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Castroviejo, R. et al. 2004. Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos en los cloritoesquistos de Moeche (complejo de Cabo Ortegal, A Coruña).

Boletín Geológico y Minero, 115 (1): 3-34


ISSN: 0366-0176

Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos


en los cloritoesquistos de Moeche
(complejo de Cabo Ortegal, A Coruña)
R. Castroviejo(1), E. Armstrong(2), A. Lago(1), J.M. Martínez Simón(3) y A. Argüelles(1)

(1) ETS Ing. Minas, C/. Ríos Rosas 21. 28003 Madrid.
E-mail: ricardoc@minas.upm.es
(2) Avda. de Mahía, 40, 3º C. 15220 Bertamirans, Ames (A Coruña).
E-mail: eduarmstrong@latinmail.com
(3) ETS Ing. Caminos, Canales y Puertos. Ciudad Universitaria. 28003 Madrid.

Al Prof. Tirso Febrel, in memoriam

RESUMEN

En la Unidad de Moeche existen concentraciones sulfuradas cupríferas, poco documentadas y poco accesibles actualmente, que han sido
explotadas por Cu hasta los años 1960. Se trata de menas metamórficas (metamorfizadas, pero no metamorfogénicas, según las eviden-
cias observadas), diseminadas (en cloritoesquistos cuarzo-piríticos) o estratiformes (en niveles decimétricos a métricos). Las mineraliza-
ciones están fuertemente laminadas y deformadas por la orogenia hercínica; su génesis es pre-tectónica, aunque las frecuentes movili-
zaciones parciales por transferencia en disolución, ligada a fenómenos de presión-disolución prácticamente ubicuos, enmascaran en parte
los rasgos primarios. En cualquier caso, los cuerpos mineralizados muestran habitualmente una estructura concordante con la del enca-
jante, si bien el conjunto está invertido en Mina Piquitos II, y fallado y muy deformada en Mina Barqueira. El encajante corresponde, esen-
cialmente, a una serie meta-volcánica submarina (metabasitas representadas por cloritoesquistos, como tipo más frecuente), interpreta-
da según las ideas actuales como el techo de una serie ofiolítica, con una fuerte impronta de metamorfismo dinámico y una mineralogía
epizonal definida por proporciones variables de clorita, albita, actinolita (hornblenda), epidota/clinozoisita, esfena, anatasa, cuarzo, pirita
y, en el entorno de Mina Maruxa, estilpnomelana y magnetita. La mineralogía de las menas diseminadas y de los niveles masivos es aná-
loga y, en general, simple: pirita y calcopirita, con cantidades subordinadas a trazas de esfalerita, pirrotita, galena, magnetita, hematites,
linneita, marcasita, oro nativo, etc. La Petrografía de IF (Inclusiones Fluídas) muestra que, debido a la fuerte impronta de metamorfismo
dinámico, no se han preservado IF primarias (pre-metamórficas) medibles, sino sólo secundarias, sin-metamórficas, generalmente minús-
culas y alojadas en microfisuras de tensión sobre microclastos y lentículas de cuarzo, o bien aisladas en cristales de cuarzo metamórfico.
Los fluídos dominantes en estas IF son acuosos y densos (F~0,8), Lw, de salinidad moderada (~8% en peso NaCl equiv); no se ha consta-
tado la presencia de CO2 y las temperaturas de homogeneización total oscilan entre 200 y 225ºC. Estos fluídos caracterizan el metamor-
fismo dinámico, en condiciones epizonales (Pf y T~2/2,5 kb y 325/350ºC, estimación preliminar). La información geoquímica obtenida, tanto
por contenidos metálicos como por los valores isotópicos δ34S (-0,6 a +4,5‰, media +2,5‰), establece una clara afinidad con las concen-
traciones exhalativas o volcano-sedimentarias de sulfuros masivos (VMS), del tipo Cu-Zn de Lydon, análogas a las de Chipre (relaciona-
das con series ofiolíticas), lo que concuerda con la geología y mineralogía observadas, a pesar de la ubicua impronta metamórfica.

Palabras clave: Cabo Ortegal (Coruña), colisión hercínica, Moeche, ofiolitas, sulfuros masivos (tipo Chipre)

Geology of the VMS mineralizatons in the variscan chlorite-schists of Moeche


(Cabo Ortegal complex, NW Spain)
ABSTRACT

Several mines extracted copper until the 1960’s from disseminated ores and thin massive sulphide layers in the Moeche Unit, a strongly
deformed meta-volcanic sequence comprising mainly quartz-chlorite schists and mylonites, which defines the top of an ophiolitic sequen-
ce emplaced on the Iberian margin in Devonian times, as a result of the Variscan collision. The ores are metamorphosed and strongly
deformed under brittle conditions (for pyrite), but their textures are often apparently post-deformational, due to very common solution-
transfer processes; they are composed mostly of pyrite and chalcopyrite, with subordinate to trace amounts of sphalerite, pyrrhotite, gale-
na, magnetite, hematite, marcasite, linneite, native gold, etc. The geology, mineralogy, and geochemistry (including δ34S values of sulphi-
des from -0,6 to +4,5‰, mean +2,5‰) of the orebodies relate closely to VMS of the Cu-Zn (Cyprus) type, although their complex
post-mineralization history and the very strong dynamic metamorphic overprint due to variscan collisional tectonics may obscure some

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of the typical features: the stratigraphy is overturned in the Piquitos mine, and nearly vertical and strongly deformed in the Barqueira mine;
the stockwork is sheared and faulted; contact metamorphism is still superimposed in Maruxa mine, etc. Fluid inclusion studies on the
metamorphic fluids trapped in micro-fissures in quartz allow an insight into the epizonal metamorphic conditions (Pf~2/2,5 kb and
T~325/350ºC, preliminary estimates), in which dense (F~0,8), aqueous fluids with moderate salinities (~8 wt% NaCleq) have been involved,
and produced continuous pressure-solution mobilization of the ores, but only over very short distances.

Key words: Cabo Ortegal (NW Spain), Cyprus-type VMS deposits, Moeche, ophiolite, variscan collision

Introducción de vista de la exploración minera, se tienen noticias


de campañas realizadas por el IGME (1955), por
Este trabajo trata de esclarecer la geología de las CEMINSA (1973), por CGS (1976) y por PHELPS
mineralizaciones de Moeche y de su entorno, como DODGE ESPAÑOLA (1979), a las que no se ha tenido
primer paso para la comprensión de su génesis. El acceso, pero que despertaron suficiente interés como
trabajo de campo, la cartografía detallada de labores para justificar la campaña de ENADIMSA (1984) para
mineras y los estudios petrográficos y mineralógicos el Programa Nacional de Abastecimiento de Materias
ofrecen criterios insustituibles y, aunque se investi- Primas Minerales (PNAMPM), sobre la hipótesis ini-
gan todavía algunos aspectos que deberán aportar cial de un potencial yacimiento de entre 2 y 5 millo-
precisiones, pueden adelantarse ya algunas conclu- nes de toneladas, con leyes de 2% a 3% Cu. Los tra-
siones fundamentales. bajos realizados no permitieron confirmar esta
La geología de la zona ha sido documentada por el hipótesis y la investigación fue abandonada.
IGME (1971, 1976, 1977, 1982), con una cartografía
fundamental, pero sin llegar a resolver los complejos
problemas planteados. Existen antecedentes en Marco geológico regional
diversos trabajos sobre la región gallega (Vogel,
1967; Engels, 1972; van der Meer Mohr, 1975; van El área estudiada forma parte del complejo ultramáfi-
Overmeeren, 1975; van Calsteren, 1977, van Calsteren co de Cabo Ortegal, hacia la extremidad occidental
et al., 1979; den Tex, 1981, entre otros). Posteriores del orógeno hercínico europeo. Las ideas dominantes
aportaciones supusieron avances decisivos en la en los trabajos de la Escuela de Leiden -primer grupo
interpretación de los terrenos considerados; aunque de autores citados- proponen para los macizos ultra-
son muy numerosas, entre ellas deben mencionarse máficos un emplazamiento por ascenso vertical, rela-
al menos, por su relación con los problemas estudia- cionado con materiales mantélicos ascendentes
dos, las de Arenas (1983, 1988, 1991), Arenas et al. (domo mantélico o mantle plume). Sin embargo, los
(1986, 1995, 1997), Gil Ibarguchi y Arenas (1990), trabajos ulteriores proponen un emplazamiento por
Martínez Catalán et al. (1996, 1997, 1999), Dallmeyer obducción, ligada a la colisión continental hercínica,
et al. (1997), Abati et al. (1999), Díaz et al. (1999 a y b), hipótesis ampliamente aceptada hoy y única que
así como las que acaban de ser presentadas en la ofrece un marco compatible con las observaciones
reciente conferencia internacional Galicia 2000 realizadas en este trabajo.
(Variscan-Appalachian Dynamics, 2000). Las consecuencias de una u otra hipótesis serían
Por lo que respecta a las mineralizaciones sulfura- radicalmente diferentes para la interpretación geoló-
das de Cu (Zn, Au), explotadas por sucesivas compa- gica de las formaciones objeto del presente trabajo.
ñías hasta mediados de los años 60, es muy poco lo En efecto, en el primer caso, éstas serían únicamente
publicado hasta ahora. Los datos más precisos son el encajante pasivo o la zona marginal de la extrusión
los que recoge la Memoria del Mapa Minero- mantélica; en el segundo, serían materiales de fondo
Metalogénico de Galicia (IGME, 1982), que se sinteti- oceánico emplazados tectónicamente sobre la corte-
zan en la tabla 1. Se menciona además en dicha za continental de Gondwana y representarían la sutu-
memoria el Grupo Covadonga (identificado con el nº ra con Laurentia (previa acreción de Avalonia), para
31 y supuestamente análogo a los anteriores), que no originar el supercontinente Pangea. En todo caso,
ha podido localizarse con ese nombre, aunque es estas formaciones se ubican en una zona singular: en
muy probable se corresponda con el indicio de Ponte el límite entre la zona Centro-Ibérica y la zona de
Barbelas de este estudio, que se encuentra en la Galicia-Tras-os-Montes, en la que se reconocen, en
misma ubicación, pero en el que no se han constata- general, acusados rasgos de aloctonía.
do labores importantes de extracción. Desde el punto En la zona de estudio se constatan marcados con-

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Nº DEL INDICIO NOMBRE COORDENADAS MINERALOGÍA ESTRATIGR. GANGA ELEMENTO MORFOLOGÍA


LAMBERT QUÍMICO
X Y MINERALES MINERALES
PRINCIPALES SECUNDARIOS

30 Piquito 254,2 1003,1 Pirita, Hematies, S3 Ortoanfibolitas, Cu, Fe, Estratiforme


1y2y Pirrotina, blenda, oro esquistos Zn, Pb, Au
Santa Marta Calcopirita (magnetita,
galena)

31 Grupo 295,0 1007,2 Pirita, Hematies, S3 Ortoanfibolitas, Cu, Fe, Estratiforme


Covadonga Pirrotina, blenda esquistos Zn N30ºE
o La Porca Calcopirita
32 Grupo 257,0 1007,0 Pirita, Linneita, S3 Ortoanfibolitas, Cu, Fe, Estratiforme
Maruxa Calcopirita Blenda, galena esquistos Zn, Pb, Co N60ºE

33 Grupo 256,0 1008,8 Pirita, Hematites, S3 Ortoanfibolitas, Cu, Fe, Estratiforme


Dos Carris Pirrotina, Blenda, esquistos Zn, Au N30ºE
o La Barquera Calcopirita Oro

Tabla 1. Indicios mineros del área de Moeche (IGME, 1982)


Table 1. Data on mining prospects in the Moeche area (IGME, 1982)

trastes petrológicos, evidenciados no sólo por la Geología del sector Espasante-Moeche


composición de los materiales (de meta-ultramafitas
a meta-sedimentos), sino también, entre otras cosas, El área estudiada ocupa unos 200 km2 al NE de la pro-
por las fuertes diferencias en el grado metamórfico vincia de A Coruña, entre Moeche y Espasante (al NE
entre los terrenos silúricos de bajo grado (Zona de Ferrol y al SSE del Cabo Ortegal: fig. 1). El recubri-
Centro-Ibérica), al Este, y las formaciones meso- y miento cuaternario y vegetal es muy extenso (lámina
epi- a catazonales -a veces retrogradadas- al Oeste 1.1), lo que implica unas condiciones de afloramiento
(Zona Galicia-Tras-os Montes). Ante la complejidad en general difíciles, acentuadas por la intensa meteo-
de los problemas planteados, el grado metamórfico rización.
va a constituir un criterio importante de Cartografía e En la zona afloran mayoritariamente rocas del
interpretación. Grupo Moeche (IGME, 1976), el cual reposa en con-
La información acerca de dataciones absolutas ha cordancia sobre rocas del Silúrico Superior que aflo-
sido sintetizada recientemente por Martínez Catalán ran al E y S de la zona y es cabalgado al N y O por la
et al (1999). La foliación de las anfibolitas, en las uni- Unidad Superior del Complejo de Cabo Ortegal.
dades de grado medio metamórfico, está datada en Dicho Grupo, definido como una serie volcanogénica
torno a los 390-380 Ma (Devónico Inferior), edad cer- con aportes sedimentarios, está constituido mayori-
cana a la de los gabros supuestamente relacionados tariamente por “materiales heterogéneos” con profu-
todavía con la generación de corteza oceánica, 395 sión de elementos volcánicos, mientras que en gene-
Ma (Dallmeyer & Gil Ibarguchi, 1990 y Dallmeyer et ral los materiales silúricos forman una serie
al., 1991; Dunning et al., 1997, respectivamente, in: monótona de origen sedimentario, predominante-
Martínez Catalán et al., 1999). Teniendo en cuenta que mente samítico, y el Complejo de Cabo Ortegal está
constituído por rocas metamórficas meso- y catazo-
dicha foliación sería coetánea de la obducción y, por
nales, dominantemente máficas y ultramáficas.
tanto, del cierre del océano pre-existente, parece pro-
Según Arenas (1983, 1988), el Grupo Moeche repre-
bable que los segmentos oceánicos obducidos en
senta una unidad alóctona cabalgante sobre el
Galicia Occidental estarían entre los más jóvenes del
Silúrico durante el proceso de obducción de las series
océano Rheico. En los esquistos de la Unidad de
ofiolíticas.
Moeche, objeto de este trabajo, Dallmeyer et al.
Para el presente trabajo1 se han tenido en cuenta
(1997) datan un episodio metamórfico -el segundo,
según ellos- más reciente (364 Ma., Devónico
Superior), de grado epizonal y ligado a los cabalga- 1
Apoyado por cartografía de superficie y de labores mineras, son-
mientos de la 2ª fase de deformación hercínica. Esta deos, campañas geofísicas/geoquímicas de exploración, análisis
químicos de roca total e isotópicos y estudio de 309 láminas
edad es similar a la obtenida para otras unidades de transparentes, 60 probetas pulidas, 34 láminas transparentes
la región con el mismo significado geo-tectónico pulidas y 4 láminas doblemente pulidas, en parte realizados para
(ofiolitas), según dichos autores. el proyecto ENADIMSA (1984).

