al concepto de investigación, lo entendemos como proceso individual y colectivo de construcción
de conocimientos y saberes, en los que se busca preguntar, indagar, explorar, movilizar concepciones,
desacomodar, descubrir, analizar, explicar, interpretar, enriquecer, difundir, transformar, abrir rangos de
percepción desde una epistemología que convoque un objeto de estudio, para llegar por sucesivas
aproximaciones, ampliaciones y profundizaciones a la COMPRENSIÓN del mundo (ARISTIZABAL, pág. 4).”
impulso por la generación de pensamiento producto de esta se purifica por la
aplicación de los métodos de investigación.

En fin, la docencia es producto del ejercicio de la curiosidad. El acercamiento a las


realidades para aprenderlas de forma critica por los métodos de investigación,
permiten obtener las herramientas para la transmisión del conocimiento adquirido,
no como simple información sino como proyecto, donde el estudiante interactúa
con él y crea sus propios conceptos.

La pedagogía como recreación del conocimiento en la docente

El quehacer docente exige la práctica como fundamento para su buen desempeño


(FREIRE, pág. 21). En efecto, la práctica educativa consiste a demás de la
creación de conocimiento, en la recreación del ya existente y la intervención que
pueda hacerse en una realidad concreta, para esto es necesario valerse de los
métodos pedagógicos.

El sujeto que emprende el camino hacia el aprendizaje, tiene como antecedente


su condicionamiento, es decir, sus conocimientos previos, sentimientos, formas de
actuar, pensar, entre otros, son producto de un medio concreto en el que este se
desarrolla y vive. Sin embargo, hay que diferenciarlo de un determinismo, que se
entiende como la incapacidad de cambio. De hecho, la conciencia de
inacabamiento le permite superar este estado inerte y al hacerlo le otorga una
posición frente al mundo de quien se inserta en él y puede transformar su
condición actual. (FREIRE, pág. 25)

La formación pedagógica desde este punto de vista adquiere un gran sentido en


cuanto los métodos de su práctica parten de la realidad preexistente de cada
individuo. La docencia apoyada en los métodos pedagógicos tendría como objeto
encontrar las herramientas que permitan establecer un vínculo entre los
conocimientos teóricos que se imparten y las realidades concretas en las que se
desenvuelve el sujeto del aprendizaje. De manera que, sea posible socializar en
un contexto social y cultural concreto, no como simple transmisión de
conocimientos, sino como una nueva visión del mundo, como una idea que
permita hablar sobre él y actuar sobre él. (TAMAYO Valencia, pág. 72)

“Desde esta perspectiva, elaborada por el grupo de profesores de la U. Nacional


bajo la dirección del profesor C. Federicci es preciso superar tres direcciones bajo
las que se ha agrupado la pedagogía: Como conjunto de saberes que le otorgan
su especificidad al oficio de educador y que tiene por objeto la enseñanza. La
pedagogía es el arte de la enseñanza. Como conjunto de enunciados que, más
que describir o prescribir formas específicas de proceder en la educación,
pretenden orientar el quehacer educativo, confiriéndole su sentido. Este sentido
puede ser buscado hermenéuticamente (¿qué es lo que estamos haciendo?) o
ideológicamente (¿qué es lo que debemos hacer?) Y una tercera dirección que
asume la pedagogía como una especie de conocimiento implícito que
básicamente definiría cuáles son las formas de transmisión legítimas y cuáles son
ilegítimas. Una pedagogía correspondería a una cierta delimitación de modos de
enseñar considerados válidos dentro del conjunto muy amplio de todos los
posibles modos de enseñar. (TAMAYO Valencia, pág. 71)”

Pensar acertadamente: “demanda profundidad y no superficialidad en la


comprensión y en la interpretación de los hechos. Supone disponibilidad para la
revisión de los hallazgos, reconoce no sólo la posibilidad de cambiar de opción, de
apreciación, sino el derecho de hacerlo.” (FREIRE, pág. 16). Es tener “la
disponibilidad al riesgo, la asunción de los nuevo que no puede ser negado o
recibido sólo porque es nuevo”. Es “el rechazo a cualquier forma de
discriminación.” (FREIRE, pág. 17)

