Lucas
Capítulo 8: Otra temporada de descontento, las críticas.
La pérdida de la comunidad
Douglas: Colleges de estilo antiguo, en su mejor esfruerzo, suministraban un meido
ambiente en el cual era posible la educación genuina. A medida que crecían, se tranformaban
en algo nuevo.
Los críticos de la educación de los años 90 no parecían demasiado optimistas sobre las
perspectivas de recrear el espíritu de una auténtica comunidad de aprendizaje en el ámbito
académico. El gigantismo parecía militar en contra de volver a alcanzar la proximidad y la
intimidad que se decía eran necesarias de la educación superior en tiempos pasados.
Los estándares académicos
Parte del problema, según una línea de análisis, era que Estados Unidos como sociedad
democrática se había propuesto la meta de que la mayor cantidad posible de jóvenes se
graduasen de las escuelas secundarias y continuasen en el college. En la ausencia de estándares
nacionales de logros académicos, sin dejar de mencionar el predominio de las políticas de
admisión abiertas, los colleges y las universidades podían dar por sentado muy poco en cuanto
a habilidades y logros entre los estudiantes ingresantes.
El plan de estudios se torno más liviano, flexible. La aceptación tácita de un “modelo de
mercado” para la educación superior exacerbaba la tendencia a relajar los estándares. Debido a
que los estudiantes eran los beneficiarios de la nueva distribución, eran los que menos se
quejaban.
En los años 90, la idea de que la educación en el college debía ser apreciada como una
aventura intelectual para saborear y gozar, en vez de ser algo que se soporta como una salida a
algún destino posterior, debe haber sido para muchos estudiantes algo literalmente
incomprensible.
La desatención a la educación de grado
La Universidad moderna, pública o privada, con demasiada frecuencia, había perdido de
vista las condiciones necesarias para promover la educación genuina.
Se decía que lo que los estudiantes necesitaban para ser verdaderamente educados eran
oportunidades de extender sus mentes, ser provocados y desafiados, elaborar interrogantes
fundamentales, evaluar respuestas alternativas, integrar y sintetizar y aplicar lo que habían
aprendido.
Una educación de college viable en el s XXI, demandaba “volver a pensar por completo” lo
que una persona educada podría y debía ser.
La integración del plan de estudios
Snow: universidad dividida en dos campos: científicos analfabetos en el ámbito cultural y
humanistas analfabetos en el ámbito científico, que termina resultando en “una espléndida
igualdad de ignorancia”.
Bloom: Universidades incapaces de generar un programa de educación general para los
estudiantes de grado.
Problema práctico: Hallar formas nuevas y más creativas para reconciliarlas demandas
legítimas de diversidad con la necesidad igualmente urgente de hallar un centro unificador, si
no un núcleo común, entonces un fondo de experiencias que diera vida una vez más al ideal de
la enseñanza liberal o general. Hacia fines del s XX, poco indicaba que había mucho consenso
sobre cómo alcanzar ese objetivo venerable del desarrollo holístico.
La conversión de lo académico en un producto
Las controversias sobre educación superior en los últimos años del s XX estuvieron en su
mayoría relacionadas con la diversidad cultural, el multiculturalismo, el gobierno y la
financiación, la contabilidad y los límites de la libertas académica, entre otros temas. En la
década siguiente, los expertos comenzaron a centrarse en temas bastante diferentes
diferentes, en particular, en el costo cada vez más elevado de la educación en el college mismo.
2000: no resultaba difícil detectar los indicadores de que el proceso de conversiñon de lo
académico en un producto comercial ya se encontraba bien avanzado.
Misión de las universidades como instituciones con fines de lucro: Ofrecer una ruta
eficiente, rentable hacia un título y, en consecuencia, ubicación de un empleo en un campo
muy demandado, con un buen salario.