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Fig. 1. Mapa Geológico del área Espasante-Moeche. Provincia de A Coruña


Fig. 1. Geological map of the Espasante-Moeche area (Coruña Province)

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particularmente criterios de grado metamórfico y correlación tentativa entre estas unidades y el marco
estructurales, aparte de la naturaleza y petrografía de general tectono-estratigráfico propuesto (Arenas et
los materiales. Estos criterios permiten definir las al., 2000: Guide to Pre-Conference Field Trip, in:
siguientes unidades en la zona (cf. fig. 1): Variscan-Appalachian Dynamics, 2000) para el con-
junto de los complejos máficos-ultramáficos de
Galicia Occidental, resultando (de base a techo,
Complejo de Cabo Ortegal según la posición que los autores estiman más
común en el apilamiento tectónico y prescindiendo
- Unidad Superior: rocas catazonales (que pueden del basamento o Autóctono Relativo):
estar serpentinizadas), cabalgantes sobre las
Marco General (Arenas et al., 2000) Unidades consideradas en este trabajo
demás (Arenas, 1983, 1988). Por no tener relación
con el objeto de la investigación, no se han estu- Unidades Basales Unidad de Somozas
diado aquí con detalle. Unidades Ofiolíticas U. Moeche, Serpentinitas y U. P. Escrita
- Unidad de Pena Escrita: Anfibolitas masivas, a
muro (tectónico) de la Unidad Superior y cabal- Unidades de Alta Temp. y Alta Presión Unidad Superior (Complejo Cabo Ortegal)
gantes, a su vez, sobre el Grupo Espasante- Unidades de Presión Intermedia -
Moeche.
Para los objetivos de este trabajo resulta aconseja-
- Grupo Espasante-Moeche, que comprende las
ble mantener la diferenciación entre las unidades de
siguientes unidades:
- Unidad de Moeche, constituída por cloritoes- Moeche, Pena Escrita y Serpentinitas del Grupo
quistos -generalmente metavolcanitas básicas Espasante-Moeche, ya que aun en la hipótesis de que
intensamente deformadas-, con intercalaciones todas puedan considerarse integrantes de unidades
de cloritoesquistos piríticos, a los que suelen ofiolíticas (diferenciables, no obstante, por el grado
estar espacialmente asociadas las mineraliza- metamórfico y otros criterios), sólo la primera tiene
ciones, y rocas metasedimentarias (metalutitas, importancia como metalotecto para las concentracio-
filitas y filonitas). Cabalgante sobre los metase- nes investigadas. La Unidad de Moeche, en el sentido
dimentos silúrico-devónicos. en que se ha definido en este trabajo, tampoco equi-
- Unidad de Somozas: conjunto heterogéneo de vale al Grupo Moeche del MAGNA (Hoja 7: Cedeira,
rocas meso-catazonales cabalgantes sobre el IGME, 1976), que lo incluía en el Silúrico Superior;
Silúrico, caracterizándose, tanto frente a éste asimismo, se le da un sentido más restringido que el
como frente a la Unidad de Moeche, por su utilizado anteriormente (Arenas, 1988), al segregar
mayor grado metamórfico, aunque a veces las litologías meso y catazonales de este autor
muestra retrometamorfismo. (Unidad de Somozas, en el presente trabajo).
- Serpentinitas, muy deformadas generalmente; Por otra parte, resulta todavía cuestionable la
no siempre es posible adjudicarlas con certeza interpretación tectonoestratigráfica de la Unidad de
a una u otra de las unidades precedentes. Somozas, que algunos autores consideran como un
Ocasionalmente pueden incorporar lentejones mélange tectónico, interpretación plausible si se tiene
carbonatados marmorizados. en cuenta su heterogeneidad petrológica y metamór-
fica. Dicha Unidad, insuficientemente investigada, no
ha sido objeto de atención prioritaria en este trabajo,
Autóctono Relativo por no tener ninguna relación visible con los metalo-
tectos estudiados, es decir, con los objetivos de la
- Silúrico-Devónico: dominado por una sucesión actual investigación.
metasedimentaria relativamente monótona (piza-
rras, filitas), con intercalaciones locales de meta-
volcanitas y algunos niveles cartografiables de Tectónica
meta-areniscas; se encuentra a muro (tectónico)
del Grupo Espasante-Moeche, del que está sepa- La estructura del conjunto, aunque puede ser muy
rado por una zona de pronunciado metamorfismo compleja localmente, está dominada por una esquis-
dinámico (metapelitas y metavolcanitas milo-
tosidad que buza suavemente al NO. En realidad se
níticas).
trata de una esquistosidad desarrollada en el
Devónico Superior durante el metamorfismo dinámi-
Correlaciones tectonoestratigráficas co epizonal y ligada a los cabalgamientos (S2, tradi-
cional Fase 2 hercínica), suficientemente bien desa-
Como referencia, se ha tratado de establecer una rrollada como para obliterar frecuentemente

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estructuras anteriores o producir una transposición el asomo oriental de las litologías de más alto grado
de las superficies de estratificación, que tienden a metamórfico del Complejo de Cabo Ortegal, que tie-
adaptarse a S2. nen un extenso desarrollo hacia el NO. De una mane-
Se han proyectado en falsilla de Schmidt los polos ra general esta Unidad agrupa una serie de rocas
de esquistosidades medidas en niveles meta-pelíticos metamórficas orto y paraderivadas, cuya principal
del Silúrico (Figura 2 a) y en la Unidad de Moeche en característica está definida por su grado de metamor-
la zona de más indicios (Figura 2 b). En la serie fismo meso y catazonal. Se trata de anfibolitas, gnei-
Silúrica, en donde únicamente ha actuado la orogenia ses, micaesquistos, serpentinitas, granulitas, eclogi-
Hercínica, se observa un máximo bien centrado con tas, etc. No se han diferenciado cartográficamente
orientación N 35ºE 40ºNO (los estereogramas corres- estas litologías por no estar relacionadas con las
pondientes a las zonas milonitizada y no milonitizada mineralizaciones objeto de este trabajo.
señaladas en la fig. 1 son similares, lo que sugiere
que la milonitización es un efecto local debido a
esfuerzos homoaxiales con los que producen la
esquistosidad principal). En la Unidad de Moeche el
diagrama es análogo, presentando un máximo en N
28ºE 38ºNO. La similitud estructural entre ambas uni-
dades sugiere historias de deformación análogas y,
en ambos casos, esencialmente determinadas por los
cabalgamientos hercínicos (Fase 2) o que, en todo
caso, si hubo deformaciones anteriores en la Unidad
de Moeche, han sido obliteradas o transpuestas por
los citados episodios de deformación.
Los cabalgamientos tienen una vergencia E (o
ESE), aunque los planos de cabalgamiento, al igual
que la esquistosidad S2, pueden estar plegados e
incluso verticalizados por episodios ulteriores de
deformación -convencionalmente designados como
la Fase 3 hercínica-, como ocurre en los contactos
meridionales del Grupo Espasante-Moeche con el
Autóctono Relativo (fig. 1, Corte I-I’). Esto se observa
también en la mina d’A Barqueira, mientras que en la
mina Piquito II la estructura, aparentemente simple,
está totalmente invertida (figs. 3 a 6).
En líneas generales, esta estructura se explica por
la situación del sector estudiado en el margen orien-
tal del Complejo de Cabo Ortegal, cabalgante sobre el
Autóctono Relativo (Martínez Catalán et al., op. cit.).

Unidades Cartografiadas

El estudio geológico se centra en los potenciales


metalotectos para las concentraciones estudiadas, es
decir, esencialmente en la Unidad de Moeche y, parti-
cularmente, en las labores mineras, tratando las res-
tantes unidades de forma muy sucinta. A continua- Fig. 2. Orientación de la esquistosidad en el Autóctono Relativo y
en la Unidad de Moeche. Proyección estereográfica de polos en fal-
ción se exponen los rasgos principales que definen silla de Schmidt: (a) litologías silúricas (338 medidas, contornos de
las unidades cartografiadas. 1,5%, 5,9%, 8,9% y 11,8 %; máximo: N 35ºE, 40ºNO); (b) Unidad de
Moeche (205 medidas; 2,4%, 9,8%, 14,6%, 17%; máximo: N 28ºE,
38ºNO)
Fig. 2. Orientation of schistosity -stereographic projection of poles
Unidad Superior in equal area net- in silurian lithologies (a: 338 measures; 1,5%,
5,9%, 8,9% y 11,8% contours) and in the allochtonous Moeche Unit
Ocupa el borde noroccidental de la zona y representa (b: 205 measures; 2,4%, 9,8%, 14,6%, 17% contours)

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La Unidad Superior (meso-catazonal) se relaciona de impregnaciones, que aparecen diseminadas o


con la Unidad de Moeche (epizonal) mediante un rellenando fisurillas y que pueden constituir hasta el
plano de cabalgamiento, asociado al cual es frecuen- 5% de la roca. Comprenden fases sulfuradas y oxida-
te la presencia de serpentinitas y talcoesquistos. En la das, que han sido investigadas por microscopía ópti-
mitad Sur, dicho plano de cabalgamiento está bas- ca y electrónica. Consisten, las primeras, en pirrotita,
tante tendido, próximo a la horizontal. Por el contra- calcopirita, pentlandita, mackinawita, valleriita, pirita,
rio, hacia el Norte de la falla de A Barqueira, se verti- marcasita y el llamado producto intermedio (en ter-
caliza considerablemente. minología de Ramdohr, 1980) de la alteración de
pirrotita (habitualmente una mezcla submicroscópica
de pirita, marcasita y magnetita). Entre las segundas,
Unidad de Pena Escrita destacan las espinelas, magnetita y cromita/picotita,
ilmenita, hematites, rutilo, esfena, anatasa/leucoxeno
Equivale a la Unidad de Purrido de otros autores. En y circón. Es de notar la existencia de dos generacio-
el área estudiada aflora al SO de la Unidad anterior, nes bien diferenciadas de magnetita: la primera, orto-
que la cabalga. Por el borde Este y Sur y bajo otro magmática, puede estar enriquecida en V y en Cr/Mn
contacto cabalgante, aflora la Unidad de Moeche, y llega a ser transicional a picotita; la segunda, aso-
formada por rocas metabásicas epizonales. ciada a los sulfuros y a la descomposición de pirroti-
Generalmente las Anfibolitas de Pena Escrita se pre- na, es puramente ferrífera y tardía: suele sellar micro-
sentan muy meteorizadas y las mejores observacio- cizallas o fisurillas, o incluso insinuarse como
nes se han realizado en las canteras para áridos que películas intergranulares entre los silicatos (por ejem-
son relativamente abundantes en la zona. plo, diópsido), acompañada de sulfuros (pentlandita,
Macroscópicamente, su característica principal es la pirrotina o producto intermedio...). Se trata, proba-
homogeneidad litológica. blemente, del equivalente metamórfico de las mani-
La litología dominante es una anfibolita de grano festaciones ortomagmáticas de sulfuros y óxidos,
fino a muy fino, en ocasiones afanítica y de aspecto Cu/Ni-Fe(Cr), típicamente asociadas al magmatismo
masivo, pero que en general presenta una foliación básico.
metamórfica claramente definida que da a la roca un
aspecto más o menos tableado, con una separación
en bancos centimétricos a decimétricos. También Unidad de Moeche
presenta texturas bandeadas, con niveles más o
menos ricos en feldespatos, granates y cuarzo. Este Esta Unidad ocupa aproximadamente el centro de la
bandeado puede ser milimétrico hasta decimétrico. zona estudiada y subyace a las Unidades Superior y
Se observa granate accesorio y sulfuros menos fre- de Pena Escrita, cabalgantes. Al Este, sus contactos
cuentes. con la Unidad de Somozas y con el Autóctono relati-
Se distinguen cinco tipos litológicos: 1) pirigarníti- vo son también mecánicos. Comprende un conjunto
co, de grano fino, inequigranular con textura blasto- de rocas básicas (dominantes), ácidas e intermedias,
milonítica, foliación neta y fino bandeado mineralógi- con intercalaciones sedimentarias, cuya característica
co; 2) anfibolitas comunes foliadas, más común es el grado de metamorfismo epizonal. Su
equigranulares, de grano fino a medio, con la misma aspecto macroscópico es de esquistos verdes con
hornblenda verde-oliva de las pirigarnitas y plagio- textura bandeada, pero las diferentes litologías se
clasa cálcica; 3) anfibolitas cuarzo-epidóticas, con presentan intercaladas y entre ellas existen gradacio-
anfíbol verde-azulado tipo actinolítico y plagioclasa nes. Se han diferenciado cartográficamente la banda
más alcalina (tipo oligoclasa-albita); 4) metabasitas de cloritoesquistos cuarzo-piríticos que va del Norte
miloníticas, con porfidoclastos de anfíbol tipo uralita de Moeche hasta A Barqueira y algunas otras de
o actinolita y plagioclasa aparentemente automorfa, menor desarrollo, así como la banda con metasedi-
rodeados por una matriz granoblástica de plagioclasa mentos entre las Minas Piquitos y Maruxa y otras
y minerales del grupo de la epidota; 5) granatitas con menores; como se verá, el primero de estos tipos es
sulfuros: alternancias de granate y epidota, con tex- un metalotecto importante.
tura granoblástica de grano fino a medio, bandeada. En toda la Unidad de Moeche, relacionadas con
Se observan evidencias de retrogradación, a partir de zonas de contactos mecánicos -tanto en los contactos
facies granulíticas. con las unidades limítrofes como en los frecuentes
En esta unidad se encuentran mineralizaciones cabalgamientos internos-, aparecen una serie de
peculiares (Castroviejo, 1988), diferentes de las que rocas ultramiloníticas en las que es difícil establecer
constituyen el objeto de esta investigación. Se trata la naturaleza del protolito, ya que sus texturas origi-