Vigilarse constantemente para “evitar los simplismos, las facilidades, las


incoherencias burdas... tener el valor indispensable para no permitir que la rabia
que podamos tener por alguien se convierta en una rabia que genere un pensar
equivocado y falso”. (FREIRE, pág. 23)

Es tener “la disponibilidad al riesgo, la asunción de los nuevo que no puede ser
negado o recibido sólo porque es nuevo”. Es “el rechazo a cualquier forma de
discriminación.” (FREIRE, pág. 17)

Ética: mujeres y hombres, seres histórico-sociales, nos volvemos capaces de


comparar, de valorar, de intervenir, de escoger, de decidir, de romper, por todo
eso, nos hicimos seres éticos. Solo somos porque estamos siendo. (FREIRE, pág.
16)

Rabia justa: “la educación que no reconoce el papel altamente formador de la


rabia justa, en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad,
contra el desamor, contra la explotación y la violencia, está equivocada”. (FREIRE,
pág. 19)

“Histórico, vivo la historia como tiempo de posibilidad y no de determinación”.


(FREIRE, pág. 35)

La autonomía se funda en la responsabilidad que se va asumiendo. (FREIRE, pág.


43)
“La educación, específicamente humana, es gnoseológica, es directiva, por eso
es política, es artística y moral, se sirve de medios, de técnicas, lleva consigo
frustraciones, miedos, deseos. Exige de mí, como como profesor, una
competencia general, un saber de su naturaleza y saberes especiales, ligados a
mi actividad docente”. (FREIRE, pág. 32)

“Experimentar con intensidad la dialéctica entre “la lectura del mundo” y “la lectura
de la palabra”. (FREIRE, pág. 39)

“Toda enseñanza de contenidos demanda de quien se encuentra en la posición de


aprendiz que, a partir de cierto momento, comience a asumir también la autoría
del conocimiento del objeto”. (FREIRE, pág. 56)

“Saber que debo respeto a la autonomía, a la dignidad y la identidad del


educando”… respeto al educando es testimonio de quien cumple y organiza su
práctica. (FREIRE, pág. 30)

Un saber indispensable es el saber lidiar con la relación autoridad-libertad que


siempre tensa genera tanto disciplina como indisciplina. “la disciplina, que resulta
de la armonía o del equilibrio entre autoridad y libertad, implica por necesidad el
respeto de la una por la otra que se expresa en la asunción que hacen ambas de
límites que no pueden ser transgredidos”… la mejor experiencia seria “la
confrontación realmente tensa en la que, la autoridad por un lado y la libertad por
el otro, midiéndose se evaluaran y fueran aprendiendo a ser o a estar siendo ellas
mismas, en la producción de situaciones dialógicas”. (FREIRE, pág. 41)

Compromiso: mayor aproximación entre lo que digo y lo que hago, lo que


parezco ser y lo que realmente estoy siendo. (FREIRE, pág. 44)

CAPITULO 3: PROPUESTA

 Problemas de la educación en el mundo de hoy

“En Colombia las políticas educativas en lo regulativo (formación) y en lo


instruccional (conocimiento), se han alimentado del conductismo, la eficiencia, el
rendimiento, las habilidades fragmentadas y su énfasis en los métodos de
aprendizaje no han permitido un acceso, ni mucho menos un posicionamiento
frente a estos nuevos dispositivos. Las reformas curriculares se han quedado en lo
regulativo y no han profundizado en los saberes y disciplinas para superar el
asignaturismo. (TAMAYO Valencia, pág. 68)”
“En esta concepción no cuenta la buena o mala voluntad del profesor, él está
atrapado en el gran aparato enunciador y lo único que puede hacer es denunciar
su condición y señalar como las nuevas tecnologías de la comunicación y la
información tienden a remplazarlo. El docente como trabajador de la cultura, está
sometido a las reglas de la división del trabajo y queda subordinado a la economía
y a la política..” (TAMAYO Valencia, pág. 68)

 Tipo de educación en el seminario


o Magistral y clásica. comparar con construc y recons

 Puntos que deberían implementarse para mejor

Disponibilidad para el diálogo: “mi seguridad se funda en la convicción de que


algo sé y de que algo ignoro, a lo que se junta la certeza de que puedo saber
mejor lo que ya sé y conocer lo que aun ignoro”. (FREIRE, pág. 61) “el sujeto que
se abre al mundo y a los otros inaugura con su gesto la relación dialógica en que
se confirma como inquietud y curiosidad, como inconclusión en permanente
movimiento en la historia”. (FREIRE, pág. 61)

Libertad y autoridad: “es decidiendo como se aprende a decidir. No puedo


aprender a ser yo mismo si no decido nunca… la decisión es un proceso
responsable”. “El gran problema al que se enfrenta el educador o educadora… es
como trabajar para hacer posible que la necesidad del límite sea asumida
éticamente por la libertad. Cuanto más críticamente asuma el límite necesario,
tanto más autoridad tendrá, éticamente hablando para seguir luchando en su
nombre”. (FREIRE, pág. 48)

Saber escuchar: “Escuchar es obviamente algo que va más allá de la capacidad


auditiva de cada uno. Escuchar, en el sentido aquí discutido, significa la
disponibilidad permanente por parte del sujeto que escucha para la apertura del
habla al otro, al gesto del otro, a las diferencias del otro… la verdadera escucha no
disminuye en nada mi capacidad de ejercer el derecho de discordar, de oponerme,
de asumir una posición”. (FREIRE, pág. 54)

“no es hablando a los otros, desde arriba, sobre todo, como si fuéramos los
portadores de la verdad que hay que transmitir a los demás, como aprendemos a
escuchar, pero es escuchando como aprendemos a hablar con ellos. Solo quien
escucha paciente y críticamente al otro, hablar con él, aun cuando, en ciertas
ocasiones, necesite hablarle a él”. (FREIRE, pág. 51)
“Quien tiene algo que decir debe asumir el deber de motivar, de desafiar a quien
escucha, en el sentido de que, quien escucha diga, hable, responda” (FREIRE,
pág. 53).

“se me impone escuchar al educando en sus dudas, en sus temores, en su


incompetencia provisional. Y al escucharlo, aprendo a hablar con él”. (FREIRE,
pág. 54)

Buen Juicio: “saber que debo respeto a la autonomía, a la dignidad y a la


identidad del educando y, en la práctica, buscar la coherencia con este saber, me
lleva inapelablemente a la creación de algunas virtudes o cualidades sin las cuales
ese saber se vuelve falso, palabrería vacía e inoperante”. (FREIRE, pág. 29)
“Cuando más ponemos en práctica de manera metódica nuestra capacidad de
indagar, de comparar, de dudar, de verificar, tanto más eficazmente curiosos nos
podemos volver y más crítico se puede hacer nuestro buen juicio”. (FREIRE, pág.
29) “Mi buen juicio me indica cual es el problema, pero hace evidente que hay algo
que necesita ser sabido”. (FREIRE, pág. 29)

 Como debería ser la educación en el seminario de hoy

Competencia profesional: ningún profesor que no lleve enserio su formación,


que no estudie, que no se esfuerce por estar a la altura, no tiene competencia
para ejercer la autoridad docente, de manera que su tarea no tendría ninguna
fuerza moral para coordinar las tareas de su clase. (FREIRE, pág. 42)

“El clima del respeto nace de las relaciones justas, serias, humildes, generosas,
en las que la autoridad del docente y las libertades de los alumnos se asumen
éticamente, autentica el carácter formador del espacio pedagógico”. (FREIRE,
pág. 42)