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nales han sido borradas. Aunque no están individua- clastos de anfíbol (hornblenda, actinolita) pre-exis-
lizadas cartográficamente, su frecuencia ha conduci- tentes. La plagioclasa (albita) es frecuente también en
do a considerar el conjunto de la Unidad de Moeche la matriz, ya sea en forma de microlitos probable-
como una lámina ultramilonítica, retrogradada mente relictos de metamorfismo de fondo oceánico
(Arenas, 1983, 1988) o bien como esquistos verdes (espilíticos), ya en microclastos en los tipos más
miloníticos (Sánchez Martínez et al., 2003). Existen, deformados; pero también se constata un desarrollo
además, afloramientos de serpentinitas, que se tratan sin-metamórfico de fenoblastos de albita, afectados o
aparte. no por la deformación milonítica (Lám. 2.1). La epido-
Para el objeto del presente trabajo, es pertinente ta/clinozoisita puede aparecer en finas bandas casi
diferenciar tres tipos litológicos, tal como se expresa monominerálicas (epidositas), pero más frecuente-
en la leyenda del Mapa Geológico: 1) esquistos ver- mente se encuentra diseminada, como pórfido- o
des y metavolcanitas; 2) metasedimentos filíticos; 3) micro-clastos. Esta paragénesis puede atribuirse a
clorito-esquistos cuarzo-piríticos. metamorfismo epizonal (dinámico) de una serie de
fondo oceánico previamente afectada por metamor-
fismo hidrotermal. Se requieren datos más precisos
Esquistos verdes y metavolcanitas (entre otros, composiciones micropuntuales de anfí-
boles y cloritas) para el esclarecimiento total de la
Constituyen el grupo más extenso y característico de evolución P-T-t y de la historia hidrotermal del con-
la Unidad, dentro del cual aparecen, como intercala- junto -investigación en curso-, aunque la microtermo-
ciones o bandas, los otros dos. También es el más metría de inclusiones fluidas aporta ya informaciones
variado. Comprende litologías generalmente ortode- preliminares de interés.
rivadas y de composición básica, metamorfizadas en
grado esquistos verdes, cuyos protolitos no siempre
pueden establecerse con certeza, aunque dominan Metasedimentos filíticos
basaltos espilitizados. Son frecuentes las paragénesis
espilíticas, generalmente afectadas por intensa defor- Comprenden filitas cuarzosas, feldespáticas, grafito-
mación: clorita, albita, epidota, actinolita, cuarzo, sas y metaconglomerados. Mica blanca y cuarzo son
esfena, anatasa/leucoxeno, como minerales más fre- componentes fundamentales, acompañados de canti-
cuentes; pueden aparecer también carbonatos, horn- dades variables de albita, clorita, grafito y, como
blenda, filosilicatos (biotita, sericita) y otros acceso- accesorios, biotita, turmalina, circón, apatito y mine-
rios. Existen, en el acantilado de la Playa de rales oxidados de Ti-Fe (esfena, leucoxeno, opacos...).
Espasante, intercalaciones de una espectacular La textura típica es granolepidoblástica fina, con
secuencia de fondo oceánico, con manifestaciones de micro-bandas alternantes de mica y cuarzo, pero no
lavas almohadilladas y brechas, metaandesitas basál- es raro que por efectos de la deformación derive a
ticas y diques metabasálticos (Arenas, 1988). Esta tipos filoníticos y similares, frecuentes en el entorno
de la Mina Piquito II. Los metaconglomerados contie-
secuencia está intensamente deformada, atravesada
nen grandes fragmentos líticos, de procedencia varia-
por bandas de cizalla miloníticas e intercalada con
da: lavas, areniscas, filitas cloríticas o sericíticas
otras litologías metamórficas (anfibolitas, esquistos
(metacineríticas?), gneises.
verdes, ortoneises y metasedimentos), pero su origen
puede reconocerse todavía con claridad.
Las texturas, a las que la abundancia y la orienta- Cloritoesquistos cuarzo-piríticos
ción de la clorita suelen imprimir su carácter esencial,
son en general lepidoblásticas (a veces grano- o Constituyen el tipo más directamente relacionado
nematoblásticas) a filoníticas, miloníticas o ultramilo- con las mineralizaciones sulfuradas objeto de estu-
níticas, con frecuencia microbandeadas, con porfido- dio, según se constata en las minas Piquitos y
clastos de plagioclasa, anfíbol y epidota, ocasional- Barqueira y en el indicio de Ponte Barbelas. Sin
mente también de sulfuros o cuarzo policristalino embargo, su relación con las litologías más comunes,
(hidrotermal, en las zonas mineralizadas). En general, del tipo designado como esquistos verdes y metaba-
la deformación de tipo dúctil, ligada a los cabalga- sitas, parece transicional, por lo que hay motivos para
mientos, impone su impronta y define la esquistosi- pensar en una evolución gradual, que en ciertas con-
dad dominante S2. La clorita puede estar recristaliza- diciones alcanzaría su diferenciación más extrema en
da y a veces es blastomilonítica. este tipo cuarzo-pirítico. Por ser el encajante normal
Es frecuente en algunas zonas la actinolita neofor- de las mineralizaciones aflorantes (Piquitos,
mada en la matriz, que puede coexistir con porfido- Barqueira, Ponte Barbelas), se describirá con éstas.

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Unidad de Somozas Ortegal, a los que se atribuyen edades de Silúrico-


Devónico o más bien Silúrico Superior y que forman
Ocupa una faja discontinua, de NNE a SSO, en el parte del flanco occidental del anticlinorio del Ollo de
borde oriental del Grupo Moeche-Espasante, además Sapo, aflorante al Este (fuera de la zona de estudio).
de formar un klippe, relicto del desmantelamiento Sus contactos con el Complejo de Cabo Ortegal son
erosivo de la Unidad, al Sur de dicha faja. Sus con- claramente tectónicos, apareciendo cabalgado por
tactos son siempre tectónicos, lo que se aprecia par- las unidades de éste, en particular las del Grupo
ticularmente en el borde E, a lo largo del cual cabalga Espasante-Moeche en la zona de estudio. Por carecer
sobre los metasedimentos silúricos epizonales. de toda relación con los procesos de concentración
Como la Unidad Superior, se caracteriza por agru- mineral estudiados, su Petrología no será objeto de
par litologías meso- y catazonales, orto- y paraderiva- atención particular. Está formado por filitas, filitas fel-
das, aunque tal vez más deformadas y retrogradadas. despáticas, y otras para-rocas (areniscas, liditas, con-
Comprende anfibolitas, neises anfibólicos, plagionei- glomerados), así como meta-volcanitas ácidas e
ses y leuconeises muscovíticos, junto con micaes- intermedias. Dentro de esta Unidad se ha diferencia-
quistos, paraneises y micaesquistos feldespáticos, así do en la cartografia una banda que discurre paralela
como serpentinitas. Por no tener relación con el obje- al frente de cabalgamiento del manto suprayacente y
to de la investigación, no se insiste en el estudio de que viene definida por el carácter milonítico de los
esta compleja unidad; pero existen descripciones materiales que la componen. Asimismo se han carto-
petrográficas detalladas (Argüelles A., in: ENADIM- grafiado niveles de metaareniscas de gran potencia
SA, 1984). Su significado tectono-estratigráfico no que producen crestas características.
está todavía esclarecido por completo, pero según las
últimas correlaciones regionales publicadas (Arenas
et al., 2000) podría corresponderse con las unidades Reconocimiento y geología de labores mineras
basales de otros complejos y representar un segmen-
to basal de la corteza continental de Gondwana, ini- Como ya se ha indicado, las mineralizaciones de
cialmente subducido bajo el apilamiento ofiolítico y mayor interés aparecen exclusivamente en la Unidad
luego exhumado con éste. de Moeche. En las otras unidades aparecen esporádi-
camente mineralizaciones de sulfuros en forma de
diseminaciones o rellenando fisuras, en general de
Serpentinitas del Grupo Espasante-Moeche escaso interés, excepto las mencionadas en las anfi-
bolitas de Pena Escrita.
Constituyen cuerpos discontinuos, de dimensiones Dentro de la Unidad de Moeche se encuentran con
hecto- a kilométricas, separados de las demás unida- frecuencia sulfuros diseminados en todos los tipos
des por contactos mecánicos. Afloran sobre todo en litológicos, pero existe una litología específica -los
la parte suroriental del área estudiada y pueden cloritoesquistos cuarzo-piríticos- en la que esta pre-
incluir lentejones carbonatados marmorizados, como sencia es mucho más notable. La zona en donde esta
el que se encuentra cerca de Moeche. En conjunto, se litología aparece con mayor frecuencia y en donde se
corresponderían con secciones de secuencias ofiolíti- sitúan los indicios más importantes es la limitada al
cas epizonales desmembradas (Arenas, 1983). No se Norte por la falla de A Barqueira y al Sur por los alu-
ha constatado ninguna relación con las minerali- viones cuaternarios del Valle de Moeche (cf. Mapa
zaciones. Geológico, fig. 1). Dentro de esta zona dichos clori-
Se componen esencialmente de antigorita, con tosquistos afloran en diversos puntos. La escasez de
espinelas accesorias (cromita, magnetita, únicos afloramientos, la complejidad tectónica, así como el
relictos observados de la paragénesis ígnea primaria) carácter lenticular de estos niveles, impiden delimi-
y textura esquistosa, replegada. Ocasionalemente tarlos con precisión: las bandas cartografiadas como
contienen talco, clorita, anfíbol, que pueden diferen- cloritosquistos cuarzo-piríticos, en realidad, represen-
ciarse localmente como talcoesquistos, cloritoesquis- tan zonas en donde esta litología es dominante. La
tos, etc., con o sin carbonatos (magnesita, dolomita). banda que presenta mayor desarrollo discurre desde
la mina d’A Barqueira hasta el valle de Moeche, con
una corrida de 9 Km. y una potencia máxima de 300
Autóctono Relativo metros.
Macroscópicamente, estas rocas se muestran
Representado por metasedimentos y metavolcanitas como esquistos de color verde oscuro, con una folia-
epizonales, que afloran al Este del Complejo de Cabo ción muy marcada (S2 hercínica) en los niveles de clo-

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rita, en los que se observan frecuentemente crenula- En la galería principal aparecen filonitas con nive-
ciones de fases tardías. Son muy frecuentes los len- les de cuarzo lenticular y niveles meta-arenosos con
tejones de cuarzo. Presentan sulfuros diseminados, potencias centimétricas a decimétricas, así como fili-
en ocasiones muy abundantes. Generalmente son tas feldespáticas. Los buzamientos son en toda la
cubos de pirita de hasta 1 cm de arista, distribuídos mina muy tendidos. Se observa una gran cantidad de
homogéneamente en la roca o formando lechos para- fallas, en general de gravedad, que desplazan los
lelos a la esquistosidad. Estos lechos pueden llegan a niveles. Al llegar al primer crucero, en el metro 137,
constituir extensos niveles de sulfuros masivos aparece en el techo de la galería un nivel de sulfuros
(como mínimo, del orden 104 m2 de superficie, con masivos con una potencia de hasta 30 cm, que sigue
potencias decimétricas, observados en la Mina un trazado bastante rectilíneo hasta el metro 149,
Piquito II; las referencias acerca de la Mina Maruxa donde es cortado por una falla (Lám. 1.2 y fig. 3,
hablan de niveles explotados del orden 105 m2 de Sección I). Por encima de este nivel hay esquistos
superficie, con potencias métricas, cf. PNAMPM, verdes de pátina gris azulada en mina (cloritoesquis-
1982). tos con pirita, en fig. 3), que incluyen cuerpos lenticu-
lares subhorizontales, de hasta 2 m de potencia, roji-
zos por oxidación debido a la gran abundancia de
Cartografía Geológica pirita, con sulfuros diseminados o en nivelillos masi-
vos centimétricos a decimétricos (cloritoesquistos
Por desgracia, el pésimo estado de conservación y las piríticos, en fig. 3); a veces las proporciones se invier-
labores de acondicionamiento rural -más bien arrasa- ten y son los primeros los que aparecen como relic-
miento de todo vestigio minero visible- realizadas en tos lenticulares en el interior de cuerpos tabulares de
los últimos años han hecho inaccesible una gran cloritosquistos piríticos (roca azul y roca roja, respec-
parte de la información, pero se han podido cartogra- tivamente, en lám.1.3). Estos últimos han sido explo-
fiar las labores todavía no del todo colapsadas tados por el método de cámaras y pilares en dos
(Piquito II, Barqueira y Ponte Barbelas); en el caso de grandes cámaras de 2 m de alto por 20 de ancho y 40
Mina Maruxa, sólo se han podido hacer observacio- de largo y de 2 x 20 x 30 metros. En el transversal del
nes en exterior y estudiar muestras de escombrera. fondo, cerca del pozo, existe una falla que pone en
(Ubicación: tabla 1 y fig.1) contacto las filitas con esquistos verdes y un nivel de
sulfuros masivos subyacente (fig. 3, Sección III). Por
encima aparecen niveles lenticulares de cloritoes-
Minas PIQUITOS quistos con sulfuros diseminados y nivelillos de sul-
furos masivos, explotados en el frente Sur.
Grupo situado en la ladera S del Pico Pena da Cabra, En resumen, una columna general para esta labor
al NE de Moeche. Se distinguen dos subgrupos: sería la representada en la Sección Estratigrafía
Piquito I y Piquito II. Aparente (fig. 3), donde aparecen, de muro a techo:
- Piquito I - Es un conjunto de labores inaccesibles, - Filitas, filonitas y meta-arenitas.
que consisten en una serie de trincheras y galerías - Sulfuros masivos en un nivel tabular de hasta 30
de escaso desarrollo, como indican los planos de cm de potencia.
labores antiguas consultados. Estas labores son - Esquistos verdes con impregnación irregular de
muy antiguas y en ellas no se ha podido acceder a sulfuros (cloritoesquistos con pirita).
la mineralización. - Cuerpos lenticulares de cloritoesquistos cuarzosos
- Piquito II - Es la labor más moderna y en mejor con abundantes sulfuros diseminados y sulfuros
estado de conservación, pues se abandonó a prin- masivos en niveles centimétricos (cloritoesquistos
cipios de los años 60. Consiste en una galería prin- piríticos).
cipal de 226 m de largo, de la que parten dos gale- Estas litologías se corresponden claramente con
rías transversales, en las que están las zonas de las cartografiadas en el exterior de la mina (fig. 1),
explotación. En el metro 200 hay un pozo a super- dentro de la Unidad de Moeche. El primero de estos
ficie. De acuerdo con los planos de labores con- niveles corresponde a los Metasedimentos filíticos y
sultados existe un nivel de explotación superior, al los tres siguientes se integran en la banda cartogra-
que se accede por este pozo, en la actualidad fiada como Cloritoesquistos cuarzo-piríticos. Es inte-
impracticable, por lo que dicho nivel no ha podido resante notar la ausencia, prácticamente total, de sul-
ser reconocido. Las galerías accesibles y su carto- furos en los metasedimentos de muro y la
grafía geológica se representan en las figuras 3 y 4. concordancia de éstos con el nivel de sulfuros masi-

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LEYENDA
Cloritoesquistos piríticos
Cloritoesquistos con pirita

Meta-pirita
Filitas, filonitas y meta-arenitas

Sección

Bocamina

Pozo
39 Muestra PMO-P-RC-39
03/8 Muestra 03/12/00/8
Zona explotada (cámaras y pilares)
Esquistosidad y buzamiento

Falla (normal) y buzamiento

ESTRATIGRAFÍA APARENTE SECCIONES ESQUEMÁTICAS


(ESQUEMA IDEALIZADO) (NO A ESCALA)

* ESQUEMA SIMPLIFICADO, PROYECTANDO EN


PLANO HORIZONTAL LOS TRES NIVELES DE
LABORES ACCESIBLES (SECTORES 4, 3 Y 7)

Fig. 3. Mina “Piquito II”: Cartografía Geológica y Planos de Labores


Fig. 3. Geological sketch-map and underground works of the Piquito II mine

Fig. 4. Mina “Piquito II”: cortes geológicos (sectores 4 y 5 de la fig. 3)


Fig. 4. Piquito II mine: geological cross-sections (refer to fig. 3 for location)

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Castroviejo, R. et al. 2004. Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos en los... Boletín Geológico y Minero, 115 (1): 3-34

vos, aunque los contactos pueden estar milonitiza- se acuña y llega a desaparecer. El conjunto está muy
dos. Como se verá, esta serie estratigráfica, tal como fracturado y la roca presenta un aspecto cataclástico
se observa en Piquito II, está invertida. muy acusado, que se superpone a una intensa defor-
Se han tomado sistemáticamente (figs. 3 y 4) mación dúctil.
muestras para su estudio mineralógico, petrográfico En las galerías secundarias, situadas al SE de la
y geoquímico. De estas últimas (de 10 kg. cada una, principal, aparecen sendos cuerpos lenticulares,
en rozas verticales, sobre los cloritoesquistos; mues- aproximadamente paralelos al conjunto explotado en
tras del nivel completo en los sulfuros masivos) resul- la galería principal, de cloritoesquistos piríticos relati-
taron contenidos totales de hasta 1,65% Cu en el nivel vamente ricos y fuertemente deformados, encajados
de sulfuros masivos (tabla 2). en esquistos verdes con pirita diseminada, más
pobres en sulfuros.
Todo este conjunto aparece envuelto en esquistos
Minas d’ A Barqueira verdes más banales, estériles, de la Unidad de
Moeche. Éstos tienen, sin embargo, algunas peculia-
Situadas junto al pueblo del mismo nombre (Término
Municipal de Cerdido), consisten en una serie de
pozos verticales, realces y galerías, habitualmente
colapsadas, que por lo que se ve explotaron un
paquete, prácticamente vertical, de niveles de sulfu-
ros. La figura 5 muestra en esquema las galerías
todavía practicables, con su correspondiente carto-
grafía geológica y ubicación de muestras. Estas gale-
rías representarían sólo un 20% del total, según la
información disponible. La estructura es visible en la
sección I-I’ (figura 6).
El socavón o galería principal (GP, fig. 6), de 175 m
y realzada desde el metro 60 hasta casi el final, sigue
el trazado de una zona de falla subvertical, de rumbo
medio N 30ºE. Las frecuentes eflorescencias cuprífe-
ras (lám. 1.4) sugieren mayores leyes en cobre que en
Piquito II. Existen tres pozos a superficie y los realces,
en algunos lugares, llegan hasta la ladera del monte,
a 30 m de altura. De esta galería principal parten
transversales de escasa longitud y recortes de inves-
tigación, que atraviesan varias fallas y han descubier-
to zonas mineralizadas menores, con diseminaciones
LEYENDA
de pirita y calcopirita (lám. 1.4). Dichas labores han
Cloritoesquistos piríticos
dado lugar a dos galerías secundarias (G2 y G3, fig. 5)
Nivel rico en sulfuros masivos
sub-paralelas a la principal, que siguen sendos cuer- y diseminados
pos mineralizados, pero que no han tenido continui- Esquistos verdes
con sulfuros diseminados
dad en nuevos frentes de explotación.
Esquistos verdes estériles
El cuerpo mineralizado principal, cuyo trazado
Chimenea
coincide con el de la galería, es apenas visible, dado Coladero
el estado de las labores. Aparece como un nivel de Muestra
Contacto observado
sulfuros masivos verticalizado y fuertemente defor- Contacto supuesto
Sección
mado, con potencias decimétricas en algunas zonas, Falla/-supuesta y buzamiento
pero frecuentemente reducido a un paquete de nive-
Esquistosidad y buzamiento
lillos centimétricos, encajados en una zona de fractu-
ra de potencias métricas; se observan cuerpos irregu-
lares de sulfuros masivos de hasta 50 cm. En la zona
Fig. 5. Mina D’A Barqueira: Cartografía Geológica y Plano de
de mayor potencia, junto al pozo central, este paque- Labores
te explotado alcanza una potencia de 4 m., pero Fig. 5. Geological sketch-map and underground works of the
siguiendo la galería, hacia el NE y SO de dicho pozo, Barqueira mine

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Piquito II, aunque es de notar la ausencia de los meta-


sedimentos filíticos y la mayor abundancia de esquis-
tos anfibólicos en A Barqueira.

Mina MARUXA

Parece haber comprendido un importante grupo de


labores, con varios pozos y galerías -planta metalúr-
gica incluída: Lám. 1.1-, situado cerca de la localidad
de Cabanas, unos 3 km al SE de Barqueira. En 1984 se
LEYENDA veían todavía, aparte de una importante escombrera,
Cloritoesquistos piríticos
vestigios de labores y la entrada de la galería princi-
pal, que hacían pensar en explotaciones por cámaras
Nivel rico en sulfuros masivos y diseminados
y pilares de sulfuros masivos con buzamientos próxi-
Esquistos verdes con sulfuros diseminados mos a la horizontal, como en Piquito II (ENADIMSA,
Esquistos verdes estériles
1984). Actualmente el lugar está totalmente recubier-
to -Lámina 1.1- y son muy escasos los vestigios que
Zona explotada (realces)
Contacto litológico
quedan de la escombrera, de la que procede el mate-
Falla rial estudiado.
Esquistosidad/bandeado

GP, G2, G3, Galerías (Principal, 2 y 3 )

Ponte Barbelas y otros indicios


Fig. 6. Mina D’A Barqueira: Sección I-I’ de fig. 5 (croquis)
Fig. 6. Cross-section (I-I’ in fig. 5) of the Barqueira mine Se trata de rocas cloríticas hojosas, similares a las de
Piquito II, con sulfuros diseminados que tienden a
adoptar una disposición bandeada paralela a la
ridades: su mayor riqueza en anfíbol (frecuentes esquistosidad, en finos nivelillos de espesores del
esquistos actinolíticos/hornbléndicos), su milonitiza- orden mm/cm, constituídos esencialmente por pirita
ción generalizada, a la que se superpone la brechifi- recristalizada, cuyo estudio no añade ninguna nove-
cación ligada a las fracturas mencionadas y la defor- dad a lo ya observado en dicha mina. Destacan las
mación hercínica tardía que, en el limitado espacio de labores abandonadas al lado de Ponte Barbelas, a
observación del interior de la mina (v. Sección I-I’, fig. unos 3 km al SSO de A Barqueira (fig.1). Pertenecen a
6), hace pasar la esquistosidad S2 de subhorizontal (al la banda de cloritoesquistos cuarzo-piríticos que se
E) a subvertical (al O). Restituído el conjunto a su prolonga, hacia el Norte, hasta la zona de A
morfología original (pre-Fase 3), resultaría similar a Barqueira.

MUESTRA TIPO CONTENIDO en ppm Zn Au/Ag x 102 Cu


M=Masiva Cu Pb Zn Au As Ag ----------- -----------
D=Diseminada Zn+Pb Cu+Zn

1 M 15.000 90 610 0,18 70 7 0,87 2,6 0,96


2 M 2.400 90 150 0,16 55 3 0,625 5,3 0,94
3 M 10.050 70 690 0,20 55 5 0,91 4 0,98
4 M 16.500 70 320 0,23 60 8 0,82 2,9 0,98
5 D 970 20 260 0,13 15 4 0,93 3,2 0,79
6 D 370 30 500 0,08 20 3 0,94 2,7 0,43
7 D 510 20 470 0,08 10 2 0,96 4 0,52
8 M 8.000 90 160 0,17 50 7 0,64 2,4 0,99
9 M 3.500 50 530 0,12 15 6 0,91 2 0,87
10 M 1.580 30 570 0,06 15 3 0,95 2 0,73

Tabla 2. Mineralizaciones sulfuradas (Mina Piquito II): resultados analíticos y parámetros geoquímicos
Table 2. Analytical results and geochemical data on sulfide ores from the Piquito II mine

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1.1 1.2

1.3 1.4

1.5 1.6

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Análisis estructural de los cuerpos mineralizados sin-metamórfica, que podría obliterar S0 o coincidir
con ella, por transposición. Los pliegues menores
Se ha procedido a un análisis comparativo de la geo- observados no se manifiestan en el estereograma.
metría del entorno y de los cuerpos mineralizados, Los dos sectores estudiados del nivel masivo -fig. 7 a
por sus implicaciones para la interpretación genética y b, se han medido contactos de muro o de techo del
del yacimiento. Como referencia general del entorno, nivel- no presentan diferencias significativas entre sí.
se parte de las proyecciones estereográficas ya dis- En lo esencial coinciden también con el estereograma
cutidas (fig. 2). de “S0” de las filitas inferiores (Figura 7 c); la disper-
sión ligeramente mayor que se observa en éste
podría explicarse simplemente por la menor compe-
Minas Piquitos tencia de estas rocas en comparación con el nivel pirí-
tico. Al reunir todas estas medidas en un solo este-
El único elemento estructural constante y manifiesto reograma S0 (Figura 7 d), se observa que se obtiene
es un plano de orientación media N 30ºE, 15-20ºO un resultado prácticamente equivalente al de las S
(máxima concentración de polos de 164 medidas: N (Figura 7 e) y S2 (fig. 7 f), si bien con una dispersión
30ºE, 19ºO). Ésta es, en líneas generales, la orienta- ligeramente mayor para S0, como corresponde a una
ción dominante de todos los contactos bien defini- transposición que no ha llegado a la obliteración total
dos, de la esquistosidad y del fino bandeado compo- de S0.
sicional paralelo a dicho plano. No se ven estructuras La geometría de los cuerpos masivos principales
plegadas a gran escala, pero sí apretados meso y excluye su origen por movilización metamórfica, por
micropliegues sobre bandas o lentículas de cuarzo y consideraciones espaciales evidentes: se trata de
de sulfuros, cuya superficie axial tiende a confundirse cuerpos tabulares extensos y continuos, esencial-
con dicho plano dominante. mente paralelos a la esquistosidad (comparar figs. 7
Se han medido las superficies siguientes en distin- d y 2 b) y, por tanto, precisamente en posición trans-
tos sectores de la mina, para su análisis en proyec- versal a la compatible con dicho origen (la de las
ción estereográfica: S0, hipotéticos planos de estratifi- vetas extensionales); esta geometría puede, en cam-
cación; S2, esquistosidad dominante; S, restantes bio, explicarse fácilmente mediante transposición
superficies, en las que suele coincidir la orientación tectónica de cuerpos preexistentes, concordantes con
de los filosilicatos y la del bandeado. S0. Se trata de cuerpos metamorfizados, no metamor-
Los estereogramas obtenidos -fig. 7, comparar d, e fogénicos. Otras observaciones (mineralógicas y tex-
y f- no muestran diferencias esenciales entre S0, S2 y turales, como se verá) lo corroboran.
S, lo que concuerda con la conclusión de que la única Teniendo en cuenta el ámbito geológico de los
superficie penetrativa que puede distinguirse sin protolitos (basaltos de fondo oceánico, cf.
lugar a dudas en la Unidad de Moeche es la esquisto- Petrología), estos resultados sugieren un origen vol-
sidad de segunda fase, S2, ligada a la milonitización cano-sedimentario de los niveles masivos de sulfuros

Lámina 1: 1.1. Único vestigio que subsiste de la Mina Maruxa: chimenea de la planta. Denso recubrimiento vegetal sobre los cloritoes-
quistos de la Unidad de Moeche; 1.2. Nivel subhorizontal de sulfuros masivos (a la altura de la mano), concordante sobre unidad de meta-
sedimentos filíticos, interrumpido por falla normal (señalada) que hace aparecer elevada, a la izquierda, dicha unidad metasedimentaria.
A techo del nivel pirítico masivo aparece la banda de cloritoesquistos cuarzo-piríticos (detalle en lám. 1.3.). Esta imagen muestra una sec-
ción completa de la estratigrafía (invertida) que puede observarse en la Mina Piquito II; 1.3. Cloritoesquistos cuarzo-piríticos de la Unidad
de Moeche en frente abandonado (a techo del nivel de sulfuros masivos de 1.2.): cuerpo masivo de color pardo-rojizo (roca roja rica en
pirita, parcialmente limonitizada: cloritoesquistos piríticos) con lentejón relicto oscuro (roca azul, rica en epidota y actinolita: cloritoes-
quistos con pirita); 1.4. Entramado de vetillas y segregaciones sulfuradas ricas en calcopirita (eflorescencias de azurita y crisocola) reple-
gadas (Fase 3, plano axial vertical) en cloritoesquistos piríticos, próximos a la falla de la galería principal. Mina A Barqueira; 1.5. Típico
aspecto de la mineralización sulfurada masiva, con orientación tectónica, microbrechificada (Mina Piquito II). Muestra de mano pulida lon-
gitud aproximada en torno a los 10 cm; 1.6. Típico aspecto de la mineralización sulfurada bandeada milonítica (Mina Maruxa). Muestra
de mano pulida, longitud aproximada en torno a los 10 cm
Plate 1: 1.1. Surroundings of Maruxa Mine: thick soil and vegetation cover on the Moeche chlorite schists; plant chimney, only visible rem-
nant of the mine; 1.2. Inverted stratigraphy in the Piquito II mine (from top to bottom): feeder zone, represented by chlorite-pyrite schists
(detail in 1.3), massive sulfide bed (hand level), and phyllitic metasediments; the normal fault pointed out cuts the whole section, letting
only the phyllites crop out to the left; 1.3. Quartz pyrite chlorite schists of the Moeche Unit, in the Piquito II mine, above the massive sul-
fide bed: mass of red rock (oxidized pyrite chlorite schist) with relict lenses of blue rock (pyrite bearing epidote actinolite chlorite schists);
1.4. Deformed and folded copper-rich stockwork (enhanced by secondary azurite and crysocolla) in pyrite chlorite schists, Barqueira Mine;
1.5. Polished handsample of typical Piquito II massive sulphide ore, showing microbrecciation and tectonic orientation (length of sample
about 10 cm); 1.6. Polished handsample of mylonitic banded massive sulphide ore from the Maruxa Mine (length of sample about 10 cm)

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Fig. 7. Orientaciones de la estratificación (S0), esquistosidad (S2) y otras superficies (S) en sulfuros masivos y encajante de la mina Piquito
II. Proyección estereográfica de polos en falsilla de Schmidt. Explicación y discusión en texto
Fig. 7. Orientation of bedding (S0), schistosity (S2) and other surfaces (S) in massive sulphides and host rocks, Piquito II mine.
Stereographic projection of poles in equal area net. See text for explanation and discussion

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Castroviejo, R. et al. 2004. Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos en los... Boletín Geológico y Minero, 115 (1): 3-34

y de la roca de caja, obliterándose posteriormente las epizonales, esquistos clorítico-anfibólicos en este


estructuras primarias por laminación tectónica, con caso. Se observan fuertes cambios en la orientación
deformación dúctil penetrativa -excepto en el interior de S2. Ésta pasa gradualmente de buzamientos sub-
del nivel masivo: Lámina 1.5- y desarrollo de esquis- horizontales, al E de la Mina, a subverticales en la
tosidad milonítica sin-metamórfica, causa de la trans- galería principal y fuertemente inclinados (hacia el O)
posición casi total de las estructuras primarias (S0 y a lo largo del transversal O a partir de dicha galería
raíces o vetas del stockwerk subyacente). La conse- (Sección I-I’, figs. 5 y 6), dibujando un amplio pliegue
cuencia de esta interpretación es que la estructura de eje norteado y plano axial subvertical, explicable
actual está invertida. En efecto, el techo del yacimien- por deformaciones tardi-hercínicas (Fase 3). En su
to sólo puede estar representado por las filitas (esté- parte central, más verticalizada y coincidiendo preci-
riles, inalteradas, y, por tanto, post-mineralización) y samente con el nivel principal de sulfuros, este plie-
la zona de raíz (alterada y con mineralización gue está afectado por una falla o superficie de despe-
diseminada o en vetillas), por los cloritosquistos gue, probablemente coetánea y condicionada por el
superiores. marcado contraste reológico entre la metapiritita y
los cloritoesquistos.