“La autoridad coherentemente democrática, que se funda en la certeza de la


importancia, ya sea de sí misma, ya sea de la libertad de los educandos para la
construcción de un clima de auténtica disciplina, nunca minimiza la libertad”.
(FREIRE, pág. 42)

“La educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer fructificar
todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada
uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal. Esta
finalidad va más allá de todas las demás. Su realización, larga y difícil, será una
contribución esencial a la búsqueda de un mundo más vivible y más justo”
(UNESCO, pág. 13).
“Prospectivamente se privilegia la visión de un profesional de la educación
autónomo que reflexiona críticamente sobre su práctica pedagógica para
comprender sus contextos, las relaciones sociales que en estos se activan y los
procesos de aprendizaje derivados. Esta visión que tiene su asiento en nuevas
perspectivas psicológicas, sociológicas y antropológicas es el fundamento de las
políticas y estrategias que buscan trabajar por un cambio sustancial en la cultura
de la educación para redimensionar la profesión académica y, de esta manera a la
educación Colombiana, la cual no puede estar ausente de la reflexión de los
paradigmas modernos y posmodernos que desigualmente han aflorado en el país.
La educación debe transformar sus procesos de formación, de investigación y de
proyección social, romper con modelos pedagógicos inerciales y construir una
nueva razón para la práctica pedagógica abierta, flexible, que hoy se entiende
como una expresión de los paradigmas socioculturales, científicos y tecnológicos
vigentes (Diaz, V, pág. 150).”

“Abordan “las fuentes de conocimiento” en la escuela: jerarquías y relaciones: para


mostrar que aunque se ha privilegiado la “cultura académica” existen otras fuentes
de conocimiento (experiencia personal, la imaginación, el arte, las tradiciones no
científicas, la analogía no formalizable) que deben ser tenidas en cuenta
(TAMAYO Valencia, pág. 72)”

“La formación académica significa formar en el ámbito propio de una disciplina y


formar en una disciplina es equivalente a socializar en una cultura, esto no tiene
nada que ver con la simple transmisión de conocimientos y si tiene que ver mucho
con la idea de constituir una nueva visión del mundo- o por lo menos de un
determinado sector de la realidad. “Es constituir, a lo largo de un proceso, una
nueva forma de ver ese sector de la realidad, de pensarlo, de hablar sobre él, de
actuar sobre él (TAMAYO Valencia, pág. 72).”

“formar en la cultura académica que es lo que constituye el ethos pedagógico


cuyos rasgos fundamentales son: el rechazo explícito a los argumentos de
autoridad, el privilegio por la argumentación racional, el privilegio de la escritura
sobre otras formas de expresión, el privilegio al establecimiento de relaciones
indirectas con la base material, la estrecha relación entre pensamiento y acción, la
búsqueda de consensos mediante la argumentación racional y la tendencia a
especializar los discursos. Finalmente nos dice que debemos tener en cuenta que
la cultura disciplinar es una cultura viva, que se renueva, en sus conceptos, en sus
aplicaciones, en sus formalismos y que por lo tanto es ella también una cultura de
la investigación (TAMAYO Valencia, pág. 73)”

En cuento a la investigación: Por lo tanto, el trabajo de investigación que


propone el Grupo, busca contribuir en lo siguiente:
• Consolidar
un marco teórico y conceptual que aporte a la fundamentación del
campo educativo, pedagógico y curricular en Colombia.

• Identificar
distintas problemáticas inherentes a cada uno de los campos
enunciados para continuar investigando.
• Generar condiciones para el fortalecimiento de una tradición investigativa de
hacer escuela acorde con las necesidades educativas del país y específicamente
del departamento del Cauca.

• Aportar a la construcción de cimientos teóricos y epistemológicos sobre los


cuales se puedan construir tesis que contribuyan al diálogo con comunidades
académicas nacionales e internacionales del campo educativo, pedagógico y
curricular (ARISTIZABAL, pág. 7)

CONCLUSIONES

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