Mina Barqueira
Mina Maruxa, Ponte Barbelas, Pena da Cabra y otros
Por sus condiciones de afloramiento y de seguridad, indicios
esta mina no ha podido ser investigada con el mismo
detalle que Piquito II. La galería sigue una fractura Las observaciones realizadas sobre las restantes
-más bien, zona de falla- de dirección N 30ºE y buza- manifestaciones sulfuradas reconocidas en la Unidad
miento 80º E a vertical, en cloritoesquistos similares a de Moeche se conforman al mismo modelo. En Mina
los de Piquito II, excepto en la mayor abundancia de Maruxa se observan masas laminadas al estilo de
anfíbol en Barqueira. Como en Piquito II, hay dos Piquito II e incluso más deformadas, con pliegues en
tipos de mineralizaciones sulfuradas (piríticas): masi- vaina del encajante esquistoso (Lámina 1.6), que evi-
vas y diseminadas. Las primeras forman cuerpos dencian un pronunciado carácter dúctil.
tabulares o lenticulares de potencias variables (10 a
50 cm), a veces cizallados o aparentemente boudina-
dos, que se disponen a lo largo de la zona de falla, Petrología
paralelamente al plano de ésta. Su aspecto recuerda,
en apariencia, al de un filón o serie de filones de piri- La Unidad de Moeche, encajante de las mineraliza-
ta paralelos o subverticales, pero no hay vestigios ni ciones, ha sido interpretada como integrante de una
de estructuras de relleno filoniano ni de alteraciones serie ofiolítica, metamorfizada y actualmente disloca-
específicas en el encajante. Las mineralizaciones da en diversos bloques (Arenas, 1988). Los esquistos
diseminadas no se diferencian en nada de las de cloríticos (metabasitas), típica litología de la unidad,
Piquito II. En síntesis, no se han observado otras dife- representan basaltos de fondo oceánico, de composi-
rencias entre las mineralizaciones de ambas minas ción tholeítica equivalente a N-MORB, pero con
que la distinta orientación de los cuerpos masivos y influencias de una corteza continental extremada-
las inherentes a las acciones tectónicas, aunque el mente atenuada (Sánchez Martínez et al., 2003). El
aspecto de ambas explotaciones -grandes realces, metamorfismo, superpuesto al hidrotermal de fondo
sobre la zona de falla subvertical, en A Barqueira; oceánico, se desarrollaría durante la colisión hercíni-
cámaras y pilares en Piquito II- sea totalmente distinto. ca (364 Ma, Dallmeyer et al., 1997), en unas condicio-
Por lo que respecta a la estructura, en conjunto, nes P-T estimadas en torno a 3 kb y 400ºC (Arenas,
podría resumirse en una geometría fuertemente lami- 1988), a partir de los siguientes datos (íbid.): el baró-
nada como la de Piquito II, pero, a diferencia de ésta, metro de Brown (1977) sugiere 2 Kb de presión, mien-
posteriormente deformada (tanto So, transpuesta, tras que el termobarómetro de Plyusnina (1982) indi-
como S2, figs. 5 y 6). Está verticalizada y brechificada ca 425ºC y 2,5 Kb y el solvus moscovita-paragonita
en la parte más rica, en la que el nivel sulfurado apa- (Eugster et al., 1972), 300 a 400ºC, siempre para los
rece reducido a jirones y afectado por movilizaciones esquistos miloníticos de la Unidad de Moeche o, en el
parciales. Falta la zona filítica, pero la zona de raíz o último caso, para las metapelitas y metabasitas. En
stockwerk -muro estratigráfico del yacimiento- está cualquier caso, hay coincidencia en el grado epizonal
representada, como en Piquito II, por metavolcanitas y en un metamorfismo de baja presión. Teniendo en

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cuenta la mineralogía realmente observada en los natados, epidositas/epidositas anfibólicas, cloritoes-


esquistos verdes, el primer barómetro, basado en el quistos anfibólicos, cloritoesquistos cuarzo-albíticos
contenido en crossita de los anfíboles cálcicos, es el y cloritoesquistos cuarzo-piríticos, ricos en sulfuros.
que parece más directamente aplicable, ya que la Se han diferenciado tres tipos principales, por su sig-
composición del par plagioclasa-hornblenda utilizado nificado petrológico: cuarzo-cloríticos, cuarzo-cloríti-
en el segundo es inferida. Por ello se retiene, de co-albíticos y con clorita-albita-actinolita-epidota-
momento, como posiblemente más significativo para cuarzo; cualquiera de los tres tipos puede tener
el metalotecto estudiado el valor de 2 Kb. además, en las zonas mineralizadas, sulfuros como
El entorno inmediato de las mineralizaciones se ha componente principal.
caracterizado por una sección típica de la mina La estructura, siempre orientada, puede ser masi-
Piquito II (cf. Cartografía y figs. 3 y 4), cuyas litologías va o bandeada; en este caso, se producen alternan-
se describen a continuación (las mineralizaciones sul- cias de tipos dominados por dos o tres minerales, a
furadas, aunque asociadas a los cloritoesquistos veces incluso monominerálicos (epidositas, clorititas,
cuarzo-piríticos, se tratan en apartado específico). Las bandas actinolíticas o piríticas, microbandas de cuar-
secciones correspondientes a las demás minas pue- zo, ya granoblásticas ya en ribbon, de carbonato,
den considerarse análogas, aunque menos comple- etc.). Pueden citarse como ejemplos característicos
tas: faltan los metasedimentos filíticos, estando los las alternancias ya sea de clorita + epidota y de cuar-
sulfuros encajados en cloritoesquistos, a muro y a zo + clorita + albita, ya de pirita +/- clorita o actinolita
techo (cf. figs. 5 y 6). y de cuarzo +/- clorita o bien de clorita + actinolita +
Los metasedimentos comprenden finas alternan- esfena/leucoxeno y de carbonato + cuarzo, que origi-
cias de meta-lutitas (filitas) y meta-arenitas (a menu- nan marcados contrastes de color a escala milimétri-
do feldespáticas), frecuentemente miloníticas (filoni- ca, dentro del tono verde oscuro dominante de la
tas) y más o menos recristalizadas; ocasionalmente roca.
dominan bandas filosilicatadas (cloríticas y/o mosco- Las texturas, normalmente lepidoblásticas a lépi-
vítico-sericíticas) más potentes, que pueden inducir a do-granoblásticas de grano fino a medio, con fre-
confusión con los cloritoesquistos de techo, pero en cuencia son miloníticas a ultramiloníticas, manifies-
general éstos son mucho más homogéneos, frente al tas o relictas (Lám. 2.2), con una esquistosidad
aspecto finamente tableado de los metasedimentos. dominante (S2), paralela a la esquistosidad milonítica
La fracción detrítica está constituída principalmente y a veces crenulada (por S3). Se observan frecuentes
por cuarzo, albita y filosilicatos, aunque éstos mani- pórfido- a micro-clastos de pirita, albita, esfena, ana-
fiestan una blastesis metamórfica dominante y no es tasa y epidota, así como de actinolita u hornblenda,
fácil diferenciar la primera generación; como acceso- ocasionales “peces” de mica o clorita y fragmentos
rios se observan esfena/leucoxeno (a veces abundan- de roca más o menos triturados, entre los cuales des-
te), anatasa, turmalina, apatito, grafito, circón, mag- tacan los de vetas de cuarzo hidrotermal, aunque este
netita, ilmenita, limonita y sulfuros. Éstos (pirita, mineral muestra habitualmente una deformación
esfalerita, calcopirita y pirrotina) se encuentran única- dúctil, con ribbon más o menos recristalizados. La
mente en las zonas en contacto inmediato con el nivel blastesis post-milonítica es también bastante común
masivo (salbanda de escasos mm de espesor) y y se manifiesta de forma espectacular en los sulfuros
muestran evidencias de movilización hidrotermal, (pirita sobre todo: Lám. 2.2), pero también en la apa-
probablemente condicionada por el metamorfismo rición de texturas granoblásticas y/o granolepidoblás-
dinámico. Es notable la abundancia de albita, blasto- ticas a lepidoblásticas sobre las miloníticas relictas.
psammítica pero análoga a la que se encuentra en los La deformación, intensa y de carácter dúctil, se
cloritoesquistos de techo. acentúa más en estrechas bandas de cizalla, con
Los cloritoesquistos cuarzo-piríticos comprenden, intercalaciones de roca menos deformada, en la que
en detalle, tipos petrográficamente variados, pero a menudo se observan texturas pre-deformación bien
generalmente locales y muy subordinados a las lito- preservadas, como ocurre con los abundantes micro-
logías dominantes, cuarzo-cloríticas o actinolíticas, litos de albita diseminados en los cloritoesquistos.
con albita, pirita (+/- calcopirita), esfena, anatasa/leu- Estos microlitos no pueden interpretarse sino como
coxeno y epidota/clinozoisita, como acompañantes relictos de texturas primarias de las metavolcanitas.
habituales, a los que en ocasiones se añaden carbo- Coexisten con fenoblastos y pórfido-clastos de
natos (calcita) y/o hornblenda. Desde el punto de albita de generación indudablemente metamórfica
vista petrográfico, pueden definirse cloritoesquistos (Lám. 2.1).
albíticos, cloritoesquistos albítico-epidóticos carbo- En general, la deformación en condiciones epizo-

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nales no parece alterar el equilibrio mineralógico pre- Las texturas son masivas, a veces finas o incluso
viamente establecido, aunque actúan mecanismos de colomorfas relictas, pero frecuentemente recristaliza-
disolución por presión y de reprecipitación, es decir, das (meta-piritita) o brechificadas. En este último
de transferencia por disolución (solution-transfer, caso, puede aumentar la cantidad de ganga, como
Durney, 1972), los cuales llegan a ser generalizados cemento, a veces hasta proporciones considerables
en el caso de los sulfuros. Puede pensarse que las (próximas al 50%, localmente). Los contactos con el
asociaciones metamórficas pre-hercínicas sobrevivie- encajante se producen a través de salbandas milimé-
ron -al menos en parte- también durante este episo- tricas, frecuentemente tectonizadas, en las que puede
dio. En otras palabras, las diferenciaciones metamór- reconocerse una zona transicional, milonítica o bre-
ficas mencionadas, difíciles de explicar mediante un choide, con movilización parcial de sulfuros, entre el
metamorfismo regional isoquímico y de génesis tam- encajante y la meta-piritita. En casos extremos, la sal-
poco evidente por metamorfismo dinámico (es decir, banda se reduce a una fina banda arcillosa, muy
por procesos puramente mecánicos de diferencia- deleznable.
ción), apuntan a un protolito previamente diferencia- La pirita, componente esencial de las meta-piriti-
do. El metamorfismo de fondo oceánico, esencial- tas, suele mostrar anisotropía óptica anómala. Sus
mente metasomático, proporciona una explicación texturas más frecuentes son idio- a granoblásticas y
plausible. Según las investigaciones sobre sistemas cataclásticas; en este caso, no es raro que esté
actuales de dorsal oceánica (Mottl, 1983), con relacio- cementada y corroída por calcopirita o, más rara-
nes fluído-roca o WRR (Water-Rock Ratio) crecientes mente, por ganga. La cataclasis es un fenómeno ubi-
se producen, progresivamente, las asociaciones clori- cuo, que se traduce habitualmente en fragmentación
ta + epidota + albita + actinolita + cuarzo (WRR bajos), o brechificación, en distintos grados, de la masa pirí-
clorita + albita + cuarzo y clorita+cuarzo (WRR altos), tica (Lám. 2.3), la cual puede convertirse en auténticas
equivalentes a las aquí descritas. cataclasitas -luego más o menos recristalizadas- o,
En Maruxa, aun siendo dominantes los tipos des- localmente, deformarse por flujo cataclástico. Se
critos, existen litologías peculiares, muy ricas en hie- aprecian también frecuentes efectos de presión-diso-
rro pero no sulfuradas, sino oxidadas (magnetita y/o lución sobre los cristales o clastos de pirita, que pue-
hematites dominan sobre pirita o calcopirita), ban- den dar lugar a movilizaciones locales, mediante
deadas o no; casi siempre deformadas, a veces meta- transferencia por disolución (Durney, 1972). Estos
somáticas y granoblásticas, como las corneanas o fenómenos de deformación, que ocurren típicamente
esquistos de magnetita-estilpnomelana o de magne- en el dominio frágil para la pirita, se han observado
tita-calcopirita (Lám. 2.5). La formación de estas rocas actuando únicamente a pequeña escala y no alteran
con abundante estilpnomelana implica condiciones en lo esencial, a escala mesoscópica, la morfología
epizonales y un protolito muy rico en Fe y pobre en Al tabular del nivel pirítico, que se comporta como un
y Mg, previsible en condiciones exhalativas. estrato competente, con cizalla paralela a sus contac-
tos, concentrándose el movimiento sobre las salban-
das, más dúctiles, en las que se produce el mayor
Mineralogía, geoquímica, termobarometría y génesis contraste reológico y los posibles despegues. No obs-
de las formaciones sulfuradas tante, dicho nivel aparece, en ocasiones, truncado o
dislocado por fallas tardías (normales en Piquito II) En
Por su similitud, se tratarán conjuntamente todas las general, las deformaciones son más intensas y ubi-
minas e indicios, descritas según el modelo de cuas en la mina Barqueira, fuertemente afectada por
Piquito II, que muestra la serie litológica más comple- episodios tardíos.
ta y menos deformada, aunque se comentarán al final Calcopirita es un acompañante ubicuo de pirita,
algunas peculiaridades (Maruxa). aunque habitualmente accesorio o escaso. No obs-
El nivel masivo está constituído por una masa tante, puede llegar a ser abundante: de las medidas
estratiforme sulfurada, con potencias en torno a 15 a de composiciones modales, realizadas mediante aná-
50 cm y dimensiones laterales reconocidas del orden lisis digital de imagen, sobre muestras seleccionadas
del centenar de m, aunque pueden ser mayores. La en algunos frentes, resultan contenidos de calcopirita
composición es esencialmente pirítica, con cantida- de hasta el 30% del total de sulfuros. Se encuentra
des subordinadas de ganga silicatada (ocasionalmen- frecuentemente incluída en pirita; también interstiti-
te carbonatada); la relación ponderal sulfuros/ganga cal o como cemento, en las masas piríticas cristalinas
suele oscilar entre 80/20 y 90/10. En Mina Maruxa o brechificadas (Lám. 2.3); otras veces, diseminada,
magnetita y hematites son frecuentes. en lentículas o en microfisuras en la ganga. Cuando

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no está blindada en pirita o bloqueada en los espa- frágil-dúctil para pirita y esfalerita, pero sí para calco-
cios intersticiales de agregados piríticos rígidos, su pirita.
comportamiento es dúctil y puede movilizarse plásti- En el encajante cuarzo-pirítico, los sulfuros forman
camente. Recristaliza con facilidad y puede presentar ya sea diseminaciones en el sentido estricto (cristales
texturas granoblásticas, desarrolladas incluso en o agregados dispersos), ya cuerpos lenticulares
microlentículas deformadas. Esfalerita, acompañante (segregaciones o vetillas, en general intensamente
también frecuente, es sin embargo muy raramente deformadas, de dimensiones centimétricas a decimé-
abundante: los contenidos modales medidos por aná- tricas), igualmente dispersos y generalmente orienta-
lisis digital de imagen son habitualmente <0,1% y dos según la esquistosidad, es decir, replegados con
sólo en una muestra, con 4% modal, se acerca al planos axiales paralelos a la esquistosidad o trans-
rango de componente principal. Es de notar que puestos según dicho plano. Las diseminaciones, asi-
dicha muestra procede de la Mina Barqueira, la única mismo, se alinean paralelamente a la esquistosidad.
donde este mineral llega a abundar. Generalmente A escala mesoscópica (afloramiento en mina), el
forma pequeñas inclusiones en pirita -las de mayor contenido de sulfuros permite diferenciar empírica-
tamaño muestran a veces emulsión de calcopirita-, mente dos tipos en los cloritoesquistos cuarzo-piríti-
pero puede presentarse también intersticial y, a cos: roca roja (rica en pirita, con pátina pardo-rojiza
veces, en microclastos o en pequeños augen, en ban- por limonitización) y roca azul (más pobre en pirita,
das miloníticas o intensamente deformadas. por lo que domina el color oscuro del esquisto). Estas
Otros componentes habituales pero escasos son rocas han sido cartografiadas, respectivamente,
galena, pirrotita, magnetita, hematites, marcasita y, como cloritoesquistos piríticos y como cloritoesquis-
muy escasos (o en trazas), mackinawita, linneita, tos con pirita (cf. figs. 3 y 4). Su estudio microscópico
cubanita, oro nativo y plata nativa o electrum. Suelen muestra que la roca azul es rica en actinolita, epidota,
presentarse en pequeñas inclusiones en pirita o en albita, esfena, anatasa/leucoxeno y carbonato, ade-
calcopirita; el oro nativo, a veces, movilizado en más de clorita y cuarzo. La roja se compone esencial-
microfisuras. La pirrotita puede haber sido más fre- mente de clorita, cuarzo y pirita (calcopirita, esfaleri-
cuente de lo que parece, a juzgar por las texturas bir- ta, etc.), con los demás componentes citados
d’s eye (pirita, marcasita) encontradas. Como compo- subordinados a ausentes, lo que corresponde a una
nentes secundarios, de origen supergénico, se diferenciación metasomática más acusada del proto-
encuentran covellina y limonita frecuentes, calcosina lito, según se ha discutido.
escasa y, ocasionalmente, eflorescencias de malaqui- Las composiciones mineralógicas de las menas
ta, azurita, crisocola, calcita o yeso, que pueden ser son similares a las del nivel masivo. Existen genera-
abundantes. ciones pre-, sin- y post-deformación, caracterizadas
En resumen, se destacan los siguientes rasgos por texturas similares a las ya descritas. No obstante,
característicos del nivel masivo: mineralogía muy los fenómenos de presión-disolución y de transferen-
simple (pirita y calcopirita esencialmente, esfalerita cia por disolución (Lám. 2.4) son aquí mucho más
muy subordinada), aunque entre los minerales pre- ostensibles, favorecidos sin duda por el contraste
sentes como trazas haya algunos poco comunes; tex- mecánico entre el encajante, más dúctil, y la pirita,
turas con marcada impronta de un metamorfismo más rígida, así como por la mayor disponibilidad de
dinámico que afecta a una piritita previamente crista- fluídos acuosos en las litologías filosilicatadas.
lizada (poikilo- e idioblastos truncados) y que, a su En síntesis, por lo que respecta al encajante puede
vez, es parcialmente obliterado por episodios ulterio- decirse que: la concentración de sulfuros se relaciona
res de recristalización, en buena parte ligada a meca- con la diferenciación cuarzo clorítica; la mineraliza-
nismos de transferencia por disolución puntuales; ción sulfurada es pre-tectónica y está fuertemente
movilización metamórfica de los sulfuros por fenó- deformada; calcopirita tiene un comportamiento dúc-
menos de presión-disolución, frecuentes pero muy til, pirita y esfalerita reaccionan rígidamente y se
limitados en términos de distancia de transporte; deforman por cataclasis y por mecanismos de pre-
escasos vestigios de texturas primarias: únicamente sión - disolución - reprecipitación generalizados; los
fantasmas o relictos coloformes y de framboides par- fenómenos de movilización tienen un alcance muy
cialmente recristalizados, que sugieren un medio de limitado en el espacio; la geometría original, definida
deposición submarino y apuntan a una génesis vol- por diseminaciones y vetillas sobre un protolito
cano-sedimentaria; los mecanismos de deformación basáltico de fondo oceánico alterado, puede recono-
constatados en la meta-piritita sugieren que el meta- cerse todavía y corresponde, abstracción hecha de la
morfismo dinámico no llegó a superar la transición laminación tectónica, a la zona de raíz -stockwerk o

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stringer zone- característica de las concentraciones el 60%, excepto en la muestra de Maruxa (1,5%, con
de sulfuros masivos volcano-sedimentarios (VMS). 20% de hematites en su lugar).
En Mina Maruxa, la imposibilidad de observación Desde los puntos de vista minero y metalogenéti-
directa es una seria limitación para el estudio de estas co, debe advertirse que los contenidos (ponderales)
mineralizaciones, que se apoya únicamente en mues- de sulfuros son todavía más elevados, toda vez que la
tras de escombrera. Éstas, aunque escasas, son para- corrección por densidades reduce la proporción de
dójicamente las más singulares, dentro de un marco ganga aproximadamente a la mitad. No obstante,
general común con las otras mineralizaciones (estruc- estos análisis no representan el conjunto del yaci-
tura, encajante, morfología y tipología del yacimien- miento, que contiene sectores no económicos.
to, procesos de deformación, composición esencial Corresponden, más bien, a zonas bien mineralizadas,
de las fases sulfuradas, etc.). Son de notar las que por su riqueza han sido objeto de explotación
siguientes peculiaridades: la gran riqueza en magne- preferente.
tita y/o hematites, en algunas de las muestras estu-
diadas (sobre todo del encajante, con estilpnomela-
na); la frecuente presencia de linneita (esencialmente Consideraciones geotermométricas
cobaltífera, con Cu y Ni subordinados, según revelan
los análisis por Microsonda Electrónica; Lám. 2.6). Aunque entre las fases sulfuradas no se han encon-
Asimismo, el zonado (Ti-V) de hematites y la presen- trado asociaciones que, por sí mismas, puedan usar-
cia de rutilo anómalo catodolumioniscente (con Ca), se como termómetros geológicos -cubanita y pirroti-
confirmados por la misma técnica. Además, se obser- na son excesivamente escasas-, las observaciones
va una notable variedad textural, tanto para las fases texturales sí permiten obtener informaciones útiles al
sulfuradas como para el encajante: coexisten texturas respecto.
similares a las hasta ahora consideradas (esquistosas De los trabajos experimentales realizados sobre la
y cataclásticas a ultramiloníticas), con texturas grano- deformación de la pirita (Cox et al., 1981), se deduce
blásticas y decusadas o grano-diablásticas (Lám. 2.5), que, contra lo que tradicionalmente se pensaba
o bien metasomáticas, que indican procesos exclusi- (Atkinson, 1975), este mineral puede llegar a mostrar
vos de este yacimiento. En conjunto, los datos de un comportamiento dúctil, superado un cierto umbral
Maruxa sugieren episodios de metamorfismo de con- de presión y temperatura (transición frágil-dúctil de la
tacto -con composiciones y texturas similares a las de pirita). En las condiciones del experimento (Cox et al.,
algunas típicas menas de skarn-, superpuestos a los 1981), esta transición tiene lugar hacia los 450ºC. No
hasta ahora observados, responsables de la minerali- obstante, según reconocen los propios autores, en
zación de sulfuros masivos. condiciones naturales tiene que producirse a tempe-
raturas más bajas. Las elevadas presiones diferencia-
les y velocidades de deformación utilizadas (strain
Composiciones Modales rates del orden de 10-4 a 10-5 s-1, superiores en unos 10
órdenes de magnitud a las concebibles en condicio-
Se han seleccionado muestras representativas, en lo nes geológicas) no resultan realistas y obligan a una
posible, de las menas cupríferas de los tres grupos considerable reducción de dicha temperatura
mineros: Piquito II, A Barqueira y Maruxa. Una vez (Etheridge, 1983; Marshall & Gilligan, 1987). No se
segmentadas las fases minerales de interés (pirita, han publicado todavía resultados experimentales
calcopirita, esfalerita/hematites, ganga), se ha proce- definitivos que satisfagan condiciones análogas a las
dido a la adquisición sistemática (barrido) y, luego, a reales para dichas variables, pero los publicados
la cuantificación de las áreas respectivas, para obte- (McClay & Ellis, 1983 a y b) sitúan dicho umbral por
ner los correspondientes análisis modales (% volu- debajo de 400ºC o incluso en torno a 300ºC (a 4 Kb de
men), utilizando el programa de Análisis Digital de presión confinante). Recientes observaciones textura-
Imagen Aphelion, sobre equipo Leica Laborlux. les de detalle (p. ej., Boyle et al., 1998), con técnicas
Los análisis modales obtenidos (Castroviejo, 2001) como electron-backscatter diffraction o forescatter
muestran que se trata de menas ricas en calcopirita orientation-contrast imaging, confirman la realidad
en todos los casos, con contenidos modales de 12 a de estos mecanismos de deformación. En cualquier
20% en Piquito II, 9 a 13% en Barqueira y 18% en caso, es un hecho cierto que 450ºC representa un
Maruxa. Los valores de esfalerita son escasos techo que supera ampliamente el umbral más alto
(<0,5%), excepto en Barqueira -puede superar el 4%-, posible, en condiciones geológicas, para dicha
mientras que los de pirita suelen oscilar entre el 50 y transición.

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Por otra parte, experimentos análogos -Clark & dos sobre el nivel masivo y sobre el encajante cloríti-
Kelly, 1973; Kelly & Clark, 1975; Cox et al., 1981; Clark co con sulfuros diseminados de la Mina Piquito II, la
et al., 1977; Roscoe, 1975; Graf & Skinner, 1970; única en que todavía han sido posibles desmuestres
Stanton & Gorman, 1968, entre otros- con otros sul- con unas mínimas garantías de representatividad,
furos han permitido constatar comportamientos dife- proporcionan los datos básicos sobre los que se
renciales, también controlados por las condiciones de apoya la interpretación geoquímica de las mineraliza-
P y T. De ellos resulta que las curvas de umbral final ciones. Los resultados elaborados se presentan en la
de resistencia de calcopirita y esfalerita, gracias al tabla 2.
cambio de pendiente de la primera a partir de los La caracterización fundamental de las mineraliza-
200ºC, se cortan hacia los 325ºC (fig. 8, Marshall & ciones se apoya en los contenidos de metales comu-
Gilligan, 1987). Es decir, la calcopirita supera la tran- nes (no férreos, Cu, Zn y Pb), cuyas proporciones,
sición frágil-dúctil y se comporta plásticamente desde reflejadas en el diagrama ternario Cu-Zn-Pb (figura 9),
los 325ºC, mientras que la esfalerita mantiene todavía muestran una clara alineación a lo largo del eje Cu-Zn
un comportamiento frágil por encima de esta tempe- (grupo Zn-Cu de Lydon, 1988). Esta distribución es
ratura. Hay, a la derecha del punto de intersección idéntica a la que se observa, por ejemplo, en el con-
(fig. 8), un intervalo de temperaturas, por encima de junto de 90 yacimientos volcanogénicos de sulfuros
la curva Cp (calcopirita) y bajo la curva Sp (esfalerita), masivos del Abitibi Belt (Canadá) y de las
en el que el comportamiento de ambos minerales Caledónides de Noruega recopilados por dicho autor
mantiene esta diferencia, hasta sobrepasar la inter- (íbid.), como base para la definición del grupo. El
sección con la curva Sp, a partir de la cual también la claro predominio de Cu sobre Zn en Piquito sugiere
esfalerita sería dúctil. un parentesco con los depósitos del tipo Troodos
Teniendo en cuenta el comportamiento observado (Chipre) o antiguo “tipo Cu” (Hutchinson, 1973), hoy
para los tres sulfuros en este estudio -frágil para piri- incorporado a la clase Zn-Cu por Lydon (1988). Lo
ta y esfalerita, dúctil para calcopirita-, se puede dedu- mismo ocurre en los yacimientos de sulfuros masivos
cir que los dos primeros no han alcanzado la transi- análogos, aunque metamorfizados en más alto
ción frágil-dúctil, pero el tercero sí. En consecuencia, grado, del complejo de Órdenes, como Arinteiro y
puede estimarse un rango geotermométrico, para las Bama, Santiago de Compostela, con relaciones Cu/Zn
condiciones del metamorfismo dinámico, situado ~9,6 y contenidos de Pb prácticamente nulos (<5 ppb;
entre 325 y 350ºC. según datos de Williams, 1983).
Por otra parte, la distribución de frecuencias de los
cocientes Zn/Zn+Pb (figura 10) los afilia al tipo Cu-Zn
Geoquímica (Lydon, 1988), confirmando la caracterización prece-
dente, frente a yacimientos como los de la Faja
Los análisis químicos (Cu, Pb, Zn, Au, Ag, As) realiza- Pirítica Ibérica o los del grupo Kuroko (Japón), los

Lámina 2: Fotomicrografías con luz transmitida (LT) o reflejada (LR) de muestras de las minas Piquito II (P), Barqueira (B) y Maruxa (M).
2.1. Fenoblasto de albita, cuya generación metamórfica está atestiguada por las inclusiones de sericita paralelas a la esquistosidad exter-
na S2. Cloritoesquisto cuarzo-pirítico. P (LT, NX, obj. 20 X); 2.2. Idioblastos de pirita post-tectónica en ultramilonita cuarzo-clorítica. P (LT,
NX, estereomicroscopio, obj. 0,63 X); 2.3. Microclastos de pirita corroídos por calcopirita, en metapiritita cuprífera cataclástica. Blastesis
previa del idioblasto central evidenciada por zonado poikiloblástico relicto (inclusiones de calcopirita, esfalerita, magnetita), paralelo a las
caras cúbicas (100), las cuales se aprecian todavía en tres de los lados del grano, a pesar de la cataclasis y posterior corrosión. P (LR, Obj.
20 X, inmersión aceite, N//); 2.4. Blastesis de pirita post-tectónica (blanca), por disolución-precipitación, en ultramilonita clorítica cuarzo-
pirítica (masa gris): microclasto de pirita -contorno redondeado, con corona de inclusiones de ganga- como núcleo de cristalización del
idioblasto superior; diversos restos de pirita previa, porosa o con contornos irregulares corroídos, incluídos en el idioblasto inferior. P (LR,
Obj. 10X, N//); 2.5. Entramado, con textura decusada, de hematites (laminillas, color gris claro), con espacios intersticiales ocupados por
calcita (gris) y calcopirita (amarilla) granoblásticas. M (LR, Obj. 5X, N//); 2.6. Inclusión idiopoikiloblástica de linneíta (crema), con inclusio-
nes de galena y calcopirita y corrosión marginal, en masa granoblástica de calcopirita (amarilla). M (LR, Obj. 20X inmersión, N//)
Plate 2: Photomicrographs of ore and wall rock samples from the Piquito II (P), Barqueira (B), and Maruxa (M) mines. (TL or RL: transmit-
ted or reflected light, resp.; XP or PP.: crossed or parallel polars, resp; OM: objective magnification): 2.1. Albite phenoblast, with sericite
inclusions parallel to the S2 schistosity, in quartz-pyrite chlorite schist. P (TL, XP, OM 20 X); 2.2. Post-tectonic pyrite idioblasts in quartz-
chlorite ultramylonite. P (TL, XP, stereomicroscope, OM 0,63 X); 2.3. Pyrite microclasts corroded by chalcopyrite, in copper-rich cataclas-
tic metapyritite. Relict poikiloblastic zoning in central clast. P (RL, PP, OM 20 X, oil inmersión); 2.4. Post-tectonic pyrite idioblasts in quartz-
pyrite chlorite ultramylonite, grown by solution transfer and precipitation around older microclastic or corroded pyrite nuclei (upper and
lower idioblasts, resp.). P (RL, PP, OM 10X); 2.5. Undeformed hematite-chalcopyrite ore, with decussate texture: chalcopyrite and chalcite
crystallize in interstitial spaces between hematite plates. M (RL, PP, OM 5X); 2.6. Idiopoikiloblast of linneite (cream coloured, with galena
and chalcopyrite inclusions), partially corroded, in granoblastic groundmass of chalcopyrite. M (RL, PP, OM 20X, oil inmersión)

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Castroviejo, R. et al. 2004. Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos en los... Boletín Geológico y Minero, 115 (1): 3-34

2.1 2.2

2.3 2.4

2.5 2.6

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cuales se integran en el tipo Zn-Pb-Cu, por sus valo-


res más bajos de dicho cociente (0,7-0,8, íbid.). En
cambio, ha de notarse de nuevo la similitud con los
citados yacimientos de Arinteiro y Bama, con cocien-
te Zn/Zn+Pb >0,98 (calculado a partir de datos de
Williams, 1983).
Asimismo, los relativamente elevados cocientes
Au/Ag, cuyos valores oscilan entre 2 y 5,3 x 10-2
-media aritmética 3 x 10-2-, son similares a los de las
concentraciones características de dicho tipo Cu-Zn,
como las ya citadas del Abitibi Belt (2,5 x 10-2), mien-
tras que los cocientes Au/Ag documentados para el
tipo Zn-Pb-Cu son más bajos (por ejemplo, Bathurst,
N.B, Canada: 0,8 x 10-2-, Green Tuff Belt, Japón: 0,95 x
10-2), según los datos de leyes y tonelajes publicados
(Lydon, 1988). La figura 11 muestra la correlación
positiva Au-As; con respecto a la Ag, dicha relación es
mucho menos significativa. Por último, la representa-
ción de la composición isotópica del azufre total, en
función del cociente Cu/Cu+Zn medio (figura 12),
coincide con la caracterización precedente.
Fig. 8. Umbral final de resistencia (ultimate strength) o resistencia
En suma, desde un punto de vista geoquímico, las
a 10% de deformación (strength at 10% strain) de sulfuros comu-
nes, en función del esfuerzo diferencial y temperatura, a presiones concentraciones sulfuradas estudiadas muestran cla-
confinantes y velocidades de deformación similares. G=galena, ras analogías con un grupo de importantes y bien
Po=pirrotina, Sp=esfalerita, Cp=calcopirita, Py=pirita, Y=mármol de caracterizados yacimientos de sulfuros masivos vol-
Yule, S=caliza de Solenhofen. (Modificada de Marshall y Gilligan,
1987)
cano-sedimentarios (VMS o Volcanogenic Massive
Fig. 8. Ultimate strength of common sulphides compared with Sulphides), el grupo Cu-Zn (Lydon, 1988), y se dife-
some common rocks, as a function of differential stress and tem- rencian tanto de las concentraciones VMS tipo Zn-Pb-
perature (G=galena, Po=pyrrhotite, Sp=sphalerite, Cp=chalcopyri- Cu como de los tipos Pb-Zn “en sedimentos” o
te, Py=pyrit, Y=Yule marble, S=Solenhofen limestone), after
Marshall and Gilligan (1987) Sedex. El grupo Cu-Zn, habitualmente asociado a
rocas máficas y asimilable al tipo máfico (Barrie &
Hannington, 1999), es el característico de contextos
ofiolíticos (de ahí el antiguo “tipo Cu” o Chipre, hoy
integrado en el grupo Cu-Zn). Según se verá, hay
otros criterios adicionales acerca de la filiación ofiolí-
tica de las concentraciones sulfuradas objeto de
estudio.

Estudio de inclusiones fluidas (IF)

Las formaciones estudiadas plantean, en principio,


problemas muy difíciles para la investigación de IF, al
añadir a la complejidad de la evolución metamórfica
la ubicuidad de una intensa deformación que supone
un fuerte riesgo para la supervivencia de inclusiones
primarias. El estudio previo de Petrografía de IF,
sobre muestras de las Minas Piquito II y Barqueira2,
muestra que lo que puede esperarse en este caso del
Fig. 9. Diagrama ternario Cu-Zn-Pb correspondiente a los análisis
de mineralizaciones de la Mina Piquito II (los números se corres- estudio microtermométrico es, esencialmente, infor-
ponden con las muestras de la Tabla 2)
Fig. 9. Ternary plot of Cu-Zn-Pb contents of massive sulphides,
Piquito II mine (numbers relate to samples in Table 2) 2
Para más información acerca del estudio IF, cf. Castroviejo (2001).

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Castroviejo, R. et al. 2004. Geología de las mineralizaciones de sulfuros masivos en los... Boletín Geológico y Minero, 115 (1): 3-34

mación acerca de los procesos metamórficos (post-


mineralización) y, particularmente, de los fluídos pre-
sentes durante los episodios de deformación. En
efecto, las relaciones petrográficas muestran que las
únicas IF que pueden ofrecer información microter-
mométrica útil son: o bien secundarias, particular-
mente las familias o haces (H) de IF alojadas en
microclastos o lentículas de cuarzo, sellando microfi-
suras de tensión transversales a la esquistosidad
principal; o bien metamórficas (aisladas).
Sobre cuarzos de las muestras seleccionadas
(Minas Piquito II y Barqueira), se han determinado,
con platina térmica FluidInc (Mod. USGS), los valores
de la temperatura de homogeneización total (Th) y de
la temperatura de fusión del hielo (Tfw). Así como el
carácter (Lw: homogeneización al estado líquido y
fluidos acuosos en todos los casos) y la tasa de relle-
no (o degree of fill, F = L:L+V, casi siempre en torno a
0,8). A partir de estos datos se han calculado la sali-
nidad equivalente (% en peso NaCl equiv) y la posi-
Fig. 10. Histogramas comparados de los cocientes Zn/(Zn+Pb) en ción de las isocoras (según Zhang y Frantz, 1987). Los
distintos yacimientos VMS mundiales (según Lydon, 1988, grupos:
Cu-Zn, distribución con moda 0,9-1; Zn-Pb-Cu, id. 0,7-0,8) y en las
resultados (Castroviejo, 2001) son, en general, cohe-
concentraciones estudiadas (Piquito II). Se han destacado en negro rentes, teniendo en cuenta la historia geológica de
los valores del grupo Cu-Zn a escala mundial (gráfico inferior) y los estas rocas, particularmente para Piquito II y para los
valores dominantes en Piquito II valores de HT (haces o familias de IF en microfractu-
Fig. 10. Comparison of Zn/(Zn+Pb) ratios of VMS deposits in the
world (after Lydon, 1988; Cu-Zn group: distribution with mode 0,9- ras de tensión) e i (inclusiones aisladas). En la Mina
1; Zn-Pb-Cu group: mode 0,7-0,8), and in in the Piquito II mine. Piquito II, los valores más representativos para HT se
Enhanced (in black) are the values of the Cu-Zn group at world sitúan en torno a los 210ºC de Th y a los -5º a -6ºC de
scale (lower histogram) and those most typical of Piquito II (upper
histogram)
Tfw (≈8 a 9% en peso NaCl equiv), con valores simila-
res para i (Th≈211ºC; Tfw≈-5,4ºC; ≈8,4% en peso NaCl
equiv). En A Barqueira, las medidas son en general
más cuestionables, por las dificultades de observa-
ción (deformación, IF muy pequeñas), pero las esca-
sas HT que se han podido medir sugieren valores
comparables, si bien algo menores, para Th (190ºC) y
salinidades, en general, más bajas, con Tfw≈-0,8ºC (%
en peso NaCl equiv ≈1,4%).
Las isocoras representativas resultan muy cohe-
rentes en todas las familias de inclusiones fluídas
(FIF) del tipo HT e incluso en las i (fluídos metamórfi-
cos) de Piquito II (P en figura 13), así como en las HT
de Barqueira (B, figura 13). Por lo que respecta a las
condiciones originales (P y T de captura) de los fluí-
dos, la coincidencia entre los resultados de Piquito II
para HT y para i sugiere que las condiciones del meta-
morfismo dinámico coinciden con las del regional de
facies esquistos verdes. El geobarómetro de Brown
(% de crossita en el anfíbol cálcico de los esquistos
verdes) da una estimación de 2 Kb para la presión
(Arenas, 1988), que podría representar, en todo caso,
Fig. 11. Diagramas binarios Au-As y Ag-As (Mina Piquito II, valores
en ppm)
un valor mínimo. A este valor corresponde, según las
Fig. 11. Binary plots of Au-As and Ag-As contents (ppm) in the isocoras calculadas, una temperatura en torno a los
Piquito II ores 335ºC (entre 320 y 340º para Piquito II, 310º para

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tos similares, en la región (filones, zonas de cizalla,


etc). En efecto, los valores isotópicos δ34S de la pirita
de las minas de la Unidad de Moeche (Castroviejo,
2001) muestran una distribución característica, con
un rango relativamente restringido (δ34S de -0,6 a
+4,5‰) y una media δ34S=2,5‰, que no parece haber
sido alterada significativamente por el metamorfis-
mo. Este aspecto se tratará con más profundidad en
un trabajo en preparación.

Discusión y génesis

Las formaciones sulfuradas de la Unidad de Moeche,


metapirititas y cloritoesquistos cuarzo-piríticos más o
menos diferenciados y, en general, intensamente
deformados son, evidentemente, metamórficas, en el
sentido de que han sufrido metamorfismo, pero no
puede atribuirse a éste su génesis. Todas las eviden-
cias apuntan a formaciones exhalativas submarinas o
volcanogénicas de sulfuros masivos (VMS), integran-
tes de una serie ofiolítica posteriormente meta-
morfizada.
Fig. 12. Valores isotópicos de azufre (media para cada yacimiento)
en función del cociente Cu/(Cu+Zn) de las menas correspondientes Las relaciones de campo y el análisis geométrico y
en yacimientos VMS mundiales, con separación de los tipos Cu-Zn estructural excluyen una génesis metamórfica de los
y Zn-Pb-Cu (modificada de Lydon, 1988). La estrella (*) correspon- niveles masivos, sugiriendo por el contrario la trans-
de a los valores de Piquito II, claramente situados en el campo Cu-
posición tectónica de cuerpos estratiformes preexis-
Zn
Fig. 12. Mean isotopic values for S as a function of the Cu/(Cu+Zn) tentes y de sus zonas de raíz (stockwerk). La caracte-
ratio from VMS deposits in the world and in Piquito II (pointed *), rización geoquímica y mineralógica demuestra
allowing distinction of the Cu-Zn y Zn-Pb-Cu groups, both fields afinidades muy claras y constantes con formaciones
being separated by the broken line (after Lydon, 1988)
VMS del tipo Cu-Zn y, dentro de éstas, del tipo Cu
(Chipre), en detrimento de otras hipótesis, como la de
formaciones sulfuradas en rocas puramente sedi-
Barqueira: Figura 13). Las condiciones de deforma- mentarias o Sedex, así como de las típicas concentra-
ción de los sulfuros, por otra parte, suponen para las ciones Ni-Cu asociadas a rocas máficas intrusivas;
temperaturas un techo de 450ºC (transición frágil- hipótesis, esta última, por otra parte difícil de conci-
dúctil de la pirita), techo probablemente distante de liar, tanto con la mineralogía observada de las menas
las condiciones reales, que en todo caso habrían -sólo hay trazas de minerales portadores de Ni y nin-
superado los 300º, según se ha expuesto. Ello condu- guna especie propiamente niquelífera- como con los
ce a un rango de 325 a 350ºC, al que corresponderían, datos hoy conocidos del marco geológico (cf. refe-
según las isocoras (Figura 13), presiones en torno a rencias citadas en la Introducción). Además, es tam-
2-2,5 Kb, que se consideran, en tanto no se disponga bien de notar la similitud con yacimientos de sulfuros
de valores geotermométricos más precisos, como masivos del complejo de Órdenes como los de
una estimación razonable de las condiciones reales. Arinteiro, Bama, Fornás o Manoca (Santiago de
Compostela), para los que se ha propuesto una inter-
pretación análoga (Badham and Williams, 1981;
Analisis isotópicos Williams, 1983), a pesar de las evidentes diferencias
en grado metamórfico y, consecuentemente, en la
Se dispone de resultados preliminares que sitúan, mineralogía y texturas de las menas metálicas. Otras
por sus valores δ34S, los yacimientos estudiados en el características que se corresponden también con el
rango de los yacimientos tipo Chipre (o tipo Cu-Zn, modelo ofiolítico son el modesto tamaño de los cuer-
Lydon, 1988; fig. 12) y los diferencian de otras con- pos individuales (<1mt, probablemente) y su espacia-
centraciones en terrenos metamórficos, con contex- miento (entre 2 y 5 km aproximadamente, fig. 1), que

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Fig. 13. Determinación de valores P y T de fluídos metamórficos, sobre isocoras representativas de Piquito II (P: inclusiones tipo HT, i, cf.
texto) y de Barqueira (B: inclusiones tipo HT), a partir de geobarómetro (2 Kb) y de geotermómetro (325-350ºC) independientes (cf. Texto).
La zona sombreada (coincidencia de valores) limita el rango estimado entre 2/2,5 Kb y 325-350º C. La curva Py representa el techo máxi-
mo para la transición frágil-dúctil de la pirita (Cox et al., 1981). Se muestra también el abanico de valores calculados para el gradiente geo-
térmico, resultando un rango probable entre 35 y 40ºC/km (valor geobárico supuesto: 25 MPa/km)
Fig. 13. Determination of P-T values for the metamorphic fluids, using isochores calculated from measures of fluid inclusions in samples
from the Piquito II and Barqueira mines, compared with independent geobarometric (2 kb) and geothermometric (325-350ºC) estimations,
as discussed in the text. The area for which both values fall together (shaded) corresponds to a P-T estimation of 2-2,5 kb and 325-350ºC.
The line labelled Py shows the uppermost limit of the brittle-ductile transition for pyrite (Cox et al., 1981). Possible values for the geo-
thermal gradient are also shown, the most likely ones lying between 35 and 40ºC/km, for a geobaric value assumed at 25 Mpa7/km. Piquito
II (isochores labelled P): fluid inclusions of the types HT, i; Barqueira (B): fluid inclusions of the type HT (see text for explanation)

refleja las dimensiones de las celdas convectivas teniendo en cuenta que los resultados de estos pro-
conocidas en dorsales actuales. cesos pueden ser mineralógicamente idénticos: clori-
No obstante, hay algunos aspectos que todavía ta, cuarzo, sulfuros, que precisamente abundan en las
deben ser explicados: zonas mineralizadas; la impronta final de metamorfis-
mo dinámico impide una diferenciación textural de
ambas generaciones. Por otra parte, algunas de las
El Stockwerk litologías más diferenciadas encontradas (p.ej. epido-
sitas, clorititas) han sido reconocidas en otros distri-
En primer lugar, no se han identificado con precisión tos VMS, particularmente ofiolíticos, como relictos de
las típicas zonas de alteración hidrotermal en la base hidrotermalitas (precisamente características de la
de los sulfuros masivos, aunque sí se observan pro- zona de raiz o feeder; Galley & Koski, 1999; Gibson et
bables vestigios de las mismas, como cloritoesquis- al., 1999). Todo ello permite suponer, con una base
tos piríticos (roca roja) o cuarzo-piríticos (roca azul), razonable3, que el stockwerk está representado por
con geometrías dislocadas o transpuestas. A ello se
añade una probable obliteración por el ubicuo y muy
pronunciado metamorfismo ulterior, sobre todo 3
A confirmar por estudios litogeoquímicos en curso.

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los actuales cloritoesquistos cuarzo-piríticos y que los dichos procesos parece haber sido poco relevante
sulfuros masivos de Piquito II o Barqueira, por ejem- cuantitativamente, pero en todo caso se trataría efec-
plo, habrán tenido un origen proximal. tivamente de concentraciones metamorfogénicas,
epigenéticas sobre las volcano-sedimentarias hasta
ahora discutidas.
Estratigrafía Dada la falta de datos cartográficos y la total
ausencia de afloramientos, no es posible establecer
Los datos petrológicos, mineralógicos y geoquímicos con precisión el origen de los eventos térmicos. Las
expuestos hasta el presente exigen un replantea- texturas indeformadas observadas sugieren episo-
miento de la estratigrafía aparente observada en dios tardíos, explicables por algún dique o cuerpo
Piquito II (fig. 3). En efecto, identificado el stockwerk intrusivo no aflorante. No obstante, tampoco puede
o zona de raíz como el nivel de cloritoesquistos situa- descartarse rotundamente la posibilidad de eventos
do a techo del nivel masivo, ha de pensarse que la previos, incluso en el fondo oceánico o en el gabro o
serie está invertida. Lo mismo se ha constatado en complejo de diques subyacentes, si se recuerda que
Sulitjelma (Boyle, 1987), distrito de origen análogo, la cizalla tiende a concentrarse en bandas estrechas,
en las Caledónides de Noruega. Por otra parte, sólo entre las cuales subsisten rocas menos deformadas.
así es explicable la posición de los metasedimentos
(filitas) a muro de dicho nivel. De esta forma adquie-
re coherencia el conjunto y, además, se explica por Conclusiones
qué los metasedimentos son totalmente estériles y
están, esencialmente, inalterados: la deposición de De acuerdo con la literatura citada, la Unidad de
las correspondientes lutitas y arenitas tuvo lugar Moeche representa litologías de fondo oceánico que
sobre las formaciones volcánicas, cuando ya lo esen- corresponden al techo de una unidad ofiolítica obdu-
cial de la actividad exhalativa se había terminado, lo cida sobre el margen continental de Gondwana
que se corresponde con una típica evolución de los (actual NO del Macizo Ibérico), intensamente defor-
modelos conocidos de yacimientos exhalativos vol- mada, dislocada y metamorfizada, durante el proceso
cano-sedimentarios (VMS). de colisión hercínica. Esta interpretación es también
Las deformaciones ligadas al posterior metamor- coherente con las observaciones realizadas en el pre-
fismo dinámico, relacionado con los cabalgamientos sente trabajo. El metamorfismo de dicha unidad en
hercínicos, habrían invertido el conjunto en la zona de facies esquistos verdes -clorita, actinolita, albita,
Piquito II, causando también dislocaciones e imbrica- cuarzo, epidota/clinozoisita, titanita y sulfuros son los
ciones entre las diferentes unidades y estructuras minerales más frecuentes-, dominantemente dinámi-
más complejas, además de una patente laminación co, contrasta con los grados más elevados
tectónica generalizada y una transposición de la (meso/catazonales) de las unidades del Complejo de
estratificación sedimentaria. Cabo Ortegal cartografiadas al Oeste (U. Superior) y
al Este (U. Somozas), de las que está separada por
cabalgamientos.
Mina Maruxa La Unidad de Moeche se compone esencialmente
de cloritoesquistos (metabasitas), con metasedimen-
Algunos rasgos difieren de la caracterización general tos filíticos subordinados y con diferenciaciones de
y apuntan, más bien, a procesos de metamorfismo cloritoesquistos cuarzo-piríticos, que constituyen el
térmico-metasomático, mostrando marcadas simili- encajante de la mineralización; en algunas zonas aflo-
tudes con algunas concentraciones metálicas de tipo ran masas importantes de serpentinitas. Aunque el
skarn. No hay datos precisos para valorar la impor- desmantelamiento erosivo del conjunto y la naturale-
tancia relativa de estos procesos en el conjunto de za de los contactos, casi siempre tectónicos, impiden
mineralizaciones de Maruxa. La única información observar las relaciones estratigráficas originales,
disponible sobre esta mina (PNAMPM, 1982) habla de puede inferirse la sección típica de una serie ofiolítica
una “banda de pirita cuprífera”, con unos 2 m de (Arenas, 1988), en cuyo techo (estratigráfico) se pre-
potencia y orientación N30ºE, 10ºNO (próxima a la de sentan las mineralizaciones sulfuradas.
Piquito II), explotada a lo largo de 550 m por cámaras Éstas pueden caracterizarse como concentracio-
y pilares. Ello sugiere que la mineralización era esen- nes exhalativas volcano-sedimentarias o VMS del
cialmente de tipo masivo, estratiforme y similar al grupo Cu-Zn (Lydon, 1988), intensamente deforma-
nivel masivo de Piquito II, por lo que el papel de das y metamorfizadas en facies esquistos verdes.

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Coexisten niveles de sulfuros masivos, de potencias vestigios de CO2, con temperaturas de homogeneiza-
decimétricas a métricas y superficies del orden de ción total de ~200-225ºC, resultando condiciones de
dimensiones 0,1-1 km2, con diseminaciones y vetillas captura estimadas sobre las isocoras en 325-350ºC y
o cuerpos lenticulares (cm a dm) en las rocas verdes. 2 a 2,5 kb, que se consideran representativas de las
La mineralogía es relativamente simple: pirita y cal- temperaturas y presiones metamórficas (epizonales).
copirita son los sulfuros más frecuentes, con esfaleri- Finalmente, en cuanto a la exploración minera, se
ta muy subordinada y escasas galena, pirrotina, mar- constata que las mineralizaciones cupríferas difícil-
casita, hematites, magnetita, etc., aunque en una mente podrían tener interés económico, en las condi-
mina (Maruxa) hay composiciones excepcionales: ciones de la minería actual del cobre. Como ocurre en
magnetita, estilpnomelana y hematites pueden ser general con las concentraciones sulfuradas en dorsa-
muy abundantes, linneita frecuente, etc. Existen les oceánicas actuales, los tonelajes son modestos
numerosos yacimientos análogos, afectados por dis- (orden de dimensiones 0,1-1 mt), aunque se han
tintos grados metamórficos, desde Troodos (Chipre, medido leyes elevadas localmente (hasta 10 a 30%
apenas modificado) hasta Suljitelma (Noruega) o los modal de calcopirita). No obstante, los datos presen-
más cercanos del Complejo de Órdenes, cerca de tados ponen de manifiesto la existencia de varios
Santiago de Compostela (Fornás, Arinteiro, Bama), metalotectos de interés para la exploración de meta-
en facies anfibolitas. les preciosos, oro y, particularmente, elementos del
La geometría original está, en general, transpues- grupo del platino (EGP), condicionados por la movili-
ta por la intensa laminación tectónica o por la esquis- dad de estos metales en fluídos hidrotermales liga-
tosidad milonítica. Contribuye a ello la abundante dos al metamorfismo dinámico. Su presencia es
actividad hidrotermal, con fenómenos de transferen- conocida en litologías ultramáficas de la Unidad
cia por disolución muy notables sobre pirita, la cual, Superior (Monterrubio et al., 1992; Moreno et al.,
a diferencia de calcopirita, no ha superado la transi- 2001).
ción frágil-dúctil. En Piquito II la estratigrafía original
está invertida; en Barqueira, verticalizada e intensa-
mente deformada por episodios tardíos; en Maruxa Agradecimientos
se observan fenómenos térmico-metasomáticos
superpuestos que modifican parcialmente las textu- Los autores agradecen a los Profs. R. Arenas (UCM) y
ras y producen asociaciones de skarn locales. Pero en J.R. Martínez Catalán (U. Salamanca) la información
todos los casos -y, en general, en los demás indicios geológica facilitada; al Dr. Santiago del Barrio (Jefe
de la Unidad de Moeche- puede reconstruirse la geo- del Departamento de Mineralurgia, IGME) la prepara-
metría original típica de los depósitos volcano-sedi- ción mecánica de muestras y ensayos de flotación de
mentarios citados, con una zona de raíz (stockwerk) y sulfuros para los análisis isotópicos de azufre (reali-
otra exhalativa estratiforme, representadas por las zados en el Laboratorio de Isótopos Estables,
diseminaciones y el nivel masivo de meta-piritita, res- Facultad de Ciencias, Universidad de Salamanca,
pectivamente. Los datos geológicos, petrológicos, bajo la dirección del Prof. Clemente Recio); a los Dres.
mineralógicos, geoquímicos, isotópicos y estructura- J. A. Martín Rubí (Laboratorio Tres Cantos, IGME) y H.
les obtenidos coinciden en esta interpretación, que J. Bernhardt, Zentrales Elektronenmikrosonde
implica un modelo genético similar al de las minera- Laboratorium, Ruhr Universität Bochum (Alemania),
lizaciones actualmente en formación en fondos oceá- los análisis realizados por DRX y microsonda electró-
nicos, en relación con la circulación hidrotermal sub- nica, respectivamente; a J. García Bellés, a E. Coz y a
marina y su descarga en black smokers, bien J. Riaza, la colaboración en el tratamiento digital de
documentadas por investigaciones recientes. El espa- imágenes y del texto. Se agradece igualmente la cola-
ciamiento observado entre los distintos grupos mine- boración de la Dirección de Minas/Consellería de
ros (fig. 1) refleja las dimensiones originales de las Industria de la Xunta de Galicia para la visita a las
celdas convectivas en la corteza oceánica, más o minas estudiadas y su desmuestre. Y la de la Dra. T.
menos dislocadas por la deformación hercínica. Moreno (Univ. Cardiff, RU) y otro supervisor anóni-
Los únicos fluídos que actualmente pueden estu- mo, por sus comentarios y aportaciones a la mejora
diarse son los relacionados con el metamorfismo y del texto. La instrumentación utilizada ha sido finan-
deformación hercínicos. La petrografía y microtermo- ciada con ayuda de los proyectos GR92-0135, UE95-
metría de inclusiones fluídas indica fluídos acuosos, 0007 y UE98-0027 del Ministerio de Educación y
densos (F~0,8), moderadamente salinos (~8% en Cultura (MEC), España y Proyecto FEDER de la UE
peso NaCl equiv), en los que no se han observado (1999).

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